lunes, 14 de enero de 2019

MUERTE: (Hebreos 9:27-28)


MUERTE:
(Hebreos 9:27-28)

Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,… así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
(Heb 9:27-28)
 
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

          Estudio Pastoral:
Desde cierto punto de vista la muerte resulta algo muy natural: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez(Heb. 9:27). Puede ser aceptada sin rebeldía:
·      Vamos también nosotros, para que muramos con él” (Jn. 11:16).
·      Desde otro punto de vista resulta algo sumamente antinatural. Es la paga del pecado (Romanos 6:23), y en ese sentido debe ser temido.
Ambas perspectivas aparecen en la Biblia, y ninguna de las dos debe ser pasada por alto. La muerte es una necesidad biológica, pero los hombres no mueren en la forma sencilla en que lo hacen los animales.

NOTA: Hebreos 9:27. Está establecido—Griego, está guardado” (reservado, como nuestra suerte señalada), Col.1:5. El vocablo establecido” (así “seth” en el hebreo) en el caso del hombre, corresponde aungido en el caso de Jesús; por tanto, el Cristo, es decir, el ungido, es el título que en el v. 28 le es dado a propósito.
Él es el hombre representativo; hay una estricta correspondencia entre la historia del hombre y la del Hijo del hombre. Los dos hechos más solemnes de nuestra existencia están aquí relacionados con las dos verdades más preciosas de. Nuestra dispensación:
·      nuestra muerte, y
·      juicio.

Ayuda Hermenéutica:
H4194 מָוֶת = mávet: de H4191; muerte (nat. o violenta); concr. muerto (s), su lugar o estado (hades); fig. Pestilencia, ruina:- de muerte, morir, mortal, muerte, muerto. (Strong)
G599 ἀποθνήσκω = apodsnésko: de G575 y G2348; morir (literalmente o figurativamente):- matar, moribundo, morir, mortal, muerto, perecer. (Strong)
G2920 κρίσις = krísis: decisión (subjetivamente u objetivamente, pro o en contra); por extensión tribunal; por implicación justicia (específicamente ley divina):- juicio, justicia, condenación. (Strong).

Que corresponden en el paralelismo a la primera venida de Cristo para salvarnos, y su segunda venida para consumar nuestra salvación:
v Mueran una vez—y no más.
v Después el juicio—a saber, a la aparición de Cristo, a la que corresponde en el 9:28 esta palabra juicio”.
No reza: “y después la gloria celestial”. El estado intermedio es de expectativa gozosa, o si no, una horrenda esperanza de juicio; después del juicio viene el pleno y final estado de gozo, o de miseria.

I.       Muerte Física:

La muerte parece ser necesaria para cuerpos como los nuestros. El deterioro físico y la eventual disolución final son inevitables.
No obstante, la Biblia habla de la muerte como consecuencia del pecado. Dios le dijo a Adán: “El día que de él comieres, ciertamente morirás(Gn. 2:17).
Pablo nos dice que el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte (Rom. 5:12), y también que la paga del pecado es la muerte (Rom. 6:23). Pero cuando examinamos más detenidamente el asunto, vemos que Adán no murió físicamente el mismo día en que desobedeció a Dios.
En Rom. 5 y 6 Pablo contrasta la muerte que sobrevino a consecuencia del pecado de Adán con la vida que Cristo ha traído a los hombres:
v Ahora bien, la posesión de la vida eterna no anula la muerte física.
v Está en contraposición a un estado espiritual y no a un acontecimiento físico.
v Lo que se infiere de todo esto es que la muerte que es consecuencia del pecado va más allá de la muerte del cuerpo.

Pero a este pensamiento debemos agregar el otro de que los pasajes de las Escrituras que vinculan al pecado y la muerte no modifican el concepto de la muerte. Dichos pasajes no nos revelan otra cosa que no sea el significado usual de la palabra. Quizá debamos entender que la mortalidad es el resultado del pecado de Adán, y que el castigo incluye tanto el aspecto físico como el espiritual.
Pero no sabemos lo suficiente acerca de la condición de Adán antes de la caída como para hablar de ella. Si su cuerpo era semejante al nuestro, sería mortal; de lo contrario, no tenemos forma de saber cómo era, ni si era o no mortal.
Parecería mejor considerar que la muerte es algo que comprende al hombre completo. El hombre no muere como cuerpo sino que muere como hombre, con la totalidad de su ser. Muere como ser espiritual y físico.
Y la Biblia no hace una distinción neta entre los dos aspectos. Por lo tanto, la muerte física constituye tanto símbolo como expresión adecuados de aquella muerte más profunda que es consecuencia inevitable del pecado, con la que forma una sola unidad.

II.     Muerte Espiritual:

Esta muerte es un castigo divino. Ya hemos observado que Rom. 6:23 describe a la muerte como la paga del pecado, es decir la recompensa que merece el pecado.

Ayuda Hermenéutica:

G3800 ὀψώνιον = opsónion: neutro de un derivado presunto de lo mismo que G3795; raciones para un soldado, i.e. (por extensión) su estipendio o paga:- paga, salario, expensas. (Strong).

Pablo puede hablar de ciertos pecadores que conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte(Rom. 1:32). Es el pensamiento del juicio de Dios lo que está a la base de la referencia que hace Juan al pecado de muerte (1 Jn. 5:16). Esta constituye una verdad muy importante, pues nos permite apreciar cuán grande es el horror de la muerte. A la vez, paradójicamente, nos proporciona esperanza.
El hombre no ha quedado atrapado en una red tejida por la ciega fatalidad, de tal suerte que, habiendo una vez cometido pecado, no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Dios está por encima de todas las cosas, y si bien ha decretado que la muerte es la paga del pecado, también ha resuelto dar vida eterna a los pecadores.

El Nuevo Testamento a veces destaca las serias consecuencias del pecado haciendo referencia a la segunda muerte (Jud. 12; Ap. 2:11, etc.). Esta es una expresión rabínica que significa perdición eterna.
Debe entenderse en el mismo sentido que los pasajes en los que el Señor habla del fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles(Mt. 25:41), el castigo eterno” (en contraposición a lavida eterna”, Mt. 25:46), y otros pasajes similares.
El estado final del hombre impenitente se describe de varias maneras, tales como muerte, castigo, perdición, etc. Obviamente no sería prudente equipararla con ninguno de ellos. Pero es igualmente obvio que, según describe la Biblia, se trata de un estado que debe mirarse con horror.

A veces se objeta que esto no condice con la descripción de Dios como un Dios de amor. En este sentido, hay aquí un profundo misterio, pero al menos se puede decir que la objeción, en la forma en que se la presenta habitualmente, pierde de vista el hecho de que la muerte es un estado a la vez que un hecho. El ocuparse de la carne es muerte”, escribe Pablo (Rom. 8:6).
No dice que el ocuparse de la carne ha de producir la muerte; dice que es muerte, y agrega que la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede”. La misma verdad se expresa de una manera distinta cuando Juan dice: “El que no ama permanece en muerte (1 Jn. 3:14).
Cuando entendemos la verdad de que la muerte es un estado, nos damos cuenta de la imposibilidad de que el impenitente se salve, pues para esa persona la salvación sería una contradicción. Para ser salvo, el hombre debe pasar de muerte a vida (Jn. 5:24).

III.    Victoria Sobre La Muerte:

Un aspecto interesante de la enseñanza neotestamentaria sobre el tema de la muerte es que se pone el acento en la vida. Si consultamos una concordancia notaremos que en casi todas partes se utiliza el vocablo nekros = (‘muerto’) para describir la resurrección de los muertos o cosas parecidas.
En las Escrituras se enfrenta a la muerte como se enfrenta toda la realidad, pero el interés principal gira en torno a la vida, y la muerte se trata en forma más o menos incidental, como aquello de lo cual se salva a los hombres. Cristo adoptó nuestra naturaleza para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (Heb. 2:14).

NOTA: Heb.2:14-15: Jesucristo tenía que ser humano ("carne y sangre") para que pudiera morir y resucitar a fin de destruir el poder del diablo sobre la muerte (Rom.6:5-11). Solo entonces Cristo podría librar a quienes tenían un constante temor por la muerte a fin de que vivieran para El. Cuando somos de Dios, no tenemos por qué temer a la muerte, porque sabemos que esa es la única puerta de entrada a la vida eterna (1 Corintios 15).
La muerte y resurrección de Cristo nos libra del temor a la muerte porque esta ha sido derrotada. Toda persona morirá; pero la muerte no es el destino final, sino la puerta de entrada a una nueva vida. Todos los que temen la muerte deben tener la oportunidad de conocer la esperanza que nos brinda la victoria de Cristo. ¿Cómo puede anunciar esa verdad a los que están cerca de usted?

El poder del diablo siempre se considera como sujeto al dominio de Dios (Job 2:6; Lc. 12:5, etc.). De ningún modo tiene a la muerte sujeta a su arbitrio en forma absoluta, aunque esta, que es la negación de la vida, es su esfera natural. Cristo vino para poner fin a la muerte.

Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida”. (Job 2:6)

NOTA: Una vez más Satanás tuvo que buscar el permiso de Dios para causar sufrimiento a Job. Dios limita a Satanás, y en este caso, no le permitió destruirlo. (Job 2:6)

Como indica el pasaje de Hebreos, fue por medio de la muerte que derrotó a Satanás. Fue por medio de la muerte que quitó nuestro pecado. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas(Rom. 6:10). Aparte de Cristo, la muerte es el enemigo supremo, el símbolo de nuestra separación de Dios, el horror definitivo.
Pero Cristo se ha valido de la muerte para librar a los hombres de ella. Murió a fin de que los hombres pudieran vivir. Llama la atención el hecho de que el Nuevo Testamento pueda decir que los creyentes duermen en lugar de decir que mueren (por ejemplo 1 Ts. 4:14). Jesús cargó con todo el horror de la muerte, por cuyo motivo para los que están en Cristo la muerte ha sido transformada de tal forma que no es más que un sueño.

Hasta dónde alcanza la victoria que Cristo ganó sobre la muerte lo indica su resurrección. Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él (Rom. 6:9).

NOTA: Rom.6: 9-11. Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él—Aunque la muerte de Cristo fue en el sentido más absoluto un acto voluntario (Jn.10:17; 10:19; Hech.2:24), dicha entrega voluntaria dio a la muerte tal dominio (legítimo) sobre élque disuelve su dominio sobre nosotros. Pero una vez pasado esto, ya no tiene la muerteni aquel sentidodominio sobre él”. Porque el haber muerto, al pecado [esto es, en obediencia a la reclamación del pecado] murió una vez [por todas]; mas el vivir, a Dios [en obediencia a Dios] vive—Nunca hubo época alguna, en efecto, cuando Cristo no viviese para Dios”.
Pero en los días de su carne vivió bajo la carga continua del pecado puesta en él(Is.53:6; 2 Cor.5:21); mientras que, como ya ha quitado el pecado por el sacrificio de sí mismo”, “vive para Dios, el Fiador absuelto y aceptado, que no puede ser desafiado ni puesto en duda por los reclamos del pecado.
Así también vosotros [como lo hizo vuestro Señor mismo] pensad que de cierto estáis muertos al pecado, más vivos a Dios en Cristo Jesús—(Las palabras finales Señor nuestro, faltan en los manuscritos mejores)—Nótese:
(1) “La doctrina antinomianista no es tan sólo un error sino una falsedad y una calumnia”. Queperseverásemos en el pecado, para que la gracia creciese, no sólo nunca ha sido el sentimiento deliberado del verdadero creyente en la doctrina de la gracia, sino que es aborrecible a toda mente cristiana, como abuso monstruoso de la más gloriosa de todas las verdades (v. 1).
(2) Así como la muerte de Cristo no solamente expía la culpa, sino que también ocasiona la muerte del pecado mismo en todos los que están vitalmente unidos a él, así la resurrección de Cristo efectúa la resurrección de los creyentes, no sólo para la aceptación de parte de Dios, sino también a una novedad de vida (vv. 2-11).
(3) A la luz de estas dos verdades, examínense todos los que proclaman el nombre de Cristo, si son de la fe.

La Resurrección es el gran acontecimiento triunfal, y la gran nota de victoria en todo el Nuevo Testamento tiene su origen allí. Cristo es el:
v Autor de la vida (Hch. 3:15),
v Señor así de los muertos como de los que viven (Rom. 14:9),
v el Verbo de vida (1 Jn. 1:1).

Su victoria sobre la muerte es completa, y esa victoria está a disposición de su pueblo. La destrucción de la muerte es cosa segura (1 Cor. 15:26, 54ss; Ap. 21:4). La segunda muerte no tiene ninguna potestad sobre el creyente (Ap. 2:11; 20:6).
De acuerdo con este concepto, el Nuevo Testamento entiende la vida eterna no como la inmortalidad del alma, sino en función de la resurrección del cuerpo. No hay forma más gráfica de ilustrar el carácter definitivo y completo de la derrota de la muerte.

No solamente existe un futuro glorioso, sino que hay un presente glorioso. El creyente ya ha pasado de muerte a vida (Jn. 5:24; 1 Jn. 3:14). Está libre de la ley del pecado y de la muerte(Rom. 8:2). La muerte no lo puede separar de Dios (Rom. 8:38s). Jesús dijo: “El que guarda mi palabra, nunca verá muerte (Jn. 8:51).
Tales palabras no niegan la realidad de la muerte biológica; más bien nos encaminan hacia la verdad de que la muerte de Jesús significa que el creyente ha salido completamente de aquel estado que es la muerte.
Ha sido introducido en un nuevo estado, que ha sido muy aptamente caracterizado como la vida. En su momento atravesará la puerta que llamamos la muerte, pero el aguijón ha sido extraído. La muerte de Jesús representa la victoria sobre la muerte para sus seguidores.

Concluye:

La muerte significa el fin de la vida humana en la tierra (Gn.3:19). El ponderarlo puede causar un sentimiento de separación de Dios (por ejem., Salmo 6:5; 30:9; 88:5), pero al encarar la muerte se reconoce que hay que tener confianza total en el Señor

La muerte también es la ausencia de una comunión espiritual con Dios

La muerte es el resultado del pecado (Rom.5:12*; 6:23) y del diablo; en esta época en esta tierra caída, él tiene poder sobre la muerte hasta que Cristo se lo quite (Heb.2:15). Se enfatiza mucho la muerte de Jesús por los pecados del mundo porque es su victoria sobre la muerte en la resurrección corporal.

Aquellos que no están inscritos en el libro de la vida del Cordero (Ap.20:15) experimentan la segunda muerte (Ap.20:6; 20:14; 21:8), lo que significa la separación eterna de Dios y de su pueblo redimido.

*Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
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Bibliografía.
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- L.M.L.M. L. L. Morris, Ph.D., ex Director del Ridley College, Melbourne; Canónigo de la catedral de San Pablo, Melbourne, Australia.
- e-Sword-the. LEDD.
- Nuevo Diccionario Bíblico Certeza.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 04//01//2019. Dirección: Puyango-Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa. Tumbes. Consultas: Cel.942-562691 de 9 am.—5 pm.



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