MUJERES DE LA
BIBLIA:
Son varias las
características comunes que identifican a la cristiana verdadera, tal como la
vida de oración, la lectura de la Palabra, la asistencia fiel a todos los
servicios, el ser hacendosas en el hogar, ahorrativas, prolijas, cuidadosas de
sus maridos e hijos y que casi nunca se quejan.
Pero vayamos mejor a la Palabra de Dios y
para saber qué méritos exhibieron esas damas que están mencionadas en la
Escritura como siervas de Dios y en qué se les debe imitar. El rol de la
mujer en: la Sociedad y la Iglesia. Veamos:
1. La Sunamita:
Esta piadosa mujer vivió en los días del profeta Eliseo y era a no dudar muy generosa. Dice la Escritura acerca de ella: “Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros se quede en él. Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió”. (2 Reyes 4:8-11).
Sobre esta singular hermana, la Sunamita, hay
varios aspectos que convienen destacar para que nadie quede con la impresión
equivocada. Lo primero que debemos decir es que la apariencia del profeta, no
era nada elegante, ni distinguida o lujosa. Si uno no era una persona
espiritual, no era ningún privilegio hospedar a un profeta de Dios. Estos
hombres vestían muy pobremente, no contaban con medio alguno de transportación,
es casi seguro que no tenían ni ropa para cambiarse.
Vivían como nómadas, yendo de un lugar a otro, mal alimentados, sufridos, avejentados prematuramente y poco populares. El autor de la Epístola a los Hebreos los describe así: “…Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados y maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra” (Hebreos 11:37b, 38).
A pesar del
aspecto exterior del profeta, esta hermana lo ayudó. Después de verlo
varias veces, llegó a la conclusión que era un varón de Dios. Algo hubo en su comportamiento, en su
conversación, que la llevó a esta conclusión. Por eso le sugirió a su esposo
que le improvisaran una sencilla habitación para hospedarlo cuando fuese
necesario.
¡Qué ministerio el de esta hermana! ¡Qué ejemplo para las hermanas de hoy! ¡Qué oportunidad
de hacer algo por la causa del Señor!
Y yo
me pregunto: ¿Cuántas de las “pastoras o reverendas”
modernas, estarían dispuestas a identificarse con un hombre así? Si lee en la
Escritura sobre Eliseo y su ministerio se dará cuenta que Dios lo usó
poderosamente, pero no hay duda que parte de su recompensa irá a manos de esta
pareja de Sunem. El ministerio que desempeñó esta hermana de Sunem fue el de la
hospitalidad.
2. Dorcas:
Lo que primero llama mi atención es que el
nombre de esta hermana Dorcas, significaba
“Gacela”. Y la Biblia nos dice de ella: “Había entonces
en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Ésta
abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía. Y aconteció que en aquellos
días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida
estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron
dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces
Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon
todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas
hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de
rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió
los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó” (Hechos 9:36-40).
A esta hermana nadie la llamó para que
desempeñara tal o cual ministerio en la iglesia, sin embargo, ayudaba a los
pobres. Además, tenía la habilidad de ser una gran modista, una costurera de
primera línea. A pesar de haber
resucitado de entre los muertos, a Dorcas no se le ocurrió comenzar a recorrer
las iglesias para contar sus fantásticas experiencias durante esas horas que
estuvo fuera del cuerpo.
Es posible que los amigos de las pastoras
de hoy, le hubieran dicho: “Hermana Dorcas, he tenido una revelación y el Señor me dijo
que usted debe ser ordenada para el pastorado. Hermana usted tuvo una experiencia
única. Su testimonio es intachable y su capacidad casi insuperable. Usted debe
ser la pastora de esta iglesia”.
Cuando nos alejamos de la Escritura e ignoramos lo que dice tan claramente sobre el pastorado, es entonces cuando comenzamos a invocar absurdos para formar un ejército de pastoras en una nueva modalidad, alegando que “Los tiempos han cambiado y que debemos colocar la iglesia a la altura de nuestro siglo de igualdades”.
