lunes, 11 de febrero de 2019

IMITAR A CRISTO: ROMANOS 15:


IMITAR A CRISTO:
ROMANOS 15:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez

Este capítulo concierne a los judíos y gentiles en la Iglesia, y revela tres ministerios diferentes que debemos reconocer y comprender:

I.       El Ministerio De Cristo Al Judío y Al Gentil (Rom. 15:8–13):
El que estudia la Biblia y no reconoce el ministerio doble de Cristo, primero al judío y después al gentil, nunca usará correctamente la Palabra de verdad. Cuando Cristo nació, su venida se anunció a la nación judía y se relaciona con las promesas del AT.
Como indica con claridad el versículo 8, Cristo fue primero un ministro para los judíos con el propósito de confirmar los pactos y promesas del AT. Véanse Lucas 1:30–33, 46–55, 67–80. Estos judíos llenos del Espíritu sabían que Cristo había venido a librarlos de los gentiles y a establecer el reino prometido.
Pero, ¿qué ocurrió? El pueblo de Israel rechazó a su Rey en tres ocasiones:
(1) Cuando permitieron que Herodes asesinara al mensajero del Rey, Juan el Bautista;
(2) Cuando pidieron que mataran a Cristo;
(3) Cuando mataron a Esteban.

Tanto en los Evangelios como en Hechos, el evangelio se entregó «al judío primeramente». Si Israel hubiera recibido a Cristo, se hubiera establecido el reino y las bendiciones hubieran fluido a los gentiles a través de un Israel convertido. Pablo ya ha mostrado en Romanos 9–11 que mediante la caída de Israel (no su ascenso a la gloria) el evangelio de la gracia de Dios ha ido ahora a los gentiles.
Hay un modelo de progreso en los versículos 9–11; los gentiles oyen la Palabra (Salmo 18:49); los gentiles se regocijan junto a los judíos (Dt. 32:43); todos los gentiles alaban a Dios (Salmo 117:1); y los gentiles confían en Cristo y disfrutan de su reino (Is. 11:10).

Estos versículos casi resumen la historia espiritual de Israel:
·     El versículo 9 (véase Hch. 10–14), cuando los judíos testificaron a los gentiles;
·    El versículo 10 (véase Hch. 15–28), cuando los judíos y gentiles participaron juntos en el testimonio de la Iglesia;
·  El versículo 11 (Hch. 28), cuando Israel finalmente fue desechado y se les dio a los gentiles un lugar prominente en el programa de Dios (conforme se describe en las cartas de Pablo a los Efesios y Colosenses); y
·     El versículo 12, el reino futuro, compartido con los gentiles.
El tema de la alabanza de los gentiles es Cristo. Hablando de ese día futuro cuando el Rey establezca su reino, el versículo 12 dice: «Los gentiles esperarán en Él».
Pablo entonces inicia el tema de la «esperanza» en la oración del versículo 13. No tenemos que esperar para tener gozo, paz y esperanza; el Espíritu puede darnos esas bendiciones ahora.

II.      El Ministerio De Pablo Al Judío y Al Gentil (Rom. 15:14–22):
Pablo anhela recalcar que es el apóstol de los gentiles. Fallar en ver el lugar especial del ministerio de Pablo en el programa de Dios traerá confusión al estudio de la Biblia que uno realiza.
En el versículo 16, Pablo se describe como un sacerdote del NT., ofreciendo a los gentiles a Dios como su sacrificio de alabanza. Cada vez que ganamos un alma para Cristo, es ofrecer otro sacrificio para su gloria:
Ø Su ministerio especial involucraba un mensaje único (el evangelio de la gracia de Dios, v. 16),
Ø Milagros extraordinarios (vv. 18–19), y
Ø Un método específico (v. 20, yendo donde Cristo no había sido predicado).

Pablo Era Un Pionero:
·      No mezclaba la ley y la gracia,
·      La fe y las obras,
·      Ni Israel y la Iglesia,
De la manera en que algunos maestros lo hacen hoy.

Sabemos que los judíos piden señales (1 Cor. 1:22), pero Dios también dio milagros para los gentiles (en Éfeso, por ejemplo, véase Hch. 19:11, 12). No debemos pensar, entonces, que debido a que hay milagros registrados después de Hechos 7 (el rechazo final de Israel) que Dios todavía se está relacionado con la nación de Israel.
A Pablo se le impidió ir a Roma, no por Satanás, sino por las exigencias del ministerio en tantos lugares donde el evangelio no se había predicado. Ahora que había abarcado todo el territorio posible, estaba listo para visitar a Roma.
El hecho de que Pablo estaba dispuesto a predicar en Roma indica que ningún otro apóstol había estado allí (Pedro, por ejemplo); porque su norma era ir a lugares donde no se había predicado el evangelio.

III.    El Ministerio De Las Iglesias Gentiles a Los Judíos (Rom. 15:23–33):
Pablo deseaba ir a España; si estuvo allí o no alguna vez, la Biblia no lo dice. La tradición dice que sí. En cualquier caso, en el momento que escribió esta carta estaba participando en llevar la ofrenda de auxilio a los judíos empobrecidos de Palestina, contribución de las iglesias gentiles que él había fundado.

Véanse los detalles en 1 Corintios 16 y 2 Corintios 8–9. Pablo da varias razones para esta ofrenda:
(1)  Obligación espiritual, v. 27. Puesto que los gentiles habían recibido todas sus bendiciones espirituales a través de los judíos, debían retribuirles materialmente en alguna medida.
Los cristianos de hoy necesitan tener presente que los gentiles son deudores a los judíos.
(2)   Amor personal, v. 29. Pablo sentía un gran peso en su corazón por los judíos y al traerles la ofrenda les expresaba su amor.
(3)   Unidad cristiana, v. 31. Algunos de los creyentes judíos (recuérdese Hch. 15) no estaban contentos con la entrada de los gentiles al redil. Esta ofrenda ayudaría a curar la brecha que algunos causaron al decir que los gentiles tenían que convertirse primero en judíos antes de que llegaran a ser cristianos.

En este pasaje surge la cuestión de la responsabilidad que los cristianos gentiles tienen hacia los judíos hoy. Por cierto que el programa de «al judío primeramente» (1:16) fue válido durante el período de los Evangelios y Hechos 1–7, pero ya no se aplica hoy.

Nuestra obligación hacia los judíos brota de la Gran Comisión, la gracia de Dios, quien nos escogió y nos ha injertado en el olivo (Rom. 11:20ss), y la pura lógica de Romanos 10:11–17. En cuanto a condenación se refiere, no hay diferencia entre judío y gentil.
En cuanto a salvación, tampoco hay diferencia. Pero Israel es todavía la nación escogida de Dios, a pesar de que fue puesta a un lado y cegada temporalmente; Israel es amada por causa de los padres (Rom. 11:28). Ningún cristiano debía ser culpable de albergar prácticas o sentimientos anti-judíos.
Más bien, debemos procurar testificarles y ganarles para Cristo. Como nación, Israel ha sido cegado; pero los judíos como individuos pueden hallar a Cristo conforme el Espíritu les abre los ojos.

Nótese: en el versículo 31 que Pablo veía venir problemas con los judíos incrédulos, ¡y el problema surgió! Repase Hechos 21:15ss y note cómo trataron a Pablo los judíos no salvos.

Este capítulo enfatiza una vez más la importancia de distinguir entre el judío, el gentil y la Iglesia (1 Cor. 10:32). Es más, las últimas palabras de Pablo en Romanos (16:25–27) se refieren al gran misterio de la Iglesia, el cual Pablo iba a revelar mediante su mensaje.
¡Ojalá nunca fallemos en ser administradores de sus misterios!



Clase Para El Miércoles:

Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.


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