sábado, 2 de julio de 2022

PARTE I: LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA NIGROMANCIA: (IX) (1 Samuel 28:3, 9)

 PARTE I:

LA DEMONOLOGÍA BÍBLICA Y LA NIGROMANCIA: (IX)

(1 Samuel 28:3, 9)

 

Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores (los espíritus familiares y demonios) y adivinos”.

(1 Sam. 28:3, 9)



Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

La nigromancia no es un fenómeno demonológico en sí mismo, sino sencillamente un aspecto particular, un modo de adivinación. De todas maneras, su uso tan difundido entre las naciones paganas de la antigüedad, su persistencia a través de los siglos, y su aparición actual en el moderno renacimiento espiritista de hoy en día, lo hacen digno de un lugar importante y de una consideración especial en sí mismo.

La adivinación abarca todos los intentos de obtener información clandestina de los habitantes del mundo espiritual, de tal manera que la nigromancía debe ser clasificada dentro de ella, y como una fase de la misma. Su signo distintivo es que se busca los conocimientos deseados entre los espíritus de los muertos.

La palabra en sí expresa muy bien la esfera que abarca, y denota literalmente la adivinación (manteia), a través de consultas a los muertos (nekros):

Ayuda Hermenéutica:

Muerto: nekros = (νεκρό̓͂, G3498), se usa de:

(a) La muerte del cuerpo (comp. Stg. 2:26), su sentido más frecuente;

(b) La condición espiritual de los inconversos (Mt. 8:22; Jn. 5:25; Ef. 2:1,5; 5:14; Filp. 3:11; Col. 2:13; cf. Lc. 15:24);

(c) La condición espiritual de los creyentes con respecto al pecado (Rom. 6:11); etc.  (VINE).

I.       INSTANCIA BIBLICA DE LA NIGROMANCIA:

Los ejemplos de consulta con los espíritus de los muertos no son muy numerosos en la Biblia, por cuanto las Escrituras invariablemente condenan esta práctica como completamente en contraposición con la verdadera adoración espiritual de Dios. Pero en varias naciones de la antigüedad, no sólo fue admitida, sino  instigada, y practicada corrientemente.

Entre muchos pueblos antiguos, como los babilonios, egipcios, griegos y romanos, el adivinador estaba al servicio del estado, y era consultado antes de que fueran toma das las decisiones importantes o antes de emprender la guerra 1).

El que a cierta clase de pronosticadores paganos se les colocara en la categoría de ilegítimos, y les fuera prohibido ejercer sus llamamientos, no era porque su ocultismo chocara con el paganismo sino más bien porque se suponía que estaban asociados a dioses de otras naciones hostiles.

Desde el momento en que, según las creencias de la época, los dioses particulares de una nación eran los protectores de su pueblo, y que las deidades de sus rivales eran enemigos, todo sospechoso de asociación o intercambio con estos dioses hostiles, estaba bajo una rigurosa prohibición gubernamental.

 

1.1. LA PROSCRIPCIÓN DEL ANTIGUO TESTAMENTO CONTRA LA NIGROMANCIA:

Pero en una teocracia como Israel no había tal distinción entre ocultismo ilegal o ilegal. Estaba todo bajo un inflexible interdicto, y el tráfico en él era, en todos los casos, visto como una apostasía flagrante a Jehová. Y como un crimen punible con las penas más severas. De allí los mandamientos mosaicos:


No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios”. (Lv. 19:31) 

Encantador: H178 אוֹב = ob: de lo mismo que H1 (aparentemente mediante la idea de balbucear el nombre de un padre); propiamente borboteo, i. e. odre para agua (por su sonido hueco); de aquí, mago (ventrílocuo, como de un tarro): - adivinación, adivino, encantador, evocar espíritus, evocador de espíritus, fantasma, muerto, odre. (Strong).

(Lv. 20:6; Dt. 18:10, 11). El adivino (quien tiene un espíritu familiarob) es el demonio adivinador presente en el cuerpo del brujo.

 

Y el hombre o la mujer en quienes hubiere espíritu pithónico (espíritu familiar; literalmente, ‘en quien hay un demonio adivinador’) o de adivinación, han de ser muertos: los apedrearán con piedras; su sangre sobre ellos (Lv. 20:27, versión 1909).

