lunes, 11 de marzo de 2019

INSTRUCCIONES RELACIONADAS CON MOISÉS: DEUTERONOMIO 31–34:


INSTRUCCIONES RELACIONADAS CON MOISÉS:
DEUTERONOMIO 31–34:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
La generación anterior ya había muerto, excepto Caleb, Josué y Moisés; y ahora Moisés iba a salir de la escena. Estos son «capítulos de transición» a medida que Moisés da sus palabras finales al pueblo que amó y dirigió cuarenta años.
Es asombroso que Moisés permaneciera tan leal a su pueblo, porque le criticaron, se rebelaron en su contra y mintieron acerca de él. Moisés sabía que no entraría en Canaán, sin embargo, ¡hizo todo lo posible por lograr que Israel entrara! Por supuesto, Moisés fue fiel al Señor (Heb. 3:1–6) y por eso fue tan fiel a Israel.

I.       El Nuevo Líder (Deuteronomio 31):
Ø Primero, Moisés anunció al nuevo líder del pueblo (vv. 1–6), explicando que ya él no los guiaría más debido al juicio de Dios. En el versículo 6 Moisés le dio al pueblo esa maravillosa promesa de la victoriosa presencia de Dios. Esto se le repitió a Josué en el versículo 8 y en Josué 1:9 (por Dios mismo). También se nos da a nosotros hoy (Heb. 13:5).
Ø Entonces, Moisés llamó a Josué y lo comisionó (vv. 7–13), imponiéndose las manos y concediéndole en ello el poder espiritual que necesitaría para su gran tarea (34:9). «Dios cambia a sus obreros, pero continúa su obra». Moisés puso una copia de Deuteronomio en manos de los sacerdotes para que la colocaran en el arca y para que se leyera en la Fiesta de los Tabernáculos. Sabía que sólo la Palabra de Dios podía hacer del pueblo la clase de nación que Dios quería que fuera.
Ø Por último, Dios llamó a Moisés y a Josué al tabernáculo (vv. 14–30), donde les dijo que la nación se revelaría y se alejaría de la ley.

Los comisionó a escribir un «canto» (véase 32:44) para que se enseñara al pueblo. El canto sería un testigo en contra de ellos (v. 19), así como lo sería la ley en el arca (v. 26). Una vez más se estimula a (v. Josué 23) y entonces Moisés congregó a los ancianos para enseñarles el canto, el cual aparece en el capítulo 32.
A Moisés no se le permitió guiar al pueblo a que entrara en Canaán por dos razones:
(1)     Pecó contra Dios en Meribá (Núm. 20:7–13; Dt. 3:23–29); y
(2)   Canaán es un tipo del «reposo» que tenemos en Cristo y Moisés el legislador nunca podía dar reposo.
Sólo Josué, el tipo de Cristo el conquistador, podía hacerlo (Heb. 4; y Nótese: que Heb. 4:8 llama a Josué «Jesús» que es como se deletrea en griego).

II.      El Nuevo Canto (Deuteronomio 32):
Israel entonó el «canto de Moisés» en el Mar Rojo (Éx. 15), al celebrar su victoria y el poder de Dios; pero este nuevo canto lamenta la apostasía de Israel y el castigo de Dios sobre su pueblo. En 31:19–30 Dios dice muy claro que el canto sería un testigo para recordarles sus pecados. El nombre clave de Dios en el canto es «la Roca» (vv. 4, 15, 18, 30–31). Así Moisés les recordaba del agua de la roca (Éx. 17; Núm. 20) y la bondad de Dios para la nación. En el versículo 6 se describe a Dios como un Padre, como un Redentor que ha comprado al pueblo.

Sin embargo, en los versículos 5–6 se describe a la nación como corrupta, perversa y torcida. En los versículos 7–14 Moisés le recuerda al pueblo las bendiciones de Dios:
Ø Él los halló en el desierto;
Ø Los amó y los protegió;
Ø Los levantó a «las alturas» de victoria;
Ø Les dio las más ricas bendiciones de la tierra.   
Pero, ¿qué hacía Israel? La nación se rebelaba. En los versículos 15–18 tenemos una descripción de la apostasía e idolatría de Israel, el alejamiento de su Roca y el olvido de su amor.

