Vosotros Sois De
Vuestro Padre El Diablo:
(Juan 8:38-47)
“Vosotros sois
de vuestro padre el diablo, y los deseos de
vuestro padre queréis hacer. Él ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira”.
(Jn. 8:44)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Ayuda Pastoral:
La pretensión de la gente de ser descendientes de Abraham era algo fútil, porque sus obras evidenciaban la ausencia total de un vínculo moral con él. Si ellos hubieran sido verdaderamente hijos de Dios, habrían reverenciado al Hijo de Dios. En cambio, su reacción contra Jesús sólo revelaba el hecho triste de que su padre era el diablo. No es la estirpe étnica o familiar la que nos hace aceptables a Dios, sino el honrarlo a través de la fe y el amor a Jesucristo.
I. Contrastes De Pensamientos, Entre Jesús y
Los Lideres:
Jesús expresa ahora la diferencia que existe entre sus propios sentimientos y los de ellos, remontándose a la fuente, también diferente, de tales sentimientos: “Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre”. (Jn. 8:38). Nótense los contrastes:
1.1. La Doctrina De
Cristo:
La Doctrina De Cristo era de arriba: “Yo hablo lo que he visto (5:19) cerca del Padre”. Cristo habla, revela, lo que ha visto y oído en el seno del Padre (1:18; 15:15); no cabe fundamento más firme. Las Enseñanzas de Cristo no están basadas en discutibles hipótesis, sino que están cimentadas en las más segura y experimentable realidad. Es una prerrogativa del Hijo poder ser testigo de vista de lo que dice, y poder hablar de lo que ha visto.
1.2. Los Hijos Del Diablo Son Inspirados Por Él:
En cambio, los hechos de ellos estaban inspirados por el diablo: “vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre”. Ellos hacían no sólo hablaban, lo que habían oído, no visto, como un susurro del diablo en los oídos de ellos. Del mismo modo que un niño educado por su padre, aprende las expresiones y los hábitos de su padre y crece pareciéndosele a él por imitación, más aún que por semejanza de rasgos fisonómicos, así también estos judíos se estaban haciendo semejantes al diablo, puesto que se habían propuesto imitar las actitudes del diablo (v. 44).
II. Abraham
A Dios Como “padres” De Ellos:
A continuación, replica a las jactanciosas expresiones de ellos en cuanto a la relación de la que se gloriaban con respecto a Abraham y a Dios como “padres” de ellos.
2.1. Las Palabras De Jesús A Los Lideres:
Al oír las palabras de Jesús y darse cuenta de que no nombraba explícitamente a Abraham como padre de ellos, los judíos se indignan: “Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham”. (v. 39). Con esto, intentaban:
A.
Darse honor a sí mismos y engrandecerse a sus propios ojos;
B. Desahogar su odio contra Jesús como si el Señor insinuase que ellos habían aprendido a obrar mal siguiendo el ejemplo de Abraham, el padre espiritual de ellos, el gran amigo de Dios.
A esto replica Jesús: “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais”. (Jn. 8:39). El original dice, en todos los MSS, sois (no: fueseis), lo que induce a pensar que la lectura más probable, en cuanto al segundo verbo, atestiguada por bastantes MSS (aun cuando no los mejores), ha de ser “hacéis” (no: harías). En este caso, como observa Hendriksen, las frases de Jesús sólo pueden entenderse como una ironía.
ῆ̓ν = jén G2258
imperfecto de G1510; Yo (tú, etc.) estaba (estabas, estábamos): - (yo)
era, estuviere, (tú) eras, estuvieres, fui, fuimos. (Strong).
V.39:
TGr52
y sigs. Parece
que el texto más exacto es el siguiente:
Si ustedes son hijos de Abraham, harían las
obras de Abraham. Parece que esta es una construcción
condensada, capaz
de expandirse para significar: Si se justificara la afirmación de ustedes de que son hijos
de Abraham …
En resumen: Si fueseis hijos de Abraham: Los judíos eran descendientes naturales de Abraham (vv. 33, 37), pero, a causa de su Incredulidad, no todos eran descendientes espirituales de Abraham. El padre de todos los no creyentes es el diablo (v.44; comp. también Ef. 2:2-3; 1 Jn. 3:8-10).
Más aún, cuando la partícula de unión con
el versículo
40 no es “allá” = pero,
sino “de”,
que puede traducirse por “y”, “mas” o “sin embargo”.
En todo
caso, la conclusión de Jesús es evidente:
Ø “Decís
que sois hijos de Abraham;
Ø Sin embargo, ahora
procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de
Dios;
Ø No hizo esto Abraham”. (v.40).
En contraste con la conducta de Abraham,
quien hospedó a los tres varones (uno de los
cuales era, sin duda, el propio Jehová; los otros dos, ángeles, como puede
verse por toda la historia de Gn. Caps. 18 y 19), estos supuestos “hijos de Abraham” tramaban la muerte de Jesús, el
Dios y Salvador del pueblo (Mt. 1:21), así como el “hombre” (nótese el énfasis en la naturaleza humana
de Jesús, como en 1 Tim. 2:5)
que, lejos de hacerles daño había sido enviado por Dios para haberles la verdad que había oído de Dios.
A la impiedad y a la impenitencia, unían la ingratitud.
Todo eso no cuadraba a quienes se tenía por hijos espirituales de Abraham,
famoso por su humanidad, tanto como por su piedad: “no hizo esto Abraham”.
Además, “Abraham creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia” (Gn. 15:6), mientras que ellos se obstinaban en su
incredulidad.
Por todo ello Jesús añade:
Ø “Vosotros
hacéis las obras de vuestro padre” (v. 41).
Como si dijese:
Ø “No sois
hijos de Abraham, sino que es evidente que pertenecéis a otra familia, es otro
el padre cuyas obras imitáis”.
Todavía no les dice por su propio nombre quién es este otro padre, como si les diera tiempo para que la propia conciencia de ellos les redarguyera de su perversidad.
2.2. Frente A Considerar La Diferencia Del
Patriarca y Lideres:
Pero, lejos de reconocer su dignidad en relación al parentesco que pretenden tener con Abraham, se enfurecen tanto más cuanto que Jesús no se digna todavía decirles quién es ese padre que les pertenece y en el que Él está pensando, así que responde: “Nosotros no somos nacidos de fornicación, tenemos un padre Dios” (v 41b). La primera frase puede entenderse de tres maneras.
A.
Literalmente.
En el sentido sexual. Este sentido no puede descartarse, con la malévola insinuación (corriente entre los judíos no convertidos) de que Jesús no era hijo legítimo, sino hijo bastardo de María y de un soldado romano de la guarnición de Nazaret. Vendrían a decirle: “Nosotros somos hijos de legítimo matrimonio; tú, no”.
B.
Metafóricamente.
En el sentido de idolatría pues en este
sentido se usa. Con mucha frecuencia, a lo largo del Antiguo Testamento y aun
del Nuevo (Stg. 4:4), ya que Jehová aparece como el “Marido” de Israel (Is. 54:5; Jr. 31:32, y Oseas en muchos lugares). Éste es, sin
duda, el sentido que mejor cuadra en este lugar, como admiten todos los
exegetas.
Pero, si eso era todo lo que podían alegar a su favor, el no tener ídolos a quienes adorar, ¿de qué les servía? Una persona puede estar libre de la idolatría en este sentido estricto y, sin embargo, perecer por cualquier otra clase de iniquidad. Se gloriaban de adorar al único Dios, pero no le adoraban en espíritu y en verdad, como son los adoradores que Dios busca (4:24).
C.
A la vista del versículo 48.
Podría vislumbrarse un tercer sentido: “Nosotros no somos los samaritanos, gentes híbridas; somos judíos, pura sangre israelita”.
2.3. “Si vuestro padre
fuese Dios, ciertamente me amaríais”: (Juan 8:42):
A la falaz apelación de ellos, Jesús
responde y niega la paternidad que ellos reclaman para sí con respecto a Dios:
Ø “Si vuestro
padre fuese Dios, ciertamente me amaríais a mí”
(v.42).
El que ama al Padre, ama también al Hijo
(1 Jn. 5:2) y “el
que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre”. (1 Jn. 2:23). “El que no honra al
Hijo, no honra al Padre que le envió”. (Jn. 5:23b). En el versículo
40, niega que ellos tengan verdadero parentesco con Abraham; ahora niega que
tenga parentesco espiritual con el único Dios verdadero. Todos cuantos aman a
Dios, aman también a Jesucristo.
Así lo ha revelado el mismo Dios y así se
revela también si somos o no hijos de Dios: ¿Amamos de veras al
Señor Jesucristo? Obsérvese la importancia que Jesús da a su
comisión como Enviado del Padre. “porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido
de mí mismo, sino que Él me envió” (v. 42b). El énfasis es evidente por la petición martillante de la
misma idea. Jesús vino para “congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos”.
Para llevar a cabo esta tarea dio su vida.
¿Y no hemos de
acoger con brazos abiertos a tal mensajero, enviado por Dios con tal objetivo? Jesús añade una
pregunta, llena de ternura, tanto como de asombro y tristeza:
Ø “¿Por qué no
comprendéis mi lenguaje?” (v. 43).
Como si dijese:
· “¿Cómo no entendéis que soy el enviado y el Hijo de Dios, que soy el Mesías prometido que vengo a ofreceros la verdadera libertad, y que esta libertad sólo se consigue al escuchar la verdad que os predico en mis enseñanzas? ¿Tenéis tan embotada lamente, como para suponer cosas tan absurdas y hacerme preguntas tan estúpidas?” (vv. 19, 22, 25, 27, 33, 39, 41).
Antes que ellos le respondan a esta
pregunta, ÉL mismo les da la respuesta: “Porque no
podéis escuchar mi palabra”, es decir, no queréis llevar a bien las
cosas que os vengo hablando. Los que no son de la familia de Dios no entienden
el dialecto de la casa de Dios.
Estos judíos no comprendían en lenguaje de Jesús por el mero hecho de que su corazón estaba entenebrecido por el pecado y se negaban a admitir lo que sus prejuicios les impedían ver. Hay un refrán castellano que dice: “No hay peor sordo que el que no quiere oír”. No les agradaba lo que Cristo decía; por eso, no acertaban a comprenderlo; “el que quiera… conocerá…” (7:17).
Los líderes religiosos no eran capaces de
entender porque no querían escuchar. Satanás utilizó:
· Su obstinación,
· Su orgullo y
· Sus prejuicios para impedirles que creyesen en Jesús.
No podéis escuchar: I, es, no queréis, no soportáis, aceptar mi enseñanza. No se trata de capacidad intelectual, sino de respuesta interior.
III. Vosotros
Sois De Vuestro Padre El Diablo:
Súbitamente,
Jesús les declara sin rodeo quién es el verdadero “padre” de ellos:
Ø “Vosotros sois de vuestro padre el diablo” (v. 44).
Esta frase implica algo realmente horrendo y tuvo que caerles como una bomba. El cargo que les hace es muy duro, pero lo va a probar con abundante y contundente argumentación:
Ayuda Hermenéutica:
V.44:
R551 Θέλετε ποιεῖν significa: ustedes están dispuestos a hacer (comp. 7:17; ustedes hacen con gusto su voluntad -T227).
R683 En este versículo, αὐτοῦ se refiere a ψεῦδος, significado sugerido por ψεῦδος (comp. T40): de
mentiras.
TGr8 El
segundo segmento de este versículo debe traducirse: El padre de ustedes, el diablo, fue un
homicida desde el principio y no tiene ninguna permanencia en (Cristo) la Verdad, porque no hay verdadera
sinceridad en él.
TGr148 y sigs. La última parte de este versículo debe
traducirse: él es un mentiroso y el padre de mentiras (note que para que πατρός sea un sustantivo predicativo [el
diablo es el padre de ustedes] no
tiene que tener el artículo); τοῦ διαβόλου, por tanto, está en aposición, o de otro modo es un
genitivo posesivo.
BD97(1) Οὐκ ἔστηκεν probablemente signifique: no ha
persistido; él no permanece.
La verdadera razón para su Incapacidad de
recibir a Cristo era su relación con el diablo. Nótese: una condenación, semejante en aspereza, en Mateo 23:15.
“…, le
hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros”. (Mt. 23:15b)
Normalmente uno que se convierte de una
religión a otra es más ferviente y fanático en su nueva fe que los que le
predicaron. Probablemente, este hecho explica la expresión le hacéis un hijo del infierno dos veces más
que vosotros (v. 15b).
Hijo del infierno, o literalmente “hijo de gehena”, quiere decir “uno caracterizado por el infierno y destinado a él”. El resultado fue que los “convertidos” llegaban a ser “pervertidos”.
3.1. Con Un
Argumento General:
“y queréis hacer los deseos de vuestro padre” (v. 44b). La identidad de ideas, sentimientos y resoluciones demuestra una común naturaleza. Como si dijese:
A. “Hacéis
lo que vuestro padre hace y quiere que hagáis, pues sois esclavos de él y
estáis al arbitrio de su mala voluntad”.
Los deseos o concupiscencias peculiares del diablo, ser
incorpóreo, son:
·
El orgullo,
·
La
envidia,
·
El odio,
·
La
mentira y
·
El
engaño.
Son los peores pecados, puesto que provienen de la parte espiritual, donde no cabe la excusa de la debilidad o de la pasión carnal.
B. “Queréis hacer los deseos del diablo vuestro padre”.
Cuanto mayor es la voluntad que en el pecado se pone tanto mayor es el ingrediente diabólico que en tal pecado se encuentra; deleitarse en el pecado es propio del diablo.
3.2. Parentesco
De Los Lideres y el Diablo:
Con dos ejemplos particulares, en los que ellos manifiestan su
parentesco próximo con el diablo:
Ø El homicidio y
Ø La mentira:
A. “Él (el
diablo) ha sido homicida desde el principio”.
No desde
el principio de la creación (Job 38:7, con toda probabilidad), ni desde el principio de su propia existencia (v. Is.
14:12-14; Ez. 28:12-16. Notase el “hasta que…” del v.15), sino desde el principio de la
historia del hombre, cuando, mediante la tentación de Génesis 3:1 y ss, hundió a la humanidad en la:
·
Muerte
espiritual,
·
Física y
·
Eterna (Rom. 5:12; Heb. 2:14; 1 Jn. 3:8).
El gran tentador es el gran destructor. Los judíos le llamaban “el ángel
de la muerte”. Si el diablo no se
hubiese hecho tan fuerte en Caín no le habría inducido a cometer un crimen tan
horrible como asesinar a su propio hermano (v.1 Jn. 3:12).
De la
misma forma, estos interlocutores de Jesús eran imitadores del diablo y seguidores de Caín:
Ø Asesinos de almas,
Ø Enemigos jurados de Cristo y
Ø Decididos a darle muerte (v. 37).
B. El Diablo Mentiroso.
El diablo es también mentiroso, un desertor de la verdad: “No se mantuvo en la verdad”. Contra el parecer de Hendriksen, es mi opinión (nota del traductor), con Ryle y otros,
de que este versículo, como Judas 6, muestra que el diablo “cayó de la verdad”. La siguiente cláusula “pues no hay verdad en él” no significa que el diablo cayera de la verdad porque no
hay verdad en él, sino que afirma el actual estado y condición del diablo: que es mentiroso y
padre de la mentira.
Un caso
similar, en cuanto a la construcción gramatical, es 1 Timoteo 1:13, donde Pablo
dice: “fui recibido a misericordia porque lo hice
por ignorancia”, donde no puede
decirse que la ignorancia fuera la causa de la misericordia de Dios. En ambos
casos, la conjunción no es gar = porque (causal), sino hoti = pues (explicativa). En el diablo no hay verdad; por eso se
opone a la verdad que es Cristo. Del mismo modo se oponen a Cristo y a la
verdad que la proclama estos judíos, con lo que muestra su directo parentesco
con el diablo.
El diablo es padre y patrón de la mentira. Tres cosas dice Cristo del diablo con relación a la mentira:
1- Que es un mentiroso:
·
Sus
oráculos son mentiras;
·
Sus
profetas son mentirosos.
Todas sus tentaciones son sugeridas por medio de
mentiras, “llamando bien al mal, y al mal bien” (Is. 5:20).
2- Que “cuando habla mentira1), de lo suyo habla”, es decir, conforme a su propia naturaleza. El diablo
sólo es original, observa Hendriksen, cuando miente. En efecto, si el diablo
dice alguna verdad, siempre está mezclada con mentira, con lo que las medias
verdades se convierten en las peores mentiras, pues son más aptas para engañar,
puesto que la mente humana está hecha para la verdad, y sólo cree en la mentira
cuando ésta tiene apariencias de verdad.
3- Que es “padre de la mentira” o “padre del mentiroso”, ya que el original admite cualquiera de las dos versiones. Dios hizo al hombre con una inclinación hacia la verdad2); es congruente a la razón y a la luz natural el que hagamos y digamos la verdad; pero el diablo, al ocasionar la corrupción de la raza humana, introdujo la mentira en el género humano y se hizo el padre de todos los mentirosos, como si los hubiese engendrado y educado en la escuela de la mentira, por eso se parecen a él como hijos y discípulos de él.
IV. El No Creer Al
Enviado, Y A La Palabra De Dios:
Después de mostrar que todos los homicidas y mentirosos son hijos del diablo, Cristo pasa, en los versículos siguientes, a tratar de que sus interlocutores se apliquen a sí mismo lo que acaba de decir. Dos son los cargos que presenta contra ellos:
4.1. “Y a mí,
porque yo digo la verdad, no me creéis” (v. 45):
Que no quieren creer la palabra de la verdad: “Y a mí, porque yo digo la verdad, no me creéis” (v. 45). La verdad, en la forma que ya explicamos anteriormente, es el conjunto de supremos principios (sabiduría) acerca de las realidades reveladas por Dios en Cristo. No se trata de conocimiento científicos, sino de aquel “saber de salvación” (v. 2 Tim. 3:15), sin el cual todos los demás saberes de este mundo no sirven para nada, según la famosa estrofa que termina así:
“Que al final de la jornada,
aquel que se salva,
sabe;
y el que no, no sabe nada”.
Cosa
triste es que las verdades supremas, las más importantes, sean las que menos
crédito reciben de la mayoría de los seres humanos, por rebelarse contra la luz
(v. 3:17-21). Y, al rebelarse contra la
luz, se rebelan contra el que es la Luz personal de Dios (v. 12). El corazón del hombre,
perverso y engañoso (Jr. 17:9) se
rebela contra esa luz que pone al descubierto las profundidades malvadas,
corruptas, de nuestro corazón.
En vez de corregir el rostro, rompen el
espejo (comp. Con Stg. 1:23-24), pero otro refrán castellano dice:
“Arrojar
la cara importa,
Que el espejo no hay por qué”.
Y, para
ponerles las cosas más en claro, como adelantándose a la objeción de ellos: “Tú no dices la verdad, ¿por qué te vamos a creer?”, Jesús les reta a que presenten alguna prueba de que Él
está en el error:
Ø “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” (v. 46).
Jesús
había hablado del diablo3) como homicida y mentiroso, y había acusado a
estos judíos de ser hijos del diablo por ser imitadores de Satanás en sus
planes criminales y en su odio a la Verdad que Cristo proclamaba. Jesús les
reta ahora a que le presenten un solo caso en el que ÉL mismo haya obrado o
dicho la mentira.
Todo lo
que hablaba lo decía para que ellos fuesen salvos (5:34), y lo confirmaba con la prefecta inocencia de su vida; su
Santidad era la mejor garantía de su verdad. “¿Quién de
vosotros me redarguye (es
decir, puede presentar pruebas. Es el mismo verbo griego de 3:20; 8:9 y 16:8 además de otras 14 veces en que sale en el Nuevo Testamento) de pecado?”. El
hecho de que no respondiesen a este reto era una confesión implícita de la
Santidad y de la Verdad de Jesús.
El mismo
juez que le sentenció a muerte hubo de confesar tres veces: “Yo no
hallo en ÉL ningún delito” (18:38; 19:4, 6). El
ladrón crucificado junto a ÉL, fue
más lejos: “Éste no
ha hecho nada impropio” (Lc. 23:41). Y el
centurión que había supervisado la ejecución de los crucificados, todavía fue
más allá, al declarar: “Realmente, este hombre era justo” (Lc. 23:47, comp. con Mt. 27:54; Mr. 15:39).
La única
razón por la que los hombres no creen en Cristo es porque no están dispuestos a
dejar el pecado y abandonar el vicio; al no querer negarse a sí mismos, no
están en condiciones de servir a Dios fielmente y de seguir a Cristo. Esto
muestra la tremenda, condenatoria, inconsecuencia de los incrédulos, como Jesús
les hace ver: “Pues si digo la verdad, ¿por qué no me creéis?”.
No dan tampoco respuesta a esta otra pregunta, puesto que tendrían que admitir que no son hijos de Dios.
4.2. “El que
es de Dios”:
Jesús mismo les da la respuesta que ellos no quieren dar, con la que presenta un cargo más profundo contra ellos: “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios oyen; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”. (v.47):
A. “El que es de Dios”.
El principio que Cristo sienta: ““El que es de Dios, escucha las palabras de Dios”. El que toma partido por Dios, está dispuesto a escuchar lo que dice y deseoso de ponerlo por obra. En prueba de ello, investiga cuál es la verdad de Dios y hace con gozo lo que agrada a Dios; percibe y discierne en las palabras de Cristo la voz de Dios, de la misma manera que los criados de una casa saben bien lo que el amo desea de ellos, y del mismo modo con que las ovejas saben distinguir entre la voz del pastor propio y la de los extraños.
B. “Porque no sois de Dios”.
La aplicación que Cristo hace de este principio: “por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”.
Como si dijera:
·
“El hecho de que vosotros os hagáis
sordos a la Palabras de Dios es una prueba evidente de que no sois de Dios”.
Puesto de otra forma:
·
“Como
no sois de Dios, no estáis en condiciones de escuchar con provecho las Palabras
de Dios, que son las que yo os hablo”.
Si la palabra del reino de Dios no rinde fruto, la culpa no es de la semilla, sino del terreno en que cae.
Concluyó:
La
pretensión de la gente de ser descendientes de Abraham era algo fútil, porque
sus obras evidenciaban la ausencia total de un vínculo moral con él. Si ellos
hubieran sido verdaderamente hijos de Dios, habrían reverenciado al Hijo de Dios.
En
cambio, su reacción contra Jesús sólo revelaba el hecho triste de que su padre era
el diablo. No es la estirpe étnica o familiar la que
nos hace aceptables a Dios, sino el honrarlo a través de la fe y el amor a Jesucristo.
El desafío de Jesús sacaba a la luz las dos razones más
frecuentes que las personas pasan por alto cuando se encuentran con El:
(1) Nunca aceptan su desafío de ponerlo a prueba, o
(2) Lo
ponen a prueba, pero no están dispuestos a creer lo que descubren. ¿Ha cometido usted alguno de estos dos errores?
___________
Nota y Bibliografía:
1) pseudos = (ψευ̂δος, G5579), falsedad, mentira. Se traduce así en Juan 8:44 (lit: «la men
tira»); Rom. 1:25, donde se usa como metonimia para significar
un ídolo, como, por ejemp., en Is. 44:20; Jr. 10:14; 13:25; Amos 2:4 (plural);
en 2 Ts. 2:11, con una referencia especial a la mentira del v. 4, que el hombre
sea Dios (comp. Gn. 3:5); 1 Jn. 2:21; 2:27; Ap. 21:27; 22:15; en Ef. 4:25 se
refiere a la práctica de la mentira; en Ap. 14:5 se usa en los mss. más
comúnmente aceptados, en lugar de dolos (tr), que significa «engaño»; 2 Ts. 2:9 , donde «prodigios mentirosos» es, lit: «maravillas de mentira», esto es, maravillas
calculadas para engañar a la gente a reconocer las falsas pretensiones a la
deidad de parte del hombre de pecado. (VINE).
2) aletheia = (ἀλήθεια, G225), verdad. Se
emplea:
(a) Objetivamente, significando «la
realidad que se encuentra en la base de la apariencia; la esencia manifiesta y
veraz de algo» (Cremer), por ejemp.,
Rom. 9:1; 2 Cor. 11:10; especialmente de la doctrina cristiana, por ejemp., Gál.
2:5, donde «la verdad del evangelio» denota la verdadera enseñanza del evangelio, en
contraste con sus perversiones; Rom. 1:25, donde «la
verdad de Dios» puede ser «la verdad acerca de Dios» o «Dios, cuya existencia es una realidad»; pero en
Rom. 15:8 «la verdad de Dios» indica su fidelidad en el cumplimiento de sus promesas,
fidelidad que se exhibe en Cristo. El término tiene un sentido absoluto en Juan
14:6; 17:17; 18:37-38. En Ef. 4:21, donde la vm da la traducción correcta: «según es la verdad en Jesús», el
significado no es meramente la verdad ética, sino la verdad encarnada en él en
toda su plenitud y extensión; él era la perfecta expresión de la verdad. Es una
declaración virtualmente equivalente a su afirmación en Juan 14:6;
(b) Subjetivamente, veracidad, verdad, no meramente verbal,
sino sinceridad e integridad de carácter (Juan 8:44; 8:3; Juan 3);
(c) En frases, por ejemp., «con
verdad» (epi = sobre la base de; Mr. 12:14; Lc. 20:21); con en, en (2
Cor. 6:7; Col. 1:6; 1 Tim. 2:7; 1 Jn. 3:18; 2 Jn. 1:34).
3) diabolos = (διάβολος, G1228), acusador, calumniador (de diaballo = acusar, calumniar), es uno de los nombres de Satanás.
De ella se deriva la palabra castellana «diablo», y
debiera aplicarse exclusivamente a Satanás, como nombre propio. Daimon = demonio, es otro tipo de ser, aunque vulgarmente se
aplique a Satanás. Hay un solo diablo; hay muchos demonios. Como maligno enemigo de Dios y del
hombre, acusa al hombre ante Dios (Job 1:6-11; 2:1-5; Ap. 12:9-10), y a Dios
ante el hombre (Génesis 3). Aflige a los hombres con sufrimientos físicos (Hech.
10:38). Estando él mismo lleno de pecado (1 Jn. 3:8), instigó al hombre a pecar
(Génesis 3), y lo tienta a que haga lo malo (Ef. 4:27; 6:11), alentándole con
engaños a hacerlo (Ef. 2:2). Al haber sido introducida la muerte en el mundo a
causa del pecado, el diablo tenía el poder de la muerte, pero Cristo, por su
propia muerte, ha triunfado sobre él, y lo anulará totalmente (Heb. 2:14); su
poder sobre la muerte queda implicado en su lucha contra Miguel ante el cuerpo
de Moisés (Jud. 1:9). Judas, que se entregó al diablo, quedó tan identificado
con él, que el Señor lo describió como tal (Juan 6:70; véase 13:2). Así como el
diablo se levantó en su rebelión contra Dios y cayó bajo condenación, por ello
los creyentes son exhortados en contra de caer en un pecado similar (1 Tim. 3:6);
pone redes a los creyentes (v. 7), tratando de devorarlos como león rugiente (1
P. 5:8); los que caen en su lazo pueden ser liberados de él para que hagan la
voluntad de Dios (2 Tim. 2:26). Los comentaristas, como afirma la rvr77 en la
columna central, difieren en cuanto al sujeto en este pasaje. Si los creyentes
lo resisten, huirá de ellos (Stg. 4:7). Su furia y malignidad serán ejercidas
de una manera especialmente virulentas al final de la era actual (Ap. 12:12).
Su destino final es el lago de fuego (Mt. 25:41; Ap. 20:10). El nombre es
aplicado a los calumniadores, falsos acusadores (1 Tim. 3:11; 2 Tim. 3:3; Tito 2:3).
(VINE).
- MATTHEW, Henry. Comentario Bíblico. Edit.
Clie.
- e-Sword- the- LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYREI.
-
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 29//07//2021. MISIÓN BAUTISTA “Emanuel”.
Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz. E -
Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II. Cel. 942-562691-Tumbes.
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
(Clave:
1219)
·
No hay comentarios.:
Publicar un comentario