 

El término familia se aplica al demonio presentido2), porque se le consideraba por os traductores como un sirviente (famulus), perteneciente a la familia (familiaris), que estaba en términos íntimos y podía ser fácilmente invocado por aquel que lo poseía. El significado del término hebreo está en disputa.

No sería imposible que estuviera relacionado con el término árabe awaba (retornar), con referencia al espíritu que regresa periódicamente. El punto de vista más común, empero, asocia el significado etimológico fundamental con la idea de algo hueco”, como una botella de cuero”, o odre (Job 32:19).

Suponiendo que la idea fundamental contenida en la palabra es la oquedad”, hay varias explicaciones actuales referentes a ella, tales como se llama al espíritu por el tono hueco de su voz, que indica un sonido que se puede esperar que surge de cualquier lugar hueco, o porque el espíritu adivinador se suponía, hablaba de una cueva o una apertura en la tierra.

Entre los griegos y romanos, los oráculos que dependían de la nigromancia estaban situados en el interior de cavernas profundas, que se creía eran adecuadas para comunicarse con el mundo de los espíritus3). Davies cita a W. R. Smith que es de la opinión que la adivinación por el (ob) estaba ligada a esta antigua superstición. De la misma manera que (ob) significaba un espíritu adivinador y pasó a denotar a la persona en la que residía el espíritu, por una metonimia similar –el contenido por el envase y viceversa- la caverna hueca pasó a ser usada por el espíritu que habla de ella4). Gesenius sugiere que la conexión entre botella y nigromante surgió probablemente de “considerar al brujo, mientras estaba poseso, como una botella o un recipiente en el cual estaba contenido el demonio5).

El adivino”, “mago o encantador (yid’oni) es el sapiente o sabio como se ha traducido la palabra al español, de la misma manera que en la Septuaginta gnostes’. De la misma manera el espíritu familiar(‘ob) significa en:

·  Primer, instancia el supuesto espíritu de una persona fallecida (realmente el demonio adivinador).

·      Luego, pasó a denotar a aquel que adivina por intermedio de tal espíritu.

En consecuencia, ambos términos denotaban:

Ø Primero, al espíritu adivinador, y

Ø Luego, al médium a través del cual el espíritu adivinador.

Los dos conceptos están a veces tan íntimamente ligados que se confunden en uno solo, tal como Levítico 19:31; 20:6, donde el original a los encantadores (o aquellos que tienen espíritus familiares) es simplemente a los espíritus familiares (el ha’ovoth) en el hebreo.

Lo mismo es cierto en los que se refiere a los términos adivino” “mago” o “encantador”. Está implícito en su significado el pensamiento del demonio sabio y conocedor, y el médium mañoso y marrullero, que es hábil en las ciencias ocultas porque el espíritu inteligente está en él. Es el conocimiento sobrehumano del espíritu que habita en su cuerpo lo que lo hace un hechicero”.

Se han hecho intentos de hacer una distinción tajante entre los término (ob y yid’oni) en sus referencias al espíritu adivinador, pero es dudoso que se pueda mantener cualquiera diferenciación rígida con éxito, en vista de la escasa información existente al respecto6). Si las dos expresiones se refieren a espíritus diferentes, en ese caso, el espíritu hechiceroevidentemente señala a los espíritus caracterizados por su superior conocimiento; el espíritu familiar” (ob) parecería ser un fantasma que se llamado del mundo de los espíritus para que conteste preguntas que se le plantean (1 Sam. 28:7, 8).

Parecería que el espíritu hechicero hablara siempre a través de un médium, mientras que el espíritu familiar (ob) puede evidentemente hablar directamente del mundo de los espíritus (1 Sam. 28:15).

Puede parecer que a primera vista algunos pasajes sugieran que el médium poseído por los espíritus. Pero esta distinción no es válida porque se dice de Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores (aquellos que tenían espíritus familiares, ha’ovoth) y adivinos(1 Sam. 28:3,9); y este difícilmente podría haber sido el caso si los últimos fueron meramente agentes para los espíritus.

 

¿No pueden los dos términos describir dos aspectos diferentes del mismo espíritu? Visto de esta manera, el (ob) da a idea de que el espíritu ha vuelto del otro mundo, mientras que el (yid’oni) sugeriría que el demonio que ha retornado de esa manera, tiene conocimiento metafísicos, y por lo tanto, tendría capacidad para dar información oculta. Indicativo de este punto de vista es que en todos los once casos en que ocurre (yid’oni), sigue consistentemente a (ob), sugiriendo vehementemente que es interpretativo del mismo. En contrate, (ob) frecuentemente ocurre aislado (1 Sam. 28:7, 8; 1 Cron. 10:13). Adivino: H178 אוֹב = ob: de lo mismo que H1 (aparentemente mediante la idea de balbucear el nombre de un padre); propiamente borboteo, i. es., odre para agua (por su sonido hueco); de aquí, mago (ventrílocuo[1], como de un tarro): - adivinación, adivino, encantador, evocar espíritus, evocador de espíritus, fantasma, muerto, odre. (Strong).

Muy posiblemente los dos caracteres sean un solo esencialmente, y que la conjugación que los une como en Deuteronomio 18:11, es de la naturaleza de una [2]endíadis: “aquel que busca un espíritu que se ha marchado que sabe” (shoel ‘ob weyid ‘oni). La expresión restante nigromante(doresh el hammethim, “un buscador entre –hacia- los muertos”), es obviamente un término nigromántico general y comprensivo, e incluye a ob y yidoni.

Entonces la expresión completa podría ser dada de la siguiente manera: Aquel que consulta a los espíritus que se han marchado que saben, incluso quien busca entre los muertos”.

Esta interpretación está también en armonía con las usanzas del paralelismo hebreo.

La ilegalidad y la iniquidad de todo el arte nigromántica en Israel, aparece, además, en los inflexibles y duros mandamientos mosaicos en su contra, en pasajes tales como el que describe cómo Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores (los espíritus familiares y demonios) y adivinos (1 Sam. 28:3, 9); cómo luego murió por su persistente desobediencia, y porque consultó al python, preguntándole (1 Cron. 10:13, versión 1909); y cómo Josías, en su purga a fondo y de largo alcance del paganismo, limpió la contaminación de médiums espiritistas y ocultistas de toda clase (2 R. 23:24).

Una porción considerable de las culpas de Manasés, en su abominable orgía idólatra, se puede  rastrear a su tráfico con espíritus familiares y demonios. Consultaba a adivinos y encantadores” (tenía relaciones con demonios y hechiceros, asah’ob we yid’ onim); es decir, traficaba en medio adivinadores y hechiceros (2 R. 21:6; 2 Cron. 33:6).

No hay duda de que los surgimientos de la práctica de la nigromancia eran frecuentemente en Judá hasta el momento de la cautividad, y eran un índice infalible del bajo nivel espiritual de la nación apostata y una causa que constituyó a su exilio.

Isaías reprende severamente a todos los ocultistas de su tiempo por buscar a los médiums y hechiceros que susurran hablando”. Denuncia a toda la adivinación nigromántica como totalmente opuesto a Jehová y su culto: “¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?” (Is. 8:19).

La traducción común de la LXX de espíritu familiar ob es ventrílocuo (aggastrimuthos) uno que habla de tal manera desde sus adentros que hace creer a la gente que un fantasma hubo a través de él, como resultado de haber lanzado la voz hacia el piso, donde se suponía que estaba el espíritu (Is. 8:19; 29:4). Precisamente esa es la explicación racionalista del fenómeno nigromántico promulgado por Lenormant, Renán y otros.

Pero a pesar del hecho que los antiguos frecuentemente usaron la ventriloquías, malabarismos e imposiciones con propósitos mágicos o de hábil charlatanería, como es el caso de muchos espiritistas tramposos de hoy en día, entonces, como hoy, fue practicado un tráfico genuino en el ocultismo, y las Escrituras presentan esta clase de adivinación, no como una mera charlatanería, sino como lo que pretendía ser, un verdadero despliegue del demonismo y la operación de verdaderos poderes de supe naturalismo malavado7).

