SALUDOS,
Y INSTRUCCIONES DOCTRINALES:
(1 TIMOTEO 1)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
Timoteo quería
renunciar y la primera preocupación de Pablo era animarle a que se quedara y
acabara la tarea. Casi todos los obreros cristianos han querido tirar la
toalla en alguna ocasión u otra, pero, como solía decir el Dr. V. Raymond
Edman, antiguo presidente de la Universidad de Wheaton:
Ø «¡Siempre es
demasiado pronto para darse por vencido!».
En este capítulo Pablo anima al joven Timoteo al recordarle de su posición ante Dios y de que Él le llevará a la victoria.
I. Dios Te Ha Confiado Un Ministerio (1 Tim.
1:1–11):
Timoteo
no estaba en Éfeso porque Pablo lo pusiera allí. Fue Dios quien le confió un
ministerio en esa importante ciudad. Así como Dios había encargado un ministerio
en manos de Pablo (1:11), le había dado a Timoteo una mayordomía especial y
esperaba que fuera fiel. «Edificación de Dios» en el versículo 4 debería leerse «una
mayordomía de Dios». Los falsos maestros en Éfeso ministraban su
programa, no una mayordomía que le diera Dios.
La
primera responsabilidad de un administrador es ser fiel a su maestro (1 Cor. 4:1–7).
Había falsos maestros en Éfeso que trataban de hacerse nombre para sí mismos
como maestros de la Ley, pero que no sabían de qué hablaban. Se alejaron de la
verdad de la Palabra y daban oído a fábulas (v. 4) e interminables genealogías,
provocando más preguntas de las que podían contestar.
¡Qué cuadro de algunos maestros de hoy! Sus «ministerios»
no edifican a los cristianos ni a la iglesia local, sino que en lugar de eso
promueven argumentaciones y divisiones. En el versículo 5 Pablo contrasta a los
falsos maestros y sus ministerios con el verdadero mayordomo de la gracia de
Dios. El objeto del mayordomo de Dios es ver que las personas se amen unas a
otras con un amor que viene de un corazón puro, una buena conciencia y una fe
sincera.
¡Pero estos falsos maestros promovían divisiones interminables
y charla vacía! Pablo le explica a Timoteo la significación
de la Ley. «Dios
no nos dio la Ley para salvar a las personas», destaca Pablo, «sino para mostrarles
cuánto necesitan ser salvos».
Debe
haber un legítimo uso de la Ley (véase Rom. 7:16). En los versículos 9–10 Pablo
menciona una lista de pecadores que están convictos y condenados por la Ley y
si comparamos esta lista con Éxodo 20, veremos que se incluyen prácticamente los
Diez Mandamientos.
Dios les encomendó a Pablo y Timoteo un evangelio glorioso, no un sistema de leyes (2 Cor. 3–4).
v «Sana doctrina» (v. 10)
literalmente significa «enseñanza saludable», esto es, enseñanza que
promueve la salud espiritual. Nuestra palabra «higiene» proviene de esta palabra griega.
Nótese: 2 Timoteo 1:13 y 4:3; tanto como Tito 1:9, 13 y 2:1, 2, 8. En 2 Timoteo 2:17 Pablo advierte que las falsas enseñanzas comerán «como gangrena». (¡El Dr. Lucas debe haber apreciado las muchas referencias de Pablo a la ciencia médica!).
II. Dios Te Capacitará Para Que Hagas Tu Trabajo
(1 Tim. 1:12–17):
Pablo se pone como ejemplo de
alguien que Dios ha capacitado, por gracia, para servir eficazmente. La
palabra «ministerio»
en el v. 12 es diaconía en griego, de la cual procede nuestra palabra
castellana «diácono»
y significa «un siervo». Timoteo
estaba preocupado porque pensaba que era demasiado joven y le faltaban las
cualidades necesarias para el ministerio.
«¡Mírame!», dice el apóstol. «Fui blasfemo y
asesino antes de que Dios me salvara. Si la gracia de Dios puede hacer de un
asesino un misionero, también puede hacer que tengas éxito». Pablo
siempre tenía cuidado de dar a Dios la gloria por su vida y ministerio (1 Cor.
15:10).
Cualquiera
que sirve al Señor (y todos los creyentes deben ser siervos) necesita
depender de la gracia de Dios. Somos salvos por gracia (Ef. 2:8, 9), pero
también servimos mediante la gracia (Rom. 12:3–6). En el versículo 14 Pablo menciona tres
fuerzas motivadoras en la vida:
v La gracia,
v La fe, y
v El amor.
Ø Su amor por Cristo y por los pecadores perdidos le
impulsaba a trabajar (2 Cor. 5:14ss);
Ø Su fe en Cristo le daba poder (Ef. 1:19);
y
Ø La gracia de Dios obraba en
su vida, capacitándole para servir a Dios (Heb. 12:28).
Pablo
consideraba su salvación un modelo (ejemplo) de lo que Dios haría por los
pecadores perdidos, especialmente por su amada Israel. Los incrédulos de hoy no
son salvos de la manera en que Pablo lo fue, o sea, al ver una luz y oír una
voz; sino que son salvos por gracia, por medio de la fe, a pesar de sus
pecados.
El
pueblo de Israel se salvará un día en el futuro, así como Pablo se salvó en el
camino a Damasco:
v Verán a Cristo,
v Se arrepentirán,
v Creerán y serán cambiados.
En
el versículo 15 tenemos el primero de las varias expresiones de «palabra fiel» que Pablo señala (véanse
3:1; 4:9; 2 Tim. 2:11; Tít. 3:8). Se piensa que estos son dichos de profetas del NT., en la
iglesia primitiva que resumían enseñanzas importantes:
· Los primeros cristianos no tenían Biblia escrita a la cual
referirse;
· Citaban estas «expresiones» como afirmaciones autorizadas de la fe.
III. Dios Te Ha Equipado Para La Batalla (1 Tim.1:18–20):
v La vida cristiana no es un
patio de juegos;
v Es un campo de batalla.
Dios
reclutó a Timoteo como soldado cristiano (2 Tim. 2:3, 4). Pablo le recuerda al
joven pastor de su ordenación años atrás. Es evidente que algunos de los profetas
de la iglesia local habían recibido la instrucción del Espíritu Santo para
apartar a Timoteo y ordenarle para el servicio especial (véanse Hch. 13:1–3; 1
Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6).
«¡Dios no te llama sin primero equiparte!», le
estimula Pablo. «El hecho de que su Espíritu te selló es prueba de que Dios te ayudará
a salir adelante en las batallas que se avecinan». Véase Filipenses
1:6. Timoteo debía usar la Palabra de Dios como una afilada espada de dos filos
para vencer a Satanás (Ef. 6:17; Heb. 4:12):
· No es suficiente, sin
embargo, tener la doctrina correcta;
· El soldado cristiano también debe tener la vida correcta («fe y buena conciencia1)», v. 19).
Pablo
menciona la conciencia varias veces en sus cartas pastorales a Timoteo y a Tito
(véanse 1 Tim. 1:5, 19; 3:9; 4:2; 2 Tim. 1:3; Tít. 1:15).
La
palabra «conciencia» es de origen
latino y significa «conocer con». La conciencia es el juez interno que
da testimonio de nuestras acciones (véase Rom. 2:15).
v Es posible que el creyente mantenga
una doctrina ortodoxa mientras que vive en pecado oculto; y
v Este es el camino para el naufragio espiritual.
«Desechar» la
conciencia es abrir la puerta al pecado y a Satanás.
· Una «conciencia pura» se convierte,
· En una «conciencia contaminada»
y
· A fin de cuentas, llega a
ser una
«conciencia
encallecida» sin nada de sensibilidad espiritual.
Pablo
menciona a dos hombres de Éfeso que tal vez le causaban problemas a Timoteo:
· Himeneo (2 Tim. 2:17), y
· Alejandro (2 Tim.
4:14).
Estos
dos hombres pertenecieron a la iglesia efesia y Pablo le disciplinó debido a su
blasfemia, probablemente su enseñanza de falsa doctrina.
La
palabra «aprendan»
en el versículo 20 significa «aprendan
mediante la disciplina», sugiriendo que Satanás lidiará con ellos
mediante circunstancias adversas.
No
era fácil para el joven Timoteo enfrentar a estos hombres con la verdad de
Dios, pero tenía que hacerlo para preservar la pureza y el poder de la iglesia.
Habría menos doctrinas falsas si los cristianos hubieran resistido a los falsos
maestros de ayer.
___________
Notas.
1) G4893. συνείδησις = suneídesis; de una forma
prol. de G4894; copercepción, i.e. conciencia moral: conciencia,
habituado.
G4894. συνείδω = suneído; de G4862 y G1492; ver completamente; usado (como su prim.) solo en dos tiempos pasados, respectivamente sign. comprender o llegar a percatarse, y estar conciente o informado (clandestinamente) de: conciencia, considerar, saber.
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea
Su Biblia:
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