LAS RESPONSABILIDADES Y EL SOSTENIMIENTO DE LOS LEVITAS:
NÚMEROS 18:1-32
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
1. La Reafirmación
Del Orden Espiritual. Números 18:1-19:22:
En el cap. 18 Dios da instrucciones que reafirman los
derechos y responsabilidades únicos de Aarón y sus hijos como los sacerdotes.
Los levitas no deben infringir los derechos exclusivos de los sacerdotes, pero
ellos también tienen un lugar de honor, con sus propias responsabilidades.
Por eso, tanto los levitas como los sacerdotes merecen
el apoyo de todo el pueblo porque sirven como mediadores entre el pueblo y
Dios. Las reglas acerca de la purificación en el cap. 19 ponen énfasis en la
necesidad continua del pueblo de limpiarse de su impureza. Esta necesidad es aún
más aguda después de las rebeliones relatadas en los capítulos anteriores.
A la luz de la gran cantidad de hombres que murieron a
causa de los juicios de Dios, los que quedan deben limpiarse de su contacto con
la muerte para ser el pueblo santo de Dios. El papel importante de los
sacerdotes en la preparación del agua para la impureza subraya una vez su
importancia en mantener el bienestar del pueblo.
(1) El Papel Debido De Los Sacerdotes y Levitas. Números
18:1-32.
Las Responsabilidades De Los Sacerdotes y Levitas. Núm. 18:1-7:
Todos los de la congregación no perecerán (17:13) si observan las instrucciones
que Dios ya les ha dado. Toda la tribu de Leví lleva la responsabilidad de
guardar el santuario y el altar contra los que no han sido santificados para
acercarse a Dios.
(En 18:1a, como en 17:2, 6, “casa paterna” parece
referirse a la tribu entera en vez de un clan dentro de la tribu). Ya hemos visto que el papel de los levitas es de ayudar a los sacerdotes
y servir como guardianes del tabernáculo para evitar que los no autorizados se
acerquen (ver 1:50-53; 3:5-10; 8:19). En 18:2-4, 6 vemos una reafirmación de
que los levitas llevan esta responsabilidad.
Pero los sacerdotes (Aarón y sus hijos) deben guardar cuidadosamente
todo lo que tiene que ver con el sacerdocio (eso es, el ministerio frente al altar y
dentro del tabernáculo en el lugar santo o el lugar santísimo, vv. 1b,
3, 5, 7). Ni aun los levitas pueden usurpar estas funciones.
Dios ha ordenado este plan para la protección del pueblo. Todos los levitas son responsables de mantener la santidad del
tabernáculo; si no cumplen esta responsabilidad, ellos, y no el pueblo entero,
cargarán la culpa (18:1a y nota de RVA;
vv. 22, 23).
A la vez, Aarón y sus hijos son responsables de
mantener la santidad del altar y de la tienda de reunión misma; si no cumplen
esta responsabilidad, ellos cargarán la culpa (19:1b y nota de RVA).
En esto, los sacerdotes y levitas sirven como un “pararrayos” para el pueblo, porque la
ira de Dios por ofensas en cuanto al santuario se dirige contra ellos y no
contra el pueblo entero (18:5; ver 1:53; 8:19).
Este orden espiritual, (Aarón,
sacerdotes, levitas, pueblo) es el mismo establecido en la
constitución del pueblo como una teocracia sacerdotal en el monte Sinaí (1:47-54; 3:1-4:49; 8:5-26). Pero el
pueblo y los levitas se han rebelado contra este plan, cuestionando la
autoridad de los sacerdotes, en los caps. 16 y 17.
Por eso Dios tiene que reafirmar aquí el papel
especial tanto de los levitas como de los sacerdotes. Si todos respetan los
mandamientos de Dios, no hay ninguna razón de temer (ver 17:12, 13), pero los
individuos que no obedecen morirán (vv. 4b, 7b).
El Sustento De Los Sacerdotes. Núm.18:8-20.
Ahora que el pueblo al fin reconoce la importancia del
papel de los sacerdotes y la responsabilidad pesada que llevan, está listo para
sostener a los sacerdotes materialmente.
Entonces se presenta aquí un resumen de la remuneración
de los sacerdotes (ver Lv. 6:14-7:36; 27:6-33). En las ofrendas[1] cereales (vegetales)
y los sacrificios por el pecado y por la culpa, una porción se quemaba sobre el
altar, pero todo lo demás pertenecía al sacerdote que presentaba la ofrenda
(ver Lv.2:1-16; 4:1-6:7; 6:14-7:7).
Estas porciones son muy sagradas; sólo los sacerdotes
y sus hijos varones pueden comerlas (vv.
9, 10).
Pero también hay otras ofrendas que son sagradas y que
todos los familiares de los sacerdotes pueden comer. Cada vez que se presentaba
una ofrenda de paz, el pecho (la ofrenda
mecida) y el muslo derecho (la ofrenda
alzada) del animal era para el sacerdote y su familia (vv. 11, 19;
ver Lv.3:1-17; 7:30-34; y el comentario sobre Núm.6:20).
La porción de los sacerdotes también incluye las
primicias, Num.18:12-13; las cosas consagradas enteramente a Dios por voto (v.
14; ver nota de RVA; Lv.27:21 y nota de RVA; Lv.27:28); y la mayor parte de los
primogénitos de los animales limpios (vv. 15-18).
Dios hace estas provisiones por los sacerdotes porque
no reciben una porción de la tierra prometida como heredad (ver el comentario
sobre 35:1-8). Se dedican enteramente al servicio de Jehová; por eso, reciben
parte de las cosas que son dadas a Dios por el pueblo (ver 1 Cor.9:13).
En este sentido, Jehová es su heredad (v. 20). Dios hace esta provisión por
ellos como un “pacto
de sal” (v. 19). Además de sellarse por una comida sazonada con sal
(nota de RVA), un pacto de sal era considerado un pacto perpetuo e
inquebrantable. Esto era por la naturaleza duradera de la sal y su propiedad
como preservativo.
El Sustento De Los Levitas. Números 18:21-32:
Como los levitas también se dedican enteramente al
servicio de Dios y llevan una responsabilidad grande, ellos también merecen una
provisión especial. No reciben una heredad en la tierra, pero han de recibir
todos los diezmos del pueblo (vv. 21-24).
El diezmar era una costumbre varios siglos antes de la
revelación de la ley en el monte Sinaí (ver Génesis 14:20; 28:22), pero esta
ley dice explícitamente quién debe recibir los diezmos. Los diezmos del pueblo
son la renta de los levitas, pero ellos tienen la responsabilidad, como todos
los demás, de diezmar su renta.
Deben dar un diezmo de todos los diezmos que reciben a
Aarón para los sacerdotes (vv. 25-32). Después
de cumplir esta responsabilidad, los levitas pueden usar lo que queda de los
diezmos del pueblo sin temor de incurrir la culpa por profanar las cosas
consagradas por el pueblo (v. 32).
Las reglas sobre el sostenimiento de los levitas
enseñan que el pueblo de Dios debe ser fiel en traer los diezmos para mantener
el ministerio. Había varias ocasiones en el AT., cuando al pueblo le faltaba el
ministerio de los levitas a causa de la desobediencia al mandato de diezmar
(ver Neh.10:37; 13:10-13).
A través del mundo hispanoparlante de hoy hay una gran
falta de pastores y ministros cristianos en parte porque el pueblo cristiano no
ha sido fiel en dar los diezmos para mantenerlos adecuadamente. Hay una
necesidad imperiosa de crecer en la mayordomía para proveer por un ministerio
fuerte (ver 1 Cor.9:4-14; Gal.6:6; 1 Tim.5:17-18).
A la vez, el requisito de que los levitas den un diezmo[2] de
los diezmos que reciben del pueblo demuestra que los ministros de Dios deben
ser buenos mayordomos también. Los líderes espirituales no pueden enseñar al
pueblo la necesidad de diezmar si ellos mismos no diezman.
Clase Para
Domingo.
Lea Su
Biblia, Lea Su
Biblia, Lea Su Biblia.
___________
NOTAS:
[1] H7133 קָרְבָּן =
corbán: o קֻרְבָּן = curbán; de H7126;
algo acercado al altar, i.e. presente u ofrenda sacrificial:- oblación, ofrecer, ofrenda, víctima.
[2] H4643 מַעֲשֵׂר = maasér: o מַעֲשַׂר = maasár; y (en plural) femenino מַעַשְׂרָה = maasrá;
de H6240; décimo; espec. diezmo:-
décima (parte), diezmar,
diezmo. (Strong).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario