Parte I:
¿Es María La
Madre De Dios, O De Jesús?[1] Frente
A La Lógica[2]:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
¿Por
qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
(Lucas
1:43. RV1960)
¿Cómo
he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?
(Lucas
1:43. BL1995)
Introducción:
Frente, a esta
pregunta ¿Es María Madre De Dios, o De Jesús? Frente a La Lógica, del
Magisterio Romano, entramos a responder, pero con la Biblia ya que ella solo
nos puede dar luz, frente a la razón humana, es menester estar lúcido para dar
una respuesta dentro del contexto Bíblico.
Como diría el apóstol Pablo: “para que
vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios”. (1 Corintios 2:5).
V.5:
Sabiduría de los hombres. Pablo no quería que la fe de ellos se asentase en argumentos
inteligentes, sino en el Poder de Dios.
En este artículo veremos si hay sustento
Bíblico, para determinar si la Virgen María tiene parte en la Deidad de Dios
como co-redentora con Cristo, que aún a desplazado a su Hijo Jesús, llevando o
intercediendo por la humanidad hacia Dios, y dejando de lado la Obra de
Redención hecha por Jesucristo por la humanidad, es obvio que ella no sabe nada
de esto, ya que la lógica humana la ha puesto en el sitial que se encuentra
hoy… Como se ve en el dibujo de la portada, veamos…
I. La Bienvenida Que Elisabeth, Por El Espíritu
De Profecía, Dios A María, La Madre De Nuestro Señor:
1.1. La Felicitó Por El Honor Que Le Había Sido
Otorgado, Diciéndole “con gran voz: ¡Bendita tú entre
las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”.
Si la primera parte de esta felicitación
ya estuvo en boca del ángel, como algunos Manuscritos atestiguan, Elisabeth
añade esa segunda parte que el ángel no pudo pronunciar, porque el fruto del
vientre de María no había sido todavía concebido en el momento en que Gabriel
la saludo (v.28).
Notemos: que Elizabeth era esposa de un sacerdote y entrada en años, pero no tiene celos de que su
prima, mucho más joven que ella, tenga el gran honor de concebir en su
virginidad y ser la madre del Mesías.
Más aún, ella se regocija en que su
prima tenga tal honor, aun cuando el suyo propio sea menor. Esto no enseña, no
sólo a reconocer que Dios nos concede favores que no merecemos, sino también a
regocijarnos de que otros sean agradecidos por Dios con mayores favores que
nosotros.
1.2. La Madre De Mi Señor:
Reconoce la condescendencia de María en
hacerle esta vista: “¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor
venga a mí?”. (Lucas 1:43.
RV1960). καὶ1 kai G2532
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NGSM Señor ἔλθῃ6 elthê G2064 VAAS3S venga
πρός12 pros
G4314 P a με13 me G3165 RP1AS mí? (Interlineal RV1960, Lucas 1:43).
Dice Lenski: En el relato KURIOS
siempre se ha referido constantemente a JEHOVÁ, pero aquí repentinamente se refiere a Hijo
de María. Elizabeth usa “mi Señor[2]” en el mismo sentido que
David en el Salmo 110:1, el hebreo ADONAY, “mi Señor Soberano”, mi Poderoso Gobernante.
Note: “La
madre de mi Señor”, pero no “Mi Señora” kuria = κυριά, como se
ha pretendido llamar a la virgen María...
Elisabeth se anticipa a todo el mundo
Cristiano, el cual más tarde, y también por inspiración del Espíritu Santo,
llamó a Jesús “Señor”
en el mismo sentido 1 Corintios 13:3. Si comparamos Lucas 1:43 con Romanos 8:32
y Gálatas 4:4, no tendremos inconveniente en ver a María como la madre del Hijo
de Dios SEGÚN LA
CARNE = Jesús.
E aquí el cumplimiento de la profecía de
Isaías 7:14*: “Por
tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a
luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
NOTA: *Is.7:14-16: La señal que Dios dio a Acaz fue que una virgen (cuando
la profecía fue dada, probablemente se refiere a la mujer, virgen en ese
tiempo, que Isaías tomó posteriormente como su segunda esposa, Is.8:1-4) y cuyo hijo no tendría más de 12 ó 14 años de edad antes de la
captura de Asiria a Israel.
La virgen de la profecía
de Isaías es un tipo de la virgen María, quien, por el Espíritu Santo
milagrosamente concibió a Jesucristo (véase Mateo 1:23). La palabra hebrea que aquí se
traduce como virgen aparece en el Antiguo Testamento en pasajes tales como Génesis 24:43;
Éxodo 2:8; Salmo 68:25; Proverbios 30:19; Cantares 1:3; 6:8 y en esos casos se refiere sólo a una
doncella casta que no está casada…
Por eso esta visita es tenida por
Elisabeth como un favor extraordinario del que se cree indigna. Por aquí vemos
que quienes son llenos del Espíritu Santo, son inclinados a pensar bajamente
de sí mismos, y altamente de
los favores que Dios les otorga.
1.3. Juan Glorifica Desde El Vientre A Su
Señor:
Proclama la concurrencia del salto de
la criatura en su vientre con el saludo que María le ha dirigido: “Porque tan
pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura [Juan el Bautista] saltó de alegría en mi vientre”. (Lucas 1:44).
Había saltado como de gozo por la
presencia del Mesías, a quien él mismo había de preparar el camino. Esta
experiencia serviría para robustecer más y más la fe de la virgen, al ver que
tales seguridades eran otorgadas también a su pariente.
1.4. La Fe De María En Dios:
Encomia la fe de María: “Y bienaventurada
la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor”.
(Lucas 1:45). Sin duda, en la mente de
Elisabeth, la fe de María contrastaba con la de Zacarías, su propio marido. Las
almas que creen son almas benditas y bienaventuradas, pues creer en la Palabra
de Dios es estar seguro de que esa palabra no puede fracasar. La fidelidad de Dios es la bienaventuranza de
la fe de los santos. Quienes han experimentado en sí mismo el cumplimiento de
las promesas de Dios deben animar a otros a esperar que Dios sea fiel a su
Palabra también con relación a ellos.
ENCARNACIÓN (del latín in carne). Acto de humillación por el
cual Jesucristo siendo Dios se hizo hombre de CARNE y hueso (Jn 1:14).
NOTA: Juan 1:14: Aquel Verbo fue
hecho carne. Jesucristo es único, porque era Dios desde toda la
Eternidad, y con todo, se unió a la humanidad, de suya pecadora, en la
encarnación. El Dios-Hombre
poseía todos los Atributos de la Deidad (Filipenses 2:6) y los Atributos
comunes a la humanidad (aparte del pecado), y existirá para siempre como Dios-Hombre
en Su cuerpo Resucitado (Hechos 1:11; Apocalipsis 5:6). Sólo el Dios-Hombre
pudo ser Un Salvador adecuado; porque debía ser hombre a fin de poder sufrir y
morir, y debía ser Dios a fin de hacer que Su muerte fuese eficaz como pago por
el pecado. El uso de la palabra CARNE contradice a la enseñanza gnóstica de
que la Deidad pura no podía unirse con la CARNE, la cual era considerada por los
gnósticos como enteramente mala. Gloria
= [shekinah], en el Antiguo Testamento, la gloria expresaba el resplandor
de la manifestación Divina y atestiguaba la presencia Divina. Aquí significa la manifestación visible de Dios en
Cristo.
La mitología pagana está repleta de
apariciones explicadas como la encarnación de una u otra deidad. Sin embargo,
el cristianismo es único en cuanto a su anuncio de cómo Dios se revistió de
carne humana (mediante la concepción virginal, el nacimiento y el desarrollo
del niño Jesús). Cristo se identifica plenamente con el género humano (Romanos
8:3; Hebreos 4:15) y conserva su perfecta divinidad durante su permanencia en
el mundo (Colosenses 2:9; cf. 1:19).
La palabra encarnación no aparece en la
Biblia, pero el equivalente griego en sarki
(en carne)
se encuentra en algunos pasajes importantes relativos a la persona y obra
de Jesucristo (1 Timoteo 3:16; 1 Juan 4:2; 2 Juan 7; cf. Romanos 8:3; Efesios
2:15; Colosenses 1:22; 1 Pedro 3:18; 4:1). En el pensamiento hebreo "carne"
tiene un significado básicamente fisiológico, pero se identifica igualmente con
la psyjeŒ (alma) humana (Salmo 63:1) y denota el carácter derivado y
dependiente de la vida humana. Tal es "la condición de hombre" (Filipenses 2:8)
que asumió Jesús en su encarnación. Por lo general, la Biblia se refiere a los
días de su encarnación en tiempo pasado, pero el Señor resucitado y ascendido
sigue siendo eternamente el Dios-Hombre (Hebreos 7:24; cf. 2:14, 17).
