Parte I:
Comentario
A Joel: “¡Una gran
devastación!”: (II)
El
Día De Jehová: El día de Jehová,
el tema principal de esta profecía, involucra la intervención especial de Dios
en los asuntos de la historia. Se contemplan tres aspectos del día de Jehová:
1)
El
histórico, la intervención de Dios en los asuntos de Israel (Sof. 1:14-18; Joel
1:15) y de las
naciones paganas (Is. 13:6; Jr.
46:10; Ez. 30:3);
2)
El
ilustrativo, por el cual un incidente representa un cumplimiento parcial del
día escatológico de Jehová (Joel 2:1-11; Is. 13:6-13); y
3)
El
escatológico. Este “día” escatológico
incluye el tiempo de la gran tribulación (Is. 2:12; 4:1), la Segunda
Venida de Cristo (Joel 2:30-32) y el Milenio (Is.
4:2; 19:23-25; Jr. 30:7-9). Fecha: 835 a.C.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Desolación. Joel 1:1-20.
I. SECCIÓN HISTÓRICA. Joel 1:1-2:27:
1. Título. 1:1.
Este primer
versículo no ofrece mucha información en cuanto al profeta Joel, cuyo nombre
significa “Jehová
es Dios”. La única referencia personal es el nombre de su padre
Petuel, lo que pudiera funcionar como su apellido o para señalar su lugar de
procedencia, probablemente Judá.
Lo importante es el hecho de que el contenido de esta profecía es la palabra de Jehová que vino a Joel, señalando a Dios como la fuente del mensaje o autoridad para el mismo.
2. Ocasión Del Mensaje Profético: ¡Una gran devastación! 1:2-20.
Los primeros versículos en esta sección (vv. 2-4) son un llamado para que el
pueblo perciba el mensaje, y por lo mismo reaccione ante la gran devastación
que ha ocasionado la plaga de langostas.
Los ancianos pudieran ser los líderes del
pueblo o las personas mayores de edad, responsables de “interpretar” los eventos. Ellos
eran los guardianes de las tradiciones y la historia (v. 3). Los habitantes de la tierra (el pueblo) deben también prestar
atención a lo sucedido.
La pregunta del v. 2 es retórica; ¡nunca se había experimentado un desastre similar!
Por eso el relato de esta tremenda devastación habría de quedar indeleblemente
plasmado en la mente y el corazón del pueblo, y como un ejemplo para la
posteridad (v. 3).
La severidad de esta plaga de langostas se describe vívidamente en el v. 4. Según la nota de RVA, la oruga, la langosta, el pulgón y el saltón son términos que “parecen referirse a diversas fases en el desarrollo de este insecto” (se debe notar que en 2:25 se da un orden diferente), aunque algunos comentaristas sugieren que solo son diferentes términos heb. para el mismo insecto.
El escritor bíblico señala los diferentes
grupos que se han visto directamente afectados por esta plaga, y las pérdidas
sufridas (vv. 5-12). En medio de la
crisis, les hace un llamado para considerar seriamente la situación. Al mismo
tiempo describe la devastación ocasionada por la plaga de langostas. Los borrachos
sufrirían de una manera especial porque se agotaría el suministro de su placer:
· ¡... El mosto es quitado de
vuestra boca!
El llamado a despertar puede ser a la sobriedad, o simplemente para que se den cuenta de la amarga realidad.
Pueblo (v. 6) es un término descriptivo de lo innumerable de los insectos,
de su poder devastador, y del estado patético en que habían dejado la tierra (v. 7). Los efectos de esta destrucción
se sentirían por mucho tiempo, dado que la plaga había desnudado por completo
las plantaciones.
En otras palabras:
· ¡No había quedado ni una sola hoja!
Mi vid... mi higuera pueden ser expresiones melancólicas; algo que la gente estuviera expresando. Por supuesto, no hay que olvidar que Dios muchas veces se refiere a su pueblo en estos términos (Is. 5:1-7; Jr. 2:21; Mt. 21:33-46), y se duele de cualquier castigo que tiene que infligir a sus escogidos.
En un sentido general, toda la comunidad (nación) debía lamentarse por tan
tremenda devastación. El llamado se hace utilizando la figura de una joven (v.
8) o novia desposada, que pierde a su marido antes de consumar el casamiento. De ahí la señal
de duelo que debe manifestarse:
· Ceñida de cilicio,
· Vestidos de luto.
La figura de la novia también pudiera
estar apuntando a Jerusalén como el sitio donde debía reunirse el pueblo para
participar de un servicio de lamento público.
Una de las razones principales para llevar
a cabo este lamento comunitario es que la devastación de la tierra ha
interrumpido la adoración continua en el templo, la casa de Jehová. Algunos de
los ritos de adoración requerían la ofrenda vegetal (de
cereales; Lv. 2:1-16; 6:14-23), y la libación de vino que acompañaba
a los sacrificios de animales (Ex. 29:38-40; Núm. 28:3-8):
Ø La falta de ofrendas en el templo simbolizaba el rompimiento del
compañerismo con Dios (comp. 2:14), por
eso los sacerdotes… están de duelo (v. 9).
Ø Los elementos básicos para ofrecer
sacrificios y ofrendas a Dios son inexistentes (v. 10).
Ø El aceite era necesario porque se mezclaba con la harina como parte de las ofrendas vegetales (cereales).
Pero quizá el grupo que más resentía esta situación eran los
labradores… viñadores,
aquellos que trabajaban la tierra. La razón es obvia: se ha perdido la cosecha
del campo (v. 11). Todo el producto
de su trabajo había desaparecido, y con ello se había desvanecido la alegría de
los hijos del hombre (v. 12).
La lista de productos:
v Trigo,
v Cebada,
v Vid,
v Higuera,
v Granado,
v Palmera y manzano,
v Quizá solo sea representativa de todo lo que se había perdido, y
v Lo cual era necesario tanto para el consumo diario de las personas como para los sacrificios en el templo.
En este lamento comunitario (vv. 13, 14), los sacerdotes… servidores del altar, debían ser los líderes. Ellos
mejor que nadie podía interpretar la seriedad de no tener qué ofrecerle a Dios
(v. 13). Además, su responsabilidad
incluía el ser intercesores del pueblo delante de Dios, y dirigir la adoración
pública.
Ceñíos, haced duelo, gemid, dormid sobre cilicio son todos
elementos de luto o lamento público. El llamado es para que los sacerdotes se
entreguen a la oración ferviente a favor del pueblo.
Por otro lado, también debían convocar al pueblo y a los líderes (ancianos) a una asamblea pública en la casa de Jehová para dedicarse al ayuno y la oración (v. 14).
Plagas Comunes En Palestina:
El v. 15 introduce lo que constituye el tema del libro: el día de Jehová (2:1,
11, 31; 3:14).
Cabe
considerar dos cosas muy importantes al respecto:
(1) En la mente judía esta frase tenía connotaciones de juicio,
pero en el sentido de que Dios castigaría a las naciones paganas, actuando así
en favor de su pueblo (Is. 13:6, Abd. 15; Sof. 1:7).
(2) Si se acepta la
fecha temprana sugerida para el ministerio de Joel, él fue el primero en acuñar
esta frase en un sentido adverso (como juicio) para
el pueblo de Dios.
Si la fecha aceptada es la tardía, él solo
está repitiendo el concepto que se encuentra en otros profetas (Amo. 5:18-20).
Además, es posible que Joel esté sugiriendo que la plaga es parte de este juicio divino, aunque algunos lo ven solo como un aviso de lo que pudiera ser el día de Jehová (especialmente si se acepta el tiempo futuro de la traducción: vendrá. En el heb. es un imperfecto, es decir una acción incompleta o “futura”).
Los vv. 16-18 agregan otros de los resultados de la devastadora
plaga:
Ø ¡Las reservas se han agotado!
Ø ¡No hay nada para guardar!
(vv. 16, 17).
Aun los animales están sufriendo las consecuencias. Su clamor agrega un tono patético a la situación. De manera incidental, se ve que los problemas serán aún mayores en el futuro cercano si los animales no sobreviven (v. 18).
Joel une su ruego al de los varios grupos
que él ha nombrado en este primer capítulo. Su oración nos permite entrever que a la
plaga le siguió una horrible sequía: el fuego…
la llama (v. 19). Los animales no solo no encuentran comida, sino
que también les falta el agua (v. 20).
La expresión jadea detrás de ti (braman, en otras versiones), describe la desesperación de los animales por la falta del preciado líquido que el profeta proyecta como un clamor delante del Señor. ¡Aun los animales claman por la ayuda de Dios en estos momentos de crisis!
Langostas:
Seguramente el “ejército de langostas” que usó el
Señor para disciplinar a su pueblo, dadas las características devoradoras, bien
pudiera clasificarse entre los insectos llamados:
Ø Ortópteros1), pertenecientes a las familias de los
acrídidos y los tetigónidos2).
Estos son herbívoros voraces y sumamente destructivos. Las patas traseras las tienen más desarrolladas, lo que les permite dar grandes saltos.
La clasificación bíblica:
· Saltón,
· Pulgón, y
· Langosta.
Posiblemente describe varias familias de estos insectos que los unió Dios para sus propios fines.
El Día Del Señor:
Es una referencia a un futuro cercano
donde los escritores sagrados presagian un gran día de juicio (Malq. 4:1); la
eminente llegada de un Mesías y para estos últimos tiempos el retorno del Señor
en gloria (1 Ts. 5:23; 2 P. 3:10). Joel presenta el día de “tinieblas y de oscuridad, de nube y de sombra”
descrito por la invasión de langostas como día de juicio, pero a su vez
presenta el “día”
de la llegada del Espíritu Santo que inauguraría la era del evangelio.
Ahora nosotros los cristianos esperamos el “Día del Señor”. Será el día más glorioso que jamás haya existido. Para algunos será de confusión perpetua; mientras que para otros será el día de la victoria completa. ¡Será el día del gran encuentro universal con todos los redimidos y los ángeles; pero sobre todo con nuestro Señor Jesucristo! ¡Qué “día admirable” será ese!
Joya Bíblica:
Contaréis de esto a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación (1:3).
Desolación: La Profecía Futura De La Desolación. Joel 2:1-32.
3. ¡El Día De Jehová! 2:1-11.
El cap. 1 da atención a la destrucción causada por la plaga de langostas, las pérdidas y el sufrimiento ocasionado entre la población. En esta sección se describe la plaga misma, los insectos, pero proyectándola a través de la imagen de un gran ejército. El profeta hace uso de varias metáforas para presentar la destrucción mortal que estos insectos han infligido sobre la nación, destruyendo todos los recursos naturales. Lo más interesante es observar cómo el profeta establece el hecho de que dichos insectos han actuado bajo la expresa dirección del Señor (v. 11).
Sin embargo, uno de los principales
problemas hermenéuticos en esta sección es decidir si la descripción ofrecida
es la de un “ejército”
de insectos, o la predicción del ataque de un ejército humano. El problema
parece residir en el uso del tiempo futuro (en
el heb.
se usa un qal
participio
activo de la idea de un presente progresivo: “está viviendo”) en la frase: porque viene
el día de Jehová (v. 1).
La solución pudiera estar en un término medio. Joel describe al “ejército” de los insectos en términos de un ejército humano, pero en el fondo deja entreabierta la idea de lo terrible o devastador que sería si Dios permitiera el ataque de un ejército humano. La plaga solo es una pequeña prueba de lo que pudiera suceder en el futuro.
Los primeros dos versículos en esta
sección constituyen un llamado de parte de Dios para que los sacerdotes
convoquen a la nación a un período de lamento nacional por todo lo ocurrido. ¡Tocad la corneta
en Sion! conlleva el sentido de sonar una alarma. La corneta o
trompeta era de cuerno de carnero (shophar H7782).
Los sacerdotes las utilizaban para
convocar al pueblo hebreo a la adoración, al igual que en situaciones de
peligro o ataques del enemigo (Núm. 10:1-10; Jos. 6:20; Juc. 7:16-22; Ez. 33:2-4;
Zc. 9:14-15). Quizá el énfasis aquí sea el lamento por el ataque ocurrido.
Sion… mi santo monte, se refiere a Jerusalén, lugar donde se encontraba el
templo y donde el pueblo se reunía para orar a Dios. El día de Jehová aquí
tiene la connotación de un día de juicio, de castigo.
