LA ILUSTRACIÓN DE LA JUSTICIA:
ROMANOS 4:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Procure
dominar este capítulo, ¡sea como sea! Explica cómo Dios justifica (declara
justo) a los impíos mediante la muerte y la resurrección de Jesucristo. «Salvación»
es un término amplio e incluye todo lo que Dios hace por el creyente en Cristo: «justificación» es un término legal que describe nuestra
perfecta posición ante Dios en la justicia de Cristo.
En
este capítulo Pablo usa el ejemplo de Abraham para ilustrar tres grandes hechos
respecto a la justificación por fe.
I. La Justificación Es Por Fe, No Por Obras
(Rom.4:1–8):
Todos
los judíos reverenciaban al «padre Abraham» y por Génesis 15:6 sabemos que
Abraham fue justificado ante Dios. La aceptación de Abraham por Dios era tan
cierta que se referían al cielo como «el seno de Abraham». Sabiendo esto, Pablo apunta a
Abraham y pregunta:
· «¿Cómo fue
Abraham, nuestro padre en la carne, justificado?».
¿Por sus obras? No,
porque entonces pudiera haberse gloriado de sus éxitos y no tenemos ningún
registro de tal acción en el AT. ¿Qué dice la Escritura? «Abraham
creyó a Dios» (véase Gn. 15:1–6.) El don de la justicia vino, no por
obras, sino por la fe en la Palabra revelada de Dios.
Nótese: que en
su argumento Pablo usa las palabras «considerar», «imputar»
y «contar»
(vv. 3–6, 8–11; 22–24). Todas significan lo mismo: poner a cuenta de una persona:
· La justificación
significa justicia imputada (puesta a nuestra cuenta) y nos da el derecho de
estar ante Dios.
· Santificación
significa justicia impartida (hecha parte de nuestra vida) y nos da una posición
correcta ante los hombres, de modo que crean que somos cristianos.
Ambas cosas son parte de la salvación,
como argumenta Santiago 2:14–26. ¿De qué sirve
decir que tengo fe en Dios si mi vida no revela fidelidad a Él?
La
salvación
es o bien una recompensa por obras, o un regalo mediante la gracia; no puede
ser ambas cosas.
El
versículo 5 afirma que Dios justifica al impío (no al justo) por fe
y no por obras. Los judíos pensaban que Dios se basaba en las obras para
justificar a los religiosos; sin embargo, Pablo ha demostrado que el «padre Abraham»
se salvó sólo por fe.
Luego
Pablo se refiere a David y cita el Salmo 32:1–2, demostrando que el gran rey de
Israel enseñó la justificación por la fe, aparte de las obras. Dios no imputa
el pecado a nuestra cuenta, porque eso se cargó a la cuenta de Cristo (2 Cor.
5:21 y véase Film. 18). Antes bien, ¡Él
imputa la justicia de Cristo a nuestra
cuenta puramente sobre la base de la gracia! ¡Qué
maravillosa salvación tenemos!
II. La Justificación Es Por Gracia, No Por La
Ley (Rom.4:9–17):
Ahora
surge una importante pregunta: Si la
salvación
es por fe, ¿qué
sucede con la ley? ¿Qué hay con el pacto que Dios hizo con Abraham?
Pablo responde señalando que la fe de Abraham y su salvación data de ¡catorce años
antes de ser circuncidado!
La
circuncisión fue el sello del pacto, el rito que hacía del niño judío una parte
del sistema de la ley. Sin embargo Abraham, el «padre» de los judíos, ¡fue en efecto
un gentil (o sea, incircunciso[1])
cuando fue salvado! La circuncisión[2]
fue sólo una señal externa de una relación espiritual, como lo es el bautismo
hoy.
Ninguna
ceremonia física puede producir cambios espirituales; no obstantes, los judíos
de los días de Pablo (como muchos «religiosos» de hoy) confiaban en las
ceremonias (las señales externas) e
ignoraban la fe salvadora que se les demandaba. Abraham es verdaderamente el «padre»
de todos los creyentes, todos los que pertenecen a la «familia de la fe» (véase Gál.
