Contestación
De Job A Bildad:
(Job 9:1–10:22)
“Él es
sabio de corazón, y poderoso en fuerzas;
¿Quién se
endureció contra él, y le fue bien?”
(Job 9:4)
“Está mi alma hastiada de mi vida;
Daré libre curso a mi queja,
Hablaré con amargura de mi alma”.
(Job 10:1)
Pastor: Carlos
Ramírez Jiménez:
Siendo Dios tan eminente poderoso 9:1-10. ¿Cómo puede Job estar en su presencia? 11-24. Job confesó su debilidad y sintió la urgente necesidad de un árbitro “que ponga sus manos sobre nosotros dos”, 25-35. Se quejó amargamente, 10:1-17, y deseó la muerte, 18-22.
La Segunda Respuesta De Job. Job 9:1–10:22.
Job no disputa la afirmación de Bildad que
Dios no pervierte la justicia (8:3), simplemente la afirma. No obstante, el
discurso de éste le dio tiempo suficiente para contemplar bien lo que Elifaz
había dicho acerca de la justificación de los rectos (4:7). Ahora, con una reacción
demorada, le responde.
Convencido de su rectitud, contempla cómo
un hombre podía ganar en un pleito contra el Todopoderoso, y sin refrenar sus
pensamientos, expresa audazmente lo que siente. El discurso trata del misterio
de la justicia divina y del trato de Dios con los hombres. Debido a su creencia
en la naturaleza trascendente de la justicia divina, no piensa que Dios se
conforma a las normas que gobiernan al hombre (9:3, 4), pues el hombre no puede
salir bien en un pleito contra Dios.
Además, Job postula que Dios trata igualmente al malvado y al
íntegro: los consume (9:14–24). Con todo, el discurso es
el eje del diálogo, y en ello Job comienza a dar indicios de una salida del
pozo en el cual había caído. No obstante, en esta etapa, con orgullo desafía a
Dios; más tarde tendrá que humillarse.
Estructura la segunda respuesta en líneas similares a la primera
(caps. 6–7):
Ø Job contesta a sus amigos;
Ø Presenta un soliloquio breve, y termina
con una súplica a Dios.
· En primer término, contempla el poder irresistible y la injusticia de Dios
(9:1–35);
· Después, eleva otro lamento y una súplica a Dios (10:1–22).
Terrien sugiere que:
Ø Job cuestiona la arbitrariedad de Dios (9:2–13);
Ø La naturaleza evasiva de Dios (9:14–24);
Ø La inhumanidad de Dios (9:25–10:7) y
Ø La facultad creadora de Dios (10:8–21).
También conviene recordar que el libro
proviene de la literatura sapiencial. La Biblia indica que la creación
testifica del poder y la divinidad de Dios (Rom. 1:20); además, afirma que los
sabios tratan por medio de la sabiduría de entender el camino de Dios; sin
embargo, enseña que el conocimiento de la naturaleza moral de Dios viene
únicamente a través de una revelación divina. Dios toma la iniciativa cuando se
revela.
Ahora, en cuanto a Job y sus amigos, no
gozaron de la revelación dada en el Sinaí, y la mente humana, por más sabia que
sea, no descubre a Dios y sus demandas morales. Por cierto, el redactor final
del libro tuvo una ventaja sobre sus protagonistas; sin embargo, su
contribución inspirada se encuentra en la estructura y en el estilo literario
del libro.
Por lo tanto, el libro de Job demuestra la habilidad admirable de los sabios de examinar preguntas eternas; sin embargo, se debe tener cuidado con los conceptos aislados, por más piadosos que parezcan, tanto de los amigos como de los de Job. Advierte otra vez la importancia de analizar los discursos en el contexto de todo el libro y a la luz de la revelación posterior.
I. El Poder Irresistible y La Injusticia
Divina. Job 9:1-35:
Responde Job a Bildad y le habla honorablemente de Dios, humildemente de sí mismo, y resentidamente de su aflicción. En este capítulo, vemos.
1.1. El Poder Divino y
La Justificación. Job 9:1–12.
Irónicamente Job descarta el discurso de
Bildad (v. 1a). Inmediatamente, con
una reacción demorada, dirige su atención hacia una declaración que Elifaz
había hecho en el discurso anterior (4:17).
El vocablo “hombre” (enosh H582), que aparece en su respuesta, proviene de un verbo que significa “ser débil”, “limitado” o “mortal”.
Ayuda Hermenéutico:
enôsh = (אֱנוישׁ, H582), «hombre». Esta palabra semítica común es la que se usa en el arameo bíblico como el genérico para «hombre» (equivalente hebreo de). Aparece 25 veces en el arameo bíblico y 42 en el hebreo bíblico. El hebreo utiliza ôsh exclusivamente en textos poéticos. La única excepción aparente está en 2 Cron.14:11. Sin embargo, ese versículo es parte de una oración, por lo cual utiliza lenguaje poético.
La palabra “justo”, en este caso, se emplea para
una persona inocente en un pleito. Es decir:
· “¿Cómo puede un hombre jamás ser declarado inocente [justo] en una contienda con Dios?”.
Según Elifaz el hombre no podía ser justo
delante de Dios por causa de su pecado; en contraste, para Job sería imposible
porque Dios era arbitrario con su poder e irresponsable en la administración de
la justicia (vv. 19, 20). Audazmente
decía que el hombre mortal no podía contender con el Todopoderoso (vv. 3, 4).
La palabra hebrea “contender” (rib H7378) es un
término legal usado comúnmente, y significa entrar en un juicio. Indica que
alguien tiene un pleito contra una persona. Los profetas la emplean en
referencia al pleito que Dios tiene contra Israel (Is. 3:13; Os. 4:1; Miq. 6:2;
Jr. 2:9; etc.); sin embargo, Job, por sentirse mal juzgado, quiere contender con
Dios.
Job quiso ser más que un Abraham que intercedió ante Dios por
Sodoma, o más que un Moisés que protestaba ante Dios la decisión de mandarlo de
vuelta a Egipto para sacar a los hebreos de la mano del faraón (Éx. 32:11, 12;
Jon. 4:2, 3):
· Quiso poner a Dios en el estrado de los
testigos (13:22) para que se justificara su trato con él.
· No obstante, sabía que era imposible.
Los amigos hablan del poder maravilloso de Dios. Job responde que
también cree en el poder divino, pero no como algo maravilloso. En el momento,
lo entiende como un aspecto negativo de Dios. En la respuesta poética no trata
de la misericordia ni de la salvación divina (vv. 5–10); así que del contexto se emplea el poema en una forma
sarcástica.
Job indica que Dios, con su poder, sacude
la tierra con los terremotos (vv. 5, 6); manda al sol que no brille (el eclipse),
y apaga las estrellas de noche (v. 7). Job acusa a Dios de usar su poder
irresponsablemente; pinta un cuadro negro y negativo de un abuso del poder
divino, y lo que más siente es ser afligido injustamente:
Ø Irónicamente, Job
sostiene que Dios creó el universo con su poder (Salm. 104:2; Is. 40:22; Jr.
10:12; etc.) y camina “sobre las ondas del mar” tempestuoso (v. 8;
36:30);
Ø No duda que hizo
las estrellas y las constelaciones australes visibles desde Palestina (v. 9), y muchas cosas maravillosas “que no se pueden
enumerar” (v. 10);
(v.9) Este versículo
refleja antiguas concepciones astronómicas. La Osa parece ser la constelación
que lleva el nombre de la Osa Mayor. Las pléyades son
las siete estrellas que se mencionan en Amo. 5:8.
“Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las
tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las
aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre”. (Amo. 5:8).
Amos 5:8 Pléyades: Grupo de
estrellas en la constelación de Tauro, cerca de la constelación de Orión (véanse Job 9:9; 38:31). Dios es el
Creador y Sostenedor; regula la naturaleza de manera que la mañana
sigue a la noche; las aguas son succionadas del mar y regresan al mar en forma de lluvia (véase Ecl. 1:7).
Ø Sin embargo, con
su poder, dice que se oculta a sí mismo, y al pasar, uno no lo ve ni lo
comprende (v. 11): es imposible
justificarse delante de él porque no se le puede hallar.
Ø Es un Dios oculto
(v. 11; 13:24; 19:7; 23:3, 8, 9); es evasivo y fugaz.
Ø Con su poder
arrebatar sin que nadie lo haga desistir; no hay nadie que le pregunta por qué
(v. 12).
Ø Es implacable con
su poder; nadie lo puede resistir, y “no detendrá su ira” (v. 13a; Is. 42:25; Ez. 22:31,
etc.).
Job se da cuenta de que no puede oponerse a Dios. ¿Quién puede
hacerle dar razón por sus acciones? Su poder es irresistible y su
juicio es final. Así que al juzgar también opera su poder.
Además de limitar a los seres humanos, Job
mantuvo que el poder agresivo de Dios
dominaba
también a “los
que ayudan a Rahab”, un monstruo
marino (26:12; Salm. 89:10; Is. 51:9, etc.). En la mitología semítica, Rahab, las fuerzas violentas del caos primitivo,
fue conquistado en la creación del universo.
El nombre genérico significa “agitarse”
o “conmoverse”,
y se encuentra la personificación en el término “océano” de Génesis 1:2: “Había
tinieblas sobre la faz del océano (tehom H8415)”. Las aguas caóticas,
las que se agitaban sin orden, también eran oscuras pues había unas densas
tinieblas:
Ø No había nada de luz.
Ø Dios creó orden del desorden, y,
Ø Al hacerlo, dominó también a los
ayudantes de Rahab, o las fuerzas adversas al orden divino.
Dios habló: “Sea la luz, y fue la luz” (Gn. 1:3); la luz
que iluminaba la oscuridad era el primer paso de crear orden del desorden (caos
o Rahab). Sin la luz de Dios nunca
habrá orden en el mundo; así que la Biblia, la que revela el camino de Dios, es
lámpara (una
luz) de Dios para guiar los pies en un mundo oscurecido por el
pecado. Además, Dios, la luz del mundo, vino encarnado en Cristo para dar la
última revelación acerca de la salvación para todos los seres humanos.
Y Dios, la Luz, será glorificado al final de las edades. El primer capítulo
y el último de la Biblia hablan de la luz. En Apocalipsis, en la época gloriosa de la nueva
Jerusalén, se encuentra una promesa:
· “Ya no habrá más maldición. Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella… No habrá más noche, ni tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos” (Ap. 22:3–5).
No habrá más necesidad de luces creadas, porque estaremos en la presencia de la
Luz Eterna, Dios mismo, que iluminará sobre
todos los suyos.
Entre la luz de la primera creación y la
de la nueva Jerusalén, la Biblia, la
luz (lámpara)
de Dios, indica el camino de la nueva creación, una “recreación” en Cristo, por
medio de la cual se entra en la ciudad nueva, la nueva Jerusalén final.
La literatura bíblica usa a Rahab como mera figura didáctica que
ilustra el poder absoluto e irresistible de Dios en la creación. Job usó un
término literario cuyo concepto era bien conocido por sus amigos. El poder de
Dios era irresistible en todo el universo.
1.2. La Justicia Divina
Puesta En Duda. Job 9:13–35.
Job seguía con el deseo de defenderse en
un pleito delante de Dios para afirmar oficialmente su inocencia. Sin embargo, era
escéptico (vv. 14, 15a). Dijo que un
“justo”
o “inocente”,
todavía tendría que pedir “clemencia” (lit. “favor”) de Dios (vv. 14, 15):
· Era un hombre débil y limitado frente al Todopoderoso.
En su estado físico y emocional, azotado
de un lado y atacado por sus amigos por el otro, Job no apeló para recobrar su
salud y riqueza, sino quiso defender su honor y buen nombre. Pensaba que todo
el problema había comenzado con Dios erróneamente, y únicamente Dios mismo
podría resolverlo. Sin embargo, no pudo hallarlo para comunicárselo.
Convencido de su inocencia, la sombra de duda acerca de la
justicia divina comenzó a molestarle:
Ø ¿Si Dios había abusado de su
poder al afligirlo, no significaría también una perversión de la justicia?
Ø ¿Había pervertido el poder
la justicia de Dios?
Ø ¿No era esto común entre
los hombres?
¡Era un príncipe: había
servido como juez! Entonces, quiso tener una audiencia entre iguales.
No obstante, las dudas lo preocuparon (v. 16). Además de la duda acerca de ser
escuchado, había otra acerca de la justicia de Dios (vv. 17, 18).
Las Preguntas De Job 9:14–31:
Job tiene en lo más recóndito de su pensamiento el deseo de presentarse delante de Dios como en un juicio legal. A él le encantaría poder entrar en un tribunal celestial y pararse frente al Juez, el Señor Dios. Anhela entrar tal como está, cubierto de llagas, arruinado y destrozado, para defender su caso. No como un rebelde, sino para estar en la misma sala, cara a cara, donde pudieran discutir este asunto de principio a fin.
De Hacerlo, Le Presentaría Cuatro Preguntas:
· Primera pregunta: Si yo pudiera pararme delante de Dios, ¿qué le diría? (Job 9:14–19).
· Segunda pregunta: Si pudiera proclamar mi inocencia, ¿de qué serviría? (Job 9:20–24).
· Tercera pregunta: Si tratara de ser positivo y jovial, ¿cómo me ayudaría eso? (Job 9:25–31).
· Después de expresar esos pensamientos, Job llega a un momento crucial con
su cuarta pregunta: ¿Es posible tener un mediador que pudiera presentar mis
necesidades delante de Dios? (Job 9:32–35).
Tomado del libro de Charles Swindoll Job: Un hombre de resistencia heroica (Editorial Mundo Hispano)
Si fuera posible tener un pleito, sería
una farsa porque si se tratara de fuerzas, Dios le ganaría; si se tratara de justicia
(mishpat H4941), “¿quién me
convocará?” (lit., TM) (v. 19). Job repitió el pensar del v. 14: era
inútil, de su parte, contender con Dios si se trataba de poder o de justicia
(juicio).
La última frase del v. 14 era una pregunta retórica: “¿Quién se atrevería llamarle
para adjudicar entre los dos?” (vv. 32, 33; Jr. 49:19).
Job no tenía esperanza y estaba
desesperado; sin embargo, había llegado a un punto clave en su experiencia. Se
atrevía a decir lo que pensaba. Cuando lo hizo, comenzó a dudar de sus dudas y
esto le dio otra manera de mirar al problema. Al hacerlo, encontró más facetas
para examinar.
Mientras tanto, le preocupaba una posible adjudicación:
v ¿Cómo podría justificarse en la presencia del Todopoderoso
cuando estaría tan confundido que no podría defenderse?
Además, como hombre frágil, pudo haber pecado de una manera
desconocida:
Ø ¡Como hombre tendría
dificultad en justificarse ante Dios! (v. 20a).
Ø Si se declarara íntegro = (tam H8535, 1:1, 8), Dios lo declararía “culpable”, lo cual ya había hecho al afligirlo (v. 20b).
Con el progreso de la argumentación, se
acercaba peligrosamente al punto de acusar a Dios de ser injusto en su gobierno
del mundo.
Afirmó otra vez su integridad, refutando
la doctrina de Elifaz (4:7) y Bildad (8:20), pero no reclamó nada más que su honor
(v. 21). Acusó directamente a Dios de ser injusto y casi con el mismo respiro
hizo la pregunta clave acerca de la doctrina de la retribución, tocando el
punto más débil de ella (vv. 23, 24).
Si no era él, entonces, ¿quién era?
(vv. 22b–24). Aunque dijo que
Dios trataba de igual manera al íntegro
(tam H8535) que, al impío, que
se burlaba de la agonía de los inocentes y era fuente de la injusta opresión
social; Job terminó su explosión de emociones con la más importante pregunta
hecha hasta ahora:
· SI NO ERA DIOS, ¿QUIÉN ERA?
La pregunta era un vislumbre de esperanza;
sin embargo, por ahora era momentánea, pues pronto su ánimo cambiaría
radicalmente.
De repente se volcó otra vez a la teología
de antes, acusando a Dios de un trato inhumano. No obstante, había cambiado en algo:
estaba más resignado a su condición y no volvería tan
rápidamente a tener deseos de morir. No obstante, en este momento, pensó
que iba a morir “sin lograr ver el bien”, es decir, ser vindicado aquí en la
tierra (v. 25). Para
ilustrar el sentir empleó dos ejemplos:
· El primero fue las veloces embarcaciones que navegaban el río Nilo, y
· El segundo era la velocidad con la cual
un águila se lanza sobre su presa (v.
26).
Así, pronto iba a terminar su vida sin ser
declarado inocente de los supuestos pecados.
Por más que se esforzaba, no podía resignarse
a ser juzgado culpable (vv. 28, 29). Si fuera posible, se prepararía
cuidadosamente para un encuentro con Dios. Se bañaría bien y limpiaría sus
manos; sin embargo, aun así, Dios lo hundiría en “el hoyo” y, de su parte, “abominaría”
sus propias vestiduras (vv. 30, 31). ¿De qué serviría declararse inocente si era imposible
justificarse delante de Dios? En esto, se acercó al problema: ¡el hombre no puede justificarse a sí mismo!
Al caer Job otra vez en el valle del
desánimo, se vuelca al tema anterior y contempla
la
contienda desigual entre un hombre débil y el Todopoderoso. Vuelve al deseo de
tener un intermediario entre ellos (v. 19). Se da cuenta de que Dios no es
hombre para que responda a un pleito, ni pueden juntarse los dos para arreglar
la contienda con justicia (v. 32). Entonces, con un rasgo sobresaliente, Job
desea que haya un ser, aun hipotético, entre ellos que sería diferente de Dios
y de él, “un árbitro” que su mano sobre ambos” (v. 33).
Job quería que fuera más que un juez, o árbitro imparcial:
· Quería que fuera uno que mediría con justicia (rectitud), y
· Que promovería la armonía y el amor que
antes había tenido con Dios.
Se preocupaba por ser declarado inocente
de culpa; sin embargo, en el fondo, quería ser reconciliado con Dios. Reclamaba
a alguien, posiblemente un ser divino, que entendería tanto lo divino como lo
humano. Quería ver a Dios como hombre y que Dios lo entendiera como hombre.
Sin ser un profeta, y de una manera aún
más sublime de lo que Job pudiera esperar, se realizó tal anhelo en la
encarnación, cuando Dios se hizo hombre en Cristo y ofreció la reconciliación
por medio de la gracia y el perdón divinos. Job no pidió que Dios se encarnara;
no obstante, estuvo a punto de hacerlo.
La angustia de sentirse alejado de Dios y
el deseo ferviente de una reconciliación, lo llevaron al concepto de un
mediador entre ellos. Sin embargo, después de ese rasgo sobresaliente Job
volvió a la realidad y le pidió a Dios que le quitara su vara cuyo terror lo
espantaba tanto (v. 34). Sin la enfermedad podría hablar otra vez con Dios sin
temor y sin un árbitro (v. 35).
II. Un Lamento y Una Súplica. Job 10:1-22:
Una vez más Job se vuelve a Dios
directamente en oración. Eleva una plegaria en forma de un lamento y termina
con una súplica pidiendo alivio antes de morir.
Cada vez más lleno de confusión, Job se queja ahora.
2.1. Un Lamento
Amargo Sobre El Propósito De Dios. Job 10:1-17:
i. Una pregunta acerca de la integridad de Dios.
10:1–7.
Hastiado de
su vida, Job se quejó amargamente de su suerte (v. 1): quiso saber por qué Dios contendía con él (v. 2). “Condenar”, rashah H7561 (v. 2) es un verbo
técnico empleado por un litigante cuando quiere que un tribunal considere falsa
una acusación hecha en su contra.
Job le pidió a Dios que le explicara el
porqué de la contienda. ¿Cuáles eran los
motivos de su aflicción? ¿Era bueno destruir
a aquel que Dios había hecho? (v. 3). Con
preguntas quiso convencer a Dios de que se portaba como un hombre débil (enosh H582),
no como
el Todopoderoso: se había equivocado en su juicio contra su siervo fiel.
¿Veía Dios con ojos limitados como los de los
hombres? ¿Era mortal (enosh H582) e inseguro con días limitados? ¿Eran sus años como los de un hombre (gaber H1397, es decir, “un fuerte guerrero”, “vengativo”)
para que
indagara su iniquidad e inquiriera por su pecado? (vv. 4–7). Probablemente
aquí se encuentra el punto más crítico de la experiencia de Job.
Satanás casi gana la batalla; no obstante, Job
se retiró. Aunque creía que la evidencia indicaba otra cosa, reafirmó su
confianza en la integridad de Dios (v. 7).
ii. ¿Cambió el
Creador su propósito?, 10:8–12. Después de haber sido creado, ¿cambió Dios su
parecer para destruirlo? (v. 8) Sin vacilar, reconoció el poder
absoluto de Dios para dar la vida y para quitarla (vv. 9–11; Ecl. 12:7; Salm.
139:13–15). Sin
embargo, Job expresó el dilema que sentía:
v Las manos benditas que lo habían formado dándole vida, eran las mismas que
ahora cruelmente se la quitaban.
Quizás una
traducción literal ayudará a captar la fuerza y el sentimiento de los
versículos 8 y 9:
· “Tus manos me formaron [verbo intensivo, acción completa] y me hicieron [acción
consecutiva incompleta]; juntas alrededor, me
estás tragando (me tragas) [acción
intensiva incompleta; ver Jr. 51:34, 44; Jon. 1:17]. Acuérdate, por favor, como el barro tú me hiciste [acción perfecta]; y al
barro me estás volviendo [acción incompleta]
o ¿y al barro
me volverás?”.
Según Job, Dios
era responsable tanto por la formación de su vida como por el proceso de su
destrucción. ¿Era posible que el padre deseara
matar a su hijo? Después de formarlo y haberlo llevado por el
milagro del crecimiento embrionario (vv. 10, 11), ¿no había más valor en la vida que
destruirla ahora injustamente?
Su lamento lo
llevó a una reflexión, y confesó que anteriormente el Señor le había dado “vida y misericordia (hesed
H2617)” (v. 12). “Hesed”1) significa, además de la misericordia
de Dios, un amor constante o fiel, una devoción y una lealtad
que forman la base para el orden en las relaciones sociales y religiosas. Se
emplea la palabra de tres maneras:
Ø Se expresa la relación misericordiosa, o la
gracia de Dios para con el hombre;
Ø También se la indica como un amor fiel,
la fidelidad o lealtad del hombre para con su Dios;
Ø Además, en su uso entre los seres humanos significa una integridad o un
compañerismo ético guiado por el pacto divino.
Así que “hesed” era lo que hacía posible la vida y
lo que le daba valor. Todo lo que Job había tenido de valor se debía a Dios, y
era el “cuidado”
divino el que había “guardado” su espíritu:
Dios lo había cuidado personalmente o le había enviado a alguien para hacerlo.
Pero ahora, trágicamente para Job, ¡lo que había sido de máximo valor había sido pervertido, y la
presencia de Dios le era una pena y una amenaza!
iii. La falta del
cuidado divino ahora, 10:13–17. Frustrado, Job siente que Dios tiene “estas cosas
escondidas en su corazón” (v. 13), pero ¿dónde
está Dios? Quiere ayudarle al Señor a encontrarlas y recordarlas. No entiende la
situación: piensa que, si pecara, lo cual no
había hecho, Dios lo vería y no lo declararía inocente (v. 14).
Ø Entonces, apela a la misericordia del
Padre y presenta una situación supuesta que era contraria al hecho (v. 15a).
Ø Después, se defiende (vv. 15b, 16).
Está frustrado y no sabe cómo cambiar la situación. Entonces vuelve a la nota legal acusando a Dios de mandar más testigos contra él; además, le parece que la ira de Dios estaba aumentando como un ataque de “tropas de relevo” (v. 17).
2.2. Un Ruego Por Alivio Antes De Morir. Job 10:18–22.
Volvió a tener deseos de morir (vv. 18,
19). Pensando que tenía pocos días más de vida, le pidió a Dios que se apartara
de él, y le diera un poco de alivio antes de morir (v. 20; 7:16).
Otra vez se refirió al Seol2),
“la tierra de
oscuridad y de tinieblas” (vv. 21, 22; 7:9, 10). Pensaba que era un
lugar para los muertos de donde no se volvía y cuya oscuridad excluía todo gozo.
Era un lugar de miseria y desgracia; entonces quiso tener ahora, aquí en la tierra, un poco de respiro sin tanta agonía y tristeza (v. 20); y quiso que se le quitara a Dios su ira destructora (v. 20b).
Las ideas de orden y luz, de desorden y tinieblas, armonizan (Gn. 1:2). (v.22).
Se usan tres palabras hebreas por “oscuridad”:
(1) En el v. 21, la palabra común “tinieblas”.
(2) Aquí, “tierra de sombra”,
lúgubre (de una raíz hebrea por encubrir);
(3) “La oscuridad misma”, densa,
o “negrura” (de una raíz que expresa la puesta
del sol).
aparece—“Donde su luz parece como negrura”. Su única luz solar es densa oscuridad. Cada figura poética. Job, en mejor humor, tiene pensamientos más agradables del mundo invisible. Pero sus opiniones cuando mejores, carecen de la nítida claridad de las del cristiano. Cotéjense estas sus palabras con Ap. 21:23; 22:5; 2 Tim. 1:10.
“Tierra de oscuridad, lóbrega,
Como sombra de muerte y sin
orden,
Y cuya luz es como densas tinieblas”.
(Job 10:22)
Ayuda Hermenéutica:
עֵיפָה = eifá
H5890 femenino de H5774; obscuridad (como si cubriera): - oscuridad,
tiniebla.
אֹפֶל = ofel H652
de lo mismo que H651; oscuro:
- densa,
lóbrega, oscuridad, tiniebla.
אֹפֶל = ofel
H652 de lo mismo que H651; oscuro: - densa,
lóbrega, oscuridad, tiniebla.
צַלְמָוֶת = tsalmavét
H6757 de H6738 y H4194; sombra de muerte, i.e.
tumba (figurativamente calamidad): - sombra de muerte. (Strong)
Concluyó:
Job termina este discurso con una oración
a Dios, a fin de que le deje tranquilo en el poco tiempo que le resta de vivir
en este mundo, antes de marcharse para no volver.
Job estaba expresando el punto de vista de la muerte que era común en los tiempos del Antiguo Testamento, que los muertos iban a un lugar oscuro y lúgubre llamado Seol2).
___________
Nota y
Bibliografía:
1) Oseas 2:19: misericordia: El vocablo hebreo
es Hesed, usado cerca de 250 veces en el AT. Significa amor leal, firme o fiel
y destaca la idea de una mutua pertenencia de quienes están involucrados en una
relación de amor. Aquí subraya el amor fiel de Dios hacia su pueblo infiel. Véase
también 4:1; 6:4, 6; 10:12; 12:6; Joel 2:13; Jon. 2:8; 4:2; Miq. 6:8; 7:18, 20;
Zc. 7:9. En el AT., la comunión, la liberación, la capacitación, la iluminación,
la dirección, el perdón, la esperanza, la alabanza, y la preservación se basan sobre el Hesed
de Dios.
2) SEOL sheôl
= (שְׁאויל, H7585), «Seol». Los 65 casos de este vocablo están
distribuidos en todos los períodos del hebreo bíblico.
Primero,
el vocablo se refiere a un estado de muerte:
«Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el Seol,
¿quién te alabará?» (Salm. 6:5; comp.
18:5). Es el lugar de descanso final de todos los seres humanos: «Pasan sus días
en prosperidad, y en paz descienden al Seol» (Job 21:13). Ana
confesó que es el Dios omnipotente que traduce a las personas al sheôl (muerte);
los mata (1 Sam. 2:6). «Sheol» se usa paralelamente con los términos
hebreos «abismo»
o «infierno»
(Job 26:6), «corrupción»
o «putrefacción»
(Salm. 16:10) y «destrucción» (Prov. 15:11).
Segundo, «Sheol» indica un lugar
de existencia consciente después de la muerte. La primera vez que se usa el
término Jacob dice: «¡Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol!» (Gn.
37:35). Todos los seres humanos van después de la muerte a un lugar «Seol»
en el que estarán conscientes (Salm. 16:10). Es allí donde los malvados reciben
el castigo (Núm. 16:30; Deut. 32:22; Salm. 9:17). En el «Sheol» serán avergonzados y
silenciados (Salm. 31:17). Jesús menciona un pasaje en Isaías (Salm. 14:13-15)
que habla de sheôl al pronunciar juicio
contra Capernaum (Mt. 11:23); traduce a «Sheol» como «Hades» o «Infierno», refiriéndose al lugar de
existencia consciente y de juicio. Es un lugar indeseable para los malvados
(Job 24:19) y un refugio para los justos (Job 14:13). Por tanto, «Seol»
es también un lugar de recompensa para los justos (Os. 13:14; comp. 1 Cor. 15:55).
La enseñanza de Jesús (Lc. 16:19-31) parece reflejar exactamente el concepto veterotestamentaria
de sheôl; es un lugar en el que hay
existencia consciente después de la muerte; a un lado están los muertos
injustos con su sufrimiento y al otro lado de un abismo moran los muertos
justos que gozan de su recompensa. (VINE).
- e-Sword- the- LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYREI.
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Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 17//07//2021. MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”.
Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz. E -
Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
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