Los
escritores apostólicos recalcan la realidad de la encarnación. Especialmente
el evangelista Juan combate los inicios de una cristología docética (Jesucristo
solo aparentaba ser humano) destacando las experiencias humanas del Redentor
encarnado: cansancio (Juan 4:6), sed
(4:7; 19:28) y lágrimas (11:33ss). Compárese también las referencias de Juan a
la sangre y por ende a la muerte física de Cristo (1 Juan 5:6; cf. 4:1-3).
Es
evidente que Jesucristo nunca dejó de ser Dios. Desde su
bautismo, cuando el padre declaró:
"Tú eres mi Hijo amado" (Marcos 1:11),
en ningún momento el Señor perdió conciencia de su dignidad como el Enviado del
Padre. Lo afirmaba a amigos (Juan 14:6-11) y a enemigos (Marcos 14:62). Sin
embargo, la maravilla de la encarnación es que Dios, el Hijo, también fue
plenamente hombre. Su encarnación fue total. Se despojó de su gloria y de la
forma de Dios (Filipenses 2:6-8. [V.7[4]]). El Omnipresente se limitó al cuerpo del
carpintero de Nazaret. El Omnisciente tuvo que aprender la Ley en la escuela
de la sinagoga e ignoraba lo que el Padre no le había revelado (Marcos 13:32).
El Omnipotente sufrió fatiga, hambre y sed, y finalmente flagelación y
crucifixión. El Santo de Israel "fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado"
(Heb 4.15).
La kenosis (despojamiento o humillación)
de Cristo Jesús fue posible porque estuvo acompañada de una plerosis
(plenitud, llenamiento) del ESPÍRITU
SANTO. Todo lo que a Él le faltó durante su encarnación lo suplió la
presencia constante y fortalecedora de la tercera persona de la Deidad. Lucas
relata que después de su BAUTISMO y TENTACIÓN "Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se
difundió su fama por toda la tierra alrededor" (4:14).
En la sinagoga de Nazaret Jesús aplicó
las palabras de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas... sanar... pregonar libertad" (Lucas
4:17-21). Por el poder del Espíritu Santo, Cristo realizó los milagros y las
buenas obras (Hch 10:38; cf. 2:22) de su ministerio.
Cuatro Puntos Resumen La Importancia De La
Encarnación De Jesucristo:
1. La encarnación
es el medio supremo de revelación divina. Cristo es el VERBO,
la Palabra viva del Padre (Juan 1:1-14). Quien le ha visto a Él ha visto al
Padre (Juan 14:9). La manifestación de Dios por medio de la flaqueza humana
encierra el mismo procedimiento que entrevemos en la INSPIRACIÓN de los autores de las Sagradas Escrituras, y en la
evangelización del mundo por medio de la
IGLESIA, el CUERPO DE CRISTO.
2. La encarnación
es esencial al cumplimiento del PACTO
de Dios con los hombres. Jesucristo encarnado asumió el papel del "segundo ADÁN"
representante del género humano (Romanos 5:15-19; 1 Corintios 15:21-22, 47ss).
Solo en calidad de Dios-Hombre pudo mediar entre Dios y los hombres
(1 Timoteo 2:5), y únicamente mediante su encarnación podía morir por los
pecados del mundo.
3. Por su
encarnación el Salvador experimentó y comprendió nuestra humanidad, y así
estuvo apto para ser nuestro Abogado y Sumo Sacerdote a la diestra de Dios (Hebreos
4:14-16).
4. Solamente por la
encarnación el Señor experimentó la muerte física como el castigo que merecían
nuestros pecados, y también resucitó de entre los muertos por el poder del
Espíritu Santo (Romanos 8:11). El apóstol Pablo presenta la RESURRECCIÓN
corporal de Cristo como la primicia de nuestra resurrección, dándonos una
esperanza segura (1 Corintios 15:12ss, especialmente v. 20). El cristiano en el
que mora el Espíritu Santo, participa del poder moral y de la autoridad que
caracterizaban a Cristo en su encarnación (Juan 14:12).
NOTA: Si usted
revisa en Juan 1:1: LA PREEXISTENCIA DE CRISTO:
En el principio: Antes de que comenzase el tiempo, Cristo ya existía con Dios. Esto es
lo que se entiende con el término “el Cristo preexistente”. Compare Génesis
1:1; 1 Juan 1:1. Verbo (gr., logos). Logos
significa palabra, pensamiento, concepto y las expresiones consiguientes. En el
Antiguo Testamento comportaba actividad y revelación, y la palabra o sabiduría
de Dios es frecuentemente personificada (Salmo 33:6; Proverbios 8). En los Targums (paráfrasis arameo del AT.) servía para
designar a Dios. Para la mentalidad griega, expresaba las ideas de razón y
control creativo. La revelación es la idea clave en el concepto de logos. Aquí
es aplicada a Jesús, quien es todo lo que Dios es y la expresión de Dios mismo
(1:1, 14). En este versículo, el Verbo (Cristo)
aparece estando con Dios (i, es, idéntico en esencia con Dios el Padre).
III. Primero Veamos Lo Que Afirma El Magisterio De
La Iglesia Católica Romana Al Respecto:
Concilio
Ecuménico de Efeso:
En el año 431, en el. Proclamaron solemnemente que “La Virgen María sí es Madre de Dios porque
su Hijo, Cristo, es Dios“. Canonizó
el título “Theotokos”.
Concilio
Vaticano II: El
concilio recogió en un capítulo de la Constitución Dogmática Lumen gentium
sobre la Iglesia, el octavo, la doctrina acerca de María, reafirmando su
maternidad divina. El capítulo se titula:
“La bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en
el misterio de Cristo y de la Iglesia”.
Juan Pablo II (1984) declara el mundo
entero al I.C. de María, a través de toda la oración de consagración repite: “Recurrimos a
tu protección, Santa Madre de Dios“.
Catecismo: “..Se la
reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor…”
(#963)
Muy bien está bastante claro, el
Vaticano afirma que María es madre de Dios, porque Cristo es Dios.
¿Qué Dice La Biblia Respecto a Esto?
La Biblia dice que efectivamente que María fue la madre
de Jesús:
“Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná
de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús”. Juan 2:1.
Además el Padre y Jesús uno son, eso lo
compartimos, porque está en la Biblia y la Biblia lo explica claramente:
“Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30.
De hecho en el Génesis 1:1 la palabra
usada en el original hebreo para referirse a Dios en ese versículo es: Elohim,
y esta palabra en el hebreo original denota pluralidad:
“En el principio creó Elohim
los cielos y la tierra”. Génesis 1:1.
En otros pasajes del Génesis se usan
palabras en plural durante la creación, por ejemplo:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos,
en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra”.
Génesis 1:26.
Uno de los versículos donde queda claro
en la Biblia que el Espíritu Santo también es uno con el Padre y el Hijo es:
“Que la gracia del Señor
Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo
sean con todos vosotros”. 2 Corintios 13:14.
Este versículo es muy completo porque
habla de la gracia que Jesús nos dejó para salvarnos al morir en la cruz,
habla del amor de Dios para con nosotros y habla de la comunión que
debemos tener nosotros con el Espíritu.
¿Dónde
está la Madre Diosa? No se encuentra en ninguna parte de las escrituras
Bíblicas como parte de la Deidad de Dios; pero si como un ser creado para el
servicio de Dios, su sierva.
Todo esto lo compartimos con los
amigo(a)s católico(a)s, también sabemos que los 3 actúan de forma separada por
ejemplo, veamos esta interacción entre los 3:
“Sucedió cuando todos acudían a Juan para que los bautizara, que
Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, v.22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de
paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado;
estoy muy complacido contigo»”. Lucas 3:20-23.
Jesús es bautizado, el Espíritu Santo
baja sobre él y el Padre expresa sus palabras de complacencia para con su hijo
amado.
Otra
interacción de este tipo la podemos ver en este versículo:
“Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en
mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho”.
Juan 14:26.
El Padre envió el Espíritu Santo para recordar
todo lo que Jesús nos dijo.
Muy bien teniendo claro que el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo uno son, volvamos al tema original: ¿Fue entonces María madre de Dios como
indican el Vaticano, y el Magisterio?
En la Biblia en ningún lugar se indica
que María es madre de Dios, ni se explica que al ser madre terrenal de Jesús también es
madre de Dios porque Jesús era Dios como lo dice el Vaticano, la Biblia explica
detalladamente que hay un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo [pero no una Madre diosa, que sea parte de la Deidad de Dios Trino o la
Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo] y explica detalladamente la
interacción entre ellos, pero nunca dice que la madre de ellos es María.
Véase Parte II.
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