lunes, 3 de septiembre de 2018

DE MILETO A CESÁREA: (2) HECHOS 22:


DE MILETO A CESÁREA: (2)

HECHOS 22:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

I.       La Defensa De Pablo (Hechos 22:1–21):
Este es el segundo relato en Hechos de la conversión de Pablo[1] (véanse caps. 9 y 26). Al hablar en hebreo, Pablo contribuyó a calmar y despertar el interés de los judíos.

A.     La Primera Táctica De Pablo (vv. 1–5).
Pablo era un judío con valiosa ciudadanía romana. En el versículo 28 afirmó que lo era «de nacimiento», lo que indica que su padre había sido igualmente ciudadano romano. Su primera educación a los pies del gran rabí Gamaliel fue la mejor (véase 5:34ss).
Léase en Filipenses 3 otro cuadro de Pablo el fariseo. Nadie podía negar que el joven Pablo fuera celoso por la Ley de Moisés, incluso hasta el punto de perseguir a los cristianos.
¡Qué paradoja que Pablo deba decir en el versículo 5 que su plan era traer a los cristianos «presos a Jerusalén» cuando él mismo estaba allí prisionero!

B.      La Asombrosa Conversión De Pablo (vv. 6–16).
Cuando la luz del cielo estaba en su mayor esplendor (al mediodía), las tinieblas satánicas del corazón de Pablo estaban en su mayor densidad, porque había salido para arrestar a todos los cristianos que pudiera hallar.
Pero Dios, en su gracia, derribó a Pablo con una gran luz del cielo. El pecador está en tinieblas hasta que la luz de Dios brilla en él (2 Cor. 4). Pablo vio y oyó al Cristo glorificado, confió en Él y fue salvado.

Nótese: cómo Pablo llama a Ananías «varón piadoso según la ley», declaración que debió impresionar a sus antagonistas. Algunos de los judíos de la ciudad tal vez conocían a Ananías y esto debería haber obrado a su favor. Ananías declaró que Pablo tenía una comisión especial de Dios para ser testigo de Cristo.

C.     La Comisión Especial De Pablo (vv. 17–21).
Pablo tuvo una reunión especial con el Señor mientras oraba en el templo (véase Hch. 9:26). Es interesante comparar esta experiencia con la visión de Pedro que se registra en el capítulo 10, cuando Dios le preparó para que fuera a los gentiles.
Pedro tenía hambre física, mientras que el «hambre» del corazón de Pablo era ganar a su nación para Cristo. Pero Cristo claramente le dijo que saliera de Jerusalén (v.18).
La súplica del apóstol no cambió la orden divina: Pablo tenía que ir a los gentiles. Por un lado, los judíos no recibirían su testimonio de todas maneras; y podrían arrestarlo y apedrearlo, terminando así su ministerio demasiado pronto. Los judíos escucharon con atención la narración de Pablo hasta que pronunció esa detestable palabra «gentiles» (v. 21).
Pablo pudiera haber usado otra palabra, pero entonces no hubiera sido fiel al citar lo que el Señor le había dicho. Véase Efesios 3:1–13.

II.     La Respuesta De La Nación (Hechos 22:22–30):
La predicción de Cristo se hizo realidad: la nación no recibió el testimonio de Pablo. En lugar de eso ¡estalló un motín! El capitán ordenó que llevaran a Pablo al castillo cercano y le examinaran con azotes.
Pero Pablo usó de nuevo sus derechos como ciudadano romano para protegerse a sí mismo y su ministerio. Era contra la ley tratar de esa manera a un ciudadano romano (16:35–40) y Pablo aprovechó estos privilegios legales.
El tribuno había comprado su ciudadanía y parecía estar orgulloso de ello, mientras que Pablo anunció que lo era «de nacimiento». Esto quería decir que su padre fue un ciudadano romano reconocido.
El capitán le quitó las cadenas y mantuvo a Pablo en la prisión hasta que el concilio judío pudiera reunirse al día siguiente (suceso que se analiza en el capítulo 23).

En este punto es bueno repasar la historia de Israel en el libro de los Hechos. La nación ya había participado en tres asesinatos: Juan el Bautista, Cristo y Esteban. Hubiera cometido un cuarto si Dios no libra a Pablo mediante la intervención de la guardia romana.

Pablo aún recordaba vívidamente la muerte de Esteban (v. 20) y quería de alguna manera expiar su parte en este crimen nacional:
·      Pero Israel había sido ya puesto a un lado;
·      Cristo le había prohibido a Pablo que testificara en Jerusalén (v. 18) porque su período de prueba ya había pasado.

Los capítulos restantes de Hechos describen a Pablo el prisionero, sus juicios ante los judíos, su apelación a César. Cómo se hubieran escrito estos capítulos si Pablo no hubiera ido a Jerusalén, no lo sabemos.
Pero Dios anuló las equivocaciones de su siervo y las usó para su gloria y para el bien de la Iglesia. Mientras Pablo estuvo prisionero en Roma, escribió las cartas a los Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón, mensajes llenos con la verdad de la Iglesia que desesperadamente se necesitan hoy.
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Notas:
[1] G4549 Σαούλ = Saoúl: de origen hebreo [H7586]; Saúl, nombre judío de Pablo:- Saúl, Saulo. Compare G4569. (Strong).


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