EL TÉRMINO ¿APÓSTOL?
(Para Hoy)
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo”.
(Ef.2:20)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este nombre muy debatido hoy, no que se tenga que debatir,
sino es que muchos pseudos apóstoles se han
atribuido esta palabra, especialmente los grupos carismáticos, entre algunos
pentecostales por mencionar, desviado la palabra ¿Apóstol?, para sus fines personales sin haber hecho un estudio muy
municiono de la Palabra original en la Biblia y otros.
Veamos en
esta reflexión y análisis la postura de los mejores exponentes que tenemos,
hemos tenido en la historia de la Iglesia, y de paso los mejores teólogos
contemporáneos, veamos.
El término griego apostolos
aparece más de ochenta veces en el Nuevo Testamento, principalmente en los
escritos de Lucas
y Pablo:
Ø Deriva de un verbo
muy común, apostelloµ = enviar,
Ø Pero en el griego no
cristiano, después de Herodoto en el siglo(s) V a.C., se
registran pocos casos de su uso con el significado de “persona enviada” y
· En general
significa “flota”
o
· Quizás ocasionalmente “almirante”.
El sentido de “enviado, mensajero” puede haber
perdurado en el lenguaje popular; por lo menos casos aislados en la LXX Septuaginta (vs. gr. del AT.) y Josefo
sugieren que este significado se aceptaba en círculos judíos.
Sólo con el advenimiento de la literatura
cristiana, sin embargo, adquirió importancia. En el Nuevo Testamento se lo aplica
a Jesús como el enviado de Dios (Heb. 3:1), a los enviados por Dios a predicar
a Israel (Lc. 11:49), y a los que fueron enviados por las iglesias (2 Cor. 8:23;
Filp. 2:25); pero por encima de todo, se lo aplica en forma absoluta al grupo
de hombres que mantuvo la suprema dignidad en la iglesia primitiva:
Ø Como apostelloµ parece significar con
frecuencia “enviar
con un propósito determinado”,
Ø A diferencia del
neutro pempoµ (excepto
en los escritos joaninos, en los que ambos términos son sinónimos),
Ø La fuerza de apostolos probablemente sea “alguien que es
comisionado” (por Cristo, se entiende).
Definiendo Conceptos:
Se cuestiona el
que apostolos represente en el Nuevo Testamento un
término judío de fuerza técnica similar:
1-
Rengstorf, en particular, ha expuesto la teoría de que
refleja la voz judía salíah,
un representante acreditado con autoridad religiosa, al que se le confiaban
mensajes y dinero, y que estaba facultado para actuar en nombre de la autoridad
(para esta idea, compárese Hch. 9:2);
2-
Además, Gregory Dix y otras han aplicado ideas y
expresiones relacionadas con el concepto de salíah
(por ejemplo “el
salíah de un hombre es como si fuera él mismo”) al
apostolado y,
3-
Finalmente, al episcopado moderno. Un procedimiento de
este tipo está lleno de peligros, especialmente porque no hay claras
indicaciones de que se usara el vocablo salíah
en este sentido hasta épocas posapostólicas.
·
En
realidad, apostolos bien puede ser más
primitivo como término técnico, y
· Sería más seguro buscar su significado en el apostelloµ y tomando como base los contextos en que aparece en el Nuevo Testamento.
I. El Origen Del Apostolado:
Resulta esencial para la comprensión de
todos los evangelios tal como los hemos recibido la elección por Jesús de un
grupo de doce hombres tomados de un grupo mayor de sus seguidores, cuyo
propósito era el de estar con él, predicar, y tener la autoridad necesaria para
curar y exorcizar (Mr. 3:14s).
La única ocasión en que Marcos emplea la
palabra “apóstol”
es en oportunidad del exitoso regreso de los Doce de una misión de curación y
predicación (Mr. 6:30; compárese Mt. 10:2ss).
Generalmente se lo toma como un uso no
técnico (es
decir “los enviados en esta misión determinada”),
pero es poco probable que Marcos lo hubiera podido utilizar sin que evocara
otras asociaciones. Esta misión preparatoria es una reproducción en miniatura
de lo que en el futuro les tocaría en el mundo más amplio.