3:7, 29). Como Pablo destacó en Romanos 2:27–29, no todos los «judíos»
son en realidad «el Israel de Dios».
En
los versículos 13–17 Pablo contrasta
la ley y la gracia, así como en los versículos
1–8 contrastó la fe y las obras. La palabra clave aquí es «promesa»
(vv. 13, 14, 16). La promesa de Dios
a Abraham de que sería «heredero del mundo» (v. 13: indicando el glorioso
reino bajo el gobierno de la Simiente Prometida: Cristo)
no se dio en conexión con la ley o la circuncisión, sino por la sola gracia de
Dios.
Léase
de nuevo Génesis 15 y nótese cómo Abraham estaba «al final de su cuerda» cuando Dios
intervino y le dio su promesa de gracia. ¡Todo lo que tenía que hacer era creer a Dios!
Ø La ley nunca fue dada para
salvar a nadie;
Ø la ley nada más trae ira y revela el pecado.
Ø Anula por completo la
gracia, así como las obras abrogarían la fe;
Ø las dos cosas no pueden existir juntas (vv. 14–15).
¿Cómo
podía Abraham salvarse por una ley que aún no se había dado?
Pablo
concluye en el versículo 16 que la justificación viene por gracia, por medio de
la fe; y así todas las personas, judíos o gentiles, pueden ser salvos. Abraham
no sólo es el padre de los judíos, sino que es el «padre de todos nosotros», todos los
que seguimos en sus pasos de fe. (Léase Gál. 3.)
III. La Justificación Es Por El Poder De La Resurrección,
No Por Esfuerzo Humano (Rom.4:18–25):
· La primera sección (vv. 1–8) contrastó la fe
y las obras;
· la segunda (vv. 9–17) la ley y la gracia; y
· ahora la tercera (vv. 18–25) contrasta la vida y la muerte.
Nótese: que
Pablo, en el versículo 17, identifica a Dios como el que «da vida a los muertos». Abraham y
Sara estaban «muertos»,
ya que sus cuerpos habían pasado con mucho la edad de procrear (véase Heb. 11:11,
12). ¿Cómo
podrían dos personas, una de noventa años de edad y la otra con más de cien,
esperanzarse con tener un hijo? Pero cuando la carne está muerta, ¡el poder de la
resurrección del Espíritu puede obrar!
Debemos Asombrarnos
De La Fe De Abraham:
· Todo lo que tenía era la
promesa de Dios de que sería el padre de muchas naciones;
· sin embargo, creyó la
promesa, dio la gloria a Dios y recibió la bendición.
Qué
perfecta ilustración del milagro de la salvación. En tanto y en cuanto la gente
dependa de la carne y sienta que todavía tiene suficiente fuerza como para
agradar a Dios, nunca será justificada.
Pero
cuando llegamos al final de nuestros recursos, admitimos que estamos muertos y
cesamos de bregar con nuestros esfuerzos, Dios puede «darnos vida de entre los muertos»
y una nueva vida y una perfecta posición delante de Él. Fue la simple fe de
Abraham a la Palabra de Dios lo que le justificó y así es como los pecadores
son justificados hoy.
Pero tal vez
Abraham era alguien importante. El versículo 24 dice que no; Dios escribió
esa declaración en su Palabra por causa nuestra, no por Abraham. Somos salvos
de la misma manera que él se salvó: por fe.
Nótese: cuán importante
es en Romanos la palabra «creer»: aparece en 1:16;
3:22, 26; 4:3, 24; 5:1; 10:4, 9–10; etc. Cuando un pecador cree la promesa de Dios en la
Palabra, el mismo poder de resurrección entra en su vida y llega a ser
cristiano, un hijo de Dios, así como Abraham lo fue. Debemos confesar que
estamos muertos y creer que Cristo está vivo y nos salvará.
El versículo 25
explica la base para la justificación:
Ø la muerte,
y
Ø resurrección de Cristo.
Pablo
entrará en detalle en este asunto en el capítulo 5. El versículo dice:
· «El cual [Jesús nuestro Señor] fue
entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación».
· El hecho de que Él murió prueba que fuimos
pecadores;
· el hecho de que Dios le levantó de los muertos prueba que hemos sido justificados
por su
sangre.
Esto
pone de manifiesto de nuevo que la justificación es asunto del poder de la resurrección
y no del débil esfuerzo humano.
_____________
Notas:
[1] akrobustia = (ἀκροβυστία, G203), incircuncisión. Se usa: (a) del estado
físico, en contraste con el acto de la circuncisión, Hec.11:3 (lit., «incircuncisos»);
Rom.2:25-26; 4:10-11: («estando aún incircunciso» rvr), 12; 1
Cor.7:18-19; Gal.5:6; 6:15; Col.3:11); (b)
por metonimia, de los gentiles (por ejem., Rom.2:26-27; 3:30; 4:9; Gal.2:7; Ef.2:11);
(d) en sentido metafórico o
transferido, de la condición moral en la que siguen operando los corrompidos
deseos de la carne (Col.2:13). (VINE)
Nota: En Rom.4:11, la
frase «estando
aún incircunciso» traduce la frase griega diakrobustias, lit., «a
través de incircuncisión»; aquí día tiene el sentido local de proceder de y de
pasar afuera. Véase INCIRCUNCISIÓN.
[2] peritome = (περιτομή, G4061), lit.,
corte en redondo, circuncisión (el verbo es peritemno). Era un rito que había
sido ordenado por Dios a Abraham y a sus descendientes varones, como señal del
pacto hecho con él (Génesis 17; Hech.7:8; Rom.4:11). De ahí los israelitas
denominaban a los gentiles como «los incircuncisos» (Jue.15:18; 2 Sam.1:20).
Igualmente en el NT., pero sin la sugerencia de desprecio (p.ej., Rom.2:26;
Ef.2:11).
El rito tenía un significado
moral (Ex.6:12; 6:30), donde se aplica metafóricamente a los labios; también al
oído (Jr.6:10), y al corazón (Jr.30:6; 4:4. Comp. Jr.9:25-26). Se refiere al
estado de circuncisión (Rom.2:25-28; 3:1; 4:10; 1 Cor.7:19; Gal.5:6; 6:15; Col.3:11).
«En la economía de la gracia no
se tiene en cuenta ninguna ordenanza efectuada en la carne; se ignora la
antigua distinción racial en la predicación del evangelio, y la fe constituye
la única condición sobre la que se ha de obtener el favor de Dios en salvación
(Rom.10:11-13; 1 Cor.7:19). Véase también Rom.4:9-12» (De Notes on Galatians,
por Hogg y Vine, p. 69).
Con ocasión de la predicación del
evangelio a los gentiles, y a la conversión de ellos, surgió una secta de
creyentes judíos que argumentaban que el evangelio, sin el cumplimiento de la
circuncisión, anularía la ley y haría imposible la salvación (Hech.15:1). De
ahí que este partido fuera conocido como «la circuncisión» (Hech.10:45; 11:2;
Gal.2:12; Col.4:11; Tit.1:10), usándose el término por metonimia, poniéndose lo
abstracto por lo concreto, así como en la aplicación del término en general a
los judíos (Rom.3:30; 4:9; 4:12; 15:8; Gal.2:7-9; Ef.2:11). Se usa metafórica y
espiritualmente de los creyentes con referencia al acto (Col.2:11 y Rom.2:29; a
la condición, Filp.3:3).
La defensa de la verdad por parte
del apóstol Pablo, y su contención en contra de esta propaganda, forman el
principal tema de la Epístola a los Gálatas. Comp. katatome: «mutiladores» (Filp.3:2).
Véanse MUTILAR, MUTILADOR. (VINE).
Clases Para Los Días Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario