domingo, 13 de noviembre de 2022

EL CANTAR DE LOS CANTARES: (Cantares 6:1-13)

 

EL CANTAR DE LOS CANTARES:

(Cantares 6:1-13)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

4) El Cortejo Nupcial. Cant. 6:1.

Después del panegírico de la amada, las doncellas de Jerusalén levantan una segunda pregunta. Esta pregunta no significa que él se haya alejado de ella, o se esté ocupando en otros menesteres. Más bien parece ser un recurso retórico del poeta para introducir el acto amoroso, que parece consumarse en 6:2, 3.

La pregunta de las muchachas sirve para que la amada diga cuál fue la reacción de su amado al juego amoroso que ella inició. Se nota una cierta envidia de parte de las doncellas, que quieren participar, como ella, del placer que la amada ha anticipado.

VV.2-3. A la pregunta de las hijas de Jerusalén en el v.1, la esposa responde que su esposo ha ido a su huerto favorito (v.2) y afirma la seguridad de sus relaciones (v.3).

Del Mito a La Expectativa:


En terapia familiar, se llama "mitos" a todo lo que cada uno de los integrantes cree; sus gustos, su forma de ver la vida, lo que considera bueno o malo, su forma de comer, de vestir, los roles que debe tener cada uno, etc. Desde que nacemos vamos formando nuestro mundo de valores. Muchos provienen de nuestros padres y su enseñanza hacia nosotros; otros vienen de la cultura en la que estamos inmersos y otros los elaboramos nosotros.

El terapeuta familiar Antonio Ferreira define el mito como "el conjunto de creencias bien sistematizadas y compartidas por los miembros de la familia respecto de sus roles mutuos y la naturaleza de su relación, aunque muchas puedan resultar falsas".

No siempre este sistema de mitos o creencias es consciente para la persona o explícito. Los "mitos" se transforman en verdades "inspiradas por el Espíritu Santo de Dios" que deben cumplirse, sí o sí. Decimos que una pareja está más enferma cuando posee mayor cantidad de mitos, son muy rígidos, están más arraigados, son más inconscientes y están más distorsionados o alejados de la realidad.

En las familias más normales estos mitos son más conscientes para la persona, pueden modificarse, se acercan más a lo que podríamos llamar "expectativas".

La expectativa es la esperanza de que algo suceda de una determinada manera, pero puede ser modificada según las circunstancias. El mito es verdad incuestionable, a ultranza, no admite confrontación; dice: "Tú debes estudiar música, sí o sí, yo sé lo que te digo, sé que te hará más feliz".

La expectativa "influye"; el mito "atrapa". "Me gustaría que estudies música, pero es una decisión que te corresponde a ti, a lo que tú creas que te hará feliz". En el matrimonio más feliz se progresa del plano de los mitos a un plano de vivir con expectativas, sin presionar demasiado ni intentar imponer nuestros deseos o apreciaciones.

Este sector de Cantares hace énfasis en el respeto mutuo que sienten los cónyuges. Pueden expresar en forma franca la apreciación que tienen el uno por el otro, sin temor a ofender o herir.

5) La Amada. Cant. 6:2, 3.

Ella responde segura de contar con el afecto y la pasión fiel de su amado. Después de un período de creciente excitación sexual, en el que ella tomó la iniciativa mediante la alabanza del cuerpo de su amado, ahora él desciende a su huerto (v. 2). Como se indicó (ver 4:16-5:1), esta expresión y las que siguen se refieren al acto sexual.

La repetición de expresiones poéticas (cuatro en total), que tienen que ver con el acto amoroso, no sólo expresan la tremenda excitación sexual del momento, sino que sirven para enfatizar la intensidad del mismo.

Al entregarse a su esposo, ella vuelve a experimentar lo que ya ha experimentado antes (2:16) y volverá a experimentar más tarde (7:10). El acto sexual es un poderoso recurso para sellar el pacto de mutua pertenencia entre los esposos. No hay otra experiencia, en la vida de una pareja, que sirva mejor para confirmar y solidificar las mutuas promesas de amor y fidelidad (Génesis 2:24).

6) El Amado. Cant. 6:4-12.

Terminado el acto amoroso, mientras ella descansa relajada a su lado, el amado parece seguir excitado y entusiasmado con la belleza de su amada. Quizá hasta el momento de hacer el amor se mostró algo resentido, probablemente por la anterior indiferencia de ella (5:3). Pero ahora, después de haber disfrutado juntos el uno del otro, él se siente más que motivado a exaltar los encantos del cuerpo y el carácter de su amada. Muchos de estos piropos ya han sido dichos, pero hay otros que se mencionan por primera vez en el poema.

Ella es bella. Esta no es sólo su opinión (1:15; 4:1), sino también lo que otras personas piensan (6:1). Ella es tan bella como la capital del reino, Jerusalén (Lam. 2:15), o como una de las ciudades más deleitosas de Palestina, Tirsa (ver nota de la RVA). Ella es radiante y espléndida (imponente como ejércitos abanderados, ver 6:10).


Nótese: que él comienza con una descripción general de la belleza de ella, para pasar luego a una descripción pormenorizada de sus encantos (6:5-7). En este sentido, su panegírico sigue el orden inverso del hecho por la amada, quien comenzó con los detalles (5:10-15a), para concluir con una observación general (5:15b, 16).

El amado comienza por destacar los ojos de su esposa. Ya ha hecho referencia a ellos como hermosos y seductores (1:15; 4:1, 9). Ahora él dice que esos ojos lo ponen loco, es decir, la mirada de ella es tan sugestiva que para él es irresistible.

Su descripción del cabello, dientes y mejillas repite lo ya indicado en 4:1-3. No se sabe por qué el amado corta aquí la descripción física de su amada, que en el cap. 4 se extiende a sus labios, cuello, pechos y vagina.

No es probable que la referencia a reinas, concubinas y mujeres en el v. 8, tenga que ver con el harén de Salomón (1 R. 11:3). Más bien lo que el poeta parece querer destacar es el lugar único y especial que la amada ocupa en el corazón del amado.

Nótese: el número creciente de mujeres (sesenta, ochenta, un sin número) y su rango descendente (reinas, concubinas, jóvenes mujeres), todo lo cual destaca la singularidad de la amada. Para él no hay otra que, como ella, sea su paloma y perfecta (1 R. 5:2). Ella es también la favorita de su madre, más que la hija única. No tendría sentido llamarla “favorita” o predilecta si era hija única. Ella es una mujer muy especial. Las mujeres de Jerusalén (1 R. 1:5) la consideran feliz en gran manera (bienaventurada). Tan grandiosa es, que incluso las reinas y concubinas la alaban, es decir, la ponderan. ¿Quién es aquella? se preguntan las mujeres más encumbradas (1 R. 3:6). La respuesta no puede ser otra que ella, la amada. Esta hermosa mujer se levanta luminosa como el alba, bella como la luna, radiante como el sol e imponente como ejércitos abanderados.

Algunos comentaristas consideran que el amado termina aquí la descripción de la amada, que comenzó en 6:4. Su descripción estaría encerrada entre dos cláusulas similares (imponente como ejércitos abanderados, vv. 4, 10). En este caso, los vv. 11, 12 corresponderían a la amada y expresarían su creciente anticipación de la unión sexual, que vendrá más adelante.

 

Nótese: que será ella quien repita la segunda parte del versículo en 7:12. Sin embargo, en la RVA los vv. 11, 12 son considerados como parte del monólogo del amado. En este caso, la referencia del amado no puede ser a otra cosa que a la experiencia sexual ya vivida (6:2, 3). En 6:2, 3 tendríamos la evaluación de la mujer de esa experiencia, mientras que aquí se expresaría la evaluación del esposo sobre la misma (como en 4:12; 5:1).

 

Nótense: los paralelos y las diferencias que existen. Si bien la experiencia sexual es la misma, las vivencias de cada uno tienen matices diferentes. Al igual que en 6:2, 3, las metáforas tomadas de la agricultura en los vv. 11, 12 son de marcado tono erótico (ver 7:12).

El v. 12 es el más difícil de interpretar de todo Cantares, y uno de los más difíciles en todo el AT. Las palabras son claras, pero la sintaxis es muy compleja. Probablemente, lo que el amado está diciendo es que, después de haber hecho el amor con su esposa, y quizá en medio de la somnolencia y estado de bienestar general después del orgasmo, él se imaginó (mi alma, napsi[1]  H5315) que se trasladaba sobre los carros de su pueblo.

Ayuda Hermenéutica:

 

נֶפֶשׁ = néfesh H5315: de H5314; propiamente criatura que respira, i.e. animal de (abst.) vitalidad; usado muy ampliamente en sentido lit., acomodado o figurativamente (corporal o ment.): - aliento, alma, anhelar, animal, ánimo, antojo, apetito, cadáver, contentamiento, corazón, cordial, cuerpo, dejar, deseo, esclavo, estómago, gusto, hombre, interior, íntimo, lujuria, matar, mente, muerte, muerto, persona, querer, ser, vida, voluntad. (Strong).

En otras palabras, comenzó sin darse cuenta a quedarse dormido y a soñar que iba al frente de su pueblo, liderando una cuadrilla de carros reales. Un hombre satisfecho sexualmente suele tener este tipo de sueños.

7) El Cortejo Nupcial. Cant.  6:13a.

Los textos hebreo y griego numeran a este versículo como el primero del cap. 7 (ver nota de la RVA), de modo que este capítulo consta allí de 14 versículos en lugar de 13 como en la RVA. Es evidente la urgencia del pedido que hacen los testigos anónimos (vuelve, subi[2]  H5437 se repite cuatro veces). Lo que no parece muy claro es el propósito del reclamo.

Vuélvete, vuélvete, oh sulamita[*];

 Vuélvete, vuélvete, y te miraremos”. (Cant. 6:13) 

Ayuda Hermenéutica:

 

סָבַב = sabáb H5437 raíz primaria; revolver, rodear, circundar, o borde; usado en varias aplicaciones, lit. y figurativamente (como sigue): - andar alrededor, amurallar, apartar, asediar, cambiar, ceñir, cercar, dar la espalda, evadir, fijar, girar, mudar, ocasionar, pasar, recorrer, retirar, rodar, rodear, sentar, sitiar, traer, traspasar, volver, vuelta.

 

[*]H7759 שׁוּלַמִּית = shulammít: de H7999; pacífica (con el art. siempre prefijo, haciéndolo un nombre de cariño); shulamita, apodo de la reina de Salomón: - sulamita. (Strong).

Aparentemente, lo que estas personas quieren es que la mujer regrese, a fin de que ellos puedan examinar detenidamente la belleza de ella, que acaba de ser descrita. Por primera vez, se nos da a conocer el nombre de la amada.

Sulamita puede indicar un nombre propio, o el nombre del lugar de donde ella proviene. También es probable que no signifique otra cosa que “mujer de Salomón” y sea simplemente una forma femenina del nombre Salomón (ver nota de la RVA).

8) La Amada. Cant. 6:13b.

Otra posibilidad de interpretación del nombre Sulamita es que la raíz hebrea slm en este contexto tiene el significado de “dar un regalo de consumación” a una esposa, la mañana siguiente de la boda. En este caso, la Sulamita sería la consumada”, una mujer que ya ha tenido una relación sexual. Lo que sigue es una respuesta a: “¿Qué ven en alguien que ya no es más virgen?”.

La última línea plantea un serio problema interpretativo. La danza era una parte importante de la cultura hebrea, como expresión de gozo por la victoria en una batalla (Ex.15:20; 1 Sam.18:6), de alegría en la adoración a Dios (Salmo 149:3; 150:4), o simplemente de gozo por acontecimientos felices (Jr.31:13).

Generalmente era una práctica grupal, acompañada de canto e instrumentos. En este caso, probablemente se trata de un tipo particular de danza, conocida como la danza en medio de los dos campamentos o danza de los dos grupos (o ejércitos). De ser así, la mujer está preguntando a los testigos anónimos: “¿Por qué quieren ustedes mirarme a mí cuando hay tantos otros participando en esta danza?”. Una vez más (ver 1:6), la amada hace gala de su modestia y recato.

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Nota:

[1] H5315 נֶפֶשׁ = néfesh: de H5314; propiamente criatura que respira, i.e. animal de (abst.) vitalidad; usado muy ampliamente en sentido lit., acomodado o figurativamente (corporal o ment.):- aliento, alma, anhelar, animal, ánimo, antojo, apetito, cadáver, contentamiento, corazón, cordial, cuerpo, dejar, deseo, esclavo, estómago, gusto, hombre, interior, íntimo, lujuria, matar, mente, muerte, muerto, persona, querer, ser, vida, voluntad. (Strong).

 

 




 

 

 

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