De esta preparación preliminar indudablemente regresan como verdaderos “apóstoles”. No hay nada incongruente, en consecuencia, en que Lucas (que habla de los “apóstoles” en 9:10; 17:5; 22:14; 24:10) declare que Jesús mismo (6:13) les confirió el título (ya en griego [?]).
II. Las Funciones Del Apostolado:
La primera especificación de Marcos en
cuanto a la elección de los Doce es que “estuviesen con él” (Mr. 3:14). No es accidental
que el punto divisorio del Evangelio de Marcos haya sido la confesión
apostólica del mesianismo de Jesús (Mr. 8:29), o que Mateo agregase a esto el
dicho de la “Roca” acerca de la
confesión apostólica (Mt. 16:18s; * Pedro):
· La función primaria de los apóstoles era la
de testificar de Cristo, y
· Su testimonio estaba basado en años de:
Ø Conocimiento íntimo,
Ø Experiencias adquiridas duramente, e
Ø Intensa preparación.
Este es un complemento de su ampliamente reconocida función de testificar sobre la resurrección (compárese, por ejemplo, Hch. 1:22; 2:32; 3:15; 13:31); porque la significación especial de la resurrección está, no en el hecho en sí, sino en su demostración, en el cumplimiento de la profecía, de la identidad del Jesús que fue muerto (compárese Hch. 2:24ss, 36; 3:26; Rom. 1:4). El haber sido testigos de la resurrección de Cristo los convirtió en testigos eficaces de su persona, y él mismo los comisiona para que sean sus testigos en todo el mundo (Hch. 1:8).
Esa misma comisión introduce un factor de
profunda importancia para el apostolado:
· La venida del Espíritu.
Es curioso que este hecho haya sido
tratado más completamente en Jn. 14–17, evangelio que no utiliza el término “apóstol”
para nada:
Ø Este es el gran discurso por el que se
comisiona a los Doce (apostelloµ y pempoµ
se utilizan sin discriminación);
Ø La comisión que reciben de Jesús es tan
real como la que él recibió de Dios (compárese Jn. 20:21);
Ø Deben dar testimonio sobre la base de su
larga relación con Jesús, más el Espíritu da testimonio de él (Jn. 15:26–27).
Él les recordará las palabras de Jesús
(Jn. 14:26), y los guiará a toda la verdad (promesa que a menudo se ha
pervertido al extenderse su referencia primaria más allá de los apóstoles) y
les hará ver la era que vendrá (de la iglesia) y la gloria de Cristo (Jn. 16:13–15).
En el cuarto evangelio tenemos algunos
ejemplos de este procedimiento, en los que la significación de las palabras o
acciones se recuerda solamente después de la “glorificación” de Cristo (Jn. 2:22;
12:16; compárese 7:39). Vale decir que el testimonio
de los apóstoles con respecto a Cristo no quedó librado a sus impresiones o
recuerdos, sino a la guía del Espíritu Santo, de quien también es dicho testimonio:
Ø Hecho de importancia en la valoración del testimonio apostólico que registran los evangelios.
Por ello los apóstoles constituyen la
norma en cuanto a doctrina y comunión en la iglesia del Nuevo Testamento (Hch.
2:42; compárese 1 Jn. 2:19). En sus propios días se los consideraba “columnas”
(Gál. 2:9; compárese C. K. Barrett en Stadia Pualina, 1953, página(s) 1ss), que
quizás debamos, traducir como “postes indicadores”.
La iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Ef. 2:20*; probablemente se refiere al testimonio del AT., pero para el caso vale también si se refiere a los profetas cristianos). Los apóstoles son los asesores en el juicio mesiánico (Mt. 19:28), y sus nombres están grabados en las piedras angulares de la ciudad santa (Ap. 21:14).
NOTA:
*Efesios 2:20-21: En la figura de la
Iglesia como templo. Cristo es la
principal piedra del ángulo, los apóstoles y profetas del NT., son el FUNDAMENTO y cada
cristiano es una piedra del edificio (1 P. 2:4-8). En 1
Corintios 3:11, Pablo habla de Cristo como único fundamento.
Ayuda Hermenéutica:
Ef. 2:20:
M110 Entre las interpretaciones de ἐπὶ … προφητῶν, están las siguientes:
(1) Los apóstoles
y los profetas del AT. (dos grupos
separados);
(2) Los apóstoles
y profetas del NT. (dos grupos separados);
(3) Los apóstoles,
quienes también son profetas (uno en aposición con el otro).
La última opción (comp. la
sugerencia de Hort en The Christian Ecclesia, pág. 165.) parece poco
probable, si consideramos la ambigüedad que implica el griego y la pregunta
sobre si los apóstoles
y los profetas constituían un mismo grupo. Las otras dos son
posibles, y dudo que T.K. Abbott (I.C.C. en el lugar correspondiente) tenga
razón al decir que la ausencia del artículo antes de προφητῶν se opone a la idea de que sean profetas del AT. (los dos grupos son considerados como uno -R787).
[Editor. Cuando
un artículo no se repite en una serie, los grupos conectados no constituyen
necesariamente uno solo, pero pueden ser considerados como uno, o que están
unidos para el mismo propósito].
G2310 themelios o themelion = (θεμέλιος, G2310) es,
propiamente, un adjetivo que denota la pertenencia a un fundamento (relacionado con tithemi = colocar). Se usa:
(1) Como nombre, con lithos
= piedra (Lc.6:48-49; 14:29; Heb. 11:10; Ap.21:14; 21:19);
(2) Como nombre neutro (Hech. 16:26), y metafóricamente:
(a) Del ministerio del evangelio y de las doctrinas de
la fe (Rom.15:20; 1 Cor.3:10-11; 3:12; Ef.2:20), donde el «de»
no se refiere al sujeto (esto es, constituido por los apóstoles y profetas),
sino al objeto (esto es, puesto por los apóstoles,
etc.); así también en 2 Tim.2:19 , donde «el fundamento de Dios» significa «el fundamento
puesto por Dios», no la iglesia (que no es un fundamento), sino
el mismo Cristo, sobre quien son edificados los santos (Heb. 6:1);
(b) De
las buenas obras (1 Tim. 6:19). (VINE).
G2310 θεμέλιος = dsemélios: de un derivado de G5087; algo derribado, i.e., derribar (un edificio, etc.), (literalmente o figurativamente):- fundamento, cimiento. (Strong)
La doctrina apostólica, sin embargo, que tiene su origen en el Espíritu Santo, constituye el testimonio compartido de los apóstoles, y no un privilegio de algún individuo en particular. (Para la predicación, también en forma común a todos, compárese C. H. Dodd, The Apostolic Preaching and its Developments = La Predicación Apostólica y su desarrollo, 1936; para el uso del AT., en forma común, C. H. Dodd, According to the Scriptures = Según las Sagradas Escrituras, 1952). Podía darse el caso, se deduce, de que el principal apóstol traicionase un principio fundamental que él mismo ya hubiera aceptado, y que fuese corregido por un colega (Gál. 2:11ss).
Los autores de los evangelios sinópticos,
como ya hemos notado, consideran el episodio de Mr. 6:7ss., y lugar(es)
paralelo(s) como una representación en miniatura de la misión apostólica, y se
incluían las tareas de curar y exorcizar, tanto como la de predicar.
La facultad de curar, y otros dones
espectaculares, como la profecía y las lenguas, reciben corroboración abundante
en la iglesia apostólica, y están relacionados, como el testimonio apostólico,
con la dispensación especial del Espíritu Santo; pero, extrañamente, faltan
totalmente en la iglesia del siglo(s) II; los escritores de la época hablan de
ellos como cosas del pasado, o sea de la era apostólica, justamente (compárese
J. S. McEwan, SJTSJT Scottish Journal of Theology 7, 1954, página(s) 133ss; B.
B. Warfield, Miracles Yesterday and Today, 1953).
Incluso en el NT., no vemos señales de la
manifestación de estos dones, excepto en los casos en que intervienen los
apóstoles.
Aun cuando haya habido previamente una fe genuina, es únicamente en presencia de los apóstoles que se manifiestan estos dones del Espíritu Santo (Hch. 8:14ss; 19:6; los contextos indican que se trata de fenómenos visuales y auditivos).
Por contraste, el NT., tiene menos que
decir que lo que podríamos esperar en cuanto a los apóstoles como dirigentes de
la iglesia. Constituyen el criterio de prueba de la doctrina, son los
proveedores de la auténtica *tradición acerca de Cristo: delegados
apostólicos visitan las congregaciones que reflejan nuevas orientaciones para
la iglesia (Hch. 8:14ss; 11:22ss).
Pero los Doce no nombraron a los siete; el
concilio de Jerusalén (que fue tan decisivo) estaba formado por un gran
número de ancianos, además de los apóstoles (Hch. 15:6; compárese 12, 22); y
dos apóstoles colaboraron con los “profetas y maestros”
de la iglesia de Antioquía (Hch. 13:1).
La administración o gobierno de la iglesia
dependía de un don distintivo (1 Cor. 12:28), normalmente ejercido por ancianos
locales; los apóstoles eran, en virtud de su mandato, elementos móviles.
Tampoco ocupaban un lugar prominente en la administración de los sacramentos (compárese 1 Cor. 1:14). La identidad de funciones que algunos ven entre el apóstol y el obispo del siglo(s) II (compárese K. E. Kirk en The Apostolic Ministry, página(s) 10) de ninguna manera resulta obvia.
III. Requisitos:
Resulta evidente que el requisito esencial
de un apóstol es el llamamiento divino, la comisión dada por Cristo. En el caso
de los Doce, esta les fue encargada durante su ministerio terrenal. Pero no es
menos evidente este sentido de la comisión divina en el caso de Matías:
· Dios ya ha elegido al apóstol (Hch. 1:24),
· Aun cuando todavía no se conoce su
elección.
No se menciona ningún acto de imposición
de manos. Se supone que el apóstol será alguien que haya sido discípulo de
Jesús desde la época del bautismo de Juan (el “principio del evangelio”) hasta la ascensión:
Ø Sera alguien que tenga conocimiento del
curso completo que siguieron el ministerio y la obra de Jesús (Hch. 1:21–22).
Ø Y, naturalmente, debe ser específicamente testigo de la resurrección.
Pablo insiste igualmente en que fue
comisionado directamente por Cristo (Rom. 1:1; 1 Cor. 1:1; Gál. 1:1, 15ss). De
ningún modo deriva su autoridad de los otros apóstoles; al igual que Matías,
fue aceptado por ellos, no nombrado por ellos. No llenaba las condiciones de
Hch. 1:21s, pero la experiencia en el camino a Damasco fue resultado de una de
las apariciones vinculadas con la resurrección (compárese 1 Cor. 15:8), y por
ello podía afirmar que había “visto al Señor (1 Cor. 9:1); por lo tanto, era
testigo de la resurrección.
Tenía conciencia de que su pasado –como enemigo y perseguidor más bien que como discípulo– era diferente del de los otros apóstoles, pero se cuenta a sí mismo como uno de ellos y los relaciona con su propio evangelio (1 Cor. 15:8–11).
IV. El Número De Apóstoles:
“Los Doce” es la designación normal de los apóstoles
en los evangelios, y Pablo lo utiliza en 1 Cor. 15:5. El acierto del simbolismo
es evidente, y reaparece en lugares tales como Ap. 21:14. El episodio de Matías
está relacionado con la necesidad de rehacer el número de los Doce. Pero
también resulta igualmente clara la seguridad que tiene Pablo en cuanto a su
propio apostolado.
Además, hay instancias en el NT., en las
que, prima facie, otros, fuera de los Doce, también parecen haber recibido este
título. Jacobo, el hermano del Señor, aparece como tal en Gál. 1:19; 2:9, y,
aunque no había sido discípulo (compárese Jn. 7:5), fue objeto de una aparición
privada y personal posterior a la resurrección (1 Cor. 15:7).
A Bernabé se le llama apóstol en Hch. 14:4, 14, y Pablo lo incluye en una discusión que niega diferencia cualitativa alguna entre su propio apostolado y el de los Doce (1 Cor. 9:1–6). A *Andrónico y Junias, por otra parte, desconocidos, probablemente se les llama apóstoles en Rom. 16:7, y Pablo, siempre cuidadoso con el uso de los pronombres personales, posiblemente llama así a Silas en 1 Ts. 2:6. Evidentemente los enemigos de Pablo en Corinto pretendían ser “apóstoles de Cristo” (2 Cor. 11:13).
Por otra parte, algunos argumentan
insistentemente que el título debe limitarse a Pablo y los Doce (compárese, por
ejemplo, Geldenhuys, página(s) 71ss). Esto significaría darle un valor
secundario (“mensajeros acreditados de la iglesia”)
al término “apóstoles”
en Hch. 14:14 y Rom. 16:7, y explicar de otra manera el lenguaje de Pablo con
respecto a Jacobo y Bernabé. Algunos han echado mano a recursos aún más
desesperados, y sugieren que Jacobo reemplazó a Jacobo hijo de Zebedeo de la
misma manera en que Matías reemplazó a Judas, o que, obrando con exceso de
premura, Matías fue colocado erróneamente en el lugar que Dios había destinado
a Pablo.
El NT., no ofrece ni la más remota
insinuación de tales ideas. Cualquiera sea la explicación, parecería que lo
mejor es aceptar que al principio hubo apóstoles fuera de los Doce. El propio
apostolado de Pablo contradice cualquier teoría más restrictiva, de modo que
habría lugar al lado de él para otros que pueden haber sido llamados por Dios a
su servicio. Podríamos ver un indicio de esto en la distinción entre “los Doce”
y “todos los apóstoles” en 1
Cor. 15:5, 7.
Pero todo sugiere que el apóstol debía ser testigo de la resurrección, y la aparición a Pablo después de la resurrección fue evidentemente excepcional. El que, como han sugerido escritores antiguos, algunos de los que posteriormente fueron llamados “apóstoles” hayan pertenecido a los setenta que envió a predicar nuestro Señor (Lc. 10:1ss), es otro asunto. Queda fuera de toda duda la significación especial de los Doce para el establecimiento inicial de la iglesia.
V. Canonicidad y Continuidad:
Implícito en el apostolado está:
Ø La comisión de ser testigos,
Ø Mediante palabras y señales,
Ø Del Cristo resucitado, y
Ø De su obra consumada.
Este testimonio, basado en la experiencia
única del Cristo
encarnado, y dirigido por una dispensación especial del Espíritu
Santo, proporciona la auténtica interpretación de Cristo, y desde entonces ha
sido determinante para la iglesia universal.
Por su misma naturaleza dicho ministerio
no podía repetirse ni trasmitirse, así como no podrían trasmitirse las
experiencias históricas subyacentes a los que nunca habían conocido al Señor
encarnado, o no fueran objeto de una aparición posterior a su resurrección.
Los orígenes del ministerio cristiano y la cuestión de la sucesión en la iglesia de Jerusalén escapan al cometido de este artículo; pero, si bien el Nuevo Testamento nos muestra que los apóstoles se ocupaban de que existiese un ministerio local, no hay indicios de la trasmisión de las funciones característicamente apostólicas a ningún integrante de dicho ministerio.
Tampoco era necesaria tal trasmisión. El testimonio
apostólico se mantuvo en la obra perdurable de los apóstoles, y en lo que
adquirió carácter normativo para las épocas posteriores, o sea su forma escrita
en el Nuevo Testamento (véase Geldenhuys, página(s) 100ss; O. Cullmann, “The
Tradition”, en The Early Church, 1956).
No se ha hecho sentir la necesidad de una
renovación de esta función, ni de sus dones especiales. Se trataba de una
función vinculada con la colocación de los
fundamentos, y desde entonces la historia de la iglesia
constituye a superestructura. (*Obispo; *Tradición).
___________
Bibliografía.
-K.
Rahner, Sacramentum mundi, t(t).t(t). tomo(s) I, 1972;
-H.
Fries, Conceptos fundamentales de la teología, tomo(s) I, 1966;
-D.
Muller, “Apóstol”, °DTNT° L. Coenen, E. Beyreuther, H. Bietenhard, Diccionario
teológico del Nuevo Testamento, en 4 t(t). (título original en alemán
theologisches Regriffslexicon zum Neuen Testament, 1971), edición preparada por
M. Sala y A. Herrera, 1980–85, tomo(s) I, página(s) 139–146.
-K.
H. Rengstorf, TDNT G. Kittel y G. Friedrich (eds.), Theologisches Wörterbuch
zum Neuen Testament, 1932–74; trad. ing. Theological Dictionary of the New
Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 t(t)., 1964–76 1, página(s) 398–447; J. B.
Lightfoot, Galatians, página(s) 92ss;
-K.
Lake en BCBC F. J. Foakes-Jackson y K. Lake, The Beginnings of Christianity, 5
t(t)., 1920–33, 5, página(s) 37ss;
-K.
E. Kirk (edición, editor(es), editado), The Apostolic Ministry², 1957,
especialmente los ensayos 1 y 3;
-A.
Ehrhardt, The Apostolic Succession, 1953 (véase el capítulo(s) 1 para una
mordaz crítica de Kirk);
-J.
N. Geldenhuys, Supreme Authority, 1953;
-W.
Schneemelcher, etc., “Apostle and Apostolic”, en New Testament Apocrypha,
eds.eds. edición, editor(es), editado E. Hennecke, W. Schneemelcher, R. McL.
Wilson, 1, 1965, página(s) 25–87;
-C.
K. Barrett, The Signs of an Apostle, 1970;
-R.
Schnackenburg, “Apostles before and during Paul’s time”, en Apostolic History
and the Gospel, edición, editor(es), editado W. W. Gasque y R. P. Martin, 1970,
página(s) 287–303;
-W.
Schmithals, The Office of Apostle in the Early Church, 1971; J. A. Kirk,
“Apostleship since Rengstorf: Towards a Synthesis”, New Testament Studies 21,
1974–5, pp.pp. página(s) 249–264;
-D.
Müller, C. Brown, NIDNTT C. Brown (eds.), The New International Dictionary of
New Testamento Theology, 3 t(t)., 1975–8 1,
página(s) 126–137.
-A.F.
Walls, M. A., B.Litt., Profesor de Estudios Religiosos, Universidad de
Aberdeen, Escocia.
-e-Sword-the.
LEDD.
-Biblia
de Estudio RYRIE.
-Nuevo
Diccionario Bíblico. Págs. 95-97. Edit. Certeza.
Glosario:
-
G652 apostolos
= (ἀπόστολος, G652), apóstol. Se traduce «mensajeros» en 2 Cor. 8:23, con
respecto a Tito y a «los otros hermanos», descritos por Pablo ante la
iglesia en Corinto como «mensajeros de las iglesias», con respecto a las
ofrendas de las que estaban en Macedonia para los necesitados en Judea; en Filp.
2:25, de Epafrodito como el «mensajero» de la iglesia en Filipos al apóstol
para ministrar a su necesidad.
apostolos = (ἀπόστολος, G652) es, lit: uno enviado [apo
= de (partitivo); stello = enviar].
«Este vocablo se usa del Señor Jesús para describir su relación con Dios (Heb.3:1;
véase Juan 17:3). Los doce discípulos elegidos por el Señor para recibir una
instrucción especial fueron así designados (Lc. 6:13; 9:10). Pablo, aun cuando
había visto al Señor Jesús (1 Cor. 9:1; 15:8), no había acompañado a los Doce «todo el tiempo»
de su ministerio terreno, y por ello no podía tomar un lugar entre ellos, en
base de su carencia de las condiciones necesarias para ello (Hech. 1:22). Pablo
recibió una comisión directa, por parte del Señor mismo, después de su
ascensión, para llevar el evangelio a los gentiles.
La palabra tiene
también una referencia más amplia. En Hech. 14:4; 14:14 se usa de Bernabé
además de acerca de Pablo; en Rom. 16:7 de Andrónico y de Junias. En 2 Cor. 8:23
se menciona a dos hermanos anónimos como «mensajeros (esto es,
apóstoles) de las iglesias»; en Filp.
2:25 se menciona a Epafrodito como «vuestro mensajero». Se usa en 1 Ts. 2:6 de Pablo,
Silas y Timoteo, para definir la relación de ellos con Cristo» (De Notes on
Thessalonians , por Hogg y Vine, pp. 59, 60) .
Nota: Pseudoapostoloi = (ψευδαπόστολος, G5570),
«falsos apóstoles», aparece en 2 Cor.
11:13.
G652 ἀπόστολος = apóstolos: de G649;
delegado; específicamente embajador del evangelio; oficialmente comisionado de
Cristo [«apóstol»]
(con poderes milagrosos):- apóstol, enviado, enviar, mensajero. (VINE)
G5570 ψευδαπόστολος = pseudapóstolos: de G5571
y G652; apóstol = espúreo
i.e. predicador pretendido:- falso apóstol. (Strong).
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 8//3//2021.
MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”. Ciudadela de Noé.
Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
(Clave:
1124)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario