Parte I
ANALISIS: EL PENTATEUCO:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Los primeros cinco libros del Antiguo
Testamento (Gn., Éx., Lv., Núm., Dt.) constituyen la primera sección, y la más
importante, de las tres partes que comprenden el *canon judaico. Conocida
generalmente por los judíos como ‘libro de la
ley’, o ‘la ley’ (véase KB L. Köhler y W. Baumgartner,
Hebräisches una aramäisches Lexicon zum Alten Testament³, 1967, página(s)
403, para sugerencias sobre la derivación de esta palabra, que parece
significar básicamente “enseñanza” o “instrucción”), el Pentateuco (griego pentateujos,
‘[libro] en cinco tomos’) se
conoce también como los “cinco quintos de la ley”.
Desde hace un
siglo aproximadamente, muchos altos críticos, siguiendo a Alejandro Geddes,
aproximadamente, alrededor de 1800), han tendido a ignorar la división
tradicional, inclinándose por un “hexateuco” que comprende el Pentateuco más
Josué (compárese J. Wellhausen, Die Composition des Hexateuchs, 1876–7). Por
otra parte, I. Engnell ha propuesto la palabra “tetrateuco”
para separar al libro de Deuteronomio de los primeros cuatro libros (Gamla
Testamentet, 1, 1945). Los presupuestos críticos que están en la base de estas
sugestiones se examinan abajo.
תּוֹרָה - Toráh = (La Ley)
La antigüedad
de la división en cinco libros la confirman el Pentateuco samaritano y la LXX
Septuaginta (vs. gr. del AT.), que le dieron a los libros sus nombres
tradicionales; los judíos los identifican con la primera palabra o frase. Las divisiones
entre los libros las motivaron tanto los temas como consideraciones de orden
práctico:
·
Los
rollos de papiro sólo podían contener alrededor de una quinta parte de la torah.
La tradición judía establece que debe leerse una sección de la ley por semana en la sinagoga. Llevaba tres años completar el Pentateuco en Palestina. El leccionario moderno, en el que el Pentateuco se lee completo en un año, proviene del que se usaba en Babilonia. Es muy posible que se leyese un salmo junto con la lectura tradicional de los escritos proféticos (haftra). Los cinco libros del salterio probablemente han sido acomodados al esquema del Pentateuco (compárese N. H. Snaith, Hymns of the Temple, 1951, pp. página(s) 18–20).
Las referencias al Pentateuco en el Antiguo
Testamento están restringidas mayormente a los escritos del Cronista, que se
vale de varias designaciones:
Ø La ley (Esd. 10:3; Neh.
8:2, 7, 14; 10:34, 36; 12:44; 13:3; 2 Cron. 14:4; 31:21; 33:8);
Ø El libro de la ley (Neh. 8:3);
Ø El libro de la ley de Moisés (Neh. 8:1);
Ø El libro de Moisés (Neh. 13:1; 2
Cron. 25:4; 35:12);
Ø La ley de Jehová (Esd. 7:10; 1
Cron. 16:40; 2 Cron. 31:3; 35:26);
Ø La ley de Dios (Neh. 10:28–29);
Ø El libro de la ley de Dios (Neh. 8:18);
Ø El libro de la ley de Jehová (2 Cron. 17:9;
34:14);
Ø El libro de la ley de Jehová su Dios (Neh.
9:3);
Ø El libro de Moisés, siervo de Dios (Dn. 9:11;
compárese Malq. 4:4). No se puede saber con seguridad si las referencias a la
ley en los escritos históricos se refieren al Pentateuco como tal o a partes de
la legislación Mosaica, por ejemplo, la ley (Jos. 8:34);
Ø El libro de la ley (Jos. 1:8; 8:34; 2
R. 22:8);
Ø El libro de la ley de Moisés (Jos. 8:31; 23:6;
2 R. 14:6);
Ø El libro de la ley de Dios (Jos.
24:26).
El Nuevo Testamento usa designaciones
similares:
· El libro de la ley (Gál. 3:10);
· El libro de Moisés (Mr. 12:26);
· La ley (Mt. 12:5; Lc. 16:16; Jn. 7:19);
· La ley de Moisés (Lc. 2:22; Jn. 7:23);
· La ley del Señor (Lc. 2:23–24).
Las descripciones del Pentateuco en ambos testamentos sirven para recalcar su paternidad divina y humana, su autoridad como la ley obligatoria, y su forma escriturada en el libro.
I. Contenido:
El Pentateuco narra las relaciones de
Dios con el mundo, y especialmente con la familia de Abraham, desde la creación
hasta la muerte de Moisés. Consta de seis divisiones principales:
· Primero, el origen del
mundo y las naciones (Gn. 1–11). Esta sección describe la *creación, la caída
del hombre, los comienzos de la civilización, el diluvio, la tabla de las
naciones, y la torre de Babel.
· Segundo, el período
patriarcal (Gn. 12–50) narra el llamado de Abraham, la iniciación del pacto
Abrahamico, la vida de Isaac, de Jacob, y de José, y el traslado del clan
objeto del pacto a Egipto.
· Tercero, Moisés y el éxodo
de Egipto (Éx. 1–18).
· Cuarto, la legislación en
Sinaí (Éx. 19:1-Núm. 10:10), que incluye la entrega de la ley, la construcción
del tabernáculo, el establecimiento del sistema levítico, y los preparativos
finales para el viaje de Sinaí a Canaán.
· Quinto, las
peregrinaciones en el desierto (Núm. 10:11–36:13). Esta sección describe la
partida de Sinaí, la aceptación del informe mayoritario de los espías, el
juicio consiguiente de Dios, el encuentro con Balaam, la decisión de Josué como
sucesor de Moisés, y la distribución de la tierra entre las doce tribus.
· Sexto, los últimos discursos de Moisés (Dt. 1–34) recapitulan los acontecimientos del éxodo, repiten y amplían los mandamientos sinaíticos, clarifican lo relacionado con la obediencia y la desobediencia, e incluyen las bendiciones para las tribus, que están preparadas para entrar en Canaán. Esta sección termina con la críptica descripción de la muerte y sepultura de Moisés.
II. Paternidad y Unidad:
Durante siglos tanto el judaísmo como
el cristianismo aceptaron sin cuestionamiento la tradición bíblica de que Moisés escribió
el Pentateuco:
Ø Ben Sirá (Ecls. 24:23),
Ø Filó
(Vida de Moisés, 3:39),
Ø Josefo (Ant. Josefo, Antigüedades de los
judíos 4. 326),
Ø La Misná (Pirqe Aboth 1:1),
y
Ø El Talmud (Baba Batbra 14b)
aceptan unánimemente la paternidad mosaica.
El único punto discutido era en relación con el relato de la muerte de Moisés en Dt. 34:5ss. Filón y Josefo afirman que Moisés relató su propia muerte, mientras que el Talmud (loco citato (lat.), en el lugar ya citado) acredita a Josué ocho versículos de la tora, presumiblemente los últimos ocho.
a. La
crítica del Pentateuco hasta 1700 d.C. después de Cristo:
La tradición
expresada en el (Apócrifo) 2
Esdras 14:21–22, de que los rollos del Pentateuco, quemados en el sitio de
Jerusalén por Nabucodonosor, fueron escritos nuevamente por Esdras,
aparentemente fue aceptada por los Padres de la iglesia primitiva, por ejemplo: Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandría,
Jerónimo. Sin embargo, no
rechazaban la paternidad Mosaica de la ley original. El primer indicio escrito
del rechazo de dicha paternidad es la afirmación de Juan de Damasco relativa a
los nazarenos, secta de cristianos judíos, compárese PG J. P. Migne,
Patrologia Graeca 94. 688–689).
Las Homilías
clementinas enseñan que hubo interpolaciones diabólicas en el Pentateuco para
tratar de hacer aparecer a Adán, Noé, y los patriarcas en posición
desfavorable. Cualquier pasaje que no guardase armonía con las suposiciones
ebionitas del autor resultaba sospechoso en este primer intento de realizar
alta crítica. Entre las piedras de tropiezo a la fe que Anastasio el
sinaíticos, patriarca de Antioquía (siglo(s) VII d.C. después de Cristo),
intentó eliminar estaban las cuestiones relacionadas con la paternidad mosaica
del Génesis, y las supuestas discrepancias que contenía dicho libro, compárese PG J.
P. Migne, Patrologia Graeca, 89. 284–285).
Durante la época medieval, estudiosos judíos y musulmanes comenzaron a señalar puestas contradicciones y anacronismos en el Pentateuco. Por ejemplo: Ibn Ezra (m. 1167), siguiendo una sugestión del rabí Isaac ben Jasos (m. 1057) de que Gn. 36 fue escrito en fecha no anterior al reinado de Josafat por cuanto menciona a Hadad, compárese Gn. 36:35; 1 R. 11:14), sostuvo que pasajes tales como Gn. 12:6; 22:14; Dt. 1:1; 3:11 eran interpolaciones.
El reformador A. B. Carlstadt (1480–1541), al observar que no había cambio alguno en el estilo literario de Deuteronomio antes y después de la muerte de Moisés, negó que Moisés hubiese escrito el Pentateuco. Un católico romano belga, Andreas Masius, escribió un comentario sobre Josué (1574) en el que atribuía a Esdras ciertas interpolaciones en el Pentateuco. Posiciones similares mantuvieron dos eruditos jesuitas, Jacques Bonfrère y Benedict Pereira. Dos filósofos famosos contribuyeron a preparar el camino para los modernos propulsores de la alta crítica al hacerse eco, en algunos de sus escritos contemporáneos de mucha circulación, de las críticas a la unidad de la ley: Thomas Hobbes (Leviathan, 1651) atribuyó a Moisés todo aquello que se le atribuía en el Pentateuco, pero sugirió que otras partes fueron escritas más bien acerca de Moisés que por él mismo; Benedicto Espinosa (Tractatus Theológico-politicas, 1670) llevó más lejos las observaciones de Ibn Ezra al notar la presencia de repeticiones y supuestas contradicciones, y llegar a la conclusión de que Esdras, que escribió el mismo Deuteronomio, compiló el Pentateuco sobre la base de una cantidad de documentos (algunos mosaicos). La crítica del Pentateuco en el siglo(s) XVII alcanzó su punto máximo en las obras del católico romano Richard Simon y el arminiano Jean LeClerc en 1685. LeClerc respondió al punto de vista de Simon de que el Pentateuco era una compilación basada en muchos documentos, tanto de origen divino como humano, afirmando que el autor debía de haber vivido en Babilonia entre el 722 a.C. antes de Cristo y la época de Esdras.
b. La crítica del Pentateuco entre 1700 y
1900 d.C. después de Cristo:
(i) La cuestión de la paternidad mosaica.
A pesar de las cuestiones planteadas por católicos, protestantes, y judíos en
el período considerado arriba, la gran mayoría de los estudiosos y legos se
aferraron a la creencia en la paternidad mosaica. Se llegó a un hito en la
crítica del Pentateuco en 1753, cuando el médico francés Jean Astruc publicó su
teoría de que Moisés había compuesto el Génesis basándose en dos memoires
antiguas principales y una cantidad de documentos más cortos. La clave para
la identificación de las dos memoires surgía del uso de los nombres divinos:
Ø Una empleaba Elohim;
Ø La otra,
Yahweh.
Astruc sostuvo la paternidad mosaica de Génesis, pero propuso su teoría
de las fuentes múltiples para dar cabida a algunas de las repeticiones y
supuestas discrepancias que habían notado los críticos. J. G. Eichhorn
(Einleitung, 1780–83) amplió los conceptos de Astruc para dar lugar a
lo que se denomina “la teoría
documentaria primitiva”. Abandonando la paternidad mosaica, atribuyó
la edición definitiva de los documentos elohísta y yahvista de Génesis y Éx.
1–2 a un redactor desconocido. K. D. Ilgen (Die Urkunden des
Jerusalemischen Tempelarchivs in ihrer Urgestalt, 1798) llevó esta teoría
documental más lejos todavía cuando descubrió en Gn. 17 fuentes independientes
atribuibles a tres autores, dos de los cuales usan Elohim y el otro Yahweh.
Un sacerdote
católico romano escocés, Alexander Geddes, ahondó en la
identificación de varias de las memoires de Astruc y propuso (entre 1792 y
1800) la teoría fragmentaria, que sostiene que el Pentateuco fue compuesto por
un redactor desconocido, basándose en una cantidad de fragmentos que se
originaron en dos
círculos diferentes:
· Uno elohístico,
· El otro yahvístico.
Dos eruditos alemanes abrazaron esta teoría y la ampliaron: J. S. Vater (Commentar über den Pentateuch, 3 tomo(s) 1802–5) procuró trazar la formación del Pentateuco a partir de más de treinta fragmentos; W. M. L. De Wette (Beiträge zur Einleitung in das Alte Testament, 1807) recalcó el carácter comparativamente tardío de buena parte del material legal y, significativamente para las investigaciones posteriores, identificó el libro de la ley de Josías como el de Deuteronomio (en esta identificación se le anticipó Jerónimo 1,400 años antes).
La propuesta de
De
Wette de un solo documento básico ampliado por numerosos fragmentos fue
perfeccionada por H. Ewald, quien en 1831 sugirió que el documento principal
debía ser la fuente elohística que contenía el relato desde la
creación hasta el libro de Josué, la que recibió los aportes del yahvista,
quien fue asimismo el redactor final. Si bien Ewald posteriormente se
retractó de esta “teoría
complementaria”, la misma persistió en los escritos de F.
Bleek (de libri Geneseos origine, 1836) y F. Tuch (Genesis, 1838).
La “nueva teoría
documental” fue apadrinada por H. Hupfeld (Die Quellen der Genesis
und die Art ihrer Zusammensetzung, 1853), quien, como Ilgen, encontró tres
fuentes independientes en Génesis:
el elohísta
original (E¹), el elohísta tardío (E²), y el yahvista (JJ yahvista). Un año más tarde,
cuando E. Riehm publicó su Die Gesetzgebung Mosis im Lande
Moab en 1854, que pretendía demostrar el carácter independiente de
Deuteronomio, ya se habían aislado y fechado los cuatro documentos principales
en el orden
siguiente: E¹, E², JJ yahvista, D. K. H. Graf (en 1866) dio
impulso a la sugestión de E. G. Reuss, J. F. L. George, y W.
Vatke, y afirmó que E¹ (llamado PP (código)
sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly), por el código sacerdotal [del al.
alemán Priester], por los estudiosos modernos), en lugar de ser el documento
más primitivo, era el más tardío.
Luego el debate se centró en la cuestión de si E² (EE este (punto cardinal); elohísta) JDP (E¹) o JEDP constituiría el orden cronológico correcto. La obra de A. Kuenen, The Religion of Israel (1869–70), aseguró el triunfo del segundo orden y preparó la escena para la aparición del actor principal en el drama de la crítica del Pentateuco, Julius Wellhausen.
(ii) El criterio de
Wellhausen. Las importantes publicaciones de Wellhausen entre 1876 y
1884 dieron a la teoría documental su marco más convincente y popular.
Expresado en forma simple, esta teoría sostiene que JJ yahvista (aproximadamente, alrededor de 850 a.C. antes de
Cristo) y EE este (punto cardinal); elohísta (ca.ca. circa (lat.), aproximadamente,
alrededor de 750 a.C. antes de Cristo) fueron combinados por un redactor (RJE)
alrededor del 650 a.C. antes de Cristo Cuando DD deuteronomista (leyes
deuteronómicas, aproximadamente, alrededor de 621) fue agregado por RDD
deuteronomista, aproximadamente, alrededor de 550) y PP (código) sacerdotal
(del al. Priester; inf. Priestly), aproximadamente, alrededor de 500–450) por
RPP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly), aproximadamente,
alrededor de del 400 a.C. antes de Cristo, el Pentateuco quedó básicamente
completo.
La presentación
de Wellhausen
comprendía más que un mero análisis documental. Relacionó sus estudios críticos
con un acercamiento evolucionista a la historia de Israel, que limitaba la
historicidad del período patriarcal y tendía a desmerecer la prominencia de
Moisés. La religión de Israel avanzó de los simples sacrificios en altares
familiares en los días del asentamiento hasta la compleja estructura legalista
de Levítico (PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly)), perteneciente
a la época de Esdras (Sacerdotes y levitas). En forma semejante, el
concepto de Dios que tenía Israel evolucionó a partir del animismo y el
politeísmo de la época patriarcal, siguiendo con el henoteísmo de los tiempos
de Moisés y el monoteísmo ético de los profetas del siglo(s) VIII hasta llegar
al Yahvéh
soberano de Is. 40ss.
Tan fundamentales resultaron para la erudición posterior las ideas de Wellhausen que su influencia en los estudios Belicistas ha sido comparada frecuentemente con la de Darwin en las ciencias naturales. Principalmente a través de los escritos de W. Robertson Smith y S. R. Driver, el análisis documental de Wellhausen obtuvo gran aceptación. La siguiente síntesis (algo simplificada) ofrece un bosquejo de las características básicas de los documentos pentateucos según la escuela de Wellhausen.
El relato yahvista
(JJ yahvista) procede, según se afirma,
de los primeros años de la monarquía (circa (lat.),
aproximadamente, alrededor de 950–850 a.C. antes de Cristo).