Pero el mediumismo y el espiritismo están estrechamente relacionados con los cuchicheos y murmuraciones ventril cuales que los seductores demonios emplean en sus agentes humanos, en sutil imitación de las expresiones de los muertos, con el objeto de engañar y ganar a sus fáciles crédulos, Isaías, advirtiendo a Judá y  Jerusalén de amenazantes sufrimientos, dice de ellos: “Serán humillados… y será tu voz… como la de un fantasma” (ke’ob, literalmente, como una sombra del suelo), y su voz susurrará desde el polvo (Is. 29:4).

Ayuda Hermenéutica:

Fantasma: ob = (בוא H178) «ánima; hechicería, nigromancia; adivinación; hoyo». Este vocablo tiene cognados en sumerio, acádico y ugarítico, donde se encuentran las acepciones «hoyo» y «espíritu de algún difunto». En los casos más antiguos (en sumerio), ob se refiere a un «hoyo o fosa» del que pueden convocarse los espíritus de los muertos. En textos asirios tardíos se usa el vocablo para referirse a un simple agujero en la tierra. Los textos acádicos describen una divinidad que personifica el «hoyo» y a quien se dirigía un rito particular de exorcismo. En hebreo bíblico se constatan 16 ejemplos del vocablo.  El término generalmente se relaciona con el espíritu (espíritu o fantasma) atribulado de un muerto, etc. (VINE).

 

La referencia del profeta es claramente al fantasma” (demonio) invocado, quien remedando a os muertos evidentemente habla directamente desde el suelo, y susurran hablando (Comp. Is. 8:19) desde el polvo”. Los antiguos realmente creían que las almas de los muertos retornaban, y que se podían comunicar con ellos.

Muy poco comprendían la sospecharía demoniaca, y no se apercibían que la supuesta sombra o espíritu de los muertos, no era algún ser o amigo amado, sino meramente un demonio impostor8). En los tiempos modernos, multitudes son similarmente engañados en las garras del error espiritista.

1.2.    EL CASO DE SAÚL Y LA PITONOSA DE ENDOR:

El caso de la visita de Saúl a la médium espiritista de Endor (1 Sam.28) no sólo es el caso más prominente y detallado de necromancia en las Escrituras, sino que es único y sin paralelo9). No sólo como  una clara exposición de la fraudulencia del espiritismo, sino que también como la inequívoca condenación de Dios de todo el tráfico ocultista, y su seguro castigo para todos aquellos que violan sus leyes divinamente ordenadas al recurrir al ocultismo.

Es evidente que un relato así, de una práctica oculta y malvada tan terminante prohibida a los israelitas, y sin embargo, tan en boga en el paganismo en general, y entre las naciones cananitas en particular, nunca hubiera recibido tanto espacio ni un lugar tan prominente en las páginas de la divina verdad, a menos que tuviera que cumplir con un gran ministerio, con un estricto deber a realizar revelando de una vez y para siempre la absoluta duplicidad del espiritismo, advirtiendo solamente sobre la horrenda destructividad de toda relación con espíritus malvados.

Ayuda Hermenéutica:

 

Endor: H5874 עֵין־דֹּאר = Ein Dor o עֵין דּוֹר  Ein Dor; o עֵין־דֹּר  Ein Dor; de H5869 y H1755; fuente de morada; En Dor, un lugar en Palestina:- Endor. (Strong).

El que la pitonisa de Endor era idéntica a la médium moderna aparece en el mandato de Saúl a sus sirvientes para que le buscaranuna mujer que tenga espíritu de adivinación” (‘esheth ba’alath’ob, literalmente una mujer que controle o que sea la ama de un demonio adivinador”, 1 Samuel 28:7).

 Para que yo vaya a ella por medio de ella pregunte y también en su pedido inicial a la misma médium que me adivines por el espíritu de adivinación” (ba’ob, por medio del demonio adivinador”) “y me hagas subir a quien yo te dijere (ver. V.8).

Saúl pidió que se le apareciera Samuel, porque sabía que no había nadie como el venerable profeta y juez que conociera tan bien la mente de Dios y los eventos futuros. La mujer indudablemente pasó a hacer sus preparativos de costumbre, esperando, como siempre, caer en estado de trance, y ser usada por su control o demonio adivinador que pasaría a impersonal al individuo requerido.

Lo asombroso sin embargo, fue que el usual procedimiento ocultista fue cortado abruptamente por la repentina y totalmente inesperada aparición del espíritu de Samuel. Consecuentemente, la médium estaba paralizada de terror, y gritó bajo el impacto anímico cuando percibió que Dios había intervenido, y que, por su poder y permiso especial, el verdadero espíritu de Samuel se había presentado para dictar sentencia final sobre Saúl10).

La visión de Samuel fue la prueba de la intervención divina y una evidencia irrefutable de que el hombre disfrazado era Saúl.

La conducta aterrorizada de la médium y su pérdida completa de serenidad por la aparición de un verdadero espíritu de una persona realmente fallecida, constituye una revelación completa e irrefutable por parte de las Escrituras, de la fraudulencia de todos los médiums espiritistas.

La mujer, podemos estar seguros, tenía el poder de comunicarse con espíritus malvados al igual que los médiums y los investigadores psíquicos modernos. Estos demonios engañadores se hacen pasar por espíritus de personas que han fallecido, a sus médiums, y a través de ellos a sus clientes, pero en realidad su mensaje no emana de los que han partido, sino de ellos mismos como espíritus mentirosos, que hábilmente impostura a los muertos11).

El retorno de Samuel del mundo de los espíritus, aun cuando es real, es, desde todo punto de vista único y excepcional. Para empezar, no es el caso de que un médium haga retornar el espíritu de un muerto. El demonio adivinador de la mujer no tuvo nada que ver con la repentina aparición de Samuel. Ella y su cómplice el espíritu fueron completamente relegados con la aparición de Samuel, y no tuvieron más nada que ver con el asunto. Los espíritus malvados pueden impersonales a los muertos, pero no pueden hacerlo aparecer. Sólo Dios puede hacer esto, como lo hizo en este caso. Más aún:

·      El incidente es el único ejemplo:

Ø En todas las Escrituras en que Dios permitió a una persona muerta retornar como espíritu, para comunicarse con los vivos.

Otros han retornado de los muertos, pero no como espíritus, sino como personas resucitadas, tales como la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín, y Lázaro de Betania. No recibieron cuerpos de resurrección, y tampoco, podemos creerlo, retuvieron conciencia del mundo de los espíritus, sino que más tarde volvieron a morir. Pero el espíritu de Samuel no estaba reencarnado, y por consiguiente, no estaba descalificado para relatar información del otro mundo.

El caso de nuestro Señor y de aquellos que salieron de los sepulcros después de la resurrección de él y aparecieron a muchos”, en Jerusalén (Mt. 27:52, 53), eran personas resucitadas, no espíritus (Lc. 24:39), ni eran en ningún sentido ejemplos de espiritismo. Lo mismo es cierto de la aparición de Moisés y Elías en el monte de la transfiguración. Ellos también estuvieron presentes, no como espíritus”, sino en sus cuerpos glorificados.

Entonces el retorno de Samuel en la forma del espíritu del dominio de los muertos es, desde todo punto de vista, algo sin paralelo ni precedente, tanto en su forma como en su propósito:

Ø  En forma: porque fue por un poder y permiso divino especial.

Ø  En su propósito: pues fue con la única intención de dar una advertencia divina a todos aquellos que hurgan en el ocultismo, y

Ø  Particularmente para pronunciar una sentencia inmediata sobre Saúl por ésta, su zambullida final en la ruina (1 Cron. 10:13).

Después de que la médium quedó al descubierto y siendo sus artes puestas al desnudo como un fraude y una falacia por inusitado miedo ante la aparición de Samuel, a quien pretendió llamar, todo el proceso pasa rápidamente a un coloquio entre Samuel y Saúl. Es manifestó que, por lo menos al principio, el espíritu de Samuel sólo fue visible para a mujer, que lo describió como un dios (Elohim) que sube de la tierra (1 Sam.28:13).

La expresión es dificultosa y poco usual, por cuanto es la misma palabra para Dios y dioses”. Pero que la referencia particular en este pasaje no es a Jehová ni a dioses paganos o demonios, es evidente por la inmediata indagación de Saúl: “¿Cuál es su forma?” (Ver v. 14).

Por lo tanto, el término dios como ha sido usado en este caso específico, y de acuerdo con una tradición usanza hebrea, se refiere a un juez o profeta como aquellos a quienes vino la Palabra de Dios (Jn. 10:35; Salm. 82:6) y a quienes Dios consecuentemente dignificó con su autoridad para llevar su propio nombre (Éx. 21:6; 22:8). La designación era preeminentemente a propósito de Samuel, el último y más grande de los jueces, y el primero de los profetas.

Después de la subsecuente descripción de Samuel por parte de la mujer como un hombre ancianosurgiendo cubierto de un manto (1 Sam. 15:27), parecería que también Saúl miró el espíritu de Samuel, pues él humillado el rostro a tierra, hizo gran reverencia(28:14) y la conversación procedió directamente, sin más intervención de la mujer. La incisiva y directa reprobación que le hiciera Samuel a Saúl agrega evidencia al hecho de que su espíritu realmente apareció, y que no se trataba de un demonio impostor.

La gran mayoría de las supuestas comunicaciones de los muertos es vaga y críptica, desarrollada en lenguas oscuro con la finalidad de engañar y paralelamente dejar una impresión favorable.

Y esto es muy distante del caso de Samuel. En los términos más severos, él anunció que el Señor le había quitado el reino a Saúl, y que mañana Saúl y sus hijos morirían (vv. 16-19).

El lenguaje de Samuel, al describir la muerte de Saúl ha ocasionado muchas discusiones. Cuando dijo: “Mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos” (immi, v.19), no es necesario suponer que esto, producto del texto masorético, no sea posiblemente la interpretación correcta y que sería más aceptable la traducción de la Septuaginta (Códice Alexandrinus y Códice Vaticanus), mañana estás tú caída y contigo tus hijos (immeka nophelim).

Esta última, a pesar de que soluciona una dificultad imaginaria que  molesta a algunos, es obviamente una versión debilitada. No hay razón alguna para que, a su muerte, Saúl y sus hijos no hubieran ido a donde estaba Samuel, a la sección paradisíaca del Hades, donde estaban los espíritus de todos los muertos en los tiempos del Antiguo Testamento (Lc.16:19-31).

 

Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos”. (1 Sam. 28:19) 

No debe ser olvidado jamás que Saúl no es el tipo del incrédulo, sino de un hijo de Dios, sólo que desobediente y bajo la disciplina divina. Su último acto desobediente al recurrir a la necromancia, resultó en su fin prematuro en la batalla del monte Gilboa, lo que es típico del pecado de muerte del creyente (1 Jn. 5:16), y el haber sido entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús (1 Cor. 5:5).

Que Samuel estaba en el paraíso, que estaba ubicado en el mundo de abajo antes de la resurrección de Cristo, y no, como ahora, en el tercer cielo (2 Cor. 12:2,3), explica la razón por la cual este espíritu es representado como saliendo de la tierra (1 Sam. 28:13, 14), y no como bajando del cielo.

Samuel no reveló nada referente a aquellos que están en el mundo invisible, excepto una referencia con respecto a la condición de los muertos justos, que él insinuó es de descanso y silencio, y que Saúl había turbado su tranquilidad al llamarlo. Esta declaración contiene una revelación del estado de los muertos justos, en el paraíso entre la muerte y la resurrección del cuerpo.

Si las Escrituras prohíben que un hijo de Dios recure a un espíritu de adivinación”, entonces está igualmente prohibido que los muertos, ya sean buenos o malvados, se comuniquen con los vivos. Al hacerlo, los dos infringen la ley de Dios. Si el ruego persuasivo del hombre rico en el infierno no pudo lograr que el espíritu de Lázaro regresara a la Tierra para advertir a sus hermanos:

¿Cómo puede un médium, usando el poder demoniaco, prevalecer sobre los espíritus de los muertos para que retornen?

¿Y qué necesidad hay de que nos comuniquemos con los muertos? Tenemos  a Moisés y los profetas, a Cristo y sus discípulos, con una revelación completa concerniente a las circunstancias de los muertos, salvos o no.

Si el episodio del recurso de Saúl al ocultismo tiene una lección, ésta es la de mostrar la idiotez y duplicidad de tráfico con los nigromantes.

Véase Parte II:




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