sábado, 30 de enero de 2021

Parte III EL PSEUDOAMOR: «La Otra Cara Del Odio»

 Parte III

EL PSEUDOAMOR:

«La Otra Cara Del Odio»

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Querida joven: si tu novio o marido te insulta, descalifica o amenaza, si te compara con las demás, si te hace sentir inferior, si te prohíbe que te vistas de tal forma, que veas a tu familia, o que hables o pienses de talo cual manera, si te critica o te vigila, si te maltrata en forma física aunque sea jugando!) o emocional, si te obliga a lo que sea, si le tienes miedo, si te fuerza a tener relaciones sexuales, PIDE AYUDA, ya que tú eres una MUJER MALTRATADA.

5.     Te Amo, Pero Te Engaño: La Tiranía De La Infidelidad:

A. INTRODUCCIÓN.

La infidelidad, sin lugar a dudas, es una de las crisis más devastadoras por la que un matrimonio puede atravesar.

La infidelidad no es nueva, existe desde el mismo origen del hombre. Tuvo incluso, en ciertos momentos, consenso popular como «el matrimonio abierto» propuesto en 1972 por el matrimonio O'Neill o los modernos swinging que vuelven a aparecer en nuestro país.

En el momento en que me encuentro escribiendo estas líneas atiendo a tres hombres que engañan a sus esposas, los tres tiene una relación paralela desde hace varios años; engaños mentira tras mentira, culpa, ambivalencia y otros sentimientos más. Sí, el tema de la infidelidad, más allá de ser «alentado», por gran parte de nuestra cultura, muestra el carácter destructivo del pecado humano:

·  El informe sobre sexualidad de Kinsey (1953) mostró que cerca del 50% de los hombres casados fueron infieles en determinado momento de su matrimonio.

·    El Informe Simon (1972) de Francia, mostró como adúlteros al 10% de las mujeres y a 30% de los hombres.

·    En una encuesta hecha a 100,000 mujeres, el 40% de ellas reconocía haber tenido por lo menos una aventura extraconyugal. Los informes de Hunt (1974), Hite (1981) y otros arrojan cifras similares.

Es interesante notar que la encuesta realizada por Hunt (1974) concluye que, la infidelidad, para la mayoría, resulta insatisfactoria; la culpa, el miedo a ser descubiertos, las dudas, etc., hacen que la sexualidad no funcione tan bien como el cine nos vende.

Nuestro objetivo es poder brindar elementos que nos sirvan para poder entender, observar y ayudar a quienes sufren en relación a este conflicto.

B. TIPOS DE INFIDELIDAD.

Es muy claro que, desde lo espiritual, toda infidelidad es pecado. Pero como consejeros para la restauración necesitamos saber, además, qué tipo de infidelidad y bajo qué móviles ha sido realizado el acto.

Es importante dejar en claro que el significado o determinantes de la infidelidad, varía según cada situación particular. Las aventuras amorosas pueden tener que ver con el sistema familiar (infidelidad ocasional) o con causas internas del individuo (infidelidad estructural).

Podemos entonces clasificar la infidelidad en dos tipos básicos:

1) Infidelidad Estructural o Frecuente.

Existen 3 tipos básicos de personalidad para los que la infidelidad es lo mismo que las espinacas para Popeye:

 

a)   La Personalidad Machista.

Es el individuo que necesita ser infiel para reasegurar su posición de superioridad. El machista, en cada triunfo amoroso secreto, reasegura todo su mundo afectivo inmaduro e inseguro.

Necesita demostrar y demostrarse que él hace lo que quiere, con quien quiere y cuando quiere. En todo machista existe inconscientemente un «varón», que no ha podido «nacer», por pautas familiares rígidas y obsesivas.

 

b) La Personalidad Del «Don Juan».

El típico aventurero, en cada una de sus infidelidades, busca a su madre, a la imagen materna idealizada que tiene en su interior. Pero a medida que encuentra a cada partenaire, la abandona, ya que ni por asombro tiene las cualidades de su perfecta madre.

Deseoso de triunfar, más que de gozar, busca conquistar mujeres para coleccionarlas en su «enciclopedia mental». Cada una de sus aventuras equivalen para él a los mejores trofeos de caza. Se las ingenia para seducir, corromper, pero jamás goza de ellas. La infidelidad no es un fin, sino un medio para el poder, que le permite demostrar su valía masculina...

El donjuán es presa también de sus tendencias homosexuales reprimidas (las cuales desconoce y niega, pero percibe en algún sentido). Utiliza sus conquistas para probarse una y otra vez su capacidad sexual «hetero», su masculinidad y su potencia de hombre.

 

c)    La Personalidad Histérica (La Versión Femenina Del Don Juan).

