DESCRIPCIÓN
Y CONDENACIÓN DE LOS DEMONIOS: (V)
(Mateo
8:16).
“Y cuando llegó la
noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la
palabra echó fuera a los demonios”.
(Mateo
8:16).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Sobre
el tema de los demonios, la Biblia nos habla de manera tal como para no llamar
la atención de los muy curiosos o altamente imaginativos. Sin embargo, se
presentan los hechos esenciales con tal sencillez y brevedad, que en ningún
momento se pierde el objetivo de dar instrucciones prácticas y llamar la
atención sobre sus peligros.
En ningún otro punto del tema es más evidente esta falta de imaginación y soslayo de detalles innecesarios que en los pasajes donde se describen los malos espíritus.
I.
LA NATURALEZA DE LOS DEMONIOS:
No se ha entendido el carácter preciso de los demonios, en la gran mayoría de los casos, y se constituyó en la fuente más prolífica de superstición, no solamente en los sistemas étnicos y rabínicos, sino también en los conceptos cristianos.
1.1.
SU NATURALEZA ESPIRITUAL:
Como lo demuestran los siguientes pasajes, los Evangelios nos dan pruebas concluyentes de que los demonios son seres puramente espirituales. “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados (daimonizomenous); y con la palabra echó fuera a los demonios (ta pneumata)” (Mt.8:16).
Ayuda Hermenéutica:
Endemoniados: G1139
δαιμονίζομαι = daimonízomai:
voz media de G1142; ser ejercido por un demoni o: - atormentado,
demonio, endemoniado.
Demonios: G4151 πνεῦμα = pneúma: de G4154; corriente de aire, i. e. respiración (soplo) o brisa; por analogía o figurativamente un espíritu, i. e. (humano) el alma racional, (por implicación) principio vital, mentalmente disposición, etc., o (sobrehumano) ángel, demonio, o Dios (divino), espíritu de Cristo, el Espíritu Santo: - aliento, espíritu, espiritual, viento. Compare G5590. (Strong).
El apóstol Pablo
presenta gráficamente la naturaleza espiritual de Satán y sus huestes
demoníacas cuando dice enfáticamente que la lucha del creyente no es “contra sangre y
carne”, sino contra lo inmaterial, lo incorpóreo que él describe
como “potestades”,
“gobernadores de las tinieblas”, “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
(Ef.6:12).
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. (Ef.6:12).
Nuevamente
en Efesios 2:2, el apóstol parece señalar claramente “la potestad del aire”, de la
que Satán es el “príncipe”, como “espíritu”, La traducción de Weymouth es bien
cara al respecto: “el príncipe de las potestades del aire, los espíritus que
ahora obran en los corazones de los hijos de desobediencia”. Las “potestades del aire”, son los malos espíritus que
motivan a los impíos, de la misma manera que el Espíritu Santo da poder al
pueblo de Dios.
En forma similar,
el apóstol Juan da testimonio sobre la incorporeidad de los demonios cuando
habla de los tres espíritus inmundos que salen de la boca del dragón, la bestia
y el falso profeta, como “espíritus de demonios” (Pneumata daimonion,
Ap. 16:14). La expresión puede ser considerada o como genitivo común de
descripción, denotando la clase de espíritus como “demoniacos”,
o mejor aún, como genitivo de aposición, que define más particularmente el
término general “espíritus”, que
pueden ser buenos o malos, como “demonios
espíritus” malos1).
Entonces, las Escrituras presentan
a los demonios como seres puramente espirituales. En varios pasajes la Biblia
nos da prácticamente lo que es una definición de “espíritu”. “Dios
es Espíritu” (Jn.4:24). “Un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lc.24:39).
Los “demonios”
son “espíritus”
(Lc.10:17, 20). “Los ángeles… son… espíritus” (Heb.1:13, 14).
El atributo
específico de “espíritu”,
es entonces, inmaterialidad, incorporeidad. Cristo como el Verbo eterno
(Espíritu increado), en su encarnación,
no tomó sobre Sí mismo un cuerpo inmaterial incorpóreo, la naturaleza de
“los ángeles”
(Heb.2:16), sino una verdadera humanidad, en una esfera “un poco menor que los ángeles”
(Salm.8:4, 5; Heb. 2:6,9), para poder elevar al creyente a su propia plano,
sobre los ángeles (Heb.2:9,10).
Es, pues, evidente
por estas Escrituras, que ángeles buenos o malos, son en substancia espíritu, y
habitantes del mundo espiritual, que está sobre el mundo natural. Pero no
debemos suponer por el hecho de que los espíritus son inmateriales, que son
menos personales. Los demonios, como otros seres espirituales creados, poseen
personalidad, y en todas partes de las Escrituras se habla de ellos como agentes
inteligentes y con voluntad (Mr.5:10; Lc.4:34).
Si la substancia
de los demonios es espiritual, ¿qué podemos decir de su forma y visibilidad? ¿Pueden ellos tomar una forma definida y ser vistos por
ojos humanos? ¿Puede el espíritu llegar a ser discernible a los hombres en
la carne? Admitimos que estas preguntas son difíciles, y excepto por
unos pocos y débiles rayos de luz de la Palabra revelada, el tema está envuelto
en oscuridad.
Aunque ningún ser
humano en la carne ha podido ver la divina esencia, Dios, en su propia y
gloriosa Trinidad espiritual (Jn.1:18; 4:24), sin embargo, Dios cubierto en
forma angélica, encarnado particularmente en Jesucristo, ha sido visto por los
ojos mortales (Gn.18:2, 22; Éx. 3:2-4; Jn.14:9). Aunque los ángeles son invisibles
a los hombres (Salm.104:4), sin embargo en semejanza de forma humana (Gn. 19:1,
5; Lc.1:26; Jn.20:12; Hech.12:9).
De la misma manera, los seres espirituales malignos evidentemente poseen un poder similar. Satán el príncipe de los malos espíritus (Mt.12:24), sin duda asumió la semblanza de forma humana en la tentación de Jesús (Mt.4:910), y fue visto por Zacarías, de pie a la derecha de Josué, el sumo sacerdote (Zc. 3:1). Bajo el disfraz de la sapiente edénica, él se presentó primero como “ángel de luz” (Gn.3:1; 2 Cor.11:14). No sería raro, entonces, que sus demonios acólitos pudieron asumir la semblanza de forma humana, si la ocasión lo requiriera.
La
Escritura es notablemente reticente[1] en
esta fase de la demonología, en contraste competo con los sistemas étnicos y
rabínicos, donde se da gran prominencia a los vislumbre de espíritus de las
clases y formas más fantásticas. Por ejemplo: los rabíes dividieron a los demonios en dos clases:
(1) Compuesta de seres puramente
espirituales,
(2) La otra de semiespíritus (“halbgeister”)2).
Los
últimos, como seres semisensuales con una constitución psíquica[2] carnal
que los envuelve en necesidades unciones físicas, podían ser vistos bajo
ciertas condiciones y eran la fuente de una superstición interminable.
Sin embargo, la verdad Escritural de una vez por todas deshace la noción de “semiespíritus” y con ella una gran parte de la demonología étnica y rabínica, donde se viola las características esenciales del espíritu.
Al
presentar a los demonios como seres puramente espirituales, las Escrituras los
consideran uniformemente como por encima de, o superiores a las operaciones de
las leyes naturales, y no sujetos a la visión humana u otra percepción
sensorial.
De allí
que la Biblia esté libro de ritos y métodos mágicos, que vician y contaminan
los sistemas no bíblicos. Teniendo en cuenta este reconocimiento general de
la espiritualidad e invisibilidad de los
demonios, debemos notar cuidadosamente que la Palabra de Dios reconoce el
principio de la trascendencia de la ley natural en el milagro divino.
Bajo tales
circunstancias, el ojo natural puede ver la realidad espiritual, como, por
ejemplo, cuando en contestación a la oración de Eliseo, Jehová = (Ha-Shem “El Nombre” Adonai) abrió los ojos del joven, el siervo
del profeta, para ver “que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros
de fuego alrededor de Eliseo” (2 R.6:17).
De la
misma manera Eliseo vio “un carro de fuego con caballos de fuego” cuando
Elías subió en un torbellino al cielo (2 R. 2:11). Así también el vidente de
Patmos vio los horribles demonios langosta, en el horrendo último día de la
erupción del abismo (Ap. 9:1-12).
Y también
vio los tres espíritus inmundos con forma de ramas, que salieran de la boca del
dragón, la bestia y el falso profeta (Ap.16:13-16). Juan pudo ver estos
habitantes del mundo maligno espiritual por visión sobrenatural. No obstante,
los demonios-langostas y los
malos espíritus con forma de ranas serán invisibles al ojo natural, pero su
presencia será notada por el intenso sufrimiento que infligirá, el gran engaño
que causaría, que será inevitable por causa de su invisibilidad humana para
proveer armas contra sus ataques.
Es
imposible decir si el poder satánico en las tierras que no fueron tocados por
la verdad del evangelio ni liberadas de la esclavitud del mal sobrenatural,
haya estado sin freno a tal grado que ha llegado a realizar miagro diabólicos,
trascendiendo a las leyes naturales con el fin de extender el miedo y la
superstición por medio del vislumbre de
espíritu.
Sería difícil negar tal posibilidad, frente a los fenómenos del espiritismo moderno y a la explosión milagrosa del mal sobrenatural de los últimos días (2 Ts. 2:9; Ap. 13:13-15), y frente a las declaraciones de la demonología étnica y rabínica sobre la verificación directa en el asunto de ver espíritus3). Al negar tal posibilidad de milagros diabólicos como causa última y dinámica, es difícil dar alguna razón de la perpetuación de una masa tan vasta de superstición y fanatismo desde el principio de los tiempos históricos hasta nuestros días. Si hay mucho humo, es porque debe haber fuego en algún lado.