¿Cómo responde Dios a sus pecados? En los versículos 19–25 tenemos los juicios de Dios:
Ø Oculta su rostro;
Ø Provoca a Israel a volverse a los gentiles (v. 21; véase Rom. 10:19); y
Ø Acumula en ellos su ira al esparcirlos por todo el mundo.
Dios hubiera exterminado a Israel de no ser por sus enemigos (v. 27), quienes se hubieran aprovechado del juicio de Dios y derramado su odio sobre los judíos. En las edades pasadas Dios ha usado a las naciones gentiles para castigar a Israel, pero cuando esas naciones iban más allá de los mandamientos de Dios y derramaban su propia ira sobre Israel, Dios intervenía y juzgaba a esas naciones (vv. 35–43).
Llegaría el día cuando vengaría y restauraría a Israel al lugar donde las naciones se van a regocijar con ella (v. 43).
Desafortunadamente Israel no tuvo en cuenta a su Roca, ni recordó este canto ni puso atención. Un día, sin embargo, estas palabras hablarán a Israel, ¡y se volverá a su Roca y descubrirá que es Jesucristo al que crucificaron!

III.    La Nueva Bendición (Deuteronomio 33):
No podemos estudiar estos versículos en detalle, excepto notar que Moisés no menciona ninguno de los pecados de las tribus, como Jacob lo hizo en su bendición (Gn. 49). El corazón de Moisés estaba lleno de amor por su pueblo y en este capítulo da su bendición de partida al pedir la bendición de Dios sobre las tribus.

Nótese: que empieza con los hijos de Lea, pero deja fuera a Simeón. Esta tribu a la larga la absorbió Judá, de modo que Simeón disfrutó de la bendición de Judá.

Rubén participó en la rebelión en Números 16, pero Moisés ora que la tribu pueda vivir y crecer. Judá era la tribu real. Cuando Moisés le pide a Dios «llévalo a su pueblo» (v. 7), quizás se refiere al Mesías, el Legislador prometido en Génesis 49:10. Leví era la tribu de Moisés y ora que Dios bendiga su ministerio espiritual a la nación.

Nótese: la bendición especial para José (vv. 13–17), cumplida en la riqueza de Efraín y Manasés.

Es interesante notar la posición espiritual del pueblo de Dios según se describe en este capítulo:
·      En las manos de Dios y a sus pies (v. 3);
·      Entre sus hombros (v. 12); y
·      Sostenida por sus brazos eternos (v. 27).
·   «Como tus días serán tus fuerzas» es una buena promesa para nosotros hoy (v. 25). « ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová […]?» (v. 29).
·      ¡Qué privilegio es ser hijo de Dios!

IV.    El Nuevo Hogar (Deuteronomio 34):
Moisés había orado que Dios se arrepintiera y le permitiera entrar en la tierra prometida, pero Dios se lo negó (Dt. 3:23–29). Dios sabía que Josué Jehová es salvación») guiaría al pueblo a su reposo terrenal, así como el Josué celestial, Jesucristo, guiaría a su pueblo al reposo espiritual.
Esto nunca lo haría la ley (Moisés). Sin embargo, Moisés sí visitó la tierra prometida en el Monte de la Transfiguración, con Elías; y habló con Cristo del «Éxodo» (partida) que Él cumpliría en Jerusalén (Lc. 9:27–31).
Dios le permitió a Moisés ver la tierra, que es todo lo que la ley puede hacer cuando se trata de la vida santa. La ley fija una norma divina, pero no puede ayudar a lograrla. Sin la muerte de Cristo y el don del Espíritu (Rom. 8:1–4), no podemos tener la justicia de la ley cumplida en nuestras vidas. Podemos ver la tierra, pero nunca entrar en ella. Los que siguen a Moisés (legalismo) nunca entrarán en la tierra de bendición.
Dios fue el único que estuvo presente cuando Moisés murió y Él le sepultó. No cabe duda que si la gente hubiera sabido la ubicación de su tumba, la hubiera hecho una capilla idólatra.
Judas 9 sugiere que Satanás quería el cuerpo de Moisés, tal vez arguyendo que Moisés era un homicida (Éx. 2:11–12) y que había pecado en Meribá cuando golpeó la roca.
El pueblo lloró treinta días a Moisés. A menudo un líder es más apreciado después de muerto que durante su vida. El libro concluye recordándonos el carácter único del ministerio de Moisés:
Ø fue un hombre a quien Dios hablaba cara a cara.

El pueblo estaba ahora listo para entrar y recibir la tierra, y esto será nuestro estudio en Josué.

Clase Para Domingo.

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

FIN DEL ESTUDIO: 17-03-2019. Tumbes-Perú.

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