Lo que ésta busca es seducir permanentemente, ser el centro de atracción y atención del mundo. Más que la infidelidad sexual, lo que busca es, permanentemente seducir y producir la infidelidad mental, la cual le hace sentirse maravillosa. El saber que los hombres, piensan en ella y que es objeto de deseo del varón, le da un gran placer.

También ésta, se defiende de sus tendencias homosexuales reprimidas, buscando en todo hombre la imagen de su padre idealizado y seductor.

 

2) La Infidelidad Aislada u Ocasional.

Entre las causas más usuales que hemos observado en más de 30 parejas, podemos nombrar las siguientes:

 

a. El Desgaste De La Pareja.

En muchas parejas, el carácter romántico ha desaparecido, la comunicación se ha deteriorado limitándose la relación a monólogos y reproches, el acto sexual se ha deserotizado haciéndose mecánico, frío y rutinario.

En casi todos los cónyuges infieles ocasionales, hemos observado los síntomas antes citados. La infidelidad aparecería como un intento de recuperar «mágicamente» lo anterior. El infiel busca un clima de cariño, de aventura, de romanticismo, de poesía... que compense lo que falta. De allí que se vive y se hace con «la amante» todo lo contrario a lo que se vivía con la esposa.

Muchas parejas viven con los roles tan petrificados que se parecen a la «ley de la selva»: «Yo Tarzán, Tú Jane; yo cazar y tú cocinar». Muchas mujeres infieles han manifestado su infidelidad como un medio de escapar de esto; de la rigidez, la pérdida de la espontaneidad, frialdad sexual, del excesivo orden y de la inexpresión de sus maridos.

 

b. La Tentación.

También la tentación esporádica puede darse en forma lenta. A veces con un buen amigo, una buena amiga, comienza agestarse algo más que una amistad; pasa a ser un deseo de estar con la otra persona, de contar las cosas que pasan, de lo que le pasa con su cónyuge... y cuando menos lo espera...

Es interesante notar que, si bien las relaciones infieles involucran lo sexual, no suelen girar en torno al sexo. Puede elegirse a un hombre que se presente como un igual, con quien se puede compartir. Es significativo observar que generalmente en la infidelidad, las esposas de doctores eligen campesinos, los hombres con esposas hogareñas eligen profesionales, en tanto que los hombres con mujeres profesionales se sienten atraídos por las amas de casa. Parecería que la atracción fundamental está basada en que sea diferente al cónyuge.

Los dos viven una experiencia amorosa y romántica como nunca, llena de colores y sueños poéticos, incluso el secreto y la prohibición que los unen, hace que el deseo sea mayor. Embriagados de amor y hechizados, se preguntan aún, si la voluntad de Dios no será este sueño de amor. Luego pasa por la cabeza el por qué no haberse conocido antes... más tarde el por qué no llevar las dos relaciones paralelas... luego, la decisión.

Hemos percibido que muchos de los que «caen en la tentación». Estaban casados con una compañera/o celotípica. Los celos son la expresión de una frustración del sentimiento de propiedad, de un sentimiento de desvalorización. Es decir, un temor fundado o no, a que el ser querido pueda abandonarla por otra/o y que otro monopolice la atención que nos brinda.

Verse excluido de la intimidad de ese ser. Los celos son la droga que calman sus frustraciones infantiles, desea poseer a su amado en la totalidad, busca y busca los elementos que le puedan hacer confirmar sus sospechas. Los celos nacen del sentimiento de que tiene muy poco que dar en comparación con lo que otro puede ofrecer. Se tienen celos de un niño, de un coche, de un animal. Un elemento pastoral importante para tener en cuenta es que, en casi todos los casos, el celoso arrastra la imagen de una infidelidad paterna, la cual proyecta en su cónyuge una y otra vez.

Así la infidelidad sería un intento de liberarse de estas cargas pesadas que el celoso lleva. Hasta nos da la sensación de que en muchos casos el celoso estaría deseando y fomentando la infidelidad.

 

c. La Venganza.

Esta es una de las causas más inconscientes. Nada mejor que hacer sufrir a un cónyuge o a un padre o a una madre, que la infidelidad. Ésta encubre el resentimiento hacia su cónyuge. Especialmente cuando el infiel presiente que se le priva de algo. La relación adúltera es un ensayo previo al divorcio.

Puede ser este acto un pedido indirecto de ayuda, de atención. Hemos observado con frecuencia que se comete adulterio quizás en venganza por la infidelidad del cónyuge. El binomio adulterio-contra adulterio es algo que sorprende.

Es frecuente que el infiel, deje «pistas» para ser descubierto, así su venganza toma todas las dimensiones de venganza contra su padre rígido, «espiritualizador», ordenado y serio. Contra ese padre «maravilloso y moral» a los ojos de la iglesia, caracterizado por ser modelo de orden, rectitud y de trabajo.

La infidelidad femenina es un «arma» terrible usada contra el padre rígido y castrador. Hemos visto a mujeres vengarse con el puñal más doloroso clavado al «padre moral» y «recto».

Otro móvil de infidelidad que hemos visto es para sentirse acariciadas en los brazos de un hombre, o sentir que alguien les dice «te quiero», algo que nunca antes habían tenido.

A veces se usa como venganza frente a la permanente descalificación, por actos del pasado, por humillaciones, etc.

Otras veces, la infidelidad representa una venganza contra el cónyuge cuyo comportamiento le recuerda al padre dominador de antaño. Así, la infidelidad representa el intento inconsciente de escapar de esas garras.

Recomendaciones Pastorales:

Elementos para el aconsejamiento pastoral. Necesitamos conocer básicamente 3 factores:

a. A Qué Tipo De Infidelidad Nos Enfrentamos.

Si la infidelidad es estructural, asistir pastoralmente y delegar en profesionales para que ayuden a resolver las carencias afectivas. Si es esporádica, la búsqueda de la restauración.

b. Qué Personalidad Tienen Los Integrantes De La Pareja.

(Desarrollaremos a continuación las reacciones más corrientes cuando el cónyuge afectado es la mujer).

Contener en los momentos de bronca, humillación y otras reacciones del cónyuge afectado. Tener en cuenta que muchas mujeres víctimas de la infidelidad son presas de celos que las consumen, desean saber detalles de todo, de la forma de ser de la otra, de su actividad sexual, etc.:

-Hay las que reprochan día tras día (que es su forma de vengarse) buscando la humillación, llanto y permanente arrepentimiento del infiel.

-Otras mujeres por el temor a quedarse solas perdonan y aceptan como si nada la infidelidad, con tal de que no las abandonen.

-A otras les duele más «el qué dirán en la iglesia» que el desmoronamiento de su propia pareja. Es decir, están más preocupadas por la publicidad y por qué dirán si «se enteran sus amigas o amigos», que por el hecho adúltero en sí.

La amenaza de divorcio es una de las armas frecuentes del cónyuge herido. A veces piden al pastor que se coloque de juez y condene al mismo infierno al «traidor».

-Al infiel, necesitamos acompañarlo a una confesión sincera (a Dios y A su cónyuge). Es muy difícil que la pareja retome la intimidad si el pecado queda oculto.

La actitud del infiel puede ser el autismo; ahí la mujer se vuelve más hostil y más intolerable. Las dudas y el desconocimiento la vuelven más irritable.

-Hay quienes confiesan su infidelidad, del mismo modo a como cuentan lo que hicieron en el día.

-Otros no lo confiesan y esperan que Dios los bendiga.

-Algunos más masoquistas entran en un estado de autosacrificio, limpian a su compañera de toda responsabilidad. Alternan en períodos de depresión y de bronca contra ellos mismos por lo que le sucedió.

c. Cómo Funcionaba La Pareja.

Esto es muy importante, ya que muchas parejas se perdonan después de muchas lágrimas y dolor, pero no desean revisar el funcionamiento de su pareja, o no desean cambiar en nada.

Como consejeros debemos ayudar a que la pareja tome conciencia de que también debe revisar qué causas llevaron al compañero a esto y el enriquecimiento matrimonial posterior.

El consejero debe garantizar la máxima discreción. Saber que la curación de la herida lleva tiempo, puede permanecer abierta días, semanas e incluso años. De ahí, que el seguimiento pastoral se hace muy importante.

Deben sondearse los motivos y las razones que motivaron a la aventura, buscando la restauración en el Señor.

Ejercicios:

1- Trabajar el concepto de libertad:

Discutan sobre qué es y lo que implica en la relación de pareja. Cómo el concepto bíblico de libertad se contrapone con lo que él entiende por libertad: el otro como posesión única y absoluta.

2- Clarificar qué es el amor:

Revisen sus mitos y creencias sobre el amor, qué le enseñaron, qué piensa, qué siente y qué es lo que dice la Biblia.

3- La influencia de sus experiencias infantiles sobre el presente:

Compartan sus sentimientos de inferioridad y sus experiencias infantiles traumáticas. Si hubo especialmente infidelidad en su familia. Cómo se reactivan sus primitivos sentimientos, su poca tolerancia a las frustraciones, su deseo de apropiarse del ser, del alma del otro.

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Bibliografía:

-  Bernardo Stamateas. El Pseudoamor. Págs. 177-202. Clasifíquese: MATRIMONIO: Vida sexual matrimonial. Edt. CLIE.

-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 11//1//2021. MISIÓN BAUTISTA Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


charlyibsh@hotmail.com

               Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.

 

(Clave: 1115)



 

 

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