LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA MAGIA (VII):

 

LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA MAGIA (VII):

 

“pasó su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyo encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová”

(2 R.21:6).

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

El monoteísmo viril del principio de Israel no podía sino chocar violentamente con el paganismo que lo rodeaba. Su exaltada revelación de la verdad divina no podía sino exponer y sacra a luz las tinieblas y la supersticiosa ignorancia de todas las formas de idolatría. Su casta y elevada demonología no podía sino dar un criterio adecuado para evaluar las complejidades y crudeza de las prácticas paganas.

Todavía más, a la luz del concepto sublime que tenían Israel de Dios, que refinaba y purificaba cada sección de su pensamiento teológico, y especialmente su demonología, no es sorprendente encontrar el mayor contraste entre su creencia en los demonios y los excesos notorios y extravagancias de las naciones vecinas que, aunque saturados de idolatría, se habían aliado, en mayor o menor grado, a ella¹⁾.

Tampoco debe causar asombro encontrar en la literatura religiosa del antiguo Israel y a través de toda la Biblia, la hostilidad más directa y declarada en contra de todo tipo y forma de prácticas paganas y rituales idólatras como inspirados demoniacamente y motivados por el mal sobrenatural.

No debe maravillarnos que Moisés, en sus últimos consejos al pueblo de Israel, en vista de su entrada inminente en la posesión pactada de la Tierra Prometida, dé una advertencia solemne y prohíba severamente toda clase de costumbres idólatras. No debe causarnos asombro que estigmatice a todo aquel que:

·         “Practique adivinación”,

·         Al “agorero”,

·         Al “sortílego”,

·         Al “hechicero”

·         Al “encantador”,

·         Al “adivino”,

·         Al “mago”, o

·         Al que “consulte a los muertos”,

·         Pues son una abominación a Jehová (Dt. 18:10-12).

Ayuda Hermenéutica:

Ø Adivinación: ^H7080 קָסַם = casám: raíz primaria; propiamente distribuir, i. e. determinar por suerte o rollo mágico; por impl. adivinar:- adivinación, adivinar, adivino, agorero, dar oráculo, practicar [adivinación], usar [adivinación].     

Ø Agorero: ^H6049 עָנַן = anán: raíz primaria; cubrir; usado solo como denominativo de ^H6051, nublar; figurativamente actuar encubiertamente, i. e. practicar magia:- adivino, agorero, hechicero, mirar, observar.

Ø Sortílego: ^H5172 נָחַשׁ = nakjásh: raíz primaria; propiamente sisear, i. e. susurrar un conjuro (mágico); generalmente pronosticar:- adivinar, agorero, agüero, experimentar, hechicero, sortílego.

Ø Hechicero: ^H3784 כָּשַׁף = kasháf: raíz primaria; propiamente susurrar un conjuro, i. e. encantar o practicar magia:- encantador, hechicero. (Strong).

Ø Encantador: ^H2266 חָבַר = kjabár: raíz primaria; unir (literalmente o figurativamente); específicamente (mediante conjuros) fascinar:- encantar, -dor, enlazar, juntar, mago, hacer alianza, compañía, pacto, trabar, unión, unir.

Ø Adivino: ^H7592 שָׁאַל = shaál: o שָׁאֵל = shaél; raíz primaria; inquirir; por impl. pedir, requerir; por extens. demandar:- consultar, dedicar, demandar, desear, inquirir, pedir, pedir permiso, pregunta, preguntar, prestar, querer, saludar con paz.

Ø Mago: ^H3049 יִדְּעֹנִי = yideoní: de ^H3045; propiamente conocedor; específicamente conjurador; (por implicación) fantasma:- adivinno. (Strong).

Mago: ^H3049 יִדְּעֹנִי: 1) Adivino (Lv.20:27). 2) Espiritista: asáh ov ve-yid’oním = evocó a los muertos y practicó el espiritismo (2 R.21:6). — Pl. יִדְעֹנִים. (Moisés Chávez)

Ø Muerto: ^H4191 מוּת = mut: raíz primaria; morir (lit. o fig.); caus. matar:- cadáver, consumir, difunto, fallecer, finado, hacer matar, hacer morir, matar, morir, mortal, mortuorio, muerte, muerto, perecer. (Strong).

Ø Abominable: ^H8441 תּוֹעֵבָה = toebá: o תֹּעֵבָה = toebá; participio activo femenino de ^H8581; propiamente algo repugnante (mor.), i. e. (como sustantivo) asquerosidad; especialmente idolatría o (concretamente) ídolo:- abominable, abominación, idolatría, ídolo. (Strong).

No debe causarnos asombro que él condene estas prácticas como “abominaciones” misma y considero el pecado de traficar con ellas como la razón por la cual Jehová echó a las gentes de la tierra delante de ellos (ver v. 12).

Su clarinada llamada a la separación más estricta e intransigente de estas contaminaciones y obras de las tinieblas para que pudieran ser perfectos “delante de Jehová = HA-SHEM ‘El Nombre’ Adonaí el nombre más sagrado para el judaísmo” su Dios, que no les “ha permitido” hacer lo que hacen los paganos (Ver vv. 13, 14).

La historia de Israel en la Tierra Prometida es un recital de continuas luchas con los poderes demoniacos de las tinieblas que incesantemente tratan de encadenar al pueblo de Dios con cadenas crueles, intentando colar las idolátricas doctrinas de demonios, en contra de las cuales el gran legislador de la nación les había dado una llamada de atención tan solemne.

Hubo tiempos en que la batalla amainaba, como los últimos días de Salomón, cuando su caída en el demonismo e idolatría cobró un gigantesco precio al dividir el reino. De allí en adelante Judá e Israel fueron por caminos separados y ambos, eventualmente, llegaron a verse envueltos en la vorágine del demonismo y a ser echados de la tierra, como habían sido lanzadas las naciones antes que ellos.

Todas las aflicciones de Israel tienen como origen su alejamiento de Jehová y su complicidad en las prácticas paganas. Estas costumbre idólatras tan destructivas y desastrosas para el pueblo de Dios, toman la forma de varias clases de demonología que se mencionan y están condenadas en la Palabra de Dios:

·      La magia,

·      La adivinación,

·      Los pronósticos,

·      Las hechicerías,

·      Los encantamientos,

·      El hablar con los muertos, y

·      El ventriloquía.

Están ligados en forma tan inextricable con la idolatría y tan inseparablemente entretejidas una con la otra en su carácter e historia, que es imposible en casa caso marcar líneas definidas entre ellas.

Como la misma idolatría (Dt. 32:17; Salm. 96:5; 106:36, 37; 1 Cor. 8:4; 10:19, 20; Ap. 9:20), de lo que no son sino manifestaciones particulares, su fuente y dinámica es el demonismo, lo que hace que su estudio revele el corazón depravado del paganismo.

A pesar de que corremos el riesgo de traslapar, será ventajoso, por causa de la claridad y el arreglo lógico, agrupar estas siete formas de demonología característica de las prácticas paganas bajo tres títulos principales, a saber:

Ø Magia,

Magia. (Del lat. magīa, y este del gr. μαγεία). f. Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales. 2. Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo. ~ blanca, o ~ natural. f. La que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales. □ V. comedia de ~.

Ø Adivinación, 

Adivinar. (Del lat. addivināre). tr. Predecir lo futuro o descubrir lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios. 2. Descubrir por conjeturas algo ocultas o ignoradas. 3. Acertar lo que quiere decir un enigma. 4. Acertar algo por azar. 5. Vislumbrar, distinguir. A lo lejos adivinó la silueta del castillo. U. t. c. prnl., y

Ø Necromancia.

Necromancia o necromancía. (Del lat. necromantīa, y este del gr. νεκρομαντεία). f. Adivinación por evocación de los muertos. (Microsoft® Encarta® 2008).

I.      EL CARÁCTER MALIGNO DE LA MAGIA:

La magia puede ser definida como el arte de conseguir resultados que están más allá del poder humano a través de los servicios de agentes sobrenaturales. Su naturaleza maligna e ilegítima aparece de inmediato cuando nos damos cuenta de que los agentes sobrenaturales que se utilizan son espíritus malos.

El término, en su verdadero alcance envuelve entonces más de lo que a menudo se clasifica bajo esa categoría, tal como ilusionismo, ligereza de mano o prestidigitación. A veces, por supuesto, no es más que un astuto engaño o una manipulación marrullero de los fenómenos naturales²⁾, pero más frecuentemente, como se encuentra en la historia antigua y en la Biblia, abarca la actividad de demonios que producen “maravillas por su conocimiento de los poderes de la naturaleza”³⁾.

Es indudable, si consideramos solamente la autoridad de la revelación divina, que la magia en su sentido más verdadero y estricto, en una alejamiento de la religión. Si nos adherimos al testimonio de las Sagradas Escrituras, debemos llegar a la conclusión de que todas las religiones se deben a una revelación primitiva, siendo las falsas corrupciones de la verdadera. La relación que existe entre la religión y la magia también es sorprendente. Es obvio, por su carácter que no puede tener un lugar legítimo en la verdadera religión espiritual.

También puede verse que la magia impersonal, que es una especie de ciencia burda que considera las fuerzas naturales del mundo como utilizables bajo ciertas consideraciones, tales como encantamiento, hechos mágicos y drogas, tiene muy poca o ninguna conexión con la verdadera religión.

Pero en la magia personal, en la que se acude a agentes personas vivos con inteligencia y personalidades que son influenciados y controlados, su asociación es real. La magia puede incluir, en la etapa menos corrompida, sacrificios, y los encantamientos no son muy diferentes a la oración. Podemos decir, entonces que la magia personal, en sus más altas manifestaciones, se desvanece en la religión y frecuentemente existen juntas.

Aunque es común hablar de los sacrificios y la oración como elementos constitutivos de religiones antiguas y modernas, es sumamente dudoso si esos términos en muchos casos, son apropiados, puesto que no tienen la misma connotación que en el Antiguo Testamento. La verdadera oración puede ser dirigida solamente a Dios, y desde la revelación paternal de Dios en su Hijo, en el nombre de Jesucristo.

En el momento que la oración u otro ejercicio religioso se dirige a otra deidad:

·         Ángeles,

·         Demonios, o

·         Santos.

Pierde su carácter genuino y queda mezclada y contaminada con magia.

Podemos decir que la magia está presente en mayor o menor grado en todas las religiones no cristianas, y también en las corrupciones del cristianismo. Mientras mayor corrupción y degeneración existe en el sistema religioso, mayor es la influencia de magia. El elemento moral decae, y hasta llega a desaparecer. Se puede decir que los encantamientos son oraciones burdas donde la importancia recae en la manera de pronunciarlas, más que en la condición moral del agente.

 Las plantas, drogas e incienso, al ser quemados para conseguir el favor de los buenos espíritus o para protegerse en contra de espíritus traviesos y malignos, constituyen una perversión mágica del verdadero sacrificio espiritual.

Por tanto, el eslabón entre la magia y la inmoralidad no es imaginario. Los medios sin ética corresponden a la naturaleza inmoral de los espíritus con que se trata. En el monoteísmo, donde Dios es infinitamente justo y santo, y exige cualidades morales de parte de aquellos que tienen trato con EL, no hay lugar para la magia.

A menudo que la religión se deteriora y aumenta el elemento de magia, en esa misma medida la moralidad se rebaja en su nivel y el mal sobrenatural toma control.

II.     LA CONDENACIÓN DE LA MAGIA:

La actitud de las Sagradas Escrituras, al inculcar la religión altamente ética y espiritual de Israel bajo el antiguo pacto, y la revelación sublime y perfecta de la verdad en el cristianismo, bajo el nuevo pacto, necesariamente tiene que ser hostil y es completamente condenatoria de toda la magia y las artes mágicas. Esta actitud, especialmente en el Antiguo Testamento, parecerá extraña e inexplicable para aquellos que consideran que la fuente de la religión israelita no es monoteísta.

Pero es perfectamente normal, y lo que debe esperanzarse, si la religión de Israel tuvo sus comienzos en la revelación divina de la verdad a pesar del hecho de que las naciones vecinas estaban completamente entregadas a la superstición y tenían elaborados ritos mágicos⁴⁾.

Podemos comprender el gran extendimiento de las artes mágicas por el hecho de que únicamente la Biblia refiere que se practicaban en:

§  Babilonia (Ez. 21:21),

§  Asiria (2 R. 17:17),

§  Caldea (Dn. 5:11),

§  Egipto (Éx. 7:11),

§  Canaán (Dt. 18:14, 21),

§  Asía (Hech. 19:13), y

§  Macedonia (Hech. 16:16).

2.1.    SU CONDENACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:

La razón principal que indujo a los hebreos a condenar la magia era que estaba en abierta contraposición con su religión espiritual y moral, e íntima e inseparablemente ligada con la idolatría. Para los hebreos, las deidades adoradas por otros pueblos eran malos espíritus o demonios con los cuales traficaban magos y adivinos.

El practicar magia o adivinación era para ellos, o al menos para los ortodoxos y temerosos de Dios, equivalente a un reconocimiento de los ídolos. Esa es la razón por los nombres hebreos de los dioses paganos (shehim, seirim, ‘elilim, gad), que realmente señalaban a los demonios detrás de las representaciones idolátricas visibles, han sido traducidos así en la Septuaginta.

En 2 de Reyes 9:22, la magia aparece realmente identificada con la idolatría, donde se mencionan las “fornicaciones” = (“idolatrías”) y “hechicerías” = (keshaphim, “encantamientos mágicos”) de Jezabel.

Fue una página negra en la historia de Judá el día que Manasés las abrió las compuertas de las esclusas al demonismo y la práctica de toda clase de artes mágicas, y en su orgía idolátrica “pasó su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyo encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová” (2 R. 21:6).

El desagrado divino contra esa horrible erupción de ocultismo, que se puede tomar como característica de la actitud divina contra todas las artes mágicas en general, se manifiesta gráficamente en las palabras de Jehová en 2 Reyes 21:12, 13:

“He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos. Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab; y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, que se friega y se vuelve boca abajo”.

Por otra parte, las Sagradas Escrituras reconocen con la misma claridad la realidad y poder de la magia como su ilegitimidad y nefanda malignidad. En la narración sobre las plagas, en Éxodo 7-11, se da por descontado que los magos de Egipto tenían verdadero poder para realizar hazañas milagrosas por medio de fuerzas sobrenaturales del mal. Claramente no eran ni prestidigitación ni juego de manos:

Ø La Biblia dice que los hechiceros verdaderamente tiraron sus varas y se convirtieron en culebras, hicieron que las aguas del Nilo se convirtieran en sangre, e hicieron venir ranas sobre la tierra.

Ø Sólo fallaron cuando quisieron producir piojos (Éx. 8:18), demostrando que tenían gran poder, pero definitivamente limitado.

Es verdad que los hechiceros hicieron el mismo que Aarón y Moisés con “sus encantamientos” “belahatehem”, “¡con sus artes ocultas o secretas!”.

Ayuda Hermenéutica:

Encantamiento: ^H3909 לָט = lat: forma de ^H3814 o sino participio de ^H3874; propiamente cubierto, i. e. secreto; por implicación encantamiento; también secreto o (adverbio) encubiertamente:- encantamiento, calladamente, secreto. (Strong).

Con sus encantamientos: ^H3909

b) En Éx.7:22, en lugar de בְּלָטֵיהֶם léase como en el ver. 11: בְּלַהֲטֵיהֶם, "con sus encantamientos" (Ver לְהָטִים). (Moisés Chávez).

Es verdad que los hechiceros* hicieron lo mismo que Aarón y Moisés con “sus encantamientos” (belahatehem, “con sus artes ocultas o secretas”). *Hechicero: ^H2748 חַרְטֹם = kjartóm: de lo mismo que ^H2747; horoscopista (como trazando líneas o círculos mágicos): - hechicero, mago. (Strong). Esto no significa impostura o fraude. No se estaban aprovechando de la credulidad de Faraón como suponen algunos⁵⁾.

Estos “escribas sagrados” (hartemmim), habilidosos en escritura religiosa (jeroglíficos), pertenecientes a la clase de sacerdotes egipcios versados en el ocultismo y experimentados en la religión controlada por demonios, eran instrumentos de Satán, que manifestó su poder en ellos. Los traficantes similares en las “artes negras” las practicaban en Babilonia (Dn. 1:20; 2:2; 4:7, 9; 5:11).

 Lo que hicieron en presencia de Moisés, Aarón y Faraón eran “maravillas de mentira”. En 2 Timoteo 3:8, se dan los nombres de dos de estos agentes de las tinieblas: Janes y Jambres.

Ayuda Hermenéutica:

Janes: ^G2389 Ἰαννῆς = Iannés: de origen egipcio; Janes, un egipcio: - Janes. Jambres: ^G2387 Ἰαμβρῆς = Iambrés: de origen egipcio; Jambres, un egipcio:- Jambres. (Strong).

