Pastores
y Maestros:
(Santiago 3:1)
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación”.
(Santiago 3:1).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Educación Cristiana:
Introducción:
Estas preguntas
revelan lo fuertemente condicionado que estamos por la imagen del MAESTRO
contemporáneo.
1. En
primer lugar, hoy un MAESTRO es una persona que
hace inversiones muy limitadas en la vida de su ESTUDIANTES en situaciones altamente controladas.
Nos es difícil concebir el acto de ENSEÑANZA
fuera de las cuatro paredes de un aula, con la presencia de una persona
hablando mientras las demás toman nota de los que dice. El proceso “Educativo”
de hoy consiste en ir de aula en aula aculando grandes cantidades de apuntes
sobre infinidad de temas enseñados por maestros que los ESTUDIANTES
ven solamente durante la hora de clase.
Fuera del aula, los MAESTROS tienen poco o ningún
contacto con las personas a las que ENSEÑAN. Rara vez la vida del MAESTRO
se da fuera del aula es vista como un factor de importancia en la vida de los ESTUDIANTES.
2. Además de esto, hoy, gran parte de lo que
llamamos EDUCACIÓN ha sido divorciado de la realidad de la vida.
La ENSEÑANZA ha pasado a ser algo que es juzgado
casi enteramente por su contenido. La vida del MAESTRO, sus convicciones y sus
ideas son consideradas como elementos hostiles para el proceso Educativo.
En su versión más pura, la ENSEÑANZA
gira enteramente alrededor de los conceptos que se transmiten de la mente del PROFESOR,
a la mente del ESTUDIANTE. Por esta
razón el acto de enseñar se concentra cada vez más en lo abstracto, lo teórico,
lo impráctico.
Muchos MAESTROS viven aislados de la
realidad que ENSEÑAN,
y está falto de vínculos con la realidad cotidiana ha llevado a que la sociedad
descarte a los MAESTROS
como factores de verdadera influencia en la vida de los ESTUDIANTES.
Un
Refrán Popular Lo Dice Todo:
Ø el que sabe, sabe;
Ø y el que no,
Ø ¡ES MAESTRO!
Ciertamente nos será imposible entender
la preocupación de Santiago si no volvemos a considerar el rol de MAESTRO
desde la óptica de la BIBLIA. El concepto de MAESTRO en la Palabra es mucho más
amplio de lo que es en nuestros tiempos. Si examinamos un incidente en la vida
de Moisés, tendremos una importante aproximación al concepto bíblico.
Pastores y Maestros:
¿El Rostro Visible De Dios?
La Exhortación Del Apóstol Santiago Nos
Es Bien Conocido:
· “Hermanos míos, no os hagáis
maestros muchos de vosotros,…”. (Santiago 3:1).
Lo
que nos resulta más complicado es entender el porqué de tal exhortación. A
nuestros oídos postmodernos, suena un tanto arcaico la advertencia.
¿No es,
acaso, hoy en día, el MAESTRO una persona bastante inofensiva dentro de la sociedad?
¿Qué tiene de especial el MAESTRO que merezca ser juzgado con mayor severidad?
Los MAESTROS tenían
una importancia de primer orden en la Iglesia Primitiva. Siempre que se
los menciona, es con honor. En la iglesia de Antioquía se los equipara a los
profetas, y juntos mandaron a Pablo y Bernabé a su primer viajes misionero
(Hechos 13:1).
En
la lista que nos da Pablo de los que tenían un ministerio importante en. La
Iglesia se los menciona a continuación de los apóstoles y los profetas (1
Corintios 12:28; comp. Efesios 4:11):
· Los apóstoles y
los profetas eran ministerios itinerantes. Su
campo era toda la Iglesia; y no se quedaban mucho tiempo en cada congregación.
· Pero los maestros tenían un ministerio local; estaban adscritos a una congregación, y su
suprema importancia dependía del hecho de que era a ellos a los que
correspondía instruir y edificar a los convertidos en las verdades del
Evangelio.
A ellos les correspondía la
responsabilidad decisiva de poner el sello de su fe y conocimientos en los que
llegaban a la iglesia.
I. Un Juicio Severo:
En el capítulo 20 de Números narra una
de las reiteradas contiendas del pueblo de Israel con Moisés. Los detalles
varían, pero el cuadro es siempre el mismo.
En esta oportunidad el pueblo acampó en
Cades y no había agua para la Congregación. Como era ya su costumbre, el pueblo
se levantó contra Moisés y Aarón. El lenguaje del reclamo es conocido, y
sentimos un rechazo profundo por este pueblo que tantas veces había descreído
la Palabra de Dios.
La Incredulidad Es Una
Actitud Del Corazón. La Incredulidad, Que Siempre Cuestiona La Validez De La
Palabra De Dios, Se Traduce En Actos Específicos. Frustrado y
Cansado, Moisés Permitió Que Sus Sentimientos Lo Llevaran a Modificar Las
Instrucciones De Dios, Añadiendo Juicio Donde No Había Existido.
Quienes hemos llevado el manto PASTORAL bien la fatiga y el desánimo que produce
una congregación que siempre se queja o que mira todo con una óptica
marcadamente negativa. Podemos presumir que Moisés y Aarón también estaban
hartos de este tipo de situaciones.
Ellos, de todas maneras, optaron por la
única solución posible, se presentaron delante de Dios y remitieron el problema
al Señor.
La
respuesta de Jehová no tardó en venir: Se apareció
la gloria del Señor.
Y
habló al Señor a Moisés:
· “Toma la vara, y reúne a la congregación,
tú y tu hermano Aarón, y habla a la peña a la vista de ellos, para que la peña
dé su agua. Así casarás para ellos agua de la peña, y beban la congregación y
sus animales”.
Nm. 20:6-8).
Moisés tomó la vara y
reunió al pueblo, tal como Dios había mandado.
Pero cuando les habló, les dijo:
Ø ¡Oíd, ahora, rebeldes!
¿Sacaremos
agua de esta peña para vosotros? Entonces Moisés
levantó su mano y golpeó la peña dos veces con su vara, y brotó agua en
abundancia, y bebió el pueblo y sus animales (vv.10-11).
El
fastidio y el enojo en las palabras de Moisés son fáciles de percibir. Este era un
pueblo que le había “sacado canas” con su permanente cuestionamiento. ¿Cómo no entender su reproche, y el enojo que lo
movió a golpear la roca? ¿No hubiéramos
nosotros reaccionado de la misma manera?
Por esta razón, nos toma tan de sorpresa
la devastadora intervención de Dios inmediatamente después del incidente. Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón:
· “Porque vosotros no me
creísteis a fin de tratarme como santo ante
los ojos de los hijos de Israel, por tanto no conducirás a este pueblo
a la tierra que le ha dado” (v.12). El juicio de Dios no solamente
era durísimo sino, además, totalmente inapelable.
Nos deja perplejos una sentencia tan
fuerte en circunstancias donde sentimos que la reacción de Moisés y Aarón,
frente a un pueblo permanentemente propenso a la queja y la rebeldía, es
perfectamente compresible.
¿Cuál fue el pecado de Moisés y Aarón, para merecer un
juicio tan severo?
El
Señor les quitó el privilegio de conducir al pueblo a la tierra santa, porque:
“no me creísteis a fin de tratarme como santo ante los
ojos de los hijos de Israel”. Dos elementos saltan a la vista en esta declaración
de Jehová:
· En primer lugar, Dios
condena su incredulidad, que produjo una actitud profana hacia la persona de
Dios.
· Y en segundo lugar, que esta actitud fue “delante de los ojos de los hijos de Israel”.
Puntualmente,
¿a qué se refería el Señor?
La
incredulidad es una actitud del corazón. Creeríamos que como tal, podría
esconderse con cierto disimulo. Pero esto no es así. La incredulidad, que
siempre cuestiona la validez de la Palabra de Dios, se traduce en actos
específicos que concuerdan con esa actitud.
En este casi, Moisés no habló a la roca,
como se le había instruido, sino que la golpeó dos veces, mientras reprendía
duramente a los israelitas. Frustrado y cansado, Moisés permitió que sus
sentimientos le llevaran a modificar las instrucciones de Dios, añadiendo
juicio donde no había existido.
El
problema es que solamente Moisés conocía las instrucciones originales. El único mensaje
que recibió el pueblo, era el mensaje implícito en la reprensión del profeta,
un mensaje de desaprobación y enojo.
Al no tener acceso al mensaje original,
fueron engañados en cuanto a lo que Jehová quiso decirles en esta oportunidad.
La confianza que el pueblo había depositado en Moisés, le dejó al profeta la “libertad”
de agregar su propia interpretación a las instrucciones de Dios, libertad que
jamás le había sido otorgada por el Señor.
II. El Maestro En El Nuevo Testamento:
El líder
ha sido llamado, entre otras cosas, a impactar a otros con su vida. Eso quiere decir que todo líder, llamase:
Ø PASTOR,
Ø DIÁCONO,
Ø MAESTRO
de Escuela Dominical, o
Ø padre de familia, es también un maestro, porque transmite un mensaje con todo lo que hace.
Si nos remitimos al Nuevo Testamento, no
vamos a encontrar en ningún lado la figura del Maestro Moderno, que limita sus
intervenciones a la intelectual, mayormente dentro de un aula o una situación
formal.
El Maestro en el Nuevo Testamento es la
persona que busca tocar la vida de los demás utilizando el doble impacto de las
palabras y el ejemplo.
Juntamente el problema con los fariseos
no era tanto sus enseñanzas, sino el espíritu con el cual impartían las
enseñanzas. En Mateo 23 Jesús le dijo a sus discípulos, con referencia a estos “maestros”:
Ø “De modo que haced y
observad todo lo que os diga, pero no
hagáis conforme a sus obras. Porque ellos dicen y no hacen”
(v.3).
El resultado de una enseñanza no
acompañada por una vida espiritual era lo que los fariseos terminaban presentando al pueblo de Dios.
NOTA:
· El maestro cristiano entraba en posesión
de una herencia peligrosa;
· tomaba el lugar de los rabinos judíos.
· Hubo muchos rabinos sabios y santos;
· pero los rabinos recibían un trato que
podía arruinar el carácter de cualquiera.
Rabí
quería decir «mi
Grande». Dondequiera que iba se le trataba con el máximo respeto. Se
decía que las obligaciones que se tenían con un rabino excedían a las que se
tenían con un padre, porque a los padres se debe la existencia en este mundo,
pero a los rabinos en el mundo venidero.
Hasta
se decía que si fueran apresados por el enemigo los padres y el maestro de
una persona, esta tenía obligación de rescatar en primer lugar a su maestro.
Es
verdad que a los rabinos no se les permitía recibir dinero por su enseñanza y
que se suponía que se ganaba la vida trabajando en su oficio secular; pero se
creía igualmente que era especialmente meritorio y piadoso el mantener a un
rabino.
Era
tremendamente fácil para un rabino convertirse en la clase de persona que Jesús
describía:
Ø un tirano espiritual,
Ø un traficante en la piedad,
Ø un enamorado de las distinciones, y
Ø de que se le mostrara un respeto servil en público (Mateo 23:4-7).
Cualquier maestro corría peligro de
convertirse en «el Señor Oráculo». No hay profesión
más propensa a general orgullo intelectual y espiritual.
Hay dos peligros que deben evitar los maestros. En virtud de su ministerio puede que le
corresponda enseñar a los que son más jóvenes de edad o en la fe.
Por
tanto, debe esforzarse en evitar dos cosas:
· Debe asegurarse de que está enseñando la
verdad, y
· no sus propias opiniones y aun
prejuicios.
Es fatalmente fácil para un maestro
el tergiversar la verdad y enseñar, no la versión de Dios, sino la suya propia.
Debe tener mucho cuidado de no
contradecir sus enseñanzas con su vida; de no caer en el «Haced lo que yo os digo, pero no lo que yo
hago».
Como decían los rabinos judíos:
§ «No el aprendizaje, sino la
puesta por obra es la base, y el que multiplica las palabras multiplica el
pecado». (Dichos
de los padres 1:18).
2.1. El Maestro Jesús:
El
modelo de maestro, por excelencia, es Jesús. Y el mejor testimonio de esto lo
dan los propios discípulos. En el inicio de su Evangelio Juan aclara que él no
está relatando simplemente los hechos de la vida del Cristo, sino dando testimonio de una experiencia personal
que tuvo:
· que el Verbo se hizo carne, y habitó
entre nosotros, y vimos su gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia
y de verdad
(Juan 1:14).
Note: la
total ausencia de lo académico e intelectual en esta declaración. El discípulo
está escribiendo de una realidad vivida, más que de una verdad aprendida. El
mismo concepto surge en su primera carta.
Juan
aclara que lo que les comparte es “lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos
contemplado, y lo que han palpado nuestras manos acerca de la vida… lo
que hemos visto y oído…” (1 Juan 1:1, 3):
En
Otras Palabras, La Verdad Del Evangelio Fue Captado Por:
Ø los ojos,
Ø los oídos,
Ø la mente,
Ø las manos…
Ø por todo el ser de aquellos que
entraron en contacto con Jesús.
El Hijo de Dios mismo da testimonio de
esta realidad. Poco antes de encaminarse para Getsemaní, Felipe le dijo:
§ “Señor, muéstranos al
Padre, y nos basta”, Jesús le respondió;
§ “¿Tanto tiempo he estado con
vosotros y todavía no me conoces, Felipe? El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre.
¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre?” (Juan 14:8, 9).
No
hay lugar para la duda en esta frase. Las características del Padre celestial
estaban claras y fielmente representadas por la vida y el ministerio del Hijo.
Todo lo que Jesús hacía y decía mostraba
como en un espejo, la persona del Padre.
Por
esta razón, cuando Jesús mira hacia atrás, dice con satisfacción:
· “Yo te glorifique en la
tierra, habiendo terminado la obra que me diste para que hiciera… He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me
diste; eran tuyos, y me lo diste, y han guardado tu palabra… porque yo les he dado las palabras que me diste…” (Juan 17:4-8).
Note:
el énfasis que hace de su obra. No les entregó
solamente la palabra, fría y desprovista de vida. A las palabras le agregó un ingrediente clave:
§ Una revelación del nombre del que había
hablado la Palabra.
Permitió que otros vieran al Dios de
amor que estaba detrás de la Palabra que tanto conocían. La combinación de la
verdad con la gracia en la vida de Jesús era irresistible, y los discípulos se
sintieron atraídos a Dios, en lugar de repelidos.
2.2. La Dinámica Del Apóstol Pablo:
La dinámica de esta combinación también
estuvo presente en la vida de Pablo, que se refirió a sí mismo como un “libro abierto”.
No solamente da testimonio de que ha intentado en todo dar un ejemplo a los
suyos (Hechos 20:35), sino que, abiertamente anima a la iglesia a que imiten su
ejemplo (1 Corintios 11:1; Filipenses 3:17).
El gran apóstol también pretendía que los líderes que había
formado vivieron con esa misma exigencia:
A Timoteo le escribió:
Ø “No permitas que nadie
menosprecie tu juventud; antes bien, sé ejemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, fe y pureza”. (1 Tim.4:12).
A Tito le hizo una recomendación similar:
Ø “Muéstrate en todo como
ejemplo de buenas obras, con pureza de doctrina, con dignidad, con palabras
sana e irreprochable, a fin de que al adversario sea avergonzado al no tener
nada malo que decir de nosotros”. (2:7-8).
La
conclusión de todo esto es ineludible. Cuando Dios escoge una persona para
ocupar un rol de influencia en medio de su pueblo, el Señor pretende que sea
persona entienda que a cada paso de su vida, en público y en privado, en
situaciones formales e informales, en familia o con amigos, va a estar
revelando algo acerca de quién es Dios.
Esta Revelación será uno de los
elementos claves en abrir o cerrar los corazones de los demás hacia la obra del
Señor.
Tal
responsabilidad no se puede llevar con libertad. Demanda del
líder un temor Reverente en su Ministerio y un afán por perseverar en su propia
experiencia espiritual con Dios.
No admite la posibilidad del ministro “profesional”,
que conoce mucho acerca de las cosas de Dios, pero tiene poco conocimiento
personal de Dios. Exige que el líder recuerde en forma continua que para
muchos, él es “la
cara visible” del Dios Invisible.
Concluyó:
¡Qué gran responsabilidad, y qué tremendo privilegio!
Ser MAESTRO no era cuestión de dar una clase, ni de
ser meramente un transmisor de información. Eso lo puede hacer cualquiera. Pero
ser MAESTRO
dentro del cuerpo de Cristo es haber sido llamado a comunicar con fidelidad un MENSAJE SAGARDO;
un MENSAJE
que no entra solamente por:
Ø los oídos,
Ø sino también por los ojos,
Ø las percepciones,
Ø las manos,
Ø la comunión,
Ø el amor,
Ø la risa,
Ø el llanto,
Ø los chistes,
Ø los comentarios,
Ø los gestos, y
Ø las miles de otras
formas que hablamos con nuestros pares.
La gran pregunta que enfrenta al líder
dentro de la Iglesia, no es si está logrando comunicar con el pueblo. Todo
líder enseña todo el tiempo.
La
Pregunta Clave Es:
· ¿Qué es lo que está ENSEÑANDO[1] ese líder?
¡Hermanos míos, no nos hagamos[2] muchos de
nosotros MAESTROS[3], sabiendo que como tales, incurriremos en mayor juicio!
La advertencia de Santiago es que el MAESTRO
ha entrado voluntariamente en una posición especial; y está, por tanto, en
peligro de una mayor condenación si falla:
Ø Las personas a las que Santiago estaba
escribiendo codiciaban el prestigio del maestro;
Ø Santiago les recuerda su
responsabilidad.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] didaskalia =
(διδασκαλία,
G1319), véase DOCTRINA, Nº 2. Se traduce «enseñanza»
en la rvr en Rom.12:7 (rv: «doctrina»); Rom.15:4 (rv, rvr); 1 Tim.4:13,
(rv: «enseñar»);
en 5:17, se traduce «enseñar» (rv, rvr, lit: «enseñanza»); igualmente en 2
Tim.3:16; «enseñanza»
en Tit.1:9 (rv: «doctrina») y 2:7 (rv:
«doctrina»). (VINE).
[2] G1096 γίνομαι = gínomai: prolongado y voz
media de un verbo primario hacer que sea («gen» -erar), i.e. (reflexivamente)
llegar (llegar a ser), usado con gran latitud (literalmente, figurativamente,
intensivo, etc.):- acabar, acercar, acontecer, alcanzar, caer, cesar,
comportarse, constituir, continuar, convertir, cumplir, Dios (nos
libre), dividir, divulgar, efectuar, espantar,
expulsar, gobernar, hacer, intervenir, levantar, librar, llegar, llenar,
(de ninguna) manera, nacer, participante, pasar,
poner, producir, quedar, quitar, reducir, resultar, sobrevenir, suceder,
temblar, venir, volver. (Strong).
[3] G1320
διδάσκαλος = didáskalos: de
G1321; instructor (generalmente o específicamente):- doctor, maestro, padre (de
familia). (Strong).
- Apuntes Pastora. Volumen XIX – 3. ISSN
1400-1968- O2-2002.
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
09//09//2018.
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