1.2. SU NATURALEZA INTELECTUAL:
A creencia
de que os malos espíritus poseen conocimientos sobrehumanos, especialmente el
futuro, la atestigua la práctica difundida de buscar oráculos de ellos. Si la
etimología de la palabra ‘daimon’
que hace Platón, es correcta4) de que proviene de un adjetivo que
significa “conocedor”) o “inteligente”, parece ser que la
inteligencia es la característica básica en el concepto de los demonios. Más aún, las
Sagradas Escrituras enfatizan uniformemente su perspicacia:
·
Ellos
conocen a Jesús (Mr. 1:24),
·
Se
inclinan delante de Él (Mr. 5:6),
·
Hablan
de Él como “Hijo de Dios Altísimo” (Mr. 5:7),
·
Se
dan cuenta de que no puede haber comunión entre la luz y las tinieblas, entre
Jesús y ellos (Lc. 8:28),
·
Le
piden favores (Lc. 8:31),
·
Le
obedecen (Mt.
8:16),
·
Niegan conocimiento de su
encarnación y completo sacrificio (1 Jn. 4:1-3),
·
Corrompen
la sana doctrina (1 Tim. 4:1-3),
·
Disciernen
entre aquellos sellados por Dios y los que no o están (Ap. 9:4),
y
· Se dan cuenta de su futuro y su propia e inevitable condenación (Mt. 8:29).
Aunque el
conocimiento de los demonios es agudo y sobrenatural, no es un conocimiento
santo y salvador. Los demonios “creen, y tiemblan” (Stg. 2:19), pero siendo
confirmados en maldad, nunca buscan perdón y pureza. Ellos tienen un profundo
conocimiento de que Jesús es el Señor del mundo espiritual, pero su confesión
no involucra una confianza salvadora, o una sumisión voluntaria. Ellos adoran a
Cristo (Mr. 3:11), pero su adoración no es de amor o de gozo por la santa
comunión, sino la mera inclinación de una voluntad inferior a una superior, en
odio y resentimiento.
Como la
vasta sabiduría de Satanás, aunque finita, se corrompió cuando él pecó (Ez. 28:12,
17), es razonable pensar que la gran sabiduría que caracteriza a los seres
angelicales en general (2 Sam. 14:20), fue en el caso de la multitud de
colaboradores angélicos que le siguieron, pervertida de la misma manera.
Esta es, sin duda, la explicación de la preeminente, aunque no santa, sabiduría de los demonios, que es usada infatigablemente e incesantemente en tentativas de estorbar y frustrar los palanes y propósitos de Dios.
1.3. SU
NATUALEZA MORAL:
La
depravación y completa bajeza moral de estos invisibles agentes del mal está testimoniada
a lo largo de las Escrituras por los diabólicos efectos que producen en sus
víctimas y por el frecuente epíteto de “inmundos” que se aplica a ellos (Mt.10:1; Mr.1:27;
3:11; Lc.4:36; Hech.8:7; Ap. 16:13):
Ø Ellos usan a aquellos que
llegan a posesiones o influencias como “instrumentos de
iniquidad” (Rom.6:13),
Ø Para promulgar “doctrina de
demonios” (1 Tim.4:1) y
Ø “Herejías destructores” (2 P.2:1), llevando no sólo a conducta amoral, sino inmoral.
Los actos
de los endemoniados parecen indicar que los espíritus inmundos toman posesión
en algunos casos con propósitos de gratificación sensual, usando todo tipo de
impurezas. Esto puede explicar el deseo de los poseídos de vivir en estado de
desnudez, de tener pensamientos licenciosos (Lc.8:27) y de frecuentar lugares
de impureza como las tumbas.
La
naturaleza viciosa y vil de los demonios se demuestra aún más en el deseo que
tenía de entrar en los cerdos (Mr.5:12) y en su actividad en la proclamación de
las doctrinas de amor libre (1 Tim.4:3), con el consiguiente resquebrajamiento
moral de una sociedad ordenada.
Junto con
su inteligencia sobrehumana y su moral viciosa, ellos tienen una fuerza
asombrosa:
§ Tienen poder sobre el cuerpo
humano para causar mudez (Mt. 9:32,
33),
§ Ceguera (Mt. 12:22),
§ Demencia (Lc. 8:26-36),
§ Manías suicidas (Mr. 9:22),
§ Males físicos (Mr. 9:18)
y
§ Varios defectos y deformidades físicas (Lc. 13:11-17).
Se les representa con diferentes grados de malignidad (Mt. 12:45). Puede verse su energía titánica en la fuerza sobrenatural que pueden impartir al cuerpo humano (Lc. 8:29). El poder y la gran fuerza son atributos angelicales conspicuos (Salm. 103:20; 2 P. 2:11), que, como la sabiduría, fueron viciados y pervertidos en la rebelión de los ángeles (Mt. 12:26-29).
II. LA
ACTIVIDAD DE LOS DEMONIOS:
Satán y
los malos espíritus están incansable e incesantemente dedicados a la
prosecución de objetivos de engaño y maldad. Puede percibirse la actividad y diligencia
satánica en expresiones como ésta:
Ø “Rodear la tierra y
de andar por ella” (Job 1:7), o
Ø “Como león
rugiente… buscando a quien devorar” (1 P.5:8).
Si el príncipe líder de los demonios presenta tal imagen de incansable celo e inagotable energía (Mt. 12:24), no es raro que sus huestes de seguidores voluntarios demuestren algo del mismo entusiasmo y diligencia.
2.1. LOS DEMONIOS SE OPONEN A DIOS Y LUCHAN EN
CONTRA DE SU VLUNTAD:
La
oposición a la voluntad de Dios es el principal objetivo satánico. El nombre “Satán”,
significa “adversario”:
·
Primeramente,
adversario de Dios (Job
1:6; Mt. 13:39), y
·
Luego, oponente
del hombre (Zc.3:1;
1 P. 5:8).
Satán: H7854
שָׂטָן = satán:
de H7853; oponente, opositor; especialmente (con el art. prefijo)
Satán, Satanás, el archienemigo de lo bueno:
adversario,
enemigo, Satanás. (Strong).
Adversario: H7854
שָׂטָן
1) Adversario, acusador (Núm.22:22;
1 R.5:18/4).
2)
Ha-satán =
la RVA traduce consecuentemente como Satanás en Zc.3:1; Job 1:6, aunque bien
podría traducirse como en (1) arriba.
3) Satán =
Satanás (1 Cron.21:1). (Moisés
Chávez).
La designación “diablo”
significa “acusador”:
§ Acusando a Dios delante de
los hombres (Gn.3:1-5),
y
§ A los hombres delante de Dios
(Job
1:9, 11; 2:45; Ap.12:10).
Diablo: G1228 διάβολος = diábolos: de G1225; calumniador; específicamente Satanás [Compare H7854]:- calumniador, diablo. (Strong)
Fue la
intromisión de su voluntad en contra de la voluntad divina, en la apostasía
original (Is. 14:13,14) y la concurrencia de una vasta multitud
de ángeles la que por siempre
determinó la actitud satánica y demoniaca como una de oposición y de exaltación
del “yo[3]” “contra todo lo
que se llama Dios o es objeto de culto” (2 Ts. 2:4).
Desde el asesinato de Abel (Gn. 4:8), hasta la matanza de niños inocentes que hizo Herodes (Mt. 2:16), puede observarse el implacable odio de Satán hacia la simiente prometida y su antagonismo al Mesías de Dios y al propósito divino que se realizaba en El. Como los demonios tienen a Satanás por rey (Mt. 12:26), de la misma manera que él, se opone a Dios.
Podemos discernir la tremenda
resistencia venenosa de Satán y los demonios a los planes de Dios y sus
propósitos en Cristo:
Ø
En la
aparición personal de Satán para tentar al Señor Jesús en el desierto
(Mt. 4:1-11),
Ø
En los tremendos
disturbios demoniacos que por todas partes trataron de frustra su ministerio
público, en la traición de Judas (Lc. 22:3),
Ø
En la negación de
Pedro (Lc. 22:31) y en la horrible ceguera y engaño de los
líderes judíos.
Lo mismo vemos a través de los anales de la historia de la Iglesia, hasta la última y terrible coalición en contra de Dios, motivada por los demonios en el Armagedón (Ap. 16:13-16).
2.2. LOS
DEMONIOS OPRIMEN AL HOMBRE Y TRATAN DE ESTORBAR SU BIENESTAR:
A menudo
los malos espíritus ponen en peligro el bienestar temporal y eterno del hombre
al ejercitar cierto control sobre los fenómenos naturales. Para afligir a Job,
Satanás utilizó rayos, viento y enfermedades (Job 1:12, 16, 19; 2:7). La mujer
que tenía un “espíritu
de enfermedad” estuvo ligada por Satanás durante 18 años (Lc. 13:11,
16). La violenta tormenta en el Mar de Galilea en la cual los discípulos
despertaron al Salvador puede ser atribuida a agencia satánica y demoniaca (Mr.
4:39).
Pero mucho más a menudo los espíritus malignos ponen en peligro el bienestar del hombre al ponerlo bajo tentación. Muchas Escrituras atribuyen específicamente este poder a Satanás (Gn. 3:1-7; Mt. 4:3; Jn. 13:27; Hech. 5:3; 1 Ts. 3:5) y seducciones son tanto positivas como negativas (Mt. 13:38, 39).
Satanás no solamente quita
la buena semilla, sino que también siembra la cizaña.
Sin lugar
a dudas, este poder de tentación es poseído por los muchos espíritus malignos
subordinados de Satán, a través de cuya instrumentalidad, él cumple sus
nefastos propósitos. El “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia”
(Ef.2:2) está perpetua e infatigablemente ocupado en el desarrollo de un vasto
programa de engaño y atracción al mal.
Es
evidente en las Sagradas Escrituras que la actividad de los demonios está tan
íntima e inseparablemente ligado con la de su príncipe-líder,
que sus obras no se diferencian, sino más bien se identifican. Es así que se
describe el ministerio del Señor sobre la Tierra, como “haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo” (Hech. 10:38).
Es obvio, aun en una precipitada observación de los hechos, que la llamada opresión del diablo, es, en su mayor parte, la obra de sus emisarios y siervos los demonios. Sin duda, los casos más importantes de tentación (Mt. 4:1; Lc. 22:3, 31) son obra directa de Satanás mismo, pero como no es ni omnipresente, ni omnipotente, ni omnisciente, la mayor parte de su actividad colosal debe ser delegada en los demonios. Estos también angustian a la humanidad desordenando la mente en la “posesión demoniaca” (Mr. 1:23-27; 5:1-20).
2.3.
