miércoles, 18 de enero de 2017

Parte I: ¿Es María La Madre De Dios, O De Jesús?[1] Frente A La Lógica[2]:

Parte I:
¿Es María La Madre De Dios, O De Jesús?[1] Frente A La Lógica[2]:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
(Lucas  1:43. RV1960)

¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?
(Lucas 1:43. BL1995)
Introducción:

Frente, a esta pregunta ¿Es María Madre De Dios, o De Jesús? Frente a La Lógica, del Magisterio Romano, entramos a responder, pero con la Biblia ya que ella solo nos puede dar luz, frente a la razón humana, es menester estar lúcido para dar una respuesta dentro del contexto Bíblico.
Como diría el apóstol Pablo: “para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. (1 Corintios 2:5).
V.5: Sabiduría de los hombres. Pablo no quería que la fe de ellos se asentase en argumentos inteligentes, sino en el Poder de Dios.
En este artículo veremos si hay sustento Bíblico, para determinar si la Virgen María tiene parte en la Deidad de Dios como co-redentora con Cristo, que aún a desplazado a su Hijo Jesús, llevando o intercediendo por la humanidad hacia Dios, y dejando de lado la Obra de Redención hecha por Jesucristo por la humanidad, es obvio que ella no sabe nada de esto, ya que la lógica humana la ha puesto en el sitial que se encuentra hoy… Como se ve en el dibujo de la portada, veamos… 

I.    La Bienvenida Que Elisabeth, Por El Espíritu De Profecía, Dios A María, La Madre De Nuestro Señor:

1.1.  La Felicitó Por El Honor Que Le Había Sido Otorgado, Diciéndole “con gran voz: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”.
Si la primera parte de esta felicitación ya estuvo en boca del ángel, como algunos Manuscritos atestiguan, Elisabeth añade esa segunda parte que el ángel no pudo pronunciar, porque el fruto del vientre de María no había sido todavía concebido en el momento en que Gabriel la saludo (v.28).
Notemos: que Elizabeth era esposa de un sacerdote y entrada en años, pero no tiene celos de que su prima, mucho más joven que ella, tenga el gran honor de concebir en su virginidad y ser la madre del Mesías.
Más aún, ella se regocija en que su prima tenga tal honor, aun cuando el suyo propio sea menor. Esto no enseña, no sólo a reconocer que Dios nos concede favores que no merecemos, sino también a regocijarnos de que otros sean agradecidos por Dios con mayores favores que nosotros.

1.2.   La Madre De Mi Señor:
Reconoce la condescendencia de María en hacerle esta vista: ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?”. (Lucas  1:43. RV1960). καὶ1   kai G2532 C  •  πόθεν2   pothen G4159 B  ¿Por  ←  qué  •  se  •  me  •  concede  τοῦτο4   touto G5124 RD-NSN  esto  →  a  μοι3   moi G3427 RP1DS  mí,  ἵνα5   hina G2443 C  que  ἡ hê G3588 DNSF  la  μήτηρ8   mêtêr G3384 NNSF  madre  ► 10  de  μου11   mou G3450 RP1GS  mi  ‹  τοῦ9 Κυρίου10 ›   tou Kyriou G3588 G2962 DGSM NGSM  Señor  ἔλθῃ6   elthê G2064 VAAS3S  venga  πρός12   pros G4314 P  a  με13   me G3165 RP1AS  mí? (Interlineal RV1960, Lucas 1:43).
Dice Lenski: En el relato KURIOS siempre se ha referido constantemente a JEHOVÁ, pero aquí repentinamente se refiere a Hijo de María. Elizabeth usa mi Señor[2] en el mismo sentido que David en el Salmo 110:1, el hebreo ADONAY, mi Señor Soberano, mi Poderoso Gobernante.

Note: “La madre de mi Señor, pero no Mi Señora” kuria = κυριά, como se ha pretendido llamar a la virgen María...

