PARTE II:
LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA NIGROMANCIA: (IX)
(1 Samuel 28:3, 9)
“Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores (los espíritus familiares y demonios) y adivinos”.
(1 Sam. 28:3, 9)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
II.
NIGROMANCIA Y BRUJERIA:
Los términos “bruja”
y “brujería”
no tienen, en realidad, un lugar propio en nuestra Biblia en tanto y en cuanto
que las supersticiosas ideas populares asociadas con estas expresiones, no se
encuentran en las Escrituras.
Como resultado de
la demonología extravagante y plagada de fantasía de la Edad Media, la palabra “bruja”,
que etimológicamente parece denotar “uno que sabe”,
pasó a designar más y más a una mujer que había hecho un pacto con el diablo, o
con espíritus malvados, y que, como resultado de esta asociación con el mal, y
de su completo abandono a las fuerzas de las tinieblas, adquiría habilidad para
lanzar muchos tipos de hechizos, causando males indescriptibles, sea a las
cosas o a las personas. “Brujería” en términos modernos denota el arte y
las prácticas de tales mujeres.
Aquelarre: En esta reunión festiva y secreta de los adoradores de Satán, el diablo aparece disfrazado de macho cabrío. Las brujas y brujos le informan de los males causados desde la última reunión, en un ambiente tétrico y escalofriante. En la imagen, la pintura negra El Aquelarre (1797-1798) de Francisco de Goya, obra que se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid (España). (Microsoft ® Encarta ® 2008).
2.1. LA BIBLIA Y LA HECHECERIA:
El término “bruja” aparece dos veces en la Biblia, y en ambos casos fue correctamente traducido como “hechicero” o “hechicera” por los últimos revisores. “A la hechicera no dejarás que viva” (mekashshepah, Éx. 22:18).
Ayuda Hermenéutica:
Éx. 22:18: • A •
la מְכַשֵּׁפָה1 H3784 *hechicera לֹא2 H3808
no → dejarás
→ que תְחַיֶּה3 H2421 viva.
Hechicera: H3784 כשׁף = PIEL: Practicar la hechicería (2 Cron.33:6). — Perf. כּשֵּׁף; Part. מְכַשֵּׁף, מְכַשֵׁפָה (*hechicera). (Moisés Chávez).
“No sea halado en
ti… hechicero” (mekashshepah, Dt.18:19). Los participios hebreos, en cada
caso, denotan a aquel que practica la magia usando formulas ocultas,
encantamientos y murmuraciones místicas. La terminación femenina del participio
en Ex. 22:18 puede meramente denotar uno de clase, o inclusive una colección de
unidades, más que a connotación estricta femenina de “hechicera”12).
El término “hechicera”
es, consecuentemente, una mejor traducción de las palabras hebreas por cuanto
evita la superstición que el tiempo ha adosado a la designación “bruja”,
y es manifiestamente lo suficientemente elástico en alcance para comprender la
gama más ancha de fenómenos demonológico catalogados bajo este rubro. A pesar
de que la etimología de la expresión “hechicero” (del latín ‘sors’,
un “montón”,
“uno que arroja o declara mucho”).
La asignación
inicialmente a la esfera más circunscrita de la pronosticación augural,
aquel que es evidentemente empleado para
incluir comúnmente todo el campo de ocultismo adivinador. Como tal, abraza e
incluye al nigromante, que puede, por tanto, ser clasificado como un cierto
tipo de hechicero.
La apelación “bruja”
ha denotado persistentemente a lo que es más exactamente una hechicera o a
veces una nigromante. Por ejemplo: la frase “la pitonisa de
Endor”, aparece frecuentemente en literatura, y
particularmente en el lenguaje diario, pero no se encuentra en la Biblia.
El epíteto proviene del engañador encabezado y sumario de la versión 1909. Este carácter es definido en 1 Samuel 28:7 como “una mujer que tengo (o sea dueño de un) espíritu de adivinación”. Ella era, por tanto, un hechicero, o más exactamente, una médium espiritista o nigromante, y no una “bruja”.
Los revisores
reconocieron parcialmente la inconveniencia de los términos “bruja”
y “brujería”
en la Biblia versiones Cipriano de Valera, encontrándose esta última sólo en
Nahúm 3:4 en la revisión 1909. Remediaron la situación en la versión 1960,
eliminando totalmente ambas términos.
Cambiaron la expresión “brujería” (kesshaphim) en 2 Reyes 9:22; Miqueas 5:12 y Nahúm 3:4, por “hechicerías”, y “hechizos”; en todos estos casos esa es la traducción correcta –o “artes mágicas”- y no “brujerías”, cuyo término es inexacto y engañoso.
La traducción pecado de “brujería” en 1 Samuel 15:23 es, correctamente, “pecado de adivinación” (qesem).
La frase “usaba la brujería”
empleada de Manasés es correctamente traducida por los revisores como “era dado a
adivinaciones” (2 Cron. 33:6), ya que la palabra denota “practicar magia”,
y es el mismo verbo del cual son derivados por participios “hechicero-hechicería” en Éxodo
22:18 y Deuteronomio 18:10.
La expresión traducida como “hechicerías” en Gálatas 5:20 (pharmakeia) es el vocablo griego usual para “encantamiento”, y así lo reconocen los revisores, a pesar que más literalmente denota el acto de administrar drogas, y dar pociones mágicas.
Naturalmente pasó
a designar el arte de los magos como en el presente pasaje, y en Isaías 47:9,
donde la Septuaginta traduce ‘keshaphim’
por ‘pharmakeia’ (“encantamiento”).
El verbo “fascinó”
(baskaino) en Gálatas 3:1, contiene la idea
de traer desgracia sobre cualquiera por el efecto cegado del ojo maligno, y
tiene, quizás, una referencia oculta, pero ninguna forma tiene que ver con las
fantásticas ideas adosadas a “bruja” o “brujería”.
Sir Walter Scott
diestramente expone el error de los ingenuos en la brujería y los cazadores de
brujas en los tiempos medievales y modernos que profesaban sacar sus
supersticiones ruinas y crueldades inhumanas de la Biblia13).
A pesar de usar
ambiguamente la palabra “bruja” al referirse a la médium de Endor y otras
mujeres traficantes espiritistas nigromantes en el Antiguo Testamento, Scott
pone en claro y señala cuidadosamente que esta clase de adivinadores eran
enteramente diferentes de los “brujos” europeos de la Edad Media.
La así llamada “bruja de los hebreos” no tenía más
jerarquía que una mujer adivinadora o que dice la fortuna. A pesar de ello, su
crimen era uno que merecía la muerte (Éx. 22:18).
No porque fuera una criatura horrenda, como aquellos productos de la distorsionada imaginación medieval, en la cual creían firmemente las multitudes, que podía transformar a otros y a sí mismo en animales, crear y calmar tormentas, frecuentar los [3]aquelarres de espíritus malvados, echar encantamientos, destruir vidas y cosechar, transformar la naturaleza y causar una infinidad de otras calamidades diarias, sino porque su ocultismo implicaba un rechazo de la supremacía de Jehová, pues era una intromisión audaz en la labor del genuino profeta de Dios, a través del cual hablaba el Espíritu de Dios con regularidad para hacer saber la divina voluntad14).
El sumario de Sir Walter Scott se las enseñanzas bíblicas
referentes a la brujería, expresa sucintamente la verdad:
“Sea lo que se haya pensado de otras expresiones ocasionales en el Antigua Testamento, no puede decirse que en cualquier parte de Sagrado Volumen, ocurre un texto indicando la existencia de un sistema de brujería bajo la dispensación judaica, similar en cualquier aspecto a aquellos en contra de los cuales los libros de leyes de tantas naciones europeas poco han pronunciado castigo –menos aún bajo la dispensación cristiana- un sistema bajo el cual la emancipación de la raza humana de la leu levítica fue feliz y milagrosamente prefeccionada”15).
2.1. UN ESQUEMA HISTORICO DE LA BRUJERIA:
Es por
consiguiente, bastante evidente, que los términos “bruja” y “brujería” no tienen un lugar en
nuestra Biblia, puesto que la ideas supersticiosas asociadas popularmente con
estas expresiones no están en las Escrituras y están, además, completamente en
contraposición con la elevada demonología de los dos el Antiguo Testamento.
Sin embargo, estas
ideas supersticiosas las encontramos desde tiempos antiguos en el pensamiento
pagano. Los sacerdotes (o sacerdotisas) de los antiguos oráculos, ya sea
de Apolos en Delfos, tan lleno de leyendas o del encornado Ammón entre las
arenosas planicies de Libia, o el fálico Baal sobre las solitarias alturas de
Peor en Moab, eran todos encantadores. Según Montague Summers:
“Ellos daban oráculos cantaban encantamientos… dirigían, exponían, aconsejaban sanaban, distribuían pociones nocivas, pretendían gobernar sobre la naturaleza con su artes, amansaban fieras salvajes, y encantaban serpientes… controlaban los vientres, tal como se suponía que hacían las brujas de Laponia y Noruega, podían evitar el granizo, o, por otra parte, podían cubrir un cielo sonriente con la amenaza de oscuridad nubes y lluvias torrenciales… Estos sacerdotes encantadores tenían, además, el poder de transformar a los seres humanos en animales brutos”16).
Además, los antiguos
encantadores eran frecuentemente nigromantes. Una de
las primeras y más significantes escenas de nigromancia en la literatura griega
aparece en la Odisea (libro XI), donde Ulises es aconsejado por la malvada
Circe de que tome consejo de Teresias en el bajo mundo infernal. La diosa
griega de la nigromancia y de todas las brujerías era la misteriosa Hécate.
Tanto la brujería griega como la romana abundaban en nigromancia y en toda
variedad posible de fenomenología demonológico.
Sin embargo, fueron los sacerdotes
y campesinos de la Edad Media, en el período de apostasía funesta y declinación
espiritual. Los que mezclaron tan completamente supersticiones paganas con los
conceptos demonológico cristianos, que el resultado fueron los gnomos y los
duendes que eran el epítome de todos los poderes malvados de los antiguos
encantadores, y más.
Se consideraba que la pobre víctima
acusada de brujería como que había hecho un pacto con el diablo para prácticas
de las artes infernales y obedecer cada de sus órdenes. Se cría que el pacto
era firmado con la misma sangre de la
víctima, que su nombre era incluido en el “libro negro”, y que el pacto era solamente
ratificado en una asamblea general presidida por el diablo en persona17).
La bruja estaba obligada a obedecer al diablo en todo lo que se le indicara. Los poderes malvados más terribles, para hechizar, hacer daño y matar, le eran entregados a la bruja la que se volvía una criatura sumamente peligrosa, y con la que no se podía vivir18).
Desde el siglo
XIII la palabra “bruja”, que parece denotar etimológicamente “uno que sabe”,
ha pasado a significar a tales criaturas malvadas imaginarias. Desde esa época
hasta bien entrado al siglo XVIII, la iglesia y el estado unieron manos para
torturar y quemar brujas. La persecución
de la brujería no fue abolida en Inglaterra y Escocia sino hasta 1736, en el
reinado de Jorge II.
Todas las colonias norteamericanas tenían leyes contra la brujería similares a aquellas de Inglaterra19), y desde el principio hubo juicios y ejecuciones. La prosecución de Salem alrededor del fin del Siglo XVII no terminó hasta que 55 personas habían sufrido torturas y 20 habían encontrado la muerte20).
Silla
para ahogar por inmersión: Este grabado del siglo XVII muestra a una mujer
sometida al tormento de la silla para ahogar por inmersión, método corriente de
tortura para brujas y prostitutas en
Inglaterra y Estados Unidos. La mujer era zambullida en el agua un número
determinado de veces según la severidad de su supuesto crimen.
Los extremos
fantásticos a los que llegó la extravagancia se demuestra en la muy difundida
idea de las asambleas generales llamadas los “aquelarres”. Se creía que a
estas reuniones anuales llegaban las brujas montadas en escobas, atizadores
puercos, o cabras, presidiendo el diablo en persona bajo la forma de una cabra.
Aquí presentaban homenaje a su señor, ofrecían sacrificios de niñitos, y
practicaban todo tipo de libertinaje hasta el amanecer.
Aquí los neófitos eran iniciados y recibían la marca del diablo en sus cuerpos, como señal de que se lo había vendido21). La era del renacimiento y del racionalismo científico en Europa en el siglo XVIII, junto con los muy extendidos avivamientos religiosos en Europa y América, prácticamente abolieron la brujería en el mundo civilizado moderno, a pesar de que todavía prevalece hoy en día entre los pueblos semisalvajes y salvajes.
III.
NIGROMANCIA Y EL ESPIRITISMO MODERNO:
La característica
que distingue al espiritismo moderno, frecuentemente mal llamado “espiritismo”22), es la supuesta comunicación con los
espíritus de los muertos. En este aspecto, es lo idéntico a la antigua
nigromancia.
A pesar de que mucho de lo que pasa
por manifestación espiritista de hoy en día es pura estafa, no se puede dudar,
ni por un momento que hay ocasiones en que se reciben verdaderas.
Comunicaciones del
mundo de los espíritus, si es que se les da crédito a las evidencias de las
Escrituras y otras. No faltan pruebas que indiquen que el espiritismo moderno
no es más ni menos que la antigua adivinación revivida, con un énfasis
particular sobre la comunicación con los supuestos espíritus de los muertos, que
son en realidad engañosos impostores de tal manera que, básicamente, el
fenómeno es demonismo.
La pretendida aserción de que es una “nueva dispensación”, que anuncia un avance completamente nuevo en comunicación con la esfera espiritual, está enteramente exenta de bases verdaderas. No sólo no es el espiritismo algo nuevo, sino que data de los tiempos más antiguos.
3.1. LA NIGROMANCIA EN EL MUNDO
ANTIGUO:
El tráfico en el
como de los espíritus malvados en los tiempos antiguos al período
antediluviano. La cópula ilícita con los espíritus fue la causa primordial del
diluvio. La más temprana historia egipcia, mesopotámica y grecorromana están repletas
con ejemplos del culto de las artes demoniacas23). Estos, a los que
da testimonio elocuente la historia religiosa del hombre, se dividen en tres
clases:
(1) Primero: Está la adivinación
por signos, augurios y ciencias ocultas, evidentemente bajo la manipulación de
los demonios, para indicar a seguir.
(2)
Segundo: Hay ceremonias,
encantamientos y hechizos para enlistar las fuerzas espirituales (demonios)
para que den su ayuda para lograr el curso deseado.
(3) Último: Está el empleo de cualquier método de comunicación directa y de cooperación con las fuerzas demoniacas.
El directo intercambio
de la así llamada nigromancia. Pero, puesto que a comunicación es,
en realidad no con los espíritus de los muertos, sino con espíritus seductores
y mentirosos, (el término ampliamente usado de
“nigromancia” es un nombre, siendo la idea
prevaleciente de la comunicación con los muertos un engaño), todo
los fenómenos que envuelven el tráfico real con los espíritus malvados, ya
pretendiendo venir de los espíritus, ya no, está correctamente incluido bajo
esta categoría.
Siendo éste e caso,
la historia antigua contiene innumerables casos de lo que hoy es llamado “espiritualismo”,
porque se encuentran constantemente demonios, pitonisas, sibilas, augurios y
aquellos que dicen la fortuna, tanto hombres como mujeres en los archivos de la
historia antigua.
Los antiguos registros históricos de los sumarios, babilonios y asirios literalmente están inundados de demonios; y los modernos arqueólogos han encontrado en las excavaciones de las antiguas ciudades mesopotámicos tablas de arcilla, conteniendo innumerables encantamientos, hechizos, augurios, exorcismos, rituales mágicos y evidencias de tráfico espiritistas.
Como hace notar
Oesterreich:
“Los exorcismo son tan numeroso que constituyen la mayor parte de las inscripciones cuneiformes religiosas; y seguramente datan desde más allá de la tradición puramente babilónica, llegando a los sumerios”24).
Similarmente, en os
archivos del antiguo Egipto abundan los textos mágicos, encantamientos y
hechizos. A. V. Haenack dice que los
sacerdotes de Egipto eran “exorcistas renombrados desde tiempos sumamente antiguos”25). El innovador religioso, Ikhnaton efectuó una reforma temporal
en 1,380 a. C. Durante su reinado las tumbas de los muertos “ya no eran
desfiguradas con demonios deformes y monstruos grotescos que debían confrontar
al muerto en su vida futura; y los trastos mágicos necesarios para enfrentarse
con, y vencer a, los poderes oscuros del mundo infernal, y que llenaban las
tumbas del viejo orden en Tebas fueron completamente eliminados”26). La noticias del Antiguo Testamento,
que relacionan las enseñanzas egipcias con el ocultismo (Éx. 7:11; 8:18 y
otros), muestran lo generalizadas que estaban la magia y la adivinación de toda
especie imaginable, en las naciones que rodeaban a Israel, y enfatizan el
peligro siempre presente para Israel de estos tráficos en espíritu (Dt.18).
Como ya se ha dicho, el médium espiritista de los canaanitas estaba bajo una
rígida prohibición en Israel (Lv.19:31; 20:6, 27), y la relación de Saúl y la
médium de Endor es la condenación una vez y por todas de parte de la Biblia del
tráfico médium.
La antigüedad griega y romana también nos
suministra abundantes pruebas de intercambio con el mundo de los espíritus
malvados27).
La Odisea de Homero trae claras referencias a
la nigromancia28).
A antigüedad pagana
estaba orgullosa de sus más renombrados oráculos –por ejemplo, aquellos en Claros, Trofonio, y el más famoso de todos en
Delfos, donde médiums en trance recibían mensajes de los dioses (demonios).
Los médiums
curanderos eran también muy numerosos. Episodios tales como la notable experiencia
de Vespasiano en el templo de Serapis en Alejandría, Egipto29) –donde él
evidentemente visualizó ligeramente una materialización espiritista- dan
una imagen del mundo de fenómenos grecorromanos que sabemos ahora que ocurren
en el espiritismo moderno.
Los fenómenos espiritas son relatados en los primeros siglos cristianos:
a)
Clemente
de Roma menciona la práctica de llamar almas del infierno “por el arte
que se llamado nigromancia” con el propósito de
consultarlos “sobre algún asunto común”30).
b) Tertuliano
hace una alusión significativa a la misma cosa que los médiums modernos profesan
hacer / y hacer, si se debe dar crédito a la abundancia evidencia):
literalmente, producir apariciones y traficar en espíritus de hombres que estan
muertos (en realidad, demonios
impostores)31).
c) Agustín
vez tras vez adscribe la inspiración de los oráculos y adivinos griegos y
romanos a espíritus malvados, y reconoce su poder de predicción. El creía que
los demonios tenían el poder de producir apariciones y visiones, tal como lo
hacen a través de médiums modernos32).
Las oscuras épocas
de la superstición mediable con sus magos, encantamientadores,
astrólogos, y médiums,
producían levitaciones, apariciones y comunicaciones espirituales y curas
milagrosas bastante similares a las del espiritismo moderno, ciencia cristiana
y otras sectas similares.
La espantosa abundancia de los demonios espiritistas en Inglaterra y la supervivencia de supersticiones paganas no podrían se más claramente demostradas que en las leyes canónicas y civiles contra todo tipo de adivinación que se extienden desde el siglo VII hasta el XI33). Hasta el advenimiento de la era moderna, condiciones similares prevalecieron en toda la Europa Medieval34).
3.2. EL ESPIRITISMO EN EL MUNDO
MODERNO:
Con el
advenimiento de largo alcance del espiritismo en el siglo XIX, viejos enemigos
del cristianismo aparecieron bajo nueva formas. Las extrañas experiencias
físicas de los “Shakers
(Los
agitadores etc.)” en Nuw Lebanon, Nueva York, en 1843, y
especialmente los famosos “golpecillos de espíritus” en la familia de John D.
Fox en 1848 en Hydeville, Nueva York, atrajeron una amplia atención; y
resultado, se multiplicaron con mucha prolijidad por todo el país los médiums a
través de los cuales se decía que se daban estas manifestaciones. Las sesiones de
las chicas Fox, antes de la Guerra de Secesión, atrajeron a muchas personas
prominentes, tanto de Europa como de América.
Se organizaron
sociedades espiritistas (The Society of
Psychical Research = ‘La Sociedad de
Investigación Psíquica’ en 1882 en Inglaterra, y en 1888 en
los Estados Unidos), las sesiones pasaron a ser comunes, y una literatura
prolífica empezó a salir de las prensas.
Hombres de ciencia
sujetaron estos fenómenos a una fuerte investigación cietífica, y algunos, como
Sir William Crookes y Sir Oliver Lodge, los físicos, se encontraron entre sus
adherentes.
Se adujo que un
complejo de fenómenos, supuestamente experimentados y probados, había sido
logrado como resultado de la tan difundida actividad en investigaciones psíquicas
y experimentaciones con médiums tales como la:
· Telepatía,
· Golpecillos de espíritus,
· Trance,
· Apariciones luminosas,
· Escrituras automáticas,
· Inspiraciones,
· Comunicaciones orales y escritos con
los espíritus,
· Dibujos a través de los médiums,
· Materializaciones,
· Levitaciones curaciones
físicas y otras, y
· Estas forman la base de la nueva creencia en los espíritus.
Dice Oesterreich: “En varios períodicos y círculos ya uno como otros fenómenos, y sectá, por así decirlo, de moda”35). Se concede que ciertos estados de trances están relacionados muy de cerca con la posesión demoniaca36).
El espiritismo
recibió un nuevo impulso después de la I Guerra Mundial, especialmente en
Inglaterra, donde casi no había un hogar que no hubiera perdido un hijo.
Hombres tan prominentes como Sir Oliver Lodge y Sir A. Conan Doyle alegaron que
ellos habían tenido comunicaciones con sus hijos y sus camaradas muertos en el
campo de batalla.
El resultado fue la
popularización de la recurrencia a médiums, en donde la gente era engañada por
espíritus mentirosos que personificaban a los muertos. Se debe concluir con que en ningún caso
hubo la comunicación que se suponía: es decir,
una comunicación de hecho de los vivos con los muertos, ya sea con las lamas de
los muertos justos como de los injustos. El espiritismo está basado
en la mentira, muy bien disimilada, y tiene su fuente en aquél del cual las
Palabras de Dios dicen que es “mentiroso y padre de mentira” (Jn. 8:44).
Un caso notable de
una tal señora Piper37), fue reportado en cinco diferentes
volúmenes de procedimientos de la Society of
Psychical Research = ‘La Sociedad de Investigación Psíquica’, y se
dice que suministra el mejor conjunto de evidencias científicas que comprueban
la posible comunicación con los espíritus. Fue a través de este caso que Sir
Oliver Lodge se convenció finalmente de que los muertos pueden hablar con los
vivos. Sin embargo, la Biblia contradice su conclusión. James Gray correctamente
resume la evidencia de la siguiente manera:
“Revela la posibilidad de materializaciones pero no la charla verdadera con los muertos. En este caso, por materialismo entendemos la supuesta apropiación de una forma corpórea y material por parte de ángeles malignos, o demonios que perversamente apersonan a los muertos y engañan a los vivos; pero nada más”38).
Debe recordar que llamamiento a Samuel desde el mundo de los espíritus (1 Sam. 28:7-25) fue hecho por Dios mismo, como un caso de prueba para pronunciar condenación divina sobre todo el tráfico prohibido con espíritus malignos. En este caso la médium nada tuvo que ver con el procedimiento.
3.3. LAS DOCTRINAS DEL ESPIRITUALISMO
MODERNO:
Puesto que el
espiritismo de hoy en día es básicamente el demonismo practicado en la más
remota antigüedad, aquellos que lo abrazan no llegan a nada nuevo en el
cristianismo, sino que retroceden a algo tan viejo como la perdición misma del
hombre al paganismo inspirado e impulsado por “doctrinas de demonios” (1 Tim.4:1).
Ya la luz de la
Palabra de Dios, eso son, especialmente puesto que los espíritus no tienen un
credo oficial39), y sus principios generales están
basados en gran parte en los pronunciamientos de los médiums bajo el influjo de
un demonio controlador en las sesiones.
Los espiritistas
tienen una idea panteísta de la Deidad, y generalmente intentan anular la idea
de un Dios personal.40) Niegan la doctrina fundamental de la
deidad de Cristo, haciéndolo sólo un “Médium maestro”41) y su concepción milagrosa es para
ellos simplemente “un fabuloso cuento”42). Rechazan la
doctrina bíblica de expiación, alegando que “uno no puede ver ninguna justicia en el sacrificio vicario,
ni en el Dios que puede ser aplacado por esos medios”43).
Se mofan de la
depravación del hombre, insistiendo en que “nunca hubo evidencia de una caída”44), En su pensamiento “el infierno… se elimina totalmente”
como un “concepto
lugar permanente”45). Los espiritistas ven a la
iglesia como un enemigo mortal por ser un impedimento al verdadero progreso
espiritual. Uno
de ellos escribe:
“Paso a paso la iglesia cristiana avanzó, y al hacerlo, paso a
paso la antorcha del espiritismo retrocedió, hasta que sólo un rayo trémulo de
luz podía ser visto de ella entre la oscuridad… Durante más de 1,800
años la iglesia llamada cristiana permaneció entre los mortales y los espíritus
bloqueando toda posibilidad para el progreso y crecimiento. Está parada hoy
como una barrera completa para el progreso humano, tal como hace 1,800
años”46).
Plenamente conscientes del antagonismo irreconciliable
entre su secta y la cristiandad, ellos dice:
“Si esto último (el cristianismo) vive, el espiritismo debe morir; y si el espiritualismo debe vivir, el cristianismo debe morir. Son la antítesis la una de la otra… El espiritualismo moderno ha venido a darle su golpe de gracia; y aquellos que quisieran detener la corriente, son los enemigos de la verdad espiritual”47).
En a siguiente
afirmación, Wilbur M. Smith evalúa correctamente a los seguidores de esta secta: “Si son
verdaderamente espiritistas, son los enemigos jurados de la fe cristiana”48).
Ninguna secta tan abiertamente deja de lado la Palbra de Dios a su voluntad
o confiesa con tan poca vergüenza que muchas de su aserciones están en abirta
oposición a las Escrituras.
Es obvio que en su Outlines of Spiritualism = [Los Contornos de Espiritismo] (febrero de 1952), que los espiritistas consideraron la enseñanza de la divina inspiración y la autoridad de la Biblia como totalmente insostenibles y engaños para el público.
A pesar de que el
espiritismo moderno ha brindado un servicio benéfico al llamar la atención
sobre el mundo sobrenatural (aunque malvado)
de los espíritus en una era tan materialista sumamente escéptica de cualquier
cosa que pretenda trascender el ámbito puramente natural, es evidente a todas
luces que es una herejía anticristiana y pagana, caracterizada por el más
directo engañó demoniaco. Sus raíces se entierran profundamente en el
demonismo, y sus frutos llevan todas las características de Satán, el engañador
y destructor49).
___________
Nota y
Bibliografía:
[1] Ventrílocuo, cua.
(Del lat. ventrilŏquus). adj. Dicho de una persona: Que tiene el
arte de modificar su voz de manera que parezca venir de lejos, y que imita las
de otras personas o diversos sonidos. U. t. c. s. (Microsoft® Encarta® 2008).
[2] Hendíadis.
(Del lat. hendiădys, y este del gr. ἕν διὰ δυοῖν, uno mediante dos, infl. por
el it. endiadi). f. Ret. Figura por la cual se expresa un solo
concepto con dos nombres coordinados. (Microsoft® Encarta® 2008).
[3] Aquelarre. (Del
eusk. aquelarre, prado del macho cabrío). m. Junta o reunión nocturna de brujos
y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de
macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición. (Microsoft®
Encarta® 2008).
1) Antes de cualquier empresa importante,
los reyes asirios, por ejemplo, “nos dicen que a través de los sacerdotes baru
–como eran llamados los adivinadores- se seleccionaban un día favorable para la
empresa”. Morris Jastrow, Hebrew and Babilonian Traditions, p. 150. Compare
Encyclopedia of Bible Life, p. 338, de M. S.
y
J. L. Miller.
2) Para las pruebas de que los agentes
espirituales que trabajan a través del médium son espíritus malvados y no
buenos, vea Nevius, John L., Demon Possession and Allied Themes, pp. 320-332.
3) Esto era notablemente cierto del famoso
oráculo de Apolo en Delfos Vea T.K. Oesterreich Possession, Demoniacal and
Other, pp. 312 y siguientes; E. Langton, Essentials of Demonology, pp. 96-98.
4) T. Witton
Davies, Magic, Divination, and Demonology among the Hebrews and Their
Neighbors, p. 87.
5) Willaim Gesenius, A. Hebrew and English
Lexicon of the Old Testament, traducido por Robinson. Esta explicación,
indudablemente correcta, fue también seguida por Tregelles en su edición de
Gesenius’ Lexicon.
6) Para una discusión de estos términos
vea S. R. Driver, Deuteronomy, en el International Critical Commentary, pp.
225, 226.
7) Compare
Langton, op. Cit. P. 178; también James M. Gray, Spiritism and the Fallen
Angels, pp. 17, 18.
8) Gray, op, cit. También William C.
Irvine concluye así: “Junto con una pléyade de cristianos instruidos, creemos
que los mensajes que se reciben del mundo de los espíritus no son recibidos de
las almas de aquellos que han pasado por el velo, sino de demonios que los
personifican”, Heresies Exposed, undécima edición, p. 175.
9) Gray está en lo correcto cuando dice
que “el caso de Samuel es único”, opus citatus, p. 81.
10) Pember explícitamente observa: “Por
cuanto Saúl buscó entre los muertos, Dios en su ira mandó al verdadero Samuel
como portador de un terrible mensaje de sentencia”. Earth’s Earliest Ages, p. 274; compare con Gray, op. Cit., pp. 83 y
siguientes. Eclesiástico
46:20 concuerda en que la aparición de Samuel fue verdadera: “Después de
dormido (Samuel) profetizó y anunció al rey su fin”.
11) Pember, op.
Cit. P. 273.
12) E. Kautzch,
Gensius Hebrew Grammar, editado por A.E. Crowley, sección 122, s.t.
13) Letters on
Demonology and Witchcraft, pp. 47-58, segunda edición.
14) Ibidem. Entregados completamente al
malign, se suponía que las brujas “eran capaces de hacer cualquier cosa que el
diablo pudiera hacer”, W. M. M’Donald, Spiritiualism Identical With Ancient
Sorcery, New Testament Demonology, and Modern Witchcraft p. 98.
15) Op. Cit., p.
57.
16) The Geography
of Witchcraft, p. 2. Para un studio general de la brujeris vea The History of
Witchcraft and Demonology, por el mismo autor. También compare A Discourse of
the Damned Art of Witchcraft, volume III, de William Perkins. Para el
tema de la brujería en el drama elizabethiano, vea a Robert Hunter West, The
Invisible World, pp. 136-161.
17) Vea A.E.
Waite, The Book of Black Magic and of Pacts, Including the Rites and Mysteries
of Goetic Theurgy, Sorcery, and Infernal Necromancy.
18) Margaret A.
Murray, The Witch Cult in Western Europe; y West, op, cit. pp. 253, 254.
19) Compare G.L.
Kittredge, Witchcraft Old and New England.
20) Vea W.N.
Gemmil, Salem Witch Trials.
21) Artículo sobre “Wiychcraft”,
Encyclopedia Americana, 29 (Nueva York, 1951), pp. 430, 431.
22) Gray op
cit. Pp. 16, 17; Nevius, op cit., p. 360; y J. K. Baalen The Chaos of Cults
septima edición, p. 22.
23) Vea Lewis
Bayles Paton, Spiritism and the Cult of the Dead in Antiquity; y E. F. Hanson,
Demonology, or Spiritualism Ancient and Modern.
24) Op. cit.
pp. 147, 148.
25) Die
Mission und Ausbreitung des Christentums den ersten drei Jahrehunderten
(Leipzig, 1915), I, p. 138.
26) James H.
Breasted, A History of Egypt, pp. 396, 370.
27) Para un hábil resumen del testimonio
que dan los autores griegos clásicos sobre la existencia de fenómenos de aquél
entonces, parecidos al espiritismo moderno, vea Leonard Marsh, Yhe
Apocatastasis or Progress Backwards.
28) Libro XI.
29) Pember, pp. 292, 293.
30) Clemente de Roma, Homilías 1.5.
31) Apología
XXIII.
32) De Civitate
Dei, II:24, 26; XVIII: 5. Vea también el estudio práctico del
médium moderno por Minot J. Savage, titulado Psychics.
33) Oesterreich,
op, cit. Pp. 65-73.
34) Ibid. Pp.
352-612.
35) Op. Cit., p. 366.
36) Ibíd. Para un resumen clasificado
y descripción de las manifestaciones físicas y mentales del espiritismo
moderno, vea a Pember, op. Cit., pp. 322-327.
37) M. Sage. Mme. Piper et la Societé
Anglo- Americane pour les Recherches Psychiques. Vea también a Oesterreich, op.
Cit. Pp. 371-375.
38) Op. Cit., p. 21.
39) Van Baalen, op. Cit., p. 42.
40) Ibid.
41) Gray. Op. Cit., pp. 25, 26: vea
también a Van Baalen, op. Cit., p. 42.
42) Spiritual Telegraph, número
37.
43) A. Conan
Doyle, The New Revelation, p. 55.
44) Ibid.
45) A. Conan
Doyle. Op. cit., p. 68.
46) Mind and
Laiter, (mayo 8, 1880).
47) Ibid.,
(junio, 1880).
48) World
Crises and the Prophetic Scriptures, p. 344.
49) Vea R. B.
Jones. Spiritism in Bible Light; y G. T. Stoddard, The Case Against
Spiritualism.
-
e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de
Estudio RYRIE.
- UNGER,
Merrill. Los Demonios Según La Biblia. Edit. Las Américas. Primera Edición.
1952.
- Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez. 16//06//2018.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 27//01//2013. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz. E-Lt.18. III Etapa. Cerca del
Hospital Regional II. Cel.
942-562691-Tumbes.
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