SIN EMBARGO, LOS DEMONIOS CUMPEN LOS
PROPÓSITOS DE DIOS:
Los
demonios son instrumentos en las manos de Dios para ejecutar sus planes de
castigar a los impíos (Salm. 78:49) El malvado Acab fue castigado por sus
crímenes por un “espíritu de mentira” que Jehová puso en la boca de todos sus
profetas para llevar al desastre de Ramot de Gallad (1 R. 22:23). Son los
demonios los que llevarán a los ejércitos que resisten a Dios en Armagedón a
una catástrofe similar (Ap. 16:13-16).
Satán y
sus demonios también son usados por Dios para el castigo de los suyos. Cuando
Satanás zarandeó a Pedro no lo hizo sino en cumplimiento de lo dicho por el
Señor (Lc.22:31). A través de pruebas satánicas, Job es llevado a una posición
de refinamiento y crecimiento espiritual (Job 42:5, 6). El incestuoso creyente
de Corintio es entregado “a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el
espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Cor. 5:5). Himeneo
y Alejandro son entregados a “Satanás para que aprendan a no blasfemar” (1 Tim. 1:20).
Satanás y los demonios ilustran, para todos los tiempos, la naturaleza y el destino del mal moral (Mt. 8:29). El “fuego eterno”, que está preparado para Satán, sus ángeles, y todos los que le siguen (Mt. 25:41; Ap. 20:10), será una demostración para todo el universo moral de la tremenda iniquidad del pecado y su inevitable pena y castigo.
III. LA
MORADA DE LOS DEMONIOS:
Aunque Satanás
tiene gran poder, está circunscrito por barreras y limitaciones más allá de las
cuales no puede actuar.
Se le
puede permitir ahora emplear un innumerable ejército de demonios, que están
libres y pueden obedecer sus órdenes, pero no puede capitanear a todos
los agentes del mal que de buena gana le seguirían en sus designios diabólicos.
Pero en los últimos juicios en la consumación de los tiempos y para aumentar el castigo de los impíos, él aumentara sus ejércitos con multitudes de seres malignos, que están en prisiones al presente.
3.1.
EL ABISMO –LA MORADA DE LOS DEMONIOS
PRISIONEROS:
Aunque las Sagradas Escrituras hablan de las prisiones de malos espíritus, y la multitud de sus prisioneros, nada se revela sobre la razón o el tiempo en que este encarcelamiento tuvo lugar. Sin embargo, la liberación de estos seres malignos aparece gráficamente en detalle en Apocalipsis 9:1-11.
“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo…”. (Ap. 9:1-11).
Estrella: G792 ἀστήρ = astér: probablemente de la base de G4766; estrella (como regada por el cielo), literalmente o figurativamente:- estrella. (Strong).
Juan vio “una estrella que
cayó del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo” (ver.
V.1).
Una
estrella: Representa una creatura inteligente; al parecer, un ángel del abismo
(v.11). Nótese:
el “abrió”
del v.2. Del pozo del abismo (para otros usos de esta frase, Comp. Lc. 8:31;
Rom. 10:7; Ap. 9:11; 11:7; 17:8; 20:1, 3). Lc. 8:31 indica que ésta es la
habitación de los demonios. (Biblia de Estudio. Ryrie, p.1791).
Los comentaristas no están de acuerdo en el significado de la
estrella:
Ø Unos piensan que representa a
Satán,
Ø Otros a un ángel caído,
Ø O a un ángel en estado de
pureza,
Ø A
un líder apóstata o algún otro ser.
Por otra
parte, la apertura del pozo del abism5), y la erupción de “langostas” infernales
y sobrenaturales que surgen en medio del humo es generalmente considerada como
la liberación de millones de demonios destructivos y engañadores, que vienen a
atormentar y engañar a judíos y gentiles en los últimos tiempos.
El pozo
del abismo6),
desde donde emergen estos agentes demoniacos, no es el Hades la mora de los
espíritus de seres humanos perdidos hasta la segunda resurrección, ni Tártaro,
la prisión de los ángeles caídos (2 P. 2:4; Jud. 6), ni tampoco el lago de
fuego, el lugar de condenación final de Satán y sus ángeles (Mt. 25:41), sino
que el lugar de la detención actual de muchos espíritus caídos, que, por alguna
razón han sido privados del privilegio que gozan muchos de sus compañeros, de
andar en libertad.
Algunos espíritus que
gozaron una vez de libertad, llegaron a esta cárcel espiritual consignados por
la justicia y el poder divinos (Lc. 8:31). Juan en su Apocalipsis nos habla
también de otra vasta multitud de seres espirituales.
Que, como los
demonios-angosta, quedan en libertad para actuar sobre las masas idólatras y
adoradoras de demonios de la humanidad, en los últimos tiempos (Ap.9:13-21).
Simultáneamente, cuando desatan “los cuatro ángeles que están atados junto al gran río
Éufrates! (ver. V.14), aparece en escena la invisible caballería
infernal de doscientos millones de jinetes para “matar a la tercera parte de los hombres”
(ver. V.15).
No puede discernirse claramente si estos extraños y bizarros seres espirituales con tan horrible constitución y mortal poder, pueden ser clasificados como agentes demoniacos7). Los cierto es que pertenecen al reino del mal sobrenatural. “Los cuatro ángeles” cuya liberación marca el momento del comienzo de esta terrible destrucción, parecen ser magnates específicos y ocupan un lugar muy importante en el reino del mal espiritual (Ef. 6:12). Los millones de agentes subordinados, cuya liberación llama automáticamente a la acción, parecen indicar un alto rango en estos cuatro ángeles. La Biblia no aclara si este ejército sobrenatural (2 R. 2:11; 6:13-17) estaba en libertad o atado, como los cuatro ángeles, y si así lo fuera, dónde. Ellos simplemente entran en escena y comienzan su carrera destructiva y agresiva.
3.2. TIERRA
Y AIRE –LA MORADA DE LOS DEMONIOS EN LIBERTAD:
Estos
espíritus que constituyen los poderes del aire (Ef. 2:2) o “la potestad de las tinieblas” (Col.
1:13), bajo las órdenes de Satán, su príncipe, son los enemigos espirituales en
contra de quienes tienen que luchar los creyentes en la actualidad (Ef. 6:11,
12). Ellos sin duda conservarán su libertad para andar por las regiones
celestes con Satán hasta que éste sea echado de los cielos a la Tierra (Ap. 12:9).
Con Satán,
serán arrojados al abismo en la Segunda Venida de Cristo, para permanecer allí
durante el milenio (Ap. 20:1-3) y compartirán su destino eterno en el (fuego eterno)
(Mt. 25:41; Ap. 20:10). El estado de
preparación que él (Pablo) describe requiere que el creyente esté
debidamente uniformado y equipado. Hay seis partes que se debe poner o tomar para estar
preparado, que son: (Ef. 6:11, 12-18).
§ El cinturón,
§ La coraza,
§ El calzado,
§ El
escudo,
§ El casco y
§ La
espada.
Cada parte cumple con una función estratégica en la protección del soldado. El apóstol Pablo estuvo muy familiarizado con la vestimenta y armadura de un soldado romano porque estaba vigilado día y noche por soldados que tomaron turno para guardarlo. Cada prenda o pieza que Pablo menciona la usa como figura dándole un significado espiritual.
IV.
LA ORGANIZACIÓN DE LOS DEMONIOS:
Los seres
angelicales, tanto los caídos como los puros, constituyen una vasta multitud
(Dn. 7:10; Ap. 12:4,7). Así como los buenos espíritus tienen varios grados y
responsabilidades en ordenamiento sistemático, sería extraño pensar que el
ejército de Satán fuese una turba o chusma sin coordinación.
Lejos de
ser así, se revela el reino de Satanás (Mt. 12:26) como un imperio del mal
altamente sistematizado, y organizado elaboradamente. La autoridad de Satán
parece extenderse sobre dos órdenes distintas de seres:
§ La organización satánica de la
Tierra, y
§ Las huestes satánicas del aire8).
4.1.
LA ORGANIZACIÓN SATANICA DE LA TIERRA:
En esta esfera Satán
gobierna sobre la humanidad no regenerada.
Él
se aseguró el cetro de gobierno sobre la Tierra desde Adán, por derecho de
conquista (Gn. 3:1-6; Mt. 4:8,9; Jn. 12:31) y organizó el presente sistema
mundial bajo sus propios principios cósmicos de orgullo, ambición, egoísmo, violencia,
avaricia y placer (Jn. 14:30; 18:36; Ef. 2:2; 6:12; 1 Jn. 2:15-17).
Imponente,
exteriormente religioso, científico, culto, elegante, este sistema mundial está
dominado por los principios satánicos, y bajo su engañosa apariencia exterior,
es una caldera hirviendo de ambiciones nacionales e internacionales,
revalidadas comercialmente, lágrimas escondidas detrás de una sonrisa.
Satanás y su jerarquía elaboradamente organizada de seres espirituales de maldad (Dn. 10:13; Ef. 6:12), son a menudo los agentes invisibles y la causa real del poder e inteligencia de los dictadores, reyes presidentes y gobernadores que son los dirigentes visibles9). Las fuerzas armadas y las guerras periódicas, con muerte, sangre y violencia, son los acompañantes indispensables.
4.2. LAS HUESTES SATANICAS DEL AIRE:
En esta
categoría Satanás ejerce dominio sobre los espíritus caídos que le siguieron en
su rebelión original. Su autoridad es, sin duda, un atributo que se le ha
permitido retener desde su creación. Estos espíritus, habiendo irrevocablemente
elegido seguir a Satán, en vez de permanecer leales a su Creador, han quedado
confirmados irremisiblemente en maldad, e irreparablemente abandonados al
error.
De allí que estén en completo acuerdo con su príncipe y le rindan voluntarioso servicio en sus diferentes grados y posiciones en su altamente organizado reino del mal (Mt.12:26). Su decisión inicial los ha ligado por siempre a su programa de engaño y a su inevitable condenación.
4.3.
LOS ESPIRITUS APRISIONADOS EN EL
ABISMO:
La organización satánica no se extiende solamente a su ejército en la Tierra y a las huestes del aire. Hasta los moradores demoniacos del abismo sienten la influencia de su sistematización eficiente. “Tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego Apolión” (Ap. 9:11). Este rey no es Satanás.
“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón*, y en griego, Apolión**”. (Ap. 9:11)
*Abadón: G3 Ἀβαδδών
= Abaddón: de origen hebreo [H11];
ángel destructor: - Abadón.
Abadón: H11
אֲבַדּוֹן = abaddón:
intensivo de H6; abstractamente perecer; concretamente Hades: - Abadón.
(Strong).
**Apolión: G623 Ἀπολλύων = Apolúon: participio activo de G622; destructor (i. e. Satanás): - Apolión.
Satán es
el príncipe de todos los poderes de las tinieblas, pero tiene potentados y
príncipes a su mando, con sus propias responsabilidades particulares. Es
Satanás mismo quien abre la puerta del pozo del abismo (Ap. 9:1-2) para la
liberación de los espíritus-langostas en los días del “poder engañoso” (2 Ts. 2:11), pero
el rey inmediato de estos malignos demonios es uno de los ángeles de Satanás, “el ángel del
abismo”.
El rey tiene un nombre descriptivo, dado en hebreo y en griego, que demuestra que la horrible erupción demoniaca del abismo tendrá relación tanto con judíos como con gentiles, al final de los tiempos. Cristo es llamado “Jesús”, porque Él es “Salvador”. El rey es llamado “Abadón” en hebreo y “Apolión” en griego, porque él es un destructor, lo opuesto al Salvador.
V.
LA CONDENACIÓN DE LOS DEMONIOS:
Los
demonios, como su líder Satanás, tienen una importante esfera de actividad para
ejercitar su poderoso y maligno ministerio, pero, sin embargo, están bajo
estricto control divino y cumplen un papel definido en el plan de Dios.
La amplitud de sus maquinaciones está estrictamente determinada, la esfera de sus malvadas operaciones ya está dada, y su condenación, inexorablemente sellada. No se encuentran un impuro dualismo en la demonología bíblica.
5.1.
EL ABISMO –LUGAR INTERMEDIO DE
CONDENACIÓN:
Los malos espíritus de ninguna manera ignoran el destino seguro que les espera. Por eso es que clamaron a Jesús: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt.8:29) Los demonios en el endemoniado gadareno demostraron a Jesús un miedo peculiar y terror al abismo, haciendo ver que lo consideraban como un lugar de tormento y prisión. “Y le rogaban que no os mandase ir al abismo” (Lc.8:31).
Ayuda Hermenéutica:
[4] Abismo: G12 ἄβυσσος
= abusos: de G1 (como partícula
negativa) y una variación de G1037; sin fondo, i. e.
(específicamente) (infernal) «abismo»: - abismo. (Strong).
[5] Sin Fondo: G12: abussos = (ἄβυσσος G12) sin fondo (de a negación, y bussos, profundidad; similar a bathus, profundo; que se usa en castellano como prefijo para términos técnicos, como batógrafo, apartado para registrar profundidades).
Describe una profundidad insondable, el mundo inferior, las regiones infernales, el abismo del Seol. En Rom. 10:7, citando a Dt. 30:13, el abismo (la morada de los muertos perdidos) toma el lugar del mar, debiéndose el cambio en la cita a los hechos de la muerte y de la resurrección del Señor. Es una referencia a las regiones inferiores como morada de demonios, de donde pueden ser soltados (Ap. 11:7; 17:8); se halla en siete pasajes de Apocalipsis (9:1, 2, 11; 11:7; 17:8; 20:1, 3). En los Evangelios aparece en Lc.8:31: (VINE).
El abismo, siendo similar al Hades, que es la morada de las almas de los injustos entre la muerte y la segunda resurrección, parece ser un lugar intermedio de detención para malos espíritus. Sus huestes depravadas quedan libres durante la gran tribulación para aumentar las malignas cohortes de Satán en su salvaje obra de engaño y destrucción (Ap.9:1-11). A ese mismo calabozo será consignado Satanás en la segunda venida de Cristo y quedará prisionero durante el reino milenial (Ap.20:1-3). Sin duda, quedan encerrados con él, todos sus ejércitos de esbirros[6] demoniacos pues no podrá engañar “más a las naciones, hasta que” sean “cumplidos mil años” (ver. V.3).
Y éste no
sería el caso si las bandas vagabundas de sus sicarios hubiesen quedado en
libertad para proseguir su iniquidad.
Sin duda, se entiende que el hecho de que haya de ser “desatado por un poco de tiempo” (ver. 3, 7), luego del milenio, incluye a los demonios también o, por lo menos, parte de ellos, para llevar a cabo el engaño de las naciones (vv. 8, 9).
5.2.
GEHENNA –EL LUGAR DE ETERNA CONDENACIÓN:
El abismo
acoge a sus malignos huéspedes sólo temporalmente, y debe luego entregarlos al “fuego eterno,
preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt.25:41). Esta es
incuestionablemente la terrible condenación que los demonios tenían en mente
cuando clamaron a Jesús:
· “¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt. 8:29) o “¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos?” (Mr. 1:24).
Satanás
quedará libertado del abismo, pero será nuevamente apresado en su última y
horrible rebelión en contra de Dios y “lanzado en el lago de fuego y azufre”, su lugar de
eterna condenación, para ser atormentado “día y noche por los siglos de los siglos”
(Ap.20:10).
No hay duda de que sus cómplices demoniacos, que han colaborado con Satanás en su último engaño de la humanidad, tendrán el mismo destino al mismo tiempo. Todo otro espíritu maligno que hubiere permanecido en el abismo estará presente en el juicio del Gran Trono Blanco y será consignado a las llamas eternas del Gehenna[7] (vv.11-15).
Pember10)
ve una posible identificación del abismo la prisión de los demonios,
con el mar. “Y
el mar entregó los muertos que había en él” (ver. V.13).
Pro esta idea, ingeniosa por cierto, no puede ser probada.
La
Septuaginta usa el término en conexión con el abismo caótico en Génesis 1:2 y “las fuentes del
grande abismo” que fueron rotas para causar el diluvio (Gn. 7:11),
pero otra cosa es pensar que el abismo sea considerado como el mar. Si se
pudiera establecer este uso explicaría el por qué “el mar” que usualmente se toma como
entregando los restos de aquellos que murieron allí o se ahogaron, aparece
junto con “la
muerte y el Hades” (el mundo invisible),
lugares que no contienen materiales, sino espíritus sin cuerpos.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] Reticente. (Del
lat. retĭcens, -entis, part. act. de reticere, callar). adj. Que usa
reticencias. || 2. Que envuelve o incluye reticencia. || 3. Reservado,
desconfiado. (Microsoft® Encarta® 2008).
[2] Psíquico, ca. (Del lat.
psychĭcus, y este del gr. ψυχικός). adj. Perteneciente o relativo a las
funciones y contenidos psicológicos. (Microsoft® Encarta® 2008).
[3] Yo. (Del lat. eo, de
ego). pron. person. Forma de nominativo de 1.ª persona singular en masculino y
femenino. || 2. Fil. Designa la realidad personal de quien habla o escribe. ||
3. m. Fil. El sujeto humano en cuanto persona. El yo. Mi yo. || 4. Psicol.
Parte consciente del individuo, mediante la cual cada persona se hace cargo de
su propia identidad y de sus relaciones con el medio. || ~ que tú, que usted,
etc. exprs. coloqs. Si yo estuviera en tu, su, etc., lugar. □ V. ~ pecador.
Ego. (Del lat. ego, yo). m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia
psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la
motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la
realidad del mundo exterior. || 2. coloq. Exceso de autoestima. (Microsoft®
Encarta® 2008).
[4]
Sin
fondo, cavernoso muy profundo, Insondable. Todas estas
palabras son la traducción del inglés.
[5]
Profundo,
ahuecado, de profundidad grave, hondo, abismálico. Traducción del inglés.
[6] Esbirro. (Del it.
sbirro). m. Oficial inferior de justicia. || 2. Hombre que tiene por oficio
prender a las personas. || 3. Secuaz a sueldo o movido por interés. (Microsoft®
Encarta® 2008).
[7] Gehenna: G1067
geenna = (γεέννα G1067)
representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea
correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT., once de ellas en los
Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que
le diga a su hermano, fatuo (véase bajo INSENSATO), quedará expuesto «al
infierno de fuego» (Mt.5:22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una
ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, que no que «todo su cuerpo
sea echado al infierno» (v. 29); similarmente con la mano (v. 30). En Mt.18:8,9
se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también
la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere
evidentemente el término «cuerpo» en el cap. (VINE).
1) Compara H. E. Daney y J. R. Mantey, A.
Manual Grammar of the Greek New Testament, pp. 75 76, 79.
2) Wiliam M.
Alexander, Dmonic Possession in the New Testament, pp. 25, 26, 50-57. Para la
multitude de formas grotescas de los demonios en la antigua demonología
semítica, véase Edward Langton, Essentials of Demonology, pp. 20-22; y R.
Campbell Thompson, Semitic Magic, pp. 44, 57 60, 62, 101.
3) Alexander,
op.cit. p. 41.
4) Cratilo I,
389. Para la naturaleza intelectua de los demonios, vea John L. Nevius, Demonic
Possession and Allied Themes pp. 33, 83, 150, 296, y E, Langton, Essentials of
Demonology, pp. 153, 179.
5) Para os conceptos paganos antiguos del
abismo, vea James Moffatt en The Expositor’s Greek New Testament (Revelation),
p. 406.
6) Para una disertación profunda sobre el
abismo, vea el apéndice o digresión en Lange’s Commentary on the Holy Scritures
(Revelation).
7) Es sumamente probable que sean agentes
demoniacos. Las características sobresalientes de los demonios son sus formas
fantásticas en los conceptos extra bíblicos. Compare la nota 2.
8) Lewis
Sperry Chafer, Satan, pp. 63, 64.
9) Vea el Capítulo XI, “La Demonología Bíblica
y los gobiernos del mundo”.
10) G. H.
Pember, Earth’ Eatliest Ages and Their Connection with Modern Spiritualism and
Theosophy, pp. 75. 76.
-
e-Sword-the. LEDD.
- Biblia
de Estudio RYRIE.
- UNGER,
Merrill. Los Demonios Según La Biblia. Edit. Las Américas. Primera Edición.
1952.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 11//3//2022. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”.
Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz.E -
Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
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“Y cuando llegó la
noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la
palabra echó fuera a los demonios”.
(Mateo 8:16).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Sobre
el tema de los demonios, la Biblia nos habla de manera tal como para no llamar
la atención de los muy curiosos o altamente imaginativos. Sin embargo, se
presentan los hechos esenciales con tal sencillez y brevedad, que en ningún
momento se pierde el objetivo de dar instrucciones prácticas y llamar la
atención sobre sus peligros.
En ningún otro punto del tema es más evidente esta falta de imaginación y soslayo de detalles innecesarios que en los pasajes donde se describen los malos espíritus.
I.
LA NATURALEZA DE LOS DEMONIOS:
No se ha entendido el carácter preciso de los demonios, en la gran mayoría de los casos, y se constituyó en la fuente más prolífica de superstición, no solamente en los sistemas étnicos y rabínicos, sino también en los conceptos cristianos.
1.1.
SU NATURALEZA ESPIRITUAL:
Como lo demuestran los siguientes pasajes, los Evangelios nos dan pruebas concluyentes de que los demonios son seres puramente espirituales. “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados (daimonizomenous); y con la palabra echó fuera a los demonios (ta pneumata)” (Mt.8:16).
Ayuda Hermenéutica:
Endemoniados: G1139
δαιμονίζομαι = daimonízomai:
voz media de G1142; ser ejercido por un demoni o: - atormentado,
demonio, endemoniado.
Demonios: G4151 πνεῦμα = pneúma: de G4154; corriente de aire, i. e. respiración (soplo) o brisa; por analogía o figurativamente un espíritu, i. e. (humano) el alma racional, (por implicación) principio vital, mentalmente disposición, etc., o (sobrehumano) ángel, demonio, o Dios (divino), espíritu de Cristo, el Espíritu Santo: - aliento, espíritu, espiritual, viento. Compare G5590. (Strong).
El apóstol Pablo
presenta gráficamente la naturaleza espiritual de Satán y sus huestes
demoníacas cuando dice enfáticamente que la lucha del creyente no es “contra sangre y
carne”, sino contra lo inmaterial, lo incorpóreo que él describe
como “potestades”,
“gobernadores de las tinieblas”, “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
(Ef.6:12).
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. (Ef.6:12).
Nuevamente
en Efesios 2:2, el apóstol parece señalar claramente “la potestad del aire”, de la
que Satán es el “príncipe”, como “espíritu”, La traducción de Weymouth es bien
cara al respecto: “el príncipe de las potestades del aire, los espíritus que
ahora obran en los corazones de los hijos de desobediencia”. Las “potestades del aire”, son los malos espíritus que
motivan a los impíos, de la misma manera que el Espíritu Santo da poder al
pueblo de Dios.
En forma similar,
el apóstol Juan da testimonio sobre la incorporeidad de los demonios cuando
habla de los tres espíritus inmundos que salen de la boca del dragón, la bestia
y el falso profeta, como “espíritus de demonios” (Pneumata daimonion,
Ap. 16:14). La expresión puede ser considerada o como genitivo común de
descripción, denotando la clase de espíritus como “demoniacos”,
o mejor aún, como genitivo de aposición, que define más particularmente el
término general “espíritus”, que
pueden ser buenos o malos, como “demonios
espíritus” malos1).
Entonces, las Escrituras presentan
a los demonios como seres puramente espirituales. En varios pasajes la Biblia
nos da prácticamente lo que es una definición de “espíritu”. “Dios
es Espíritu” (Jn.4:24). “Un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lc. 24:39).
Los “demonios”
son “espíritus”
(Lc.10:17, 20). “Los ángeles… son… espíritus” (Heb. 1:13, 14).
El atributo
específico de “espíritu”,
es entonces, inmaterialidad, incorporeidad. Cristo como el Verbo eterno
(Espíritu increado), en su encarnación,
no tomó sobre Sí mismo un cuerpo inmaterial incorpóreo, la naturaleza de
“los ángeles”
(Heb. 2:16), sino una verdadera humanidad, en una esfera “un poco menor que los ángeles”
(Salm. 8:4, 5; Heb. 2:6, 9), para poder elevar al creyente a su propia plano,
sobre los ángeles (Heb.2:9, 10).
Es, pues, evidente
por estas Escrituras, que ángeles buenos o malos, son en substancia espíritu, y
habitantes del mundo espiritual, que está sobre el mundo natural. Pero no
debemos suponer por el hecho de que los espíritus son inmateriales, que son
menos personales. Los demonios, como otros seres espirituales creados, poseen
personalidad, y en todas partes de las Escrituras se habla de ellos como agentes
inteligentes y con voluntad (Mr. 5:10; Lc. 4:34).
Si la substancia
de los demonios es espiritual, ¿Qué podemos decir de su forma y visibilidad? ¿Pueden ellos tomar una forma definida y ser vistos por
ojos humanos? ¿Puede el espíritu llegar a ser discernible a los hombres en
la carne? Admitimos que estas preguntas son difíciles, y excepto por
unos pocos y débiles rayos de luz de la Palabra revelada, el tema está envuelto
en oscuridad.
Aunque ningún ser
humano en la carne ha podido ver la divina esencia, Dios, en su propia y
gloriosa Trinidad espiritual (Jn.1:18; 4:24), sin embargo, Dios cubierto en
forma angélica, encarnado particularmente en Jesucristo, ha sido visto por los
ojos mortales (Gn. 18:2, 22; Éx. 3:2-4; Jn.14:9). Aunque los ángeles son invisibles
a los hombres (Salm.104:4), sin embargo en semejanza de forma humana (Gn. 19:1,
5; Lc.1:26; Jn.20:12; Hech.12:9).
De la misma manera, los seres espirituales malignos evidentemente poseen un poder similar. Satán el príncipe de los malos espíritus (Mt.12:24), sin duda asumió la semblanza de forma humana en la tentación de Jesús (Mt.4:910), y fue visto por Zacarías, de pie a la derecha de Josué, el sumo sacerdote (Zc. 3:1). Bajo el disfraz de la sapiente edénica, él se presentó primero como “ángel de luz” (Gn.3:1; 2 Cor.11:14). No sería raro, entonces, que sus demonios acólitos pudieron asumir la semblanza de forma humana, si la ocasión lo requiriera.
La
Escritura es notablemente reticente[1] en
esta fase de la demonología, en contraste competo con los sistemas étnicos y
rabínicos, donde se da gran prominencia a los vislumbre de espíritus de las
clases y formas más fantásticas. Por ejemplo: los rabíes dividieron a los demonios en dos clases:
(1) Compuesta de seres puramente
espirituales,
(2) La otra de semiespíritus (“halbgeister”)2).
Los
últimos, como seres semisensuales con una constitución psíquica[2] carnal
que los envuelve en necesidades unciones físicas, podían ser vistos bajo
ciertas condiciones y eran la fuente de una superstición interminable.
Sin embargo, la verdad Escritural de una vez por todas deshace la noción de “semiespíritus” y con ella una gran parte de la demonología étnica y rabínica, donde se viola las características esenciales del espíritu.
Al
presentar a los demonios como seres puramente espirituales, las Escrituras los
consideran uniformemente como por encima de, o superiores a las operaciones de
las leyes naturales, y no sujetos a la visión humana u otra percepción
sensorial.
De allí
que la Biblia esté libro de ritos y métodos mágicos, que vician y contaminan
los sistemas no bíblicos. Teniendo en cuenta este reconocimiento general de
la espiritualidad e invisibilidad de los
demonios, debemos notar cuidadosamente que la Palabra de Dios reconoce el
principio de la trascendencia de la ley natural en el milagro divino.
Bajo tales
circunstancias, el ojo natural puede ver la realidad espiritual, como, por
ejemplo, cuando en contestación a la oración de Eliseo, Jehová = (Ha-Shem “El Nombre” Adonai) abrió los ojos del joven, el siervo
del profeta, para ver “que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros
de fuego alrededor de Eliseo” (2 R.6:17).
De la
misma manera Eliseo vio “un carro de fuego con caballos de fuego” cuando
Elías subió en un torbellino al cielo (2 R. 2:11). Así también el vidente de
Patmos vio los horribles demonios langosta, en el horrendo último día de la
erupción del abismo (Ap. 9:1-12).
Y también
vio los tres espíritus inmundos con forma de ramas, que salieran de la boca del
dragón, la bestia y el falso profeta (Ap.16:13-16). Juan pudo ver estos
habitantes del mundo maligno espiritual por visión sobrenatural. No obstante,
los demonios-langostas y los
malos espíritus con forma de ranas serán invisibles al ojo natural, pero su
presencia será notada por el intenso sufrimiento que infligirá, el gran engaño
que causaría, que será inevitable por causa de su invisibilidad humana para
proveer armas contra sus ataques.
Es
imposible decir si el poder satánico en las tierras que no fueron tocados por
la verdad del evangelio ni liberadas de la esclavitud del mal sobrenatural,
haya estado sin freno a tal grado que ha llegado a realizar miagro diabólicos,
trascendiendo a las leyes naturales con el fin de extender el miedo y la
superstición por medio del vislumbre de
espíritu.
Sería difícil negar tal posibilidad, frente a los fenómenos del espiritismo moderno y a la explosión milagrosa del mal sobrenatural de los últimos días (2 Ts. 2:9; Ap. 13:13-15), y frente a las declaraciones de la demonología étnica y rabínica sobre la verificación directa en el asunto de ver espíritus3). Al negar tal posibilidad de milagros diabólicos como causa última y dinámica, es difícil dar alguna razón de la perpetuación de una masa tan vasta de superstición y fanatismo desde el principio de los tiempos históricos hasta nuestros días. Si hay mucho humo, es porque debe haber fuego en algún lado.
1.2. SU NATURALEZA INTELECTUAL:
A creencia
de que os malos espíritus poseen conocimientos sobrehumanos, especialmente el
futuro, la atestigua la práctica difundida de buscar oráculos de ellos. Si la
etimología de la palabra ‘daimon’
que hace Platón, es correcta4) de que proviene de un adjetivo que
significa “conocedor”) o “inteligente”, parece ser que la
inteligencia es la característica básica en el concepto de los demonios. Más aún, las
Sagradas Escrituras enfatizan uniformemente su perspicacia:
·
Ellos
conocen a Jesús (Mr. 1:24),
·
Se
inclinan delante de Él (Mr. 5:6),
·
Hablan
de Él como “Hijo de Dios Altísimo” (Mr. 5:7),
·
Se
dan cuenta de que no puede haber comunión entre la luz y las tinieblas, entre
Jesús y ellos (Lc. 8:28),
·
Le
piden favores (Lc. 8:31),
·
Le
obedecen (Mt.
8:16),
·
Niegan conocimiento de su
encarnación y completo sacrificio (1 Jn. 4:1-3),
·
Corrompen
la sana doctrina (1 Tim. 4:1-3),
·
Disciernen
entre aquellos sellados por Dios y los que no o están (Ap. 9:4),
y
· Se dan cuenta de su futuro y su propia e inevitable condenación (Mt. 8:29).
Aunque el
conocimiento de los demonios es agudo y sobrenatural, no es un conocimiento
santo y salvador. Los demonios “creen, y tiemblan” (Stg. 2:19), pero siendo
confirmados en maldad, nunca buscan perdón y pureza. Ellos tienen un profundo
conocimiento de que Jesús es el Señor del mundo espiritual, pero su confesión
no involucra una confianza salvadora, o una sumisión voluntaria. Ellos adoran a
Cristo (Mr. 3:11), pero su adoración no es de amor o de gozo por la santa
comunión, sino la mera inclinación de una voluntad inferior a una superior, en
odio y resentimiento.
Como la
vasta sabiduría de Satanás, aunque finita, se corrompió cuando él pecó (Ez. 28:12,
17), es razonable pensar que la gran sabiduría que caracteriza a los seres
angelicales en general (2 Sam. 14:20), fue en el caso de la multitud de
colaboradores angélicos que le siguieron, pervertida de la misma manera.
Esta es, sin duda, la explicación de la preeminente, aunque no santa, sabiduría de los demonios, que es usada infatigablemente e incesantemente en tentativas de estorbar y frustrar los palanes y propósitos de Dios.
1.3. SU
NATUALEZA MORAL:
La
depravación y completa bajeza moral de estos invisibles agentes del mal está testimoniada
a lo largo de las Escrituras por los diabólicos efectos que producen en sus
víctimas y por el frecuente epíteto de “inmundos” que se aplica a ellos (Mt.10:1; Mr.1:27;
3:11; Lc.4:36; Hech.8:7; Ap. 16:13):
Ø Ellos usan a aquellos que
llegan a posesiones o influencias como “instrumentos de
iniquidad” (Rom. 6:13),
Ø Para promulgar “doctrina de
demonios” (1 Tim. 4:1) y
Ø “Herejías destructores” (2 P. 2:1), llevando no sólo a conducta amoral, sino inmoral.
Los actos
de los endemoniados parecen indicar que los espíritus inmundos toman posesión
en algunos casos con propósitos de gratificación sensual, usando todo tipo de
impurezas. Esto puede explicar el deseo de los poseídos de vivir en estado de
desnudez, de tener pensamientos licenciosos (Lc. 8:27) y de frecuentar lugares
de impureza como las tumbas.
La
naturaleza viciosa y vil de los demonios se demuestra aún más en el deseo que
tenía de entrar en los cerdos (Mr. 5:12) y en su actividad en la proclamación de
las doctrinas de amor libre (1 Tim. 4:3), con el consiguiente resquebrajamiento
moral de una sociedad ordenada.
Junto con
su inteligencia sobrehumana y su moral viciosa, ellos tienen una fuerza
asombrosa:
§ Tienen poder sobre el cuerpo
humano para causar mudez (Mt. 9:32,
33),
§ Ceguera (Mt. 12:22),
§ Demencia (Lc. 8:26-36),
§ Manías suicidas (Mr. 9:22),
§ Males físicos (Mr. 9:18)
y
§ Varios defectos y deformidades físicas (Lc. 13:11-17).
Se les representa con diferentes grados de malignidad (Mt. 12:45). Puede verse su energía titánica en la fuerza sobrenatural que pueden impartir al cuerpo humano (Lc. 8:29). El poder y la gran fuerza son atributos angelicales conspicuos (Salm. 103:20; 2 P. 2:11), que, como la sabiduría, fueron viciados y pervertidos en la rebelión de los ángeles (Mt. 12:26-29).
II. LA
ACTIVIDAD DE LOS DEMONIOS:
Satán y
los malos espíritus están incansable e incesantemente dedicados a la
prosecución de objetivos de engaño y maldad. Puede percibirse la actividad y diligencia
satánica en expresiones como ésta:
Ø “Rodear la tierra y
de andar por ella” (Job 1:7), o
Ø “Como león
rugiente… buscando a quien devorar” (1 P.5:8).
Si el príncipe líder de los demonios presenta tal imagen de incansable celo e inagotable energía (Mt. 12:24), no es raro que sus huestes de seguidores voluntarios demuestren algo del mismo entusiasmo y diligencia.
2.1. LOS DEMONIOS SE OPONEN A DIOS Y LUCHAN EN
CONTRA DE SU VLUNTAD:
La
oposición a la voluntad de Dios es el principal objetivo satánico. El nombre “Satán”,
significa “adversario”:
·
Primeramente,
adversario de Dios (Job
1:6; Mt. 13:39), y
·
Luego, oponente
del hombre (Zc.3:1;
1 P. 5:8).
Satán: H7854
שָׂטָן = satán:
de H7853; oponente, opositor; especialmente (con el art. prefijo)
Satán, Satanás, el archienemigo de lo bueno:
adversario,
enemigo, Satanás. (Strong).
Adversario: H7854
שָׂטָן
1) Adversario, acusador (Núm.22:22;
1 R.5:18/4).
2)
Ha-satán =
la RVA traduce consecuentemente como Satanás en Zc.3:1; Job 1:6, aunque bien
podría traducirse como en (1) arriba.
3) Satán =
Satanás (1 Cron.21:1). (Moisés
Chávez).
La designación “diablo”
significa “acusador”:
§ Acusando a Dios delante de
los hombres (Gn.3:1-5),
y
§ A los hombres delante de Dios
(Job
1:9, 11; 2:45; Ap.12:10).
Diablo: G1228 διάβολος = diábolos: de G1225; calumniador; específicamente Satanás [Compare H7854]:- calumniador, diablo. (Strong)
Fue la
intromisión de su voluntad en contra de la voluntad divina, en la apostasía
original (Is. 14:13,14) y la concurrencia de una vasta multitud
de ángeles la que por siempre
determinó la actitud satánica y demoniaca como una de oposición y de exaltación
del “yo[3]” “contra todo lo
que se llama Dios o es objeto de culto” (2 Ts. 2:4).
Desde el asesinato de Abel (Gn. 4:8), hasta la matanza de niños inocentes que hizo Herodes (Mt. 2:16), puede observarse el implacable odio de Satán hacia la simiente prometida y su antagonismo al Mesías de Dios y al propósito divino que se realizaba en El. Como los demonios tienen a Satanás por rey (Mt. 12:26), de la misma manera que él, se opone a Dios.
Podemos discernir la tremenda
resistencia venenosa de Satán y los demonios a los planes de Dios y sus
propósitos en Cristo:
Ø
En la
aparición personal de Satán para tentar al Señor Jesús en el desierto
(Mt. 4:1-11),
Ø
En los tremendos
disturbios demoniacos que por todas partes trataron de frustra su ministerio
público, en la traición de Judas (Lc. 22:3),
Ø
En la negación de
Pedro (Lc. 22:31) y en la horrible ceguera y engaño de los
líderes judíos.
Lo mismo vemos a través de los anales de la historia de la Iglesia, hasta la última y terrible coalición en contra de Dios, motivada por los demonios en el Armagedón (Ap. 16:13-16).
2.2. LOS
DEMONIOS OPRIMEN AL HOMBRE Y TRATAN DE ESTORBAR SU BIENESTAR:
A menudo
los malos espíritus ponen en peligro el bienestar temporal y eterno del hombre
al ejercitar cierto control sobre los fenómenos naturales. Para afligir a Job,
Satanás utilizó rayos, viento y enfermedades (Job 1:12, 16, 19; 2:7). La mujer
que tenía un “espíritu
de enfermedad” estuvo ligada por Satanás durante 18 años (Lc. 13:11,
16). La violenta tormenta en el Mar de Galilea en la cual los discípulos
despertaron al Salvador puede ser atribuida a agencia satánica y demoniaca (Mr.
4:39).
Pero mucho más a menudo los espíritus malignos ponen en peligro el bienestar del hombre al ponerlo bajo tentación. Muchas Escrituras atribuyen específicamente este poder a Satanás (Gn. 3:1-7; Mt. 4:3; Jn. 13:27; Hech. 5:3; 1 Ts. 3:5) y seducciones son tanto positivas como negativas (Mt. 13:38, 39).
Satanás no solamente quita
la buena semilla, sino que también siembra la cizaña.
Sin lugar
a dudas, este poder de tentación es poseído por los muchos espíritus malignos
subordinados de Satán, a través de cuya instrumentalidad, él cumple sus
nefastos propósitos. El “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia”
(Ef.2:2) está perpetua e infatigablemente ocupado en el desarrollo de un vasto
programa de engaño y atracción al mal.
Es
evidente en las Sagradas Escrituras que la actividad de los demonios está tan
íntima e inseparablemente ligado con la de su príncipe-líder,
que sus obras no se diferencian, sino más bien se identifican. Es así que se
describe el ministerio del Señor sobre la Tierra, como “haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo” (Hech. 10:38).
Es obvio, aun en una precipitada observación de los hechos, que la llamada opresión del diablo, es, en su mayor parte, la obra de sus emisarios y siervos los demonios. Sin duda, los casos más importantes de tentación (Mt. 4:1; Lc. 22:3, 31) son obra directa de Satanás mismo, pero como no es ni omnipresente, ni omnipotente, ni omnisciente, la mayor parte de su actividad colosal debe ser delegada en los demonios. Estos también angustian a la humanidad desordenando la mente en la “posesión demoniaca” (Mr. 1:23-27; 5:1-20).
2.3.
