domingo, 6 de noviembre de 2022

¡Ayes Sobre Los Malvados! (Isaías 5:8-23; Mateo 23:13-36)


¡Ayes Sobre Los Malvados!

(Isaías 5:8-23; Mateo 23:13-36)  


¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?

(Is. 5:8)

Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! …”

                                                                                                   (Mt. 23:13) 


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez: 

Esta sección es una ampliación homilética de la sección anterior, y mediante una serie de seis párrafos que empiezan con la palabra Ay describe las acciones de vileza y de clamor que el profeta ve en su pueblo.

Y hay algunos investigadores que creen que también hay un séptimo Ay”, que se halla en 10:1-4, fuera de su lugar, que estaría aquí después del v. 23 (ver el cap. 10).

De ser así, los siete ayes de Jesús en Mt. 23:13-29 también estarían inspirados en las diatribas del profeta Isaías, veamos. 

Ayuda Hermenéutica:

 

H1945 הוֹי = jói: forma prolongado de H1930 [afín a H188]; ¡oh!:- eh, ay, ea. (Strong)

הוֹי  H1945 ¡Ay! (1 R. 13:30). (Diccionario de Hebreo Bíblico).

1.       Ayes Contra Los Explotadores. Isaías 5:8-23:

· Estos ayes confrontan a los ricos acaparadores que echan mano al recurso de la confiscación de casas y campos (vv. 8-10; compare 1 R. 21:1-16);

¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra? (Is. 5:8); 

·  A los dirigentes indolentes y disolutos que no quieren percatarse de que es Jehová realmente quien dirige la historia humana ni del juicio del cautiverio que está a punto de venir (observe la analogía del cautiverio y del Seol, vv. 11-17);

“¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!” (Is. 5:11); 

·    A los ateos temerarios y llenos de vanidad filosófica y escepticismo, los cuales atraen hacia sí la iniquidad y el juicio que conlleva, y retóricamente retan a Dios (v. 18, 19)

“¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta, … los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!” (Is. 5:18-19); 

·      A los moralistas que corrompen la moral (v. 20);

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Is. 5:20); 

·   A los que son sabios ante sus propios ojos (alude a los consejeros políticos; ver v. 21; comp. 28:9);

¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! (Is. 5:21); y

·  Por último, a los poderosos dados a la borrachera, que por soborno (sobre todo licor) pervierten la justicia (vv. 22, 23).

“¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida!”. (Is. 5:22). 

2.      Dios Castiga Por Medio Del Invasor. Isaías 5:24-25:

Algunos investigadores opinan que esta sección constituye el final de la sección 9:8-10:4. Hay tres razones para suponer esto:

(1) Las palabras A pesar de esto no ha cesado su furor y su mano todavía está extendida lo identifican con el contenido de la sección indicada.

(2) La palabra hebrea lajén H3651, con que empieza el v. 24, y que introduce una sentencia final tras una invectiva.

(3) La descripción detallada del ejército de la nación lejana que aparece en los vv. 26-30, sirve como clímax a toda la sección que gradualmente apunta al castigo final del reino de Israel.

Esto podría ser así, pero donde están, en el cap. 5, también tienen perfecto sentido. Empiezan con la palabra lajén H3651, por tanto”, que es típica de los profetas para introducir la sentencia divina contra su pueblo pecador. Y justamente las causales de la sentencia divina han sido expuestas en la sección anterior, en los ayes.

En la presente sección se indica de una manera algo más clara en qué consistirá el castigo de Dios contra su pueblo, porque han rechazado la ley de Jehová de los Ejércitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel (5:24).

se encendió el furor—(2 R. 22:13, 17). se estremecieron los montes—esto fija con alguna probabilidad la fecha de este capítulo, pues se refiere al terremoto de los días de Uzzías (Amo. 1:1; Zc. 14:5). La tierra tembló cual si tuviera conciencia de la presencia de Dios (Jr. 4:24; Hab. 3:6).

arrojados—más bien, como estiércol (Salm. 83:10). Con todo esto—La conminación de estos versos de monotonía endechosa, se repite en los capítulos 9:12, 17, 21; 10:4. Pese a todas las pasadas calamidades, todavía amenazan más fuertes juicios, que el profeta especifica en el resto del capítulo (Lv. 26:14, etc.)

