sábado, 29 de abril de 2023

Y NO CONTIRTÉIS AL ESPIRITU SANTO: (Efesios 4:17-5:5)

 

Y NO CONTIRTÉIS AL ESPIRITU SANTO:

(Efesios 4:17-5:5)

 

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. (Ef. 4:30) 



Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Con esta descripción de la unidad del cuerpo Pablo termina la exhortación a la iglesia a un andar digno del llamamiento que obedece. Pasa ahora a considerar el tema de la nueva vida que tiene en Cristo. La unidad de la iglesia (vv. 1-16) depende esencialmente de la calidad de la vida de los miembros (4:17-5:5).

·   La primera parte trata de la armonía en el cumplimiento de las diversas responsabilidades dentro de la iglesia,

·    Mientras la segunda enfatiza la importancia de una conducta moral y correcta de parte de todos los miembros, especialmente con relación al mundo.

Un andar digno (v. 1) del hombre cristiano resultará en una conducta cambiada (v. 17) y esta conducta será distinta de la de los no creyentes. La sección que sigue introduce un nuevo énfasis en la epístola sobre el comportamiento de los cristianos, en forma de un contraste entre ellos y los gentiles incrédulos.


La Mente Renovada: 

Mente se usa en los vv. 17 y 23, en un caso hablando de la mente vacía y en el otro de la mente renovada. La única forma de convertir la mente es rendirla a Cristo y vivir en una renovación constante de nuestra manera de pensar (Rom. 12:2). ¡Demanda esfuerzo!

Comienza con las palabras: Esto digo e insisto en el Señor. Así, Pablo se dirige a los efesios con insistencia, invocando su autoridad como Apóstol junto con la del nombre del Señor Jesús (en el Señor) para implorarles que no continúen conduciéndose como los gentiles (vv. 17, 18).

Las palabras que no os conduzcáis más hablan de una conducta que refuerza la exhortación del v. 1: A que os andéis como es digno. La palabra conduzcáis usa una forma del mismo verbo que se traduce en v. 1 con andéis. Esta misma expresión se halla en 2:2 y 10 y la encontraremos de nuevo en 5:2, 8 y 15.

En cada lugar se refiere a la conducta del individuo, o su comportamiento personal. El autor hace hincapié sobre un estilo de vida completamente cambiado. Indica que éste debe ser radicalmente diferente de aquel de los inconversos.

Esta exhortación tiene tres divisiones:

·      Una exhortación general (vv. 17-24),

·   Algunas cualidades que el creyente debe cultivar en lugar de aquellas que son del viejo hombre (vv. 25-32) y

·      Una serie de recomendaciones (5:1-5).

I.       La Exhortación General. vv. 17-24:

En la exhortación general (vv. 17-24) Pablo describe la conducta de los gentiles sin Cristo que los creyentes deben evitar. Esta conducta incluye la vanidad de la mente, el entendimiento entenebrecido, la alienación de Dios, la ignorancia, la dureza de corazón, la sensibilidad perdida, la sensualidad y toda clase de impureza. Esta lista es un catálogo progresivo y feo de las faltas y errores de la vida de aquellos que no tienen a Cristo. Resultan en la confusión (vanidad de la mente y entendimiento entenebrecido), el enajenamiento (alejados de Dios e ignorancia), y la callosidad (sensibilidad perdida, sensualidad e impureza).

Así fue la vida anterior de los lectores de esta carta (2:1-3) que recientemente habían salido del paganismo al convertirse en cristianos. Suena muy parecida a la descripción de la conducta de los impíos que Pablo hace en Rom. 1:18-31. Tal estilo de vida ya no conviene más al creyente.

La vanidad de sus mentes (v. 17) significa una mente que abriga pensamientos vacíos, sin valor e indignos. Vanidad es igual a presunción, vanagloria o fatuidad. Mente (nóus G3563) significa también sentido o entendimiento, o sea la facultad intelectual del ser humano. Andar en la vanidad de la mente es estar sin sentido moral ni espiritual. Tiene un resultado trágico, un entendimiento opacado o entenebrecido que produce pensamientos cada vez más bajos y actitudes inmorales.

Van junto con esta confusión intelectual la ignorancia y la dureza de corazón que alejan a uno del ideal que Dios ha diseñado para la humanidad. La vida de Dios (v. 18) es la vida que Dios da. La ignorancia es la consecuencia de una mente vacía y envanecida y de un corazón sin sensibilidad moral. La fatuidad de la mente y la terquedad del corazón producen una vida que no conoce a Dios ni da cabida a sus cosas.

La nueva vida en Cristo:

 

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente (Ef. 4:17) 

Ayuda Hermenéutica:

G3563 νοῦς = noús: probablemente de la base de G1097; intelecto, i.e. mente (divina o humana; en pensamiento, sentimiento o voluntad); por implicación significa do: - entendimiento, mente, pensar.

 

NOTA: V. 17: Aquí comienza un largo pasaje (que termina en 6:9), en el que Pablo deduce las conclusiones lógicas, en términos de vida y moral, que resultan de la membresía en el Cuerpo de Cristo.

Así es la descripción de la conducta de los gentiles que Pablo amonesta a los efesios a abandonar definitivamente, porque resulta en la pérdida de toda sensibilidad moral y conduce a un fin vergonzoso (v. 19). No hay sentido ni conciencia de moralidad. Al contrario, y peor aún, hay un abandono completo a la disolución y la desvergüenza. Se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda clase de impurezas expresa la inclinación insaciable y con avaricia hacia una conducta muy baja de lascivia y libertinaje.

La clase de vida que todo esto describe (vv. 17-19), la cual Pablo condena (v. 17), no es la que uno aprende como cristiano (v. 20). Es ajena a las enseñanzas de la iglesia:

·     Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo (v. 20) indica que al recibir a Cristo en la experiencia de la conversión lo habían creído a él como Maestro y

·      Sus enseñanzas como la verdad (v. 21).

Las enseñanzas del Maestro son diametralmente opuestas a las de los gentiles que anteriormente ellos habían seguido. La mención de esto sugiere que en las iglesias que recibieron esta carta se habían introducido ciertas nociones de los gnósticos que fomentaban un desenfreno moral. Ellos enseñaban que lo que uno hacía en el cuerpo no era de alguna consecuencia para el espíritu, que la vida moral no tenía nada que ver con la vida espiritual.

Pablo quiere aclarar el asunto, señalando que tal comportamiento no cabe ni en la vida individual ni en la de la iglesia. El conocimiento a Cristo como Salvador (como objeto conocido) proscribe tales pensamientos y actos ya mencionados. Conocer a Cristo es ser un discípulo atento para oír sus enseñanzas y ávido para seguir sus instrucciones, y no vivir como los gentiles. La verdad de Cristo (v. 21) en la vida de uno y uno en Cristo excluyen la conducta disuelta que caracterizaba a los gentiles inconversos (vv. 18 y 19).

El haber oído a Cristo y sido instruidos en él es haber sido enseñados en la verdad. Con la expresión si en verdad le habéis oído y habéis sido enseñados en él (v. 21) Pablo no está sugiriendo que no habían oído a Cristo y sido enseñados en él, y que así estuvieran desprovistos de la verdad. Al contrario, está afirmando con cierta ironía que sí lo habían oído y habían sido enseñados en él y por esto tenían mayor razón de no hacer las cosas vergonzosas. Podríamos decir enfáticamente:

·      Puesto que sí han oído y han sido enseñados en él tienen la verdad.

Siendo poseedores de la verdad como creyentes en Cristo ellos tienen mayores razones por las que abandonar una conducta contradictoria a la fe que profesan y que, más bien, caracteriza la de los gentiles.

En vista de este dilema espiritual, el conflicto entre la antigua manera de vivir y la nueva vida que poseen en Cristo, Pablo sugiere tres acciones (vv. 22-24) que describen lo que sucede cuando alguien se convierte al Señor:

v Abandonar la vieja forma de vida,

v Renovar la mente en el espíritu y

v Adoptar un nuevo y Verdadero estilo de vida apropiado para el nuevo hombre en Cristo.

 

NOTA: VV. 22-24: El despojarse y vestirse son declaraciones de hechos que ellos habían aprendido que eran verdad, pero la renovación (v. 23) es algo que debe hacerse continuamente. del viejo hombredel nuevo hombre. El viejo es lo que éramos antes de ser salvos, y el nuevo es la nueva vida que tenemos en Cristo (véase 2 Cor. 5:17; Gál. 2:20).

 

Ayuda Hermenéutica:

 

Ef. 4:22:                  

R283 Προτέραν se usa como un adjetivo y significa: la anterior.

R1038 El uso del acusativo con un infinitivo, en que pudiera aparecer un nominativo (con un verbo conjugado en modo personal), es raro en el griego clásico, pero común en el NT. En consecuencia, aquí aparece ἀπόθεσθαι ὑμᾶς (el infinitivo puede representar sólo el contenido, y no de una manera clara el resultado o el propósito –R10890: que ustedes desechen.

H485 Τὰς ἐπιθυμίας τῆς ἀπάτης significa: ávidos anhelos engañosos (un genitivo adjetival).

Ef. 4:24:                  

M59 Hay un uso único de κατά en la cláusula τὸν … κτισθέντα la cual significa: el nuevo hombre que ha sido creado en conformidad con Dios (es decir, a la imagen de Dios; comp. Col. 3:10).

 

·      La primera acción tiene que ver con vuestra antigua manera de vivir.

Con respecto a ella, Pablo emplea una metáfora que sugiere la acción de quitarse la vieja ropa para poder ponerse la nueva. Despojaos del viejo hombre sugiere la acción de rechazar o deshechar lo viejo que no sirve, en este caso el viejo hombre viciado por los deseos engañosos.

Viciado quiere decir corrupto. Esta corrupción se alimenta de los deseos engañosos, la codicia y la concupiscencia seductora. La relación que tiene el nuevo hombre en Cristo resulta en un despojo del viejo hombre sin Cristo junto con todos los vicios y la corrupción que éste tuvo.

 

·      Además, los regenerados demostrarán una nueva disposición mental y espiritual: Pero renovaos en el espíritu de vuestra mente (v. 23).

Esto representa más que un sencillo cambio de parecer, representa un cambio profundo de corazón. Es una completa renovación intelectual y espiritual. Representa no sólo un cambio del modo de pensar, es un cambio del contenido de los pensamientos. Esta es la segunda acción de los que conocen a Cristo, que han oído y han sido enseñados en él; una renovación espiritual de todas las facultades intelectuales.

Sería como un lavado positivo del cerebro que antes estuvo ocupado con pensamientos bajos y vacíos, sustituyendo en lugar de ellos pensamientos dignos y elevados que edifican a la persona y glorifican a Dios. La mente del creyente debe ser la sede de pensamientos constructivos que iluminan y no oscurecen.

 

·      La tercera acción es opuesta a la que mencionó en el v. 22.

Habiéndose despojado de los harapos del viejo hombre, sigue el hecho de vestirse de nuevo. El despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre es el acto decisivo y terminante de cambio espiritual. Es un acto acabado. En cambio, la renovación de la mente en el espíritu debe ser comprendida como una experiencia continua, de acuerdo con el verbo que expresa en tiempo presente el hecho de estar renovándose. Todo esto habla de una renovación espiritual.

Este hombre nuevo ha sido creado a la semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad (v. 24). El creyente así renovado por la regeneración ya es una nueva criatura con las características principales de Dios, la justicia y la santidad. El nuevo hombre es obra de Dios, verdaderamente justo y santo, el resultado de la obra creadora de Dios y no de uno mismo. Donde antes andaban en la rebeldía y la corrupción, ahora caminan en la justicia y la santidad. Estos son el fruto de haber abrazado la verdad en Cristo y están en contraste con los frutos de una vida sin Cristo.

Pablo pasa ahora a mencionar algunas cualidades que el creyente debe cultivar en lugar de aquellas que son del viejo hombre (vv. 25-32). Señala algunas cosas del viejo hombre que no convienen en la vida del creyente, tales como:

·      La mentira,

·      El enojo,

·      El robo y

·      La obscenidad (vv. 25-29).

Hay otra lista en el v. 31. No constituyen una lista completa, pero son suficientes para destacar el comportamiento que el creyente debe dejar. En cambio, destaca la clase de comportamiento que conviene, como:

·      La verdad,

·      La cordura,

·      El trabajo honesto,

·      La limpieza en el hablar (vv. 25-30) y

Otras tres cualidades selectas que menciona en el v. 32 que sí son propias del nuevo hombre.

II.    Algunas Cualidades Que El Creyente Debe Hacer. vv. 25-32:

         Despojo Del Viejo Hombre:

Con el despojo del viejo hombre uno también se despoja de la mentira. Habiendo dejado en el v. 25 traduce una forma del mismo verbo usado en el v. 22 para despojaos. En otras palabras, la mentira que fue un atavío del viejo hombre ya no lo es del nuevo. Mentira (pséudos G5579) significa seudo o falso. De modo que la imitación superficial y la falsedad no deben formar parte del carácter del cristiano. En cambio, los creyentes deben ser conocidos como aquellos que siempre hablan la verdad sin engaño y decepción tanto entre los hermanos como con los del mundo.

Ayuda Hermenéutica:

G5579 ψεῦδος = pseudos de G5574; falsedad: - mentira, mentiroso. (Strong).

Esta es una cita de Zc. 8:16. El contexto de hablar la verdad es la propia iglesia. Esto es lo que implica al decir que somos miembros los unos de los otros. Esta última frase es una alusión a la composición de la iglesia como un cuerpo físico que depende de la unión entre los miembros y el funcionamiento armonioso de éstos. La mentira rompe la unidad de la iglesia. Pablo menciona este pecado en primer lugar posiblemente porque es la falta humana más prevaleciente y más fácil de cometer.

Oí a un pastor decir en una ocasión:

·      Nosotros, los... (usó aquí el término popular para los naturales de ese país), pedimos algo prestado, sabiendo que no tenemos intención de devolverlo. Esperamos hasta que el dueño venga a reclamarlo”.

El cristiano debe ser conocido como una persona honesta que habla la verdad y cumple su palabra, incluyendo lo prestado, en vez de ser mentirosa.

Otra característica viciada de la que hay que tener cuidado es el enojo. Al decir enojaos, pero no pequéis (v. 26a) Pablo reconoce que el enojo puede ser una reacción natural en la vida de todos y que uno puede enojarse con justificación. Pero aquí condiciona esta reacción tan natural con la advertencia de no permitir que el enojo conduzca al pecado. El enojarse sin causa, airarse con vehemencia o venganza, el llenarse de rabia y el desquite conducen al pecado, y esto debe evitarse. Es posible enojarse con cordura y justicia, pero el enojo incontrolado abre la puerta a una sucesión de males. Pablo brinda dos sugerencias para no dejar que el enojo nos domine.

·      La primera es no se ponga el sol sobre vuestro enojo (v. 26a). Quizá este dicho es un adagio de su tiempo para recordar que no es saludable prolongar el enojo y peor es acostarse a dormir con ello. Los científicos médicos han comprobado que el enojo incontrolado contribuye a la alta presión y muchas enfermedades cardíacas.

Además, esta actitud de vivir enojado no da lugar al perdón. El cristiano debe ser presto en perdonar las ofensas de su prójimo. Si no, uno está abrazando algo peligroso para su vida espiritual, el enojo no perdonado.

