LAS
GENEALOGÍAS DESDE ADÁN HASTA DAVID:
1 CRÓNICAS 1–9:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Para la mayoría de
la gente de hoy la lectura de genealogías resulta aburrida, pero para los
judíos eran esenciales, ellos conservaban registros precisos de sus vínculos
familiares por muchas razones. Uno tenía que saber su tribu y relaciones
familiares, porque se suponía que la propiedad debía permanecer dentro de la
tribu.
En
situaciones cuando un pariente redentor rescataba a un pobre, tenía que
demostrar que en verdad era un pariente cercano. (Véase el libro de Rut):
· El primogénito recibía el doble de la herencia de lo que
recibían los otros hijos.
· Por supuesto, los sacerdotes
y levitas tenían que demostrar que eran de la tribu de Leví o no se les
permitía servir.
Estos
cientos de nombres, algunos de ellos difíciles de pronunciar, representan
personas a las que Dios usó para mantener el «eslabón
viviente» con las promesas y los pactos del pasado. Dios escogió a
los judíos y les dio promesas que a la larga afectarían al mundo. Si hubiera habido
alguna ruptura en esta cadena de «eslabones vivos»,
el Salvador no podría haber nacido en este mundo.
La
mayoría de estas personas son desconocidas, en tanto que unas pocas son muy
famosas, pero Dios las usó a todas para realizar sus propósitos. Al leer su
Biblia usted recuerda a personas como Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué,
Samuel y David, pero si no hubiera sido por muchas personas menos conocidas,
estos hombres nunca hubieran aparecido en la escena. ¡Agradezcamos a Dios por las «personas olvidadas» que
ayudaron a la «gente famosa» a serlo!
Esparcidos entre estas genealogías están los nombres de personas a las que se les da identificación especial, y reflexionar respecto a ellas puede enseñarnos algunas importantes lecciones espirituales.
I. Nimrod, El Cazador Poderoso (1 Cron. 1:10):
La
referencia es a Génesis 10:8–10. La palabra «cazador» lleva la connotación de
cazar personas, no la cacería de animales. Fue un rebelde que desafió a Dios y
estableció el tristemente famoso reino de Babilonia.
Después que los hijos de Noé empezaron a llenar de nuevo la tierra, no llevó mucho tiempo para que sus descendientes se volvieran contra el Señor. La lección del diluvio no penetró muy profundo.
II.
Er, El Hijo Malo (1 Cron. 2:3):
Véase
Génesis 38. No sabemos la naturaleza del pecado de Er, pero fue algo tan serio
como para que Dios le quitara la vida. Su hermano Onán rehusó casarse con la
viuda y mantener así el nombre y la familia del hermano, de modo que también
murió.
Véase
Deuteronomio 25:5–10. Era importante para Dios que el pueblo judío continuara
multiplicándose, porque tenía para ellos tareas especiales que cumplir.
Es desafortunado que el nombre de Onán se haya introducido en el diccionario en inglés [y en español] («onanismo») como sinónimo de masturbación, porque no fue esta su ofensa. La historia completa de Judá y Tamar nos parece repulsiva, sin embargo a Tamar se la menciona en la genealogía de Jesucristo (Mt. 1:3).
III. Acán, El Que Hizo Tropezar a Israel (1 Cron.
2:7):
Léase
Josué 6–7. Su pecado consistió en violar una prohibición que Josué impuso sobre
el despojos de Jericó, en razón de que se dedicaron al Señor. Acán pensó que se
había salido con la suya al robar el botín, pero la derrota del ejército de
Israel en Hai llevó a su descubrimiento y ejecución.
¡Si Acán hubiera esperado unos pocos días, en Hai hubiera tenido todo el botín que quería! Un pecador puede traer problemas a una nación entera.
IV. Amnón, El Impuro (1 Cron. 3:1):
Violó
sexualmente a su media hermana Tamar, y al fin y al cabo Absalón lo mató (2 Sam.
13–14). Algunos
de los primogénitos mencionados en estos capítulos no son modelos de virtud:
· El Señor mató a Er (2:3);
· A Amnón lo mató su hermano (3:1); y
· Rubén perdió su primogenitura porque
violó a la concubina de su padre (5:1–2).
En Israel, el primogénito tenía privilegios especiales, pero estos tres hombres despreciaron sus privilegios por «los placeres temporales del pecado».
V. Jabes, el que no se amilanó (1 Cron. 4:9–10):
En
hebreo el nombre «Jabes» significa «lamentar». Sin duda no fue
culpa de Jabes que su madre tuviera un parto tan difícil, pero le puso un
nombre que les recordaría a él y a otros su dolor.
Véase Génesis 35:18–19. Por el texto parece que sus hermanos lo rechazaron y no fueron hombres «nobles» de carácter. Jabes se sobrepuso a su nombre y a sus problemas familiares acudiendo a Dios en oración y pidiendo su bendición.
VI. Rubén, El Incontrolable (1 Cron. 5:1–2):
¡Qué
extraño que los pecados de un hombre lo incluyan en una genealogía oficial! La
obra se registra en Génesis 35:22; y en Génesis 49:3–4 Jacob lo trajo a la luz
pública en su lecho de muerte y le juzgó por su falta de dominio propio.
Rubén perdió su primogenitura, la cual se le dio a Efraín y a Manasés (Gn. 48:15–22). ¡Un acto de pecado puede ser costoso para el pecador y para su familia!
VII. Bería, El Desafortunado (1 Cron. 7:20–23):
Cuando
Ezer y Elad, dos de los hijos de Efraín, trataron de apoderarse de unos
ganados, murieron y su padre se sumergió en la aflicción.
Halló
solaz al amar a su esposa y ella dio a luz a un hijo al cual Efraín le puso por
nombre Bería, que significa «mala suerte». Bería y Benjamín (Benoni) podrían haber formado la
sociedad de hombres con nombres miserables.
Estudios para el Domingo.
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su
Biblia.
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