Su descripción se encuentra en el v. 2, aunque la figura parece referirse a la oscuridad y densa neblina ocasionadas por la plaga de langostas. El profeta pudiera estar reflexionando en lo que el pueblo ya experimentó, y lo que aún pudiera experimentar si no escarmienta. El impacto quedará indeleblemente grabado en la historia del pueblo (v. 2b. Comp. 1:3).
La figura del fuego y llama (v. 3) conlleva un sentido de juicio
y destrucción.
Es un cuadro retrospectivo de lo ocasionado por la plaga de langostas. El
contraste entre lo que era el jardín de Edén y el desierto agrega un tono de
desolación y abandono, y subraya de manera dramática todas las pérdidas sufridas
a causa de la tremenda devastación de la plaga.
¿Acaso la comparación envuelve un sentimiento de castigo y pérdida de algo bueno o perfecto? Adán perdió el privilegio de vivir en el jardín de Edén a causa de su pecado y rebeldía. Dios lo hizo salir de allí para que labrara el campo y obtuviera de la tierra el sustento diario. El pueblo ha perdido bendiciones y ciertos privilegios debido a este castigo divino.
El ataque de los insectos se describe como
el de un ejército a caballo (v. 4);
nada los detiene, nada se escapa de su poder destructor (v. 5). Con crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca
describe la acción devoradora de los miles de miles de insectos que atacan las
plantaciones; un sonido estrepitoso.
Su formación se parece a la de un pueblo fuerte listo para la batalla; son invencibles (vv. 7-9). Su movimiento hace parecer que la tierra tiembla, y cuando alzan el vuelo se estremecen los cielos, oscureciéndose todo el ambiente (v. 10). ¡El cuadro realmente es impresionante y hasta escalofriante!
La nota del juicio divino por medio de la plaga de langostas se
cierra estableciendo un hecho muy importante: ¡Es Dios quien ha enviado todo esto! (v. 11). Su ejército se
refiere a los insectos que han ejecutado su palabra, su juicio, lo cual habla
de su envolvimiento directo en el uso de las fuerzas naturales para ejecutar su
voluntad.
Un juicio de esta índole es inevitable o insoportable: ¿Quién lo podrá resistir? Dios en su
soberanía ha permitido que suceda todo esto.
4. Un Llamado Al Arrepentimiento. 2:12-20.
Por medio de su profeta, Dios transmite un llamado directo para que la nación se arrepienta. Esta es la condición básica o principal para que Dios acuda en su ayuda. Todo lo anterior (1:1-2:11) ha mostrado que es Dios quien ha enviado este castigo o juicio; él es el único que puede aliviarlo también. Joel por su parte parece ofrecer la “fórmula” divina que el pueblo habría de poner en práctica para asegurar el perdón de Dios, su ayuda y restauración (comp. 2 Cron. 7:12-14).
Pero aun ahora sugiere que, a pesar de la
situación, o el porqué del juicio sufrido, Dios brinda una oportunidad más a su
pueblo. Volveos a mí encierra la idea de arrepentimiento, de obediencia, de
cumplir la parte del pacto que les corresponde. Pero deben hacerlo con todo… corazón, o sinceramente. Los elementos
rituales solo son muestras externas de este arrepentimiento, aunque deben estar
presentes:
· Ayuno,
· Llanto, y
· Lamento.
Pero Dios no quiere expresiones mecánicas o superficiales. Jehová demanda
un arrepentimiento genuino, sincero, de corazón; un arrepentimiento espiritual
(v. 13). Los judíos expresaban su
dolor rompiendo sus vestidos (2 R. 19:1), pero Dios demanda un “corazón contrito y
humillado” (Salm. 51:17b). Joel estimula esta acción repitiendo lo que el pueblo
sabía y había comprobado a través de los siglos: Jehová, vuestro Dios… es
clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia (v.
13b. Comp. Ex. 34:6).
Desiste del castigo habla de que Dios
puede detener el castigo o decidir no ejecutarlo (ver Jr. 18:8; 42:10; Amo. 7:3;
7:6). En
este caso parece sugerir la posibilidad de que Dios restaure todo lo perdido a
causa del juicio enviado: deja tras sí bendición
(v. 14. Comp. 1:13).
La restauración incluye las provisiones necesarias para llevar a cabo los rituales en el templo, lo cual es una marcada señal de que el compañerismo con Dios es restaurado.
Dado que la crisis es nacional, el lamento
también debe ser comunitario (vv. 15-17).
Tocar la trompeta, pregonar ayuno, convocar asamblea, todos son elementos de un
lamento nacional. La seriedad de la situación llama a tomar medidas un tanto
drásticas, si se quiere, pero necesarias. Todos han de santificarse; es decir,
purificarse ritualmente. Grandes y pequeños deben participar de estos actos.
Los motivos de alegría deben cancelarse por el momento; es tiempo de mostrar
contrición delante de Dios (v. 16).
Los sacerdotes deben actuar como líderes
en este lamento público; ellos tienen el deber de interceder por la nación y
suplicar la misericordia divina. Pero deben ser participantes activos, con
lloro y oración (v. 17). Entre el
vestíbulo y el altar (otras versiones traducen “pórtico”
o “entrada”) parece haber sido el sitio
tradicional de oración de los sacerdotes (ver Ez. 8:16). Tu heredad alude al
pueblo judío. Afrenta en este caso es vergüenza, o el estado vulnerable ante el
posible dominio que otros pudieran ejercer sobre la nación debido a su
debilidad. ¿Dónde
está su Dios? sugiere mofa o burla (comp. Miq. 7:10; Salm. 79:10).
Las naciones paganas pondrían en tela de duda la existencia, grandeza o poder
de Dios a causa de la debilidad del pueblo.
Por otro lado, es bueno observar que esta es una fórmula que los profetas usaron muchas veces para interceder a favor del pueblo. ¡La reputación de Jehová estaba en juego! (Comp. Ex. 32:12; Núm. 14:13-16).
El uso del tiempo pasado en los vv. 18 y 19:
Ø Tuvo celo: qana
H7065;
Ø Se apiadó: jamal H2550;
Ø Respondió: anah
H6032.
Parece sugerir que entre estos versículos
y todo lo anterior, especialmente 2:1-17, había sucedido algo interesante: ¡el pueblo se
había arrepentido!
Quizá habían llevado a cabo los rituales
prescritos por el profeta, y Dios ya había iniciado el proceso de restauración
para la nación. Otras traducciones favorecen el tiempo futuro (“perdonará”
o “tendrá piedad”), lo cual apoyaría o
implicaría un sentimiento condicional.
El contexto parece apoyar la idea de que
estos versículos (18-20) son más
bien el posible resultado —lo que Dios está dispuesto a hacer— si el
pueblo se arrepiente sinceramente, y si da muestras visibles de ese
arrepentimiento (incluyendo los rituales prescritos; es decir, el lamento
general o comunitario 1:13, 14; 2:12-17).
Cualquiera que sea el punto de vista adoptado, es obvio que toda esta sección
ofrece lo que pudiera considerarse como el inicio de un proceso de
restauración, y la promesa de prosperidad.
El pueblo no tiene por qué quedarse
postrado en una actitud de derrota. Dios les ofrece una nueva oportunidad. Tuvo
celo (v. 18) apunta a la decisión
divina para actuar en favor del pueblo judío, lo cual se respalda con el hecho
de que se apiadó de ellos. La respuesta de Dios es positiva, promete proveerles
lo necesario para su subsistencia: seréis saciados.
También extiende la promesa de protegerlos: Nunca más os entregaré como afrenta en medio de las
naciones (v. 19). Esto último marca el final del estado vulnerable del
pueblo de Dios ante los pueblos enemigos.
Lo que viene del norte alude a todo aquello que amenaza la estabilidad, paz y seguridad de la nación (v. 20). Dado que por lo común Judá era atacada militarmente desde este punto cardinal, algunas versiones traducen la frase de tal manera que sugieren que el enemigo era un ejército humano (como en Jr. 6:1).
NOTA: V.20. Al del
norte: Esto debe interpretarse como el ejército
de langostas que viene del norte. El mar oriental es el Mar Muerto, y el mar
occidental el
Mediterráneo. Algo que detiene las oleadas de langostas
son los vientos que las desvían hacia grandes masas de agua. Exhalará ... su pudrición:
Ø Las langostas muertas son arrastradas por
las olas.
Ø El olor de su pudrición llena el aire con su terrible hedor.
Pero el artículo neutro lo es apropiado según el contexto. El mar oriental es el mar Muerto; el mar occidental es el mar Mediterráneo. La promesa es que Dios alejaría de ellos cualquier amenaza. Lo más inmediato era (o había sido) la plaga de langostas. La destrucción de estos insectos causaría malos olores, señal de muerte. ¡Porque ha hecho grandes cosas! se refiere a la gran devastación causada por estos insectos.
Joya Bíblica:
“Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos. Volved a Jehová, vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia, y desiste del castigo” (Jr. 2:13).
5. Un Llamado a Confiar En La Gracia De Dios. Joel 2:21-27.
La tristeza, el dolor y la desolación quedan atrás; son cosa del pasado. Dios ya ha iniciado un proceso reversivo; ha comenzado a mostrar su amor y misericordia para con su pueblo (vv. 18-20). Esta nueva sección tiene un marcado contraste con todo lo visto en los pasajes anteriores. Se completa el cuadro de redención y restauración. Los beneficiarios son la tierra, los animales y la gente misma (vv. 21-23).
La tierra es personificada, ha sufrido
todos los estragos mencionados anteriormente. Ahora se le invita a no temer,
sino a confiar en Dios. La devastación ocasionada por la plaga se ve como un
gran mal contra la naturaleza (Jr. 1:10). Pero, ahora, Jehová ha hecho grandes
cosas, aludiendo al proceso de restauración iniciado, y al hecho de que la
plaga ha desaparecido (v. 20).
Los animales también reciben el mismo mensaje. La promesa es que tendrán lo necesario para subsistir (comp. 1:18). El hecho de que los pastizales reverdezcan sugiere las lluvias que el campo tanto necesita. Lo demás es un corolario: los árboles producen fruto abundante (darán su riqueza, v. 22).
Los hijos de Sion, los habitantes
de la tierra de Judea, también deben confiar en Dios, principalmente por la
lluvia que él ha enviado en su justa medida. Esta última frase es una buena
traducción de la expresión heb. que apunta a Dios como el sujeto, el que hace
las cosas de manera justa y en el tiempo apropiado. La Biblia de las Américas traduce: “Él os ha dado la lluvia temprana para vuestra vindicación”.
El cuadro de restauración y vindicación es obvio. Jehová está haciendo todo lo necesario para el bien del pueblo, realmente un marcado contraste con todo lo visto anteriormente (ver 1:11, 12) y lo cual debe ser suficiente motivo para provocar el regocijo en la gente. Lo más importante es que aquí Dios se compromete a cuidar de su pueblo y a otorgarles aquello que pueda ofrecerles el sustento y la seguridad necesarios, y hacerlo abundantemente (v. 24).
El v.
25 deja claro que lo que el profeta ha señalado es la devastación sufrida
por una plaga de langostas, “comandada” o enviada por
Dios mismo: mi gran ejército, ejecutores del juicio divino. Los años
parece sugerir que los ataques se habían repetido varias veces, y/o que las consecuencias habían sido
funestas a lo largo de mucho tiempo. (Otra vez se
repiten las varias fases en el desarrollo de estos insectos, o algunos de los
varios nombres con que se conoce el mismo insecto). Pero ahora el
Señor promete revertir el proceso (vv. 26, 27). Hay cuatro promesas muy
importantes al respecto:
(1) Proveer el sustento necesario: comeréis hasta saciaros;
(2) Devolver al pueblo la alabanza: alabaréis el nombre de Jehová, lo cual habla de restaurar
el compañerismo con el Señor (comp. 1:9, 13, 14). Maravillas alude a los favores, a la gracia divina
manifestada en pro del pueblo.
(3) Protección: y nunca
más será avergonzado mi pueblo; es decir, no será vulnerable a los ataques
naturales o de sus enemigos.
(4) La presencia divina como corolario o sello a la promesa
anterior: estoy en medio de Israel. El contraste es obvio en relación con la frase:
¿Dónde está su Dios? (ver v. 17c).
Véase Parte II.
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