Parte VIII
Lección 9
EL SEGUNDO HOMBRE
QUE ES EL SEÑOR (1 Cor. 15:47)
Salmo 91
1. ASOCIACION HISTORICA:
Este tierno poema probablemente fue escrito
por Moisés (así
como el 90 - vea su título) durante el viaje de Israel por el
desierto, y refleja la confianza y el triunfo de aquella minoría de los que
eran verdaderamente hijos de Dios entre aquella vasta mayoría que se formaba de
creyentes nominales.
La seguridad en los versículos 7, 8 puede
referirse al Juicio que sobrevino a Egipto la noche de la pascua (Ex. 12) y en
el mar rojo (Ex. 14). Y el versículo 10 puede referirse a su salvación del
juicio que descendió sobre Coré el rebelde (Nm. 16).
Es también profético con respecto al remanente de judíos creyentes que sufrirá persecución en la Gran Tribulación. Pero principalmente identificamos aquí el lenguaje de Cristo al desenvolverse en su humanidad por el mundo. Satanás también reconoció esto al citar, o mal citar, los versículos 11 y 12 a Jesús en Mateo 4:6.
2. ANTICIPACION PROFETICA:
Hablan
tres personas en este Salmo:
§ El Hijo (vs. 1, 21),
§ El Espíritu Santo (vs. 3-13), y
§ El Padre (vs. 14-16).
Los primeros dos versículos afirman una verdad: La plena seguridad y bendición que hay en la vida que
está en perfecta comunión con Dios. En Adán, la humanidad perdió esa comunión.
El barco deliberadamente dejó la seguridad del puerto, desobedeciendo órdenes,
y ha estado vagando sin mapa ni brújula desde entonces. Pero en el versículo 2
tenemos la voz del segundo hombre, el postrer Adán, tomando el lugar de su sujeción
sin reservas, y dice de jehová: «Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios en quien confiaré».
Estas palabras se aplican a la actitud de
completa sumisión que asumió nuestro Señor. Desde la eternidad había sido siempre un
ser independiente: todos los demás habían dependido de Él. Pero en Belén tomó un lugar de debilidad y durante toda
su vida terrenal encontró fuerza en su Dios (compare Salmo 16).
Así que, los versículos 1 y 2 son
primordialmente el lenguaje de Cristo. Pero podemos hacerlo nuestro: «De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre» (Heb. 13:6).
En los versículos 3-13 oímos la voz del
Espíritu Santo y estas palabras se aplican a la libertad que resulta de la
subordinación. Aquí, como siempre, el que confía es librado. El alumno debe
notar la repetición de la palabra librar (vs. 3, 14, 15). Un buen ejemplo de
cómo Cristo escapó “del lazo del cazador” (v.3) se encuentra en Mateo
22:15-22. Nótese:
también cómo la verdad de Dios fue siempre su “escudo y adarga”.
Un ejemplo de su confianza al enfrentarse
al “terror
nocturno” (v.5) está en Juan 18:3-9. El miedo, o más bien pánico, se
había apoderado de todos con excepción del Señor esa noche en el huerto de
Getsemaní. Su alma estaba en completa paz a pesar de la tormenta que se
avecinaba.
La “pestilencia que ande en oscuridad” se ha de
referir al odio que le tuvieron los principales sacerdotes y los fariseos que hicieron
un complot secreto para matarle. Y tal vez un ejemplo de la “mortandad que en
medio del día destruye” se encuentra en la incidente de Lucas
13:31-33.
Ud., mismo compare Lucas 19:41-44 con los
versículos 7 y 8 de este Salmo. El Señor vislumbró claramente la suerte de
aquella generación incrédula, aunque la incredulidad había cegado los ojos de
ellos. No muchos años después de la crucifixión esta profecía se cumplió
literalmente y cayeron diez mil a su diestra.
En los versículos 9-13 vemos los frutos de la dependencia total que mostro este Hombre:
Observemos su: Confianza (v.9).
Convoy (vs. 10-12).
Conquista (v.13).
La palabra morada (v. 10), se refiere al
cuerpo humano en el cual el Verbo habitó (hizo su tabernáculo) entre nosotros
(Jn. 1:14). Durante su estancia en la tierra Cristo fue guardado por un séquito
de ángeles. Las piedras que se encontró en el camino no fueron quitadas, pero
por su confianza en Jehová, los ángeles le fortalecieron para pasar sobre
ellas. Esta es la parte que citó Satanás en la tentación (Mt. 4:5-7). Reconoció
que este pasaje era mesiánico y quería probar al Señor.
Pero Jesús lo calló con las palabras: «No tentarás al
Señor tu Dios». Hay mucha diferencia entre fe v presunción. Es bien conocido
que al omitir las cuatro palabras «en todos tus caminos».
Satanás mal interpretó
la promesa:
Aunque no cree en ellas, es claro que el diablo conoce bien las
Escrituras.
Pero peor que malinterpretar las Escrituras es aplicarlas mal. Aplicar esta promesa a alguien que deliberadamente quiere probar a Dios para ver si es fidedigno, es perverso. No ponemos a prueba a los que amarnos y en quienes confiamos. Hoy mismo Satanás aplica mal las promesas de Dios al ofrecer a los pecadores sin Cristo lo que es exclusivamente para los santos.
El versículo 13 está muy ligado a la tentación
de nuestro Señor por el diablo. En esa ocasión pisó sobre él, león y áspid. Esa
victoria, sin embargo, es insignificante en comparación con el triunfo completo
sobre el Dragón que alcanzó en la cruz y con la resurrección. Allí fue juzgado
el «príncipe de este
mundo» (Satanás) y el archienemigo fue pisoteado.
La voz del Padre es la que se escucha en
los últimos tres versículos y El corresponde a la devoción y al amor del Hijo
con una promesa de ocho partes:
(1) Lo libraré.
(2) Le pondré en alto.
(3)
Le responderé.
(4) Con él estaré yo en la angustia.
(5) Lo libraré.
(6) Le glorificaré.
(7) Lo saciaré.
(8) Le mostraré mi
salvación.
Estas promesas nos hablan claramente de la resurrección de Cristo y de su ascensión. Dios lo exaltó hasta lo sumo. La justicia exigía esto. Este hombre humilde y subordinado ha recibido los honores más altos. El maná verdadero, aquella humilde comida del desierto, ha sido puesta en una urna de oro y preservada eternamente en el santuario celestial (Ex. 16; Heb. 9: 4).
3. APLICACION PERSONAL:
Los que son de Dios
tienen dos hogares: uno alberga la vida interior y otro la exterior, Observe, «habitación»
(v. 9b) y «morada»
(v. 10). El primero es permanente y el segundo temporal. No puede sobrevenir el
mal a los que confían en Jehová.
Los ángeles de Dios protegen a los santos
en sus actividades físicas (vs. 11, 12). Esta verdad se verifica en Hebreos
1:14. Y aunque no sea siempre la voluntad divina remover las piedras, los
ángeles nos ayudan a pasar sobre ellas. Sus manos ayudan a nuestros pies.
Notemos: que en los versículos
14-16 hay
tres condiciones para que Dios nos libre:
Ø Debemos amarle,
Ø Conocer su nombre, y
Ø Luego invocarle en la intimidad de la fe.
¿Conozco yo el deleite y la seguridad del lugar secreto?
EL
MESÍAS TOMA SU REINO:
Salmo 97
1. ASOCIACION HISTORICA:
De acuerdo con la fuerte tradición,
apoyada por los títulos de los Salmos 96 y 97 en la versión griega de los
setenta (LXX, Septuaginta) estos Salmos sé usaron en la dedicación del segundo
templo. Probablemente son adaptaciones inspiradas de Salmos anteriores, como el
95, que se le atribuye a David en Hebreos 4:7.
NOTA: El Salmo 97 es totalmente profético y es difícil precisar su fondo histórico.
2. ANTICIPACION PROFETICA:
La segunda parte del versículo 7 se cita en Hebreos 1:6 y aplica al Mesías. Es evidente que habla de la segunda venida de nuestro Señor. El siguiente bosquejo tal vez sea de ayuda:
v El Poder del Rey (vs. 1-5).
v La Preeminencia del Rey (vs. 6-9).
v El Pueblo del Rey (vs. 10-12).
En todas las Escrituras proféticas la tierra
está bajo tina monarquía suprema. El brazo legislativo de esta monarquía se
caracterizará por una justicia absoluta, y el brazo ejecutivo por un poder
absoluto. «Y Jehová
será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno y su nombre uno»
(Zc. 14:9).
Nuestro Salmo contempla este día futuro. Su contexto, el
Salmo 96:13, le sirve de marco. Los primeros cinco versículos hablan del
poderío que exhibiría el Hijo al volver para tomar su reino y subyugar a sus enemigos.
Ahora estamos «en el reino y en la, paciencia de Jesucristo» (Ap. 1:9) pero a su regreso establecerá «su reino y gloria» (1 Ts. 2:12). Estos versículos se cumplirán entonces totalmente. El Señor reinará personalmente sobre la tierra habiendo desterrado a todo rival. El pecado será quitado, la tierra se regocijará y se alegrarán las muchas islas.
¿Cómo podemos entender «nubes
y oscuridad alrededor de él» y a la vez «fuego»
y «relámpagos» en
su presencia?
(vs. 2-4). La verdad es que Dios habita en una, luz inaccesible al hombre (1 Tim.
6:16) y el pecado humano no permite que ojos mortales vean su verdadero,
carácter.
Parece que hoy en día Dios está envuelto en sombras. La verdad es que, aunque parezca lo contrario, la justicia y el juicio son el cimiento de su trono. En la segunda venida de Cristo esto será evidente. Las nubes de las misteriosas providencias de hoy se tornarán en el fuego de su ira para con sus enemigos.
Los versículos 3, 4, 5 nos dan unos detalles
de la segunda venida apocalíptica de Cristo. En su primera venida se observó debilidad y
gracia: en su segunda venida se observará poder y gloria.
El conjunto de naciones, que profesan ser cristianos, estará en rebeldía, como
vimos en el Salmo 2. Ellas son los enemigos del versículo 3 que «el Señor matará
con el Espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida»
(2 Ts. 2:8).
Los relámpagos en el versículo 4 nos
recuerdan la profecía de Mateo 24:27, que El mismo hizo. «Porque como el relámpago que sale del oriente
y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre».
«Los montes se derritieron como cera delante de Jehová» (v. 5). Se considera
que estas palabras son una figura poética, pero no estamos seguros de que esto
sea lo correcto, ya que es posible que esto se cumpla literalmente cuando
retorne Jesús a la tierra puesto que la Biblia anuncia grandes cambios en la
configuración física de Palestina en el día del triunfo del Mesías. Por
ejemplo, va a sufrir grandes cambios el monte de las Olivas, y el monte de Sion
se va a convertir en el más grande de la tierra. (Zc. 14:4-11; Is. 2:2-4; Ez.
47).
Solamente los que verdaderamente han nacido de nuevo entrarán en aquel reino, y «verá toda carne la salvación de Dios» (Lc. 3:6). Esta gloria la verá todo el mundo y la iglesia será el medio por el cual se efectuará esto. Parece ser, según Apocalipsis 21, que la esposa del Cordero, en la forma de un satélite de la tierra, irradiará la gloria divina de Cristo. ¡Qué hermoso espectáculo para las naciones-de los que son salvos que andarán en su luz!
La idolatría se
derrumba ante aquel a quien el cielo revela en justicia. Un Dios conocido
hace que todos los idólatras se avergüencen. Los poderes a quienes han asignado
deidad, se postran ante el verdadero Dios. Si Cristo no es Dios todo creyente
es un idólatra. Aun los ángeles que son superiores a los humanos rechazan la
idolatría. También los apóstoles la rechazaron.
¿Por qué? Pues sencillamente porque son criaturas.
Pero hay uno que no es criatura, sino Creador, y es «excelso sobre toda la tierra» y «exaltado sobre
todos los dioses» (v. 9), así que: «Adórenle todos los ángeles de Dios»
(v.7; Heb. 1:6). Así se cita este versículo de la versión de los setenta que es
la versión griega del Antiguo Testamento.
Hemos hablado del poder y la preeminencia
del Rey y ahora en la última sección (vs. 10-12) vamos a hablar de su pueblo.
Al hablar de «Sion» y de «Las hijas de Judá» (v. 8) es obvio que se refiere a los judíos que habiendo experimentado la liberación de un cruel tirano, el anticristo del Diablo, tendrán sobradas razones para aborrecer el mal y amar al Señor. «Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han layado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día v noche en su templo» (Ap. 7:14, 15). Creemos que eso se refiere a una escena terrenal y no celestial, Esto lo respalda Isaías 49:8-12.
La luz y la alegría han sido sembradas para los justos y ahora se aproxima la siega. Cristo, el sol de la justicia, se ha levantado con alas de salvación. Estos son los humildes que heredarán la tierra. Gozo y alegría son su porción, y ellos aprenden a dar gracias no sólo por su amor y su gracia, pero hasta por su santidad.
3. APLICACION PERSONAL:
En cierto sentido el Señor reina ahora. El creyente está
bajo su autoridad divina ya que ha sido trasladado al reino del amado Hijo de
Dios (Col. 1:13). Puede gozarse porque el Señor está a la diestra de Dios,
aunque no pueda penetrar a través de las nubes y la oscuridad que velan los
misterios de sus actividades divinas.
Para él se siembran luz y alegría que,
como la tenue luz del alba, llegará a ser la luz radiante del medio día. En
vista de esto debe regocijarse y adorar desde hoy.
Véase Parte IX:
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