·      La otra recomendación es ni deis lugar al diablo (v. 27). El enojo es como una puerta abierta por la que, si uno no tiene cuidado, Satanás entra sigilosamente como huésped indeseable y provoca caos y vergüenza para el cristiano descuidado. El dar rienda suelta al enojo es dar lugar al diablo quien es un calumniador y adversario.

 

NOTA: VV. 26-27: Hay una clase de ira que no es pecaminosa, pero incluso ésta no debe permanecer entre los cristianos, envenenando su espíritu y dando oportunidades para que actué el diablo.

Otro atavío repugnante de la vida antigua es el robo. En su lugar, el Apóstol insta a que cada uno debe trabajar honesta y diligentemente para ganarse la vida. Esta composición sugiere que el robo es el hijo de la pereza. La indigencia económica con frecuencia es el producto de la pereza y contribuye a una ética muy baja que conduce al hurto. Hay muchas maneras de robar además de ser ladrón o atracador, tales como el tortuguismo”, los brazos cruzados, los descansos o recreos indebidos durante el horario de trabajo, el hacerse chapucero, el despilfarro de los bienes ajenos, y mucho más.

El cristiano no vive de lo ajeno, sino se esfuerza para trabajar cumplidamente. Da pena cuando se oye de un hermano que uno haya recomendado que no rindió honestamente en el trabajo. Al contrario, alegra saber que ciertos empresarios buscan a los creyentes por poder confiar en ellos en hacer bien y honestamente su trabajo.

En el v. 28 Pablo agrega un valor más a la buena ética del trabajo honesto, y es que resulta esto en la capacidad humanitaria cristiana de tener que compartir con el que tenga necesidad (v. 28). Posiblemente Pablo está recordando el ministerio que había tenido hacia la iglesia de Jerusalén al recibir ofrendas para ayudar a los necesitados (1 Cor. 16:1-3).

La obscenidad hablada es un atavío más que es indeseable y que no debe caracterizar al cristiano (v. 29). La palabra traducida obscena (saprós G4550) también significa torpe, corrupta o podrida. Traduce la misma palabra que usó Jesús para describir los frutos malos de un árbol malo (Lc. 6:43). Podemos incluir las vulgaridades y palabras soeces que son las acostumbradas de la gente de baja moralidad que ofenden al oído como las aguas negras ofenden al olfato. Estas no edifican.

Ayuda Hermenéutica:

G4550 σαπρός = saprós: de G4595; podrido, corrompido, i.e. que no vale nada (literalmente o moralmente): - corromper, malo. Compare G4190. (Strong).

 

La conversación del creyente, en cambio, debe ser apropiada y edificante a los oyentes: Para que imparta gracia a los que oyen es la norma del habla del creyente. Esta agrada y beneficia al oyente. El lenguaje del creyente debe ser apropiado para la ocasión y debe satisfacer las necesidades de aquellos con quienes habla. La boca del creyente no debe ser usada para el mal, sino para el bien; no para rebajar, sino para edificar.

El comportamiento indecoroso y las obscenidades en la boca de un creyente entristecen al Espíritu Santo de Dios y en efecto contradicen el hecho de que uno ha sido sellado para el día de la redención (v. 30). El creyente que vive así causa tristeza al Espíritu de Dios quien es santo y nulifica la presencia de él en su vida. La mentira refleja una valorización baja de la dignidad del prójimo. El robo refleja una actitud netamente materialista hacia los bienes de otros.

 

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. (Ef. 4:30) 

 

NOTA: V. 30: El Espíritu Santo es contristado o apenado por el pecado, especialmente por los pecados de la lengua (vv. 29, 31). sellado véase 1:13. Ef. 1:13: habiendo creído. Es aoristo; el tiempo de sellar coincide con el de creer, sellados con el Espíritu Santo. Un sello indica posesión y seguridad. La presencia del Espíritu Santo, el sello, es la garantía que tiene el creyente de la seguridad de su salvación.

 

El Espíritu Santo ha sellado autorizado como representantes», 1:13) a los creyentes y mora en el ser interior (3:16). Si es contristado1), el creyente será el primero en saberlo. Contristar significa causar heridas o angustia, exactamente el sentimiento que experimenta el creyente cuando el pecado o la desobediencia se alojan en su vida.

 

Ayuda Hermenéutica:

 

G3076 λυπέω = lupéo de G3077; afligir; reflexivamente o pasivamente estar triste: - afligir, angustiar, causar tristeza, contristar, entristecer, triste. (Strong).

 

NOTA: V. 30: El Espíritu Santo es contristado o apenado por los pecados de la lengua (vv. 29, 31).

La inmoralidad refleja un concepto rebajado de uno mismo y los demás. Son vicios que promueven la discordia en la iglesia. Ni la deshonestidad, ni la pereza y el robo, ni la inmoralidad convienen en la vida cristiana que ha sido marcada con la identidad de su nuevo dueño, el Espíritu Santo de Dios. Pablo termina esta admonición recordando que el creyente ha recibido al Espíritu Santo como la garantía para el día esperado cuando Cristo venga para redimir a los salvos. Usa la misma figura de un sello autenticador que usó en 1:13.

 

NOTA: Ef. 1:13: habiendo creído. Es aoristo; el tiempo de sellar coincide con el de creer, sellados con el Espíritu Santo. Un sello indica posesión y seguridad. La presencia del Espíritu Santo, el sello, es la garantía que tiene el creyente de la seguridad de su salvación [si esto es así porque hay grupos que dice que la salvación se pierda, Hum, Hum].

En medio de estas recomendaciones (vv. 25-30) recalca algunas actitudes indecorosas que hay que eliminar:

Ø Amargura,

Ø Enojo,

Ø Ira,

Ø Gritos y

Ø Calumnia,

Ø Junto con toda maldad (v. 31).

Estos son como prendas desagradables que distraen y desfiguran al carácter del creyente. Vamos a examinarlas brevemente:

·      Amargura (pikría G4088) significa disgustos y resentimientos que difícilmente se reconcilian o despiden.

·      Enojo (thumós G2549) es el enfado o disgusto intempestivo.

·      Ira (orgé G3709) es igual a la cólera o la furia habitual y destructiva.

·      Gritos (kraugé G2906) son los insultos y argumentos clamorosos.

·   Calumnia (blasfemía G988) se refiere a la difamación del carácter que algunos equivalen al asesinato del carácter.

·     Maldad (kakía G2549) es la malicia intencional o la perversidad moral. Estos demuestran una disposición egoísta y tienen que ser quitados del carácter y comportamiento del creyente porque no caben en una nueva vida.

En lugar de ellos Pablo recomienda tres virtudes cristianas:

Ø La bondad,

Ø La misericordia y

Ø El perdón (v. 32).

Ellas describen el carácter regenerado del creyente y reflejan una disposición altruista hacia los demás. La bondad y la misericordia son parte de la naturaleza de Dios y se expresaron en el perdón que Dios manifestó a los pecadores. Ahora, éstas deben ser parte de la naturaleza del cristiano.

Anecdotario: La diferencia entre Séneca y Pablo.

 

Leed estas citas textuales de los dos grandes autores de "epístolas": Séneca, maestro estoico, y Pablo, maestro cristiano, ambos contemporáneos:

 

·      "¿Ves ese Rey de los Scitas o de los Sármatas que lleva la diadema en la frente? Si quieres conocerlo bien y saber su verdadero precio, despójale de esa venda y encontrarás debajo muchos vicios. Pero, ¿a qué hablar de los demás? Si quieres apreciarte tú mismo, prescinde de tu dinero, casas y dignidad, y en seguida mírate por dentro: no te conformes con lo que digan de ti los demás" (Epístola LXXX de Séneca en "Epístolas Morales", edición muy antigua).

 

Pero cuando son denunciadas, todas las cosas son puestas en evidencia por la luz; pues lo que hace que todo sea visible es la luz. Por eso dice:

·      ¡Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo! (Pablo, en Ef. 5:13-14).

¿Descubrís la diferencia? La vemos en dos aspectos:

a. Séneca pide al hombre culto y acomodado que se perfeccione a sí mismo; Pablo pide a toda clase de hombres que busquen conocerse a sí mismos y conocer a Dios, afuera de sí mismos; y

b. La diferencia en Pablo es Jesucristo: Él es el resplandor de Dios en nuestros corazones (2 Cor. 4:6).

III.    Una Serie De Recomendaciones. Ef. 5:1-5:

Pablo continúa esta sección de consejos prácticos para los hermanos de las cercanías de Éfeso con una serie de recomendaciones (5:1-5). Las palabras conectivas por tanto (v. 1) toman en cuenta lo que ha dicho en los vv. 17-32, y señalan hacia lo que ahora quiere recomendar.

La primera recomendación es afirmativa y consta de dos imperativos:

·      El primer imperativo es sed imitadores de Dios como hijos amados (v. 1). Esto llama la atención al hecho ya asentado en 1:5, 6: Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos amados. Somos el objeto del amor de Dios. Puesto que existe esta relación paternal y amorosa, ésta debe determinar el modelo de vida que debemos imitar.

La palabra imitar (mimetés G3402) viene de una expresión del teatro para los mimos, pero significa más que imitar los movimientos físicos. Aquí incluye expresar en carne propia el carácter y el espíritu del modelo imitado. Como en la vida actual, el niñito normalmente desea ser como su padre, y el padre bueno desea que su hijo crezca en ser como él, así deben ser los hijos de Dios.

·      El segundo imperativo es andad en amor, como Cristo también nos amó y se entregó por nosotros (v. 2).

Como hijos amados imitando a Dios la naturaleza de nuestra conducta debe ser el amor, aquel amor = agápe que no conoce ningún límite ni precio. Dado que somos el objeto del amor de Cristo y la razón de su muerte debemos aprender cómo andar en amor como acción habitual. Pablo cita el ejemplo del amor de Cristo que lo llevó a entregarse a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio en olor fragrante a Dios. El amor encarnado y ejemplificado en Cristo agradó a Dios en gran manera.

La muerte vicaria y expiatoria de Cristo fue como una ofrenda voluntaria por nosotros y un sacrificio agradable a Dios. Las palabras olor fragrante se encuentran también en Filp. 4:18 y Lv. 4:31 y se refieren a los sacrificios como algo agradable a Dios. Así que nuestro comportamiento debe de ser como una ofrenda de amor de uno mismo y un sacrificio que agrada a Dios.  

Después de recomendar una vida modelada según el modelo ideal, Dios, y un comportamiento de autosacrificio continuo en el amor, Pablo menciona varias actitudes y acciones que deben ser evitadas (vv. 3, 4). Son inapropiadas porque representan una auto indulgencia. Tienen que ver con la vida moral de los gentiles, como la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia. Estas ni siquiera deben ser mencionadas más en la compañía de los cristianos.

·   La inmoralidad sexual (pornéia G4202) significa la fornicación y cualquier relación sexual ilícita e inapropiada.

·   La impureza (akatharsía G167) equivale a la perversidad tanto de pensamientos como de actos.

·    En conexión con estos actos sexuales desenfrenados Pablo menciona la avaricia (pleonexía G4124), que posiblemente se refiere a los deseos lujuriosos y disolutos.

Estas cosas abundaban en el ambiente social de donde habían salido los cristianos de Efeso. Ellos practicaban esta clase de vida anteriormente (Lv. 2:2-3) y por esta razón Pablo les recuerda que no se nombren más entre vosotros. Apela al hecho que ellos son santos y entre los santos estas cosas ni se hablan ni se hacen. Es un llamado a la pureza moral y la santidad.

El autor agrega algunas cosas que no son apropiadas, como la conducta indecente que es sucia, vulgar y ofensiva; tonterías o sea necedades; y bromas groseras que son chistes pornográficos que chocan la sensibilidad y el pudor de uno. Estas cosas no son apropiadas en la vida del cristiano e impiden la actitud que sí debe ocupar la mente y el tiempo del creyente, acciones de gracias.

Las indulgencias sexuales y la auto gratificación son características de la vida pagana, y están en contraposición con la actitud de sacrificio y gratitud que debe ocupar al creyente en Cristo. El cristiano tiene su mente en otras cosas mucho más altas y muchas razones por las que dar gracias, incluyendo el sexo debidamente disfrutado dentro del contexto que Dios ordenó. Por esta razón el sexo no debe ser el objeto de bromas ni chistes imprudentes.

Pablo no está condenando el sexo como algo malo; pero sí está condenando los pensamientos malos, las actitudes incorrectas y los deseos sexuales desordenados. El sexo, por ser don de Dios al hombre para el bien de la humanidad, ha sido victimizado lastimosamente por Satanás y rebajado a lo más vano en cualquier ambiente que no disfruta del conocimiento de Cristo. Son los actos dentro de este contexto pervertido que Pablo censura.

El Apóstol concluye con una declaración oportuna y bien sabida (v. 5). Se trata de que el que continúa cometiendo actos inmorales, impuros y licenciosos no puede tener herencia en el reino de Cristo y de Dios. Además, los deseos licenciosos los describe como avaricia, la que para Pablo equivale a la idolatría. Es posible convertir al sexo en un dios para adorarlo.

Las religiones paganas de los tiempos bíblicos incluyeron muchas prácticas y orgías sexuales. Fue por esta razón que Jehovah acusaba de fornicación a su pueblo rebelde que se volvió a la idolatría. La disolución moral acompañaba la idolatría. Así que la obsesión sexual fácilmente se puede identificar como idolatría.

Continuar en esta práctica y otras parecidas es evidencia de que uno no ha conocido a Cristo, y el que no conoce a Cristo, no puede tener herencia en él. De esta manera Pablo traza la línea de demarcación entre:

·      Los que son de Cristo y

·      Aquellos que son del mundo gentil (Ef. 4:17).

Concluye:

Pablo el apóstol ha presentado una aplicación práctica y ética de la doctrina de la santidad de los que pertenecen a Cristo. Los que no siguen una vida santa y obediente no tendrán parte en la herencia real preparada para los que están en Cristo. El reino de Cristo y de Dios es un solo reino porque los dos son uno (Jn. 10:30).

Este reino es el dominio santo donde el poder y la autoridad divinos se sienten y son obedecidos. Por esta razón las cosas inmundas mencionadas no tienen parte en este reino presente, ni en el futuro.      


NO CONTIRTÉIS AL ESPIRITU SANTO, EN LO CUAL MORA EN TÍ:

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Nota y Bibliografía:

1) lupeo = (λυπέω, G3076), relacionado con lupe, véase TRISTEZA. Denota:

(a) En la voz activa, causar dolor, o tristeza, contristar (por ejemp., 2 Cor. 2:2, dos veces, voces activa y pasiva; v. 5, dos veces: «ha causado tristeza», rv: «me contristó», y «me la ha causado», rv: «me contristó»; 2 Cor. 7:8: «contristé»; Ef. 4:30: «contristéis», de contristar al Espíritu Santo, que mora en el creyente);

(b) En la voz pasiva, ser entristecido, ser contristado, afligido (por ejemp., Mt. 14:9: «el rey se entristeció»; Mr. 10:22: «se fue triste»; Juan 21:17: «Pedro se entristeció»; Rom. 14:15: «tu hermano es contristado»; 2 Cor. 2:4: «fueseis contristados»). (VINE).

-    e-Sword-the. LEDD.       

-    Biblia de Estudio RYRIE.

-   Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 28/4/2023. MISIÓN BAUTISTA: Emanuel”. AA-HH Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz. E - Lt. 18. III Etapa.  Cel. 937-608382-Tumbes.

charlyibsh@hotmail.com

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