APROVECHAR
LA GRACIA Y EL PODER DE DIOS EN EL
MINISTERIO:
(2 Corintios 12:1-21)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
1. Visiones y Revelaciones De Pablo. 1
Corintios 12:1-10:
En el
capítulo 12 encontramos el corazón del evangelio y
ministerio de Pablo:
Ø Gracia suficiente,
Ø Poder en la debilidad.
Tres palabras clave que nos llevan a
esta interpretación son:
· Visiones,
· Revelaciones, y
· Un aguijón.
En resumen, un gran predicador del siglo pasado pinta un cuadro
gráfico del viaje de Pablo en su descubrimiento del secreto y poder de su
apostolado:
Ø Algo al que él
llamó un “aguijón”
(v. 7b) le mortificaba en el tendón
de su apostolado, humillándolo, amenazando sus planes, destruyendo sus
aspiraciones, uno por uno.
Ø Rogó al Señor “tres veces”
(v. 8a) que le quitara el aguijón. La única respuesta que recibió en medio
de su mar de descontento fue que reconociera la grandeza de Dios que le rodeaba
en su estado incompleto.
Ø En medio de su
agitación, la única respuesta que le fue murmurada fue: “Bástate
mi gracia” (v. 9a). Las estructuras en su
derredor parecían derrumbarse, al mismo tiempo que él caía, y su propia
predicación a los corintios parecía atormentarle.
Ø Luego llegó al límite de sus recursos humanos; quedó aturdido por la destrucción de su propia autoestima. Al ponerse de pie, era Dios quien estaba a su alrededor y la roca sobre la cual podía poner sus pies sin temor a resbalarse o caer. La gracia de Dios fue la única esperanza para Pablo, y lo es para los seguidores de Cristo en el siglo XXI; Dios nos dice a todos: “mi poder se perfecciona en la debilidad” (v. 9b).
“Poder… en la debilidad”
(v. 9b)
es una paradoja, pero Dios no pronunció este concepto a un vacío. Dos veces, Dios
lo pronunció en el crisol de la experiencia de Pablo:
· En la batalla teológica con los superapóstoles, y
· En su humillante debilidad personal.
El tema de la a veces llamada “carta de la locura”
continúa en el capítulo 12, con el reconocimiento de que jactarse de su pasado
no era apropiado. Habiendo dicho eso, continúa jactándose. Recuerda que él
había puesto la responsabilidad de su jactancia en sus adversarios (v. 11a: “¡Vosotros me obligasteis!”).
Es cierto, Pablo podría haber vuelto a presentar sus argumentos a los corintios con la esperanza de que hubieran escogido aliarse con él en contra de sus críticos. En lugar de hacerlo, escogió el camino más polémico de colocarse al mismo nivel que sus opositores y usar sus mismas tácticas de la jactancia.
La apuesta aumenta al llegar a este punto con el fin de moverse a la esfera mística de la experiencia personal de las visiones y revelaciones. Pablo hace una cosa muy personal. Habla de una experiencia íntima que le sucedió 14 años antes. Lo que relata aquí era nuevo para los corintios (y aparentemente para todas las comunidades cristianas en las que había trabajado) y para nosotros. ¿Por qué hablar de ello ahora? Evidentemente, algunos de los superapóstoles que habían llegado a Corinto afirmaban que habían tenido visiones y revelaciones trascendentales y las habían presentado a la iglesia de Corinto como parte de sus credenciales como obreros superiores.
Si un profesional (médico, abogado, arquitecto u otro) enfrenta la acusación de ser un
impostor e incompetente para practicar su profesión, de inmediato presenta sus
credenciales para comprobar que tiene el derecho de ejercer y que está
capacitado para hacerlo. Pablo hace lo mismo en 2 Corintios. Es la razón por la
cual saca a relucir la evidencia de sus visiones y revelaciones. Las
autoridades están de acuerdo en que los dos conceptos van mano a mano para
presentar la experiencia que Pablo está compartiendo.
La
palabra “visiones” (v. 1b) sirve para
enfocar la experiencia visual que algunas veces involucra las personalidades
que actúan recíprocamente (ver la experiencia de Pablo en Hech.16:9-10; 18:9-10) en
una aparición. La palabra “revelaciones” (v. 1b) tiene la idea de
descubrir algo o de quitar la cubierta de algo.
La idea usada aquí es abrir la mente a una
verdad o interpretación nueva. Se ha dicho que no todas las visiones revelan y
que no todas las revelaciones requieren visiones. Aquí, en 2 Cor. 12:2-4, Pablo
quiere que entendamos que su visión produjo revelación, pero en el v. 9,
refleja una revelación sin la asistencia de una visión.
NOTA: VV.2-4: Pablo habla aquí de una experiencia personal y real, cuando fue arrebatado al cielo y recibió revelación de las que no podía hablar. Esto ocurrió ca. 43 d.C., antes del primer viaje misionero de Pablo. Arrebatado. Tomando, como en el arrebatamiento futuro de los creyentes (1 Ts.4:17). El tercer cielo o el paraíso. La morada de Dios.
Pablo tiene cuidado de relatar la
experiencia en tercera persona, pero no deja duda de que está hablando de sí mismo.
En cuanto a las visiones y revelaciones, coloca la experiencia en “el tercer cielo”
(v. 2d). El momento preciso de esta experiencia es difícil de fijar.
Considerando la fecha aproximada en que se escribió 2 Corintios (año 55-56; ver
Introducción), catorce años antes la colocaría por el año 43 d. de J.C.
Algunos procuran colocar este evento
durante el tiempo que estuvo en Antioquía con Bernabé (ver Hech. 11:19-30);
otros sugieren que el espíritu dejó su cuerpo cuando Pablo fue apedreado en
Listra (Hech. 14:19), pero estos argumentos deben ser rechazados. En realidad, no
hay nada específico en el libro de los Hechos que indique con certeza el tiempo
en que sucedió. Por lo tanto, es mejor concluir que no se sabe exactamente
cuándo o dónde Pablo tuvo esta experiencia.
“El tercer cielo” (v. 2d) al que ascendió
debe entenderse como el cielo más alto reconocido en el NT.; sería el lugar
donde mora Dios. Se debe reconocer que el número de cielos no se especifica en
el AT., aunque una creencia de siete (o
más) era popular durante la época de Pablo.
Pero todas las referencias a más de tres aparecen en fuentes no bíblicas. Es mejor dar por sentado que el Apóstol aceptó el concepto de los tres cielos; eso es, un cielo atmosférico, un cielo estelar (el firmamento) y un cielo ilimitado, o sea el espiritual donde existe Dios. El último sería “el tercer cielo” que Pablo menciona aquí.
Otro asunto se relaciona con la naturaleza
de su experiencia, si es que fue traspuesto corporalmente a otro lugar, o si
fue una experiencia extática, es decir, “fuera del cuerpo”. Pablo dice que no sabe cuál
alternativa es correcta. De una cosa sí estaba seguro, había estado en la
presencia de Dios y experimentó cosas que nunca pudo expresar en palabras. El
hecho de no decir nada de lo que vio y escuchó pudo haber sido una amonestación
a los corintios. Ellos se gloriaban en experiencias eufóricas y buscaban formas
exóticas de impresionar a otros con su espiritualidad por medio de hablar en
lenguas. En Corinto se hicieron intentos de comercializar la espiritualidad.
El término “paraíso” (v. 4a) es descrito como un hermoso jardín
de un palacio donde el rey, que esperaba para otorgar un honor especial,
invitaba a un súbdito a pasear con él. ¡Qué cuadro de Pablo paseando en compañerismo con el Rey
de reyes! (Comp. Lc. 23:43 y Ap. 2:7).
Ayuda Hermenéutica:
G3857 παράδεισος = parádeisos: de origen
oriental [Compare H6508]; parque, i.e. (específicamente) Edén (lugar
de felicidad, «paraíso»):-
paraíso.
