sábado, 27 de agosto de 2022

LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA LIBERACIÓN: (Mateo 25:41)

 

LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA LIBERACIÓN:

(Mateo  25:41)

“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”.

(Mt.  25:41) 

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

El estudio de la demonología bíblica revela el hecho importante de que, aunque las Sagradas Escrituras son sumamente reticentes en algunos aspectos del pensamiento demonológico, con todo, son extraordinariamente completas y detalladas en otros.

Por ejemplo:

Ø al examinar la cuestión del origen e identidad de los demonios, el silencio escritural muestra que los importante no es conocer de dónde vienen, ni precisar quiénes son, sino que ellos realmente existen y son malignos y mortíferos; que son enemigos perniciosos a quienes debemos resistir incesantemente, y ningún creyente puede atreverse a afirmar que está a salvo de este peligro1).

De la misma manera la Biblia muestra una notable reticencia en cuanto antemano tales como aquellos que tratan de la Deidad y del demonismo, como los siguientes:

·      ¿Cómo puede ser el demonismo consistente con la bondad y sabiduría de Dios?

·   ¿Por qué creó Dios estos seres si sabía de antemano que pecarían y serían condenados eternamente?

Si por lo que creemos, el universo sin pecado:

Ø ¿Por qué no mantuvo Dios el pecado fuera para siempre?

Y, Si Satán y los demonios son la causa principal de la miseria y del pecado:

Ø ¿por qué Dios no los lleva inmediatamente a un lugar donde no puedan perpetrar su maldad nunca más?2)

Pero nuevamente, la circunstancias de las Sagradas Escrituras revela que mientras estos asuntos envuelven grandes dificultades para criaturas finitas, en el mejor de los casos inmaduras espiritualmente y con una visión limitada y expuesta al asolamiento del pecado y la ignorancia, no son, de todas maneras, asuntos de primera importancia para la fe, la vida y la piedad práctica, y es por eso que son tratados tan escuetamente.

Sin embargo, en contraste el tema que trata sobre la liberación de Satán y los demonios y la inmunidad para sus incesantes y funestos ataques, tan vital e indispensables para el bienestar temporal y eterno del hombre, recibe un tratamiento completo y detallado, no solamente porque se le haya dado mayor espacio e importancia en la página sagrada, sino porque saca a relucir el maravilloso y vasto plan de Redención y Propósito de Dios en Cristo.

I.       LA DEMONOLOGÍA Y LA NECESIDAD DE LIBERACIÓN:

Desde cualquier ángulo que nos acerquemos a la demonología bíblica, sea la existencia, la identidad el origen, el número o la organización de los demonios, las Sagradas Escrituras enfatizan continua y preeminentemente un tema central y vital: El hombre necesita liberación y protección de estas criaturas malignas y destructoras. Ninguna fase del tema acentúa esta urgente e inevitable necesidad más que aquella que trata de la maldad esencial y naturaleza impura de los demonios.

Y especialmente el irredimible e inconvertible carácter de su corrupción.

1.1. EL DEMONISMO Y LA DOCTRINA DE LA DEPRAVACIÓN CORROBORADA:

Si por acaso, hubiese una pequeña posibilidad de que Satán y los demonios se arrepintiesen algún día de su maldad, o una tenue esperanza de que eventualmente se dieran cuenta de su necesidad y se convirtieran de su camino entonces la necesidad de protección y liberación de sus desastrosas maquinaciones no aparecería tan urgente e imperativo, y la obra terminada de Cristo no parecería tan eternamente indispensable.

Pero la Biblia no deja lugar a tal vana posibilidad vacía. No solamente Satán y sus demonios ayudantes son descritos como absolutamente incorregibles, confirmados en depravación y destinados a las eternas llamas del Gehenna[1] (Mt. 25:41), sino aquellos de la familia humana, que siguen su tren de rebelión y rechazan el camino provisto por Dios a través de Cristo, deben sufrir el mismo destino inevitable.

  Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego*) eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. (Mt. 25:41)

 

Ayuda Hermenéutica:

 

*) G4442 πῦρ = púr: palabra primaria; fuego (literalmente o figurativamente, específicamente rayo, relámpago): - fuego, quemar. (Strong)

 

La doctrina de la depravación corroborada pierde cualquier aspecto de originalidad o rareza cuando la contemplamos a la luz de los acontecimientos cotidianos en la historia natural de la transgresión. Es un hecho de frecuente observación que una pecaminosa, por mucho tiempo practicada, se convierte en un hábito fijo, y un hábito fijo, con el correr del tiempo, se convierte en un destino inalterable.

Cuando Satán y los demonios cedieron a la tentación en su rebelión primera y se convirtieron en pecadores, apareció una tendencia al pecado que antes no existía. Esta corrupción disposición permanece para siempre, a menos que hubiera una provisión para vencerla.

Pero aparentemente tal provisión no puede hacerse, como tampoco serían eficaces los medios para remediar la situación, si el estado de rebelión continúa en el corazón de los pecadores.

