LA VISIÓN DE PABLO:
2 CORINTIOS 12:
Pastor: Carlos Ramírez Jimínez:
Aunque con
frecuencia extraemos pasajes de este capítulo para bendiciones devocionales,
debemos tener presente el propósito de Pablo al responder a sus críticos y
probar su llamamiento apostólico. En el capítulo anterior hace un recuento de
las cosas que mostraban sus debilidades, para que Cristo reciba la gloria. En
este capítulo hallamos cuatro pruebas de su apostolado.
I. La Revelación De Cristo. (2 CORINTIOS 12:1–6):
El
«hombre»
del que Pablo habla aquí es, por supuesto, él mismo. ¡Imagínese poder mantener una experiencia
tan emocionante como esta en secreto catorce años! (¡Imagínese
también sufrir en silencio catorce años!). Es cierto que a Pablo le
fueron dadas revelaciones que ningún otro hombre vio ni oyó.
Fue
el instrumento escogido de Dios para revelar al mundo la grandeza de su gracia
(note cuidadosamente Hch. 26:16). El «tercer cielo» (v. 2) es el paraíso[1],
el mismo cielo de la presencia de Dios. No sabemos qué oyó Pablo de Dios. Pablo mismo no
dijo nada al respecto, para que ningún cristiano empiece a honrarle más de lo
que se merecía. ¡Qué humildad!
Dios
no le hubiera dado estas revelaciones a Pablo si no hubiera sido su siervo
escogido. Como Pablo afirma en Gálatas 1:11ss, las verdades que enseñaba las
recibió directamente de Dios; no las recibió de segunda mano de algún otro
apóstol.
II. El Aguijón En La Carne (2 CORINTIOS 12:7–10):
No
sabemos qué era este aguijón[2],
pero la mejor sugerencia es que se trataba de alguna enfermedad de los ojos.
Pablo fue cegado sobrenaturalmente cuando se convirtió (Hch. 9:9) y es posible
que le quedó alguna debilidad incluso en los años posteriores. Gálatas 4:15 y
6:11 («con cuán
grandes letras») sugieren problemas de los ojos.
Esto
hubiera sido una dificultad para Pablo, tanto física como emocionalmente, y
quizás con franqueza llamarle un aguijón (estaca) en
la carne. (Algunas
veces atravesaban con estacas a los prisioneros y los dejaban sufrir una muerte
horrible). Cualquier cosa que haya sido el aguijón, era una carga
para él y le producía dolor. Él pidió que le fuera quitado.
La
presencia de este aguijón era prueba de su experiencia celestial relatada en
los versículos 1–7; porque Dios le dio el aguijón (¡qué regalo!) para que no se enorgulleciera. Los enemigos de
Corinto le acusaron de ser débil (véanse 10:1, 10; 11:6, 29), y ahora él admite
que era débil, pero su debilidad era un don de Dios.
La
misma debilidad de que se le acusaba ¡era en realidad un argumento en favor de su autoridad apostólica! Hay varias lecciones muy prácticas que aprender de la
experiencia de Pablo con el aguijón:
(1) Las bendiciones espirituales son más
importantes que las físicas. Pablo pensaba que podía ser un mejor cristiano si
se aliviara de su debilidad, pero la verdad fue exactamente lo opuesto. Los «sanadores de
fe» que predican que la enfermedad es pecado tienen mucha dificultad
con este capítulo.
(2) La oración sin contestar no siempre
significa que no se suple la necesidad. Algunas veces recibimos mayor bendición
¡cuando Dios no responde a nuestras oraciones! Dios siempre contesta la
necesidad aun cuando parezca que no responde a la oración.
(3) La debilidad es fortaleza si Cristo está en
ella. Lea una prueba en 1 Corintios 1:26–31; recuerde los cántaros de Gedeón,
la honda de David y la vara de Moisés.
