SU GUERRA CONTRA LOS FILISTEOS:
1 SAMUEL 4–7:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Estos
capítulos relatan tres grandes sucesos en la historia de Israel.
I. La Gloria De Dios Se Va (1 Sam.4):
A.
Un Gran Pecado
(vv. 1–5).
Israel
perdió cuatro mil hombres en la primera batalla y esto debió haberles mostrado
que desagradaron a Dios. ¿Se arrepintieron y se volvieron a Dios en oración y
confesión? ¡No! En vez de eso echaron
mano a la superstición y llevaron el arca del pacto al campo de batalla.
No
podían llevarla con fe porque Dios no lo ordenó en su Palabra. Actuaban por
impulsos y no por fe. Debido a que el arca fue delante de la nación en el
desierto y marchó en victoria alrededor de Jericó, pensaban que su presencia
les aseguraría la victoria sobre los filisteos. En lugar de reverenciar el arca
como símbolo de la presencia de Dios, ¡la convirtieron en una reliquia religiosa! Véase
Números 10:35ss.
B.
Una Gran Masacre
(vv. 6–10).
Los
filisteos estaban primero temerosos; luego determinados; incluso si el Dios de
Israel estaba en el campamento, ¡iban a comportarse como soldados valientes!
Puesto que Dios abandonó a su pueblo, los filisteos tuvieron una victoria
fácil.
El
Salmo 78:56ss es una descripción vívida de esta tragedia. Israel debía haber
sabido que la presencia de Dios entre ellos dependía de su obediencia a su
Palabra. Ofni y Finees eran sacerdotes impíos; su presencia trajo juicio, no
bendición.
C. Una Gran Aflicción
(vv. 11–22).
Elí,
el sacerdote ciego de noventa y ocho años de edad, estaba sentado junto al
camino cuando llegó el mensajero a Silo con las malas noticias; pero este
mensajero pasó de largo y anunció su mensaje en la ciudad. El clamor de la
ciudad despertó la curiosidad de Elí, porque sin duda esperaba el cumplimiento
de la profecía de Samuel (3:11–14; 2:34–35).
Nótese: cómo el
mensajero da las cuatro malas noticias en orden de importancia: Israel
huyó; mataron a muchos; los dos hijos de Elí habían muerto; y el arca había
sido capturada por el enemigo. El versículo 13 nos dice que la seguridad del
arca era la mayor preocupación de Elí. Ahora vemos aflicción tras aflicción: Elí cae en un estado de shock, se rompe el cuello y muere; y
su nuera también pierde su vida al dar a luz un hijo.
El
nombre «Icabod»
significa «sin
gloria» o «¿dónde está la gloria?» Véase Éxodo 40:34ss. La
palabra «traspasada»
puede traducirse «ha ido al exilio». La historia de Israel es una de
recibir y luego perder la gloria de Dios.
II. Se Defiende El Nombre De Dios (1 Sam.5–6):
A.
Ante Los Paganos
(cap. 5).
Dios
no revelará su poder a favor de su pueblo pecador, pero no permitirá que un
enemigo se ría satisfecho y ponga en ridículo su gloria o manche su nombre. Los
señores de los filisteos añadieron el arca a sus otras reliquias religiosas en
el templo pagano y puso a Jehová en el mismo nivel de su dios pez Dagón. Por
supuesto, ¡Dios
está muy por encima de los demás dioses! ¡No
sorprende que el ídolo pagano cayera postrado ante el arca!
Véase
Isaías 19:1. Los hombres enderezaron a Dagón de nuevo debido a que era impotente para
hacerlo por sí mismo; ¡pero al día siguiente encontraron a su adorado ídolo sin
manos y sin cabeza!
v Jehová demostró que Dagón era un dios falso;
v Vindicó su Nombre.
Dagón perdió sus
manos, pero la mano del Señor se agravó en juicio sobre Asdod
(v. 6); Dios envió forúnculos («tumores», inflamaciones) y ratones (6:4) como plaga
sobre el pueblo. Los ratones arruinaron la cosecha y llevaban gérmenes de
enfermedad. El arca fue llevada de Asdod a Ecrón, ¡pero
los ciudadanos pidieron que se la llevaran! De
nuevo, Dios defendió su Nombre.
B.
Ante Los
Israelitas (cap. 6).
Los
filisteos decidieron devolver al arca a Israel, pero nadie tenía el valor para
acometer la tarea. Finalmente decidieron poner el arca en un carro nuevo y
permitir que las vacas recorrieran el camino sin ayuda. Sería natural que las
vacas buscaran a sus terneros (v. 10); pero si se encaminaban más bien a Bet-semes
sería evidencia de que Dios las dirigía y por consiguiente que Él había enviado
las plagas.
Los
filisteos añadieron también una ofrenda por las transgresiones: cinco figuras
de sus tumores y cinco de ratones. Dios condujo a las vacas y trajeron el carro
al campo de Josué, un habitante de Bet-semes. Los israelitas que estaban en el
campo cosechando se regocijaron al ver el arca devuelta.
Sin
embargo, los venció la curiosidad y miraron dentro del arca (vv. 19–20) y Dios
tuvo que juzgarlos. Los números en el versículo 19 crean un problema, porque no
había cincuenta mil en aquella pequeña aldea.
En
hebreo se usan letras para los números y es fácil que algún escriba haya
copiado o leído erróneamente alguna letra. Es probable que setenta hombres
fueran juzgados al instante, sin duda «una gran masacre» para un pueblo tan pequeño. El
problema no afecta nada crucial. Es importante que sepamos que Dios los juzgó
por su pecado. Cuántos murieron no es un asunto vital.
Ofni
y Finees pensaron que podían ganar victorias confiando en el arca cuando sus
vidas eran perversas y Dios los mató. Elí murió porque no disciplinó a sus
hijos que deshonraban al Señor. Los filisteos murieron porque trataron a Jehová
como a uno de sus dioses. Los hombres de Bet-semes murieron porque con presunción
miraron dentro del arca. Cuesta caro burlarse de Dios.
III. Liberación Del Pueblo De Dios (1 Sam.7):
El
arca no regresó a Silo; permaneció veinte años en casa de Abinadab. ¿Qué hacía Dios en ese tiempo? Preparaba
a su siervo Samuel para derrotar al enemigo y establecer el reino. Sin duda
Samuel ministraba al pueblo de lugar en lugar, dándoles la Palabra de Dios. El
versículo 3 indica que Samuel llamaba al pueblo a arrepentirse y a volver al
Señor.
Esto
quería decir desechar los dioses de los paganos y luego preparar sus corazones
para servir al Señor. ¡Cuán trágico que la gran nación de Israel haya caído en
derrota y desprestigio debido a sus pecados! Si Elí hubiera sido un
padre fiel y sus hijos sacerdotes fieles, esta derrota nunca hubiera ocurrido.
Baal y Astarot representan
las deidades masculina y femenina. Su adoración se celebraba con ceremonias de
inmundicia abominable. ¡Samuel convocó a la nación en Mizpa para una reunión de
oración! A Samuel siempre debe asociarle con la oración; véase 12:23:
§ Nació en respuesta a las
oraciones de una madre (cap. 1);
§ Oró por su nación y derrotó al
enemigo
(7:13);
§ Oró cuando Israel desafió
al Señor y pidió rey (8:6); y
§ Oró por el rey Saúl (15:11) incluso después que Dios lo rechazó.
Alguien
ha llamado a Samuel «el hombre de emergencia de Dios», y sin duda que
el nombre le queda bien.
Samuel
entra en escena cuando el sacerdocio había decaído, cuando la nación estaba
derrotada y cuando la gloria de Dios se había ido. No cabe duda que Ana debe
haberse dado cuenta de cuán maravillosamente Dios usaría a su hijo; véase su canto
(y predicción)
en 2:9–10.
Los Sucesos De
Mizpa Fueron Estos:
(1) Samuel vertió
agua delante del Señor como un símbolo del arrepentimiento de la nación, sus
corazones derramándose en tristeza por sus pecados;
(2) Ofreció un holocausto para indicar la
completa entrega de Israel a Dios;
(3) Oró por la nación mientras temían la llegada
de los filisteos; Dios le dio al ejército de Israel una gran victoria.
¡Qué día fue ese! ¡Con una
sola oración Samuel consiguió una victoria que Sansón no pudo ganar en sus
veinte años de liderazgo! Desde ese día (hasta la gran
victoria de David sobre los filisteos), el enemigo mantuvo su
distancia. Tal es el poder de una vida consagrada, el poder de la oración (Stg.
5:16).
Samuel
tuvo un ministerio como profeta y juez, viajando de ciudad en ciudad para
ministrar al pueblo y arreglar disputas. Fue el último de los jueces y el
primero de los profetas nacionales. (El oficio profético de Moisés fue de una naturaleza diferente).
Es
triste ver que los hijos de Samuel no siguieron en los caminos piadosos de su
padre (8:5). Tal vez estuvo tan ocupado con los asuntos de la nación que no los
educó. Elí cometió un error similar.
Estos
acontecimientos nos muestran la importancia de un hogar piadoso. La
nación cayó en pecado y derrota debido a que Elí descuidó su casa; pero Dios
salvó a la nación debido a las oraciones de una mujer piadosa (Ana) y el hijo que Él le dio. Conforme
marchan los hogares, así marcha la nación.
Estudios para el
Domingo
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