(Mateo 20:29-34)
(Mr. 10:46-52; Lc.
18:35-43)
Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga?
Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la
vista… Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y
en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
(Marcos 10:51-52)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Jericó era una
ciudad importante, un balneario popular que Herodes el Grande reconstruyó en el
desierto de Judea, no lejos del cruce del Jordán. Jesús iba camino a Jerusalén
(Mr. 10:32) y, después de pasar por Perea, entró en Jericó.
Los mendigos eran un espectáculo común en muchas ciudades. Debido a que la
mayoría de las ocupaciones de esos días requerían trabajo físico, cualquier
paralítico o impedido estaba en severa desventaja y era obligado a pedir
limosna, aunque la Ley de Dios mandaba cuidar a los necesitados (Lv. 25:35-38).
La ceguera se consideraba un castigo de Dios por el pecado (Jn. 9:2); Jesús corrigió primeramente esta idea y luego puso el enfoque en el objetivo de este sufrimiento particular que proveyó una ocasión para revelar la gloria de Dios.
1. Dos Ciegos Sanados Por Jesús. Mateo 20:29-30:
Este milagro se destaca en forma
especial por varias razones:
(1) Es el último milagro
de sanidad física que Jesús realizó. Durante la última semana pronunció
una maldición sobre una higuera, que se considera como su último milagro.
(2) El evento revela
la compasión de Jesús en manera especial, pues aún en camino a su crucifixión
tuvo tiempo para atender a dos necesitados.
(3) Encierra dos aparentes discrepancias en relación con el relato paralelo en Marcos y Lucas: el número de ciegos y el lugar donde se realizó el hecho.
También en otra ocasión Jesús sanó a dos ciegos, pero ese evento tuvo lugar cerca de Capernaum, poco tiempo después del llamado a Mateo (Mt. 9:27-31). En esa ocasión les preguntó acerca de su fe y, luego de sanarlos, les prohibió que lo anunciasen. En cambio, en este caso realizó el milagro en Jericó cerca del fin de su ministerio terrenal y no prohibió la publicación del hecho, pues había llegado el momento para la confrontación final con los líderes religiosos.
Mateo
y Marcos indican que el milagro tuvo lugar cuando Jesús
salía de Jericó, pero Lucas (Lc. 18:35) lo ubica cuando entraba en la ciudad.
El comentarista Robertson explica la aparente discrepancia diciendo que
probablemente sucedió entre la salida de la Jericó antigua y la entrada, a poca
distancia, de la Jericó nueva que Herodes el Grande edificó.
Otra hipótesis, más forzada y menos
probable, es que los dos ciegos comenzaron a rogar a Jesús en la entrada de Jericó, pero
que solamente a la salida se detuvo para sanarlos. Jericó era una ciudad muy
próspera en el tiempo de Jesús, rodeada por llanuras fértiles donde había minas
de metales, y una gran producción de bálsamo, que era fuente principal de su
riqueza. Estaba ubicada en la ruta principal de comercio y tránsito de viajeros
de Perea a Jerusalén.
Lucas y Marcos mencionan a un solo ciego.
· Marcos lo llama Bartimeo[*],
hijo de Timeo[**], (“bar”
significa “hijo
de”).
· En cambio, Mateo habla de dos ciegos.
Ayuda Hermenéutica:
[*] Βαρτιμαῖος = Bartimaíos G924 de origen caldeo [H1247
y H2931]; hijo de Timeo (o el impuro); Bartimeo, un israelita: - Bartimeo.
[**] Τίμαιος = Tímaios G5090 probablemente de origen
caldeo [Compare H2931]; Timeo, un israelita: - Timeo. (Strong).
NOTA: Aclaración a este asunto 1 y 2 ciego[s] veámoslo así: Mateo
20:29-34.
Las diferencias en este relato (que habla de 2 ciegos y de que Jesús realizó el milagro
al salir de Jericó) y en los relatos de Marcos 10:46-52 y Lucas
18:35-43 (que
mencionan solo 1 ciego y que Jesús realizó el milagro al entrar en Jericó)
se explica así:
1) Actualmente eran
2 los ciegos,
pero Bartimeo,
más impulsivo, tomo el lugar prominente; y
2) Los ciegos imploraron
la ayuda de Jesús cuando éste entraba en Jericó, pero no fueron curados hasta
que ÉL estaba saliendo.