3. Raquel:
Es cierto que en la Biblia leemos sobre
mujeres que desempeñaron cargos que generalmente correspondían al varón y que
la Escritura no oculta estas excepciones, pero allí no se encuentra un solo caso de una mujer que
desempeñara el cargo de pastora.
La palabra “pastora” sólo está mencionada una
vez en la Biblia y sobre esto dice: “Mientras él (Jacob) aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su
padre, porque ella era la pastora” (Génesis
29:9).
Aquí la palabra “rebaño” no significa:
· Gente,
· Sino Ovejas.
Lo que el versículo dice literalmente es que Raquel era pastora porque cuidaba ovejas que eran propiedad de su padre Labán.
4. María:
La hermana de Moisés era profetisa – “Y María la
profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres
salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad a
Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y
al jinete” (Ex. 15:20, 21).
No tenemos sus profecías, excepto estas pocas palabras que más bien son alabanzas. Leemos en el Antiguo Testamento, que a veces la gente “profetizaba” con instrumentos musicales y cánticos. De esto se deduce que las alabanzas también eran consideradas en ciertas ocasiones como “profecía”.
5. Débora:
Aquí tenemos a una mujer que desempeñó el
cargo de juez y de la cual también se dice que era profetisa. “Gobernaba en aquel
tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba
sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín;
y los hijos de Israel subían a ella a juicio” (Jueces 4:4, 5). Esta
mujer también tiene el título de profetisa y, además, juzgaba al pueblo,
desempeñaba el papel de juez, pero no de pastora.
Pero no podríamos decir hoy, “Bueno, si Débora
pudo ser juez, ¿por qué no puedo yo ser pastora?”. Hay muchas
mujeres en todas partes del mundo que desempeñan ese mismo cargo. No conozco un
solo país donde existan leyes que impidan que una mujer se desempeñe como juez,
pero en el caso del pastorado no se trata de las leyes de tal o cual país.
Tampoco se trata de modalidad o costumbre de una denominación determinada. La cuestión del pastorado está bien clara en la Biblia y Dios mismo, mediante el Espíritu Santo dirigió a los escritores sagrados para que indicaran quién podía ser y quién no.
6. La
Profetisa Hulda:
“Entonces fueron el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán
y Asaías, a la profetisa Hulda, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas,
guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la
ciudad, y hablaron con ella” (2 R. 22:14). En momentos de gran
decaimiento espiritual, cuando no se hallaba un solo hombre para ser usado por
Dios, él usó a las mujeres.
En este caso a Hulda, una profetisa que
recibió los mensajes de Dios y se los comunicó a quien correspondía. El mismo
pasaje que mencioné continúa dando detalles respecto a lo que Dios le había
revelado.
Pero esto no significa que no hayan
existido profetisas falsas, la Biblia dice:
“Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme
a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los
otros profetas que procuraban infundirme miedo” (Nehemías 6:14).
Esta mujer, Noadías, hizo alianza con un grupo de supuestos profetas y era parte de los que entorpecían la obra de Nehemías, seguramente representaba a las mujeres “liberadas” de su día. Las mujeres de hoy en día no tienen por qué quejarse, están muy bien representadas, incluso hasta tienen delegadas entre los profetas falsos.
7. Ana La Profetisa:
El Nuevo Testamento menciona también a una
mujer, que aparece justo cuando nació Jesús. Y dice: “Estaba
también allí Ana profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy
avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era
viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de
noche y de día con ayunos y oraciones” (Lucas 2:36, 37).
Es probable que muchos consideraran a esta mujer como profetisa, aunque la Biblia no registra nada de lo que ella dijera, excepto que cuando llevaron el niño Jesús al templo, “Ésta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén” (Lucas 2:38). Por lo visto Dios le reveló a esta anciana piadosa que el niño que llevaban al templo era el mismo Mesías.
8. Las Hijas De Felipe:
“Al otro día saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos
a Cesarea; y entrado en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los
siete, posamos con él. Éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban” (Hechos 21:8,9).
A diferencia de las otras profetisas, la Escritura no dice nada sobre lo que
ellas profetizaron. Solamente declara “que profetizaban”.
La razón es muy clara, porque la palabra “profetizar”
rápidamente tomó otro giro ni bien se completó el Canon Sagrado. Lo que hacían
estas hijas de Felipe era predicar el Evangelio. Como su padre era evangelista,
ellas simplemente eran parte del “equipo”. Eran hermanas activas y daban testimonio
de Cristo y del perdón de Dios.
Ninguna de ellas era pastora, no hay tal. Aunque ya
existían algunas iglesias, ellas estaban en su casa. Varios años después, Pablo
explicó así lo que significaba este tipo de profecía, “Pero el que profetiza habla a los hombres para
edificación, exhortación y consolación” (1 Corintios 14:3).
Ya en el libro de los Hechos tenemos esta misma forma de interpretación respecto a la profecía: “Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras” (Hechos 15:32).
La palabra profetizar debe verse muchas
veces a la luz del contexto, pues no siempre quiere decir predicción del
futuro. En este caso en particular, Judas y Silas hablaron largamente con los
hermanos, consolándolos y confirmándolos en la fe.
En aquellos días el que edificaba a los hermanos, exponía la Palabra de Dios, y consolaba y explicaba con las Escrituras, se le llamaba profeta, porque profeta es un vocero de Dios. Dichosa la iglesia que tiene entre las hermanas, así sean casadas o solteras, profetisas como las hijas de Felipe.
De igual manera, hay ocasiones en que “profetizar”
significa alabanza. “Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el
ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún, para que profetizasen
con arpas, salterios y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la
obra de su ministerio, fue: De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y
Asarela, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las
órdenes del rey. De los hijos de
Jodutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis bajo la
dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y
alabar a Jehová”. (1 Crónicas 25:1-3).
Notamos: que la Biblia hace
distinción clara entre el juez, el profeta que amonesta, edifica y enseña el
evangelio, y el que es escogido para desempeñar el pastorado. En el caso del pastorado
no hay confusión alguna. No hay manera de entender mal lo que leemos en 1
Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9.
En 1 Timoteo 6:3-5 dice: “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad…”.
Debemos concluir que aunque en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento, se mencionan varias mujeres como profetisas y también hombres, no tenemos libro ni registro alguno sobre las profecías de ellos.
Nadie conoce las profecías de María, la
hermana de Moisés; las de la profetisa Hulda; las de Débora o las de las hijas
de Felipe.
Tampoco de Judas, Silas, Asaf, Emán,
Jedutún, Matatías o Simei. La Biblia destaca muchas mujeres, pero ninguna era
pastora de iglesia. Permítame mencionar algunas:
1. A EVA, UNA MUJER
CURIOSA.
“Y vio la mujer que el árbol
era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella” (Génesis 3:6).
2. A AGAR, UNA MUJER
DESECHADA.
“Entonces Abraham se levantó
muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre
su hombro, y le entregó al muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo
errante por el desierto de Beerseba…Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y
habitó en el desierto, y fue tirador de arco” (Génesis 21:14, 20).
3. MARÍA, LA HERMANA DE
MOISÉS, UNA MUJER AMBICIOSA.
“María y Aarón hablaron contra
Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado
mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha
hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová”. (Números 12:1, 2).
4. RUT, UNA MUJER CONSTANTE.
“Respondió Rut: No me ruegues
que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y
dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut 1:16).
5. ANA, UNA MADRE IDEAL.
“Aconteció que al cumplirse el
tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre
Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová” (1 Sam. 1:20). “Y le hacía su
madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido
para ofrecer el sacrificio acostumbrado” (1 Samuel 2:19).
6. ABIGAIL, UNA MUJER CAPAZ Y PRUDENTE.
“Y aquel varón se llamaba
Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella
mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y
de malas obras; y era del linaje de Caleb… Entonces Abigail tomó luego doscientos
panes, cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado,
cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo
en asnos. Y dijo a sus criados: Id delante de mí, y yo os seguiré luego; y nada
declaró a su marido Nabal”. (1 Samuel 25:3, 18, 19).
7. LA SUNAMITA UNA MUJER HOSPITALARIA.
“Aconteció también que un día
pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba
insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de
ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que
siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento
de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él
viniere a nosotros se quede en él. Y aconteció que un día vino él por allí, y
se quedó en aquel aposento, y allí durmió”. (2 Reyes 4:8-11)
8. ESTER, UNA MUJER
VALIENTE Y ABNEGADA.
“Ve y reúne a todos los judíos
que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáís en tres días,
noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces
entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley, y si perezco, que perezca”
(Ester
4:16).
9. LA CANANEA, UNA MUJER DE FE.
“Entonces respondiendo Jesús,
dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue
sanada desde aquella hora” (Mateo 15:28).
10. MARÍA MAGDALENA, UNA
MUJER TRANSFORMADA.
“Cuando pasó el día de reposo,
María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias
aromáticas para ir a ungirle… Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana,
el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien
había echado siete demonios” (Marcos 16:1, 9).
11. ELIZABETH, UNA MUJER HUMILDE.
“¿Por qué se me concede esto a
mí, que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lucas 1:43).
12. MARÍA, UNA MUJER
OBEDIENTE Y ESCOGIDA DE DIOS.
“Entonces el ángel le dijo:
María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás
en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS… Entonces
María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra…” (Lucas 1:30, 31, 38).
13. MARÍA DE
BETANIA, UNA MUJER INMORTALIZADA POR JESÚS.
“Y estando Jesús en Betania,
en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a
la mesa… [Y dijo Jesús de ella] De cierto os digo que dondequiera que se predique este
evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para
memoria de ella” (Mateo 26:6, 7, 13).
14. MARTA, UNA MUJER
HACENDOSA Y PREOCUPADA POR SU CASA.
“Pero Marta se preocupaba con
muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana
me deje servir sola? Dile, pues, que me
ayude”
(Lucas 10:40).
15. LA SAMARITANA, UNA
MUJER EVANGELISTA.
“Entonces la mujer dejó su
cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me
ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el
Cristo?”
(Juan 4:28, 29).
16. DORCAS, UNA COSTURERA
BONDADOSA Y GENEROSA.
“Y cuando llegó, le llevaron a
la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y
los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas” (Hechos 9:39).
17. LIDIA, UNA MUJER
COMERCIANTE Y HOSPITALARIA.
“Entonces una mujer llamada
Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios,
estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a
lo que Pablo decía. Y cuando fue
bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel
al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos” (Hechos 16:14, 15).
Concluyó:
Todas estas mujeres sirvieron a Dios,
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, ¡pero ninguna de ellas era pastora!
¡A ninguna se le ocurrió jamás tal cosa! Es
tan amplio el campo de servicio para las hermanas que de verdad desean servir
al Señor, que incluso sus oportunidades son mucho mayores que las de los
hombres.
La
Biblia dice: que Pablo,
durante su ministerio, encontró a un joven ejemplar y que lo llevó consigo.
Este joven era Timoteo, quien llegó a ser de gran influencia en la iglesia
primitiva. “Después
llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo,
hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio
de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio” (Hechos 16:1, 2).
Pablo lo llevó consigo y Timoteo se dedicó
por entero a la obra del Señor. Pero, ¿Quién lo instruyó
en la fe cristiana? Dice la
Escritura, que Pablo le dijo al respecto:
“Trayendo a la
memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro
que en ti también” (2 Timoteo 1:5).
No creo que un pastor habría podido hacer por
Timoteo lo que hicieron estas dos mujeres piadosas, su madre
y su abuela respectivamente.
Lo mejor es ganar a los hijos para Cristo
cuando aún son pequeños y quien mejor para esto que su propia madre. Ella, con
su amor y cuidado, es la que mejor puede ilustrar el amor de Dios para esa
criatura inocente.
EN SU DÍA PRECIOSAS DAMAS:
_________
Bibliografía:
- Biblia de Estudio RYRIE.
- e-Sword-the. LEDD.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 2//05//2022.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
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