SIN EMBARGO, LOS DEMONIOS CUMPEN LOS
PROPÓSITOS DE DIOS:
Los
demonios son instrumentos en las manos de Dios para ejecutar sus planes de
castigar a los impíos (Salm. 78:49) El malvado Acab fue castigado por sus
crímenes por un “espíritu de mentira” que Jehová puso en la boca de todos sus
profetas para llevar al desastre de Ramot de Gallad (1 R. 22:23). Son los
demonios los que llevarán a los ejércitos que resisten a Dios en Armagedón a
una catástrofe similar (Ap. 16:13-16).
Satán y
sus demonios también son usados por Dios para el castigo de los suyos. Cuando
Satanás zarandeó a Pedro no lo hizo sino en cumplimiento de lo dicho por el
Señor (Lc.22:31). A través de pruebas satánicas, Job es llevado a una posición
de refinamiento y crecimiento espiritual (Job 42:5, 6). El incestuoso creyente
de Corintio es entregado “a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el
espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Cor. 5:5). Himeneo
y Alejandro son entregados a “Satanás para que aprendan a no blasfemar” (1 Tim. 1:20).
Satanás y los demonios ilustran, para todos los tiempos, la naturaleza y el destino del mal moral (Mt. 8:29). El “fuego eterno”, que está preparado para Satán, sus ángeles, y todos los que le siguen (Mt. 25:41; Ap. 20:10), será una demostración para todo el universo moral de la tremenda iniquidad del pecado y su inevitable pena y castigo.
III. LA
MORADA DE LOS DEMONIOS:
Aunque Satanás
tiene gran poder, está circunscrito por barreras y limitaciones más allá de las
cuales no puede actuar.
Se le
puede permitir ahora emplear un innumerable ejército de demonios, que están
libres y pueden obedecer sus órdenes, pero no puede capitanear a todos
los agentes del mal que de buena gana le seguirían en sus designios diabólicos.
Pero en los últimos juicios en la consumación de los tiempos y para aumentar el castigo de los impíos, él aumentara sus ejércitos con multitudes de seres malignos, que están en prisiones al presente.
3.1.
EL ABISMO –LA MORADA DE LOS DEMONIOS
PRISIONEROS:
Aunque las Sagradas Escrituras hablan de las prisiones de malos espíritus, y la multitud de sus prisioneros, nada se revela sobre la razón o el tiempo en que este encarcelamiento tuvo lugar. Sin embargo, la liberación de estos seres malignos aparece gráficamente en detalle en Apocalipsis 9:1-11:
“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo…”. (Ap. 9:1-11).
Estrella: G792 ἀστήρ = astér: probablemente de la base de G4766; estrella (como regada por el cielo), literalmente o figurativamente:- estrella. (Strong).
Juan vio “una estrella que
cayó del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo” (ver.
V.1).
Una
estrella: Representa una creatura inteligente; al parecer, un ángel del abismo
(v.11). Nótese:
el “abrió”
del v.2. Del pozo del abismo (para otros usos de esta frase, Comp. Lc. 8:31;
Rom. 10:7; Ap. 9:11; 11:7; 17:8; 20:1, 3). Lc. 8:31 indica que ésta es la
habitación de los demonios. (Biblia de Estudio. Ryrie, p.1791).
Los comentaristas no están de acuerdo en el significado de la
estrella:
Ø Unos piensan que representa a
Satán,
Ø Otros a un ángel caído,
Ø O a un ángel en estado de
pureza,
Ø A
un líder apóstata o algún otro ser.
Por otra
parte, la apertura del pozo del abism5), y la erupción de “langostas” infernales
y sobrenaturales que surgen en medio del humo es generalmente considerada como
la liberación de millones de demonios destructivos y engañadores, que vienen a
atormentar y engañar a judíos y gentiles en los últimos tiempos.
El pozo
del abismo6),
desde donde emergen estos agentes demoniacos, no es el Hades la mora de los
espíritus de seres humanos perdidos hasta la segunda resurrección, ni Tártaro,
la prisión de los ángeles caídos (2 P. 2:4; Jud. 6), ni tampoco el lago de
fuego, el lugar de condenación final de Satán y sus ángeles (Mt. 25:41), sino
que el lugar de la detención actual de muchos espíritus caídos, que, por alguna
razón han sido privados del privilegio que gozan muchos de sus compañeros, de
andar en libertad.
Algunos espíritus que
gozaron una vez de libertad, llegaron a esta cárcel espiritual consignados por
la justicia y el poder divinos (Lc. 8:31). Juan en su Apocalipsis nos habla
también de otra vasta multitud de seres espirituales.
Que, como los
demonios-angosta, quedan en libertad para actuar sobre las masas idólatras y
adoradoras de demonios de la humanidad, en los últimos tiempos (Ap.9:13-21).
Simultáneamente, cuando desatan “los cuatro ángeles que están atados junto al gran río
Éufrates! (ver. V.14), aparece en escena la invisible caballería
infernal de doscientos millones de jinetes para “matar a la tercera parte de los hombres”
(ver. V.15).
No puede discernirse claramente si estos extraños y bizarros seres espirituales con tan horrible constitución y mortal poder, pueden ser clasificados como agentes demoniacos7). Los cierto es que pertenecen al reino del mal sobrenatural. “Los cuatro ángeles” cuya liberación marca el momento del comienzo de esta terrible destrucción, parecen ser magnates específicos y ocupan un lugar muy importante en el reino del mal espiritual (Ef. 6:12). Los millones de agentes subordinados, cuya liberación llama automáticamente a la acción, parecen indicar un alto rango en estos cuatro ángeles. La Biblia no aclara si este ejército sobrenatural (2 R. 2:11; 6:13-17) estaba en libertad o atado, como los cuatro ángeles, y si así lo fuera, dónde. Ellos simplemente entran en escena y comienzan su carrera destructiva y agresiva.
3.2. TIERRA
Y AIRE –LA MORADA DE LOS DEMONIOS EN LIBERTAD:
Estos
espíritus que constituyen los poderes del aire (Ef. 2:2) o “la potestad de las tinieblas” (Col.
1:13), bajo las órdenes de Satán, su príncipe, son los enemigos espirituales en
contra de quienes tienen que luchar los creyentes en la actualidad (Ef. 6:11,
12). Ellos sin duda conservarán su libertad para andar por las regiones
celestes con Satán hasta que éste sea echado de los cielos a la Tierra (Ap. 12:9).
Con Satán,
serán arrojados al abismo en la Segunda Venida de Cristo, para permanecer allí
durante el milenio (Ap. 20:1-3) y compartirán su destino eterno en el (fuego eterno)
(Mt. 25:41; Ap. 20:10). El estado de
preparación que él (Pablo) describe requiere que el creyente esté
debidamente uniformado y equipado. Hay seis partes que se debe poner o tomar para estar
preparado, que son: (Ef. 6:11, 12-18).
§ El cinturón,
§ La coraza,
§ El calzado,
§ El
escudo,
§ El casco y
§ La espada.
Cada parte cumple con una función estratégica en la protección del soldado. El apóstol Pablo estuvo muy familiarizado con la vestimenta y armadura de un soldado romano porque estaba vigilado día y noche por soldados que tomaron turno para guardarlo. Cada prenda o pieza que Pablo menciona la usa como figura dándole un significado espiritual.
IV.
LA ORGANIZACIÓN DE LOS DEMONIOS:
Los seres
angelicales, tanto los caídos como los puros, constituyen una vasta multitud
(Dn. 7:10; Ap. 12:4,7). Así como los buenos espíritus tienen varios grados y
responsabilidades en ordenamiento sistemático, sería extraño pensar que el
ejército de Satán fuese una turba o chusma sin coordinación.
Lejos de
ser así, se revela el reino de Satanás (Mt. 12:26) como un imperio del mal
altamente sistematizado, y organizado elaboradamente. La autoridad de Satán
parece extenderse sobre dos órdenes distintas de seres:
§ La organización satánica de la
Tierra, y
§ Las huestes satánicas del aire8).
4.1.
LA ORGANIZACIÓN SATANICA DE LA TIERRA:
En esta esfera Satán
gobierna sobre la humanidad no regenerada.
Él
se aseguró el cetro de gobierno sobre la Tierra desde Adán, por derecho de
conquista (Gn. 3:1-6; Mt. 4:8,9; Jn. 12:31) y organizó el presente sistema
mundial bajo sus propios principios cósmicos de orgullo, ambición, egoísmo, violencia,
avaricia y placer (Jn. 14:30; 18:36; Ef. 2:2; 6:12; 1 Jn. 2:15-17).
Imponente,
exteriormente religioso, científico, culto, elegante, este sistema mundial está
dominado por los principios satánicos, y bajo su engañosa apariencia exterior,
es una caldera hirviendo de ambiciones nacionales e internacionales,
revalidadas comercialmente, lágrimas escondidas detrás de una sonrisa.
Satanás y su jerarquía elaboradamente organizada de seres espirituales de maldad (Dn. 10:13; Ef. 6:12), son a menudo los agentes invisibles y la causa real del poder e inteligencia de los dictadores, reyes presidentes y gobernadores que son los dirigentes visibles9). Las fuerzas armadas y las guerras periódicas, con muerte, sangre y violencia, son los acompañantes indispensables.
4.2. LAS HUESTES SATANICAS DEL AIRE:
En esta
categoría Satanás ejerce dominio sobre los espíritus caídos que le siguieron en
su rebelión original. Su autoridad es, sin duda, un atributo que se le ha
permitido retener desde su creación. Estos espíritus, habiendo irrevocablemente
elegido seguir a Satán, en vez de permanecer leales a su Creador, han quedado
confirmados irremisiblemente en maldad, e irreparablemente abandonados al
error.
De allí que estén en completo acuerdo con su príncipe y le rindan voluntarioso servicio en sus diferentes grados y posiciones en su altamente organizado reino del mal (Mt.12:26). Su decisión inicial los ha ligado por siempre a su programa de engaño y a su inevitable condenación.
4.3.
LOS ESPIRITUS APRISIONADOS EN EL
ABISMO:
La organización satánica no se extiende solamente a su ejército en la Tierra y a las huestes del aire. Hasta los moradores demoniacos del abismo sienten la influencia de su sistematización eficiente. “Tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón y en griego Apolión” (Ap. 9:11). Este rey no es Satanás.
“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón*, y en griego, Apolión**”. (Ap. 9:11).