Elisabeth se anticipa a todo el mundo Cristiano, el cual más tarde, y también por inspiración del Espíritu Santo, llamó a Jesús Señor en el mismo sentido 1 Corintios 13:3. Si comparamos Lucas 1:43 con Romanos 8:32 y Gálatas 4:4, no tendremos inconveniente en ver a María como la madre del Hijo de Dios SEGÚN LA CARNE = Jesús.
E aquí el cumplimiento de la profecía de Isaías 7:14*: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
NOTA: *Is.7:14-16: La señal que Dios dio a Acaz fue que una virgen (cuando la profecía fue dada, probablemente se refiere a la mujer, virgen en ese tiempo, que Isaías tomó posteriormente como su segunda esposa, Is.8:1-4) y cuyo hijo no tendría más de 12 ó 14 años de edad antes de la captura de Asiria a Israel.
La virgen de la profecía de Isaías es un tipo de la virgen María, quien, por el Espíritu Santo milagrosamente concibió a Jesucristo (véase Mateo 1:23). La palabra hebrea que aquí se traduce como virgen aparece en el Antiguo Testamento en pasajes tales como Génesis 24:43; Éxodo 2:8; Salmo 68:25; Proverbios 30:19; Cantares 1:3; 6:8 y en esos casos se refiere sólo a una doncella casta que no está casada… 
Por eso esta visita es tenida por Elisabeth como un favor extraordinario del que se cree indigna. Por aquí vemos que quienes son llenos del Espíritu Santo, son inclinados a pensar bajamente de sí mismos, y altamente de los favores que Dios les otorga.

1.3.   Juan Glorifica Desde El Vientre A Su Señor: 
Proclama la concurrencia del salto de la criatura en su vientre con el saludo que María le ha dirigido: “Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura [Juan el Bautista] saltó de alegría en mi vientre.  (Lucas 1:44).
Había saltado como de gozo por la presencia del Mesías, a quien él mismo había de preparar el camino. Esta experiencia serviría para robustecer más y más la fe de la virgen, al ver que tales seguridades eran otorgadas también a su pariente.

1.4.    La Fe De María En Dios:
Encomia la fe de María: Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.  (Lucas 1:45). Sin duda, en la mente de Elisabeth, la fe de María contrastaba con la de Zacarías, su propio marido. Las almas que creen son almas benditas y bienaventuradas, pues creer en la Palabra de Dios es estar seguro de que esa palabra no puede fracasar.  La fidelidad de Dios es la bienaventuranza de la fe de los santos. Quienes han experimentado en sí mismo el cumplimiento de las promesas de Dios deben animar a otros a esperar que Dios sea fiel a su Palabra también con relación a ellos. 

II.     Cuando Empezó La Existencia De  Cristo = Jesús:
ENCARNACIÓN (del latín in carne). Acto de humillación por el cual Jesucristo siendo Dios se hizo hombre de  CARNE y hueso (Jn 1:14).

NOTA: Juan 1:14: Aquel Verbo fue hecho carne. Jesucristo es único, porque era Dios desde toda la Eternidad, y con todo, se unió a la humanidad, de suya pecadora, en la encarnación. El Dios-Hombre poseía todos los Atributos de la Deidad (Filipenses 2:6) y los Atributos comunes a la humanidad (aparte del pecado), y existirá para siempre como Dios-Hombre en Su cuerpo Resucitado (Hechos 1:11; Apocalipsis 5:6). Sólo el Dios-Hombre pudo ser Un Salvador adecuado; porque debía ser hombre a fin de poder sufrir y morir, y debía ser Dios a fin de hacer que Su muerte fuese eficaz como pago por el pecado. El uso de la palabra CARNE contradice a la enseñanza gnóstica de que la Deidad pura no podía unirse con la CARNE, la cual era considerada por los gnósticos como enteramente mala. Gloria = [shekinah], en el Antiguo Testamento, la gloria expresaba el resplandor de la manifestación Divina y atestiguaba la presencia Divina. Aquí  significa la manifestación visible de Dios en Cristo.   

La mitología pagana está repleta de apariciones explicadas como la encarnación de una u otra deidad. Sin embargo, el cristianismo es único en cuanto a su anuncio de cómo Dios se revistió de carne humana (mediante la concepción virginal, el nacimiento y el desarrollo del niño Jesús). Cristo se identifica plenamente con el género humano (Romanos 8:3; Hebreos 4:15) y conserva su perfecta divinidad durante su permanencia en el mundo (Colosenses 2:9; cf. 1:19).
La palabra encarnación no aparece en la Biblia, pero el equivalente griego en sarki (en carne) se encuentra en algunos pasajes importantes relativos a la persona y obra de Jesucristo (1 Timoteo 3:16; 1 Juan 4:2; 2 Juan 7; cf. Romanos 8:3; Efesios 2:15; Colosenses 1:22; 1 Pedro 3:18; 4:1). En el pensamiento hebreo "carne" tiene un significado básicamente fisiológico, pero se identifica igualmente con la psyjeŒ (alma) humana (Salmo 63:1) y denota el carácter derivado y dependiente de la vida humana. Tal es "la condición de hombre" (Filipenses 2:8) que asumió Jesús en su encarnación. Por lo general, la Biblia se refiere a los días de su encarnación en tiempo pasado, pero el Señor resucitado y ascendido sigue siendo eternamente el Dios-Hombre (Hebreos 7:24; cf. 2:14, 17).
Los escritores apostólicos recalcan la realidad de la encarnación. Especialmente el evangelista Juan combate los inicios de una cristología docética (Jesucristo solo aparentaba ser humano) destacando las experiencias humanas del Redentor encarnado: cansancio (Juan 4:6), sed (4:7; 19:28) y lágrimas (11:33ss). Compárese también las referencias de Juan a la sangre y por ende a la muerte física de Cristo (1 Juan 5:6; cf. 4:1-3).
Es evidente que Jesucristo nunca dejó de ser Dios. Desde su bautismo, cuando el padre declaró: "Tú eres mi Hijo amado" (Marcos 1:11), en ningún momento el Señor perdió conciencia de su dignidad como el Enviado del Padre. Lo afirmaba a amigos (Juan 14:6-11) y a enemigos (Marcos 14:62). Sin embargo, la maravilla de la encarnación es que Dios, el Hijo, también fue plenamente hombre. Su encarnación fue total. Se despojó de su gloria y de la forma de Dios (Filipenses 2:6-8. [V.7[4]]). El Omnipresente se limitó al cuerpo del carpintero de Nazaret. El Omnisciente tuvo que aprender la Ley en la escuela de la sinagoga e ignoraba lo que el Padre no le había revelado (Marcos 13:32). El Omnipotente sufrió fatiga, hambre y sed, y finalmente flagelación y crucifixión. El Santo de Israel "fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Heb 4.15).
La kenosis (despojamiento o humillación) de Cristo Jesús fue posible porque estuvo acompañada de una plerosis (plenitud, llenamiento) del ESPÍRITU SANTO. Todo lo que a Él le faltó durante su encarnación lo suplió la presencia constante y fortalecedora de la tercera persona de la Deidad. Lucas relata que después de su  BAUTISMO y TENTACIÓN "Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra alrededor" (4:14).
En la sinagoga de Nazaret Jesús aplicó las palabras de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas... sanar... pregonar libertad" (Lucas 4:17-21). Por el poder del Espíritu Santo, Cristo realizó los milagros y las buenas obras (Hch 10:38; cf. 2:22) de su ministerio.

Cuatro Puntos Resumen La Importancia De La Encarnación De Jesucristo:
1. La encarnación es el medio supremo de revelación divina. Cristo es el  VERBO, la Palabra viva del Padre (Juan 1:1-14). Quien le ha visto a Él ha visto al Padre (Juan 14:9). La manifestación de Dios por medio de la flaqueza humana encierra el mismo procedimiento que entrevemos en la INSPIRACIÓN de los autores de las Sagradas Escrituras, y en la evangelización del mundo por medio de la  IGLESIA, el  CUERPO DE CRISTO.
2. La encarnación es esencial al cumplimiento del PACTO de Dios con los hombres. Jesucristo encarnado asumió el papel del "segundo ADÁN" representante del género humano (Romanos 5:15-19; 1 Corintios 15:21-22, 47ss). Solo en calidad de Dios-Hombre pudo mediar entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5), y únicamente mediante su encarnación podía morir por los pecados del mundo.
3. Por su encarnación el Salvador experimentó y comprendió nuestra humanidad, y así estuvo apto para ser nuestro Abogado y Sumo Sacerdote a la diestra de Dios (Hebreos 4:14-16).
4. Solamente por la encarnación el Señor experimentó la muerte física como el castigo que merecían nuestros pecados, y también resucitó de entre los muertos por el poder del Espíritu Santo (Romanos 8:11). El apóstol Pablo presenta la  RESURRECCIÓN corporal de Cristo como la primicia de nuestra resurrección, dándonos una esperanza segura (1 Corintios 15:12ss, especialmente v. 20). El cristiano en el que mora el Espíritu Santo, participa del poder moral y de la autoridad que caracterizaban a Cristo en su encarnación (Juan 14:12).

NOTA: Si usted revisa en Juan 1:1: LA PREEXISTENCIA DE CRISTO:
En el principio: Antes de que comenzase el tiempo, Cristo ya existía con Dios. Esto es lo que se entiende con el término “el Cristo preexistente”. Compare Génesis 1:1; 1 Juan 1:1. Verbo (gr., logos). Logos significa palabra, pensamiento, concepto y las expresiones consiguientes. En el Antiguo Testamento comportaba actividad y revelación, y la palabra o sabiduría de Dios es frecuentemente personificada (Salmo 33:6; Proverbios 8). En los Targums (paráfrasis arameo del AT.) servía para designar a Dios. Para la mentalidad griega, expresaba las ideas de razón y control creativo. La revelación es la idea clave en el concepto de logos. Aquí es aplicada a Jesús, quien es todo lo que Dios es y la expresión de Dios mismo (1:1, 14). En este versículo, el Verbo (Cristo) aparece estando con Dios (i, es, idéntico en esencia con Dios el Padre).

III.   Primero Veamos Lo Que Afirma El Magisterio De La Iglesia Católica Romana Al Respecto:
Concilio Ecuménico de Efeso: En el año 431, en el. Proclamaron solemnemente que “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios“.  Canonizó el título “Theotokos”.

Concilio Vaticano II: El concilio recogió en un capítulo de la Constitución Dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, el octavo, la doctrina acerca de María, reafirmando su maternidad divina. El capítulo se titula: “La bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia.

Juan Pablo II (1984) declara el mundo entero al I.C. de María, a través de toda la oración de consagración repite: “Recurrimos a tu protección, Santa Madre de Dios“.

Catecismo: “..Se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor…” (#963)

Muy bien está bastante claro, el Vaticano afirma que María es madre de Dios, porque Cristo es Dios.

¿Qué Dice La Biblia Respecto a Esto?

La Biblia dice que efectivamente que María fue la madre de Jesús:

 “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Juan 2:1.

Además el Padre y Jesús uno son, eso lo compartimos, porque está en la Biblia y la Biblia lo explica claramente:

 “Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30.

De hecho en el Génesis 1:1 la palabra usada en el original hebreo para referirse a Dios en ese versículo es: Elohim, y esta palabra en el hebreo original denota pluralidad:

 “En el principio creó Elohim los cielos y la tierra”. Génesis 1:1.

En otros pasajes del Génesis se usan palabras en plural durante la creación, por ejemplo:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Génesis 1:26.

Uno de los versículos donde queda claro en la Biblia que el Espíritu Santo también es uno con el Padre y el Hijo es:

 “Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. 2 Corintios 13:14.

Este versículo es muy completo porque habla de la gracia que Jesús nos dejó para salvarnos al morir en la cruz, habla del amor de Dios para con nosotros y habla de la comunión que debemos tener nosotros con el Espíritu.

¿Dónde está la Madre Diosa? No se encuentra en ninguna parte de las escrituras Bíblicas como parte de la Deidad de Dios; pero si como un ser creado para el servicio de Dios, su sierva.

Todo esto lo compartimos con los amigo(a)s católico(a)s, también sabemos que los 3 actúan de forma separada por ejemplo, veamos esta interacción entre los 3:

“Sucedió cuando todos acudían a Juan para que los bautizara, que Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, v.22  y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo»”. Lucas 3:20-23.

Jesús es bautizado, el Espíritu Santo baja sobre él y el Padre expresa sus palabras de complacencia para con su hijo amado.

Otra interacción de este tipo la podemos ver en este versículo:

“Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. Juan 14:26.

 El Padre envió el Espíritu Santo para recordar todo lo que Jesús nos dijo.

Muy bien teniendo claro que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo uno son, volvamos al tema original: ¿Fue entonces María madre de Dios como indican el Vaticano, y el Magisterio?    


En la Biblia en ningún lugar se indica que María es madre de Dios, ni se explica que al ser madre terrenal de Jesús también es madre de Dios porque Jesús era Dios como lo dice el Vaticano, la Biblia explica detalladamente que hay un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo [pero no una Madre diosa, que sea parte de la Deidad de Dios Trino o la Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo] y explica detalladamente la interacción entre ellos, pero nunca dice que la madre de ellos es María.

Véase Parte II.


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