IGUALES EN EL CUERPO (El Misterio):
EFESIOS 3:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este capítulo
cierra la primera parte de Efesios donde Pablo ha descrito nuestra riqueza en
Cristo. Pablo está a punto de pasar a la sección práctica (nuestro andar con Cristo), pero
primero hace una pausa para orar.
Empieza
su oración en el versículo 1, ¡pero no sigue sino hasta llegar al versículo 13!
Los versículos entre esos dos forman un largo paréntesis, pero son importantes,
porque explican el ministerio especial de Pablo a la Iglesia y a los gentiles.
I. Pablo Explica Su Ministerio (Efesios 3:1–12):
Lo
primero que notamos es que Pablo se llama a sí mismo prisionero y ¡que relaciona su
prisión con los gentiles! Regrese a Hechos 22 para buscar la
explicación. Pablo fue arrestado en Jerusalén e hizo su defensa ante el pueblo.
Los del pueblo le escucharon hasta que llegó a la palabra «gentiles» (Hch. 22:21) y ¡entonces estalló el motín! La relación
de los gentiles y los judíos era un problema incluso entre los primeros
creyentes judíos, conforme lo revela Hechos 10 y 15.
Pablo
explica que Dios le había dado una revelación especial y una administración
especial, que la califica como «el misterio de Cristo». (Sería
bueno que repase tanto las notas introductorias a Hechos como las notas a
Romanos 9–11). En el AT., Dios reveló a través de los profetas su
programa para el pueblo de Israel; que Él le establecería en su reino cuando
recibieron a su Mesías y después mediante Israel convertiría a los gentiles.
NOTA:
V.3: EL MISTERIO: Un misterio no
era algo misterioso en el sentido moderno, sino algo desconocido hasta que
fuese Revelado a los iniciados (compare Rom.16:25). El misterio del que se
habla aquí no es que los gentiles habían de ser bendecidos (porque esto ya estaba predicho en el AT.),
sino que judíos y gentiles habían
de ser igual herederos en un solo cuerpo de Cristo (v.6).
Esto era
desconocido en la profecía del AT., pero fue revelado por medio de los apóstoles
y profetas del NT. (V.5). Otros misterios Revelados en el NT., se hallan en Mt.
13:11; Rom.11:25; 1 Cor.15:51-52; Ef.5:32; 6:19; Col.1:27; 2:2; 4:3; 2
Ts.2:2:7; 1 Tim.3:16; Ap.1:20; 17:5, 7.
Dios
les ofreció el reino por medio del ministerio de Juan el Bautista (Mt. 3:2), a
quien los judíos permitieron que asesinaran durante el ministerio de Cristo (Mt.
4:12–17); y mediante los apóstoles y Esteban (Hch. 2–7), a quien los judíos en
efecto mataron (Hch. 7:54–60).
A
Israel Se Le Hicieron Tres Ofertas, Pero La Nación Las Rechazó:
§ Rechazó al Padre, quien
envió a Juan;
§ Al Hijo; y
§ Al Espíritu, quien le daba poder al testimonio de los
apóstoles.
Con
la muerte de Esteban las ofertas del reino cesaron de forma temporal; el
mensaje salió y fue a los samaritanos y a los gentiles (Hch. 8 y 10); y
mientras tanto Pablo fue salvo milagrosamente en Hechos 9.
NOTA:
VV.7-10: Pablo expone aquí su concepto de su propia
misión: Nótese:
· Que esto
era obra de Dios (v.7);
· Que
Pablo tenía que poner a disposición de toda la humanidad la Esperanza que
Israel de un Mesías (v.8);
· Que él
tenía que ser un maestro-teólogo, así como un misionero (v.9);
· Que su
ministerio había de conducir incluso a los seres angelicales a ver la Sabiduría
de Dios en su plan para la Iglesia (v.10).
· Sobre
principados y potestades, véase 1:21.
El
ministerio de Pablo fue a los gentiles y su mensaje fue uno de gracia. Su
tarea especial fue anunciar la verdad de un cuerpo, el misterio de la Iglesia.
Nótense:
v Tanto
Romanos 16:25, 26;
v Colosenses
1:26, 27; 4:3, 4;
v Como
Efesios 6:19.
Aquí en el versículo 6
afirma claramente el misterio: que los gentiles y judíos creyentes son un cuerpo en
Cristo. Este misterio no se había dado a conocer antes de
este tiempo; pero ahora Dios lo revela mediante el Espíritu a sus apóstoles y a
los profetas del NT. Decir que los doce comprendieron desde el principio el
misterio de la Iglesia es negar las palabras inspiradas de Pablo aquí.
Incluso
Pedro tuvo que tener una visión del cielo en Hechos 10 antes de poder ir a los
gentiles. Pablo recibió la verdad del cuerpo y su significación surgió poco a
poco en la iglesia primitiva.
«Las inescrutables riquezas» en el versículo
8 quiere decir literalmente «riquezas que no se pueden rastrear». Usted no
puede detectar el misterio de un cuerpo en el AT.; fue un misterio escondido en
Cristo. En los
versículos 9–10 vemos un ministerio doble:
Ø Pablo
debía dar a conocer al pueblo en general la «dispensación» («administración», es la misma
palabra que en el v. 2) del misterio;
Ø La
iglesia debía revelar a los seres angélicos («a los principados y potestades»,
véase 6:12) la sabiduría de Dios.
Ø ¡Los ángeles
aprenden a través de la iglesia respecto a la gracia de Dios! (Véase 1
P. 1:10–12).
Satanás
conoce las Escrituras; al mantener oculto su programa para la Iglesia, Dios
evitó que Satanás estorbara el plan. Satanás llevó a Cristo a la cruz y ¡al hacerlo así
selló su condenación!
Es
trágico hoy cuando vemos a pastores e iglesias deambular sin meta en sus
ministerios porque no entienden el propósito de Dios para la iglesia en esta
edad. Si pasaran del mensaje de Hechos 1–6 hasta el de Efesios y Colosenses, no
desperdiciarían el tiempo, ni talentos, ni dinero «edificando el reino», sino que en
lugar de eso edificarían la iglesia.
II. La Intercesión De Pablo Por Los Santos (Efesios
3:13–21):
Usted
recordará que las dos oraciones en Efesios (aquí y en 1:15–23) se complementan:
Ø La primera, es una oración por
conocimiento;
Ø La segunda por
capacitación.
Pablo quiere que los
efesios aprendan todo lo que tienen en Cristo y después que vivan lo aprendido.
Pablo
ora por la familia de Dios en el cielo y en la tierra, porque allí es donde
está su familia; no hay ninguna «debajo de la tierra» (véase Filp. 2:10). Esto
quiere decir que no hay purgatorio donde se prepara a la gente para ir al
cielo. Ora para que la persona interior pueda conocer la fortaleza espiritual. ¡Con cuánto
descuido algunos cristianos tratan a la persona interior!
El
Espíritu Santo nos da poder desde el interior a través de la Palabra de Dios y
la oración. En los versículos 20–21 Pablo recalca que cuando oramos el Espíritu
de Dios obra en nosotros; y en 1 Tesalonicenses 2:13 (junto a Col. 3:16) enseña
que Dios nos concede poder mediante su Palabra. Los santos primitivos se
entregaron «a la
oración y a la Palabra de Dios» (Hch. 6:4) y Dios obró con poder en
ellos y mediante ellos.
Él
quiere que Cristo «se sienta en casa» (habitar, v. 17) en sus
corazones. Por supuesto, Cristo vive en el corazón de cada creyente verdadero, pero
no todo corazón es un hogar agradable para Él. A Cristo le encantaba ir a
Betania porque sus amigos le querían, se alimentaban de su Palabra y le
servían.
Cuando
Cristo vino a esta tierra para hablar con Abraham (Gn. 18), envió delante a dos
ángeles a que visitaran a Lot (Gn. 19) debido a que no se sentía a sus anchas
en la casa de un creyente mundano. ¿Se siente Él como en casa en nuestros corazones?
Cristo
se siente así en nuestros corazones cuando Él halla fe y amor. «Arraigados»
(v. 17) sugiere una posición firme, un hábito de fe y amor, como un árbol
enraizado en la tierra. Demasiados cristianos quieren los frutos del Espíritu
sin estar enraizados en las cosas espirituales. «Comprender» en el versículo 18
significa «asir»,
«aprehender».
Pablo
ya ha orado para que ellos tengan entendimiento; ahora ora para que se acojan a
estas maravillosas bendiciones y las capten y tomen por sí mismos. Por fe nos
apropiamos de las promesas de Dios.
Pablo
quiere especialmente que se aferren del inmensurable amor de Dios, un amor que
llena todas las cosas. Demasiados cristianos se imaginan a Dios como un Juez
colérico o un Capataz riguroso en lugar de un Padre amoroso.
«Llenos de toda la plenitud de Dios» (v. 19): este es el propósito supremo de Dios
para nuestras vidas. Lea cuidadosamente Juan 1:16 y Colosenses 2:9–10. «Vosotros estáis
completos en Él» afirma Colosenses 2:10. ¿Por qué vivir como mendigos cuando Dios
nos ha dado su plenitud? Una vida vacía es decepcionante y
peligrosa; si el Espíritu de Dios no nos llena, el espíritu de desobediencia
(2:2) se pone en acción y caemos en pecado.
Los
versículos 20–21 declaran una bendición emocionante, cerrando la primera
sección de la carta:
v ¡Dios obra
en nosotros!
v ¡Dios obra a
través de nosotros!
v ¡Dios es
glorificado en nosotros!
v ¡Qué maravillosa salvación tenemos!
Este
poder obra en nosotros conforme abrimos nuestros corazones a Cristo, cultivamos
este compañerismo y comunión perseverante, oramos y nos sometemos a la Palabra.
No hay razón para que los creyentes estemos
«por los suelos» cuando estamos sentados
con Cristo (2:6) y llenos de la plenitud de Dios.
Al
concluir esta primera sección sería útil notar las «posturas espirituales» de
Pablo, por cuanto nos dan el secreto de la bendición de Dios.
§ Pablo está sentado con
Cristo (2:6),
§ Edificado sobre Cristo (2:20), y
§ Dobla sus rodillas ante el Padre (3:14).
§ Esto es lo que hace
posible que camine (4:1),
§ Crezca (4:15), y
§ Esté firme (6:14ss) contra
Satanás.
Nuestra posición espiritual en
Cristo hace posible nuestro andar victorioso sobre la tierra.
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
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