*Abadón: G3 Ἀβαδδών
= Abaddón: de origen hebreo [H11];
ángel destructor: - Abadón.
Abadón: H11
אֲבַדּוֹן = abaddón:
intensivo de H6; abstractamente perecer; concretamente Hades: - Abadón.
(Strong).
**Apolión: G623 Ἀπολλύων = Apolúon: participio activo de G622; destructor (i. e. Satanás): - Apolión.
Satán es
el príncipe de todos los poderes de las tinieblas, pero tiene potentados y
príncipes a su mando, con sus propias responsabilidades particulares. Es
Satanás mismo quien abre la puerta del pozo del abismo (Ap. 9:1-2) para la
liberación de los espíritus-langostas en los días del “poder engañoso” (2 Ts. 2:11), pero
el rey inmediato de estos malignos demonios es uno de los ángeles de Satanás, “el ángel del
abismo”.
El rey tiene un nombre descriptivo, dado en hebreo y en griego, que demuestra que la horrible erupción demoniaca del abismo tendrá relación tanto con judíos como con gentiles, al final de los tiempos. Cristo es llamado “Jesús”, porque Él es “Salvador”. El rey es llamado “Abadón” en hebreo y “Apolión” en griego, porque él es un destructor, lo opuesto al Salvador.
V.
LA CONDENACIÓN DE LOS DEMONIOS:
Los
demonios, como su líder Satanás, tienen una importante esfera de actividad para
ejercitar su poderoso y maligno ministerio, pero, sin embargo, están bajo
estricto control divino y cumplen un papel definido en el plan de Dios.
La amplitud de sus maquinaciones está estrictamente determinada, la esfera de sus malvadas operaciones ya está dada, y su condenación, inexorablemente sellada. No se encuentran un impuro dualismo en la demonología bíblica.
5.1.
EL ABISMO –LUGAR INTERMEDIO DE
CONDENACIÓN:
Los malos espíritus de ninguna manera ignoran el destino seguro que les espera. Por eso es que clamaron a Jesús: “¿Qué tienes con nosotros, Jesús Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt.8:29) Los demonios en el endemoniado gadareno demostraron a Jesús un miedo peculiar y terror al abismo, haciendo ver que lo consideraban como un lugar de tormento y prisión. “Y le rogaban que no os mandase ir al abismo” (Lc.8:31).
Ayuda Hermenéutica:
[4] Abismo: G12 ἄβυσσος
= abusos: de G1 (como partícula
negativa) y una variación de G1037; sin fondo, i. e.
(específicamente) (infernal) «abismo»: - abismo. (Strong).
[5] Sin Fondo: G12: abussos = (ἄβυσσος G12) sin fondo (de a negación, y bussos, profundidad; similar a bathus, profundo; que se usa en castellano como prefijo para términos técnicos, como batógrafo, apartado para registrar profundidades).
Describe una profundidad insondable, el mundo inferior, las regiones infernales, el abismo del Seol. En Rom. 10:7, citando a Dt. 30:13, el abismo (la morada de los muertos perdidos) toma el lugar del mar, debiéndose el cambio en la cita a los hechos de la muerte y de la resurrección del Señor. Es una referencia a las regiones inferiores como morada de demonios, de donde pueden ser soltados (Ap. 11:7; 17:8); se halla en siete pasajes de Apocalipsis (9:1, 2, 11; 11:7; 17:8; 20:1, 3). En los Evangelios aparece en Lc.8:31: (VINE).
El abismo, siendo similar al Hades, que es la morada de las almas de los injustos entre la muerte y la segunda resurrección, parece ser un lugar intermedio de detención para malos espíritus. Sus huestes depravadas quedan libres durante la gran tribulación para aumentar las malignas cohortes de Satán en su salvaje obra de engaño y destrucción (Ap.9:1-11). A ese mismo calabozo será consignado Satanás en la segunda venida de Cristo y quedará prisionero durante el reino milenial (Ap.20:1-3). Sin duda, quedan encerrados con él, todos sus ejércitos de esbirros[6] demoniacos pues no podrá engañar “más a las naciones, hasta que” sean “cumplidos mil años” (ver. V.3).
Y éste no
sería el caso si las bandas vagabundas de sus sicarios hubiesen quedado en
libertad para proseguir su iniquidad.
Sin duda, se entiende que el hecho de que haya de ser “desatado por un poco de tiempo” (ver. 3, 7), luego del milenio, incluye a los demonios también o, por lo menos, parte de ellos, para llevar a cabo el engaño de las naciones (vv. 8, 9).
5.2.
GEHENNA –EL LUGAR DE ETERNA CONDENACIÓN:
El abismo
acoge a sus malignos huéspedes sólo temporalmente, y debe luego entregarlos al “fuego eterno,
preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt.25:41). Esta es
incuestionablemente la terrible condenación que los demonios tenían en mente
cuando clamaron a Jesús:
· “¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt. 8:29) o “¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos?” (Mr. 1:24).
Satanás
quedará libertado del abismo, pero será nuevamente apresado en su última y
horrible rebelión en contra de Dios y “lanzado en el lago de fuego y azufre”, su lugar de
eterna condenación, para ser atormentado “día y noche por los siglos de los siglos”
(Ap.20:10).
No hay duda de que sus cómplices demoniacos, que han colaborado con Satanás en su último engaño de la humanidad, tendrán el mismo destino al mismo tiempo. Todo otro espíritu maligno que hubiere permanecido en el abismo estará presente en el juicio del Gran Trono Blanco y será consignado a las llamas eternas del Gehenna[7] (vv.11-15).
Pember10)
ve una posible identificación del abismo la prisión de los demonios,
con el mar. “Y
el mar entregó los muertos que había en él” (ver. V.13).
Pro esta idea, ingeniosa por cierto, no puede ser probada.
La
Septuaginta usa el término en conexión con el abismo caótico en Génesis 1:2 y “las fuentes del
grande abismo” que fueron rotas para causar el diluvio (Gn. 7:11),
pero otra cosa es pensar que el abismo sea considerado como el mar. Si se
pudiera establecer este uso explicaría el por qué “el mar” que usualmente se toma como
entregando los restos de aquellos que murieron allí o se ahogaron, aparece
junto con “la
muerte y el Hades” (el mundo invisible),
lugares que no contienen materiales, sino espíritus sin cuerpos.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] Reticente. (Del
lat. retĭcens, -entis, part. act. de reticere, callar). adj. Que usa
reticencias. || 2. Que envuelve o incluye reticencia. || 3. Reservado,
desconfiado. (Microsoft® Encarta® 2008).
[2] Psíquico, ca. (Del lat.
psychĭcus, y este del gr. ψυχικός). adj. Perteneciente o relativo a las
funciones y contenidos psicológicos. (Microsoft® Encarta® 2008).
[3] Yo. (Del lat. eo, de
ego). pron. person. Forma de nominativo de 1.ª persona singular en masculino y
femenino. || 2. Fil. Designa la realidad personal de quien habla o escribe. ||
3. m. Fil. El sujeto humano en cuanto persona. El yo. Mi yo. || 4. Psicol.
Parte consciente del individuo, mediante la cual cada persona se hace cargo de
su propia identidad y de sus relaciones con el medio. || ~ que tú, que usted,
etc. exprs. coloqs. Si yo estuviera en tu, su, etc., lugar. □ V. ~ pecador.
Ego. (Del lat. ego, yo). m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia
psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la
motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la
realidad del mundo exterior. || 2. coloq. Exceso de autoestima. (Microsoft®
Encarta® 2008).
[4]
Sin
fondo, cavernoso muy profundo, Insondable. Todas estas
palabras son la traducción del inglés.
[5]
Profundo,
ahuecado, de profundidad grave, hondo, abismálico. Traducción del inglés.
[6] Esbirro. (Del it.
sbirro). m. Oficial inferior de justicia. || 2. Hombre que tiene por oficio
prender a las personas. || 3. Secuaz a sueldo o movido por interés. (Microsoft®
Encarta® 2008).
[7] Gehenna: G1067
geenna = (γεέννα G1067)
representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea
correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT., once de ellas en los
Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que
le diga a su hermano, fatuo (véase bajo INSENSATO), quedará expuesto «al
infierno de fuego» (Mt.5:22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una
ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, que no que «todo su cuerpo
sea echado al infierno» (v. 29); similarmente con la mano (v. 30). En Mt.18:8,9
se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también
la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere
evidentemente el término «cuerpo» en el cap. (VINE).
1) Compara H. E. Daney y J. R. Mantey, A.
Manual Grammar of the Greek New Testament, pp. 75 76, 79.
2) Wiliam M.
Alexander, Dmonic Possession in the New Testament, pp. 25, 26, 50-57. Para la
multitude de formas grotescas de los demonios en la antigua demonología
semítica, véase Edward Langton, Essentials of Demonology, pp. 20-22; y R.
Campbell Thompson, Semitic Magic, pp. 44, 57 60, 62, 101.
3) Alexander,
op.cit. p. 41.
4) Cratilo I,
389. Para la naturaleza intelectua de los demonios, vea John L. Nevius, Demonic
Possession and Allied Themes pp. 33, 83, 150, 296, y E, Langton, Essentials of
Demonology, pp. 153, 179.
5) Para os conceptos paganos antiguos del
abismo, vea James Moffatt en The Expositor’s Greek New Testament (Revelation),
p. 406.
6) Para una disertación profunda sobre el
abismo, vea el apéndice o digresión en Lange’s Commentary on the Holy Scritures
(Revelation).
7) Es sumamente probable que sean agentes
demoniacos. Las características sobresalientes de los demonios son sus formas
fantásticas en los conceptos extra bíblicos. Compare la nota 2.
8) Lewis
Sperry Chafer, Satan, pp. 63, 64.
9) Vea el Capítulo XI, “La Demonología Bíblica
y los gobiernos del mundo”.
10) G. H.
Pember, Earth’ Eatliest Ages and Their Connection with Modern Spiritualism and
Theosophy, pp. 75. 76.
-
e-Sword-the. LEDD.
- Biblia
de Estudio RYRIE.
- UNGER,
Merrill. Los Demonios Según La Biblia. Edit. Las Américas. Primera Edición.
1952.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 11//3//2022. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”.
Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz.E -
Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
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