Tales demostraciones portentosas de poder demoniaco, parecen ocurrir periódicamente, como los avivamientos religiosos, y se encuentran hoy en el espiritismo. El poder oculto será revelado plenamente en el tremendo avivamiento demoniaco de los últimos días bajo el anticristo, que será acompañado por señales y maravillas fenómenos (2 Ts. 2:9-12; Ap. 13:13-18).

A pesar del efecto purificador del monoteísmo hebreo y las severas llamadas de atención de la ley, aparecían ocasionalmente rastros de magia, a pesar del suelo hostil israelita. Los terafines mencionados en Génesis 31:19, 30 y en 2 Reyes 23:24, donde se eliminan y destruyen junto con los “encantadores” y “adivinos”, durante las drásticas reformas de Josías, eran probablemente dioses caseros, empleados como talismanes protectores contra toda especie de malos espirituales y ara traer buena suerte.

El profundo deseo de Raquel por conseguir las mandrágoras que habían sido dadas a Lea por su hijo, parece ser un ejemplo de la creencia popular pagana en el poder mágico de determinadas plantas, en este caso “la manzana del amor”, para fomentar y agitar la pasión sexual (Gn. 30:14-24).

Aparecen ejemplos de la misma superstición en la literatura arábiga en relación con el llamado “Yabruh”, que seguramente es la mandrágora⁶⁾. Y parece que el uso común de la magia para hacer encantamientos de amor, llevados a cabo a menudo por mujeres, es la explicación de que el adulterio y la magia aparezcan nombradas juntos frecuentemente en el Antiguo Testamento (2 R. 9:22; Nahum. 3:4; Malq. 3:5).

En la apostasía del tiempo de Isaías, cuando el ocultismo había invadido de tal manera todos los aspectos de la vida que el “adivino” y el “encantador hábil” eran nombrados juntamente con el hombre de guerra, el profeta y el anciano (Is. 3:2, 3), el profeta denuncia durante las lascivas y desenfrenadas mujeres de Jerusalén, no solamente por su orgullo y vanidad que se demostraba en sus vestimentas llamativas y joyas ostentosas, sino también porque muchas de las baratijas de moda, como las medias lunas (saharonim, “lunetas” o “amuletos en forma de luna”) eran talismanes usados alrededor del cuello como protección contra los malos espíritus, y como tales, significaban un reconocimiento del paganismo (Is. 3:18). Lunetas: ^H7720 שַׂהֲרֹן = saarón: de lo mismo que ^H5469; pendiente redondo para el cuello: - adorno, luneta, plancha. (Strong).

Entre los paganos, estos talismanes protectores eran puestos hasta en el cuello de los camellos, como en el caso de los jaques medianitas, a quienes mató Gedeón (Juc. 8:21, 26).

Parece que los zarcillos de oro que las mujeres israelitas usaban en el desierto, y con los cuales se hizo el becerro de oro, eran amuletos (Éx. 32:2, y siguientes).

El significativo  el hecho de que en Bet-el, Jacob no sólo quitó los ídolos (“dioses ajenos”) de su familia, sino también los zarcillos que las mujeres usaban en sus orejas, puesto que estos últimos eran tan contrarios a Dios como aquéllos, debido a su origen e implicaciones paganas (Gn.35:1-4).

En Oseas 2:2, se insta a Israel bajo la figura de la esposa del profeta, a apartar las “fornicaciones de su rostro”, (esto es, el anillo de la nariz que era un amuleto contra el “mal de ojo”), “y sus adulterios de entre sus pechos” (es decir, los collares llevados como amuletos). Estos ornamentos significaban simpatía y complicidad con el paganismo, donde eran considerados como protectores del “mal de ojo”.

En Proverbios 6:21, hay una condenación implícita a la costumbres de usar amuletos y confiar para la protección personal en meros objetos materiales. Se exhorta al joven a “atar” las admoniciones paternas continuamente en su corazón y “enredarlas” en su cuello. Es significativo el hecho de que la palabra talmúdico para “amuleto” = (gemia’), significa algo atado o ligado a una persona.

En Mateo 23:5, la evidencia parece señalar que las filacterias usadas tan ostentosamente por los fariseos en tiempos de nuestro Señor, poseían una connotación mágica; y que la práctica de usarlas no tiene una genuina base bíblica, sino que fue introducida por una mera interpretación literal y externa de Éxodo 13:9, 16; Dt. 6:4-9 y 11:13-21.

La palabra griega ‘phulakterion’ de donde proviene nuestro vocablo “filatería”, en el período neotestamentaria denota un salvavidas a manera de ensalmo o defensa (phulasso, “guarda” o “protección”) contra la influencia maligna.

La explicación de la palabra griega como indicando un agente o dispositivo para guiar al pueblo a “guardar” la ley no tiene casi defensas. Esta idea original puede haber existido en la mente de aquellos, que por un crudo literalismo, redujeron una frase simplemente figurativa e idealista del Antiguo Testamento a una representación materialista.

Mas esta corrupción inicial solo abrió el camino para una mayor degradación y abuso para ajustarse al molde de las prácticas supersticiosas y materialistas de los paganos, y así pronto se llegó a reverenciar excesivamente a las filacterias, y siguiendo el tenor general de la demonología rabínica, no tardaron en ser consideradas como amuletos con poder mágico para evitar males y ahuyentar los demonios (en Targum sobre Cantares 8:3).

No es de extrañar, al ver la falta de fundamento escritural en el uso de las filaterías, que llegaron a ser la fuente prolífica de otros abusos, aparte de la superstición y como era natural esperar, cuando nuestro Salvador denuncia el orgullo vacío y la hipocresía que este hábito no escriturario producía y animaba.

Un caso parecido de perversión del concepto bíblico, bajo el impacto de la magia popular, lo hallamos en los mismos pasajes del Antiguo Testamento, que al considerarlos literalmente, dieron nacimiento al uso de las filacterias. Las palabras de Deuteronomio 11:20: “y las escribirás en los postes (mezuzoth) de tu casa y en tus puertas” llevó a la inscripción literal de las palabras de Deuteronomio 6:4-9; 11:13-21, sobre un pergamino que, enrollado y colocado en una pequeña caja, llamada “mezuzah” se exhibía en las puertas de las casas judías al lado derecho de la entrada⁷⁾.

Aunque la palabra “mezuzah” aparece más de una docena de veces en el hebreo bíblico, invariablemente está en el sentido de “puerta” o “poste” y nunca en el sentido de amuleto puesto sobre la puerta o poste, significado que llegó a tener en el judaísmo posterior.

2.2.    SU CONDENACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO:

El Nuevo Testamento proscribe, desde luego, toda forma de arte mágicas, de la misma manera que lo hace el Antiguo Testamento. La siniestra y corrosiva realidad de la magia es reconocida en todas partes, y la manifestación de su corruptora influencia es inexorablemente denunciada en todo lugar.

En Mateo 6:7, el Señor condena innecesarias repeticiones en la oración, que se asemejaban a las formas paganas de encantamientos mágicos. “No uséis vanas repeticiones (me battologesete), como los gentiles”. Si esa contaminación pagana no hubiera prevalecido entre los judíos en su tiempo, el Salvador no hubiera considerado necesario prevenirlos. Las repeticiones de ciertas fórmulas entre los antiguos, como también entre ciertos ascéticos modernos de la India, eran consideradas eficaces en proporción al número de veces que eran recitadas⁸⁾.

El mismo espíritu prevalece entre los derviches musulmanes que multiplican sus alaridos, convulsiones y chillidos, imaginando que mientras más lo hacen, mayor será el poder que Alá tendrá sobre ellos.

Según Herodoto⁹⁾, Batos, un poeta griego, tartamudeaba y empleaba muchas repeticiones; así que el verbo ‘battologeo’ (hablar excesivamente, parlotear, balbucear), es mimético y muy expresivo.

El libro de los Hechos de los apóstoles contiene varios ejemplos del choque entre el cristiano y la magia. La primera ilustración es la Simón, el mago de Samaria (Hech.8:9-24)¹⁰⁾.

Sus poderes demoniacos quedan al descubierto durante el gran avivamiento que tiene lugar como inmediata consecuencia de la predicación de Felipe.

Este carácter siniestro es descrito como uno “que antes ejercía la magia en aquella ciudad (prouperchen mageuon, quien había estado practicando la magia), y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande” (Hech.8:9), haciendo creer que era más que humano. Simón aparece como un astuto exponente del mal sobrenatural y como maligno instrumento de Satanás.

Pertenecía a una clase tan común en aquel tiempo de judíos que negociaban con el misterioso prestigio religioso de su raza y se imponían por la credulidad de los gentiles, vanagloriándose, además de sus libros sacros, de poder sobrenaturales ejercidos a través de encantamientos, amuletos y trances, que según decían, provenían del rey Salomón¹¹⁾.

Los asombrosos milagros que tuvieron lugar durante la campaña Evangelística de Felipe (Hech. 8:6-7) demostraron el poder de Dios, para corroborar la predicación de la verdad y descubrir la falsedad de las obras de Simón. Este, como los antiguos magos de Egipto, tuvo que reconocer la Omnipotencia Divina de Dios (Hch. 8:13). En el caso de Barjesús*, el mago de Páfos en Chipre, es paralelo al de Simón, en Samaria y señala otro vívido choque entre el cristianismo y la magia.

Barjesús* está más específico y completamente identificado que Simón, pero ambos pertenecían a la misma clase:

·      Magos judíos, especialmente ungidos como emisarios demoniacos de Satán.

El primero es designado como “cierto mago, falso profeta, judío” (Hech. 13:6), “Elimas, el mago” (“el mago, el mágico”), “hijo del diablo” (vv. 8-10), esta última denominación ligándolo directamente con el príncipe de los poderes de las tinieblas.

“Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús” (Hechos 13:6). 

Ayuda Hermenéutica:

^G919 Βαριησοῦς = Bariesús: de origen caldeo ^{[H1247 y H3091]}; hijo de Jesús (o Josué); Barjesús, un israelita: - Barjesús. (Strong).

El título de “mago” que se da a Barjesús es de interés e importancia preeminente, pues es la idéntica palabra con que se describe a los distinguidos visitantes que vinieron de lejos para adorar y traer presentes para el niño Jesús (Mt. 2:1, 7, 16).

Pero en el caso de estos eminentes sabios, la palabra es utilizada en su buen sentido, mientras que en el caso de Barjesús tenía una connotación distinta del mal. Aun en los días de Sófocles se le daba un significado de mal; y hace que Edipo reprenda a Tiresías bajo este epíteto, como practicante de la magia¹²⁾.

Los magos, allá por los tiempos de Herodoto, había ganado reputación por sus artes mágicos¹³⁾. Es significativo el hecho de que la palabra “magia” deriva del nombre de los “magi”, o sacerdotes de Zoroastro (Zarathustras). Históricamente la magia es el arte prácticamente en la antigua Persia por los sacerdotes reconocidos por aquel país.

El término “magi” se utiliza en la Septuaginta, y también por Filón, Josefo y escritores profanos “en el buen y el mal sentido del término”¹⁴⁾. En el caso anterior, la práctica de las artes mágicas está implícita; mientras que en el posterior, completamente un estudio de las estrellas y otros cuerpos celestes¹⁵⁾, junto con otros profundos conocimientos, aunque, desde luego, con cierta mezcla de superstición.

A este  último grupo deben haber pertenecido los magos que describe Mateo en su Evangelio que debían ser considerados como los científicos de aquel tiempo, herederos de los conocimientos de Babilonia y la sabiduría de la antigua Persia¹⁶⁾.

Es fácil darse cuenta como, en una era antigua de una superstición sin paralelos en tierras no iluminadas por la revelación divina la noble ocupación del estudio de las estrellas y astros celestiales y otros acontecimientos profundos, degeneró en muchos casos de fraude, engaño y todas formas de ocultismo; por eso en los casos de Simón de Samaria y Barjesús de Chipre, tenemos el ejemplo de que los magos de tan grande fama, eran hombres poseídos por el demonio. Podemos imaginar que los magos de Belén pertenecían a una clase que entró en contacto con la purificadora revelación de la verdad de Dios.

Quizás a través del pueblo escogido en cautividad en Babilonia, Persia o Asiria, y quizás esta saludable influencia en los libró del ocultismo o al menos, de las formas más groseras de malignidad sobrenatural, evidentes en Simón y Barjesús.

Este mago judío tenía dos nombres. Barjesús en su patronímico judío; y Elimas = (Elumas), es el apelativo o título que describe sus declaraciones sobre sabiduría y poder sobrenatural.

Lucas lo interpreta como sindicando “el mago” (ho magos) en Hechos 13:8. Esta palabra es derivada del arábigo ‘alimun’, que quiere decir: “Sabio”, “entendido” o según la opinión de Delitzsh, del aramaico ‘alima’, que quiere decir “poderoso”¹⁷⁾:

§  El siniestro y maligno carácter de Elimas se manifiesta cuando resiste a Pablo y Bernabé, “procurando apartar de la fe al procónsul” (Hech. 13:8).

§  Casos como éste, de  hombres que son instrumentos especiales en las manos de Satán aparecen en el libro de Hechos, generalmente cuando el evangelio era anunciado en regiones nuevas no evangelizadas.

§  En Samaria fue Simón: En Macedonia, la chica endemoniada (Hech. 16);

§  en Chipre, Elimas el mago.

Las palabras con que Pablo se dirige a Elimas pueden ser tomadas como la condenación bíblica de la magia y el ocultismo en general:

“dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?” (Hech. 13:10).

El apóstol Pablo, previniéndoles de los peligros de los últimos tiempos, cuando abundarían erróneas doctrinas y ocultismos, y falsos maestros que resentirían y se opondrían a la verdad, como Janes y Jambres, los magos de Egipto que resistieron a Moisés (2 Tim. 3:1-12), declara que “los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados” (2 Tim. 3:13).

“Impostores” (goetes, de goao, “lamentar, suspirar, proferir” tonadas bajas místicas). Herodoto se refiere a ellos, como los que actuaban en Egipto¹⁸⁾ y en todas partes¹⁹⁾. Son citados por Eurípides, Platón y pensadores subsecuentes²⁰⁾. El Nuevo Testamento de Salkinson y Delitzsch cambio ‘goetes’ por  ‘qosemin’ (adivinos).

“Brujos”, tal vez, sería el equivalente más cercano y señalaría el ocultismo mágico sutil que encontramos en los días finales de estos tiempos.

Omnipotencia Divina de Dios:

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Nota y Bibliografía:

1) Franz Delitzsch, Mehr Licht, p. 51, y T.K. Oesterreich, Possession, Demoniacal and Other, pp. 147, 148.

2) Esta es la opinión de R. S. Roseberry acerca de la práctica hoy en día de la magia por los nativos africanos: “Mientras que, indiscutiblemente, hay verdaderas manifestaciones de poderes demoniacos… buen porcentaje de la magia que se practica es trampa o superstición o superchería, simplemente y sencillamente” Black Magic, p. 39.

3) Emil Schneweiss, Angels and Demons According to Lactantius, p. 129.

4) Witton Davies, Magic, Divination, and Demonology among the Hebrews and Their Neighbors, pp. 64-71.

5) Dwight M. Pratt, “Enchantment”, International Standard Bible Encyclopedia, p. 942.

6) T. Witton Davies, “Magic, Magician”, International Standard Bible Encyclopedia, III. Pp. 1963, 1964.

7) Alfred Edersheim, The Life and Times of Jesus The Messiah, I, pp. 76, 228.

8) Davies, Magic, Divination, and Demonology among the Hebrews and Their Neighbors, pp. 59, 60.

9) Herodoto, edición por A. D. Godly, I, p. 55.

10) Para un excelente tratado sobre Simón el mago, vea Sir W. M. Ramsay, The Bearing of Recent Discovery on the Trustworthiness of the New Testament, pp. 117-131. Vea a Ramsay, opus citatus, pp. 106-116, cuarta edición.

11) Sobre el carácter de los magos y la diversidad de sus artes, para los magos en el libro de los Hechos en los tiempos del Nuevo Testamento, vea a Ramsay, opus citatus, pp. 106-113.

12) Oedipus, Rex 387.

13) W. St. Clair Tisdall, “The Magi”, International Standard Bible Encyclopedia, III, pp. 1962, 1963.

14) Edersheim, opus citatus, I p. 203; también Ramsay, opus citatus, p. 141.

15) Compare a Johann Peter Lange, “Matthew”, en Commentary on the Holy Scriptures, octava edición revisada p. 56.

16) Sobre los magos en el nacimiento de Jesús, vea a Ramsay, opus citatus, pp. 140-149.

17) Franz Delitzch, Zeitzschrift für die Lutheranische Theologie, p. 7.

18) Opus citatus, II, p.33.

19) Opus citatus, IV; p. 105; VII, p. 101.

20) J. H. Thayes, Greek-English Lexicon of the New Testament, p. 120.

-    e-Sword-the. LEDD.

-    UNGER, Merrill. Los Demonios Según La Biblia. Edit. Las Américas. Primera Edición. 1952.

-    Biblia de Estudio RYRIE.

-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 21//06//2018. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz. E-Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.

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