lunes, 4 de febrero de 2019

CON RELACIÓN A OTROS CREYENTES: ROMANOS 14:


CON RELACIÓN A OTROS CREYENTES:
ROMANOS 14:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Romanos 14:1–15:7 se refiere al problema de las cosas cuestionables en la vida cristiana, y qué hacer cuando los cristianos sinceros están en desacuerdo respecto a prácticas personales. Pablo reconoce que en cada iglesia local hay tanto cristianos maduros («los que somos fuertes», 15:1) como inmaduros («el débil en la fe», 14:1) y que estos dos grupos pueden estar en desacuerdo sobre cómo debe vivir el cristiano.
Los cristianos judíos tal vez querían aferrarse a los días santos especiales y a las leyes dietéticas del AT., en tanto que los creyentes gentiles quizás convertían su libertad cristiana en libertinaje y ofendían a sus hermanos judíos.
Muchos cristianos tienen la falsa noción de que el legalismo extremo (observar días y dietas) muestra una fe fuerte, pero Pablo indica que ¡la verdad es precisamente lo opuesto! Es el cristiano maduro en la fe el que reconoce las verdades que se hallan en Colosenses 2:18–23.
En la iglesia de hoy tenemos diferencias en cuanto a cómo considerar tales cosas como las diversiones mundanas y Pablo nos dice cómo enfrentar y resolver tales diferencias:
·      No da una lista de reglas;
·    Más bien asienta seis principios básicos que pueden aplicarse a todos los cristianos y a todas las etapas del crecimiento.
Podemos indicar estos principios en forma de preguntas y probar con ellos nuestras vidas.

I.      ¿Estoy Plenamente Convencido? (Rom. 14:1–5):
Los cristianos no deben actuar por mera emoción, sino por convicción interna resuelta y firme que son el resultado de la oración y estudio diligente de la Palabra. No habría serios desacuerdos si todos los cristianos actuaran por convicción. Alguien ha dicho que opiniones es lo que sostenemos, mientras que convicciones son las que nos sostienen:
Ø El cristiano más fuerte no debe menospreciar al más débil por su inmadurez;
Ø ni tampoco el débil debe juzgar[1] a sus hermanos más maduros por su libertad.
Dios los ha recibido a ambos en Jesucristo y nosotros debemos recibirnos los unos a los otros. Nuestras vidas deben ser dirigidas por Él, no por las ideas ni juicios de la gente. Los cristianos maduros saben por qué se comportan como lo hacen y estas convicciones controlan sus vidas.

II.     ¿Hago Esto Para El Señor? (Rom. 14:6–9):
«¡Yo vivo mi vida!» es una afirmación que ningún cristiano debería hacer, porque pertenecemos al Señor, sea que vivamos o muramos. Él es el Señor y debemos vivir para agradarle:
·    Muy a menudo el cristiano que tiene prácticas cuestionables en su vida no puede decir con sinceridad que estas prácticas las hace «para el Señor»;
·    Porque en realidad las hace para el placer egoísta y no para honrar al Señor.
El Señor aceptará a los cristianos que observan días especiales para Él y no debemos juzgarlos. Eso es algo entre ellos y el Señor.

III.    ¿Pasará Esto La Prueba En El Tribunal[2] De Cristo[3]? (Rom. 14:10–12):
No tenemos derecho a juzgar a nuestros hermanos, porque todas nuestras obras serán juzgadas en el Tribunal de Cristo, no en el juicio ante el Gran Trono Blanco de Apocalipsis 20:11–15, sino en el juicio de las obras de los cristianos después del Arrebatamiento de la Iglesia (2 Cor. 5:10; 1 Cor. 3:10ss).

Romanos 14.10-12: Cada persona es responsable ante Cristo, no ante otros. Aunque la iglesia no debe transigir en cuanto a las actividades expresamente prohibidas por las Escrituras (adulterio, homosexualidad, homicidio, hurto), tampoco debe crear reglas adicionales ni regulaciones que se consideren al mismo nivel que la Ley de Dios. Muchas veces los cristianos basan sus juicios morales en opiniones, aversiones personales y prejuicios culturales antes que en la Palabra de Dios. Cuando hacen esto, muestran la debilidad de su fe. Piensan que Dios no tiene suficiente poder para guiar a sus hijos. Cuando estemos ante la corte de justicia de Dios (el tribunal de Cristo), no tendremos que preocuparnos de lo que nuestro vecino cristiano haya hecho (véase 2 Cor.5:10).

NOTA: Ap. 20:11-15: Aquí se describe el juicio de los que murieron en la incredulidad. Tiene lugar al final del Milenio; está basado en las obras, a fin de mostrar que tienen merecido el Castigo (v.12, aunque, por supuesto, estos impíos se hallan en este juicio por la razón primordial de haber rechazado a Cristo como Salvador durante el tiempo de su vida en la tierra); y el resultado para cada uno en este juicio es ser arrojado al Lago de Fuego. Esta es la Resurrección de Juicio o Condenación (Juan 5:29).

No tenemos que dar cuenta de la vida de nuestro hermano, de modo que no tenemos ningún derecho de condenar hoy. Sin duda que todos queremos tener vidas que resistan la prueba de fuego ante Cristo, vidas que reciban recompensas para su gloria.

IV.    ¿Soy La Causa De Que Otros Tropiecen? (Rom. 14:13–21):
Hay Una Cosa Que Debemos Juzgar:
Ø A nosotros mismos, de manera que veamos si estamos abusando de nuestra libertad cristiana y haciendo que otros tropiecen.
Ø Es cierto que nada es inmundo en sí mismo, pero hay algunas prácticas y hábitos que otros consideran inmundos.
Por consiguiente, si deliberadamente hacemos algo que es causa de que nuestros hermanos tropiecen, no estamos viviendo de acuerdo a la regla del amor. Es algo serio ser la causa de que otra persona tropiece y caiga en pecado.

Nótese: las palabras de Cristo en Marcos 9:33–50, donde «ofender» significa «hacer tropezar». El creyente que se aferra a su práctica cuestionable y hace que otro cristiano caiga en su andar con Dios, está ciego al precio que Jesús pagó en la cruz. Nuestro bien no debe producir malos comentarios.
Después de todo, la vida cristiana no es asunto de comer o beber (o cualquier otra práctica), sino de justicia, paz y gozo, todo lo cual viene del Espíritu. Nuestro objetivo no debe ser auto-complacernos, sino edificar a otros cristianos en amor.

Primera de Corintios 10:23 afirma que todas las cosas son lícitas para el creyente (porque no vivimos bajo la ley), pero no todo nos edifica ni nos ayuda a edificar a otros.
Véase también 1 Corintios 8. «Destruir» en Romanos 14:15 y 20 significa «derribar». ¡Qué egoísta es que un cristiano derribe la vida espiritual de otro debido a su egoísmo! Sus prácticas pueden ser lícitas, pero no están acorde a la ley del amor.

V.     ¿Hago Esto Por Fe? (Rom. 14:22–23):
La palabra griega para «fe»[4] en el versículo 22 significa casi lo mismo que «convicción», porque nuestras convicciones nacen de la fe en la Palabra de Dios. Estos dos versículos colocan el principio de que la vida cristiana es algo entre el creyente y su Señor, y que el creyente debe siempre asegurarse de que está en buena relación con Él.
Si hay dudas en cuanto a alguna de sus prácticas, no puede disfrutar de gozo y paz. «Condenado» en el versículo 23 no tiene nada que ver con el castigo eterno. Quiere decir que el cristiano que participa en alguna práctica con dudas en su mente, por su misma actitud se auto-condena y también a esas prácticas. Cualquier cosa que hagamos que no es de fe, es pecado, porque el cristiano vive por fe. «La fe viene [...] por la Palabra de Dios», dice Romanos 10:17; de modo que cualquier cosa que hago y que no puedo respaldar con la Palabra de Dios, es pecado, debido a que no puedo hacerla por fe.
«¡Si es dudoso, es sucio!», es una buena norma a seguir. Nadie bebería leche o agua que quizás esté contaminada; ni aceptaría alimento que pudiera estar envenenado. Sin embargo, muchos cristianos participan en prácticas que incluso el mundo cuestiona. Nunca enfrentan el hecho de que cualquier cosa dudosa no es de fe y, por consiguiente, es pecado.

VI.    ¿Agrado a Otros o a Mí Mismo? (Rom. 15:1–7):
Estos versículos encajan mejor en el bosquejo del capítulo 14. El fuerte debe sobrellevar las debilidades de los cristianos inmaduros y mientras lo hace, que trate de edificarlos en la fe. Debemos seguir el ejemplo de Cristo y procurar agradar a otros, no a nosotros mismos (Salmo 69:9). ¿Se aplica este versículo del AT., al cristiano del NT.?
Por supuesto que sí, porque Dios nos dio el AT., para enseñarnos, para que de las promesas de Dios recibiéramos paciencia, consolación y esperanza. Debemos ser unánimes, y lo seremos si todos los creyentes procuran ayudar a otros a crecer en el Señor.

La Conclusión final del apóstol Pablo en el versículo 7 es: recibanse unos a otros, porque Cristo los ha recibido a ustedes. Esto dará la gloria a Dios.
·     Las iglesias locales tienen el derecho a establecer normas, pero no más allá de lo que el mundo enseña.
·   Debemos permitir, en amor, lugar para las diferencias entre cristianos y no usar esas diferencias como oportunidades para dividirnos.

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Nota:
[1] G2919 κρίνω = kríno: propiamente distinguir, i.e. decidir (mental o judicialmente); por implicación tratar, condenar, castigar:- pensar, pleito, resolver, acordar, condenar, decidir, determinar, diferencia, hacer (justicia), juez, juicio, juzgar. (Strong).
[2] G968 βῆμα = béma: de la base de G939; escalón, i.e. del ancho del pie; por implicación tribuna, i.e. tribunal:- tribunal.
[3] G5547 Χριστός = Jristós: de G5548; ungido, i.e. el Mesías, epíteto de Jesús:- Cristo, Jesucristo, Mesías. (Strong).
[4] G4102 πίστις = pístis: de G3982; persuasión, i.e. credibilidad; moralmente convicción (de verdad religión, o la veracidad de Dios o de un maestro religioso), específicamente confianza en Cristo para salvación; abstractamente constancia en tal profesión; por extensión, el sistema de verdad religiosa (evangelio) en sí mismo:- fe, fidelidad, fiel, gracia. (Strong).

Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.

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