Liter., la lengua de fuego come (Hech. 2:3) (v.24). la llama devora la paja—más bien, la hierba marchita sucumbe delante de la llama (Mt. 3:12). su raíz … su flor—tanto su oculta base como sus manifestaciones externas de prosperidad, se pudren enteramente, pereciendo una y otra (Job 18:16; Malq. 4:1). desecharon la ley de Jehová—en su espíritu, en tanto que retenían la letra.

se encendió el furor—(2 R. 22:13, 17) (v.25). se estremecieron los montes—esto fija con alguna probabilidad la fecha de este capítulo, pues se refiere al terremoto de los días de Uzzías (Amos 1:1; Zc. 14:5). La tierra tembló cual si tuviera conciencia de la presencia de Dios (Jr. 4:24; Hab. 3:6). arrojados—más bien, como estiércol (Salm. 83:10).

Con todo esto—La conminación de estos versos de monotonía endechosa, se repite en los capítulos 9:12, 17, 21; 10:4. Pese a todas las pasadas calamidades, todavía amenazan más fuertes juicios, que el profeta especifica en el resto del capítulo (Lv. 26:14, etc.)

3.      Castigo Final Del Reino De Israel: Isaías 5:26-30:

Serán convocados para castigar a Israel mediante un pendón[*] y un silbido[**]. Y alzará pendón (v.26). para llamar a las naciones hostiles a ejecutar sus juicios sobre Judea (cap. 10:5-7; 45:1). En los caps. 11:12 y 18:3, la bandera es levantada, pero a fin de mostrar piedad hacia el pueblo.

silbará—(Cap. 7:18). A las abejas se las hacía salir de la colmena al son de la flauta, o siseando o silbando (Zc. 10:8). Dios reunirá las naciones de los contornos de Judea del mismo modo que a las abejas (Deut. 1:44; Salm. 118:12).

Ayuda Hermenéutica:

 

נֵס = nes [*] H5251 de H5264; bandera; también vela; por impl. asta; generalmente señal; figurativamente símbolo: - asta, bandera, escarmiento, pendón, vela.

 

שָׁרַק = sharác [**] H8319 raíz primaria; propiamente ser agudo, estridente, i.e. silbar o chiflear (como llamando con sorna): - burlar, silbar, silbido. (Strong).

el cabo de la tierra—a las sometidas y distantes razas de que se componía el ejército asirio (cap. 22:6). El cumplimiento ulterior ocurrió durante el sitio del romano Tito Vespasiano. Compare. el cabo de la tierra (Deut. 28:49). El empleo del singular (“vendrá”) aquí y en los vv. siguientes específica a alguna nación o persona particular [Horsley].

cansado—por las largas marchas (Deut. 25:18, etc.) (v.27). ninguno se dormirá—no necesitará descansar. el cinto—con que se ceñían antiguamente la suelta vestidura para poder actuar. Estaban siempre listos para marchar y entrar en batalla. ni se le romperá la correa—la suela estaba adherida a los pies mediante correas. Estarían tan sólidamente calzados que no se les soltaba ninguna correa de las sandalias, de forma que les impidiera la marcha.

entesados—listos para la batalla (v.28). uñas … pedernal—Los antiguos no herraban los caballos, de ahí el valor de los cascos duros para las grandes marchas. ruedas—de sus carros. El ejército asirio tenía numerosa caballería y muchos carros (cap. 22:6, 7; 36:8).

su bramido—su grito de guerra (v.29).

tribulación … se oscurecerá la luz (v.30). en otras palabras, angustia y luz (es decir, esperanza y temor), sucediéndose estas cosas alternativamente (como suele suceder en un desordenado estado de cosas), y las tinieblas surgirán. sus cielos—el término cielos significa literalmente nubes, es decir, que su cielo lo constituyen las nubes”, más bien que el firmamento. Desde otro punto de vista, y tomando una raíz hebrea diferente, significa su destrucción o ruina.

Horsley explica la frase en esta forma: “la mar … mirará hacia la tierra”, como una nueva imagen tomada de los marinos de un barco de cabotaje (como lo eran todos en la antigüedad) de buscar la costa más cercana, la cual solía ocultar la oscuridad de la tempestad; de manera que únicamente las tinieblas y la angustia puede decirse que eran visibles.

4.       Siete Ayes y El Juicio Venidero. Mateo 23:13-36:

Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡Ay de vosotros, guías ciegos! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! … ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ...”. (Mt. 23:13, 14, 15, 16, 23, 27, 29).

