¿Dónde
Están Los Que Te Acusaban?
(Juan 8:10-11)
“Enderezandose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?... Ella dijo:
Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te
condeno; vete, y no peques más.
(Juan 8:10-11)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Ayuda
Pastoral:
Introducción:
Jesús
Perdona a La Adúltera. Juan 7:53—8:11:
Existe un gran volumen de argumentos a
favor y en contra de lo genuino de este pasaje y de la ubicación en el
Evangelio de Juan de la historia de la mujer adúltera traída a Jesús. No aparece en los mss. Más antiguos, y
cuando luego aparece, se ubica en distintos lugares en el Evangelio: después del v. 36, después del
v. 44 en este capítulo, al fin del Evangelio o al fin del Evangelio de Lucas.
Por
esta razón algunos comentaristas lo omiten por completo, Borchert lo ubica al
fin del cap. 11, Morris lo asigna al apéndice de su comentario.
Plummer observa
que, a pesar de las opiniones muy variadas sobre este pasaje, una cosa es
cierta: todos están de acuerdo de que no estaba en el
ms. original, ni procedió de la pluma del apóstol Juan. Los argumentos
para apoyar este veredicto son varios y convincentes.
No
concuerda el estilo, el vocabulario, ni el tono con los escritos juaninos. Esta
historia interrumpe el desarrollo del Evangelio, separando dos afirmaciones de
Cristo que están relacionadas (ver 7:37, 38 con 8:12).
Además
de esta evidencia interna, existe abundante evidencia externa en contra de la
aceptación de este pasaje como parte del Evangelio. Por ejemplo, el ms. más
antiguo que incluye este pasaje es el uncial identificado con la letra “D” que
data de los siglos V o VI, pero este tiene la fama de varios agregados no
auténticos. Así, las evidencias interna y externa se unen para asegurarnos que
este pasaje no estaba en el texto original.
Si
esta historia no pertenece al Evangelio original de Juan, ¿cómo debemos tratarlo? La opinión
de muchos comentaristas conservadores es que debe ser considerada como una
porción genuina de la historia bíblica. El estilo del texto es similar al de
los Sinópticos, especialmente al de Lucas, lo cual explica por qué algunos mss.
Lo ubican al fin de este Evangelio.
Además,
el texto está totalmente de acuerdo con la conducta y las enseñanzas de Jesús
en otras ocasiones similares.
El
comentarista Lange dice que “es una reliquia apostólica”, y
Meyer
agrega que “es
una escritura de la edad apostólica”.
Agustín
sugirió que quizá este relato fue omitido de los mss. Antiguos para no dar la
idea de que Jesús trataba livianamente el adulterio.
Por
estas razones, aun reconociendo que el pasaje no constituye una parte original
de Juan, la RVA., sigue la tradición más popular de ubicarlo aquí, pero entre
corchetes.
Sin
embargo, la historia es claramente verdadera, y muy temprana época fue admitida
dentro del texto del cuarto evangelio.
1. De Camino A Jerusalén: vv.1, 2:
El
Jn.7:53 y también los del 8:1, 2 se
omiten en casi todos los mss., que omiten la historia de la mujer adúltera.
Morris
opina que este versículo indica que la historia perteneció originalmente a otra
narrativa, pero nadie sabe cuál.
Es
lamentable que, en la división de capítulos, realizada por el arzobispo Stephen
Langton en el siglo XI, y la numeración de los versículos, realizada por
Estienne en 1551, este versículo fuera ubicado en el cap. 7.
Si
este versículo corresponde aquí, se refiere a los miembros del Sanedrín quienes
se separaron, desilusionados por el fracaso de su plan y alarmados porque uno
de los suyos no estaba de acuerdo con su proceder.
El
monte de los Olivos se menciona diez veces en los Sinópticos, pero no se
encuentra en otra parte de este Evangelio (ver 18:1). El término gr. que se traduce se fue tampoco se encuentra en
Juan, pero es frecuente en los Sinópticos.
Jesús
tenía la costumbre, estando en Jerusalén, de pasar la noche en Betania en la
casa de Lázaro, Marta y María. Los Sinópticos indican que Betania estaba en, o
al lado de, el monte de los Olivos (ver Marcos 11:11 s.; Lucas 21:37 y 22:39).
La
expresión muy de mañana (v. 2)
traduce un término griego que no se encuentra otra vez en Juan, pero
frecuentemente en el NT. El verbo volvió, lit. “otra vez se fue”, sirve para unir
este episodio con su ministerio en el templo el día anterior.
Nótense: los verbos en
el tiempo imperfecto venía y enseñaba que describen acción continua. Sentado
era la postura común para uno que enseñaba.
2. La
Interrupción De Los Escribas Y Fariseos. V.3-6:
VV.3-6: Los
líderes judíos menospreciaron la Ley al arrestar solo a la mujer. La Ley exigía
que se apedrearan ambas personas involucradas en el adulterio (Lv.20:10; Deut.22:22).
Los líderes usaron a la
mujer como una trampa para hacer caer a Jesús. Si decía que no
debía apedrear a la mujer, lo acusaron de violar la Ley de Moisés. Si los
instaba a ejecutarla, lo acusaron frente a los romanos, que no permitían a los
judíos llevar a cabo sus propias ejecuciones (Deut.18:31).
NOTA:
VV.3-6: Escribas y los Fariseos—frustrados en
su tentativa de ayer, y esperando tener mejor éxito en ésta. Mujer tomada…
adulterando… Moisés nos
mandó apedrear—sencillamente, matarla (Deut. 22:22), pero en casos
agravados, por lo menos en tiempos posteriores, la muerte era probablemente por
apedreamiento (Ez.16:40).
Tú pues, ¿qué dices?
—esperando confundirlo, fuese cual fuese su
contestación: si él decía:
v Apedreada, eso parecería que él salía
de su esfera propia (porque Jesús no era un juez);
v Si prohibía que la apedrearan, eso
sería indicar que él quería relajar la moralidad pública.
v Pero estos hipócritas astutos fueron superados en inteligencia.
Inclinado hacia abajo—Se notará que él estaba “sentado”,
cuando ellos se acercaron a él. Escribía en tierra con el dedo—Por esta
actitud, parece, él quería hacerles ver su aversión a entrar a tratar el caso.
Pero como esto no les convenía, “perseveraban
preguntándole”, insistiendo en una contestación.
Finalmente, enderezandose, dijo: “El que de
vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”.
(V.7)
La
expresión los escribas y los fariseos (v.
3), refiriéndose a los que Juan llama “los judíos”, es común en los Sinópticos, pero sólo
aquí en este Evangelio. Tampoco Juan menciona en otra parte a los escribas,
pero los Sinópticos se refieren a ellos frecuentemente (22 veces en Mateo, 21
en Marcos y 14 en Lucas). Los dos términos no se refieren al mismo grupo:
· Los escribas normalmente eran fariseos,
· Pero no todos los fariseos eran
escribas.
Ayuda Hermenéutica:
Jn.8:3.
Adulterio[1] = moicheia Strong G3430: Relación sexual
ilegal, conexión ilícita con una persona casada, infidelidad marital. Moicheia es incompatible
con las leyes armónicas de la vida familiar en el reino de Dios; y como viola
el propósito divino en el matrimonio, el adulterio está bajo el juicio de Dios.
Los
escribas eran miembros de un grupo profesional que copiaban los textos a mano y
los analizaron, contando la frecuencia de letras y palabras, y cosas
semejantes. Puesto que los fariseos dedicaban mucho tiempo estudiando la ley de
Moisés, tenían un interés común con los escribas.
El
texto del ms. “D”
tiene “una mujer tomada en pecado” en
vez de en adulterio y también omite el objeto indirecto del verbo le trajeron
que se refiere a Jesús. Probablemente, la mujer vivía en Jerusalén. Muchos
preguntan por qué no trajeron también al hombre culpable de lo mismo.
Es
posible que el hombre se haya escapado, o es más probable que los escribas y
fariseos no tenían tanto interés en los culpables como en atrapar a Jesús en
una falta que ellos podrían usar para condenarlo.
La
mujer, sin el hombre, serviría perfectamente para sus propósitos. Poniéndola en medio describe un acto
carente de toda decencia humana, exponiendo a la mujer a la mirada de los
congregados allí. Con este acto la mujer fue doblemente humillada. No hay
evidencia de que los acusadores estuvieran actuando como una embajada oficial del
Sanedrín.
Se
dirigen a Jesús con el título Maestro, fingiendo respeto. El verbo ha sido sorprendida es
literalmente “ha
sido agarrada”. Probablemente estos hombres habían presenciado el
mismo acto de adulterio, requisito para acusarla, según algunos comentaristas,
y habían echado mano de ella, interrumpiendo el acto.
También,
todos los testigos no sólo tendrían que presenciar el acto, sino estar de
acuerdo en los detalles del evento para fundamentar su acusación.
Esto
indicaría la probabilidad de una trampa puesta deliberadamente para poder
producir la “carnada” necesaria para
otra trampa que iban a tender a Jesús. El grupo de acusadores sería numeroso,
otra evidencia de que dejaron escapar al hombre por no tener interés en la
presencia de él en su encuentro con Jesús.
Morris
observa que los abusadores manipulan el texto de la ley que dice “apedrear a los
tales”, que incluye tanto el hombre como la mujer y no se especifica
cómo serán castigados, sólo que morirán (ver Lv.20:10; Deut.22:22).
La
ley especifica el modo de matar en el caso de una virgen desposada con un
hombre (Deut.22:23 s.). La Mishna[2]
enseñaba que los adúlteros serían estrangulados. Parece que lo que ellos tenían
en mente era matar a la mujer sin juicio oficial.
Habiendo
presentado la evidencia en contra de la mujer y recordado a Jesús del castigo
que correspondía, según su interpretación, demandan una decisión de Jesús. El
pronombre tú es enfático.
Carson,
Morris y otros encuentran evidencia para indicar que los judíos, en el tiempo
de Jesús, raramente apedreaban a los culpables de adulterio.
“le dijeron: Maestro, esta
mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio”. (Jn. 8:4)
V.4:
M99 El
participio de presente aparece con un aoristo: ella fue
agarrada en el mismo acto de cometer.
El
v. 6 revela por primera vez, y en
forma explícita, la intención de los escribas y fariseos. Probarle traduce un
verbo que significa “tentar” o “probar” con el fin de causar una caída. Habían
fracasado en los intentos anteriores de prender a Jesús, ahora querían tener
una base sólida y legal para acusarle.
Se
piensa que lo que ellos tenían en mente era una trampa diseñada de tal manera
que, sin importar cómo contestara, sería culpable. Si él hubiera aprobado el
apedreamiento, se hubiera expuesto al juicio romano, pues la ley romana no
asignaba la pena capital para el adulterio.
Además,
en los casos de pena capital, las autoridades romanas tendrían que dar su
anuencia, si no ejecutar ellas mismas la sentencia. Ellos gustosamente le hubieran
acusado ante las autoridades romanas. Si hubiera contestado que no, se hubiera
pronunciado en contra de la disposición de la ley de Moisés.
Una trampa perfecta, sin salida,
según ellos. No anticiparon la respuesta silenciosa de Jesús. Muchos han observado que es la única ocasión
relatada en el NT., cuando Jesús escribió algo, y eso en la arena que pronto se
borró.
Es
inútil especular sobre el contenido de la escritura. Es posible que no haya
escrito palabras, sino meras marcas en la tierra, esperando una reacción de los
acusadores. El verbo compuesto traducido escribía, encontrado sólo aquí en el
NT., puede significar “dibujar o trazar una línea”.
Quizás
ellos pensaban que el silencio de Jesús se debía a su inhabilidad de contestar,
dándose cuenta de que estaba encerrado en una trampa sin salida. Ellos no
aceptaron la respuesta de silencio de Jesús y seguían insistiendo en una
respuesta directa e inequívoca. Les daría una respuesta, sí, pero no como ellos
esperaban, ni jamás podrían haber anticipado.
Según
la ley (ver Deut.17:7), los testigos oculares serían los primeros en tirar las
piedras.
4. “El que de vosotros esté sin pecado”. VV. 7-8:
V.7. El que de vosotros esté sin pecado—
· No queriendo decir sin pecado
completamente;
· Ni tampoco, inocente de una violación literal del Séptimo Mandamiento;
· Sino, probablemente, aquel cuya
conciencia le absuelva de cualquier pecado semejante.
Arroje… la piedra el primero—“la piedra[3]”, queriendo decir el primero en arrojarla (Deut.17:7).
Algunas
versiones insertan en el v. 8: “como si no los oyera”, pero esta
expresión no está en el texto gr. Otra vez Jesús aplica la prueba de silencio, dejándolos perplejos y con sus conciencias activándose y acusándolos de sus
propias faltas.
Ahora
la atención se cambia de la mujer tirada en el suelo a los acusadores, que a
esta altura quizás estarían pálidos y manifestando un agudo ataque de nervios.
Nótese: que Jesús no
les acusa de pecados, sino les deja solos con su conciencia.
Ellos
intentaron probarle a él para declararle culpable, pero con su respuesta les
probó a fondo y fueron ellos los que salieron culpables. Jesús convirtió la
trampa perfecta de ellos en una prueba perfecta para ellos. El verbo del tiempo
imperfecto salía, indicando acción continua, describe gráficamente la procesión
de los acusadores saliendo redargüidos y vencidos.
V.9. Oyendo… redargüidos de la
conciencia, salían se uno a uno… y quedó solo
Jesús—es decir, sin que quedara uno de sus
acusadores; porque, se agrega: la mujer… estaba en medio—“en medio” de la
audiencia.
Mientras
que la trampa dejó de agarrar a aquel para quien fue puesta, atrapó a los que
la habían puesto. Aturdidos por el golpe inesperado, se deslizaron, lo que hace
tanto más repugnante la desvergüenza de aquellos asquerosos hipócritas en traer
semejante causa ante el ojo público.
Los
más viejos serían los que eran más conscientes de las faltas en sus vidas que
los descalificaban para tirar piedras, pero al fin todos, sin excepción, se
fueron, uno por uno:
§ La conciencia comenzó a hacerse sentir.
§ Comenzando de los más viejos.
La
edad los convertía en guías, y su más larga experiencia en el pecado les
proporcionaba mayores motivos para acusarse a sí mismos. Sólo
quedaron dos personas: la pecadora y el amigo de los pecadores:
· Jesús podría haber lanzado la piedra, pues en él no había pecado;
· Pero más le interesaba la
rehabilitación del pecador que la minuciosa aplicación de la ley.
Por
un lado, es loable que su salida signifique un reconocimiento de sus propias
faltas. Es también probable que ellos tuvieran la sensación de que Jesús podía
leer sus corazones como libro abierto y no se atrevían a pretender inocencia.
4. Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? VV.10-11:
Por primera
vez (v. 10) Jesús se dirige
a la mujer, seguramente con una mirada de compasión. Esta mujer sí era culpable
de una grave falta moral, pero ahora se daba cuenta de que estaba en la
presencia de uno que la había rescatado de una muerte segura y que la miraba,
ya no como los curiosos o los que le habían tratado como un objeto sin valor,
sino como uno que la amaba a pesar de su miseria. Se habrá sorprendido por la
huida de sus acusadores.
El
término Mujer, contrario a lo que podría sonar a nuestros oídos, no expresa
falta de respeto. Es el mismo término con que Jesús se dirigió a su madre
cuando él estaba colgado en la cruz (19:26).
Las
palabras finales de Jesús a la mujer
(11) muestran su compasión vinculada con un enérgico mandamiento. Es claro por la
actitud de Jesús hacia la mujer que no condonaba el adulterio:
v Esta combinación de estricta justicia
y profunda compasión no es fácil de lograr,
v Pero es un fino ejemplo de cómo la iglesia debe tratar con la gente.
Jesús
está dispuesto a perdonar cualquier pecado que haya en su vida, pero la confesión
y el arrepentimiento
implican un cambio de corazón. Con la ayuda de Dios podemos aceptar el perdón
de Cristo y poner fin a nuestras malas obras.
Concluyó:
Muchos
delitos merecen un castigo más severo que el recibido, pero no debemos dejar
nuestra propia obra para asumir aquella a la cual no hemos sido llamados.
Cuando Cristo la mandó irse, fue con esta precaución: Vete y no peques más. Los que ayudan
a salvar la vida de un delincuente deben ayudar a salvar el alma con el mismo
cuidado.
Son
verdaderamente felices aquellos a quienes Cristo no condena. El favor de
Cristo para nosotros al perdonar los pecados pasados debe prevalecer en
nosotros:
v
Vete,
y
v
no
peques más.
___________
Nota y Bibliografía:
[1] moiqueia =
(μοιχεία,
G3430), adulterio. Se halla en Mateo 15:19; Marcos 7:21; Juan 8:3;
Gal.5:19.
Notas:
(1) El verbo moicao (véase A, Nº 2), se traduce
como «adulterio»
en Mateo 5:32; 19:9; Marcos 10:11-12, como parte de la cláusula verbal con que
se traduce el verbo, lit. «adulterar», cometer adulterio. (2) El
verbo moiqueuo
(véase A, Nº 3), «adulterar», «cometer adulterio»,
aparece en la segunda forma en dos pasajes (Mateo 5:27; Stg.2:11, dos veces).
(VINE).
[2] MISNÁ: = «enseñanza,
doctrina». Hacia el año 200 d.C., el rabino Yehuda Ha-Nâsî fijó por escrito todas
las tradiciones extra bíblicas halladas en los registros privados de sus
predecesores. Es su obra, escrita en lengua neohebrea, conteniendo términos gr.
y lat. Hebraizados, la que lleva el nombre de Misná. Pronto se le reconoció autoridad
en las escuelas rabínicas. Después de la muerte de Yehuda Ha-Nâsî se sintió la
necesidad de completar y de explicar la Misná. Los dos comentarios de la Misná
redactados por los doctores judíos de las escuelas de Tiberias (Palestina) y de
Babilonia reciben el nombre de Gemaras (estudio definitivo). Dichos comentarios
están redactados en arameo, uno de ellos en el dialecto galileo y el otro en el
babilónico. La Misná y los Gemaras son los elementos constituyentes del Talmud
(véase TALMUD). (Diccionario Bíblico Vila y Escuain).
[3] lithos =
(λίθος,
G3037), se utiliza:
(I) literalmente, de: (a) las piedras del suelo (por ejem.,
Mateo 4:3; 4:6; 7:9); (b) piedras sepulcrales (por ejem., Mateo 27:60;
27:66); (c)
piedras de construcción (por ejem., Mateo 21:42); (d) una piedra de molino (Lucas
17:2; com. Ap.18:21; véase MOLINO); (e) las tablas de la Ley (2 Cor.3:7); (f) imágenes
de ídolos (Hech.17:29); (g) los tesoros de la Babilonia comercial
(Ap.18:12; 18:16);
(II) metafóricamente: (a) de Cristo (Rom.9:33; 1 P.2:4;
2:6; 2:8) ; (b)
de creyentes (1 P.2:5); (c) de edificación espiritual mediante la
enseñanza de las Escrituras (1 Cor.3:12); (d) la ornamentación de los cimientos de la Jerusalén
espiritual y celestial (Ap.21:19); (e) la ornamentación de la Babilonia religiosa
(Ap.17:4; 17:4);
(III) en sentido
figurado, de Cristo (Ap.4:3; 21:11, donde «fulgor» tiene el sentido de «luminar», foster, véase LUMINAR).
-
e-Sword-the. LEDD.
- HARRISON,
Everett F. Comentario Bíblico Moody. Nuevo Testamento. Edit. CB. Pág. 157.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez.
24//02//2019. IGLESIA EVANGÉLICA BAUTISTA “EL SHADDAI”. Puyango-Ciudadela
de Noé. Los Cardos Mz.E-Lt.18. III
Etapa. Cel. 942-562691-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
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