Más aún, en el caso de los ofensores angelicales, el arrepentimiento y la reforma eran mucho más improbables aun en el período inicial de su transgresión, debido a que era deliberada, voluntaria e inteligente a la luz del completo resplandor y el reconocimiento claro de la bondad y perfección divina. Este mayor privilegio, como sabias y poderosa creación directa de Dios y la consecuentemente mayor responsabilidad involucrada en su caída, son, sin duda, factores principales en su incorregibilidad  e irrecuperable extravío y espiritual. Agréguese a eso el hecho de que Satanás y os demonios son pecadores de larga trayectoria, y se contribuye con un argumento más para afirmar la posición de que no habrá reforma.

Los estados avanzados en la carrera del borracho, el jugador, el libertino, por ejemplo:

·      Ofrecen un paralelo similar;

·      El permanecer por largo tiempo en el pecado parece sellar la condenación del pecado.

Pero la comparación es imperfecta, pues la rica gracia de Dios (Rom. 5:20) abundó en Cristo, quien murió para reparar el mal que Satanás y os demonios infligieron a la familia humana y a menudo, en virtud de la obra terminada de Cristo, hasta tales individuos viciosos son rescatados y salvados como nuestras especiales del amor divino.

Por otra parte, el caso es completamente diferente entre los ofensores angelicales, donde el pecado y la condenación de Satán y los demonios caen bajo el código de leyes universales, de cuyo mantenimiento y ejecución depende la seguridad y permanencia del universo moral.

Asimismo, el carácter especialmente malvado y destructivo de Satán y los demonios es evidente, no solamente en los hechos de su naturaleza impía y sin ley, sino también en su agresiva actividad destinada a dañar y engañar a otros y en ganar tantos adherentes embaucados como sea posible a su programa de odio y oposición a Dios. En esto se evidencia su naturaleza mortal.

Ellos no son pasivamente, como si estuviesen en un estado de corrupta inanición, irritable y malhumorada, hoscamente malcontentos con la restricción de la detestada omnipotencia divina. Por el contrario, ellos son militantemente malignos, aparentemente obsesionados completamente con el insano optimismo y la ciega ilusión de que eventualmente su causa ha de triunfar y ha de destruir los planes de Dios.

1.2.   LOS DEMONIOS Y EL HECHO DE LOS PELIGROS HUMANOS:

Es suficientemente asombroso comprender que existen seres malignos y destructivos como Satán y los demonios sueltos en el mundo, que no solamente son irreversiblemente confirmados en maldad ellos mismos, sino que asiduamente tratan de llevar a otros a su misma condición.

Pero cuando nos damos cuenta que estos emisarios del mal, malignos agentes de las tinieblas, están concentrados sus energías y dirigiendo sus ataques contra la familia humana, el hecho es verdaderamente aterrador. El hombre está en grave peligro. Está condenado a una derrota vergonzosa y a ser completamente corrompido y arruinado y despojado para siempre, a menos que se acoja a la salvación provista en Cristo por gracia.

A razón precisa por la cual el odio satánico y demoniaco es dirigido tan implacablemente en contra del hombre está envuelto en el misterio. Pudiera ser que Satán y ciertos ángeles ejercían la soberanía sobre la Tierra cuando fue creada primeramente y que en esa alta posesión de responsabilidad y confianza que Satán primeramente opuso su voluntad a la de Dios (Is. 14:12-14), atrayendo el juicio divino y el caos sobre este globo (Gn. 1:2).

De ser cierta esta explicación, nos daría la razón de los ceos de Satán y la tentación del hombre adánico (3:1-6), que recibió el dominio sobre el mundo renovado (1:28), y justificaría la pretensión satánica de que este mundo le pertenece (Mt. 4:8, 9), y daría, además, un comentario valioso acerca de la razón por la que libra una guerra tan persistente contra Dios para retener su posesión usurpada de la Tierra.

Cualquiera que sea la razón fundamental para la implacable hostilidad de Satán hacia la familia humana, lo cierto es que el hombre, por causa de su caída, perdió su soberanía sobre la Tierra frente al usurpador y de esa manera quedó apartado de su Creador:

Ø Para reparar el mal instigado y realizado por Satán el Logos la imagen del Dios invisible, dejó el seno del Padre (Jn. 1:1, 14),

Ø Se hizo hombre (Filp. 2:5-7) y llevó a cabo la redención, no sólo para la Salvación del hombre (Col. 1:14; 2 Cor. 5:21),

Ø Sino también para la liberación de la Tierra (Mt. 13:44; Ef. 1:14; Ap. 5:1-10).

Es por eso que Satán y los demonios trataron, por todos los medios posibles, de tentar a o matar a Cristo, con el objeto de que no hubiese derramamiento de sangre, de acuerdo con las Escrituras (Mt. 2:16; 4:1-11; Lc. 4:29; 22:3, 44). La misma oposición intensa, demostrada en contra de Cristo, es manifestada contra todos los creyentes unidos a Él y que son uno “en él” (Ef. 6:10, 12).

