LOS
TRES ENEMIGOS DEL CRISTIANO:
(Rom. 8:7; Stg. 4:4; 1 P. 5:8)
“Para que la justicia de la ley se
cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu…” (Rom. 8:7).
“¡Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo
es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. (Stg. 4:4).
“Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; …” (1 P. 5:8).
Pablo divide a la gente en dos
categorías:
· Los que son de la carne y
· Los que son del Espíritu Santo.
Todos estaríamos en la primera categoría
si Jesús no nos hubiera ofrecido una vía de escape. Una vez que aceptamos a
Jesús, le seguimos porque su senda nos brinda vida y paz. Cada día debemos
decidir a conciencia centrar nuestras vidas en Dios. Use
la Biblia para ver los mandatos de Dios y sígalos.
Pregúntese en cada situación dudosa: "¿Qué quiere Jesús que
haga?". Cuando
el Espíritu Santo le muestre lo que es bueno, hágalo con entusiasmo. Si desea
más información acerca de la naturaleza que se opone a nuestra nueva vida en
Cristo, léanse Rom. 6:6-8; Ef. 4:22-24; Col. 3:3-15.
Veamos cual es el accionar de nuestros adversarios y enemigo de Dios.
I. LA CARNE: Romanos 8:4-9:
Ayuda Hermenéutica:
G4561 σάρξ = sárx: probablemente de la base de G4563;
carne (como despojada de la piel), i.e. (estrictamente) la carne de un animal
(como alimento), o (por extensión) el cuerpo (como opuesto al alma [o
espíritu], o como símbolo de lo que es externo, o como el medio del
parentesco), o (por implicación) naturaleza humana (con sus debilidades [fís. o
moralmente] y pasiones), o (específicamente) un ser humano (como tal): - carnal, carne,
cuerpo, humano, naturaleza, sangre. (Strong).
NOTA: VV. 4-8: Aquí el contraste es entre una vida dominada por la CARNE (I, es., la naturaleza pecadora que hay dentro) y una vida controlada por el Espíritu Santo.
Pablo presenta dos estilos de vida que son el centro de toda su
argumentación hasta el v. 17:
· Andar conforme a la carne es seguir los deseos de la vida vieja.
· Andar conforme al Espíritu es dejarse
guiar por el Espíritu Santo, para vivir de una forma que sea agradable a Dios.
Pablo espera que los cristianos vivan normalmente en las cosas
del Espíritu.
Esto supone santidad, no sólo en la conducta y las palabras, sino también en
los pensamientos que se albergan en nuestra mente cada momento del día.
Los que viven según la carne caracteriza la naturaleza de las personas, y es una forma más enérgica de describir la actividad de andar en pecado. De ahí que la frase se refiera a los incrédulos, que no pueden agradar a Dios. Esto no se aplica a los creyentes, como demuestra el próximo versículo.
No es de él:
· En todos los cristianos mora el Espíritu
Santo.
· El que no tenga el Espíritu Santo no es
cristiano.
Aunque Pablo dice que los cristianos viven
según el Espíritu, también advierte que de tiempo en tiempo puede que anden «conforme a la
carne» (v. 13).
“Porque si vivís
conforme a la carne, moriréis; más si por el
Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. (Rom 8:13)
NOTA: V.13: Véase la nota a 6:16[*]. Pablo señala dos direcciones posibles
en la vida, y muestra sus últimas consecuencias. Dice que los cristianos tienen
la capacidad para escoger hacer algo que no es característico de ellos, esto
es, andar «conforme
a la carne»; y les advierte que no lo hagan. Mas si por el Espíritu hacéis morir las
obras de la carne: Un buen resumen del proceso de santificación (crecer en santidad) en la
vida cristiana. Debemos trabajar activamente para crecer en santidad
y «dar muerte»
a cualquier pecado en nuestras mentes, tanto en palabras como en obras. Pero, a
pesar de que hagamos todo nuestro esfuerzo, Pablo nos recuerda que solamente
alcanzaremos la victoria «por el Espíritu», esto es, por el poder del Espíritu Santo.
[*]Rom. 6:16: Una persona es esclava de aquello ante lo que se inclina y de lo que reconoce como su dueño. Si obedece el mandato del pecado, éste es entonces su amo y se mueve en dirección hacia la muerte. Si obedece el mandato de la justicia, ésta es a quien se somete, y experimenta la verdadera vida.
Vivir conforme a la carne: Véase v. 4. Aunque Pablo no lo dice claramente, la implicación es que somos deudores del Espíritu, de vivir de acuerdo al Espíritu.
II. EL MUNDO. Santiago 4:4-6:
Cuidado Con El
Adulterio Espiritual. Santiago 4:4–6:
En 2:11, al recordar los mandamientos dados a Moisés, Santiago
mencionó dos:
· El homicidio y
· El adulterio.
En esta sección de su carta nuevamente emergen. Tanto el homicidio como
el adulterio regulan nuestras relaciones
con los demás. Ambos tienen que ver con la vida y
la muerte, y con nuestras lealtades para con Dios y para con nuestros
congéneres.
Las pasiones engañosas y el vivir para los
placeres nos hacen equivocar en nuestras lealtades, entre ellas, las lealtades
espirituales, que son las más importantes. En lugar de consagrarnos
a adorar al verdadero Dios, comenzamos a dedicarnos y a adorar a
otros dioses que toman su lugar. Eso es adulterio espiritual.
La imagen del adulterio espiritual fue utilizada
por el profeta Oseas, que recibió de Dios el mandato de casarse con una mujer
dada a la prostitución, “porque la tierra se ha dado enteramente a la prostitución,
apartándose de Jehová” (Os. 1:2). Santiago lo dice directamente, sin tapujos:
· ¡Gente adúltera!
También Jesús y Juan el Bautista hablaron
fuerte y dijeron las cosas abiertamente (Mt. 3:7; 12:34; 23:33). Por eso,
muchas veces se ganaron la antipatía de quienes se sentían desenmascarados
frente a los demás.
La expresión de Santiago que se traduce gente adúltera = moijalides G3432, que, por ser femenino, podría traducirse literalmente: “adulteras”. Siendo que la palabra griega para alma es también femenina, RVR-1960 traducía “Oh, almas adúlteras”. También podría referirse a la “generación adúltera”, una expresión favorita de Jesús (Mt. 12:39; 16:4; Mr. 8:38).
Ayuda Hermenéutica:
μοιχός = moijós G3432 tal vez palabra primaria; amante (hombre); figurativamente apóstata: - adúltero. (Strong).
La expresión de RVA gente adúltera es más inclusiva. No sólo el alma es lo que adultera, también el cuerpo. El sentido que Santiago le da a la palabra no es en el sentido literal (Rom. 7:3; 2 P. 2:14) sino en el sentido espiritual de una persona o comunidad de fe que han abandonado a Dios por otros dioses. También el apóstol Pablo comparó a la iglesia con una esposa infiel (2 Cor. 11:1–3), que ha abandonado a Dios y a su verdadero marido, Cristo (Ef. 5:24–28).
Una nueva pregunta retórica continúa el argumento:
Ø ¿No sabéis que la amistad con el mundo1) es enemistad con Dios?
Como si fuera una verdadera pregunta, Santiago la contesta:
Ø Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo
de Dios.
Es una manera retórica de afirmar lo mismo:
Ø Todo amigo de Dios es enemigo del mundo, y
todo amigo del mundo es enemigo de Dios.
La intención de Santiago no es crear un dualismo
teológico, escatológico
o aun ético. Su pensamiento refleja el sentir del Señor:
v Hay dos puertas y dos caminos (Mt. 7:13, 14),
v Dos árboles (Mt. 7:17),
v Dos hijos (Mt. 21:28),
v Dos que están en el campo (Mt. 24:40, 41),
Porque finalmente hay dos señores:
· “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt. 6:24).
Cada uno tiene que hacer su decisión. Cada quien debe
decidir con quien caminar, si con Dios o con el mundo, cada uno debe decidir
dónde están sus amigos. La antítesis amistad—enemistad está repetida dos veces en
el versículo 4, una vez como pregunta retórica que espera respuesta afirmativa,
y la otra vez como afirmación tajante: el que quiera ser
amigo del mundo se constituye enemigo de Dios.
La misma antítesis es utilizada por el apóstol Pablo (Rom. 5:10; 8:7; Filp. 3:18). No se puede ser a la vez amigo de Dios y amigo del mundo, como tampoco se puede ser a la vez enemigo del mundo y enemigo de Dios. La aceptación de la amistad de uno conlleva la aceptación de la enemistad del otro.
Es de notar la expresión de Santiago: el que quiera ser amigo del mundo. No es cosa siquiera de llegar a serlo,
basta con querer serlo. Hay quienes son amigos del mundo sin saberlo y hay
quienes son amigos del mundo sin quererlo. Los peores son quienes quieren serlo. Hay quienes dan su vida por tener la amistad del mundo.
Hay quienes para los cuales no hay otra cosa que la amistad del mundo. Estos
son, sin duda, los enemigos de Dios.
Para ellos las cosas de Dios no tienen valor ni importancia. Por haberse hecho a sí mismos amigos del mundo, han sido declarados, constituidos (presente) enemigos de Dios. Hay aquí una nueva aparición del pasivo divino. ¿Quién es el que los ha declarado enemigos? Dios mismo. Esa es la implicación de Santiago.
Hay que entender bien las implicaciones de
Santiago en cuanto a la relación del cristiano con el mundo. El centro de la epístola
y núcleo de la vida cristiana ha sido establecido como tener la sabiduría de lo
alto (3:17, 18). Como resultado de esa sabiduría, el creyente se compromete con
Cristo a vivir de cierta manera.
Santiago nos muestra cómo. La posición aparente de Santiago en
cuando a la relación del cristiano con el mundo es negativa. El cristiano que
vive como el mundo es un adúltero
espiritual, es un enemigo de Dios, es alguien que no resiste al
diablo, sino que se complace en él. En relación a esta aparente
negatividad de la relación del cristiano con el mundo, la receta de Santiago es
clara:
Ø El pecador debe limpiar sus manos (4:8),
Ø El de doble ánimo debe purificar su
corazón, afligirse, lamentar y llorar (4:9), y
Ø Humillarse ante Dios (4:10).
Esta es la aparente fórmula de Santiago. Pero por el fondo hay otro remedio, uno de carácter positivo, más importante y permanente que el anterior.
Aunque no lo diga con palabras, Santiago implica una relación
más positiva del cristiano con el mundo:
· Primero, que el cristiano vive
en el mundo y es responsable por él.
· Segundo, que el mundo es
de Dios, no del diablo. Satanás puede estar en control del mundo, pero por poco
tiempo.
· Tercero, Satanás no controla a los cristianos. Satanás sólo
controla a aquellos que no le resisten, pero los verdaderos cristianos se
someten a Dios, no al diablo.
· Por último, los cristianos
pueden y deben ser agentes de cambio para bien en un mundo que cambia para mal.
Santiago sueña con otro mundo posible. Si Santiago
fuera un dualista
o maniqueísta, como a veces son algunos
cristianos, no vería ninguna posibilidad de cambio para bien en el mundo, ni
esperanza.
Santiago anima continuamente a sus oyentes a vivir una vida que, aunque vaya en contra de las tendencias y expectativas del mundo, sea un testimonio de las tendencias y esperanzas que vienen de parte de Dios, quien es el dueño verdadero del mundo.
La conclusión positiva de Santiago es que
el cristiano forma parte del mundo y no debe alejarse de él retrayéndose. El
peligro de algunos cristianos
dualistas es alejarse tanto del mundo que de pronto ya no
tienen ningún tipo de contactos o influencia en él. Para poder afectarlo y
cambiarlo para bien, el cristiano debe meterse en el mundo que le rodea, no
retraerse, sino jugarse por su Señor.
Así también el Señor, en su oración sacerdotal pidió:
Ø “No ruego que los quites del
mundo, sino que los guardes del maligno” (Juan 17:15).
En esta tensión de estar en el mundo, pero
no ser del mundo vivimos siempre los cristianos. Santiago no es ajeno a ella.
Además, todo verdadero cristiano ya no
vive en “este”
mundo porque Cristo Jesús ha inaugurado un nuevo mundo y el cristiano, como
nueva creación en Cristo, es criatura de una nueva forma de vida. Por eso el
cristiano puede aspirar a nuevas formas de vida porque él ha experimentado una
nueva forma de vida: la vida de Cristo en su
vida. El cristiano también puede ser verdadero agente de cambio en
la sociedad que le rodea, porque él ha experimentado un nuevo tipo de sociedad,
la sociedad de Cristo, la familia de Dios.
Esa sociedad con Cristo le impulsa a asociarse con otros en pureza y no en pecado. El cristiano estará entonces siempre tendiendo hacia un mundo mejor, hacia la ciudad que no tiene fundamentos en la tierra, cuyo verdadero fundamento es Dios, la ciudad celestial, la Jerusalén eterna, que baja desde el cielo (Heb. 11:10; Ap. 21:2).
Si Santiago sólo debiera ser interpretado por lo escrito, la relación del cristiano con el mundo parecería muy negativa y falta de esperanza. Pero cuando analizamos el pasaje a la luz de todo lo que Santiago escribe en su epístola, podemos ver una actitud positiva, una esperanza real y un llamado de Santiago al compromiso social, a la lucha por un mundo mejor, por un mundo donde los derechos de todos sean respetados, especialmente los derechos de los pobres y los indefensos. El cristiano tiene un deber de relacionarse con el mundo que le rodea sin temores, sin excusas y sin escudarse en sus fallas y pecados. Dios le da poder para relacionarse positivamente con el mundo.
Una última implicación nos deja Santiago, más sutil pero no por eso menos importante. Para quienes se deleitan en las cosas de Dios, para quienes buscan el reino de Dios y su justicia, para quienes intentan realizar un mundo mejor, para estos está reservada la bienaventuranza de Abraham, quien además de ser nuestro padre en la fe, recibió el honorable título de “amigo de Dios” (2:23).
La amistad con Dios es afirmada
positivamente por Santiago con el reconocimiento de la presencia del Espíritu
Santo en el creyente. Cualquiera que crea que la carta de Santiago es un
antiguo escrito judío al que algún cristiano hizo un par de retoques debería
quedar estupefacto al leer este versículo. La promesa del Espíritu Santo en cada
creyente es un signo del nuevo pacto (Ez. 36:27). Muchos tropiezan
con este versículo por no poder encontrar el texto de la Escritura a la cual
Santiago se refiere.
Obviamente, ese texto tendría que ser del
AT., ya que en tiempos de Santiago el NT., estaba todavía en formación. Al no poder
señalar ningún texto en el AT., que diga
textualmente:
· El Espíritu que él hizo morar en nosotros
nos anhela celosamente, intentan explicarlo como una descripción poética de Éxodo 20:5 (o Deut. 6:15), o
· Como una recopilación de Génesis 6:3–5, Isaías 63:8–16 o Zacarías
8:2.
Nada de todo esto es necesario. Si bien es natural y razonable esperar que después de la frase dice la Escritura se cite realmente un texto bíblico, no todas las veces es así. A veces se citan textos de proveniencia desconocida (1 Cor. 2:9), a veces se citan textos adaptados libremente (Ef. 5:14, adaptación libre de Isaías 26:19 o 60:1), a veces se citan textos de escritos que no fueron aceptados en el canon. En el caso que nos ocupa, la proveniencia del texto es desconocida.
La afirmación de Santiago, en cualquier caso, es muy clara:
Ø El Espíritu Santo habita en los cristianos y
nos anhela celosamente.
Esta expresión, epipozeo G1971, significa desear, anhelar, buscar con amor, apetecer, y aun codiciar. La expresión es usada muchas veces por el apóstol Pablo para referirse a sus amados hermanos (Rom 1:11; Filp. 1:8; 2:26; 2 Tim. 1:4).
Ayuda Hermenéutica:
ἐπιποθέω = epipodséo G1971 de G1909 y ποθέω = podséo (anhelar); dotar, i.e., anhelar intensamente posesión (legal o ilícitamente): - amar, anhelar, desear, deseo. (Strong).
Ese mismo amor celoso, en el buen sentido de los celos, es el que el Espíritu Santo tiene por los cristianos. El argumento de Santiago sigue rondando la idea de la amistad-enemistad con Dios. Si el Espíritu nos anhela celosamente no dejará que nos alejemos de Dios y que seamos constituidos enemigos suyos.
Al pensar en estos celos amorosos del
Espíritu hacia los cristianos, la idea que inmediatamente viene a la mente es de si seremos dignos de tanto
amor y de tanto celo. Quizá por eso Santiago se apure a decir, Pero él da mayor gracia. ¿Qué quiere decir? ¿Mayor gracia que qué? Obviamente, mayor que
nuestra falta de fidelidad al amor
celoso del Espíritu que nos habita. Si fuera por nuestra falta de consideración
al Espíritu de Dios, éste debiera
haberse ya retirado de nosotros.
No lo hace, sin embargo, porque la presencia del Espíritu en el cristiano no es un mérito del cristiano sino un don de Dios, una gracia mayor que Dios nos da, mayor que nuestra falta de fe, mayor que nuestra incredulidad, mayor que nuestra infidelidad, mayor que nuestra humanidad. Nosotros podemos ser débiles, pero el Espíritu, que nos anhela celosamente, permanecerá siempre con nosotros en medio de nuestra debilidad (2 Cor. 12:10). Su permanencia no se sostiene en nuestra fidelidad sino en su fidelidad.
La única cosa que como humanos podemos hacer para merecer la gracia de Dios, culmina Santiago, es mantener un espíritu de humildad. Todo lo demás es hecho por Dios. Por eso recuerda Proverbios 3:34: “Ciertamente él se burlará de los que se burlan, pero a los humildes concederá gracia”. También el apóstol Pedro (1 P. 5:5) recuerda el mismo proverbio al hablar de la humildad, lo cual manifiesta una vez más la interdependencia de Santiago y Pedro. Nuevamente Santiago reitera la antítesis amistad enemistad, esta vez en relación al carácter que la determina: humildad-soberbia.
La amistad con Dios está marcada por la humildad, así como la enemistad con Dios por la soberbia. La soberbia produce amistad con el mundo, pero enemistad con Dios. Dios resiste a los soberbios, dice Santiago. La soberbia = uperefanos G5244, literalmente “que mira para arriba”, altanera, arrogante, orgullosa, vanidosa, que se jacta de su posición y desprecia a los otros (2 Tim. 3:2–4), es una de las características de aquellos que han sido abandonados por Dios, en el vocabulario de Pablo (Rom. 1:30); de los que han sido esparcidos en los pensamientos de sus propios corazones, según las palabras del cántico de María (Lc. 1:51). Dios no tiene nada que ver con los soberbios.
Ayuda Hermenéutica:
ὑπερήφανος = juperéfanos G5244 de G5228 y G5316; apareciendo por encima de otros (conspicuo), i.e. (figurativamente) soberbio: - soberbio.
Pero Dios da gracia a los humildes. Nuevamente recuerda Santiago al hermano de humilde condición (1:9), y lo señala como amigo de Dios, y el único que recibe su gracia. Es natural que quien reciba la gracia de Dios sea aquel que en su carácter se parece a Jesucristo, quien fue “manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29; 2 Cor. 10:1). Nuevamente, en la vida cristiana no se puede ser lo que no se recibe de Dios. La gracia, el Espíritu Santo, la humildad verdadera, y la sabiduría de lo alto, todo ello se recibe de Dios.
III. EL DIABLO. 1 Pedro 5:8-9:
El autor inspirado ha escrito acerca de la
esperanza viva que los creyentes tienen aún entre las tribulaciones, y cómo
deben dar testimonio fiel en su relación con el Señor y con diversos grupos
humanos. Ha dado atención especial al hacer la voluntad de Dios en medio, y por
medio, del sufrimiento.
Ahora, al ir hacia el final de su carta pastoral, dirige su
atención a dos sectores de la congregación:
· En cuanto a su relación con ella, y
· Luego da algunos consejos generales.
Resistid: Un imperativo que insta a oponerse a las maniobras del adversario. A causa de la agresiva hostilidad del diablo, los cristianos deben estar espiritualmente alertas, no sólo para resistir sus ataques (empleando la armadura que se describe en Ef. 6:10-18), sino librando una batalla espiritual contra él, por medio de la oración.
Ayuda Hermenéutica:
anthistemi = (ἀνθίστημι, G436),
poner en contra (anti = contra,
jistemi
= poner en pie), utilizado en la voz media
(o pasiva) y en el 2º aoristo intransitivo y en el activo perfecto,
significando enfrentarse, oponerse, resistir.
Se
traduce resistir en Mt. 5:39; Lc. 21:15; Hech. 6:10; 13:8; Rom. 9:19; 13:2
(para la segunda y tercera parte; en cuanto a la primera, véase Nº 3); Gál. 2:11;
Ef. 6:13; 2 Tim. 3:8, dos veces; Stg. 4:7; 1 P. 5:9; con el verbo oponerse en 2
Tim. 4:15 (rv: «ha
resistido»). (VINE).
G1228 διάβολος = diábolos: de G1225; calumniador; específicamente Satanás [Compare H7854]: - calumniador, diablo. (Strong).
Advertencia De Cuidarse Del Diablo.
Sin embargo, el entregar al Señor las
ansiedades no le autoriza a uno a descuidar el esfuerzo
y la vigilancia.
Entre lo demás está la advertencia de cuidarse del diablo. Dos veces antes
(1:13 y 4:7) se ha señalado la importancia de sed sobrios y velad. El Señor Jesús había advertido a Pedro y a sus compañeros
sobre el velar en vista de la pendiente segunda venida (Mt. 24:42–51); aquí el Apóstol lo aplica al
peligro del siempre presente Satanás, que anda alrededor buscando
a quien devorar. El diablo (que significa “calumniador”) es vuestro adversario, pues como
león rugiente su propósito es destruir. ¿Cómo debemos enfrentarlo?
Resistiéndole, reteniendo firme
la fe y
comprendiendo que otros muchos pasan las mismas experiencias difíciles.
Santiago 4:7 dice: “Resistid al diablo”. El Señor había advertido a Pedro: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos…”
(Lc. 22:31). Resistid
(v. 9) en el gr. aquí no es igual a la voz que se usa en el v. 5. El término
aquí es más defensivo, “estar firme contra”.
Nosotros con nuestras propias fuerzas no somos capaces de tomar la ofensiva contra Satanás; pero mediante la fe en Cristo Jesús podemos resistirle, manteniéndonos en la firmeza del grupo de creyentes. Podemos lograr en el conjunto de hermanos lo que aisladamente sería muy difícil.
También ayuda saber que no estamos solos en nuestra lucha. La valentía de
unos estimula la valentía en otros. En el caso de los primeros lectores de esta
epístola, deben afirmarse en su lealtad hacia su Redentor, pese a los feroces
esfuerzos de los instrumentos del diablo, sean oficiales o presiones sociales,
para hacerles renunciar o claudicar en su fe. Pero la fe (v. 9) bien puede significar más que actuar con fe.
También se debe evitar el diluir o desviar la fe, es decir, el cuerpo de enseñanza que ha venido de Dios por medio de sus auténticos mensajeros (ver Gál. 1:6–12; 1 Jn. 4:1–3). Hay que resistir la tentación de ajustar la doctrina porque parece conveniente a fin de evitar problemas.
Concluyo:
Pablo muestra la manera en que la posesión
de la vida “espiritual”
llevará a disfrutar de la vida “física”, por medio de la resurrección del cuerpo.
Y esto también será logrado por medio del poder del Espíritu, que ahora mora en
nosotros.
La meta de Dios no es dar a los seres
humanos lo que reclaman sus impulsos; su meta es que los seres humanos aprendan
a amar lo que él ama. No es que Dios no quiere que las personas tengan placer,
sino que quiere entrenarlas en lo que él sabe que es realmente bueno. Como
ocurrió con Cristo, la crucifixión viene antes de la resurrección para el
pueblo de Dios (Gál. 5:24).
Una vida sin cuidados
no es una vida descuidada, y el cristiano debe ser vigilante ya que está
siempre envuelto en una guerra espiritual. Los hechos de
ésta son:
· Hay un enemigo, el
demonio;
· Busca
oportunidades para destruir a los cristianos;
· La forma de
vencerlo es la resistencia;
· Esa resistencia se
basa en la confianza en Dios;
· También se basa en
el conocimiento de que no estamos solos en la lucha;
· El resultado
depende de Dios quien, en razón del destino final que tiene para nosotros,
cubrirá todas las necesidades en el camino;
· Este Dios tiene poder para siempre.
Al margen de estos tres: La Carne, El Mundo, El Diablo, podríamos decir, que la luchas también esta contra: El Orgullo, El Dinero, y Las Mujeres…
Use La Biblia Para Ver Los Mandatos De Dios y Sígalos.
___________
Nota y
Bibliografía:
1) kosmos = (κόσμος, G2889),
primariamente orden, disposición, ornamento, adorno (1 P. 3:3: «atavío»,
rvr; «adorno»).
Se utiliza
para denotar: (a) la tierra (por ejemp., Mt. 13:35; Jn. 21:25; Hech. 17:24;
Rom. 1:20 , donde probablemente se refiere al universo; entre los griegos tenía
este significado, debido al orden que se observaba en él; 1 Tim. 6:7; Heb. 4:3;
9:26); (b) la tierra en contraste con el cielo (1 Jn. 3:17 ;
quizá también Rom. 4:13); (c) por metonimia,
la raza humana (por ejemp., Mt. 5:14); En Jn. 1:9, «que viene» (rvr: «venía a este mundo»),
se dice de Cristo, no de «todo hombre»; por su venida al mundo él era la luz
para todos los hombres (Juan 1:10; 3:16-17, tres veces, 19; Juan 4:42, y
frecuentemente en Romanos, 1 Corintios y 1 Juan); (d) los
gentiles en distinción a los judíos (por ejemp., Rom. 11:12; 11:15, donde el
significado es que todos los que quieran pueden ser reconciliados; comp. 2 Cor.
5:19); (f) la suma de las posesiones temporales (Mt. 16:26; 1 Cor.
7:31a); (g) metafóricamente,
de la lengua como «un mundo de maldad» (Stg. 3:6), expresando
magnitud y variedad. (VINE).
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYRIE.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 3//2//2022.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
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