PARTE I:
EL MENSAJE DEL ANTIGUO TESTAMENTO PARA LA IGLESIA DE HOY:
“Y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras,
las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo
Jesús”.
(2
Timoteo 3:15)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
INTRODUCCIÓN:
Para muchos cristianos el AT., es algo
así como el apéndice del cuerpo humano. Se sospecha que en algún tiempo pasado
tuvo cierta importancia, pero el día de hoy su utilidad es marginal.
Aparte de algunos salmos y una serie de
historias y biografías, el AT., tiende a ser un libro cerrado al margen de la vida
de la iglesia. Esta tendencia obedece a toda una serie de factores, muchos de
los cuales están fuera del alcance de este artículo. Pero si hemos de “desmarginalizar”
el AT., es vital entender la importancia de su mensaje para la vida y enseñanza
de la iglesia.
En
este artículo veremos:
1) Algunas de las maneras en que la iglesia ha entendido el
lugar y la autoridad del mensaje del AT a través de la historia;
2) Formas en que se utiliza el mensaje del AT en la iglesia,
y
3) Algunos puntos
clave del mensaje del AT., para los cristianos.
I. EL MENSAJE DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN LA
HISTORIA DE LA IGLESIA:
Al leer el AT., uno confronta la realidad
de que su ética y moral no siempre son las del evangelio de Cristo. Si el
mensaje del AT., refleja un entendimiento anterior a la revelación completa en
Cristo, ¿cómo se
debe utilizar ese mensaje en la iglesia hoy? ¿Cuál
es el valor del mensaje antiguo testamentario para los cristianos?
La actitud de la iglesia hacia estas preguntas ha sido afectada por las polémicas y problemáticas que ha confrontado cada generación. Las respuestas que se han elaborado a través de la historia nos han delimitado el marco para el uso que damos del AT el día de hoy. Por eso es clave entender la historia del uso que la iglesia ha dado a este mensaje del AT.
1) La Iglesia Primitiva:
Los primeros creyentes, al ser todos
judíos, entendían que Jesús era el cumplimiento, que él era el Mesías anunciado
en el AT. Ellos aceptaban las Escrituras judías como suyas, dándoles una interpretación
decididamente mesiánica. Las Escrituras que Pablo le recomienda a Timoteo que
le pueden hacer sabio para la salvación (2 Tim. 3:15) son el texto inspirado
del pueblo judío.
Los escritores del NT., hacen un uso
extenso del texto judío. El AT., forma el marco y trasfondo teológico para el
NT y se hacen muchas citas directas, mayormente de la versión griega la Septuaginta
(LXX). También se encuentra toda una serie de alusiones al texto y a la
enseñanza del AT. Sus interpretaciones reflejan un gran respeto del texto y es
claro que lo aceptan como palabra de Dios.
La novedad que trae la iglesia primitiva a la interpretación del texto es el enfoque cristológico. Usan el AT., para probar, primeramente, a los judíos, que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Las Escrituras judías se han cumplido en la persona y obra de Cristo.
2) Los Padres De La Iglesia:
Al extenderse más allá de sus raíces judías, la iglesia comenzó a confrontar varios dilemas relacionados con el mensaje del AT. Por un lado, tuvo que comenzar a explicar el lugar, en el mensaje cristiano, de aquellas partes del AT., que no cuadraban con la revelación completa del evangelio en Cristo Jesús (por ejemp., las guerras destructivas, la venganza, la poligamia, el exclusivismo judío, etc.). Por otro lado, la obra misionera comenzó a trabajar entre personas que no conocían el judaísmo y que no aceptarían automáticamente que la Biblia judía fuera palabra de Dios. La iglesia ya no podía usar el AT., como comprobante, sino que tenía que justificar su uso ante un mundo incrédulo.
Alrededor del año 150 Marción, hijo de un
obispo, llegó a la conclusión de que el Dios vengativo del AT., no podía ser el
mismo Padre amoroso del NT. Según Marción el AT., era un libro inferior que no
tenía mensaje para la iglesia de Cristo Jesús. Para él solo el Evangelio de
Lucas y las epístolas de Pablo reflejaban el verdadero mensaje cristiano.
El ataque de Marción obligó a la iglesia a considerar los límites y la autoridad del AT. Se rechazó su solución y se afirmó claramente que la fe cristiana no era algo nuevo, sino que Dios había preparado el camino para el advenimiento de Cristo. Se afirmó que el AT., daba testimonio de esta preparación. Por eso, al irse definiendo el canon bíblico, el AT., fue una parte íntegra con los Evangelios, los Hechos y las epístolas del canon aceptado por la iglesia, y más conocido como Biblia.
La obra misionera creó la necesidad de
explicar el evangelio en relación a las religiones y filosofías de la época.
Algunas influenciaron a los teólogos que confrontaron este nuevo horizonte. Los
teólogos de la escuela de Alejandría siguieron el camino de los estoicos y del
filósofo judío Filón, al utilizar el método alegórico para interpretar las
Escrituras.
Clemente y su discípulo Orígenes, teólogos alejandrinos, encontraron
una manera de evitar las porciones difíciles del AT., al enseñar que la Biblia
tenía tres niveles de interpretación:
· Literal,
· Moral y
· Alegórico.
Llegaron, según lo expresa Luis Berkhof en su libro Principios de interpretación bíblica, a la conclusión de que “el significado del Espíritu Santo es siempre claro, simple y digno de Dios. Todo lo que parece oscuro, inmoral, o intrascendente en la Biblia, sirve simplemente como incentivo para hacerlo trascendente”, o sea para interpretarlo alegóricamente. El problema con esta solución es que las interpretaciones alegóricas que se daban de los pasajes difíciles del AT., muchas veces se parecían más a la filosofía griega que a la fe del NT.
La escuela de Antioquía, representada por sus más ilustres discípulos, Teodoro de Mopsuestia y Juan Crisóstomo, repudió cualquier interpretación alegórica. Para ellos el sentido literal (obvio) de la Biblia era clave. Por eso defendieron el método gramático-histórico de interpretar el texto bíblico.
La interpretación alegórica fue aceptada
por la mayoría de los teólogos cristianos de la época, aunque dentro de ciertas
restricciones. Jerónimo
enseñó que cualquier interpretación alegórica debía basarse en el sentido
literal, y Agustín adoptó un sistema cuádruple de interpretación bíblica:
· La histórica,
· Etimológica,
· Analógica y
· Alegórica.
Este sistema de interpretación “solucionó” el problema de los pasajes difíciles y se utilizó a través de la Edad Media al aplicar el mensaje del AT., para la iglesia.
3) La Edad Media:
Durante la Edad Media no se suscitaron conceptos nuevos de trascendencia en relación al AT. Por lo general, la Biblia llegó a ser un libro cerrado, oculto y prohibido para la mayoría de los cristianos, y su interpretación quedó ligada a la costumbre y tradición de la iglesia. El precepto predominante de esta época se puede resumir en las palabras de Hugo de San Víctor, quien enseñó: “Aprende primero lo que debes creer y después ve a la Biblia para hallarlo allí”.
4) La Reforma:
El Renacimiento y la Reforma regresaron la
Biblia al pueblo. Erasmo insistió en la importancia de estudiar el texto
bíblico para entender la fe cristiana, y los reformadores Lutero, Zwinglio,
Calvino y Menno lo hicieron. El regreso a las Escrituras como la única norma
para la fe cristiana ayudó a que se le diera la relevancia y la importancia
real al AT.
Algunas ramas del movimiento de la
Reforma, tal como los anabautistas/menonitas, se enfocaron en el NT.,
como norma para la iglesia. Pero otros reformadores, y muchos de sus
descendientes, vieron en la teocracia del AT., un modelo para desarrollar una
sociedad cristiana. Esta tendencia es notoria en el experimento de Calvino para
desarrollar una sociedad cristiana en Ginebra.
Pero también se ve en los extremos del
radical luterano Tomás Muntzer (1525) y en el esfuerzo desastroso por
establecer la Nueva Jerusalén en la ciudad de Munster (1534–1535). Cada uno
intentó aplicar el mensaje del AT., específicamente la teocracia, directamente
a su visión de cómo debía ser una sociedad cristiana.
El redescubrimiento del AT., tuvo una
influencia fuerte en la formación del pensamiento político protestante. Por
ejemplo, el movimiento puritano inglés fue, en parte, el resultado de una
lectura popular del AT. En el siglo XVII se intentó imponer una teocracia en
Inglaterra bajo el liderazgo de Oliver Cromwell. Y fue este mismo tipo de
esfuerzo teocrático que luego se llevó a las colonias americanas por medio de
los peregrinos.
La Reforma también hizo resaltar otro
aspecto de la autoridad del AT. Algunas versiones griegas del AT., como la
Septuaginta, incluían los libros que hoy llamamos “apócrifos”,
aunque los judíos no los consideraban como parte del canon original. La versión
hebraica solo tiene 22 libros (los 39 de nuestro AT., agrupados de una manera diferente).
Los libros apócrifos se encuentran en la Vulgata, que es la traducción latina
usada por la Iglesia Romana. Así que existen dos listas de los libros del AT.
Hasta el tiempo de la Reforma no se había
hecho un esfuerzo por definir claramente el lugar y la autoridad de los libros
apócrifos. Los reformadores afirmaron que el canon judío era el correcto.
Enseñaron que los libros apócrifos tenían cierto valor, pero que no se podían considerar de inspiración divina. En contraste a los Reformadores, la Iglesia de Roma, en el Concilio de Trento (1545–1547), decidió que el canon del AT., debía incluir los apócrifos, al ver en ellos apoyo para varias doctrinas romanas rechazadas y cuestionadas por los reformadores. Se los llamó libros Deuterocanónicos.
5) El Escolasticismo Protestante:
El dinamismo de los reformadores se fue
perdiendo entre los descendientes de la Reforma y se desarrolló un
escolasticismo protestante. Hubo grandes luchas y debates doctrinales entre los
diferentes grupos protestantes. Muchos de los teólogos protestantes usaban la
Biblia mayormente como una compilación de textos aislados a los cuales se
apelaba para comprobar tal o cual doctrina.
Unos de los esfuerzos de la época fue
tratar de definir, con exactitud, lo que significaba decir que la Biblia es la
Palabra inspirada de Dios. Entre algunos se llegó al extremo de considerar las
marcas vocales del hebreo como inspiradas, aunque estas se habían incluido en
el texto mucho después de la escritura original del AT.
Al seguir los debates doctrinales se fue
perdiendo el sentido de la Biblia como la Palabra viviente de Dios para la
iglesia. Durante el siglo XVII se levantaron varios movimientos en reacción
contra este escolasticismo. En Alemania nació el pietismo y en Inglaterra el
metodismo, como movimientos de avivamiento. Ellos enfatizaron el valor
devocional y personal de la Biblia, la sacaron del debate teológico donde se
encontraba y la regresaron al pueblo.
Por otro lado, se desarrolló el racionalismo. Los racionalistas rechazaban el estudio acrítico de las Escrituras, que reducía la Biblia a un libro de texto para debatir o discutir doctrina. Pero también rechazaron todo aspecto sobrenatural de las Escrituras. Ellos se acercaron al estudio de la Biblia, particularmente al AT., de la misma manera que se estudia un documento histórico o una pieza literaria, abriendo así la puerta para un nuevo y perturbador entendimiento del lugar del AT., en la iglesia.
6) La Edad De La Crítica:
El racionalismo del siglo XVIII buscó
someter todo conocimiento al escrutinio de la razón humana. Y aunque se
rechazaron los extremos del racionalismo, muchos ya no estudiaban la Biblia
como la “Palabra
de Dios”. Este estudio, netamente académico y crítico, llevó a un
cuestionamiento de la autoridad del AT., para la iglesia. De nuevo suscitaron
las preguntas en cuanto a la moralidad y las enseñanzas llamadas “subcristianas”. El estudio crítico
también cuestionó la veracidad de lo relatado por el AT. Se hizo un examen
riguroso de la historia judía relatada por el AT., y muchos llegaron a la conclusión
de que este documento no era un texto digno de confianza, y si no era de
confianza, no podía ser autoritativo para la iglesia.
Esta tendencia se refleja en el método
religiongeschichte (historia-de-las-religiones)
que se desarrolló en Alemania a principios del siglo XIX. Según esta
interpretación, la religión cristiana era el resultado del desarrollo del
concepto religioso judío. El proceso no se debía a la acción o revelación de
Dios, sino al creciente entendimiento religioso de los judíos. Al ir
confrontando las religiones a su alrededor, el pueblo judío fue modificando sus
conceptos religiosos hasta desarrollarse la religión cristiana. Este desarrollo
tuvo tres etapas:
· Primera, el hebraismo primitivo que surge de
entre las religiones de Palestina y es influenciado por ellas;
· Luego el judaísmo que sale de la
confrontación con las grandes religiones del mundo durante el exilio;
· Finalmente, el cristianismo nace, no principalmente alrededor de las
enseñanzas de Jesús, sino como resultado del encuentro de las enseñanzas de los
rabinos Jesús y Pablo con la filosofía y la religión griega.
Algunos teólogos de la época reaccionaron
contra este método histórico-crítico de
interpretar las Escrituras. Aceptando la inspiración divina de las Escrituras,
vieron en la Biblia un testimonio de la obra salvífica de Dios a través de la
historia. Según ellos, la Biblia se debe interpretar de forma gramático-histórica y no histórico-crítica.
El método gramático-histórico ve al AT., como parte de la revelación divina que
se completa en Cristo. No son uniformes los dos Testamentos, pero existe una unidad
en la diversidad. El AT., es importante para la iglesia porque allí se ve cómo
Dios obró la salvación humana a través de la historia de su pueblo.
La mayoría de los llamados teólogos
protestantes (particularmente en Europa)
se inclinaron por el método religiongeschichte. El concepto evolucionario de
Darwin se había hecho sentir en muchas áreas
de la vida, incluyendo la perspectiva de
muchos en relación al AT. Se estudiaba el AT., no como un documento histórico
fidedigno, sino como una recopilación de fuentes de las diferentes épocas del desarrollo
evolucionario de la religión judía.
El “triunfo”
de religiongeschichte se vio con la publicación del Prolegómeno a la Historia
de Israel, por Julio Wellhausen en 1878. Según Wellhausen, se veía un
desarrollo evolucionario en la religión judía tal como se presenta en el AT. Su
obra hizo popular la llamada Hipótesis Documentaria, conocida por las siglas JíP, en relación a la formación
del Pentateuco. Según este entendimiento, el Pentateuco es una colección de
documentos de diversos orígenes, tiempos y autores:
v El llamado YAHVISTA
(J),
v El llamado ELOHISTA (E),
v El llamado DEUTERONOMISTA (D) y
v El llamado SACERDOTAL (P).
Según esta hipótesis el AT., debe ser estudiado, en general, para determinar las diversas fuentes y así explicar el proceso evolucionario de la religión judía. El AT., no es la revelación de Dios, ni un documento unido, y su relación con el NT., es solo histórica y muy tenue. Siendo así el caso, el mensaje del AT., no tendría autoridad para la iglesia.
7) Fundamentalismo, Modernismo y Neoortodoxia:
En las primeras décadas del siglo XX se
vieron varios debates y cambios entre los cristianos que afectaron el
entendimiento de la autoridad del AT. En los Estados Unidos de América se
suscitó el debate fundamentalista-modernista (1910–1930). Este era una
reflexión de la tensión entre el concepto científico y el cristianismo
tradicional. Las posturas de cada lado muchas veces se fueron a los extremos.
El fundamentalismo cayó en un
escolasticismo similar al de los siglos XVI y XVII. El modernismo muchas veces
aceptó un concepto de evolución social, creyendo que la situación humana iba a
ir mejorando. En relación a la autoridad del AT., el fundamentalismo la
aceptaba, pero usaba el AT., mayormente como un libro de texto. El modernismo
perdió contacto práctico con el AT., como libro autoritativo para la iglesia.