Ayuda Hermenéutica:

ouai = (οὐαί, G3759), interjección. Se usa:

(a) En denuncia (Mt. 11:21; 18:7, dos veces; ocho veces en el cap. 23; Mt. 24:19; 26:24; Mr. 13:17; 14:21; Lc. 6:24-25, dos veces, 26; Lc. 10:13; seis veces en el cap. 11; Lc. 17:1; 21:23; 22:22; 1 Cor. 9:16; Jud. 1:11: Ap. 8:13, tres veces; Ap. 12:12); como nombre (Ap. 9:12, dos veces; Ap. 11:14, dos veces);

(b) En dolor, «¡Ay! (Ap. 18:10, 16, 19, dos veces en cada versículo). (VINE).

Toda esta sección es particular a Mateo, si aceptamos el hecho obvio de que el v. 14 proviene de Marcos y Lucas, y fue introducido por un escriba. Nuestra versión no lo incluye en el texto de Mateo porque no tiene el apoyo de los manuscritos más antiguos. Se discute si esta sección representa una colección de denuncias que Jesús presentó en distintas ocasiones, o si corresponde a una sola ocasión en el día martes de la semana de la pasión.

Sin lugar a dudas Mateo agrupa el material en forma temática a veces:

grupo de parábolas y milagros.

Sin embargo, no hay una razón convincente para llegar a esa conclusión en cuanto a los siete ayes.

Las tres palabras clave en esta sección son:

·      Hipócritas”,

·      Ciegos” y

·      Necios”.

Recordemos que el término hipócrita se refiere al actor dramático que se pone una máscara con el fin de representar a otra persona. Es una representación falsa, cosa que se entiende y se acepta en el drama. ¡No así en el reino de Dios! No hay pecado que Jesús condena más frecuentemente o más severamente que la hipocresía, el jugar a la religión, el representar exteriormente lo que uno no es en el corazón.

El término “¡ay!” (G3759) se pronuncia con casi el mismo sonido que el vocablo griego ouái (sería uái en castellano). El “¡ay!” es una interjección que expresa diversos estados de ánimo:

·      Pena,

·      Temor,

·      Conmiseración o

·      Amenaza.

También es un suspiro o quejido que puede expresar enojo. En este contexto probablemente el término encierra la expresión de dolor y misericordia. El número siete, si es que tiene valor simbólico, puede representar la idea de la denuncia completa y final.

Estos versículos 13-33, es llamado con frecuencia los siete ayes”, comenzando cada uno con la misma frase (hay 8 si el v. 14, omitido en muchos mss., se incluye también).

En el primer ¡ay! (v. 13):

Jesús acusa a los líderes religiosos de no aceptar su invitación de entrar en el reino y también de impedir la entrada al reino de parte de los que buscaban entrar (v. 13). Quizá se trata de una alusión a la llave de conocimiento que cada escriba recibía cuando entraba en la orden. En vez de usar correctamente la llave para abrir la puerta al reino, la usaban para cerrarla. La gravedad de la acusación se ve en el hecho de que el deber de todo líder religioso es el de facilitar la entrada en el reino.

El segundo ¡ay! (v. 15):

Describe a los escribas y fariseos recorriendo todo el mundo conocido donde había sinagogas. Su misión era la de ganar a los paganos a la religión judía y de exigirles a ellos y a otros prosélitos ya ganados el cumplimiento más riguroso de todas las reglas religiosas, según la interpretación más estricta de Jerusalén (v. 15).

Exigían la circuncisión a los hombres y un bautismo de purificación y sacrificio ritual de todos. El término prosélito (v. 15) ocurre en tres pasajes más (Hech. 2:11; 6:5; 13:43) y significa el que se acerca”, o el que adora”. De estas expresiones se deriva el término convertido”.

Normalmente uno que se convierte de una religión a otra es más ferviente y fanático en su nueva fe que los que le predicaron. Probablemente, este hecho explica la expresión le hacéis un hijo del infierno dos veces más que vosotros (v. 15b). Hijo del infierno, o literalmente "hijo de gehena ", quiere decir "uno caracterizado por el infierno y destinado a él". El resultado fue que los convertidos llegaban a ser pervertidos.

El tercer ¡ay! (vv. 16-22):

Tiene que ver con la práctica de los escribas y fariseos de distinguir, por un proceso no tan obvio, entre juramentos que obligan y los que no obligan (vv. 15-22). No tomaban en cuenta el hecho de que Dios es Creador y Dueño de todo y que le ofende todo intento de parte del hombre de engañar a otros. Otra vez encontramos un trío de expresiones: tres pares de contrastes entre los juramentos que obligan y los que no obligan:

·      Juramentos que no obligan: Santuario, Altar, Cielo,

·      Juramentos que obligan: Oro del santuario, Ofrenda sobre el altar, Trono de Dios.

Parece que detrás de esta costumbre estaba la idea de que el juramento era válido solamente si se hacía en la presencia de Dios. Otros opinan que ciertas palabras clave en los juramentos le daban validez, y otros que el juramento más específico era el más válido. En todo caso, la práctica fue solamente una manera de engañar a los que no sabían distinguir entre el juramento válido y el no válido.

Jesús clasifica esta práctica como la más pura:

Ø Necedad y los llama guías ciegos (v. 16),

Ø Necios y ciegos (v. 17) y

Ø Ciegos (v. 19).

Ø Querían ser llamados guías (v. 10), pero Jesús dice que son los peores guías, pues son ciegos (comp. 15:14).

Ø Pretendían enseñar la sabiduría de Dios, pero Jesús los llama necios”, lo opuesto a sabios”.

Jesús enseñó que ningún juramento es necesario para la gente honesta (5:33-37).

El cuarto ¡ay! (v. 23):

Trae a la luz la gran inconsecuencia, o hipocresía, de los líderes religiosos que ponían énfasis exagerado en cosas de menor importancia mientras descuidaban las de mayor importancia. La ley exigía la entrega de todos los diezmos de la tierra (Lv. 27:30):

v Semilla, fruto de árboles;

v Vino, aceite, ganado y rebaño (Deut. 14:22 s.).

Los escribas y fariseos iban más allá de las exigencias de la ley y calculaban meticulosamente los diezmos de las plantas más pequeñas que servían como especias para la comida y medicinas.

Inclusive, algunas de estas plantas eran tan pequeñas que se cultivaban en cajitas colocadas en las ventanas. El celo por pagar los diezmos fue un elemento en la reforma de los macabeos. Los fariseos lo habían aplicado demasiado bien, sustituyendo la entrega de diezmos por la obediencia de las cosas más pesadas de la ley. El término importante (G926) es literalmente pesado y así se traduce en v. 4.

Las cosas más pesadas de la ley eran: el juicio, la misericordia y la fe (v. 23b; comp. Miq. 6:8). La fe en este contexto debe entenderse como fidelidad a Dios en obedecer sus mandatos, los cuales incluyen los deberes hacia los semejantes. Cada uno de estos elementos tiene que ver con la actitud hacia, y el trato con, los semejantes. El trato misericordioso para con los semejantes ocupa una posición de prioridad en la escala de Dios, por encima del mero cumplimiento de ritos y prácticas de culto (comp. Lc. 10:25-37). Ambas cosas son necesarias, pero una es más pesada en la escala divina de valores.

La parábola que sigue en v. 24 ilustra la verdad recién presentada. Con una nota triste e irónica, o quizá de humor, Jesús dice que los fariseos y escribas, en su afán de contar todas las hojitas de las plantas mencionadas para diezmarlas, estaban colando el mosquito (cosa muy pequeña e insignificante) de la bebida mientras que se tragaban el camello (el animal más grande y pesado que conocían). Nótese el uso de tríos de expresión:

Ø Menta, eneldo, comino;

Ø Juicio, misericordia, fe.

El quinto ¡ay! (vv. 25, 26):

Sirve para exponer otra manifestación de la hipocresía de los fariseos y escribas: el cuidado exagerado para cumplir con los ritos externos de limpieza ceremonial mientras que descuidaban la limpieza moral interna (vv. 25, 26). Ambos ejercicios son importantes, pero Jesús enfatiza otra vez la prioridad de la condición del corazón: ¡Limpia primero el interior...para que también el exterior se haga limpio! (v. 26) Mejor sería traducir la expresión así: ... ¡para que también el exterior llegue a ser limpio! Jesús enseña que el punto de partida en la limpieza moral de la vida es el corazón. Cuando se limpia el corazón, la limpieza exterior se manifestará natural y espontáneamente.

Con gran rapidez Jesús pasa de lo figurado a lo literal. El exterior del vaso y del plato representa la vida y conducta exterior del fariseo, mientras que el interior del vaso y plato representa la vida interior.

La fachada de los fariseos era impecable, pero por dentro estaban llenos de robo y desenfreno (v. 25), o incontinencia. Su condición es una ilustración perfecta de la esencia de la hipocresía.

El sexto ¡ay! (vv. 27, 28):

Pinta otra figura, parecida a la anterior, que describe la hipocresía de los escribas y fariseos. Quizá Jesús se refiere a la práctica de blanquear los sepulcros con cal un mes antes de la fiesta de la Pascua. Se hacía con dos propósitos:

(1) Hermosear el cementerio y

(2) Destacar las tumbas para que la gente no las tocara sin querer y así se contaminara.

Por más hermosos que se hagan los sepulcros, todos saben de lo feo y maloliente del interior. Es un cuadro gráfico de la condición moral del corazón de los fariseos, intensamente repugnante para un Dios tres veces santo. El término iniquidad (v. 28b) traduce el vocablo griego anomía G458 que significa sin ley”, es decir, vivir sin hacer caso a la ley de Dios.

El séptimo ¡ay! (vv. 29-36):

Continúa la figura de sepulcros, pero cambia la lección derivada. Los escribas y fariseos pretendían honrar a los líderes espirituales en la historia de Israel, pero su propósito de eliminar al Mesías revela inequívocamente que eran descendientes espirituales de los que mataron a los profetas y a los justos. Eran deshonestos e hipócritas, pues pretendían una cosa delante de la gente: pero en su corazón eran de un carácter completamente opuesto.

Edificar los sepulcros y adornar los monumentos”:

·    Es decir, cuidar de las tumbas de los antepasados, eran dos maneras por las cuales ellos querían mostrar su respeto y aprobación por su vida y enseñanzas.

·  Pretendían honrar a los profetas quienes ya no podían denunciar sus pecados, pero rechazaban a los profetas de su día (Juan el Bautista y Jesús) que, sí, denunciaban su iniquidad.

Concluye:

En estos versículos estudiados, tanto Isaías [Seis ayes, al liderazgo y al pueblo…] como el Señor Jesús [Siete Ayes a los fariseos, escribas, sacerdotes, etc.…], contra Israel dividida en seis [siete] partes se resumen. Cada una de las cuales comienzan con un: ¡Ay! = jói = הוֹי. ¡ay! = ouai = οὐαί.

Ayes De Angustia, y Calamidades. Is. 5:8-23; Mateo 23:13-36:

1. ¡Ay! La avaricia (vv. 8-10. Is.).

1. ¡ay! No permitir a otros entrar al reino de los cielos y no entrar nosotros mismos (v.14. Mt.) 

2. ¡Ay! La adición (vv. 11-17. Is.).

2. ¡ay! Alejar a la gente de Dios como ustedes mismos (v. 15. Mt.) 

3. ¡Ay! Las dudas (vv. 18, 19. Is.).

3. ¡ay! Ciegamente permitir que la gente de Dios siga las tradiciones hechas por el hombre en lugar de la Palabra de Dios (vv. 16-22. Mt.) 

4. ¡Ay! La falta de discernimiento moral (v. 20. Is.).

4. ¡ay! Involucrarse en detalles insignificantes pasando por alto lo que realmente es importante: justicia, misericordia y fe (vv. 23, 24. Mt.) 

5. ¡Ay! El orgullo (v. 21. Is.).

5. ¡ay! Guardar apariencias mientras que su mundo privado es corrupto (vv. 25, 26. Mt.) 

6. ¡Ay! La injusticia (vv. 22, 23. Is.)

6. ¡ay! Actividad espiritual para cubrir el pecado (vv. 27, 28. Mt.) 

7. ¡ay! Pretender que se ha aprendido de la historia pasada, pero su comportamiento presente muestra que o ha aprendido nada (vv. 29, 36. Mt.).

Jerusalén era la capital del pueblo escogido de Dios; la ciudad ancestral de David, el más grande rey de Israel; y el lugar donde estaba el templo, la morada terrenal de Dios.

Debía ser el centro de adoración al verdadero Dios y un modelo de justicia para toda la gente, pero Jerusalén llegó a ser una ciudad ciega a Dios e insensible a las necesidades humanas.

Aquí podemos ver la profundidad de los sentimientos de Jesús por los perdidos y por su ciudad amada, que muy pronto sería destruida.

Los Sentimientos De Dios [Jesús] Por Los Perdidos.

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Nota y Bibliografía:

-  e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 6//11//2022. MISIÓN BAUTISTA: Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 937-608382-Tumbes.


charlyibsh@hotmail.com

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