lunes, 19 de octubre de 2020

Parte X Lección 11 CRISTO: REY Y SACERDOTE:

 Parte X

Lección 11

CRISTO: REY Y SACERDOTE:

 Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Salmo 110

1.      ASOCIACION HISTORICA:

El Señor mismo nos indica quién es el autor y nos confirma la inspiración de este Salmo. Dice que David lo escribió dirigido por el Espíritu Santo (Mr. 12:36) y se cita tan frecuentemente en el Nuevo Testamento que podemos afirmar que es una de las porciones más notables del Salterio. En cuanto a su fondo histórico parece no tener ninguno ya que no es típico, únicamente profético.

2.       ANTICIPACIÓN PROFETICA:

Aquí se presenta preeminentemente al Señor Jesús glorificado, tanto con relación al presente como al futuro. Se le presenta como Rey y Sacerdote. El primer versículo aparece siete veces en el Nuevo Testamento y confirma que el Mesías es Rey y Dios. El Señor desconcertó a los fariseos en cierta ocasión al usar este versículo y preguntarles: “Si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?”.

La respuesta, claro está, se encuentra al reconocer que Cristo tanto es hijo de David como su Señor. Es Señor en cuanto a su deidad e hijo en cuanto a su humanidad. (Compare raíz, deidad; y linaje, humanidad en Ap.22:16). Los Fariseos admitían que el Mesías era el Hijo de David, pero no que era el Señor de David (Mt.22:41-46).

A diferencia de David que no tuvo trono durante su rechazo, nuestro Señor tiene un trono en este tiempo cuando sus derechos sobre la tierra le son negados. Está a la diestra del Padre. Aún no está sobre Su Trono y no estará en él hasta que regrese a la tierra con poder. Hemos visto en otros pasajes que lo compartirá con los que vencieron. Ya hemos visto la diferencia que existe entre Cristo sobre el trono de su Padre hoy y Cristo sobre su propio Trono cuando venga a establecer su reino aquí en la tierra:

v El primer sólo lo puede ocupar uno que es Dios y no puede ser compartido con ninguna criatura;

v Pero el segundo lo ocupará como Hombre y lo compartirá con aquellos que le son fieles y obedientes durante los días cuando es repudiado.

Esta diferencia la vemos en su palabra: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono(Ap.3:21).

Así que el versículo 1 habla del presente lugar de gloria y aprobación que ocupa Jesús. Vea cómo lo usa Pedro en el día de Pentecostés para probar que «Dios le ha hecho Señor y Cristo» (Hch. 2:36). Esta es la respuesta de Dios al trato que los hombres le dieran a su Hijo.

Las palabras «siéntate... hasta» (Salm. 110:1) nos indican el período entre la ascensión de Cristo y su segunda venida, Cuando venga la hora, Jehová actuará a favor de su Hijo, y pondrá a sus enemigos por estrado de sus pies (Jos. 10:24). El Señor volverá al monte de Sion. Como ya hemos visto en el Salmo 2, en el milenio el monte de Sion será el más alto de la tierra (Is. 2:2) y desde esta capital política y religiosa reinará el Mesías. Dios el Padre es el único que determinará los tiempos y las categorías en este reino. (Mr. 13:32; Hch. 1:7; Mt. 20:23). Y El decreta que el Hijo tendrá autoridad suprema. «Vara de tu poder» es el cetro del Rey y Jehová la enviará para dominar a sus enemigos (v. 2). En el versículo 3 aparece el pueblo que se ofrecerá voluntariamente en el día de su poder. Ninguno será reclutado.

También serán gente santa. La última cláusula del versículo 3 se interpreta de dos formas y esto depende de la traducción: «Tienes tú el roció de tu juventud». El Dr. W. L. Pettingill sugiere que esto se refiere a la eterna juventud de nuestro Señor.

Su fuerza nunca desfallece y es como si apenas ahora hubiera salido del seno de la aurora de su poder eterno. Sin embargo, otras versiones como la de Nácar-Colunga dicen: «Sobre los montes sagrados serán para ti como rocío del seno de la aurora». Aplican esto al pueblo, es decir, la gente santa y dispuesta a acatar su voluntad será para Cristo lo que el vigor es para la juventud. Nosotros nos inclinamos por la segunda interpretación. Israel fue muy renuente en los días de la debilidad de Cristo, pero se ofrecerá voluntariamente en el día de su poder.

El versículo cuatro es muy importante, ya que es la base sobre la cual el Espíritu Santo sostiene, en Hebreos, el sacerdocio eterno de Cristo. En la nación de Israel la realeza y el sacerdocio eran cosas muy diferentes. El presuntuoso rey Uzías quiso unir estos dos oficios y obtuvo un resultado desastroso (2 Cron. 26:16-21). Pero Jesús es tanto rey como sacerdote. En su persona se combinan ambos oficios. Pero su sacerdocio no es según el orden de Aarón sino según el de Melquisedec. ¿Quién fue Melquisedec?      

Lo único que sabernos de él, del Antiguo Testamento, es lo que contienen tres versículos (Gn. 14:18-20). Surge de repente de lo desconocido y vuelve a desaparecer. No se sabe de dónde fue. No se conoce su nacimiento ni su muerte. Es tipo de un sacerdocio eterno. Melquisedec, que es rey y sacerdote, bendice y anima a Abraham que le da los diezmos.

En esto último se basa el Espíritu Santo para probar en Hebreos la superioridad del sacerdocio de Melquisedec: sobre el de Aarón (lea cuidadosamente Hebreos 7). Cristo es sacerdote, no según el defectuoso orden de Aarón sino según el orden eterno de Melquisedec. «Se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado, y consejo de paz habrá entre ambos» (Zc. 6:13).

Vemos cómo en Cristo se juntan el poder y la gracia. ¡Qué gobernante tan prefecto! Son muy importantes las dos menciones de la diestra en este Salmo. Hoy día Jesús está a la Diestra de Dios (v.1) y en la segunda venida Dios estará a su mano derecha (v.5). La ira de Dios saldrá a quebrantar a todo aquel que se oponga al propósito divino.

El período en que estará sentado terminará para que quebrante a los reyes (v.5). Lo que ahora parece ser inactividad se tornará en gran actividad. Habiendo sido rechazada la gracia vendrá sobre la tierra el juicio. Y los tronos quebrantados de los reyes rebeldes serán puestos por estrado de sus pies.

Los reinos y las naciones del Anticristo verán su fin con premura, se llenará de cadáveres el campo de batalla. La profecía de Jesús en el palacio del sumo sacerdote se cumplirá aquí (Mt.26:64). Establecerá su trono milenial, y lo ocupará como el verdadero Melquisedec – Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de Paz (Heb.7:2).

«Del arroyo beberá en el camino, por lo cual levantará la cabeza» (v. 7). Esto nos hace recordar una experiencia del ejército de Gedeón. Los 300 que lamieron el agua como perros o que se arrodillaron para beber fueron escogidos por Dios. Para era más importante la batalla que su comodidad y fueron honrados al obtener la victoria (Jue. 7:5-7). Nuestro bendito Señor se refrescó con la Palabra y llegó, por el camino del Calvario, al trono.

El secreto de su inmutabilidad estaba en el arroyo de las Escrituras, que siempre permite mantener levantada la cabeza. Otra opinión presenta al vencedor que, refrescado por el agua del arroyo, sigue su lucha y persecución hasta terminar con sus enemigos. Así, la fuerza del Mesías no desfallecerá hasta destruir al último de sus enemigos.

3.       APLICACIÓN PERSONAL:

De acuerdo con el Nuevo Testamento el cristiano es un buen soldado de Jesucristo que sostiene una lucha espiritual. Para encontrar la victoria no sólo debe llevar toda la armadura de Dios, también tiene que refrescarse en el arroyo divino. Este arroyo nos habla de las Escrituras que son inspiradas por el Espíritu Santo. Los escritos humanos son como un sucio pantano en comparación con la fuente de poder que tenemos en la Biblia.

Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él (Jn.7:37-39).

La fuente inagotable es Cristo victorioso y glorificado, y los ríos de agua viva son el Espíritu Santo de Dios. Nosotros debemos apropiándonos  de la fuente, para que de nuestro interior fluya el ministerio del Espíritu Santo. Este solo hecho hará que levantemos la cabeza victoriosa, y no la bajemos derrotados.

 

Lección 12

CRISTO, CABEZA DEL ANGULO:

Salmo 118

Los judíos llaman a los Salmos 113-118 «El Gran Hallel», que, de acuerdo a Edersheim, se cantaban en la celebración anual de la Pascua.

Es probable que este haya sido el «himno» que cantaron el Señor y sus discípulos la noche en que se instituyó la cena del Señor en el aposento alto (Mt. 26:30). Si es así, el versículo 22 ha de haber sido de gran consuelo para nuestro Señor.

1.       ASOCIACION HISTORICA:

Al leer 1 Crónicas 16 se verá que el coro de David usó la última parte del Salmo (compare vs. 1 y 25 con 1 Cron. 16:34) al celebrar el traslado del arca del pacto al monte de Sion. Es también seguro que se usó este Salmo en la adoración en el templo después del cautiverio. «Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes... con trompetas, y a los levitas... con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David... Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo... porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová» (Esd. 3:10, 11). En estas ocasiones estas palabras se, usaban en forma de himno o de antifonía.

2.       ANTICIPACIÓN PROFETICA:

Los versículos 22 y 23 se citan varias veces en el Nuevo Testamento, y se aplican a Cristo, así que este es un Salmo mesiánico. (Vea Mt.21:42-44; Hech.4:11; 1 P.2:4-8). Pero nos damos cuenta de que el Salmo también se oye la voz del futuro remanente de Israel en su testimonio al Mesías con quien estarán reconciliados. Esto se comprueba comparando Mateo 23:39 con el versículo 26.

El llamado para adorar se dirige a tres grupos diferentes en los primeros 4 versículos y es probable que se haya usado en forma antifonal, siendo la respuesta:

«Que para siempre es su misericordia». La misericordia divina no es ni esporádica ni caprichosa sino que es para siempre. Es parte esencial de la naturaleza de Jehová. Porque es tanto bueno como misericordioso para con sus criaturas, es digno de la alabanza humana. Los detalles de esta manifestación se relatan en el resto del Salmo.

Los versículos 5-9 contienen un testimonio personal y parecen ser la voz del remanente de Israel en aquel día futuro en que será oído su clamor por el Señor. Al atender a su súplica Cristo los pondrá es un lugar espacioso lleno de riqueza y bendición. La confianza qué la nación apóstata ha puesto en el hombre y en príncipes se manifestará como confianza vana. Al mismo tiempo esta minoría de vencedores entonará triunfalmente el testimonio de los versículos 6 y 7.

«Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella y se perderán; más la tercera quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre y yo le oiré y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios» (Zc. 13:8, 9).

La voz que se oye en los versículos 10-18 es la de esta tercera parte al recordar su experiencia en el horno de fuego (comp. Dn. 3). Aborrecidos por todas las naciones a causa de Cristo celebran ahora su victoria: «Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré» (v. 12). Para burlarse del enemigo, en el versículo 13, los vencedores dicen: «Me empujaste con violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová».

Y esta idea es prominente en todo el Salmo. Ahora que ya han sido salvados, este remanente reconoce que la tormenta ha sido en realidad un castigo de Jehová. El los castigó para su bien y ellos se doblegaron ante El (v. 18).

Aunque amenazados con el odio anti-cristiano de sus enemigos, Dios no los entregó a la muerte. Así que piden que se abran las puertas de la justicia. Han sido hechos una nación santa, han nacido de nuevo por gracia y tienen así el derecho de entrar al reino de Dios. Los profetas se refieren a esto continuamente y hay abundantes Escrituras que nos aseguran que a Israel le espera una gran bendición a raíz de un arrepentimiento nacional (lea Jeremías 33:7-18).

¿Cómo pueden recibir esta bendición? Encontramos la respuesta en el versículo 22. El Mesías era para los edificadores judíos una piedra que, política y religiosamente, no encajaba bien y por eso lo desecharan. La demostración suprema de este rechazo fue la cruz. Pero Cristo, al resucitar, «ha venido a ser cabeza del ángulo». En Isaías 28:16 se habla tanto de la piedra del ángulo como de la del fundamento. Esto ocurre también en Efesios 2:20. Ya que Cristo es tanto la piedra del ángulo como la piedra del fundamento. Todo depende de Él.

La tradición judía cuenta que cuando se edificaba el templo de Salomón, se encontraron con una piedra tajada en una forma peculiar y la desecharon para encontrar después que era la piedra del ángulo. Dios levantó a su Hijo de entre los muertos y lo hizo el fundamento de toda bendición ya sea para el futuro remanente de Israel, como para la iglesia actual formada por judíos y gentiles.

Como ya vimos, el versículo 22 es obviamente mesiánico. Este y los dos versículos siguientes forman la clave del Salmo. «Este Jesús es la piedra...» les dijo Pedro a los líderes judíos poco después de la resurrección de Cristo en el día de Pentecostés «... reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo del ciclo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hch. 4:11, 12).

El remanente reconoce esto con gozo, repudiando así la actitud de su nación en el Calvario. Exclaman: «De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él» (vs. 23, 24). Qué significativo es el versículo 24. ¿A qué día se refiere? Evidentemente, al día de la resurrección, primer día de la semana y no al sábado judío. Aquí, pues, vislumbramos enseñanza neotestamentaria.

Las palabras «Sálvanos ahora» (HOSANA) y «Bendito el que viene en el nombre de Jehová» (vs. 25, 26) son las que usó la multitud presente en la entrada triunfal a Jerusalén, la semana antes de la cruz. (Mt. 21:9). Pero esta entusiasta aclamación dio lugar a las palabras de odio:

Ø ¡Crucifícale!

Y fue por este repudio del Mesías que la casa de Israel fue dejada desierta. Y Jesús dice: “Ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mt.23:37-39).

Y así, en cumplimiento exacto a la profecía, esta nación ha sido descartada por Dios por un largo período durante el cual otro propósito divino se está llevando a cabo y consiste en el llamamiento y la formación de la iglesia, el cuerpo de Cristo (Rom.11:25-29; Ef.3:1-6).

Pero Israel si tiene futuro. Cuando sea restaurado totalmente ocupará otra vez el lugar central. Para esta restauración solo necesario su arrepentimiento, cuando la gente reconozca que Cristo es la piedra verdadera y cambie el veredicto del Calvario exclamando Bendito el que viene en el nombre de Jehová. Luego habrá bendiciones y prosperidad en su casa que será nuevamente la casa de Jehová (v.26).

Los últimos tres versículos son la alabanza del pueblo restaurado. Sus sacrificios y adoración, ahora reanudados, son olor suave para Jehová, el José verdadero recibe a sus hermanos en reconciliación, y aún la casa de Faraón se une a la celebración.

3.       APLICACIÓN PERSONAL:

El repaso de la historia de Israel es en realidad un repaso de nuestra historia personal. Nosotros también desechamos la piedra, también hemos sufrido el castigo divino; y también reconocemos a Cristo como piedra del ángulo y el fundamento de nuestras vidas.

Debemos gozarnos, pues, en lo que el Señor hace por nosotros, reconocido que sólo si le recibimos cada mañana diciendo: “Bendito el que viene podemos bendecir a otros. Al entregarnos al Señor Jesús le damos cuenta de cómo nos libramos del tiránico yo y descansamos en ÉL, alabándole.

 

Al terminar nuestro estudio de los Salmos Mesiánicos exclamemos nuevamente:

v  Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”.

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Bibliografía:

-  C. E. Tatham. Los Salmos Mesiánicos. Doce lecciones. Emmaús.

- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 12//08//2019. IGLESIA  EVANGELICA BAUTISTA EL SHADDAI”. Puyango-Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa.  Cel. 942-562691-Tumbes.

charlyibsh@hotmail.com

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Parte IX Lección 10 CRISTO, EL DIOS – HOMBRE:

 Parte IX

Lección 10

CRISTO, EL DIOS – HOMBRE:

 Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Salmo 102

1.       ASOCIACION HISTORICA:

Es probable que los versículos 13 y 14 de este Salmo indiquen que fue escrito cuando Sion estaba en ruinas pero el tiempo de la restauración estaba ya cercano. Esto no es terminante ya que el aspecto profético del Salmo es más fuerte que el histórico. Al considerar bien el lenguaje que se usa pensamos más en el «Varón de Dolores» que en el afligido rey David.

2.      ANTICIPACION PROFETICA:

La cita de los versículos 25 y 26 en Hebreos 1:10-12 demuestra claramente que este Salmo es mesiánico. Sin embargo, esto no exige que todo el lenguaje del Salmo sea del Mesías. En algunas partes se oye la voz del remanente en el día futuro.

Tomemos nota del título del Salmo que nos prepara para el contenido del mismo al introducirnos a la atmósfera de dolor que reinaba en Getsemaní. Vemos aquí un diálogo sagrado entre Dios Padre y Jesucristo.

Es imposible leer el Salmo sin damos cuenta del marcado contraste que existe entre los ruegos de un hombre desesperado y solo y el Dios que al levantarse para edificar a Sion oirá los gemidos dé los presos (vs. 12-22). Al leer el último párrafo del Salmo (vs. 23-28) a la luz de Hebreos 1, se ve claramente que aquel hombre desesperado que clama a Dios es nada menos que el poderoso Creador que no sólo permanecerá eternamente sino que será el arquitecto y ejecutor del nuevo orden de las cosas.

Los primeros siete versículos nos presentan al Salvador en su completa desolación y soledad. Está angustiado y clama a Jehová pidiendo salvación. Su pobreza y su cuerpo extenuado se muestran en los versículos 3-5. Sus huesos son quemados cual tizón y su corazón está herido y seco como la hierba. No time hambre física (v. 4) y su fuerza flaquea (v. 5).

Vernos a veces en cuadros de artistas la concepción que tienen de la angustia que sufrió Cristo al orar en el huerto, pero ninguno es capaz de descubrir el sufrimiento que señalan estos versículos. Aquí no se nos habla de un hombre de constitución física robusta, sino que el santo cuerpo del Señor estaba demacrado y deshecho a causa de la terrible agonía por la cual pasó. Había sido víctima del hambre, privaciones y penalidades dejando éstas su huella al pasar. A causa de la agonía que sufría su alma exclamó: «Mis huesos se han pegado a mi carne».

El pelicano, el búho y el pájaro solitario (vs. 6, 7) son figuras que enfatizan la soledad y el desamparo de Cristo. El pelícano es un animal lúgubre, el búho de Palestina frecuentaba los lugares abandonados y en ruinas, y el pájaro se halla solitario sobre el tejado. El Hijo de Dios sólo encontró «soledad» en el mundo, y se halló solo en el «tejado» de Israel.

En la siguiente sección (vs. 8-11) encontramos las razones su soledad que proveen las bases para la oración. Vemos que se habla de des iras: la ira del hombre (v. 8) y la ira de Dios (v. 10). Especialmente en la parte final de su vida, sus enemigo cada día le afrentaban (v. 8), Tomó muy a pecho las intrigas de los escribas y £ariscos, y aunque en los evangelios se registran sólo tres ocasiones en que lloró, podemos estar seguros que el versículo 9 se cumplió muchas veces cuando mezcló lágrimas con su bebida. Al hablar de la ira de Dios en el versículo 10 anticipa la cruz (no hubo expiación en Getsemaní) y con seguridad ésta es la copa que rehuía. La parte final del versículo 10 nos hace ver que Jesús fue alzado, sólo para ser arrojado con mayor fuerza.

En la siguiente sección (vs. 12-22), el que sufre levanta la vista a Jehová y renueva sus fuerzas al pensar que Él permanece para siempre y que sus propósitos futuros son inalterables Se revelan ante su alma las glorías venideras y aquel día cuando el Señor se levantará y tendrá misericordia de Sion, las naciones temerán su nombre y todos los reyes de la tierra su gloria (v.15). La resurrección de Cristo es una amplia garantía de que Dios oye las oraciones del desvalido y los ruegos del prisionero.

La resurrección no sólo puso el sello eterno de Dios en la obra expiatoria de Cristo sino que también es una garantía de las glorias venideras, tanto en el cielo como en la tierra, y nos da la seguridad de que todas las profecías del Antiguo Testamento son ciertas y se cumplirán. Esta parte termina (vs. 21, 22) con un anticipo del día en que todos los pueblos y los reinos se congregarán en uno para servir a Jehová y publicar su nombre y su alabanza en Jerusalén.

Los versículos 23-28 se aplican a la maravillosa persona de nuestro Señor Jesucristo, y requieren nuestro más reverente estudio. Estamos otra vez en Getsemaní y oímos un diálogo entre el Padre y su Hijo. Los versículos 23 y 24 son la voz del Hijo; y del 25-28 son la del Padre. Si no fuera por Hebreos 1:10 no sabríamos que dos personas hablan en el versículo 25. Pensaríamos que todo cm la voz del Salvador al hablar con su Dios, y una continuación de la oración del versículo 24.

«El debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días» (comp. Is. 49: 4). Dije: «Dios mío no me acortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años». Aquí nuestro Señor ruega ante su Padre mientras que sus tres discípulos escogidos, no muy lejos de allí, duermen como piedras. No es que haya temido que Satanás lo venciera, como algunos piensan, sino que aquí está hablando como hombre. Ha soportado juicios y grandes tormentos físicos. Su humanidad pide vida. Es natural que rehúye la terminación de ella a la mitad de sus días.

Luego, también, su muerte incluía la terrible ira de Dios y su espíritu, alma y cuerpo esperaban esto con angustia. Declara: «Por generación de generaciones son tus años». Para apreciar bien esto leamos otra vez el relato de Getsemaní en los evangelios. Como ya dijimos, la voz del Padre se deja escuchar en los versículos 25-28. F. C. Jennings sugiere que cuando apareció el ángel del cielo al Señor para fortalecerle (Lc. 22:43) te recordó estas palabras.

Qué hermoso pensar que Dios el Padre le dirige a este hombre, desesperado y solo, que estaba postrado sobre su rostro, las palabras de estos versículos. El que se encuentra postrado en debilidad es nada menos que el poderoso Creador de la tierra.

Los cielos son obras de sus manos y, aunque éstos pasarán, El permanece para siempre. Todos ellos se envejecerán y serán mudados, pero El será el mismo eternamente. El Señor Jesucristo, aquel hombre desamparado, es nada menos que el Eterno Hijo de Dios cuyo nombre es y siempre será Todopoderoso, Inmutable y un refugio eterno para su pueblo. ¡Maravilloso Salvador!

3.      APLICACION PERSONAL:

En este mundo inestable, de tristeza y amargura, es un gozo saber que un Dios inmutable controla todo. Aunque cielo y tierra pasarán Cristo es eterno. «Tú eres el mismo» (v. 27). El Sr. J. N. Darby indica que aquí «Mismo» es un nombre de Dios.

Aquel que en el principio fundó la tierra y que hizo los cielos con sus manos, hará cambios en ellos para adaptarlos a la eternidad. Si nuestro Señor es capaz de hacer esto que es tan grande, podemos estar seguros que puede cuidar de nuestro bienestar que, en comparación, es tan insignificante.

Debemos depositar en Él toda nuestra confianza. Podemos dejar en sus manos nuestro presente y nuestro futuro:

Ø Nos promete para el presente gracia, y

Ø Para el futuro, gloria.


Véase Parte X:



 

 

 

Parte VIII Lección 9 EL SEGUNDO HOMBRE QUE ES EL SEÑOR (1 Cor. 15:47)

 Parte VIII

Lección 9

EL SEGUNDO HOMBRE QUE ES EL SEÑOR (1 Cor. 15:47)

 Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Salmo 91

1.      ASOCIACION HISTORICA:

Este tierno poema probablemente fue escrito por Moisés (así como el 90 - vea su título) durante el viaje de Israel por el desierto, y refleja la confianza y el triunfo de aquella minoría de los que eran verdaderamente hijos de Dios entre aquella vasta mayoría que se formaba de creyentes nominales.

La seguridad en los versículos 7, 8 puede referirse al Juicio que sobrevino a Egipto la noche de la pascua (Ex. 12) y en el mar rojo (Ex. 14). Y el versículo 10 puede referirse a su salvación del juicio que descendió sobre Coré el rebelde (Nm. 16).

Es también profético con respecto al remanente de judíos creyentes que sufrirá persecución en la Gran Tribulación. Pero principalmente identificamos aquí el lenguaje de Cristo al desenvolverse en su humanidad por el mundo. Satanás también reconoció esto al citar, o mal citar, los versículos 11 y 12 a Jesús en Mateo 4:6.

2.      ANTICIPACION PROFETICA:

Hablan tres personas en este Salmo:

§  El Hijo (vs. 1, 21),

§  El Espíritu Santo (vs. 3-13), y

§  El Padre (vs. 14-16).

Los primeros dos versículos afirman una verdad: La plena seguridad y bendición que hay en la vida que está en perfecta comunión con Dios. En Adán, la humanidad perdió esa comunión. El barco deliberadamente dejó la seguridad del puerto, desobedeciendo órdenes, y ha estado vagando sin mapa ni brújula desde entonces. Pero en el versículo 2 tenemos la voz del segundo hombre, el postrer Adán, tomando el lugar de su sujeción sin reservas, y dice de jehová: «Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios en quien confiaré».

Estas palabras se aplican a la actitud de completa sumisión que asumió nuestro Señor. Desde la eternidad había sido siempre un ser independiente: todos los demás habían dependido de Él. Pero en Belén tomó un lugar de debilidad y durante toda su vida terrenal encontró fuerza en su Dios (compare Salmo 16).

Así que, los versículos 1 y 2 son primordialmente el lenguaje de Cristo. Pero podemos hacerlo nuestro: «De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre» (Heb. 13:6).

En los versículos 3-13 oímos la voz del Espíritu Santo y estas palabras se aplican a la libertad que resulta de la subordinación. Aquí, como siempre, el que confía es librado. El alumno debe notar la repetición de la palabra librar (vs. 3, 14, 15). Un buen ejemplo de cómo Cristo escapó del lazo del cazador (v.3) se encuentra en Mateo 22:15-22. Nótese: también cómo la verdad de Dios fue siempre su escudo y adarga.

Un ejemplo de su confianza al enfrentarse al terror nocturno(v.5) está en Juan 18:3-9. El miedo, o más bien pánico, se había apoderado de todos con excepción del Señor esa noche en el huerto de Getsemaní. Su alma estaba en completa paz a pesar de la tormenta que se avecinaba.

La pestilencia que ande en oscuridad se ha de referir al odio que le tuvieron los principales sacerdotes y los fariseos que hicieron un complot secreto para matarle. Y tal vez un ejemplo de la mortandad que en medio del día destruye se encuentra en la incidente de Lucas 13:31-33.

Ud., mismo compare Lucas 19:41-44 con los versículos 7 y 8 de este Salmo. El Señor vislumbró claramente la suerte de aquella generación incrédula, aunque la incredulidad había cegado los ojos de ellos. No muchos años después de la crucifixión esta profecía se cumplió literalmente y cayeron diez mil a su diestra.

En los versículos 9-13 vemos los frutos de la dependencia total que mostro este Hombre:

Observemos su: Confianza (v.9).

Convoy (vs. 10-12).

Conquista (v.13).

La palabra morada (v. 10), se refiere al cuerpo humano en el cual el Verbo habitó (hizo su tabernáculo) entre nosotros (Jn. 1:14). Durante su estancia en la tierra Cristo fue guardado por un séquito de ángeles. Las piedras que se encontró en el camino no fueron quitadas, pero por su confianza en Jehová, los ángeles le fortalecieron para pasar sobre ellas. Esta es la parte que citó Satanás en la tentación (Mt. 4:5-7). Reconoció que este pasaje era mesiánico y quería probar al Señor.

Pero Jesús lo calló con las palabras: «No tentarás al Señor tu Dios». Hay mucha diferencia entre fe v presunción. Es bien conocido que al omitir las cuatro palabras «en todos tus caminos».

Satanás mal interpretó la promesa:

Aunque no cree en ellas, es claro que el diablo conoce bien las Escrituras.

Pero peor que malinterpretar las Escrituras es aplicarlas mal. Aplicar esta promesa a alguien que deliberadamente quiere probar a Dios para ver si es fidedigno, es perverso. No ponemos a prueba a los que amarnos y en quienes confiamos. Hoy mismo Satanás aplica mal las promesas de Dios al ofrecer a los pecadores sin Cristo lo que es exclusivamente para los santos.

El versículo 13 está muy ligado a la tentación de nuestro Señor por el diablo. En esa ocasión pisó sobre él, león y áspid. Esa victoria, sin embargo, es insignificante en comparación con el triunfo completo sobre el Dragón que alcanzó en la cruz y con la resurrección. Allí fue juzgado el «príncipe de este mundo» (Satanás) y el archienemigo fue pisoteado.

La voz del Padre es la que se escucha en los últimos tres versículos y El corresponde a la devoción y al amor del Hijo con una promesa de ocho partes:

(1) Lo libraré.

(2) Le pondré en alto.

(3) Le responderé.

(4) Con él estaré yo en la angustia.

(5) Lo libraré.

(6) Le glorificaré.

(7) Lo saciaré.

(8) Le mostraré mi salvación.

Estas promesas nos hablan claramente de la resurrección de Cristo y de su ascensión. Dios lo exaltó hasta lo sumo. La justicia exigía esto. Este hombre humilde y subordinado ha recibido los honores más altos. El maná verdadero, aquella humilde comida del desierto, ha sido puesta en una urna de oro y preservada eternamente en el santuario celestial (Ex. 16; Heb. 9: 4).

3.      APLICACION PERSONAL:

Los que son de Dios tienen dos hogares: uno alberga la vida interior y otro la exterior, Observe, «habitación» (v. 9b) y «morada» (v. 10). El primero es permanente y el segundo temporal. No puede sobrevenir el mal a los que confían en Jehová.

Los ángeles de Dios protegen a los santos en sus actividades físicas (vs. 11, 12). Esta verdad se verifica en Hebreos 1:14. Y aunque no sea siempre la voluntad divina remover las piedras, los ángeles nos ayudan a pasar sobre ellas. Sus manos ayudan a nuestros pies.

Notemos: que en los versículos 14-16 hay tres condiciones para que Dios nos libre:

Ø Debemos amarle,

Ø Conocer su nombre, y

Ø Luego invocarle en la intimidad de la fe.

¿Conozco yo el deleite y la seguridad del lugar secreto?

 

EL MESÍAS TOMA SU REINO: 

Salmo 97

1.      ASOCIACION HISTORICA:

De acuerdo con la fuerte tradición, apoyada por los títulos de los Salmos 96 y 97 en la versión griega de los setenta (LXX, Septuaginta) estos Salmos sé usaron en la dedicación del segundo templo. Probablemente son adaptaciones inspiradas de Salmos anteriores, como el 95, que se le atribuye a David en Hebreos 4:7.

 

NOTA: El Salmo 97 es totalmente profético y es difícil precisar su fondo histórico.

2.       ANTICIPACION PROFETICA:

La segunda parte del versículo 7 se cita en Hebreos 1:6 y aplica al Mesías. Es evidente que habla de la segunda venida de nuestro Señor. El siguiente bosquejo tal vez sea de ayuda:

v El Poder del Rey (vs. 1-5).

v La Preeminencia del Rey (vs. 6-9).

v El Pueblo del Rey (vs. 10-12).

En todas las Escrituras proféticas la tierra está bajo tina monarquía suprema. El brazo legislativo de esta monarquía se caracterizará por una justicia absoluta, y el brazo ejecutivo por un poder absoluto. «Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno y su nombre uno» (Zc. 14:9).

Nuestro Salmo contempla este día futuro. Su contexto, el Salmo 96:13, le sirve de marco. Los primeros cinco versículos hablan del poderío que exhibiría el Hijo al volver para tomar su reino y subyugar a sus enemigos.

Ahora estamos «en el reino y en la, paciencia de Jesucristo» (Ap. 1:9) pero a su regreso establecerá «su reino y gloria» (1 Ts. 2:12). Estos versículos se cumplirán entonces totalmente. El Señor reinará personalmente sobre la tierra habiendo desterrado a todo rival. El pecado será quitado, la tierra se regocijará y se alegrarán las muchas islas.

¿Cómo podemos entender «nubes y oscuridad alrededor de él»  y a la vez «fuego» y «relámpagos» en su presencia? (vs. 2-4). La verdad es que Dios habita en una, luz inaccesible al hombre (1 Tim. 6:16) y el pecado humano no permite que ojos mortales vean su verdadero, carácter.

Parece que hoy en día Dios está envuelto en sombras. La verdad es que, aunque parezca lo contrario, la justicia y el juicio son el cimiento de su trono. En la segunda venida de Cristo esto será evidente. Las nubes de las misteriosas providencias de hoy se tornarán en el fuego de su ira para con sus enemigos.

Los versículos 3, 4, 5 nos dan unos detalles de la segunda venida apocalíptica de Cristo. En su primera venida se observó debilidad y gracia: en su segunda venida se observará poder y gloria. El conjunto de naciones, que profesan ser cristianos, estará en rebeldía, como vimos en el Salmo 2. Ellas son los enemigos del versículo 3 que «el Señor matará con el Espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida» (2 Ts. 2:8).

Los relámpagos en el versículo 4 nos recuerdan la profecía de Mateo 24:27, que El mismo hizo. «Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre».

«Los montes se derritieron como cera delante de Jehová» (v. 5). Se considera que estas palabras son una figura poética, pero no estamos seguros de que esto sea lo correcto, ya que es posible que esto se cumpla literalmente cuando retorne Jesús a la tierra puesto que la Biblia anuncia grandes cambios en la configuración física de Palestina en el día del triunfo del Mesías. Por ejemplo, va a sufrir grandes cambios el monte de las Olivas, y el monte de Sion se va a convertir en el más grande de la tierra. (Zc. 14:4-11; Is. 2:2-4; Ez. 47).

Solamente los que verdaderamente han nacido de nuevo entrarán en aquel reino, y «verá toda carne la salvación de Dios» (Lc. 3:6). Esta gloria la verá todo el mundo y la iglesia será el medio por el cual se efectuará esto. Parece ser, según Apocalipsis 21, que la esposa del Cordero, en la forma de un satélite de la tierra, irradiará la gloria divina de Cristo. ¡Qué hermoso espectáculo para las naciones-de los que son salvos que andarán en su luz!

La idolatría se derrumba ante aquel a quien el cielo revela en justicia. Un Dios conocido hace que todos los idólatras se avergüencen. Los poderes a quienes han asignado deidad, se postran ante el verdadero Dios. Si Cristo no es Dios todo creyente es un idólatra. Aun los ángeles que son superiores a los humanos rechazan la idolatría. También los apóstoles la rechazaron.

¿Por qué? Pues sencillamente porque son criaturas. Pero hay uno que no es criatura, sino Creador, y es «excelso sobre toda la tierra» y «exaltado sobre todos los dioses» (v. 9), así que: «Adórenle todos los ángeles de Dios» (v.7; Heb. 1:6). Así se cita este versículo de la versión de los setenta que es la versión griega del Antiguo Testamento.

Hemos hablado del poder y la preeminencia del Rey y ahora en la última sección (vs. 10-12) vamos a hablar de su pueblo.

Al hablar de «Sion» y de «Las hijas de Judá» (v. 8) es obvio que se refiere a los judíos que habiendo experimentado la liberación de un cruel tirano, el anticristo del Diablo, tendrán sobradas razones para aborrecer el mal y amar al Señor. «Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han layado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día v noche en su templo» (Ap. 7:14, 15). Creemos que eso se refiere a una escena terrenal y no celestial, Esto lo respalda Isaías 49:8-12.

La luz y la alegría han sido sembradas para los justos y ahora se aproxima la siega. Cristo, el sol de la justicia, se ha levantado con alas de salvación. Estos son los humildes que heredarán la tierra. Gozo y alegría son su porción, y ellos aprenden a dar gracias no sólo por su amor y su gracia, pero hasta por su santidad.

3.       APLICACION PERSONAL:

En cierto sentido el Señor reina ahora. El creyente está bajo su autoridad divina ya que ha sido trasladado al reino del amado Hijo de Dios (Col. 1:13). Puede gozarse porque el Señor está a la diestra de Dios, aunque no pueda penetrar a través de las nubes y la oscuridad que velan los misterios de sus actividades divinas.

Para él se siembran luz y alegría que, como la tenue luz del alba, llegará a ser la luz radiante del medio día. En vista de esto debe regocijarse y adorar desde hoy.

Véase Parte IX: