jueves, 28 de julio de 2022

¿NO SABEIS QUE SOY TEMPLO DE DIOS? (1 Corintios 3:16; 6:19)

 

¿NO SABEIS QUE SOY TEMPLO DE DIOS?

(1 Corintios 3:16; 6:19)

 

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Cor. 3:16)  

 

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?  (1 Cor. 6:19)


Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:  

 

Introducción:

¿No sabéis que sois templo?  3:16. No es cosa nueva que os digo, al decir que sois templo de Dios; sabéis, y debéis de recordar que sois la clase más noble de edificio, un templo de Dios”. Todos los cristianos juntos forman un vasto templo.

La expresión no es:

·      Sois templos”, sino sois el templo colectivamente, y

·      Piedras vivientes (1 P. 2:5) individualmente, y

·      Que el espíritu de Dios.

La inmanencia de Dios y la del Espíritu Santo son una.

Por lo tanto, el Espíritu Santo es Dios. Ningún templo literal es reconocido por el Nuevo Testamento en la iglesia cristiana.

El único que se reconoce es el templo espiritual, todo el cuerpo de los adoradores creyentes en que mora el Espíritu Santo (cap. 6:19; Jn. 4:23-24). La sinagoga, no el templo, fue el modelo para la casa de cultos cristiana. El templo fue la casa de sacrificio, más bien que de oración. Las oraciones en el templo, así como la lectura de la Biblia, eran silenciosas e individuales (Lc. 1:10; 18:10-13), no en conjunto ni en público, como en la sinagoga. Veamos: dos puntos de interés especial.

I.       Templo De Dios. 1 Corintios 3:16-17:

Aquí la Iglesia local es vista como un templo de Dios, habitado por el Espíritu; en 6:19, el cristiano individual es un templo de Dios.

Luego Pablo instruye a los corintios respecto a la naturaleza de la iglesia (v. 16). “¿No sabéis que sois templo de Dios?” (ver 6:16; Ef. 2:21). El hecho de hacerles esta pregunta implica que deben saberlo por instrucción previa. Es muy probable que tanto él como Apolos hubieran abordado este mismo tema antes con los corintios. La iglesia, las personas que la componen, son el templo de Dios. Es difícil que se pueda encontrar otro texto que nos recuerde mejor que un edificio material, por lujoso que sea, no es la iglesia.

Los creyentes la formamos por la fe en Jesucristo. Somos herederos de la enseñanza judía de que en los últimos días” (la era mesiánica) Dios edificaría un nuevo templo para su morada (ver Is. 28:16). Llama la atención ahora que el edificio planteado anteriormente no es nada menos que el templo de Dios.

Al introducir la idea de que el Espíritu mora en ellos como el templo de Dios, confirma de nuevo que ellos son la comunidad de los últimos días”. Esta misma idea va a trasladarse al individuo en 6:19.


Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. (1 Cor. 3:17).

 

Ayuda Hermenéutica:

 

G3485 ναός = naós de un primario ναίω = naío (morar); capilla, templo: - santuario, templecillo, templo. Compare G2411. (Strong).

 

NOTA: Si alguno participa en la destrucción de una Iglesia Local (ya sea un creyente o uno que dice serlo), será disciplinado con severidad por Dios. 

 

NÓTESE: Que Pablo no usa el vocablo hierón, que incluye todo el edificio del templo, sino naón, que denota el santuario propiamente dicho: el Lugar Santo y el Santísimo, es decir, la parte del templo en la que se manifestaba de manera especial la presencia de Jehová y, por eso, ha dicho en el versículo 9b, “¿…y que el Espíritu de Dios mora (oikeí, habita) en vosotros?”. “El Espíritu es, ni más ni menos, Dios morando en la Iglesia Local, pues el apóstol se dirige a una Iglesia local, no a la Iglesia en general.

Aunque la iglesia en su realidad universal no puede destruirse (Mt. 16:18), la expresión local de ella (en este caso la de Corinto) sí puede verse afectada y hasta destruida por fuerzas nocivas. Cuando el Apóstol plantea la posibilidad de que el templo sea destruido (v. 17), es muy factible que esté pensando en el partido Petrino dentro de la iglesia. Sería esta misma facción la que trataría de implantar dentro de la congregación ideas legalistas originadas en el judaísmo. Un ejemplo de estas ideas sería la insistencia en la aplicación obligatoria de reglas alimenticias.

Pablo bien sabía que éstas no agregaban nada positivo a la iglesia. Al contrario, el Apóstol estaba plenamente convencido de que el legalismo redundaría en la destrucción de todo el sistema sobre el cual el templo estaba edificado, o sea, la salvación por la gracia. La expresión Dios lo destruirá a él no debe entenderse en un sentido vengativo, sino que por la postura legalista el ofensor ya se ve condenado porque ha rechazado la gracia de Dios.

La frase porque santo es el templo de Dios, el cual sois vosotros casi contiene una versión de la santidad de Dios que se remonta a los tiempos más antiguos del Antiguo Pacto. Originalmente la santidad de Dios aludía a su carácter de ser totalmente incomparable, sui géneris, único en su género. La santidad de Dios se aplicaba en cierta medida a las cosas relacionadas al culto:

·      El sacerdocio,

·      Los utensilios,

·      Los altares, etc.

La santidad de Dios implicaba que no se le podía ver ni tocar sin morir. Esto se aplicó aun cuando Uza tocó el arca del pacto para intentar estabilizarla (2 Sam. 6:6 ss.). Pablo reconoce, sin embargo, que el templo de Dios lo formaban los mismos corintios imperfectos. Les recordaba que peligraba la santidad del templo.

Los corintios tenían que velar mucho para que esta santidad no se viera comprometida por las facciones, los partidismos y los abusos. Ellos eran el templo; ¿qué harían con esta santidad otorgada por el Espíritu?

II.     Vuestro Cuerpo Es Templo. 1 Cor. 6:19:

 

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?  (1 Cor. 6:19).

Ayuda Hermenéutica:

 

G4983 σῶμα = sóma de G4982; el cuerpo (como un todo completo), usado en aplicación muy amplia, literalmente o figurativamente: - esclavo, corporal, cuerpo. (Strong).

 

NOTA: vuestro cuerpo es templo. Agudo contraste con el templo de Afrodita en Corinto, donde las sacerdotisas eran prostitutas.

 

NOTESE: Al ser miembros de Cristo y tener el Espíritu de Cristo morando en nosotros, nuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo (v. 19), un motivo más, explícito ahora, para que conservemos puro el cuerpo que hemos recibido de Dios, lo mismo que el espíritu. No somos nuestros, sino del Señor (v. 19b, compare 3:23). Somos de Dios, no sólo por haber recibido de ÉL cuerpo y espíritu, sino también por haber sido redimidos, vueltos a comprar por precio por ÉL (v. 20).

Pablo, por sexta vez en esta carta, inicia una frase con esta pregunta (v. 19). Se supone que los lectores deberían, a estas alturas, reconocer que aparentemente habían fracasado en algunas de las lecciones impartidas por el Apóstol. ¿Serían lentos para aprender? En 3:16 Pablo había hablado de la iglesia como el templo del Espíritu. Ahora, la misma metáfora es trasladada al creyente individual.

Tanto la filosofía griega (el estoicismo) como algunos dentro del judaísmo contemporáneo decían que el alma era lugar de habitación del Espíritu. Pablo insiste, en cambio, que el cuerpo del creyente es donde mora el Espíritu. Esta diferencia es significativa. Uno de los estoicos del siglo I afirmaba que el Espíritu moraba en el alma del hombre por medio de la razón.

El apóstol misionero, no obstante, enseñaba que el Espíritu radicaba en el cuerpo del cristiano por la gracia. Hay que recordar que para Pablo el cuerpo representaba la persona integral:

·      Su emoción,

·      Su voluntad,

·      Su intelecto.

Es decir, por la redención en Cristo Jesús, el Espíritu Santo es una dádiva de Dios que radica en la totalidad de la persona creyente.

Precisamente por la redención en Cristo (ver Ef. 1:7; 1 P. 1:17-19), el cristiano no pertenece a sí mismo, sino a Dios. Dios lo ha comprado por la sangre de Cristo, y esto por su gracia. Por la estrecha relación entre la salvación del hombre en Cristo y el Espíritu Santo, es imposible que éste no esté presente en el creyente desde el inicio y hasta el final de su caminata con Jesús.

 

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 Cor. 6:20).

 

Ayuda Hermenéutica:

 

G1392 δοξάζω = doxázo de G1391; rendir (o estimar) glorioso (en una aplicación amplia): - alabar, dar gloria, glorificar, glorioso, (recibir) honra, honrar. (Strong).

NOTA: glorificad. Mostrar el carácter de Dios en nuestro cuerpo, y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Como los creyentes han sido comprados por la sangre de Cristo, deben honrar a quien pertenecen. (1 Cor. 6:20).

La figura de la restauración de un esclavo al estado de un hombre libre es prominente en el pensamiento del Apóstol (v. 20). Aunque había ejemplos de esto en la sociedad contemporánea debido a la práctica de la esclavitud que abundaba en el mundo romano, Pablo saca su punto de comparación mayormente del AT. Este abunda en sus usos del concepto del pago de un precio por la libertad del esclavo (ver Ex. 6:6; 13:13; Rut 4:4 ss.; Salm. 103:4; Is. 43:1).

Acá en este contexto el Apóstol no recalca tanto el acto de la redención sino las posibilidades del redimido para servir a Dios. Ya ha sido liberado de su esclavitud al pecado, por lo tanto, debe servir a Dios con todo su ser (el cuerpo) al glorificarlo. Claramente esto implica que el cuerpo liberado no debe volver a la esclavitud, con lo cual participaría en la inmoralidad sexual.

Concluyó:

El templo, como su nombre significa (del radical griego, “morar”), era la morada terrenal de Dios. La sinagoga, que significa asamblea”, era un lugar de reunión.

Dios también ahora tiene su templo terrenal, no de madera y piedra, sino la congregación de los creyentes, las piedras vivas en la casa espiritual”. Todos los creyentes son sacerdotes espirituales. Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, tiene el único sacerdocio literal (Malq. 1:11; Mt. 18:20; 1 P. 2:5).

Somos su: templo terrenal.

__________

Nota y Bibliografía:

-  e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico. Págs. 1617. Edit. Clie.

-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 27//07//2022. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa.  Cerca del Hospital Regional II Cel. 937 - 608 382-Tumbes. 

 

charlyibsh@hotmail.com

Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.







 


 

 

 

miércoles, 27 de julio de 2022

¡SEÑOR MÍO, Y DIOS MÍO! (Juan 20:28)

 

¡SEÑOR MÍO, Y DIOS MÍO!

 

Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”

(Juan 20:28)

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:


Introducción:

Lo que ocurrió entre Jesús y Tomás durante esta visita del Señor. Este es el único tema que de la visita se nos refiere, y Juan es el único evangelista que nos refiere. Ocho días después, estando presente Tomas (vv. 27-29).

I.       Luego dijo a Tomás”. (v. 27):

Vemos primero la condescendencia de Jesús con Tomás: “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. (v. 27). Estas palabras significan:

1.1. Represión a Tomás.

Una represión a Tomás por su incredulidad; por eso, el Señor responde, palabra por palabra, a las demandas que Tomás había formulado como condiciones indispensables para CREER. Esto nos muestra que no hay una sola palabra en nuestra boca, ni un solo pensamiento en nuestra mente, que no sean conocidas del Señor Jesús.

1.2. Benignidad Del Señor.

Una muestra de benignidad hacia Tomás, al condescender con sus necias y atrevidas demandas, y soportar el que un discípulo le prescriba lo que tiene que hacer ÉL para convencerlo. Así que el Señor Jesús no tiene empacho en acomodarse así incluso al capricho de Tomás en un detalle innecesario, antes que abandonarle a su falta de fe.

Consiente en que se hurgue en sus heridas, y hasta permite a Tomás que meta su mano en la honda herida del costado, si ello ha de ayudarle de alguna manera a CREER. De modo similar, para robustecer nuestra FE, ha instituido una ordenanza que tiene por objeto mantener en nosotros el recuerdo de su muerte.

Y en esta ordenanza en la que anunciamos la muerte del Señor (1 Cor. 11:26), es como si apuntáramos con el dedo hacia las señales de los clavos con lo que Jesús fue crucificado para nuestra justificación.

También podemos alargar nuestra mano hasta el costado de Cristo, pues de su corazón emanó el amor con que ÉL nos tendió su mano para invitarnos a llegarnos a ÉL, para ayudarnos a andar con ÉL y para recibir sus bendiciones.

1.3. Exhortación Futura.

Una exhortación futura, con la que Jesús cierra su invitación a Tomás: “Y no seas incrédulo, sino creyente”. Esta misma exhortación tiene vigencia para cada uno de nosotros, porque si:

·      Nos falta FE,

·      Nos faltará GRACIA,

·      Nos faltará GOZO,

·      Nos faltará ESTIMULO.

Para que no haya confusión, no estará de más observar que la frese de Jesús no significa que Tomás fuera inconverso y necesitara CREER para ser SALVO (compare con 15:3, donde todos aparecen SALVOS, ya que Judas se había marchado ya).

Tomás tenía la calidad de fe suficiente para ser salvo, pero le faltaba la cantidad de fe necesaria para estar mejor dispuesto a dar crédito al informe de los demás discípulos, e incluso a la predicación que el mismo Jesús había hecho repetidamente de su resurrección.

II.      “¡Señor mío, y Dios mío!”. (v. 28):

Tomás se rinde ante las palabras de Jesús y confiesa su fe incondicional al Señor resucitado. Avergonzado de su anterior falta de fe, exclama “¡Señor mío y Dios mío!” (v. 28). No se nos dice que introdujera los dedos en las señales de los clavos ni la mano en el costado de Jesús. No es probable que lo hiciera, por las razones que veremos después.

Una de estas razones se insinúa en el contexto posterior, pues Jesús le dice: “Porque me has visto (no añade: “y tocado”), has creído (v. 29ª). La FE de Tomás, pues, sale vencedora del conflicto, ya que:

2.1. Tomás Satisfecho.

Tomás está ahora satisfecho de la realidad de la resurrección del Señor. Como ya apuntamos anteriormente, su lentitud en CREER y su TERQUEDAD en resistir sirven de confirmación a nuestra FE.

2.2. Reconoce A Su Señor.

Ahora reconoce que Jesús es su Señor y su Dios, como también nosotros debemos reconocer:

 

1) Ahora reconoce que Jesús es su SEÑOR y su DIOS, como también nosotros debemos reconocer.

 

Ayuda Hermenéutica:

 

G2962 κύριος = kurios de κῦρος = kúros (supremacía); supremo en autoridad, i.e. (como sustantivo) controlador; por implicación señor (como título de respeto): - Señor, soberano, ungido, hacer, amo, Cristo, Dios, dueño.

 

G2316 θεός = dseós de afinidad incierta; deidad, específicamente (con G3588) la Divinidad suprema; figurativamente magistrado; de hebreo muy: - Señor, Dios. (Strong).

 

2) Hemos de CREER su Divinidad: que no es un hombre hecho Dios, sino Dios hecho hombre.

 

3) Hemos de CREER su función mediato rial: que es el Señor, el único Señor que puede zanjar las diferencias entre Dios y los hombres y establecer, a favor nuestro, la comunión con Dios que es necesario para nuestra eterna felicidad.

2.3. Tomás Admite Su Error.

Admite, sin objeciones, lo que Jesús le ha dicho, pues le reconoce como su Dios θεός = dseós y Señor κύριος = kurios. Es cierto que, en el original, los vocablosSeñor” y “Diosestán en nominativo, pero eso no significa, como algunos (por ejemplo, los llamados Testigos de Jehová”) pretenden, que se trate de una simple exclamación, ya que el Nuevo Testamento, al seguir las normas del griego vulgar o koiné, que ya se observan en la versión de los LXX [SEGTUAGINTA = griega], emplea frecuentemente el nominativo en lugar del vocativo (v. por ejemplo, Heb. 1:8, compare con Salmo 45:6, donde la expresión “oh Dios” es claramente un vocativo).

Por tanto, las palabras de Tomás van dirigidas, no a Dios, sino a Jesucristo (con lo que evidencia, una vez más, que Jesucristo es Dios). Notemos el adjetivo posesivo en cada uno de los miembros de la frase. Es de importancia vital que, en la expresión de nuestra FE, aceptemos a Jesucristo personalmente, de forma que podamos decir: “Es mí Salvador.

Y no sólo hemos de expresarlo de nuestros labios para adentro, sino también confesarlo públicamente y testificarlo ante otros (compare Romanos 10:9-10), como quienes profesan triunfalmente su relación con el Señor. Tomás se expresa ahora con un afecto y un fervor dignos de imitar, como alguien que, por fin, se ha asido fuertemente, con todo su ser, del Salvador.

2.4. Objeciones De Comentaristas.

Algún comentarista (nota del traductor), no sin alguna razón, opina que Tomás expresó su FE en Jesús como su Señor = kurios y su Dios = dseós, impresionado especialmente por el hecho de que las heridas de Jesús continuaban abiertas, no habían cicatrizado, pero no sangraban, lo que era una clara evidencia de algo absolutamente sobrenatural.

Aun cuando es cierto que el principal objetivo de estas marcas de los clavos en las manos y los pies de Jesús, así como la profunda abertura en el costado, era evidenciar la identidad del Cristo Resucitado con el Cristo Crucificado; y en segundo lugar, garantizar su intercesión en el Cielo presentando las marcas indelebles de la obra que llevó a cabo en la Cruz para nuestra salvación lo cierto es que, según declaración expresa de Pablo (1 Cor. 15:50) la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios.

Para entender esta frase, hay que prescribir de as referencias que suelen hallarse al margen, al pie, o en columna central, de nuestras Biblias, pues dicha frase no tiene ninguna conexión con Mateo 16:17 no con Juan 3:3 y ss., sino con Hebreos 2:14. Por tanto, lo que Pablo expresa en 1 Corintios 15:50 es que una de las diferencias entre nuestro cuerpo actual y el cuerpo de nuestra resurrección consiste en que el futuro cuerpo no constará de la misma sustancia material, muscular, ni de la sangre que es ahora indispensable para mantener la constante vitalidad de los tejidos.

Dice E. Trenchard, al comentar dicho versículo: “En aquella esfera y condición es importante el modo de vivir que depende ahora de la sustancia del cuerpo y el riego sanguíneo, con todos los demás factores anatómicos y fisiológicos que rigen en el maravilloso cuerpo que poseemos.

III.    Bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. (V. 29):

El juicio general que Jesucristo expresa acerca de todo esto: “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados [felices] los que no vieron, y creyeron. (v. 29).  Cristo, con estas palabras, reconoce a Tomás como creyente. Los cristianos sanos, genuinos, sinceros, aunque sean lentos y débiles en su fe, son amablemente admitidos y recibidos por el Señor. Tan pronto como Tomás prestó su asentimiento a Jesús y le reconoció como a su Dios = dseós y Señor = kurios, Cristo le consuela y anima reconociéndole como a verdadero creyente. Pero también le echa veladamente en cara su anterior incredulidad, por la que había demandado VER para CREER, al ser así terco y obstinado en sus demandas, y llegar tarde a sus consuelos.

Quienes sinceramente aprecian la comunión con el Señor, por fuerza han de lamentarse de no haber entablado antes íntimas relaciones con ÉL. No fue sin demasiado exigencias como llegó Tomás a RENDIRSE y CREER en la Resurrección del Señor, pues exigió que se le permitiese usar de los sentidos, no sólo de la VISTA y el OÍDO, sino también del TACTO. Pero, si todo el mudo presentase tales exigencias para CREER en el Evangelio, ¿cómo podrían ser persuadidos los incrédulos a CREER los mensajes y convertirse al Señor?

Por eso, Jesús le recrimina por requerir tales pruebas. En cambio, alaba y recomienda la FE de los que CREEN sin haber visto (compare 1 Pedro 1:8). Tomás ha llegado a CREER por fin, y recibe su bendición (no se olvide que, como Apóstol, era necesario que VIERA al Señor ya RESUCITADO. Hech. 1:21-22). Pero Cristo reserva una bendición especial para los que han CREÍDO sin haber VISTO ni su RESURRECCIÓN ni sus MILAGROS.

Como dice Hendriksen: “La fe que es producto del VER es buena; pero la fe que es producto del OÍR es mejor”. En efecto, el Apóstol dice que el método ordinario es ese:La fe viene del oír (Rom. 10:17). Y Hebreos 11:1 describe la fe como: “… la prueba convincente de lo que no se ve”. El que CREE por lo que VE evidencia una resistencia que sólo parece doblegarse ante una especie de violencia; en cambio, el que se rinde ante el testimonio fidedigno de la Palabra, con la gracia del Espíritu Santo, muestra un carácter más noble, pues es una prueba mayor de la eficacia de la gracia de Dios.

En el VER, resalta más el aspecto meramente humano; en el CREER por el OÍR, se presta honor y obediencia al aspecto netamente divino.

Concluyó:

¡Señor mío, y Dios mío! (v. 28): Tomás, el dubitativo1), reconoce finalmente la plena Deidad de Jesucristo. Esto marca el clímax del Evangelio de Juan. El Señor había proclamado su Deidad a lo largo de Su ministerio.

 

Nota:

 

1) Los nombres propios de la deidad que ÉL usa:

v Yo soy, 8:58-59;

v Señor a mi Señor, Mt. 22:42-45;

2) Los atributos de la deidad que ÉL reclama:

Ø Santidad, 8:46;

Ø Omnipotencia y Omnipresencia, Mt. 28:20;

Ø Omnisciencia, Jn. 11:11-14;

3) Las cosas que ÉL aseguró poder hacer, que solo Dios las puede hacer:

·      Perdonar pecados, Mr. 2:5-7;

·      Resucitar a los muertos, Jn. 5:28-30; 11:43;

·      Juzgar a todos los hombres, 5:22, 27.

 

¿Qué te llevó a creer que las cicatrices de Jesús fueron por ti?

Si no has recibido por fe el perdón de tus pecados,

¿Qué impide que lo hagas hoy?

__________

Nota y Bibliografía:

1) dubitativo, va. (Del lat. dubitatīvus). adj. Que implica o denota duda. □ V. conjunción ~. Microsoft® Encarta® 2009.

-  e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.

-  Biblia de Estudio RYRIE.

-  MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico. Págs. 1494. Edit. Clie.

-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 27//07//2022. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa.  Cerca del Hospital Regional II Cel. 937 - 608 382-Tumbes. 

 

charlyibsh@hotmail.com

Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.