sábado, 30 de enero de 2021

Parte I: EL PSEUDOAMOR: «La Otra Cara Del Odio»

 

Parte I

EL PSEUDOAMOR:

«La Otra Cara Del Odio»

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

l.      Introducción:

Si hay algo que el ser humano ha buscado y anhelado es ser amado y poder amar a alguien.

Por desgracia, si hay una palabra trillada y cantada, nombrada y buscada es la palabra amor. Para algunos es una emoción, para otros una fuerza, para otros un misterio...

Detrás de muchos actos sexuales de muchas personas lo que en realidad se busca es un poco de amor.

Separar la sexualidad del amor es separar elementos esenciales del mismo. La pareja debe estar enriquecida tanto en la sexualidad como en el amor; cada una de ellas nutre y fundamenta a la siguiente. Recientemente nos visitó el Dr. W. Masters, y pudimos hacerle la siguiente pregunta:

·      ¿Qué lugar tiene el amor en la sexualidad?

La respuesta que él contestó fue:

Ø Tener sexo sin amor es como hacer gimnasia...

Los creyentes hemos defendido ambas como si fuesen las dos caras de una misma moneda.

Lo primero que se le pide al hombre en el AT., es amar a Dios (Dt. 6:4-7). La primera alianza del hombre debe ser con Dios. Es muy difícil aprender a amar si no se ama a Dios, ya que cuando miramos a Él aprendemos a amar. Dios es la fuente del amor (l Jn. 4:16). El creyente está unido inseparablemente al Señor por amor y nada nos podrá separar de ese vínculo que se constituye el más fuerte que la Biblia cita (Rom. 8:31, 39).

Los mandamientos más grandes dados al ser humano son:

·      «Amar a Dios, amar al prójimo y amarse a sí mismo».

¡Cómo cambiaría la vida de los creyentes si en lugar de enfatizar tanto la fe enfatizáramos más el amor! Lo más grande, sublime, poderoso y trascendente que el hombre puede experimentar hacia sí y hacia otros es el amor. El apóstol Pablo al escribir el sublime capítulo 13 de 1 Corintios lo contrasta con la elocuencia, la profecía, los misterios y el sacrificio. Nada iguala al amor.

2.     Te Amo Porque Me Amas: La Tiranía Del Narcisista:

Todos los seres humanos necesitamos ser amados, aceptados y valorados, pero cuando esto se distorsiona da lugar a lo que conocemos en psicología como personalidad narcisista. Esta palabra tiene su origen en la mitología griega. Narciso era un joven de gran belleza, que, al contemplar su imagen en un estanque de agua, se enamoró de sí mismo; cayó al estanque y se ahogó.

Esta persona es aquella que está enamorada de sí misma por lo grande que es, buscando constantemente que le admiren y reconozcan su grandeza. Necesita ser el protagonista, ya que él es merecedor de tales reconocimientos.

Es la típica persona que mira «desde arriba» a los otros, los cuales han sido bendecidos por Dios al poder contar y admirar aun creyente tan valioso.

a. El Origen De La Ambición De Admiración.

Es difícil expresar en pocas líneas el origen psicológico de tal personalidad. Cuando el niño nace, tiene múltiples necesidades (calor, alimento), las cuales son provistas por el otro; el bebé capta el placer que siente el otro en su contacto con él, viéndose como alguien deseado y deseante.

Al pasar el tiempo, el otro lo desea en la medida que cumpla determinadas condiciones, pautas, pudiendo los padres tomar varios caminos como el rechazo. Aquí es objeto de la mirada crítica y displacer, pudiendo este rechazo tomar caminos directos de exclusión o expresiones de rechazo mucho más sutiles, como descalificación, insultos, humillación en público, etc.:

Ø El rechazo generará una herida emocional, que el sujeto en el futuro vigilará para no ser repetida por otro y para evitar el dolor ya sufrido.

Ø Otro de los caminos posibles frente al niño es el de la aceptación. Aquí los padres valoran al hijo brindándole todo el amor y respeto que le permitirá aceptarse y valorarse en el futuro.

Ø El tercer camino posible que nos interesa, es el que conocemos como narcisización excesiva, y se refiere a la admiración excesiva. Aquí los padres, desde un comienzo, empiezan a marcar en el hijo la perfección y «grandeza» del mismo, colocándolo como un modelo ideal y de perfección (algo así como sucede en el enamoramiento). El hijo crece creyendo que todo él es gracioso y hermoso. Esto se puede comprobar en muchos hijos únicos, en los que se ha puesto toda la atención, deseos cumplidos y admiración, y que han crecido sintiéndose merecedores del amor y reconocimiento de los otros y con profundas dificultades en compartir.

Sabemos que el autoconcepto se va formando a lo largo del tiempo especialmente en base a la articulación de conceptos, juicios y mensajes que los padres emiten hacia su hijo.

El niño, pues, comienza a verse de la misma forma que sus padres le vieron. Veámoslo un poco más detenidamente.

b. Características Del Narcisista.

El objetivo principal que desea alcanzar es ser «el único», ser admirado, y para lograr esto amará todas aquellas cosas que le hagan sentirse valorado por el otro. El amor por «el púlpito» que algunas personas manifiestan da cuenta de lo que venimos diciendo. Así el narcisista en su afán de ser reconocido y admirado busca satisfacer ese deseo a través de medios que provoquen admiración en el otro.

Cuando otro es admirado y reconocido se activa inmediatamente la envidia interna, manifestándose a través de la descalificación y crítica, ya que sólo él es «el número uno».

Le encanta relacionarse con personas desvalorizadas porque el déficit de ellos, permite a su yo representarse como superior.

Así busca ser el creyente y el ser humano ideal.

La manifestación del narcisismo puede ser de tres formas diferentes:

 

1)      La Megalomanía Autista:

El sujeto no expresa la búsqueda de ser admirado, ya que él no la necesita; sabe, en su interior, de su hermosura y grandeza. Lo vemos en su detallada vestimenta y su soberbia, expresada en su caminar. Él sabe que no hace falta confirmación de nadie: «él sabe lo que es y lo que vale».

 

2)      El Exhibicionismo:

El sujeto toma el polo opuesto al anterior; constantemente estará esperando que el otro le exprese su admiración y respeto. Cuando habla lo hace en forma firme y autoritaria, medio que aprovecha para mostrar sus conocimientos y sabiduría. Algo parecido al rico exhibicionista que trata de tapar su inseguridad con su dinero.

Su capacidad espiritual y humana es tan grande que él mismo cree hacer un favor al mostrarla, es como si dijese: «hermanos, les envidio, me gustaría estar en su lugar para poder ver a alguien de tanta bendición como yo».

 

3)      La Falsa Humildad:

Aquí ya la manifestación toma ropajes «espirituales». La persona entra en caminos de duras y severas autocríticas, acompañadas de grandes sacrificios, las cuales aparecen como una humillación, pero que al hacerlo es como si dijese: «¡qué grande debo ser para poder hacerme críticas tan duras y sacrificios tan profundos... qué grande soy!».

La falsa humildad esconde el sentimiento de grandeza y le permite al sujeto ser admirado por su gran vida espiritual. Generalmente son personas que no han podido realizar sus ideales vocacionales y afectivos, y buscan otro medio, tipo premio consuelo por carencia de lo frustrado, tratan o así de recapturar esa necesidad de admiración a través del «llamado al ministerio».

Quedaría mucho por analizar, baste lo expuesto para sumergirnos en la reflexión bíblica:

·      «Cuando viene la soberbia, viene la deshonra, más con los humildes está la sabiduría».

3.     Cuando Amar Es Poseer: La Tiranía De Los Celos:

-Si lo sabes todo, le dijo el escéptico al sabio, dime:

¿Qué hacía Eva cuando Adán regresaba a casa?

Naturalmente Que lo sé -respondió el sabio- le contaba las costillas.

-Sabiduría popular.

A. HACIA UNA DEFINICIÓN:

La palabra «celos» viene del latín zelus que significa «posesión valiosa que se encuentra en peligro». Es decir, que es la amenaza de perder algo que se tiene como posesión.

Sería importante distinguir entre los celos y la envidia, los cuales no se deben confundir. En la envidia intervienen dos personajes mientras que en los celos tres: el objeto poseído, el que posee y el que «amenaza» con robar.

Este último puede ser una persona, un coche, un animal, un trabajo, el jefe, un hermano de la iglesia, etc. Puede ser motivo de celos todo aquello que el celoso cree que es una posesión suya y que está en peligro de ser robada.

En la envidia se desea tener lo que el otro posee, en los celos se teme perder lo que se posee. En la envidia uno desea robar aquello que envidia de otro, en los celos se teme que otro, nos robe. lo que poseemos.

Se es celoso de lo que se tiene y envidioso de lo que tienen los demás. La envidia es el sentimiento enojoso con la persona que posee algo deseable; el impulso es quitárselo, se fantasea con tenerlo y como no se puede conseguir, entonces se propone la destrucción de lo que se envidia.

Si tampoco esto es posible se busca la destrucción de aquel que posee lo envidiado. «Sí, claro, canta muy bien, pero pagando en negro a sus empleados como lo hace, cualquiera tendría el dinero para pagarse una buena profesora de canto».

El celoso teme que le sea quitado por su rival «lo que es todo para su vida»: su marido, novia, esposa, etc.

B. CARACTERÍSTICAS DEL AMOR CELOSO:

Desgraciadamente muchas personas interpretan los celos en el noviazgo como una señal de «cuánto me quiere mi novio, desea saber dónde estoy, con quién voy, qué hago». Mi novia está enamoradísima de mí, me vigila todo el tiempo y cuando subo al colectivo inmediatamente me dice:

·      ¿A quién miras?,

·      ¿Por qué miras a esa chica?, etc.

Algunos mucho más «bíblicos» recurren a fundamentar sus celos controladores con pasajes bíblicos: «la mujer no puede andar por ahí hablando con quien sea o trabajando con hombres», «debe dar buen testimonio», la mujer no puede hacer lo que quiere, debe sujetarse a la cabeza que es la pareja., etc.; frases como éstas esconden conflictos inmaduros e infantiles no resueltos, porque eso son los celos: conflictos infantiles NO RESUELTOS. ¡!, tener celo no es amar al otro, todo lo contrario, es amarse a sí mismo.

El celoso confunde el amor egoísta y posesivo que tiene hacia su pareja; con el verdadero amor que liberta al otro. Cree que amar es poseer, que el otro le pertenece igual que como se compra un paquete de salchichas; que el otro debe obedecer y estar a su disposición siempre y para siempre.

C. LA CONDUCTA DEL CELOSO:

Dijimos que en la pareja los celos aparecen ante el temor o pánico a que el otro pueda dejarnos por otro compañero.

Sus principales características son:

1) Una Autoestima Pobre.

Es tan débil su autoestima y su seguridad interior que siempre duda, siempre teme perder a quien ama. Por ese motivo, todo se torna amenazante: la llegada tardía, una llamada por teléfono con el compañero de trabajo, las constantes conversaciones con ese hermano de la iglesia, etc.

Hay un sentimiento de herida eterna por su pobre valía.

Los celos -dice D. Liberman- son siempre la expresión del temor de ser abandonados.

Pensemos en una pareja en la que ella comienza estudiar en la facultad; inmediatamente comienza a hablarle a su pareja de su compañero hacia el cual siente una profunda estima. Entonces la autoestima del celoso tambalea y empieza a compararse con esa persona imaginaria. Para el celoso los fantasmas existen, y en ese momento aparecen en la figura de su «contrincante». Así comienza una lucha mental que perdió de entrada en su fantasía, esto lo angustia y lo carga de agresividad.

2) Constantes Proyecciones De Agresión y Desconfianza.

«Yo no soy responsable de mis gritos y celos, sino que eres tú el culpable de generarlos con tu conducta; si actuaras como yo te digo no tendríamos problemas». Y así lentamente se comienza a GOBERNAR la vida del compañero.

El celoso tiene violencia emocional hacia su pareja y está aún paso de la violencia física. Cargado de agresividad comienza a proyectar en su pareja su desconfianza y su sospecha.

3) Temor a Ser Abandonado Debido a Su Inseguridad.

Es el temor de un tercero que entra en escena para robar y para humillar, «no soy digno de tu amor», «tú ya no me quieres como antes», «¿me quieres? dímelo, demuéstramelo cada día, cada minuto a cada momento».

El celoso es drogodependiente del amor (por supuesto lo que él entiende por amor). Necesita que le hablen, que lo miren, que le hagan sentir que el otro está a su disposición permanente; todo, producto de sus inseguridades infantiles no resueltas.

4) Egoísmo.

Amar para el celoso, dijimos, no es dar libertad, dejar que el otro sea como es y cómo quiere, respetar las diferencias, sus gustos, salidas, amigos, etc. Esto es muy peligroso para el celoso. Sus «versículos matrimoniales» preferidos son: «serás a mi imagen y semejanza», «vivirás sólo para mí», «yo sin ti me moriría», «tú eres todo para mí en este mundo». «quiero sentir que me perteneces»., «quiero unirme a ti, ser uno como Dios manda», etc.

Para el celoso perder a su pareja es perder todo. Carente de afecto en su infancia y lleno de inseguridades se aferra a su pareja como el náufrago a su salvavidas, vive por y para eso.

Todo el sentido de su vida está puesto sobre la persona amada. Para el celoso «amar» es todo, es saber todo, es sentir todo, es un amor ABSOLUTO; ¿Cómo es tu amiga?, ¿Es más guapa que yo?, ¿Por qué con ella hablas tanto y conmigo no?, ¿Qué hace, a qué se dedica?, ¿Qué tiene ella que yo no tenga?

5) El Otro Vivenciado Como Rival.

El celoso logra tener pocos amigos o amigas ya que el otro puede ser ese enemigo invencible que robe el premio que con esfuerzo ganó: «su pareja». Solamente confía en aquellos que le han merecido su confianza (si es que encuentra a alguien).

Los celos son el sentimiento que el otro tiene más para dar que nosotros; lo nuestro se transforma apenas en un pobre regalo en comparación. Por eso el celoso trata de aislar a su pareja del mundo externo, del «peligro»; «no me gusta que andes sola por la calle de noche»", «no quiero que trabajes tanto en la iglesia», «no quiero que hables tanto con ese hermano», «no quiero que estudies de noche»...

Todas estas frases (y otras) sólo significan que «es posible que encuentres a alguien y te enamores y me abandones».

6) Lo Que Te Doy, Dame.

El celoso trata de poseer y de ser amado por su pareja. Quiere que el otro haga exactamente como él, que lo ame, que lo posea, creyendo así que su riesgo de ser abandonado disminuye.

Pero esto no se logra, ya que toda conducta de su mujer es expresión de su traición, bien dijo Ronald Laing:

 

«El amor no siempre es ciego. Puede ver justo lo necesario como para preferir la oscuridad».

D. SUS MEDIOS PARA «CALMAR» LOS CELOS:

1) El Interrogatorio.

Al mejor estilo policial, el celoso emprende su búsqueda de pormenores que hagan calmar su angustia celotípica. Al mejor estilo médico arma su historia clínica para dar el diagnóstico que ya de antemano puso: me engaña. El pronóstico al mejor estilo psicológico se encuentra grabado como por el Espíritu Santo: «la estoy perdiendo, esto puede terminarse en cualquier momento».

Ésta es una necesidad de saber que no es calmada NUNCA. Por momentos parecería que todo quedó aclarado; aquella salida, aquella mirada hacia esa chica, aquella llegada tarde, pero NO. Al otro día, o a la otra semana o ¡a la otra hora! comienza nuevamente el interrogatorio, esta vez sobre los datos obtenidos en el interrogatorio anterior: «tú me dijiste que... cuéntamelo más detalladamente». Y así comienza la tortura psicológica.

2) Intimar-Forzar.

Para el celoso todo debe ser puesto sobre la mesa, todos los sentimientos, las actitudes, etc. El celoso parte de una premisa:

·      Me eres infiel, o me vas a ser infiel;

·      Premisa que se transforma en una verdad inspirada por el Espíritu Santo para él.

Todo su esquema mental se basa en esto, entonces intima, obliga, fuerza para POSEER a su pareja.

Como dice D. Lagache:


«El celoso no se contenta con conocer, quiere ver; no tiende sólo a la verdad, quiere alcanzar el ser».

 

3) Interpretar.

El celoso es un gran intérprete, siempre está interpretando la conducta con el mismo objetivo: descubrir que «me engaña».

El mínimo cambio en el vestir, de horarios, de salir, activan automáticamente los celos.

Véase parte II.






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