LAS VESTIDURAS DE LOS SACERDOTES:
ÉXODO 28:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este capítulo enfoca las vestiduras de los
sacerdotes, en tanto que el capítulo 29 se refiere fundamentalmente a la
consagración de ellos. Al estudiar estos dos capítulos tenga presente que todos
los pueblo de Dios son sacerdotes (1 P. 2:5, 9); por consiguiente, el
sacerdocio aarónico puede enseñarnos mucho respecto a los privilegios y obligaciones
que tenemos como sacerdotes de Dios.
(El sacerdocio
de nuestro Señor es del orden de Melquisedec y no del orden de Aarón. Véase
Heb. 7–8).
Nótese: que los
sacerdotes ministraban antes que todo al Señor, aun cuando también ministraban
al pueblo del Señor. Los sacerdotes
representaban al pueblo ante Dios y ministraban en el altar, pero su obligación
fundamental era servir al Señor (vv. 1, 3, 4, 41).
Si hemos de servir al pueblo como se debe, tenemos que servir al
Señor de manera satisfactoria. La vestidura más interior de los sacerdotes era
un calzoncillo de lino (v.
42), que lo cubría una túnica de lino fino
(v. 39–41).
I. El Efod (Éxodo 28:6–14):
«Efod» es una transliteración de la
palabra hebrea que describe una prenda de vestir en particular:
· Una túnica sin mangas
hecha del mismo material y colores como las cortinas del tabernáculo.
II.
El Pectoral (Éxodo 28:15–30):
Este
era una hermosa «bolsa» de tela que tenía por fuera doce piedras preciosas y
el Urim y Tumim adentro. Colgaba sobre el corazón del sumo sacerdote, sostenido
por cadenas de oro y cordón de azul.
El
sumo sacerdote llevaba a las doce tribus no sólo en sus hombros, sino también
sobre su corazón. Jesucristo, nuestro sumo Sacerdote en el cielo, tiene a su
pueblo sobre su corazón y sus hombros al interceder por nosotros y al
equiparnos para ministrar en este mundo.
La
posición de los nombres de las tribus en las piedras sobre los hombros era de
acuerdo al orden de nacimiento (v. 10), mientras que el orden en el pectoral
era de acuerdo al orden de las tribus establecido por el Señor (Núm. 10). Dios
ve a su pueblo como piedras preciosas:
· Cada una es diferente,
pero cada una es hermosa.
Urim
y Tumim en hebreo significan «luz y perfección». Por lo general se piensa
que eran piedras que se usaban para determinar la voluntad de Dios para su
pueblo (Núm. 27:21; 1 Sam. 30:7–8). En el Oriente era común usar piedras
blancas y negras para tomar decisiones. Si la persona sacaba de una bolsa una
piedra blanca quería decir «sí», en tanto que una negra quería decir «no».
No
es sabio ser dogmático en cuanto a esta interpretación porque no tenemos
suficiente información para guiarnos. Basta decir que Dios le proveyó al pueblo
de su antiguo pacto una manera de determinar su voluntad y nos ha dado hoy a
nosotros su Palabra y su Espíritu para dirigirnos.
III. El Manto Del Efod (Éxodo 28:31–35):
Esta
era una prenda de vestir azul sin costura con un agujero para la cabeza y
campanillas de oro y granadas de tela decorando el ruedo. Las granadas de tela
impedían que las campanillas den la una contra la otra.
Al
ministrar el sumo sacerdote en el Lugar Santo las campanillas sonaban y le
comunicaban a los que estaban fuera que su representante santo les servía aún a
ellos y al Señor. Las campanillas sugieren regocijo mientras servimos al Señor
y las granadas sugieren fruto.
Nótese: que el sumo
sacerdote no usaba estos vestidos gloriosos cuando ministraba cada año en el
Día de la Expiación (Lv. 16:4). En tal día
llevaba los vestidos sencillos de lino del sacerdote o levita, un cuadro de la
humillación de Cristo (Filp. 2:1–11).
IV. La Diadema Santa (Éxodo 28:36–39):
El turbante
(mitra) era un gorro sencillo de lino blanco, tal vez no muy diferente del que
usa un chef de cocina moderno, sólo que no tan alto:
Ø En el turbante, sostenido por un cordón
de azul, había una lámina de oro que decía «Santidad
a Jehová».
Ø
Se le llamaba «la diadema santa» (29:6; 39:30; Lv. 8:9) y enfatiza el hecho de que Dios quería que su pueblo sea santo (Lv. 11:44;
19:2; 20:7).
Ø La nación era acepta delante de Dios
debido al sumo sacerdote (v. 38), así como el pueblo de Dios es aceptado en
Jesucristo (Ef. 1:6).
Ø Debido a Jesucristo, el pueblo de Dios
hoy es un sacerdocio santo (1 P. 2:5) y real sacerdocio (1 P. 2:9).
V.
Las Vestiduras De Los Sacerdotes (Éxodo
28:40–43):
Los
hijos de Aarón servían como sacerdotes y tenían que llevar las vestiduras
asignadas. El lino fino de todas las vestiduras nos recuerda de la justicia que
debe caracterizar nuestro andar y nuestro servicio. Si los sacerdotes no
vestían apropiadamente corrían peligro de muerte.
Los
sacerdotes de los cultos paganos algunas veces conducían sus ritos de manera
lujuriosa, pero los sacerdotes del Señor debían cubrir su desnudez y practicar
la modestia.
Clase Para Domingo.
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