EL USO DE LOS DONES ESPIRITUALES:
(12:1-14:40):
1 CORINTIOS 12:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este capítulo
abre la discusión de los dones espirituales (caps. 12–14) y en la actualidad
cuando las iglesias y denominaciones están enfatizando la obra del Espíritu,
necesitamos saber lo que Dios tiene que decir al respecto. Sin embargo, debemos
estudiar estos capítulos a la luz de los problemas que había en la iglesia de
Corinto:
· División,
· Inmoralidad,
· Sensacionalismo en el
crecimiento espiritual, y
· Confusión en la asamblea.
Aquí
en el capítulo 12 Pablo explica la obra del Espíritu Santo en el cuerpo de
Cristo con los dones que otorga a sus miembros.
El
capítulo 13 hace hincapié en que las virtudes cristianas, que fluyen del amor,
son más importantes que los dones espectaculares; en el capítulo 14 Pablo
asienta los principios que deben gobernar la adoración en la comunidad de la
iglesia.
I. Nos Pertenecemos Los Unos a Los Otros (1
Corintios 12:1–20):
La
división era un problema grande en la iglesia en Corinto (1:10–16; 6:1–8; 11:18–22).
Cada grupo seguía a su líder humano seleccionado, ejercía sus dones
egoístamente y se preocupaba muy poco por la salud del ministerio del cuerpo
entero.
Los cristianos
de Corinto habían recibido dones espirituales en abundancia (1:4–7), pero les
faltaba las virtudes espirituales: la clase de carácter
cristiano que el Espíritu Santo anhelaba formar en ellos.
Tenga
presente que los dones cristianos no son necesariamente una señal del carácter cristiano
o de madurez espiritual. Estos creyentes corintios eran carnales y sin embargo
ejercían dones maravillosos y milagrosos.
A.
Participamos De La Misma Confesión (vv.
1–3).
A
todo ciudadano del Imperio Romano se le exigía que cada año echara una
pulgarada de incienso en el altar y dijera:
«¡César es el Señor!».
Esto
era anatema para los creyentes. Ningún cristiano verdadero podía llamar «señor»
a nadie excepto a Cristo, de modo que esta prueba definía si la persona en
realidad era o no salva. Es sólo por el Espíritu que podemos confesar a Cristo
como Señor (Rom. 10:9, 10).
B.
Servimos Al Mismo Dios (vv. 4–6).
La
Iglesia, como el cuerpo humano, tiene diversidad en la unidad. Todos
nuestros miembros difieren y sin embargo trabajan juntos para la salud del
conjunto.
En
el cuerpo espiritual, que es la Iglesia, poseemos dones del Espíritu Santo (v.
4), participamos en el servicio al mismo Señor Jesucristo (v. 5) y tomamos
parte en las obras (operaciones) del mismo Padre (v. 6).
C.
Procuramos Edificar El Mismo Cuerpo
(vv. 7–13).
Pablo
ahora hace una lista de los dones espirituales y muestra que son dados para el
beneficio de toda la iglesia y no para el placer privado de los cristianos como
individuos. Debemos distinguir entre:
(1) El
Don espiritual, que es el Espíritu mismo que se recibe en el momento de la
salvación (Ef. 1:13–14);
(2) Los
dones espirituales, que son ministerios a la iglesia mediante el Espíritu y no
simplemente capacidades o talentos naturales;
(3) Oficios espirituales, que son
posiciones de responsabilidad en la iglesia local, según se analiza en 1
Pedro 4:10, 1 Corintios 12:28, Romanos 12:4;
(4) Virtudes
espirituales, que son el fruto del Espíritu (Gál. 5:22, 23; 1 Cor. 13:4–7)
en la conducta cristiana. Pablo deja muy en claro
que cada cristiano tiene el Don (12:3) y por
lo menos un don espiritual (12:7). No todos
los cristianos tienen oficios espirituales, pero todos deben manifestar las
virtudes del Espíritu, que son mucho más importantes que los dones milagrosos.
Por
1 Corintios 13:8 es claro que algunos de los dones concedidos a la iglesia
primitiva nunca tuvieron el propósito de ser permanentes. Cuando la iglesia
estaba en su infancia (13:11), antes de que se completaran las Escrituras del
NT., se necesitaban estos dones; pero ya hoy no son necesarios.
Dios
puede concederlos, si así le place, porque es soberano en todo; pero estos «dones de
señales» no son necesarios para el ministerio de la iglesia.
D.
Participamos
Del Mismo Bautismo (vv. 14–20).
El
bautismo del Espíritu se refiere a la colocación de los miembros en el cuerpo
en el momento de su conversión:
· Los judíos fueron primero
bautizados en el cuerpo en Pentecostés (Hch.
1:5 y 2:1ss);
· Los gentiles fueron
bautizados por primera vez en el cuerpo en la casa de Cornelio el centurión (Hch. 10:44 y 11:15–16); y
· Desde entonces, cada vez
que un pecador confía en Cristo es hecho parte del mismo cuerpo por la
operación del Espíritu Santo.
El
Espíritu coloca a cada creyente en el cuerpo según lo considera apropiado, pero
cada parte del cuerpo tiene un ministerio importante a desarrollar. «Muchos
miembros en un cuerpo» es el programa para la edad presente.
II. Nos Necesitamos Los Unos a Los Otros (1
Corintios 12:21–25):
Los
creyentes que poseían dones espectaculares miraban con desdén a los otros, y
pensaban que eran menos importantes.
Sin
embargo, Pablo aquí enseña que todo miembro del cuerpo es valioso para la vida,
salud y crecimiento de la iglesia. (Lea
Ef. 4 para ver cómo Dios usa a las personas dotadas
para ayudar a edificar a los santos, quienes a su vez edifican el cuerpo).
Ningún cristiano puede decir a su hermano menos dotado: «¡No te necesito!».
Es
más, esas partes de nuestro cuerpo que parecen ser las menos importantes pueden
hacer el mayor bien ¡o causar el mayor problema si no funcionan apropiadamente!
Los médicos solían hacer una lista de varios órganos o miembros del cuerpo humano
que (según
ellos) no eran importantes. ¡Esa lista es mucho más corta hoy!
III. Nos Afectamos Los Unos a Los Otros (1
Corintios 12:26–31):
No
debe haber división (cisma) en el cuerpo (v. 25), puesto que todos
participamos de la misma vida mediante el Espíritu. Pero no es suficiente
simplemente evitar la división; debemos también interesarnos los unos por los
otros y procurar edificar la iglesia y fortalecer el cuerpo.
En
el cuerpo humano la debilidad o dolor de uno de los miembros afecta a los demás
miembros. Esto
también es cierto en el cuerpo espiritual:
Ø Si un creyente sufre,
todos sufrimos;
Ø Si un miembro crece en
fuerza, todos recibimos ayuda.
Este
hecho coloca sobre cada cristiano la responsabilidad de ser un miembro lo más
fuerte posible. Efesios 4:16 indica que cada parte del cuerpo hace algún tipo
de contribución hacia el crecimiento de la iglesia.
Es
esencial que tengamos presente el método de Dios para fortalecer el cuerpo. Él
ha escogido líderes espirituales, les ha dado dones espirituales y los ha colocado
en el cuerpo como Él quiere. Había, en los
primeros días de la iglesia:
Ø Apóstoles[1], y
Ø Profetas[2].
1- No hay Apóstoles hoy, puesto
que para calificar para el apostolado era necesario haber visto a Cristo
resucitado (1 Cor. 9:1; Hch. 1:21–22). Los apóstoles fueron embajadores especiales
que llevaron el evangelio a los perdidos, establecieron iglesias y dieron los
mensajes de Dios.
2- Los Profetas
eran predicadores que hablaban según los dirigía el
Espíritu. No exponían la Biblia como tal, sino que transmitían la voluntad de
Dios inmediatamente a la iglesia y no mediante la Palabra escrita, puesto que
el NT., todavía no estaba escrito.
Primera
de Corintios 13:8–13 enseña que los dones espectaculares que la iglesia
primitiva poseía en su etapa «infantil» no iban a ser permanentes. Fueron
credenciales enviadas del cielo que decían a la gente que Dios estaba obrando
en su medio (Heb. 2:3, 4).
Nótese: que las lenguas
aparecen al final de la lista. Es evidente que los creyentes de Corinto eran
dados a abusar del don de lenguas, a tal punto, que había confusión en sus
cultos públicos (14:23ss).
A decir verdad, los «miembros de lenguas»
miraban con menosprecio a los otros creyentes que no tenían este don en
particular.
De
modo que Pablo concluye recordándoles que no todos poseemos los mismos dones (vv.
29–30). «¿Hablan
todos lenguas[3]?»
No. Nunca permita que nadie le convenza
de que el don de lenguas es necesariamente una señal de un poder o carácter
espiritual especial. Este don lo poseían cristianos a quienes Pablo llama «carnales niños en Cristo» (3:1).
Es
importante que nos demos cuenta de nuestra relación del uno para el otro en la
iglesia. Sí, hay muchas denominaciones hoy, pero todos los cristianos
verdaderos, en los cuales mora el Espíritu, son miembros de su Cuerpo.
Puede
haber unidad incluso donde no hay uniformidad. Cristo
nunca oró por la uniformidad de su Iglesia, sino por la misma unidad espiritual
que existe entre Él y su Padre (Jn. 17:20– 23).
Nosotros
debemos, de la misma manera, orar por unidad espiritual y hacer todo lo que
podamos para preservarla y extenderla (Ef.4:1ss). 18//07//2018.
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
__________
Nota:
[1] G652
ἀπόστολος = apóstolos: de G649;
delegado; específicamente embajador del evangelio; oficialmente comisionado de
Cristo [«apóstol»]
(con poderes milagrosos):- apóstol, enviado, enviar, mensajero.
[2] G4396 προφήτης = profétes: de un compuesto de G4253 y G5346; uno que predice
(«profeta»); por analogía orador inspirado; por extensión poeta:- profeta.
[3] G1100 γλῶσσα = glossa: de afinidad incierta; lengua; por
implicación lenguaje, idioma específicamente uno adquirido no naturalmente:- lengua.
(Strong).
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