Alusiones a la expansión territorial (Gn. 15:18; 27:40) y el ascendiente de
Judá (Gn. 49:8–12) supuestamente señalan una fecha salomónica. El documento JJ yahvista cuenta la historia de las relaciones de Dios con
el hombre desde la creación del universo hasta la entrada de Israel en Canaán.
La combinación de majestad y simplicidad que se encuentra en JJ yahvista lo señala como un notable ejemplo de literatura
épica, digno de comparación con la Ilíada de Homero. Con origen en Judá, el
documento yahvista tiene algunos rasgos literarios distintivos, además de la
preferencia por el nombre Yahvéh:
Ø sûifh, ‘criada’, se prefiere a ama (EE este
(punto cardinal); elohísta);
Ø Se usa Sinaí en
lugar de Horeb (EE este (punto cardinal);
elohísta);
Ø Hay frecuentes
etimologías populares, por ejemplo, Gn. 3:20; 11:9; 25:30; 32:27.
Intensamente
nacionalista, el relato JJ yahvista registra
en detalle las hazañas de las familias patriarcales, incluso aquellas que no
son particularmente dignas de alabanza. Teológicamente JJ yahvista se destaca por sus antropopatismos y
antropomorfismos. Dios, en forma cuasi humana, habla y se mueve entre los
hombres, aun cuando nunca se pone en duda su trascendencia. Las transparentes
biografías de los patriarcas, narradas en forma hábil y sencilla, constituyen
un rasgo destacado de J.
El relato elohísta
(EE este (punto cardinal):
· elohísta) se fecha generalmente alrededor
de un siglo después de JJ yahvista, e. d. es decir 850–750 a.C. antes
de Cristo Se ha sugerido origen septentrional (efraimita) para EE este (punto cardinal);
· elohísta, sobre la base de la omisión de
los relatos de Abraham y Lot, que se centran en Hebrón y las ciudades de la
llanura, y la importancia que se asigna a Bet-el y Siquen (Gn. 28:17; 31:13; 33:19–20).
José, progenitor de las tribus septentrionales de Efraín y Manasés, representa
un papel prominente. Más fragmentario que JJ yahvista, EE este (punto
cardinal);
· elohísta no obstante tiene sus propias
peculiaridades estilísticas:
“el río” es el Éufrates; se usa la
repetición en las menciones directas compárese Gn. 22:11; Éx. 3:4); En las
respuestas a la Deidad se usa la expresión “heme aquí”
(hinneµné).
Si bien es
menos digno de mención que JJ yahvista como
composición literaria, el documento EE este (punto cardinal); elohísta
se destaca por su énfasis moralista y religioso. Sensible a los pecados de los
patriarcas, EE este (punto cardinal); elohísta intenta racionalizarlos, mientras que los
antropomorfismos de JJ yahvista se
remplazan por revelaciones divinas mediante sueños y mediación angelical.
Contribución notable de EE este (punto cardinal); elohísta es la historia de la forma
en que Dios probó a Abraham mediante la orden de sacrificar a Isaac (Gn. 22:1–14).
Con poderosa simplicidad el cuadro del conflicto entre el amor a la familia y la obediencia a Dios va tomando forma, y con fuerza profética se transmite la lección relativa a la interioridad del verdadero sacrificio.
El documento deuteronomista (DD
deuteronomista), en los estudios pentateucos, se corresponde aproximadamente
con el libro de Deuteronomio. Esencial para la hipótesis documental es el
parecer de que el libro de la ley de la época de Josías (2 R. 22:3–23:25)
formaba parte, por lo menos, de Dt. Las correspondencias entre DD deuteronomista y los términos de la
reforma de Josías son dignas de mención: el culto se
centraliza en Jerusalén (2 R. 23:4ss;
Dt. 12:1–7); se prohíben específicamente los actos de adoración falsos (2 R.
23:4–11, 24; Dt. 16:21, 22; 17:3; 18:10, 11).
DD deuteronomista destaca marcadamente el amor de Dios para con Israel y la obligación de ella de corresponder, filosofía de la historia que anuncia las condiciones de las bendiciones y el juicio de Dios, y la necesidad de un vigoroso sentido de justicia social según los enunciados del pacto. DD deuteronomista, colección de sermones más que de relatos, ofrece un cúmulo de materiales legales y exhortativos compilados durante las exigencias del reinado de Manasés y combinadas con JE después de la época de Josías.