También es posible que la curación se llevase a cabo después que Jesús salió de la vieja Jericó y estaba cerca de la nueva Jericó. (Fuente: Biblia de Estudio RYRIE. Pág. 979).
Algunos piensan que se trata de dos ocasiones distintas, pero es más probable que se trata del mismo evento, que uno de los dos se destacó más y que por eso se menciona su caso. Conviene recordar que, entre Marcos, Lucas y Mateo, solo Mateo fue testigo ocular. Marcos y Lucas agregan el dato interesante de que el ciego era un mendigo.
Mateo observa que una gran multitud (v. 29) le seguía. Se trata de la gente que iba del norte (Galilea) y del este del Jordán a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
Los ciegos se dirigían a Jesús llamándolo Señor, Hijo de David (v. 30). El título Hijo de David se repite frecuentemente en Mateo (1:1; 9:27; 12:23; 15:22; 21:9; 21:15) y expresa la esperanza mesiánica de que se establecería otra vez el reinado de David en Jerusalén. En cambio, el título Señor es más ambiguo y puede señalar toda la gama de significado desde el respeto que todo hombre merece hasta la reverencia que sólo Dios merece.
V.31:
Hijo de David: Aparece dos veces (v.30), como señal de que la gente reconocía a
Jesús su título de Mesías. (véase Salm. 72; Is. 9:7). Véase Mateo
9:27. V. 27, Hijo de David. Un
título que vinculaba a Jesús con la línea mesiánica
(compare 1:1).
NOTA: Etimología: mashîaj = (מָשִׁיחַ, H4899)
A. Nombre, «ungido; Mesías». De los 39 casos de
mashîaj, ninguno se encuentra en la
literatura sapiencial. Aparecen diseminados en la literatura bíblica restante
en todos los períodos.
Primero,
mashîaj se refiere a alguien que han
ungido con aceite, simbolizando la unción del Espíritu Santo para tareas
específicas. Se ungían a reyes (1 Sam. 24:6), sumo sacerdotes y algunos
profetas (1 R. 19:16). «Si el sacerdote ungido pecare
según el pecado del pueblo» (Lv. 4:3: primer ejemplo bíblico). En el
caso de Ciro, el Espíritu de Dios lo ungió con la comisión especial de ser
libertador de Israel (Is. 45:1). A los patriarcas también se les llama «ungidos»:
«¡No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas!» (Salm.
105:15).
Segundo,
el vocablo a veces se translitera «Mesías». Después de la promesa a David (2 Sam. 7:13),
mashîaj se refiere inmediatamente a la
dinastía davídica, pero al final apunta hacia el «Mesías», Jesucristo: «Se presentan los
reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehová y su
Ungido» (Salm. 2:2 rva). Dn. 9:25 contiene una transliteración del
término: «Conoce,
pues, y entiende que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe». En el Nuevo Testamento se
constata el mismo significado de este vocablo (Jn. 1:41). Es más frecuente en
el Nuevo Testamento traducir el vocablo («Cristo») en lugar de transliterarlo («Mesías»).
mashaj = (מָשַׁח, H4886), B. Verbo, «untar con aceite o pintura, ungir». Este verbo, que aparece 69 veces en hebreo bíblico tiene cognados en ugarítico, acádico, arameo y arábigo. Los complementos del verbo son personas, animales para sacrificio y objetos culticos. En Ex. 30:30 (rva) se ungen a Aarón y sus hijos: «También ungirás a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás, para que me sirvan como sacerdotes». (Fuente: Diccionario Bíblico NT. VINE)
2. Pedir Ayuda Al Señor: Mateo 20:31-34:
El clamor de los ciegos llamó la atención a todos, no sólo por la clara
referencia mesiánica, sino por la nota urgente que procedía de estos hombres
desesperados. Los ciegos lograron la atención y agrado de Jesús,
porque no apelaron a méritos propios, pues no los tenían, sino a la
misericordia de Dios.
La pregunta de Jesús no estuvo de más, pues siendo ellos mendigos quizá deseaban una limosna. Pero ellos anhelaban un beneficio mayor: la vista. Bruce observa que los ciegos vinieron con los “ojos del corazón" abiertos, es decir, reconocieron aun en su ceguera la divinidad de Jesús. He conocido a muchos ciegos, pero entre ellos a ningún ateo.
Cuando algunos adultos trajeron a los
niños a Jesús para que los bendijera, los discípulos los reprendieron. Entonces
Jesús reprendió a los que reprendieron a los niños, o a los que los trajeron (Mt.
19:13s.). Parece que los discípulos aprendieron la lección, pues en esta
ocasión no participaron con la gente que reprendía a los ciegos.
El verbo en griego para “reprender” (G2008) procede de otro vocablo griego (G5091) que significa “fijar un valor” sobre algo o alguien. En este caso tal vez significa que la multitud consideró a los ciegos de valor demasiado insignificante como para ocupar el tiempo de Jesús. ¡Los desaprobaron!
Ayuda Hermenéutica:
ἐπιτιμάω = epitimáo G2008 de G1909
y G5091; imponer sobre,
i.e. censurar o amonestar; por implicación prohibir: - encargar, mandar, reconvenir, reprender.
τιμάω = timáo G5091 de G5093; premiar, i.e. fijar a valoración sobre; por implicación reverenciar: - honrar, atención. (Strong).
Se nota el contraste marcado entre la actitud de la multitud y la de Jesús. Este siempre se mostró sensible a la necesidad del hombre, sobre todo cuando éste la reconoce y llega a Jesús solicitando ayuda. Ante el clamor de los dos ciegos, Jesús no demoró en sentirse movido a misericordia. La expresión conmovido dentro de sí (v. 34) es un intento de captar el sentido del verbo griego (G4697) que literalmente significa “el retorcerse de las entrañas” o “el sentir agudamente en los órganos vitales el dolor” por lo que uno ve o experimenta. El padre del hijo pródigo sintió esta emoción cuando vio a su hijo regresando a casa (Lc. 15:20).
Ayuda Hermenéutica:
σπλαγχνίζομαι = splanjnízomai G4697 voz media de G4698; sentir que las entrañas anhelan, i.e. (figurativamente) sentir lástima, compadecer: - misericordia, mover a misericordia, compadecer, compasión.
Jesús extendió la mano y tocó los ojos de
los ciegos, una expresión más de su compasión. Sin embargo, no siempre tocó a
los enfermos que sanó (comp. 9:22). El episodio termina con una nota muy grata.
Con dos verbos que indican acción decisiva, Mateo termina el relato. De
inmediato recobraron la vista (v. 34). O literalmente:
· Miraron otra vez; o,
· Miraron hacia arriba.
La sanidad fue
instantánea.
Lo fue también su decisión de seguir a Jesús, pero ahora lo podían hacer sin la
necesidad de que los llevaran de la mano. ¿Hasta dónde lo siguieron?
Por lo menos lo siguieron hasta Jerusalén donde quizá presenciaron su muerte. ¿Estarían entre los 500 que vieron al Señor en el monte después de la resurrección (1 Cor. 15:6), o entre los 120 en el aposento alto en el día de Pentecostés (Hechos 1:15)? Quizá. Su gratitud al Señor por haber recibido la vista despertó en ellos el deseo de estar con él y de servirle (comp. 8:15).
Verdades
Prácticas:
Introducción:
Los dos ciegos de Jericó
(20:34), como consecuencia de la ayuda del Señor, decidieron seguir al Maestro.
Es bueno
destacar que otros decidieron lo mismo y no fueron rebeldes a esa oportunidad
que se les presentara:
1. Pedro y Andrés,
al escuchar la invitación de Jesús, de inmediato ellos dejaron sus redes y le
siguieron (4:20).
2. Jacobo y Juan, al
ser llamados, en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y le siguieron
(4:22).
3. A Mateo le dijo: ¡Sígueme!
Y él se levantó y le siguió (9:9).
4. A Bartimeo le dijo: Tu fe
te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús en el
camino (Mr. 10:52).
5. Por haber sanado
endemoniados, lunáticos y paralíticos, le siguieron grandes multitudes (Mt. 4:25).
Concluyó:
¿Qué Quieres Que Te Haga?
Esta pregunta es asombrosa. Muestra que Jesús, el Sanador, anhela
ayudarnos. Pero primero, se nos invita a tomar un paso de humildad: admitir
que lo necesitamos.
Bartimeo, el
mendigo [los mendigos, físicos y
espirituales…]
“profesional”, estaba realmente necesitado:
· Era pobre,
· Estaba solo y abatido, y
· Posiblemente con hambre.
Pero al que querer una nueva vida, dijo
con sencillez: “Maestro,
quiero ver”. Y Jesús lo sanó.
___________
Nota
y Bibliografía:
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYRIE.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 2//10//2021.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
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