Durante este mismo período se levantó el
llamado movimiento neoortodoxo en Europa. Karl
Barth atacó a la “teología liberal” que había surgido del
estudio histórico-crítico de la Biblia.
Se puso un nuevo énfasis en la Palabra de Dios. El resultado fue un nuevo
interés en la teología del AT. El AT., ya no se veía como una compilación, sino
como un documento unido, con un mensaje unido. El asunto de la autoridad o el
valor del mensaje quedó ligado al concepto que tuviera el teólogo acerca de la
inspiración de las Escrituras.
8) La Época Moderna:
Los conceptos modernos del mensaje del AT.,
reflejan las respuestas dadas a través de la historia. Los que rechazan la idea
de una revelación sobrenatural no le dan valor autoritativo al AT., aunque
muchos lo estudian para conocer cómo evoluciona la religión cristiana. Entre
los que aceptan la Biblia como la Palabra de Dios, existe hoy toda una serie de
perspectivas en cuanto a la autoridad de la Biblia. Entre las llamadas “iglesias liberales”
el efecto de la edad crítica aún se hace sentir. El AT., queda al margen por lo
difícil que es reconciliar el estudio crítico con un respeto a la Biblia como
documento autoritativo.
Entre las llamadas “iglesias conservadoras” se ve
más respeto al AT., pero muchas veces con una actitud acrítica que no confronta
las dificultades de utilizar el AT., como libro autoritativo.
El resultado entre muchos, tanto los llamados “liberales” como los llamados “conservadores”, es que se utilizan algunas secciones conocidas del AT., pero el mensaje del AT., en general tiene poco valor autoritativo para la mayoría de los cristianos. Como ha dicho la teóloga norteamericana Elizabeth Achtemeier, el AT., de muchos cristianos modernos parece ser una versión resumida como las que hace Selecciones de Reader’s Digest. Se utilizan algunas partes, pero el valor y la autoridad de todo el AT., para la iglesia es generalmente desconocido.
II. USOS
DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN LA IGLESIA:
Aparte de algunos grupos sectarios, todos
los que se llaman cristianos confiesan que el AT., es parte de las Escrituras.
Ya hemos visto el tema de la autoridad, o valor, dado al texto. En esta sección
queremos ver cómo se utiliza el mensaje en la iglesia. Es allí donde se
demuestra la verdadera importancia que se le da al AT. No hablamos de la cantidad
de uso, ya que en la mayoría de los casos es limitada, sino del tipo. Este uso
resulta de la autoridad práctica que se le da al mensaje del AT.
Queremos hacer un repaso de algunos de esos usos, para entender cómo la iglesia ha utilizado y utiliza el AT.
1) El Antiguo Testamento Al Margen De La Iglesia:
Para muchos el AT., es un libro difícil de entender, del cual uno no espera extraer mucho para el día de hoy. Las iglesias que han sido influidas fuertemente por ciertas tendencias críticas al texto reflejan este sentido. Si se atiene a los resultados de la crítica, llega a ser difícil, si no imposible, leer el AT., para provecho de la iglesia. Un AT., lleno de errores, contradicciones internas y de interpretación compleja, se llega a cerrar a la realidad práctica. Es un texto que solo se necesita estudiar seriamente en seminarios o universidades.
Esta misma tendencia también se ve en círculos más conservadores. Algunos dispensacionalistas hacen una distinción tan fuerte entre el Israel del AT., y la iglesia del NT., que el AT., queda marginado en la iglesia de hoy. Aparte del carácter histórico y devocional de algunas secciones, el texto no tiene valor didáctico para la iglesia. Algunos llegan hasta el extremo de Marción al limitar el canon “verdadero” para la iglesia de hoy a las epístolas de Pablo. No niegan la inspiración del AT., pero sí su valor y utilidad para la iglesia en la actualidad.
2) El Antiguo Testamento Como Norma Para La Iglesia:
Al otro extremo de la tendencia anterior están
aquellos que enseñan que el AT., es normativo para la iglesia. Estos
movimientos (por
ejemp., adventistas, judeocristianos y sabatistas de varios tipos)
entienden que la ley de Moisés es irrevocable y debe ser practicada por los
creyentes hoy en día. Por lo general esta postura hace una distinción entre lo
que se llama la ley ceremonial y la ley moral. Los sacrificios y toda la
ceremonia ligada al templo se cumplieron en la vida, obra y ministerio de
Cristo. Ya no hay necesidad de hacer otro sacrificio.
Pero según esta interpretación las normas
morales del AT., siguen en vigor el día de hoy. No existe un acuerdo completo
entre los diferentes movimientos que exponen esta doctrina. Todas afirman que
se debe vivir la moral expuesta en la ley de Moisés y la gran mayoría afirma
que el día del Señor debe ser observado el sábado. Por lo general también se les
da importancia a las reglas dietéticas, reconociendo que existe una variación
entre los movimientos. Algunos celebran las fiestas judías (por ejemp.,
Pascua, Tabernáculos, etc.) y otros también practican las normas de
purificación.
Esta interpretación tiene una larga
tradición histórica. Muchos movimientos han intentado aplicar el AT., de una
manera u otra a la vida de la iglesia. La dificultad de esta posición es saber
dónde poner la línea entre lo que se debe aceptar y lo que se debe rechazar de
las normas del AT. Todos concuerdan en que la ceremonia y los sacrificios se
cumplen en Cristo. Pero también existen muchas normas morales que ningún
cristiano observaría el día de hoy. Por ejemplo, la ley del talión, o los castigos por el adulterio, rebeldía o robo. El resultado es un
proceso de selección que elimina las normas “difíciles”.
Los que aplican las normas del AT.,
confrontan un doble problema hermenéutico.
Ø Por un lado, está el hecho de que el AT., no
hace una distinción entre diferentes tipos de ley.
Ø Todas las normas son la ley.
El infringir una parte
de ella es infringir toda la ley.
Por otro lado, los que practican la ley tienen que buscar una norma fuera del AT., para determinar cuáles partes de la ley son para la iglesia y cuáles no. El AT., no ofrece tal norma y si se usa el NT., entonces el primer testamento solo reafirma el segundo. Los que usan el AT., como normativo se ven obligados a utilizar otra norma para determinar cuáles leyes se aplican a la iglesia y cuáles no.
3) El Antiguo Testamento Como Alegoría:
El AT., nos confronta con dilemas éticos y
morales. Los patriarcas, los jueces y los reyes son personas con muchos
defectos, pero que al mismo tiempo reciben la bendición de Dios. Son homicidas, adúlteros, ladrones, etc.,
pero Dios obra a través de ellos y los llama su pueblo. Por otro lado, la
iglesia ve el AT., como un documento que apunta hacia Cristo. Así que se ha
buscado encontrar a Cristo en profecías, o en tipos, a través del AT.
Aunque estas dos cosas son muy diferentes,
han llevado a una tendencia similar, la interpretación alegórica. La escuela de
Alejandría buscaba la enseñanza más profunda detrás de las historias y lo mismo
ocurre desde muchos púlpitos el día de hoy.
Casi todos los líderes del AT., se han
mencionado como tipos de Cristo, de una manera u otra. Muchos exégetas buscan
una enseñanza profunda en el significado de los nombres o en el valor simbólico
de algún número o lugar.
El problema es que, al dejar el sentido
literal, u obvio, de algún pasaje se pierden las normas de interpretación generalmente
aceptadas. El pasaje llega a ser meramente un trampolín para llevarnos a una
enseñanza “más profunda”
que tiene poco que ver directamente con el pasaje que se está exponiendo. La
enseñanza puede ser “bíblica”, pero no está basada en el texto bíblico
en sí.
De parte de algunos católicos existe una
interpretación tipológica o espiritual. Usando como base la doctrina y
tradición de la iglesia pueden interpretar la Escritura alegóricamente con el
fin de profundizar el entendimiento de la Escritura (Grelot P.). Ese tipo de
interpretación hace posible utilizar casi cualquier texto bíblico para exhortar
o enseñar. Pero la exhortación no se basa en una exposición del texto, sino en
desarrollar una tipología.
Véase Parte II.
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