El documento sacerdotal
(PP (código)
sacerdotal (del al. Priester; inf.
Priestly)) reúne leyes y costumbres de diversos períodos de la historia de
Israel y los codifica de tal modo que queda estructurado el aspecto legal del
judaísmo posexílico. PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly)
contiene algunos relatos, pero se ocupa más particularmente de las genealogías
y los orígenes patriarcales de las prácticas rituales y legales. Divisiones
formales tales como las diez “generaciones”
de Génesis y los pactos con Adán, Noé, Abraham y Moisés se atribuyen
generalmente a P.
La complejidad de la estructura legal y ritual de PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly) se interpreta generalmente como indicación de fecha posexílico, especialmente cuando PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly) (por ejemplo Éx. 25–31; 35–40; Lv.; las leyes de Núm.) se compara con el ritualismo sencillo de Jue. y 1 Sam. Como documento literario PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly) no puede compararse con las fuentes más antiguas, porque la afición a los detalles complejos (por ejemplo las genealogías y detalladas descripciones del tabernáculo) tiende a desalentar la creatividad literaria. La preocupación del movimiento sacerdotal por la santidad y la trascendencia de Dios se pone de relieve en PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly), donde toda la legislación se ve como un medio de gracia por el que Dios anula la distancia entre sí mismo e Israel.
c. La crítica del
Pentateuco después del 1900 .d.C. después de Cristo:
El análisis documental no
terminó con las investigaciones de Wellhausen. Rudolf Smend, ampliando
una sugerencia hecha en 1883 por Karl Budde, intentó dividir el
documento yahvista
en J¹
y J² en todo el hexateuco (Die Erzählung des Hexateuch
auf ihre Quellen untersucht, 1912). Lo que Smend había llamado J¹,
Otto Eissfeldt indentificó como fuente laica (L), por cuanto contrasta
directamente con el documento sacerdotal, y destaca el ideal nómada por
oposición al modo de vida cananeo.
El documento kenita (K) o ceneo, de Julian Morgenstern, supuestamente vinculado con la biografía de Moisés y las relaciones entre Israel y los ceneos (HUCAHUCA Hebrew Union College Annual 4, 1927, página(s) 1–138), el documento SS sur (Sur o Seir) de R. H. Pfeiffer en Génesis, que corresponde en parte al documento L de Eissfeldt (ZAWZAW Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft 48, 1930, pp. página(s) 66–73), y la división de Gerhard von Rad del documento sacerdotal en PA y PB (Die Priesterschrift im Hexateuch, 1934) constituyen refinamientos adicionales de una crítica documental que ha alcanzado su punto extremo en las detalladas disecciones de PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly) en la obra de B. Baentsch sobre Levítico (1900), donde siete fuentes principales de PP (código) sacerdotal (del al. Priester; inf. Priestly) se modifican aún más por el descubrimiento de uno o más redactores. Esta tendencia a la atomización está representada en las obras de C. A. Simpson (principalmente The Early Traditions of Israel: a Critical Analysis of the Pre-Deuteronomic Narrative of the Hexateuch, 1948).
d.
Reacciones ante la teoría de Graf-Wellhausen:
Los
conservadores, convencidos de que su punto de vista sobre la inspiración y toda
la estructura teológica edificada sobre ella estaban en juego, se unieron casi
inmediatamente en la lucha contra los críticos del Pentateuco. A la vanguardia
de esta reacción marchaban E. W. Hengstenberg (Dissertations on
the Genuineness of the Pentatech, 1847) y C. F. Keil. Después de la
aparición de la monumental síntesis de Wellhausen la batalla fue continuada
por W.
H. Green (The Higher Criticism of the Pentateuch, 1895) y James Orr
(The Problem of the Old Testament, 1906), cuyos cuidadosos estudios de los
análisis documentales pusieron de manifiesto el hecho de que resultaban
insuficientes tanto en cuanto a las pruebas literarias como a los presupuestos
teológicos. La orientación impulsada por estos estudiosos fue continuada por
las investigaciones de R. D. Wilson (A Scientific
Investigation of the Old Testament, 1926, reimpreso en 1959), G. Ch. Aalders (A
Short Introduction to the Pentateuch, 1949), O.T. Allis (The Five Books of
Moses, 1943), y E. J. Young (IOTIOT Introduction to the Old Testament, 1949; castellano
Introducción al Antiguo Testamento, 1981).
Véase Parte II.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario