lunes, 3 de junio de 2019

LA DOCTRINA DE LA RESURRECCIÓN: 1 CORINTIOS 15:


LA DOCTRINA DE LA RESURRECCIÓN:
1 CORINTIOS 15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Los griegos no creían en la resurrección de los muertos. Cuando Pablo predicó la resurrección en Atenas, algunas de las personas en realidad se rieron de la doctrina (Hch. 17:32). Sus filósofos enseñaban que el cuerpo era la prisión del alma y que mientras más pronto la muerte liberara al alma, mejor le iría a la persona.
Los griegos miraban al cuerpo humano como una fuente de debilidad y maldad, y no podían concebir que un cuerpo continuará existiendo después de la muerte. Este fue el modo de pensar que Pablo tuvo que enfrentar al escribir este capítulo.

I.       Las Pruebas De La Resurrección Del Creyente (1 Corintios 15:1–34):

A.     Prueba Histórica (vv. 1–11).
Los corintios no dudaban de la resurrección de Cristo, de modo que Pablo empezó allí en su argumentación de la resurrección del cuerpo humano. La resurrección de Cristo es un hecho histórico, probado por el mensaje del evangelio, el testimonio de testigos y la misma conversión de Pablo.
Si no hubiera resurrección, no habría salvación, porque ¡un Salvador muerto no puede salvar a nadie! «Ahora bien», arguye Pablo, «sé que ustedes corintios creen en la resurrección de Cristo, de otra manera su fe sería vacía (vana). Cristo fue un hombre y ahora tiene un cuerpo de resurrección. Si Él tiene un cuerpo glorificado en el cielo, ¿por qué los creyentes no tendrán uno también?».
Este es otro aspecto de la unión del creyente con Cristo: debido a que Él ha sido glorificado, nosotros también seremos glorificados un día.

B.      Prueba Personal (vv. 12–19).
Pablo señala la experiencia personal de los mismos corintios. Él les predicó el evangelio, ellos creyeron y sus vidas fueron transformadas (6:9–11). Pero si los muertos no resucitan, ¡Cristo todavía estaba muerto y ese evangelio era una mentira!
Su fe era vana, y ¡ellos estaban todavía en sus pecados! La fe cristiana es buena sólo si una persona vive; no hay esperanza después de la muerte.

C.     Prueba Doctrinal (vv. 20–28).
Aquí Pablo analiza la doctrina bíblica de «los dos Adán». (Usa este argumento también en Rom. 5). Fue por medio del pecado del primer Adán que la muerte entró en el mundo; pero mediante el postrer Adán (Cristo), se conquistó la muerte:
·      Cristo es las primicias; o sea, es el primero de una gran cosecha que aún no ha venido.
·      Cristo es el «postrer Adán» de Dios e invertirá el mal que el primer Adán trajo a este mundo.
Cuando Cristo venga los muertos en Cristo resucitarán (v. 23, 1 Ts. 4:13–18). Jesús finalmente pondrá todas las cosas bajo sus pies, incluyendo la muerte. En otras palabras, negar la resurrección de los muertos es negar el reino futuro de Cristo. Si los creyentes están muertos para siempre, la promesa de Dios en cuanto al futuro es nula y vacía.

D.     Prueba Práctica (vv. 29–34).
Pablo menciona varias prácticas de la vida diaria que prueban la resurrección del cuerpo. Por un lado, los corintios estaban bautizándose «por los muertos». Hay cierto desacuerdo sobre lo que esto significa.
¿Estaban bautizando personas vivas por causa de los santos que habían muerto antes de bautizarse (lo cual no es muy probable), o estaban bautizando a nuevos convertidos para que tomaran el lugar de los que habían muerto (lo cual es lo más probable)?
En cualquier caso, la iglesia de Corinto aún practicaba el bautismo y este es un símbolo de la muerte, sepultura y resurrección. (Por lo general, los eruditos del NT., están de acuerdo en que la iglesia primitiva bautizaba por inmersión).
La ordenanza no tiene significado si no hay resurrección de los muertos. En los versículos 30–32 Pablo cita los muchos peligros de su ministerio y dice, en efecto:
·   «¡Es una locura, por supuesto, que arriesgue mi vida diariamente si los muertos no resucitan!».
·     En el versículo 32 arguye: «Si no hay resurrección, ¡debemos comer, beber y alegrarnos! ¡Disfrute de la vida mientras pueda. Es fácil ver que estos puntos prácticos tienen sentido. «¡Qué vergüenza!», concluye él en el versículo 34 «¡Ustedes deberían saber esto!».

II.     El Proceso De La Resurrección Del Creyente (1 Corintios 15:35–49):
«¿Cómo resucitarán los muertos?» es la pregunta clave aquí. Pablo usa ilustraciones de la naturaleza para mostrar que no hay vida aparte de la muerte. La semilla que se planta muere para llevar fruto, y el fruto, aun cuando se identifica con la semilla original, es diferente a la misma:
·    El cuerpo de resurrección, como los cuerpos en el cielo, tendrá su propia clase de gloria. No es el mismo cuerpo que se plantó (v. 37), sino que hay continuidad entre el cuerpo sepultado y el de resurrección.
·    El cuerpo físico que se coloca en la tumba está sujeto a la descomposición; es humilde, un cuerpo de humillación; es débil, apropiado para un ambiente natural.
·    El cuerpo de resurrección no se descompondrá; tendrá poder y gloria; será apropiado para un ambiente espiritual. Llevará la imagen de lo celestial.
·   El cuerpo de resurrección de Cristo ilustra lo que Pablo enseña aquí. Los creyentes le reconocieron, de modo que había continuidad entre su cuerpo crucificado y su cuerpo glorificado. Pero también podía cambiar su apariencia. Pasó a través de puertas cerradas y sin embargo comió pescado y miel (Lc. 24:41–43) e invitó a los discípulos a que lo tocaran. Fue el mismo cuerpo, empero a la vez fue un cuerpo diferente.
·   El cuerpo de resurrección retiene la identidad e individualidad del creyente, pero será apropiado para una nueva manera de vida.

III.    El Programa De La Resurrección Del Creyente (1 Corintios 15:50–58):
Aquí Pablo se refiere a la Segunda Venida de Cristo y lo que significa tanto para los vivos como para los muertos. «No todos dormiremos [moriremos]», porque algunos santos estarán vivos cuando Cristo vuelva; «pero todos seremos transformados».
Este misterio concierne al Rapto de la Iglesia. Cuando Cristo vuelva, los muertos resucitarán primero, los vivos serán arrebatados y todos serán transformados para ser como Cristo. Y todo esto ocurrirá en un abrir y cerrar de ojos.
Pablo concluye con una nota de victoria. No puede haber aguijón en la muerte cuando una persona es cristiana, porque Cristo le ha quitado a la muerte ese aguijón. No puede haber victoria en el sepulcro, porque Cristo un día vaciará las tumbas y levantará a los suyos en el poder de su resurrección.
¡Qué poca esperanza tenían los griegos cuando pensaban en la muerte! Las inscripciones en las tumbas de la antigua Grecia y Roma indican que la muerte era su mayor enemigo, que no veían ninguna esperanza más allá de la tumba. ¡En Cristo tenemos vida y esperanza!
El versículo 58 se menciona con frecuencia fuera de su contexto. Los cristianos pueden estar firmes y constantes, debido a que saben que si su peor enemigo (la muerte) ha sido vencido ya no tienen que temer a ningún otro enemigo. Pueden abundar en el servicio cristiano, porque ese trabajo contará para la eternidad. Su labor no es en vano.
Varias veces en este capítulo Pablo usa la frase «en vano». Quiere decir «vacío, sin contenido». Debido a que la tumba está vacía, ¡nuestra fe no lo es!
Ø Pero si la tumba no está vacía, todo lo demás es en vano;
Ø Nuestra predicación es vana (v. 14),
Ø Nuestra fe es vana (v. 14), y
Ø Nuestras obras son vanas (v. 58).
La resurrección de Jesucristo es la respuesta de Dios al lamento de Salomón en Eclesiastés 1:2: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad». ¡Gracias a Dios por la victoria que tenemos en la resurrección de Cristo!


Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
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Nota:
[1] G2756 κενός = kenós: aparentemente palabra primaria; vacío (literalmente o figurativamente):- vacío, vano, hueco. (Strong).

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