(Strong)
V.4. Paraíso1): Identificado aquí con el «tercer cielo» (v. 2); el lugar de feliz comunión con Dios (Lc. 23:43; Ap. 2:7). Pablo no era capaz, ni le estaba permitido repetir lo que allí escuchó.
En el v.
5 Pablo mantiene cierta distancia de su experiencia celestial como si en
realidad no hubiera sido él quien la experimentó. El jactarse acerca de “aquel hombre”
(v. 5a) era un total contraste a su
autoevaluación en el presente, porque el jactarse en el presente podría ser
solo con relación a sus enfermedades o debilidades.
Según algunas autoridades, para el verdadero filósofo, la pobreza y la debilidad validaban la veracidad de sus reclamos. Si lo forzaban a jactarse, se harían los desentendidos, como lo había hecho Pablo.
El contenido de los vv. 7-10 me hace pensar que,
en las décadas recientes, el concepto del ministerio del “sanador herido” ha sido popularizado
por un teólogo holandés Henri Nowen. él escribió un libro con ese mismo título.
En sus escritos, Nowen hace referencia a la descripción del profeta Isaías
acerca del Mesías sufriente, uno que fue “herido por nuestras transgresiones” (Is. 53:5).
Además, cita el Talmud judío donde el
Mesías es descrito como sentado entre los heridos, y él mismo está herido. Es
caracterizado como curando sus propias heridas para luego poder curar las
heridas de otros:
· Superapóstoles, tanto en la
época de Pablo como en la nuestra, predican una teología por medio de la cual se
auto glorían;
· Su mensaje exalta
el poder humano y sus supuestos éxitos, sin dar debida atención a los heridos y
descarriados en la vida.
La verdadera teología cristiana predica la
cruz, y los siervos verdaderos comparten los sufrimientos de Cristo, llevando
su propio sufrimiento ante la toda suficiente gracia que está disponible para
ellos. Dios puede hacer que el ministerio del “sanador herido” sea más eficaz y
más duradero que el ministerio identificado con los que tienen poder y que
prometen el éxito y las riquezas según proclaman algunos superapóstoles.
Ø La palabra usada
por Pablo para describir su aflicción no era la palabra común “espina”, (akantha G173; comp. Jn. 19:5)
Ø Sino otra palabra
traducida “aguijón”
(skolops
G4647).
Este vocablo puede significar palo, estaca u otro objeto
puntiagudo.
Aunque la identificación específica del “aguijón” ha sido tema de mucho debate, por lo
menos sugiere que durante su vida el ministerio de Pablo había sido herido con
una estaca.
Según lo imagina cierto autor, Pablo viajó
por el mundo mediterráneo cojeando y agitado, soportando las burlas de los
superapóstoles como el bufón de Cristo.
Todo lo que escuchó fueron las palabras animadoras de Dios:
· “Me ha dicho” (v. 9a) es la respuesta
de Dios a la triple petición de Pablo, de que le quitara el “aguijón”.
· “Bástate mi gracia*, porque
mi poder se perfecciona en tu debilidad”
(v. 9b).
¡Era la solución para Pablo y la es para nosotros! Las razones de Dios indicadas aquí han sido llamadas la cumbre de la epístola. Desde esta perspectiva, todo el ámbito del apostolado de Pablo es visto correctamente.
Ayuda Hermenéutica:
V. 9. Gracia = charis Strong G5485: De la misma raíz que chara «gozo», y chairo «regocijarse». Charis causa regocijo. Es la palabra que designa la gracia de Dios, al extenderse ésta al hombre pecador. Significa favor inmerecido, bendición a que no se es acreedor, un don gratuito.
“Un mensajero de Satanás” (v. 7c) es una frase que
requiere comentario. Pablo nunca consideró “el aguijón” (v. 7b) como algo deseable, pero lo
aceptó como “un
mensajero de Satanás” (v. 7c). En la vida de Pablo, aun la amenaza
hostil de Satanás en su vida y ministerio podía ser entregada a Dios para ser
usada para bien, al intensificar su dedicación a Dios y recibir fuerza de su
debilidad. Dios puede transformar lo que era malo en su vida en algo bueno
(comp. Rom. 8:28). El propósito del Señor en nuestras vidas es para bien, pero
no todo lo que sucede es agradable.
Sin embargo, Dios puede tomarnos en el lugar donde estamos y comenzar a moldear el bien en nuestras vidas para que nosotros, como Pablo, podamos gloriarnos en nuestras debilidades para “que habite en mí el poder de Cristo” (v. 9d).
2. Pablo Defiende Su Apostolado. 2 Corintios 12:11-13:
Una vez más, Pablo se consuela a sí mismo con el hecho de que su amor por Cristo le permite regocijarse aun en la enseñanza que recibe (v. 11). ¿Por qué otra lista de aflicciones? Quizá como un reto a sus opositores a pagar el precio del discipulado como él lo había hecho. Solo entonces podrían reconocer que la fortaleza viene cuando somos más débiles. Al reconocer dicha verdad, su vida quedó abierta a Dios para recibir su gracia y, como lo expresa un himno, “él da y da y vuelve a dar”.
En este momento, Pablo ha llegado al fin de sus “jactancias”. Reflexiona sobre
su poder en los vv. 11 y 12, declarando que ha sido necio, pero no acepta la
responsabilidad de haberlo hecho. Los corintios tenían que aceptar esa responsabilidad, pues:
“¡Vosotros me obligasteis!” (v. 11b).
Repetidamente había reconocido lo necio de la jactancia. Lo consideró casi con aversión porque iba en contra de su naturaleza como persona y como siervo de Jesucristo. No obstante, era un mal necesario debido a la situación que existía en Corinto.
No solo tenían que aceptar la
responsabilidad, pero les pide que expliquen por qué no lo defendieron. “Yo debería ser
recomendado por vosotros” (v. 11c) es dicho con mucho pesar. El
verbo usado indica una obligación continua, aun hasta el presente en que escribía.
Las fallas principales de los corintios parecían haber sido la apatía e
ingenuidad (ver 11:19, 20). Cuando Pablo era atacado, simplemente no hacían
nada (ver 2:5-11).
Se cree que estos capítulos fueron escritos
después de la reconciliación del capítulo 7. La misma falta de apoyo activo aún
era obvia aquí y la falta de su compromiso hacia él y su evangelio toma una
nota más seria que antes. Por lo menos los corintios deberían haber señalado
sus buenas cualidades a sus opositores.
Pero la situación era aún más crítica que
antes, donde rechazar a Pablo era equivalente a rechazar a Dios. Pero era más
que un ataque personal hacia Pablo. Era la predicación de “un evangelio diferente” (11:4). El
silencio de los corintios lo forzó a jactarse, pero su propósito era enseñarles
el error de sus caminos y guiarlos nuevamente a la libertad espiritual.
Sin duda, Pablo temía que estuvieran a punto de volver a sus costumbres paganas (comp. vv. 20, 21), y cerrar las puertas al apóstol o a cualquier otro apóstol genuino. Con la declaración que en ningún sentido es “menos que los apóstoles eminentes”, y añade “aunque nada soy” (v. 11d). Si su reclamo de igualdad con ellos y el reconocimiento de que “nada soy” son verdaderos, también ellos son “nada”. Ellos repetidamente lo habían caracterizado como un don nadie y parece estar usando su terminología en su declaración: “nada soy”.
Pero el tema no termina aquí. En el v. 12, les recuerda de las
evidencias de su validez como un apóstol genuino. Usa la palabra “señales”
(semeion G4592) dos veces:
Ø La primera vez la usa como una descripción general de sus
credenciales,
Ø Pero la segunda vez se refiere a una acción
milagrosa.
Todo lo que hizo como señal de un apóstol genuino fue hecho con paciencia. Los corintios fueron testigos de sus señales, prodigios y hechos poderosos. El hecho de no haberlo defendido no es comprensible a la luz de la evidencia, a menos que sus detractores hayan pretendido falsamente hacer obras similares, causando confusión entre los corintios.
Las palabras que describen sus “señales” (v. 12a, b) generales como apóstol tienen
estos significados. Son actos realizados que dan evidencia de un apostolado
legítimo. “Prodigios”
(v. 12b) generalmente describen actos que son portentosos o maravillosos.
Es un término que solía usarse juntamente con “señales”. Aquí
Pablo agrega: “hechos poderosos” (v.
12b). El término tiene el mismo sentido de milagroso. En Mt. 13:58 la
palabra se traduce “milagros”. Se ha sugerido que todas estas palabras
son básicamente las mismas y es posible que se refieran principalmente a los
milagros de sanidad como los que realizaron Pablo y Jesús.
Quizá más importante es reconocer que sus opositores podrían haber pretendido hacer (o haber hecho) milagros entre los corintios. De cualquier modo, aunque Pablo presentó estos como parte de sus credenciales como apóstol, la verdad que él enfatizaba en que los actos milagrosos por sí solos no eran las únicas señales de un verdadero apóstol ni necesariamente las más importantes. Su ministerio altruista de servicio y amor a los corintios debería ser la evidencia convincente de su autenticidad como un verdadero apóstol.
3. Las Características De Su Apostolado. 2
Corintios12:14-21:
Como una posdata a esta sección, Pablo les
recuerda nuevamente del favoritismo que él ha mostrado hacia la iglesia de
Corinto al no recibir remuneración por sus servicios (vv. 14, 15). La posible
acusación hecha por sus detractores de que no recibió salario de los corintios
porque él sabía que era incompetente como obrero cristiano y apóstol fue un
insulto malicioso de parte de ellos. Dicha acusación solo servía para cubrir su
propia culpabilidad por la estafa que hacían a los corintios sobre su supuesto
reclamo de ser superapóstoles.
Una vez más, Pablo con ironía implora el
perdón de los corintios por el mal que se les hizo al no haberles permitido
apoyar su ministerio de compartir el evangelio con ellos (vv. 16, 17). Sea como
fuera, es cierto que en ocasiones un pastor con buenas intenciones se sostiene
a sí mismo (económicamente hablando)
o se sacrifica abnegadamente para evitar que la iglesia tenga que asumir esa
responsabilidad. Esto es admirable si la iglesia, aun dando con sacrificio, no
tiene los recursos adecuados para mantener el ministerio. Pero, si la iglesia
no está cumpliendo con el potencial de su mayordomía, puede ser que el pastor
esté instigando y secundando un modelo de irresponsabilidad.
Finalmente, el crecimiento y el desarrollo
de la madurez de la membresía de la iglesia se frustran.
Luego, como dice Pablo, se comete un agravio. Vale decir, por supuesto, que el enfoque del pastor no debe ser en las cosas materiales; su lealtad y compromiso es con Cristo Jesús y la magnitud de su cometido no se debe determinar por el importe de su salario. Por otro lado, la iglesia debe tomar en cuenta que el obrero es digno de su sustento (ver Mt. 10:10).
En cumplimiento a su apostolado con los corintios, anuncia una
visita fraternal (v. 14a). La frase “por tercera vez”
(v. 14a) se puede interpretar de dos formas:
(1) “Por tercera vez” se prepara para visitarlos. Estaría
explicando que su intención (que ha sido frustrada dos veces) sí se
realizará. De esta forma estaría indicando una propuesta segunda visita,
habiendo fracasado en dos intentos anteriores.
(2) La otra opción es interpretar a Pablo diciendo: “Estoy preparado para hacer una tercera visita a Corinto”.
El peso abrumador descansa a favor de la última interpretación.
· Primero, en 13:1 dice que es la tercera vez
que los visitará.
· En segundo lugar, sabemos ya que ha hecho
dos visitas:
Ø Primero, cuando estableció la iglesia (Hech. 18), y
Ø Más tarde, la visita desagradable que
resultó ser un fracaso.
Si Pablo está planeando una tercera visita, podemos descartar la idea de que los capítulos 10—13 forman parte de la “carta severa”, ya que fue entregada anteriormente en lugar de una visita (ver Introducción). Si esto es cierto, el contexto principal de la “carta severa” no son los capítulos 10-13, y es probable que la “carta severa” se haya perdido.
Al esbozar su visita intencionada, clarifica que su política
financiera con Corinto será igual a las dos visitas anteriores:
· No recibirá remuneración financiera ni se verán obligados a
ocuparse de él recogiendo una ofrenda para cubrir los gastos de su visita,
incluyendo hospedaje, alimentación o remuneración.
· Hace claro que él no busca estas cosas,
sino solo a ellos: “no busco vuestras cosas, sino a vosotros” (v. 14c).
La de él es una súplica a que se den a sí mismos en amor, que es mucho más profundo que la simple provisión de metas materiales. Nada menos que un genuino arrepentimiento, una verdadera lealtad a Pablo y un deseo de defenderlo en contra de sus opositores, logrará lo que Pablo tenía en mente. Tal súplica es legítima a la luz de la supuesta reconciliación efectuada en los capítulos 1—9.
El dinero era el asunto principal de la discusión. Su afirmación de que él no deseaba su dinero pudo haber tenido como trasfondo el establecimiento de un fondo para financiar a los superapóstoles y pudo haber reflejado una intención expresa de los corintios de establecer tal fondo para Pablo. Esto lo rechazó porque él está pidiendo de ellos un regalo más importante que el dinero (v. 15).
En el v. 14 Pablo no está diciendo que los
hijos nunca deben ayudar a sus padres económicamente, sino que normalmente los
padres proveen para los hijos, sobre todo durante los años de su crianza. Lo
que él está proveyendo para los corintios es paternidad espiritual.
Por medio de una declaración sencilla de haberse dado a sí mismo con sacrificio a los corintios, estableció el camino para todos los ministros cristianos de todos los tiempos. “De muy buena gana gastaré yo de lo mío, y me desgastaré a mí mismo” (v. 15a), esta clásica declaración no necesita comentarios; la motivación para tal ministerio es “por vuestras almas” (v. 15b). A pesar de la calumnia lanzada contra Pablo, él indica su compromiso inmutable hacia ellos.
El trasfondo de los vv. 16-18, aunque no está expresado explícitamente, parece ser que los corintios y/o los falsos apóstoles habían insinuado que Pablo había extraído fondos de la ofrenda designada para los de Jerusalén. Esto, a pesar de las garantías explícitas que se habían establecido en los capítulos 8 y 9 sobre cómo debía manejarse la ofrenda, hace de esta acusación nada más que un esfuerzo impertinente para dañar la reputación e integridad de Pablo.
La tercera visita tiene el propósito de despejar toda posible sospecha, ya que obviamente los corintios todavía creían que él los había engañado y que se había burlado de ellos por no haber aceptado un salario, y que había robado de los fondos para Jerusalén. Apela al gran carácter de Tito y “del hermano” (v. 18a) como prueba de que él de ninguna forma había sido menos que honesto en cuanto a los fondos. Es obvio que este “hermano” era conocido y digno de confianza entre los corintios, él podía darles una buena referencia del carácter de Tito y Pablo.
El deseo de Pablo es que el proceso
relacional con los corintios resulte en su edificación. Pero tiene miedo; miedo
de que cuando llegue, encuentre un ambiente que haría a la iglesia de corinto,
como lo definió un erudito, una “iglesia no cristiana”. El v. 20 destaca las actitudes y acciones
que pueden destruir el compañerismo de una iglesia y robarla de su vitalidad
espiritual y son:
(1) “Contiendas”, un sinónimo de la palabra discordia, de
la palabra griega eris G2054, la
diosa de la discordia, con énfasis en la contienda y en un espíritu de
compañerismo enfermizo.
(2) “Celos”, una palabra similar para la contienda.
Relacionada a la idea de fervor, un fervor especial a favor del partido de uno.
(3) “Iras”, refleja no un enojo duradero, más bien el
enojo de una persona que explota con facilidad, que reacciona con poca
provocación.
(4) “Disensiones” manifestadas en intereses propios, como
un candidato político que es elegido por medios injustos.
(5) “Calumnias”, que es hablar mal de otro.
(6) “Murmuraciones”, que dicho simplemente es chismear.
(7) “Insolencias”, término que habla de personas que son
infinitamente orgullosas de sí mismas.
(8) “Desórdenes”, o caos; una palabra también usada más
para describir disturbios políticos.
Al enumerar las cosas malas que él temía encontrar al hacer su urgente visita a Corinto, Pablo concluye la larga defensa de su apostolado.
En el v. 21 Pablo
indica que Dios lo humillará ante los corintios. ¿Será porque él
esperaba la visita de los de Macedonia y Pablo, ante la situación descrita en
los vv. 20 y 21, y había sido humillado
anteriormente en una visita por uno de sus opositores? Aquí él
tendrá que enfrentar la perspectiva de una decadencia moral general. Eso, junto
con la lucha interna de actitudes incorrectas en el v. 20, hará que la
experiencia de Pablo sea un fracaso.
Para el bien de los corintios, se
necesitarán medidas severas y la condición espiritual de sus “hijos”
causarán que se lamente. Su humillación será ante Dios al informar sobre los
fracasos dentro de la iglesia que Dios le había guiado a establecer.
Podríamos decir como el apóstol v. 21: Me Humille Dios entre vosotros: Cuando Pablo llegue, los halle actuando todavía como paganos (v. 20)
La razón principal por la que Pablo no
desea ser humillado es su preocupación por la iglesia. Si lo rechazan, o si
tiene que tratar severamente con la iglesia, resultaría en humillación
personal, y eso, en la presencia de amigos visitantes (los de Macedonia) sería doloroso. Pero su carácter está
en juego ya que una rebelión persistente, reflejada en una vida desobediente,
no cristiana, sería un rechazo.
____________
Nota y
Bibliografía:
1) paradeisos
= (παράδεισος,
G3857), es una palabra oriental, cuya mención más antigua se
encuentra en el historiador Jenofonte, y que denota los parques de los reyes y
príncipes persas. Tiene origen persa (persa antiguo, pairid'za
= relacionado con el griego peri
= alrededor
y teicos = muralla), y de ahí pasó al griego.
Véase lxx, por ejemp., en Neh. 2:8; Ecl. 2:5; Cant. 4:13. Los traductores de la
lxx usaron este término del huerto del Edén (Gn. 2:8), y en otros casos (por ejemp.,
Núm. 24:6; Is. 1:30; Jr. 29:5; Ez. 31:8-9).
En Lc. 23:43, la
promesa del Señor al ladrón arrepentido se cumplió en el mismo día; Cristo, en
su muerte, habiendo encomendado su espíritu al Padre, fue de inmediato en
espíritu al cielo mismo, la morada de Dios (la mención del Señor de aquel lugar como paraíso debe
haber sido un gran aliento para el malhechor; para la mente oriental expresaba
la suma total de bendición). Allá fue que el apóstol Pablo fue
arrebatado (2 Cor. 12:4), y le da el nombre de «el tercer cielo» (el v. 3 no
introduce una visión diferente), más allá de los cielos de la creación natural;
véase Heb. 4:14, con referencia a la ascensión. Esta misma región es mencionada
en Ap. 2:7, donde el «árbol de vida», el antitipo figurativo del que
estuvo en Edén, ofrecido al vencedor, es mencionado como estando en «el paraíso de
Dios»; cf. Gn. 2:8. (VINE).
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYRIE.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 28//04//2021.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
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