Parte X
Lección 11
CRISTO: REY Y SACERDOTE:
Salmo 110
1. ASOCIACION HISTORICA:
El Señor mismo nos indica quién es el autor y nos confirma la inspiración de este Salmo. Dice que David lo escribió dirigido por el Espíritu Santo (Mr. 12:36) y se cita tan frecuentemente en el Nuevo Testamento que podemos afirmar que es una de las porciones más notables del Salterio. En cuanto a su fondo histórico parece no tener ninguno ya que no es típico, únicamente profético.
2. ANTICIPACIÓN
PROFETICA:
Aquí se
presenta preeminentemente al Señor Jesús glorificado, tanto con relación al
presente como al futuro. Se le presenta como Rey y Sacerdote. El primer
versículo aparece siete veces en el Nuevo Testamento y confirma que el Mesías
es Rey y Dios. El Señor desconcertó a los fariseos en cierta ocasión al usar
este versículo y preguntarles: “Si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?”.
La respuesta, claro está, se encuentra al reconocer que Cristo tanto es hijo de David como su Señor. Es Señor en cuanto a su deidad e hijo en cuanto a su humanidad. (Compare “raíz”, deidad; y “linaje”, humanidad en Ap.22:16). Los Fariseos admitían que el Mesías era el Hijo de David, pero no que era el Señor de David (Mt.22:41-46).
A
diferencia de David que no tuvo trono durante su rechazo, nuestro Señor tiene
un trono en este tiempo cuando sus derechos sobre la tierra le son negados.
Está a la diestra del Padre. Aún no está sobre Su Trono y no estará en él hasta
que regrese a la tierra con poder. Hemos visto en otros pasajes que lo
compartirá con los que vencieron. Ya hemos visto la diferencia que existe entre
Cristo sobre el trono de su Padre hoy y Cristo sobre su propio Trono cuando
venga a establecer su reino aquí en la tierra:
v El primer sólo lo puede ocupar uno que es
Dios y no puede ser compartido con ninguna criatura;
v Pero el segundo lo ocupará como Hombre y
lo compartirá con aquellos que le son fieles y obedientes durante los días
cuando es repudiado.
Esta diferencia la vemos en su palabra: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap.3:21).
Así que
el versículo 1 habla del presente lugar de gloria y aprobación que ocupa Jesús.
Vea cómo lo usa Pedro en el día de Pentecostés para probar que «Dios le ha hecho Señor y Cristo» (Hch. 2:36).
Esta es la respuesta de Dios al trato que los hombres le dieran a su Hijo.
Las
palabras «siéntate... hasta» (Salm. 110:1) nos
indican el período entre la ascensión de Cristo y su segunda venida, Cuando
venga la hora, Jehová actuará a favor de su Hijo, y pondrá a sus enemigos por
estrado de sus pies (Jos. 10:24). El Señor volverá al monte de Sion. Como ya
hemos visto en el Salmo 2, en el milenio el monte de Sion será el más alto de
la tierra (Is. 2:2) y desde esta capital política y religiosa reinará el Mesías.
Dios el Padre es el único que determinará los tiempos y las categorías en este
reino. (Mr. 13:32; Hch. 1:7; Mt. 20:23). Y El decreta que el Hijo tendrá
autoridad suprema. «Vara de tu poder» es el cetro del Rey y Jehová la enviará para dominar a
sus enemigos (v. 2). En el versículo 3 aparece el pueblo que se ofrecerá
voluntariamente en el día de su poder. Ninguno será reclutado.
También
serán gente santa. La última cláusula del versículo 3 se interpreta de dos
formas y esto depende de la traducción:
«Tienes tú el roció de tu
juventud». El Dr. W. L.
Pettingill sugiere que esto se refiere a la eterna juventud de nuestro Señor.
Su fuerza
nunca desfallece y es como si apenas ahora hubiera salido del seno de la aurora
de su poder eterno. Sin embargo, otras versiones como la de Nácar-Colunga dicen: «Sobre los montes sagrados serán para ti como
rocío del seno de la aurora». Aplican esto al pueblo,
es decir, la gente santa y dispuesta a acatar su voluntad será para Cristo lo
que el vigor es para la juventud. Nosotros nos inclinamos por la segunda
interpretación. Israel fue muy renuente en los días de la debilidad de Cristo,
pero se ofrecerá voluntariamente en el día de su poder.
El
versículo cuatro es muy importante, ya que es la base sobre la cual el Espíritu
Santo sostiene, en Hebreos, el sacerdocio eterno de Cristo. En la nación de
Israel la realeza y el sacerdocio eran cosas muy diferentes. El presuntuoso rey
Uzías quiso unir estos dos oficios y obtuvo un resultado desastroso (2 Cron.
26:16-21). Pero Jesús es tanto rey como sacerdote. En su persona se combinan
ambos oficios. Pero su sacerdocio no es según el orden de Aarón sino según el
de Melquisedec. ¿Quién fue Melquisedec?
Lo único
que sabernos de él, del Antiguo Testamento, es lo que contienen tres versículos
(Gn. 14:18-20). Surge de repente de lo desconocido y vuelve a desaparecer. No
se sabe de dónde fue. No se conoce su nacimiento ni su muerte. Es tipo de un
sacerdocio eterno. Melquisedec, que es rey y sacerdote, bendice y anima a
Abraham que le da los diezmos.
En esto
último se basa el Espíritu Santo para probar en Hebreos la superioridad del
sacerdocio de Melquisedec: sobre el de Aarón (lea cuidadosamente Hebreos 7).
Cristo es sacerdote, no según el defectuoso orden de Aarón sino según el orden
eterno de Melquisedec. «Se sentará y dominará en su trono, y habrá
sacerdote a su lado, y consejo de paz habrá entre ambos» (Zc. 6:13).
Vemos
cómo en Cristo se juntan el poder y la gracia. ¡Qué
gobernante tan prefecto! Son muy importantes
las dos menciones de la diestra en este Salmo. Hoy día Jesús está a la Diestra
de Dios (v.1) y en la segunda venida Dios estará a su mano derecha (v.5). La
ira de Dios saldrá a quebrantar a todo aquel que se oponga al propósito divino.
El período en que estará sentado terminará para que quebrante a los reyes (v.5). Lo que ahora parece ser inactividad se tornará en gran actividad. Habiendo sido rechazada la gracia vendrá sobre la tierra el juicio. Y los tronos quebrantados de los reyes rebeldes serán puestos por estrado de sus pies.
Los reinos y las naciones del Anticristo verán su fin con premura, se llenará de cadáveres el campo de batalla. La profecía de Jesús en el palacio del sumo sacerdote se cumplirá aquí (Mt.26:64). Establecerá su trono milenial, y lo ocupará como el verdadero Melquisedec – “Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de Paz” (Heb.7:2).
«Del arroyo beberá en el camino, por lo cual levantará la cabeza» (v. 7). Esto nos hace recordar una experiencia del
ejército de Gedeón. Los 300 que lamieron el agua como perros o que se
arrodillaron para beber fueron escogidos por Dios. Para era más importante la
batalla que su comodidad y fueron honrados al obtener la victoria (Jue. 7:5-7).
Nuestro bendito Señor se refrescó con la Palabra y llegó, por el camino del
Calvario, al trono.
El secreto de su inmutabilidad estaba en el arroyo de las Escrituras, que siempre permite mantener levantada la cabeza. Otra opinión presenta al vencedor que, refrescado por el agua del arroyo, sigue su lucha y persecución hasta terminar con sus enemigos. Así, la fuerza del Mesías no desfallecerá hasta destruir al último de sus enemigos.
3. APLICACIÓN
PERSONAL:
De
acuerdo con el Nuevo Testamento el cristiano es un “buen
soldado de Jesucristo” que sostiene una
lucha espiritual. Para encontrar la victoria no sólo debe llevar toda la
armadura de Dios, también tiene que refrescarse en el arroyo divino. Este
arroyo nos habla de las Escrituras que son inspiradas por el Espíritu Santo.
Los escritos humanos son como un sucio pantano en comparación con la fuente de
poder que tenemos en la Biblia.
“Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él” (Jn.7:37-39).
La fuente
inagotable es Cristo victorioso y glorificado, y los ríos de agua viva son el
Espíritu Santo de Dios. Nosotros debemos apropiándonos de la fuente, para que de nuestro interior
fluya el ministerio del Espíritu Santo. Este solo hecho hará que levantemos la
cabeza victoriosa, y no la bajemos derrotados.
Lección 12
CRISTO, CABEZA DEL ANGULO:
Salmo 118
Los judíos llaman a los Salmos 113-118 «El Gran Hallel», que, de acuerdo a Edersheim, se cantaban en la celebración anual de la Pascua.
Es probable que este haya sido el «himno» que cantaron el Señor y sus discípulos la noche en que se instituyó la cena del Señor en el aposento alto (Mt. 26:30). Si es así, el versículo 22 ha de haber sido de gran consuelo para nuestro Señor.
1. ASOCIACION
HISTORICA:
Al leer 1 Crónicas 16 se verá que el coro de David usó la última parte del Salmo (compare vs. 1 y 25 con 1 Cron. 16:34) al celebrar el traslado del arca del pacto al monte de Sion. Es también seguro que se usó este Salmo en la adoración en el templo después del cautiverio. «Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes... con trompetas, y a los levitas... con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David... Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo... porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová» (Esd. 3:10, 11). En estas ocasiones estas palabras se, usaban en forma de himno o de antifonía.
2. ANTICIPACIÓN PROFETICA:
Los versículos 22 y 23 se citan varias
veces en el Nuevo Testamento, y se aplican a Cristo, así que este es un Salmo
mesiánico. (Vea Mt.21:42-44; Hech.4:11; 1 P.2:4-8). Pero nos damos cuenta de
que el Salmo también se oye la voz del futuro remanente de Israel en su
testimonio al Mesías con quien estarán reconciliados. Esto se comprueba
comparando Mateo 23:39 con el versículo 26.
El llamado para adorar se dirige a tres
grupos diferentes en los primeros 4 versículos y es probable que se haya usado en
forma antifonal, siendo la respuesta:
«Que para siempre es su misericordia». La misericordia
divina no es ni esporádica ni caprichosa sino que es para siempre. Es parte
esencial de la naturaleza de Jehová. Porque es tanto bueno como misericordioso
para con sus criaturas, es digno de la alabanza humana. Los detalles de esta
manifestación se relatan en el resto del Salmo.
Los versículos 5-9 contienen un testimonio
personal y parecen ser la voz del remanente de Israel en aquel día futuro en que
será oído su clamor por el Señor. Al atender a su súplica Cristo los pondrá es
un lugar espacioso lleno de riqueza y bendición. La confianza qué la nación apóstata
ha puesto en el hombre y en príncipes se manifestará como confianza vana. Al
mismo tiempo esta minoría de vencedores entonará triunfalmente el testimonio de
los versículos 6 y 7.
«Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos
terceras partes serán cortadas en ella y se perderán; más la tercera quedará en
ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la
plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre y yo le oiré
y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios» (Zc. 13:8, 9).
La voz que se oye en los versículos 10-18
es la de esta tercera parte al recordar su experiencia en el horno de fuego
(comp. Dn. 3). Aborrecidos por todas las naciones a causa de Cristo celebran
ahora su victoria: «Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré» (v.
12). Para burlarse del enemigo, en el versículo 13, los vencedores dicen: «Me empujaste con
violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová».
Y esta idea es prominente en todo el
Salmo. Ahora que ya han sido salvados, este remanente reconoce que la tormenta
ha sido en realidad un castigo de Jehová. El los castigó para su bien y ellos
se doblegaron ante El (v. 18).
Aunque amenazados con el odio anti-cristiano de sus enemigos, Dios no
los entregó a la muerte. Así que piden que se abran las puertas de la justicia.
Han sido hechos una nación santa, han nacido de nuevo por gracia y tienen así
el derecho de entrar al reino de Dios. Los profetas se refieren a esto
continuamente y hay abundantes Escrituras que nos aseguran que a Israel le
espera una gran bendición a raíz de un arrepentimiento nacional (lea Jeremías
33:7-18).
¿Cómo pueden recibir esta bendición? Encontramos la
respuesta en el versículo 22. El Mesías era para los edificadores judíos una
piedra que, política y religiosamente, no encajaba bien y por eso lo
desecharan. La demostración suprema de este rechazo fue la cruz. Pero Cristo,
al resucitar, «ha
venido a ser cabeza del ángulo». En Isaías 28:16 se habla tanto de
la piedra del ángulo como de la del fundamento. Esto ocurre también en Efesios
2:20. Ya que Cristo es tanto la piedra del ángulo como la piedra del fundamento.
Todo depende de Él.
La tradición judía cuenta que cuando se edificaba
el templo de Salomón, se encontraron con una piedra tajada en una forma
peculiar y la desecharon para encontrar después que era la piedra del ángulo.
Dios levantó a su Hijo de entre los muertos y lo hizo el fundamento de toda
bendición ya sea para el futuro remanente de Israel, como para la iglesia
actual formada por judíos y gentiles.
Como ya vimos, el versículo 22 es
obviamente mesiánico. Este y los dos versículos siguientes forman la clave del
Salmo. «Este
Jesús es la piedra...» les dijo Pedro a los líderes judíos poco
después de la resurrección de Cristo en el día de Pentecostés «... reprobada por
vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en
ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo del ciclo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos» (Hch. 4:11, 12).
El remanente reconoce esto con gozo,
repudiando así la actitud de su nación en el Calvario. Exclaman: «De parte de
Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo
Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él» (vs. 23, 24). Qué significativo
es el versículo 24. ¿A qué día se refiere? Evidentemente, al día de
la resurrección, primer día de la semana y no al sábado judío. Aquí, pues,
vislumbramos enseñanza neotestamentaria.
Las palabras «Sálvanos ahora» (HOSANA) y «Bendito el que viene en el nombre de Jehová» (vs.
25, 26) son las que usó la multitud presente en la entrada triunfal a
Jerusalén, la semana antes de la cruz. (Mt. 21:9). Pero esta entusiasta aclamación dio lugar a
las palabras de odio:
Ø ¡Crucifícale!
Y fue por este repudio del Mesías que la
casa de Israel fue dejada desierta. Y Jesús dice: “Ahora no me
veréis, hasta que digáis:
Bendito el que viene en el nombre del Señor”
(Mt.23:37-39).
Y así, en cumplimiento exacto a la
profecía, esta nación ha sido descartada por Dios por un largo período durante
el cual otro propósito divino se está llevando a cabo y consiste en el
llamamiento y la formación de la iglesia, el cuerpo de Cristo (Rom.11:25-29;
Ef.3:1-6).
Pero Israel si tiene futuro. Cuando sea restaurado totalmente ocupará otra vez el lugar central. Para esta restauración solo necesario su arrepentimiento, cuando la gente reconozca que Cristo es la piedra verdadera y cambie el veredicto del Calvario exclamando “Bendito el que viene en el nombre de Jehová”. Luego habrá bendiciones y prosperidad en su casa que será nuevamente la casa de Jehová (v.26).
Los últimos tres versículos son la alabanza del pueblo restaurado. Sus sacrificios y adoración, ahora reanudados, son olor suave para Jehová, el José verdadero recibe a sus hermanos en reconciliación, y aún la casa de Faraón se une a la celebración.
3. APLICACIÓN PERSONAL:
El repaso de la historia de Israel es en realidad un repaso de nuestra historia personal. Nosotros también desechamos la piedra, también hemos sufrido el castigo divino; y también reconocemos a Cristo como piedra del ángulo y el fundamento de nuestras vidas.
Debemos gozarnos, pues, en lo que el Señor
hace por nosotros, reconocido que sólo si le recibimos cada mañana diciendo: “Bendito el que
viene” podemos bendecir a otros. Al entregarnos al Señor Jesús le
damos cuenta de cómo nos libramos del tiránico “yo” y descansamos en ÉL,
alabándole.
Al terminar nuestro estudio
de los Salmos Mesiánicos exclamemos nuevamente:
v “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”.
__________
Bibliografía:
- C. E. Tatham. Los Salmos Mesiánicos. Doce
lecciones. Emmaús.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 12//08//2019. IGLESIA EVANGELICA BAUTISTA “EL SHADDAI”. Puyango-Ciudadela
de Noé. Los Cardos Mz.E-Lt.18. III
Etapa. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
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