¿Es Correcta Nuestra
Doctrina Del Espíritu Santo?
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Estaba de visita en una iglesia. Le pregunté al pastor a qué hora terminaba el
servicio, para saber de qué tiempo disponía para la predicación. Su respuesta fue: “No te
preocupes, puedes predicar con libertad; a las nueve, la gente se va”.
En equivocado concepto de la Reverencia,
se encuentran los que han querido aherrojar al Espíritu Santo en una estrecha
exigencia de inerte liturgia. Muy poca libertad de acción le dejan. Dicho de
otra manera, lo atan de pies y manos.
Otros, en no menos equivocada demanda de
lo que llaman “dar
libertad del Espíritu”, han llegado a extremos reprobables.
Atribuyen al Espíritu Santo hechos que están muy lejos de haber sido provocados
por ÉL.
Si usted continuamente se acomoda a una enseñanza que es falsa, el espíritu del error se apoderará de usted.
En un Instituto
Bíblico donde estuve presente, el que estaba dirigiendo el servicio dijo: “Aquí hay libertad para
el Espíritu. Si usted quiere pararse de cabeza sobre el piano puede hacerlo”. Nunca había
pensado que el Espíritu Santo pudiera querer que lo adorara de cabeza sobre un
piano. Como dice el dicho, hay que vivir para ver.
Para estos, nada se prepara, nada se
anticipa, ni la predicación. El “espíritu” decide en el momento qué ocurrirá.
Cada vez que decimos: “Yo creo en el Espíritu Santo”, estamos indicando que hay un Dios vivo que está dispuesto a entrar en la vida de una persona para cambiarla.
Estuve en una iglesia de extraordinaria asistencia. El pastor me dijo que él no sabía lo que iba a predicar hasta el momento en que se paraba detrás del púlpito y abría la Biblia. Cuando me lo dijo, el hombre llevaba veinte años de pastor allí y la iglesia es de esas que ahora llaman mega iglesias. Nunca me he podido explicar cómo lo pueden hacer. Es como para que uno, que tiene que orar, leer y estudiar para preparar sus mensajes, desarrolle un complejo de inferioridad espiritual.
EL ÉNFASIS DEL ESTUDIO:
Entre los que rinden culto y adoración al
Espíritu Santo como persona divina se puede identificar, al menos, tres
problemas:
1) El problema cultista.
2) El problema de los dones.
3) El problema conceptual.
“Al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en
este siglo ni el venidero”. (Mateo
12:31-32) [1]
I. EL PROBLEMA CULTISTA:
Al tratar el tema
cultivista, tenemos que estar conscientes de que existen por lo menos dos
posiciones extremas:
1) Atar al
Espíritu,
2) Abogar a favor
de una libertad exagerada.
Ambas expresan un pronunciado grado de
extremismo.
Ambas son consecuencia de prejuicios en
estrecha colaboración con un desconocimiento de la Palabra de Dios. Estos dos
extremos han asediado a la iglesia desde sus comienzos.
Sabemos que existían por los escritos del apóstol Pablo. A los corintios el apóstol tiene que corregirles una
serie de extremos que habían convertido sus reuniones en verdaderos desórdenes.
A los tesalonicenses tiene que estimularles a que se entreguen a la dirección
del Espíritu Santo y permitan que los dones o carismas se manifiesten.
Tal situación. Imperante en
aquellos tiempos como en los nuestros, pueden resumirse en dos temores:
· Tenemos a caer en la extravagancia y
exageración, que tiene como secuela al fanatismo; y
· Temor a la frialdad espiritual, cuya
consecuencia, el formalismo cargado de ritos muertos, no menos peligrosa.
“EL Espíritu Santo es el que hace su morada en el corazón de los creyentes, el que los separa para Dios, y el que los limpias del pecado”. –L. Berkhof.
La enseñanza bíblica es que “el Señor es
Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor; allí hay libertad” (2
Cor.3:17), y
el mandamiento del Señor a los que actúan en el Espíritu es: “pero hágase todo decentemente y con orden” (1
Cor.14:40), “pues
Dios no es Dios de confusión, sino de paz” (1 Cor.14:33), por tanto “hágase todo para
edificación” (1 Cor.14:26).
En el culto cristiano, espiritualmente y
orden no son antitéticos. Todo lo contrario, son elementos centrales del mismo acto
de adoración. Rechazar esta enseñanza obliga a responder a las preguntas del
apóstol:
“¿Acaso ha salidos de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?” (1 Cor.14:36).
II. EL PROBLEMA DE LOS
DONES:
v En un lado tenemos a los que dicen que
las manifestaciones del Espíritu Santo que menciona el Nuevo Testamento
terminaron en el primer siglo,
v Otros insisten en que esas manifestaciones son parte del patrimonio de la iglesia universal mientras dure su peregrinación.
Los primeros se basan en la idea de que los
dones fueron utilizados para dar credibilidad al nacimiento cristiano. Una vez
establecida la posición cristiana, los dones no tendrían razón de ser; habrían cumplido su función y
caducarían. Pero para esta posición no se ofrece documentación bíblica que la
fundamente, es solo una postura caprichosa.
Entre lo que aceptan la vigencia de los
dones se encuentran algunos que hablan de ellos como algo que poseen y pueden
utilizar a su discreción. Lo que puede haber contribuido a esta posición es la
palabra “don[2]”: “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones
espirituales” (1 Cor.12:1).
La idea se deriva de tomar la palabra don
en su primera acepción de “dádiva, presente, o regalo”. La conclusión lógica: si es regalo pasa a ser posesión de
quien lo recibe. Pero “don” no aparece en los manuscritos más antiguos.
Algunas versiones ponen la palabra “don” en
letra cursiva para indicar esta ausencia. El versículo debe leerse “acerca de los
espirituales”, aunque la idea de don puede estar implicada en
espirituales.
Nuestra persuasión es que el versículo se refiere a manifestaciones del Espíritu instantáneas que responden a una necesidad del momento. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (1 Corintios 12:7). El Espíritu, que reside en el cristiano, puede manifestarse a su discreción cuando ÉL quiere y como ÉL quiera (1 Cor.12:11).
Esto, en nuestra opinión, resuelve dos problemas humanos:
· Primero, nadie puede jactarse de “poseer”
un don del Espíritu. El cristiano es solo un canal de barro.
· Segundo, la comunidad de fe no está a merced de un miembro en particular.
Probablemente la manifestación del Espíritu Santo que más
discusión y división ha suscitado es la glosolalia o la capacidad de hablar un
idioma que el sujeto no ha aprendido:
Ø Un grupo afirma que las lenguas cesaron
en el siglo primero.
Ø El otro grupo dice que el cristiano tiene que hablar en lenguas como “señal inicial física” de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo.
Ninguno
de los dos grupos puede probar su posición con el Nuevo Testamento:
Ø Algunos, en el primer grupo, usan 1 Corintios
13:8 “y cesarán las lenguas”.
Ø El segundo grupo, hay quienes usan Hechos 2:4: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”.
La fecha de referencia que da Corintios
para la cesación de las lenguas es “cuando venga lo que es prefecto” (1 Cor.13:10). Es obvio que la
referencia es a la eternidad. Pero todavía “vemos por espejo, oscuramente”, todavía “conocemos en parte”
(1 Cor.13:12). Por lo tanto no hemos
llegado al momento en que cesarían las
lenguas.
Por
otra parte, Hechos 2:4 no prueba que el cristiano tiene que hablar en otras
lenguas como evidencia de que ha recibido el bautismo
del Espíritu Santo.
Este versículo se limita a registrar un hecho histórico, y en buena hermenéutica, el registro
en la Biblia de un hecho histórico no
puede usarse para fundamentar una doctrina bíblica.
Lo único que
este versículo prueba es que el hecho ocurrió y que podría ocurrir otra vez.
Ninguno de los dos grupos ha probado su posición con la Biblia.
Ahora, lo que sí puede probarse con la
Biblia es que, a discreción de Dios, los cristianos de cualquier tiempo (y de cualquier denominación) podrían tener esa
experiencia; pero la ausencia de ella no es prueba de deficiencia espiritual.
Según la Biblia un cristiano puede estar lleno del Espíritu Santo y jamás hablar en otras lenguas. La señal inequívoca bíblica es “y me seréis testigos” (Hechos 1:8).
III. EL PROBLEMA
CONCEPTUAL:
Algunos han creado tensión entre el
Espíritu Santo y Jesucristo, como si ambos estuvieran en competencia el uno con
el otro, o como si mencionar uno significara que se ignora al otro. Esto se
debe a falta de comprensión de la doctrina de la Trinidad.
El
rigor del
monoteísmo:
Ø Dios Padre,
Ø Dios Hijo, y
Ø Dios Espíritu Santo.
Tampoco:
· Primera Persona,
· Segunda Persona, y
· Tercera Persona:
Ø Lo primero es politeísmo.
Ø Lo segundo establece jerarquía.
ü A menos que lo
primero se
tome en el sentido corporativo, como ocurre en algunos pasajes
bíblicos donde una de las personas de la Trinidad representa a las tres, y
ü lo segundo en el sentido cronológico de la Revelación de las personas de la divinidad en
la historia bíblica.
Lo
correcto es, Dios:
Ø Padre,
Ø Hijo, y
Ø Espíritu Santo.
Tres personas pero un solo Dios.
“La esencia de Dios, plena, no fragmentada, pertenece por igual a
cada una de las tres personas de la Trinidad”. –L. Berkhof.
En el manuscrito hebreo el sustantivo Dios está en plural
(Elohim) y el verbo crear en singular. Literalmente
“Dioses creó”. Con la documentación que
posteriormente se nos daría en la Biblia acerca de la naturaleza de Dios
podemos ver, en esta combinación de plural y singular (inaceptable en nuestra gramática) una pluralidad de
facultades en una unidad de acción.
Aunque tienen la facultad de pensar, sentir y decidir
independientemente, siempre actúan al unísono. Solo a los fines de análisis
pueden separase. Esencialmente son indivisibles:
· Cuando adoro al
Hijo estoy adorando al Padre y al Espíritu Santo.
· Cuando hablo del
poder y de la unción del Espíritu Santo, Padre e Hijo están presentes:
Ø Tres personas,
Ø Un solo Dios.
¿Complejo? No puede ser de
otra manera cuando se refiere a Dios. No sin razón el apóstol exclamó:
· “¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos! Porque ¿Quién entendió la mente del Señor?” (Rom.11:33, 34).
___________
Notas y Bibliografía:
[1] La blasfemia contra el Espíritu S. Técnicamente,
según los escribas, la blasfemia significaba un abuso directo y explícito del
nombre Divino. Jesús aquí enseña que también puede ser Injuriar a Dios al
atributo a Satanás la obra del Espíritu. Las circunstancias especiales
incluidas en esta blasfemia no puede darse hoy, por tanto, este pecado no se
puede cometer hoy día. Jesús exhortó a los fariseos a volverse y ser justificados
(vv.33, 37). (Biblia de estudio RYRIE. Pág. 968).
[2] G5486
χάρισμα = járisma: de G5483;
dádiva (divina), i.e. liberación (de peligro o pasión); (específicamente)
concesión (espiritual), i.e. (subjetivamente) calificación religiosa, o
(objetivamente) facultad milagrosa:- dádiva, don. (Strong).
G5486
carisma = (χάρισμα, G5486)
, don de gracia, don que involucra gracia (caris)
de parte de Dios como el dador. Se usa: (a) de su libre don a los pecadores (Rom.5:15-16;
6:23; 11:29); (b)
de sus dones a los creyentes por las operaciones del Espíritu Santo en
la iglesia (Rom.12:6; 1 Cor.1:7; 12:4; 12:9; 12:28; 12:30-31; 1 Tim.4:14; 2
Tim.1:6; 1 P.4:10); (c) de aquello que es impartido mediante instrucción humana
(Rom.1:11); (d)
del don natural de la continencia, consiguiente a la gracia de Dios como
creador (1Cor.7:7); (e) de liberaciones
bondadosas concedidas en respuesta a las oraciones de hermanos en la fe (2 Cor.
1:11). (VINE).
-
Biblia de Estudio RYRIE.
- DE
PASTOR A PASTOR: Un tarjetero pastoral 1995 LOGOI, Inc.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 16//11//2015.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
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LA SANTA TRINIDAD:
El Credo De Atanasio:
Este antiguo credo (c.325), nacido de la polémica de la Iglesia en contra de la herejía
arriana, hace un sumario de la enseñanza bíblica sobre esta doctrina. Ha
servido desde entonces como una de las bases principales para el estudio y
comprende de la doctrina de la Santa Trinidad.
Cual el Padre, tal
el Hijo, tal el Espíritu Santo. El Padre es inmenso, el Hijo es inmenso,
el Espíritu Santo es inmenso.
El Padre es eterno, el Hijo es eterno, el Espíritu
Santo es eterno. Sin
embargo, no son tres eternos, sino un eterno. Como tampoco son tres increados,
ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
Igualmente, el
Padre es Todopoderoso, el Hijo es Todopoderoso, el Espíritu Santo es
Todopoderoso. Sin embargo, no son tres Todopoderosos, sino UN TODOPODEROSO. Así que el Padre
es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
Sin embargo, no
son tres dioses, sino un solo Dios. Asimismo, el Padre es Señor, el Hijo es
Señor, el Espíritu Santo es Señor. Sin embargo, no son tres señores, sino UN SOLO SEÑOR.
Porque, así somos compelidos por la verdad cristiana a confesar a cada una de
las tres personas, por sí mismas, Dios y Señor.
Así nos prohíbe la
religión cristiana decir que son tres dioses y tres señores. El Padre no fue
hecho por nadie, ni creado, ni engendrado. El Hijo es del Padre solamente; ni
hecho, ni creado, sino ENGENDRADO. El Espíritu Santo es del Padre y
del Hijo; ni hecho, ni CREADO, ni ENGENDRADO, sino procedente. Así
que es un Padre, no tres padres, un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no
tres espíritus santos. Y en esta TRINIDAD ninguno es primero o posterior, ninguno
mayor o menor, sino que todas las tres personas son coeternas juntamente y
coiguales.
Así que en todas
las cosas, como queda dicho, debe ser venerada la TRINIDAD en la UNIDAD,
y la unidad en la Trinidad. Quien, pues, quiera ser salvo, debe pensar así de
la TRINIDAD.
(Grafico)
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