LA JUSTICIA PRACTICADA: APLICACIÓN, SERVICIO:
ROMANOS 12:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este capítulo
empieza la sección final de Romanos: «Servicio» (caps.
12–16):
· Pablo nos dice cómo poner en práctica lo aprendido; y
· en este capítulo el
apóstol nos da cuatro cuadros del cristiano y nos recuerda nuestros deberes
espirituales.
I. Un Sacrificio Sobre El Altar (Romanos 12:1–2):
El
verdadero servicio y vivir cristiano deben empezar con la dedicación personal
al Señor. El cristiano que falla en su vida es el primero que lo hace en el
altar, no quiere rendirse por completo a Cristo.
El
rey Saúl falló en el altar (1 Sam. 13:8ss; 15:10ss) y le costó su reino. El
motivo de la dedicación es el amor; Pablo no dice «les ordenó», sino «les ruego,
debido a lo que Dios ya ha hecho por ustedes».
No
servimos a Cristo para recibir sus misericordias, sino debido a que ya las
tenemos (3:21–8:39). Le servimos por amor y agradecimiento.
La
verdadera dedicación es presentar el cuerpo, la mente y la voluntad a Dios, día
tras día. Es someterle el cuerpo, tener la mente renovada por la Palabra y
rendirle la voluntad por medio de la oración y la obediencia, cada día. Todo
cristiano es o bien alguien que se conforma, viviendo por y como el mundo, o
alguien transformado, que llega a ser cada vez más semejante a Cristo. (La
palabra griega «transformaos»[1] es
la misma que se traduce «transfigurarse» en Mt. 17:2).
Segunda
de Corintios 3:18 nos dice que somos transformados (transfigurados) en la medida en
que le permitimos al Espíritu revelar a Cristo por medio de la Palabra. Esto es posible
sólo cuando el creyente se entrega a Dios de modo que pueda conocer la voluntad
de Él para su vida. Dios no tiene tres voluntades (buena, agradable
y perfecta) para los creyentes de la manera en que hay tres opciones para la
mercadería en los catálogos de compra por correos («bueno, mejor, excelente»).
Antes
bien, crecemos en nuestro aprecio de la voluntad de Dios. Algunos
cristianos obedecen a Dios debido a que saben que es bueno para ellos y temen
el castigo. Otros obedecen porque hayan aceptable la voluntad de Dios. Pero la
devoción más profunda es la de quienes aman la voluntad de Dios y la hallan
perfecta.
Como
sacerdotes, debemos presentar «sacrificios espirituales» a Dios (1 P. 2:5) y
el primer sacrificio que quiere cada día es nuestro cuerpo, mente y voluntad en
total rendición a Él.
II.
Un Miembro Del Cuerpo (Romanos 12:3–8):
En
1 Corintios 12 hallamos la misma verdad de que se habla en estos versículos,
que el creyente es bautizado por el Espíritu en el cuerpo y le es dado un don
(o dones) para usarlos para el beneficio de toda la iglesia. Hay un «cuerpo
universal» formado por todos los creyentes en Cristo desde Pentecostés
hasta el Rapto; pero también hay el cuerpo local, por medio del cual
cada creyente ministra al Señor. La mayoría de las 112 referencias en el NT., a
la iglesia se refieren a una congregación local de creyentes.
El
culto y servicio en el cuerpo local empieza con la entrega personal (vv. 1–2), y luego con una evaluación
sincera de los dones espirituales que el creyente posee (v. 3). Pablo no nos dice que no pensemos en nosotros mismos de
ninguna manera, sino que no debemos pensar más alto de lo que nuestros dones
espirituales garantizan.
Si
un hombre es llamado para ser pastor, Dios se lo revelará cuando use sus dones en
la iglesia. Nuestros dones difieren, pero todos proceden del Espíritu y deben
usarse para la gloria de Cristo. Así como somos salvos «por gracia, por medio de la fe» (Ef.
2:8, 9), debemos ejercer nuestros dones espirituales «conforme a la medida de la fe»
(v. 3) y «según
la gracia que nos es dada» (v.
6).
Pablo Hace Una
Lista De Siete Ministerios:
(1) profecía, que se define
en 1 Corintios 14:3;
(2) servicio,
que
literalmente quiere decir «diaconar»
(servir) y
puede referirse a ese oficio;
(3) Enseñanza,
de acuerdo a 2 Timoteo 2:1–2, una responsabilidad importante;
(4) exhortación, que significa estimular a las personas a servir y ser
fieles al Señor;
(5) el que
reparte, lo cual debe hacerse con sinceridad
de corazón y por motivos puros (véase Hch. 5);
(6) el que
preside, se refiere al gobierno en la iglesia local (1 Tim. 3:4, 12);
(7) el que
hace misericordia, compartir con los que tienen necesidad.
Efesios
4:7–12 describe a las personas dotadas que Dios ha dado a la iglesia; Romanos
12 y 1 Corintios 12 describen los dones que el Espíritu ha dado a los creyentes
en el cuerpo local. Es peligroso tratar de servir al Señor con dones que no
ha dado; y es también trágico negarse a usar un don para su gloria
(2 Tim. 1:6).
· Los doce hombres que
se mencionan en Hechos 19:1–7 ignoraban al Espíritu y sus dones;
· Los siete hombres
en Hechos 19:13–16 intentaron
falsificar los dones que no poseían.
III. Un Miembro De La Familia (12:9–13):
Cada
creyente tiene su servicio espiritual
que realizar, pero los versículos 9–13
nos dicen cómo debe comportarse cada cristiano en la familia de Dios:
Ø El amor debe ser sincero y sin
fingimiento (véase 1 Jn. 3:18).
Debemos aborrecer el mal y seguir el bien
(véase Salmo 97:10).
Ø El amor
debe conducir a la bondad y a la humildad,
fidelidad en los negocios, fervor en las cosas espirituales («fervientes» aquí significa «hirviendo, brillando con poder»).
Nótese: cómo
las características que se mencionan en esta sección están en paralelo con el
fruto del Espíritu que Pablo describe en Gálatas 5:22, 23.
Los
cristianos en la iglesia local deben cuidarse los unos a los otros y compartir
los unos con los otros.
Nótese: cómo la
oración del versículo 12 es seguida
del cuidado en el versículo 13. «Practicando la hospitalidad» en el griego
significa literalmente «procurando o persiguiendo la hospitalidad», ¡yendo tras
la gente! Primera de Pedro 4:9 nos dice que dejemos de quejarnos
cuando abrimos nuestros hogares a otras personas. La hospitalidad
que no es espiritual se describe en Proverbios 23:6–8. Véanse también Lucas 14:12–14;
1 Timoteo 3:2 y 5:10; Hebreos 13:2; 3 Juan 5–8.
IV. Un Soldado En La Batalla (Romanos 12:14–21):
Los
cristianos tienen tanto batallas como bendiciones, y Pablo nos instruye sobre
cómo enfrentar a quienes se oponen a la Palabra. Debemos bendecirlo (Mt. 5:10–12)
y no maldecirlos. Por supuesto, ningún creyente debe meterse en problemas por
una manera mala de vivir (1 P. 2:11–25). Debemos tener simpatía (v. 15) y humildad (v. 16), porque el egoísmo y el orgullo generan mala voluntad. Los
cristianos nunca deben «desquitarse» de sus oponentes; más bien deben
esperar a que Dios «pague» (v. 19), bien sea en esta vida o en el
juicio futuro.
«Procurad
lo bueno delante de los hombres» (v.
17) sugiere que el cristiano vive en una «casa de cristal» y que debe
estar consciente de que otros lo escudriñan. «¡Voy a disfrutar mi vida!», es
una actitud pecaminosa para un creyente, a la luz de Romanos 14:7–8.
La
gente nos observa y en tanto como nos sea posible, debemos vivir en paz con
todas las personas. Por supuesto, no podemos hacer compromisos con el pecado ni
tener una actitud de «paz a cualquier costo». La actitud y
espíritu de Mateo 5:38–48 nos ayudará a ser «pacificadores» (Mt. 5:9).
En
los versículos 19–21 Pablo se
refiere a Proverbios 25:21, 22 y a Deuteronomio 32:35. (Véase también Heb. 10:30).
El principio indicado aquí es que el creyente se ha entregado al Señor (12:1–2)
y por consiguiente el Señor debe cuidar de él y ayudarle a librar sus batallas.
Necesitamos
sabiduría espiritual (Stg. 1:5) cuando se trata de
lidiar con los enemigos de la cruz, para que no demos mal testimonio por un
lado, o rebajemos el evangelio, por el otro.
Pablo
usó de la ley romana en tres ocasiones para protegerse a sí mismo y al
testimonio del evangelio (véanse Hch. 16:35–40; 22:24–29; 25:10–12),
sin embargo, estaba dispuesto a hacerse a todos de todo con tal de ganar a algunos
para Cristo.
Si
practicamos Romanos 12:1, 2 diariamente, podemos estar seguros de que Él nos
dirigirá a obedecer el resto del capítulo.
___________
Notas:
[1] metamorfoo = (μεταμορφόω, G3339), cambiar en otra forma (meta = implicando cambio, y morfe
= forma, véase FORMA, Nº 1). Se emplea en la voz pasiva:
(a) de la transfiguración de Cristo (Mateo 17:2; Marcos 9:2); Lucas 9:29
evita utilizar este término, que a los lectores gentiles hubiera podido sugerir
las metamorfosis de los dioses paganos, y emplea la frase egeneto jeteron: «fue alterado», lit: «devino
(ginomai) diferente (jeteros)»;
(b) de creyentes (Rom.12:2: «transformaos»), estando obligados a efectuar
un cambio total que, en el poder de Dios, hallará su expresión en el carácter y
en la conducta; morfe destaca el cambio interno, squema (véase el verbo anterior
en este versículo, susquematizo) destaca lo externo, véase APARIENCIA, Nº 5. El
tiempo presente continuo indica un proceso; 2 Cor.3:18 describe a los creyentes
como siendo «transformados de gloria en gloria en la misma imagen», esto es, en
la de Cristo en todas sus excelencias morales, siendo el cambio llevado a cabo
por el Espíritu Santo.
Nota: El verbo
metasquematizo se traduce «transfigurándose» (2 Cor.11:13: «que se
disfraza»; v. 14, rv: «se
transfigura»; rvr: «se disfraza»;
v.15, rv: «se transfiguran»; rvr: «se disfrazan»); la traducción de rvr
es más ajustada, por cuanto este verbo se refiere a un cambio de apariencia
externa, no interna. (VINE).
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
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