(4) Hay gracia para satisfacer toda necesidad. ¡La gracia
capacitó a Pablo para que aceptara su debilidad, se gloriara y se regocijara en
ella! Pablo sabía que su debilidad daría gloria a Cristo y eso era
todo lo que importaba. Véase 2 Corintios 4:7.
III. Sus Señales Apostólicas (2 CORINTIOS 12:11–18):
Pablo
no se auto-exalta cuando afirma no ser menor que ninguno de los apóstoles;
simplemente defiende su posición.
Nótese: que
hace una lista de varias «señales» que probaban su apostolado, empezando
¡con la
paciencia! Esperamos que mencione milagros y maravillas, ¡pero no
paciencia! Sin embargo, fue la paciente persistencia de Pablo bajo
la tribulación lo que mostraba que había sido divinamente llamado y comisionado
(véase cap. 4).
Pablo
menciona su actitud hacia el dinero. Puede afirmarse como un hecho
aceptado que la actitud del siervo hacia las cosas materiales indica su vida y
perspectiva espiritual (Lc. 16:1–15). Un verdadero siervo de Cristo no puede
amar el dinero. Pablo les recuerda que él y Tito demostraron su amor sincero
por la iglesia por la manera en que se sostuvieron y ayudaron generosamente a
los corintios.
Señales
y milagros por sí solos no prueban que un hombre es enviado de Dios, porque el
mismo Satanás tiene credenciales milagrosas (véase 2 Ts. 2). Cuando la vida y
motivos de un siervo son puros, podemos confiar en cualquier señal que Dios
pudiera dar; pero cuando su vida no es correcta, esos milagros no pueden ser
del Señor.
IV. Su Valor Al Tratar Con El Pecado (2
CORINTIOS 12:19–21):
«Cuando vaya, ¡ya verán
cuán débil soy!», escribe Pablo. «Me parece que será mejor que empiecen a
limpiar la iglesia de inmediato», aconseja. «Si esperan a que yo lo haga, ¡ya verán qué humilde puedo ser en las manos del Señor!».
Cuando
el asalariado ve venir al lobo, huye (Jn. 10:13), pero el verdadero pastor se
queda y protege a las ovejas. Pablo no iba a salir huyendo. Llegó al punto de
mencionar los pecados que predominaban en la iglesia.
Aunque
arreglaron el asunto del ofensor mencionado en 1 Corintios 5, había otros
pecados ahora que necesitaban atención. «Un poco de levadura» en verdad había leudado toda
la masa (1 Cor. 5:6).
Hay Dos Tipos De
Pecados Que Se Mencionan Aquí:
Ø Los sociales (v. 20) y
Ø Los sexuales (v. 21).
Había
tanto hijos pródigos como hermanos mayores en la iglesia y ambos necesitaban
arrepentirse. Lo que empezó como facciones en 1 Corintios 1:10 ¡creció hasta
convertirse en contiendas, divisiones y desórdenes! Satanás estaba
al mando, porque Dios no es Dios de confusión. La enseñanza falsa conduce a una
vida falsa.
Este
capítulo bien pudiera servir como una prueba para los siervos cristianos.
Mientras que ninguno de nosotros recibe revelaciones especiales hoy, todos
debemos estar en comunión con Dios y recibir nuestros mensajes únicamente de
Él. Debemos tener gracia para soportar el sufrimiento.
Ojalá
no haya ningún amor al dinero y temor alguno de hombre que nos impida resolver
el pecado. ¡Que
Dios nos ayude a ser la clase de siervos que Él pueda elogiar y bendecir!
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
__________
Nota:
[1] G3857 παράδεισος
= parádeisos: de origen oriental [Compare
H6508]; parque, i.e. (específicamente)
Edén (lugar de felicidad, «paraíso»):- paraíso.
[2] G4647
σκόλοψ = skólops: tal vez de la base de G4628 y G3700; seco al
frente, i.e. punta o púa (figurativamente fastidio o discapacidad corporal):- aguijón. (Strong).
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