Además, Israel, como la nación elegida por Dios, a través de la cual Él ha de consumar su plan de la Tierra, está marcada como el blanco especial de la furia satánica (Ap. 12:13-17).

A aquellos a quienes Satán alejó de Dios cuando sedujo la raza humana, los tiene agarrados fiera y tenazmente y lucha despiadadamente para que no sean limpiados por la Salvación provista en Cristo (Col. 1:13, 14; 2 Tim. 2:26). Ningún integrante de la familia humana, sea:

·         Santo, o

·         Pecador.

Está libre de los incesantes ataques de Satanás, y la Salvación y la seguridad se encuentran sólo en la sangre de Cristo (Ap.12:11). La ruina temporal y eterna es inevitablemente la porción de todos aquellos que no utilizan el camino de escape provisto divinamente (20:15).

II.     EL DEMONISMO Y EL CAMINO DE LA LIBERACIÓN:

Debe ser obvio, aun en aquellos que tengan un conocimiento superficial de la demonología bíblica, que, puesto que seres como Satán y los demonios realmente existen, puesto que han causado tanto asolamiento en el mundo en el pasado, puesto que todavía persisten implacablemente en sus malignas depredaciones y puesto que tienen permitida una mayor esfera de influencia y actividad en el futuro, la posibilidad de liberación y exención de sus obras destructoras debe ser un asunto de interés personal y primordial para toda persona.

Sería realmente extraño si el bueno y todo sabio Creador del universo no hubiese preparado una provisión completamente eficaz para la seguridad y Salvación humana donde se necesita con mayor desesperación, especialmente cuando es claramente el método divino proveer para cada emergencia posible en el curso de los acontecimientos.

Si todas las cosas en la Tierra están hechas para el confort, ayuda y felicidad del hombre que es el testimonio tanto de la ciencia de las Sagradas Escrituras (1 Cor. 3:21, 22)- ciertamente, el Dios de toda la gracia no faltaría al hombre en la necesidad más importante de todas: liberación de, y protección contra, Satán y los demonios.

2.1.   EL DEMONISMO Y LA CURACIÓN DE LA ENFERMEDAD ESPIRITUAL:

La curación viene antes de la prevención, porque el hombre ya está espiritualmente enfermo. Todos pecaron (Rom. 3:23). La muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (5:12). El rescate viene antes de la preservación, puesto que el hombre ya ha sido despojado y se encuentra bajo el talón de Satán y el poder de los demonios (Ef. 2:2; Col. 1:13).

La compresión hasta de los principios más elementales de demonología bíblica debe despojar al hombre ipsofacto[2] completamente de cualquier vana esperanza de Salvación basada meramente en sus:

Ø Propios insignificantes esfuerzos,

Ø Por sus propios méritos,

Ø Obras,

Ø Carácter o auto mejoramiento (Ef. 2:8-10).

Todos los hombres, judíos y gentiles, están bajo pecado (Rom.3:9), una presa para Satán y los demonios, totalmente imposibilitados de salvación a sí mismo y sin la gracia de Dios, apropiada por fe (3:25); deben parecer para siempre (5:6, 18).

Cristo murió, el justo por los injustos, para llevarnos (1 P. 3:18), y debemos permanecer lejos de Dios, bajo la esclavitud y la tiranía de Satán y os demonios, a menos que ÉL, que es único camino al Padre (Jn. 14:6), nos libre del poder de las fuerzas sobrenaturales del mal y nos haga cercanos a ÉL por su gracia.

La sangre de aquel quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero(1 P. 2:24) es el único antídoto contra el veneno del pecado, la única medicina para esta enfermedad mortal que, a menos que sea curada, debe resultar en muerte eterna en el lago de fuego con Satán y sus demonios (Ap. 20:10, 15):

·   Por la ley de concordancia entre lo que existe en el mundo natural y lo que existe en el mundo espiritual (Rom.1:20), se puede ilustrar vívidamente la curación y la prevención de la enfermedad espiritual por la curación y  prevención de la enfermedad natural.

·  Así como la ciencia médica, por medio de los antisépticos patológicos, puede sanar y otorgar cierta inmunidad de las bacterias perjudiciales, asimismo, por medio de los antisépticos espirituales, la ciencia religiosa puede proveer liberación e inmunidad de Satán y sus demonios.

·    El remedio todo suficiente para el flagelo del pecado esla sangre de Jesucristoquenos limpia” (1 Jn.1:7). Sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados, ni recuperación de la enfermedad espiritual (Heb.9:22).

·   Además, así como hay agentes provisto por la naturaleza que, bajo ciertas condiciones, afectan la regeneración o renovación del cuerpo humano cuando sufre enfermedades físicas, así también hay un agente en el plano espiritual, el Espíritu Santo de Dios, quien bajo la simpe condición de fe en Cristo puede dar al alma humana un nuevo nacimiento y vida eterna.                                                                             

Lo que es nacido de carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo (Jn. 3:6, 7).

Porque de tal manera amó Dios al mudo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (v.16).

2.2. EL DEMONISMO Y LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD ESPIRITUAL:

La curación de la enfermedad espiritual se ofrece para aquellos que no son salvos. La prevención de la enfermedad espiritual es provista para los que ya son salvos. La curación del pecado, que proporciona la liberación de su castigo y afirma la protección y seguridad eterna de creyente, es importante e indispensable, pero no suficiente.

También es necesaria la prevención de pecados adicionales y posteriores, proveyendo emancipación de su poder y garantizando la victoria del creyente  y su utilidad para Dios mientras está sobre  la Tierra.

Ambas cosas están provistas  plenamente en la obra de Cristo; así, aunque la cura del pecado (regeneración) expone al creyente recién nacido a los golpes, asaltos y tentaciones especiales de Satán y de los demonios, con todo, la prevención de los pecados posteriores le permite triunfar sobre todo el poder de estos enemigos y vivir una vida de santidad, felicidad y servicio.

Sin embargo, la victoria sobre el poder de Satán no se basa en obras humanas o esfuerzos, sino sobre la base de la fe que el creyente tiene de su posición en Cristo. Es el bautismo del cristiano una unión vital con el Señor Jesucristo (1 Cor. 12:13; Rom. 6:3, 4 Gál. 3:27; Col. 1:12), el Vencedor de Satán, la que es la base de su posición y sus posesiones, como también sus victorias sobre el maligno.

“La victoria que vence al mundo”, el maldito sistema mundial satánico (1 Jn. 5:4), así como el “príncipe de este mundo” es “nuestra fe”. Es nuestra creencia de que somos lo que somos “en Cristo” lo que hace huir en desbandada al diablo.

Más aún, no es difícil ver la razón de esta hecho; pues todos nuestros recursos en contra del enemigo no salen de nosotros mismos o de nuestra posición no regenerada en Adán (Rom.5:12-21) sino de nuestra posición regenerada en Cristo” (6:3, 4):

Ø  La victoria es posible porque estamos unidos al Vencedor.

Ø  La victoria es apropiada cuando entendemos y confiamos en nuestra posición.

Pero, ¿Cuál es nuestra posición en Cristo, que es la base de nuestra victoria sobre el pecado y Satán? Brevemente, es la posición de muerte” (v.2). Los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”:

·      El creyente ha muerto al pecado, y

·      Como la vida y la muerte,

·      Son dos principios excluyentes,

·      Es imposible que se viva todavía en él.

En forma más detallada (vv.3-10) el apóstol explica su declaración sumaria de que la posición del creyente es de muerte”, mostrando que el cristiano ha sido bautizado por el Espíritu Santo en:

Ø Una unión vital con Jesucristo (vv.3-5),

Ø En su muerte (v.3),

Ø Su sepultura (v.4), y

Ø Su resurrección (v.5).

·      De acuerdo con esto, ha quedado judicialmente liberado del pecado (vv.6, 7), y

·      Es ahora recipiente de vida nueva (vv. 8-10).

Todo esto es la posición del creyente en*) Cristo y debe ser convertida en victoria experiencia sobre Satán y el pecado por fe.

Ayuda Hermenéutica:

*) En: G1722 ν = en: preposición primaria denotando posición (fija) (en lugar, tiempo o estado), y (por implicación) instrumentalidad (como medio o constructivamente), i. e. relación de reposo (intermedior entre G1519 y G1537); «en», a, sobre, por, etc.: - exhortación, interior, bajo, oscuramente, potente.en” (dentro de Cristo). (Strong).

“Así también  vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” (v.11). El creyente está muerto al pecado y vive apara Dios (vv.2-10) aunque él lo crea o no. La diferencia estriba en que cuando cree que es verdad, el Espíritu Santo que mora en él, queda en libertad de hacer esto real experimentalmente.

Entonces, y solamente entonces, es vencedor en el conflicto contra Satán y el pecado, y eso sólo porque Cristo venció a Satán y los poderes del mal en la Cruz (Col. 1:14, 15), el creyente unido a Cristo comparte la victoria. “Más a dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2 Cor. 2:14).

Los fenómenos observados en el mundo natural concerniente a la prevención de la enfermedad física ofrecen paralelos instructivos y sugerentes de la prevención de enfermedades en el plano espiritual. Al igual que aquellos que son robustos físicamente y pueden estar infestados con millones de bacilos, y sin embargo, gozar inmunidad y conservarse sanos, así aquellos cuya salud espiritual es guardada fuerte y vigorosa escaparán de cualquier mal espiritual que Satán y los demonios pueden intentar.

Esto no significa, sin embargo, que la fortaleza espiritual exceptúa al que la posee de asaltos y tentaciones satánicas y demoniacos. Más bien, lo contrario es cierto. La espiritualidad genuina es siempre el blanco de un incesante ataque demoniaco en este mundo, y sólo puede ser mantenida a través de un contacto continuo con Cristo.

En un magnifico pasaje que cierra hermosamente la Epístola a los Efesios y que contiene verdades elevadas para el hombre espiritual, el apóstol Pablo describe la lucha del creyente lleno del Espíritu Santo contra los poderes de las tinieblas (Ef.6:10-20). El menciona primero lo de mayor importancia:

·  La fuerza del creyente para el conflicto. Fortaleceos en el Señor (v.10). No dice del Señor”, sino en unión con el Señor”. “Fuerte en la posición que es nuestra en ÉL, de la misma manera que la mano y el pie toman la fuerza del cuerpo al que pertenecen”3).

Como lo expresa S. D. F. Salmond: El fortalecimiento es tal. “que sólo puede tener efecto en unión con Cristo”4).

Comprendiendo que somos lo que somos en Cristo (Rom.6:1-10), y confiando en nuestra maravillosa posesión de unión (v.11), tenemos la base y fuente de nuestro poder sobre el diablo y sus huestes. De la misma manera que nuestra confianza en Romanos 6:11 está en tiempo presente continuo, así el fortalecimiento de Efesios 6:10 es tiempo presente y debe ser continuo.

H. C. G. Moule comenta el pasaje: “Fortaleceos siempre en el Señor”, agregando: “El, la única fuente y santabárbara posible con recursos ilimitados que pueden obtenerse por medio de una confianza obediente”5).

Es importante notar que se usa el término Señor –su nombre familiar divino. Él es ahora nuestro Maestro (Jn.13:13), y viene como Señor sobre todo (Ap.19:16). Estamos, pues, ordenados a ser fuerte en nuestro victorioso Señor, en aquel que ganó la victoria por nosotros y viene a completarla en triunfo final. Mientras tanto, debemos triunfar  en ÉL6).

Luego de describir la fuerza del creyente para el conflicto, el apóstol indica su equipo en contra del enemigo: Una armadura completa provista por Dios (Ef.6:11-17). La necesidad de la armadura es enfatizada por la descripción de la naturaleza espiritual de la lucha y el poder y a sutileza del enemigo (v.12). Tomad toda la armadura de Dios (v.13),

 Tomad”, y no hacer”, es la indicación divina. Es realmente lastimoso el intento perenne del hombre de fabricar su propia armadura, pues la naturaleza del enemigo prueba la necesidad que esto significa.

Dios ha preparado ésta panoplia[2]; un producto perfecto de su gracia redentora. Basta ponérnosla para poder resistir en el día malo (exitosamente contra nuestro enemigo), y habiendo acabado todo, estar firmes”.

“¡Estad, pues, firmes!”. Esto es lo que Dios pide del creyente. Firmes como los vencedores que somos –firmes en la victoria del Calvario. La nota principal que resuena a través de la carta a los efesios es que estamos en Cristo”:

Ø Estamos firmes, y

Ø Victoriosos en ÉL.

Nuestra armadura es significativamente defensiva más que ofensiva. Dios ha provisto este equipo primeramente para proteger aquello que está más cerca de su corazón sobre la Tierra, así su Hijo es lo más cercano a su corazón en los cielos- la Iglesia “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (1:23).

Luego de hablar de la fuerza del guerrero cristiano y de su equipo en contra del enemigo, el apóstol describe al final el uso completo de estos recursos –oración constante en el Espíritu (6:18-20). “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (v.18).

No se debe tomar la provisión de la oración como parte de los recursos del guerrero, equipado, u otra arma7). Es el uso real de todos esos recursos de fuerza “en Cristo” y su equipo en toda la armadura de Dios”. Solamente a través de la oración de todas clases”, “en todo tiempo”, “por todos los santos”, “con toda perseverancia y súplica”, y en el Espíritu puede el creyente utilizar la fuerza que es suya en el Señor”.

Solamente a través de la oración se puede tomar y usar toda la armadura y estar firme”:

·  La oración en Efesios 6 es el verdadero conflicto en el cual el enemigo es vencido y la victoria ganada;

·      No sólo por nosotros, sino por intercesión para otros (vv.19, 20).

Es obvio que de tal conflicto que resulta en tal victoria habrá un beneficio para el creyente. Pero frecuentemente aparece el interrogante: ¿Qué propósito bueno puede tener los poderes del mal? Los hechos de la medicina patológica pueden ser utilizados para ilustrar el uso frecuente que los poderes de las tinieblas pueden tener.

Así como los sueros y las vacunas, que serían perjudiciales y quizás fatales para personas enfermas, pueden ser de incalculables valor cuando son introducidos en los cuerpos de aquellos que gozan de buena salud, asó también Satán y los demonios pueden no sólo no dañar sino redundar en bendición positiva disfrazada e inestimable servicio a aquellos que tienen vigor espiritual.

Ellos asaltan y tienen a aquel que está lleno del Espíritu, pero la resistencia saca a luz el esfuerzo y la fe de la más alta calidad y resultado en el desarrollo de las características más nobles de la personalidad.

Si no fuese por las cosas desagradables y rudas de la vida, las fieras batallas, y el resultado esfuerzo para triunfar, la raza humana nunca hubiera avanzado más allá de su espiritual e inmadurez. En este hecho, sin duda, encontramos al menos una respuesta al misterioso problema del permiso divino para el mal en el universo.

De la misma manera que:

Ø El aire fresco,

Ø El agua pura,

Ø La luz solar,

Ø El alimento substancioso,

Ø El ejercicio adecuado, y

Ø La limpieza general son actores básicos y primordiales para preservar las funciones normales del cuerpo humano.

 En la  mantención del estado físico y librarlo de las depredaciones de millones de gérmenes malignos causantes de enfermedades, así una vigorizante atmósfera de oración (v.18) viviendo en las alturas, donde la Sagrada Escritura llama a vivir (Col. 3:1-3), apropiándonos de la Palabra de Dios, que es alimento sustancioso (Jn. 6:32-58), siendo continuamente llenos del Espíritu Santo (Ef. 5:18), que satisface al sediento espiritualmente (Jn. 7:37-39), caminando en Cristo, la luz del mundo (8:12; 1 Jn. 1:7), envueltos en un verdadero servicio espiritual (Rom. 12:11) y diligentemente permaneciendo en separación del mundo y de complicidad con el mal (2 Cor. 6:17) estas son las simples e infalibles reglas para la buena salud espiritual y que automáticamente produce inmunidad para el alma humana contra los peligros demoniacos.

Así como la violación de las leyes de la salud exponen al trasgresor, tarde o temprano, a los ataques fatales de las bacterias productoras de enfermedades, así cada acto pecaminoso o negligente es una invitación directa a Satán y a sus demonios a ganar terreno y dañar el alma humana.

2.3. EL DEMONISMO Y LA DESAPARICIÓN DE LA ENFERMEDAD ESPIRITUAL:

La negra nube de maldad que pende hoy como un manto sobre el universo moral deja entrever un rayo de esperanza, pues Cristo ha conquistado s invisibles reinos del mal, y los cristianos con conquistadores en ÉL.

Ya en el presente, pueden entreverse anticipos de la gloria que vendrá, a través de la oscuridad actual. Tan seguros estamos los cristianos en nuestro Conquistador-Redentor, que miramos al futuro con la seguridad de caminar por calles de oro y recorrer los corredores inmaculados de las mansiones celestiales.

Toda sombra ha de pasar y la nube de maldad, ahora tan siniestra, será desvaneciéndose y palideciendo hasta hacerse insignificante en el claro azul y maravilloso, límpido e impecable mañana de Dios, cuando ÉL “enjugará… toda lagrima… y ya n habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor; porque las primeras cosas pasaron” (Ap.21:4).

Pero en este puro y tranquilo universo, ¿Dónde estarán Satán y los demonios? ¿Tendrán siempre permiso para andar en libertad? No. Cuando el mal haya cumplido el propósito divino, quedará aislado rígidamente y aprisionado eternamente.

Satán, los demonios, y los hombres incorregiblemente malignos irán a un lugar destinado exclusivamente para ellos, donde han de permanecer eternamente (Mt. 25:41; Ap. 20:19; 21:8). Tampoco ese horrible obstáculo turbará la armonía y tranquilidad del imperio ilimitado de Dios.

Así como la salud pública y el bienestar de la sociedad exige que ciertas personas atacadas por enfermedades contagiosas permanezcan encerradas en cuarentena, y que los criminales atormentados por las perversidades morales y espirituales sean aprisionados, de la misma manera la seguridad y el bienestar general del universo requieren la segregación final y el aprisionamiento de aquellos cuyo caso es sin esperanza, y cuya libertad haría peligrar la paz y la seguridad del universo moral:

·  La prisión habitación de los malignos será una región de habitantes desobedientes y miserables, única en las esferas infinitas.

·      El Sol [La Gloria de Dios] no asomará para romper su interminable noche.

·      No habrá paz que dé descanso a su interminable confusión.

·      Estas criaturas del mal no tendrán nunca permiso para cruzar los confines demarcados divinamente, ni podrán salir de la prisión cerrada por Dios mismo.

Tampoco sus habitantes desdichados podrán perpetrar males mayores ni desfigurar las perfecciones de la bendita y pura eternidad.

Sin embargo, como todas las cosas en la economía divina esta dolorosa región de depravados existe para cumplir un doble propósito:

(1)   Desde el punto de vista de las criaturas, y

(2)   Desde el punto de vista del Creador.

·         Desde el punto de vista de la criatura:

Este lago de fuego servirá como testimonio de la destructividad e insensatez del pecado. Será como una señal de peligro advirtiendo al universo de los seres creados, humanos y angelicales, de la total futilidad de resistir la voluntad de Dios.

Y será un disuasivo suficientemente potente, aun por todos los eones de la eternidad, para evitar que la inteligencia creadas caigan en la necesidad de Satán él una vez glorioso querubín grande”, “lleno de sabiduría”, “acabado de hermosura”, cuya vestidura era toda piedra preciosa”, que estuvo “en el santo monte de Dios”, que majestuosamente caminaba “en medio de las piedras de fuego”, que era perfecto en todo sus caminos desde el día en que fue creado, “hasta que se halló en” él maldad (Ez. 28:12-15) y luego reducido en forma tan abismal a las profundidades de la vergüenza –este cuadro será una fuerte advertencia contra la apostasía que ni aun la eternidad borrará.

Satán no tendrá un trono allí. No reinara más. Pero teniendo “el título nada envidiable de primer pecado original”, el que realizó la mayor injería”, el que “practicó el pecado durante más tiempo que ningún otro”, el que “pecó en contra de la luz inmarcesible”8), es justo que se desplome a “las profundidades más bajas de vergüenza y sufrimiento que cualquier otra criatura”9), y así, por lo menos en lo que concierne a la criatura, justificar su creación y existencia apóstata, al ser un recordatorio horrendo de la ruina irrevocable del pecado.

·         Desde el punto de vista del Creador:

Esta región lúgubre tiene otro propósito. Glorificar al Creador. Será un testimonio perenne de la perfección infinita del carácter de Dios. Todo lo demás, en un universo impecable formado por santos ángeles y seres redimidos, hablará de la majestad, la santidad y el amor de Dios. Esto mostrará su justicia, su rectitud. Esto también es parte de la gloria divina. Si el pecado nunca se hubiera levantado para desafiar la autoridad de Dios, hubiera quedado este interrogante: ¿Cómo reaccionaría Dios si el mal fuese introducido o alguien se hubiese opuesto a su voluntad? ¿Sería vencido por esto, o utilizaría su poder para aniquilar u ofrecería su misma esencia de amor un medio de rescate de la iniquidad?

El pecado llegó. Y el tiempo y la eternidad proclamarán, para la gloria del todopoderoso Creador, su forma de tratarlo –en infinito amor y santidad:

Ø Porque de tal  manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.

En su grandiosa sabiduría, sin comprometer su infinita santidad, sino más bien magnificando su gracia, Dios proporcionó un camino para mantener su creación.

A pesar de la corrupción del pecado, atrayendo a Sí mismo su amada raza humana con lazos más tierno, dándole “un nuevo cántico” de redención (Ap. 5:9) –con una música aún más exquisita que aquella que fue escuchada en la creación primeva, “para mostrar en los siglos venideros las abundancias riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Ef. 2:7).

Estas bienaventuradas criaturas nacidas de nuevo, son seres moralmente libres atraídos, pero no frazadas.

Pero, ¿Qué pasaría si parte de su creación rechaza el camino de salvación y entra a la eternidad todavía con lepra moral? ¿Qué puede hacerse para justificar su existencia, para que en los siglos venideros puedan ser testimonio de la infinita santidad de Dios de la misma manera que los redimidos muestran “las abundantes riquezas de su gracia”? Su encarcelamiento en aquel horrible habitáculo será, como opina F. C. Jennings, un testimonio eterno del poder, santidad y severidad (justicia) de Dios.

Hasta el mismo Satán doblará sus rodillas y su lengua se unirá a la confesión universal de que, Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”10). Mientras tanto, conforme el hijo de Dios por el mundo, todavía expuesto a los ataques de estas criaturas demoniacas, puede maravillarse al considerar la provisión completa que la rica gracia de Dios ha preparado para su protección e inmunidad.

Aunque la Biblia contiene una clara revelación concerniente a la realidad y malignidad de estos agentes de las tinieblas, también da indicaciones explicitas para defenderse y mantenerse inmune a sus asaltos astutos.

El cristiano, poseyendo todos los beneficios de una redención completa en Cristo, teniendo el Espíritu Santo morando en él para guiarle y preservarlo, y la Palabra de Dios que le señala el camino a la victoria y la bendición, se encuentra sustentado de tal manera con todo lo necesario, tan protegido por la armadura completa de Dios.

Que todo este elemento divino puede llegar a la norma más alta en su vida cristiana, al apropiarse de todo el poder de Dios para su servicio y testimonio efectivo. La plena confianza depositada en su posición en Cristo (Rom.6:11), el testimonio gozoso del creyente es: Mas a Dios gracia, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2 Cor.2:14). Al enfrentarse al enemigo, fortalecido “en el Señor, y en el poder de su fuerza (Ef.6:10).

El guerrero cristiano encuentra que muy pronto todos sus enemigos son vencidos en el campo de batalla, mientras esta gozosa exclamación asciende:

 

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (1 Cor. 15:57).

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Notas y Bibliografía:

[1] geenna = (γεέννα, G1067) representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT, once de ellas en los Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que le diga a su hermano, fatuo (véase bajo INSENSATO), quedará expuesto «al infierno de fuego» (Mateo 5:22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, que no que «todo su cuerpo sea echado al infierno» (v. 29); similarmente con la mano (v. 30). En Mateo 18:8-9 se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere evidentemente el término «cuerpo» en el cap. 5. En el v. 8, «el fuego eterno» es mencionado como la condenación, dándose el carácter de la región por la misma región, quedando ambos aspectos combinados en la frase «el infierno de fuego» (v. 9). El pasaje de Marcos 9:43-47 es paralelo al de Mateo 18: En este se añaden descripciones más extensas, como «fuego que no puede ser apagado» y «donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga».

El hecho de que Dios «después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno», constituye una razón para que se le tema con el temor que preserva del mal hacer (Lucas 12:5); el pasaje paralelo a este en Mateo 10:28 declara, no el arrojamiento adentro, sino la pérdida que sigue, esto es, la destrucción (no la pérdida del ser, sino del bienestar) del «alma y el cuerpo en el infierno».

En Mateo 23  el Señor denuncia a los escribas y fariseos, que, al proselitizar a alguien, lo hacían «dos veces más hijos del infierno» que ellos mismos (v. 15), siendo esta frase expresiva de carácter moral, y anuncia la imposibilidad de que escapen «de la condenación del infierno» (v. 33). En Stg.3:6 se describe el infierno como la fuente del mal hecho por el mal uso de la lengua. Aquí la palabra significa los poderes de las tinieblas, cuyas características y destino son los del infierno.

Para términos descriptivos del infierno, véanse, p.ej., Mateo 13:42; 25:46; Filp.3:19; 2 Ts.1:9; Heb.10:39; 2 P.2:17; Jud.1:13; Ap.2:11; 19:20; 20:6; 20:10; 20:14; 21:8.

Notas: (1) Para «infierno» como traducción de Hades, como sucede en la rv, véase HADES.

 Mateo 25:46: El castigo eterno tiene lugar en el infierno, lugar donde todos los que no quieren arrepentirse (5:29) reciben su merecido después de la muerte. En la Biblia, tres palabras han sido traducidas "infierno":

(1) Seol, que en el Antiguo Testamento quiere decir tumba, donde se depositan los cadáveres (véanse Job 24:19; Salm.16:10; Is.38:10).

(2) Hades es una palabra griega que significa averno, reino de la muerte. Es la palabra con que se traduce Seol en el Nuevo Testamento (véanse Mt.16:18; Ap.1:18; 20:13-14).

(3) Gehenna viene de Valle de Hinom, lugar cerca de Jerusalén lugar en el que quemaban niños en sacrificio a los dioses paganos (véanse 2 R.23:10; 2 Cron.28:3). Este es el lugar del fuego eterno (Mateo 5:22; 10:28; Marcos 9:43; Lucas 12:5; Santiago 3:6; Ap.19:20) preparado para el diablo, sus ángeles y todos los que no creen en Dios (Apocalipsis 25:46; 20:9-10). Es el estado final y eterno de los malos después de la resurrección y el juicio final.

Cuando Jesús advierte acerca de la incredulidad, procura salvarnos de un castigo agonizante.

[2] Panoplia. (Del gr. πανοπλία). f. Armadura completa con todas las piezas. 2. Colección de armas ordenadamente colocadas. 3. Parte de la arqueología que estudia las armas de mano y las armaduras antiguas. 4. Tabla, generalmente en forma de escudo, donde se colocan floretes, sables y otras armas de esgrima. (Microsoft® Encarta® 2008).

1) La señora Penn-Lewis y Evan Roberts, War on the Saints, pp. 16, 17. Vea también Charles Hodge, Systematic Thelogu I. pp. 644, 645.

2) Para las repuestas a las objeciones de la doctrina de ángles perversos, vea August H. Strong, Systematic Thelogy. Pp. 460-464; y Lewis Sperry Chafer, Systematic Thelogy, II, pp. 28-32, 37, 38.

3) Norman B. Harrison, His Very Own p. 156.

4) “The Epistle to the Ephesians” en The Expositor’s Greek Testament, III, p. 382.

5) Ephesian Studies, Segundo edición, p. 323.

6  Norman B. Harrison, opus citatus, pp. 157.

8) Lewis Sperry Chafer, opus citatus, II, p. 73.

9) F. C. Jennings, Satan: His Person, Work, Place, and Destiny, p. 226.

10) Opus cit. pp. 228, 229.

-   e-Sword-the. LEDD.

-   Biblia de Estudio RYRIE.

-   UNGER, Merrill. Los Demonios Según La Biblia. Edit. Las Américas. Primera Edición. 1952.

 

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 17//06//2018. MISIÓN BAUTISTA: Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.


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