LA DOCTRINA DE LA RESURRECCIÓN:
1 CORINTIOS 15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Los griegos no creían en la resurrección de los muertos. Cuando
Pablo predicó la resurrección en Atenas, algunas de las personas en realidad se
rieron de la doctrina (Hch. 17:32). Sus filósofos enseñaban que el cuerpo era
la prisión del alma y que mientras más pronto la muerte liberara al alma, mejor
le iría a la persona.
Los
griegos miraban al cuerpo humano como una fuente de debilidad y maldad, y no
podían concebir que un cuerpo continuará existiendo después de la muerte. Este
fue el modo de pensar que Pablo tuvo que enfrentar al escribir este capítulo.
I. Las Pruebas De La Resurrección Del Creyente
(1 Corintios 15:1–34):
A. Prueba Histórica (vv. 1–11).
Los
corintios no dudaban de la resurrección de Cristo, de modo que Pablo empezó
allí en su argumentación de la resurrección del cuerpo humano. La resurrección
de Cristo es un hecho histórico, probado por el mensaje del evangelio, el
testimonio de testigos y la misma conversión de Pablo.
Si
no hubiera resurrección, no habría salvación, porque ¡un Salvador muerto no puede salvar a nadie!
«Ahora bien», arguye Pablo, «sé que ustedes
corintios creen en la resurrección de Cristo, de otra manera su fe sería vacía
(vana). Cristo fue un hombre y ahora tiene un cuerpo de
resurrección. Si Él tiene un cuerpo glorificado en el cielo, ¿por qué los creyentes no tendrán uno también?».
Este es otro
aspecto de la unión del creyente con Cristo: debido a
que Él ha sido glorificado, nosotros también seremos glorificados un día.
B.
Prueba Personal
(vv. 12–19).
Pablo señala la
experiencia personal de los mismos corintios. Él les predicó
el evangelio, ellos creyeron y sus vidas fueron transformadas (6:9–11). Pero si los muertos no
resucitan, ¡Cristo
todavía estaba muerto y ese evangelio era una mentira!
Su
fe era vana, y ¡ellos
estaban todavía en sus pecados! La fe cristiana es buena sólo si una
persona vive; no hay esperanza después de la muerte.
C.
Prueba Doctrinal (vv. 20–28).
Aquí
Pablo analiza la doctrina bíblica de «los dos Adán». (Usa este argumento también en Rom. 5).
Fue por medio del pecado del primer Adán que la muerte entró en el mundo;
pero mediante el postrer Adán (Cristo), se conquistó la muerte:
· Cristo es las primicias; o sea, es el primero de
una gran cosecha que aún no ha venido.
· Cristo es el «postrer Adán» de Dios e invertirá el
mal que el primer Adán trajo a este mundo.
Cuando
Cristo venga los muertos en Cristo resucitarán (v. 23, 1 Ts. 4:13–18). Jesús finalmente pondrá todas las cosas bajo
sus pies, incluyendo la muerte. En otras palabras, negar la resurrección de los
muertos es negar el reino futuro de Cristo. Si los creyentes están muertos para
siempre, la promesa de Dios en cuanto al futuro es nula y vacía.
D.
Prueba Práctica
(vv. 29–34).
Pablo
menciona varias prácticas de la vida diaria que prueban la resurrección del
cuerpo. Por un lado, los corintios estaban bautizándose «por los muertos». Hay cierto
desacuerdo sobre lo que esto significa.
¿Estaban bautizando personas vivas por causa de los santos
que habían muerto antes de bautizarse (lo cual
no es muy probable), o estaban bautizando a
nuevos convertidos para que tomaran el lugar de los que habían muerto (lo cual es lo más probable)?
En
cualquier caso, la iglesia de Corinto aún practicaba el bautismo y este es un
símbolo de la muerte, sepultura y resurrección. (Por lo general, los eruditos del NT., están de
acuerdo en que la iglesia primitiva bautizaba por inmersión).
La
ordenanza no tiene significado si no hay resurrección de los muertos. En los versículos 30–32 Pablo cita los muchos
peligros de su ministerio y dice, en efecto:
· «¡Es una locura, por supuesto, que arriesgue mi vida diariamente si los
muertos no resucitan!».
· En
el versículo 32 arguye: «Si no hay resurrección, ¡debemos
comer, beber y alegrarnos! ¡Disfrute de la vida
mientras pueda!». Es fácil ver que estos puntos prácticos tienen
sentido. «¡Qué
vergüenza!», concluye él en el versículo
34 «¡Ustedes deberían saber esto!».
II. El Proceso De La Resurrección Del Creyente
(1 Corintios 15:35–49):
«¿Cómo resucitarán los muertos?» es la pregunta clave
aquí. Pablo
usa ilustraciones de la naturaleza para mostrar que no hay vida aparte de la
muerte. La semilla que se planta muere para llevar fruto, y el fruto, aun
cuando se identifica con la semilla original, es diferente a la misma:
· El cuerpo de resurrección, como los cuerpos en el cielo, tendrá su propia clase de gloria.
No es el mismo cuerpo que se plantó (v. 37), sino que hay continuidad entre el cuerpo sepultado y el de resurrección.
· El cuerpo físico que se coloca en la
tumba está sujeto a la descomposición; es humilde, un cuerpo de humillación; es débil, apropiado para un
ambiente natural.
· El cuerpo de
resurrección no se descompondrá; tendrá
poder y gloria; será apropiado para un ambiente espiritual. Llevará la imagen
de lo celestial.
· El cuerpo de resurrección de Cristo ilustra lo que Pablo enseña aquí.
Los creyentes le reconocieron, de modo que había continuidad entre su cuerpo crucificado y su cuerpo glorificado. Pero también podía cambiar su apariencia.
Pasó a través de puertas cerradas y sin embargo comió pescado y miel
(Lc. 24:41–43) e invitó a los
discípulos a que lo tocaran. Fue el mismo cuerpo,
empero a la vez fue un
cuerpo diferente.
· El cuerpo de resurrección retiene la identidad e
individualidad del creyente, pero será apropiado para una nueva manera de vida.
III. El Programa De La Resurrección Del Creyente
(1 Corintios 15:50–58):
Aquí
Pablo se refiere a la Segunda Venida de Cristo y lo que significa tanto para
los vivos como para los muertos. «No todos dormiremos [moriremos]», porque algunos
santos estarán vivos cuando Cristo vuelva; «pero todos seremos transformados».
Este misterio
concierne al Rapto de la Iglesia. Cuando Cristo vuelva, los
muertos resucitarán primero, los vivos serán arrebatados y todos serán
transformados para ser como Cristo. Y todo esto ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos.
Pablo concluye
con una nota de victoria. No puede haber aguijón en la muerte cuando una
persona es cristiana, porque Cristo le ha quitado a la muerte ese aguijón. No
puede haber victoria en el sepulcro, porque Cristo un día vaciará las tumbas y
levantará a los suyos en el poder de su resurrección.
¡Qué poca esperanza tenían los griegos cuando pensaban en
la muerte! Las inscripciones en las tumbas de la antigua Grecia
y Roma indican que la muerte era su mayor enemigo, que no veían ninguna
esperanza más allá de la tumba. ¡En Cristo tenemos vida y esperanza!
El versículo 58 se menciona con frecuencia fuera de su
contexto. Los cristianos pueden estar firmes y constantes, debido a que
saben que si su peor enemigo (la muerte) ha sido vencido ya no tienen que
temer a ningún otro enemigo. Pueden abundar en el servicio cristiano, porque
ese trabajo contará para la eternidad. Su labor no es en vano.
Varias veces en
este capítulo Pablo usa la frase «en vano». Quiere
decir «vacío,
sin contenido». Debido a que la tumba está vacía, ¡nuestra fe no
lo es!
Ø Pero si la tumba no está vacía, todo lo demás es en vano;
Ø Nuestra predicación es
vana
(v. 14),
Ø Nuestra fe es vana (v. 14), y
Ø Nuestras obras son
vanas (v. 58).
La
resurrección de Jesucristo es la respuesta de Dios al lamento de Salomón en
Eclesiastés 1:2: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad». ¡Gracias a Dios por la victoria que tenemos en la
resurrección de Cristo!
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
__________
Nota:
[1] G2756
κενός = kenós: aparentemente palabra primaria; vacío (literalmente o
figurativamente):- vacío, vano, hueco. (Strong).
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