martes, 19 de febrero de 2019

Los Primeros Misioneros Evangélicos En América Y Perú: Parte II

Los Primeros Misioneros Evangélicos En América Y Perú:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Con respecto al crecimiento de la presencia evangélica en la sociedad peruana, queremos responder dos preguntas fundamentales acerca del establecimiento de los Evangélicos y Protestantes en el Perú. La primera de ellas tiene que ver con el tipo de protestantismo que llegó a nuestras tierras, lo cual implica situarnos en el momento histórico del desarrollo de las misiones evangélicas hacia América Latina.
Los primeros evangélicos que llegaron al Perú con los emigrantes europeos comprometidos en la difusión de la Biblia. Entre ellos se destaca El misionero Bautista Diego Thomson para promover el sistema de educación lancasteriano, ciudadano escocés que llegó al puerto del Callao en el Perú el 28 de junio de 1822 invitado por el libertador del Perú general José de San Martín:
·    El proyecto de San Martín era que Thomson organizara en el Perú el sistema de formación de los maestros de escuela, a fin de popularizar la educación, reservada hasta antes de la independencia a los criollos y adinerados coloniales.
·   Más tarde se destaca en la difusión de la fe cristiana el misionero italiano Rev. Francisco Penzotti quien llegó al Perú en julio de 1888. Los esfuerzos de difusión de las Sagradas Escrituras impulsados por el Rev. Francisco Penzotti permitieron después la fundación de la Iglesia Metodista, primera congregación protestante en el Perú.

La Etapa De Los Precursores Evangélicos. (1824-1910).
La fe evangélica llega al Perú en estrecha relación con dos procesos que acontecieron en el mundo occidental: el avivamiento religioso protestante del siglo XVI en Inglaterra, y el fenómeno de la expansión del capitalismo, primero europeo y británico en el siglo XIX, y luego anglosajón y americano en el siglo XX.
Antes del período republicano, no podemos dejar de mencionar la realidad de una esporádica presencia protestante = evangélicos durante el período colonial en el Perú, manifestada básicamente a través de piratas y otros viajeros llegados a nuestras tierras, que fueron acusados y juzgados por la Inquisición bajo el cargo de vinculación con la "herejía luterana" en el siglo XVI.

Como Lo Señala El Historiador Evangélico Justo González.

 "... la mayor parte de los primeros teólogos protestantes afirmaba que la tarea misionera debía quedar en manos de la autoridad civil. Sin embargo es de consignar el hecho que, salvo notables excepciones, la mayor parte de los gobiernos protestantes tomó menos interés en la expansión del Evangelio que los gobiernos católicos. En todo caso, los comienzos de la expansión de las naciones protestantes fueron una de las causas principales de que surgieran dentro de las iglesias de la Reforma, movimientos que tenían en cuenta la existencia de pueblos fuera del ámbito de la cristiandad a los cuales era necesario llevar el Evangelio".

Tema II

Francisco Penzotti:

No hubo semejante, ni como evangelista ni como colportor[1] de la Biblia, en toda la historia del evangelio en América Latina
A fines de 1,800, en la católica ciudad de Arequipa, en el Perú, un hombre va de puerta en puerta ofreciendo ejemplares de las Sagradas Escrituras.
De repente se cruza con el obispo. Este, al saber que un «hereje» tiene la osadía de distribuir la «Biblia protestante», se encoleriza, y llamando a un vigilante, le ordena apresar al vendedor, quien es llevado a la intendencia. Allí el obispo lo denuncia como «propagandista audaz de libros inmorales y corruptos». Sin escuchar razones, el intendente ordenó encerrarlo en un calabozo inmundo.
En la cárcel, día tras día, habla y canta del amor de Dios mientras ora por aquellos hombres cuyas vidas están llenas de amargura indecible.
Una noche, ocurre un violento terremoto que espanta a la ciudad e infunde un pavoroso miedo entre los presos y sus guardianes. Pero el preso del Señor se mantiene sereno. Se oye su voz calmando con amables y alentadoras palabras —tanto a los reos como a los soldados. A la mañana siguiente todos comentan entre sí el comportamiento ejemplar y cristiano del prisionero. Ciertamente es un hombre de valor excepcional.


Tres semanas después, el mismo intendente que tan altaneramente lo mandó al calabozo, se presenta y comunica al valiente prisionero, que ha recibido un telegrama del Presidente de la República ordenando su inmediata libertad. El mensaje decía: «Vaya usted personalmente a sacar de la prisión a ese caballero».
Al salir libre no pocos prisioneros derraman lágrimas despidiéndose del hombre que iluminó sus tinieblas con la luz del evangelio.

¿Quién es este prisionero extraordinario? ¿Quién es este propagandista audaz y famoso? Es Francisco G. Penzotti, un cristiano autodidacta, predicador elocuente, incansable y valiente distribuidor de la Biblia por casi todos los países de la América Latina.

1.  DE LOS ALPES A LA RIVERA DEL RÍO PLATA:
 Francisco G. Penzotti nació en el pueblo de Chiavenne, situado en los Alpes de Italia, el 26 de septiembre de 1851.
Perdió a su padre a los seis años; su madre era mujer muy católica. El cura de la parroquia se encargó de educarlo. Penzotti se hizo monaguillo y ayudaba a su párroco protector.
En 1864, cuando tenía 13 años de edad, Penzotti fue invitado por su cuñada a Montevideo, Uruguay. Allí aprendió el español y la carpintería. Pronto tuvo su propio taller. A los 19 años se enamoró de una joven llamada Josefa, con quien se casó.
Muy pronto se reúne con amigos parranderos que lo invitan a los sitios de diversión. Una noche, en uno de esos cafés frecuentados por gente viciosa, un hombre le entregó un evangelio según San Juan. Penzotti lo leyó con interés. Tenía ya 24 años de edad.
Uno de sus amigos llevó a Penzotti a la Iglesia Metodista. Predicaba el misionero Juan F. Thompson, que venía de Buenos Aires y daba una serie de cultos. Josefa, la esposa de Penzotti, se convirtió al evangelio.

Francisco seguía siendo católico romano. Sin embargo, los sermones que le oyó a Thompson lo llevaron a una profunda crisis espiritual. Culminó con su entrega a Cristo cuando dos misioneros, el Rev. Milne y el Dr. Wood, le hablaron del Cristo Salvador.
Francisco Penzotti fue, desde su conversión, un activo propagandista del evangelio. Leía mucho la Biblia y otros libros cristianos. Tomaba folletos de propaganda y evangelios, y los repartía por las casas hablándole a todo el mundo de la fe cristiana.

Los curas se enteraron de la actividad de Penzotti en Montevideo. Difamaron su nombre y pagaron a un individuo malvado para que por la noche prendiera fuego a su taller de carpintería, y claro, la policía nunca daría con el incendiario. Esto le dio más tiempo al creyente para evangelizar. Aceptó el llamado de los cristianos de la Colonia Valdense de la Villa de La Paz. Como pastor, los atendía con mucha fe y consagración.

Dos años después, estuvo en Argentina. Ya su fama como predicador elocuente había llegado a esa capital. Distintas iglesias lo invitaron a predicar. La Junta Metodista comprendió que mejor sería tener a Penzotti como evangelista y no como pastor.

2.        EVANGELIZÓ EL CENTRO Y SUR DE AMÉRICA:
 En 1883, Penzotti y Gondolfo salieron en una gira de dieciocho meses. Habiendo predicado en el norte de Argentina, penetraron en Bolivia y llegaron hasta Chile. Meses después, Penzotti emprendió su segunda viaje misionero. Duró 13 meses y fue a los pueblos que había visitado en su gira anterior y muchos otros.
Caminaron por estrechos senderos en las empinadas montañas de los Andes, entre picos nevados, predicando en cada pueblo que visitaban. Enfermó al extremo de llegar a Montevideo sumamente débil y macilento. Pero al enterarse los valdenses y metodistas de su extensa gira, las distintas congregaciones querían oírlo.
Penzotti no descansaba yendo de un lado al otro, narrando todo lo sucedido en su segunda gira evangelísticas.
El hermano Milne, secretario de la Sociedad Bíblica, tenía que viajar a Inglaterra y lo invitó a que lo acompañara. Durante la travesía de dos meses en barco, se repuso totalmente. Milne y Penzotti visitaron muchas iglesias cristianas de Inglaterra, exponiendo la gran necesidad de obreros consagrados a la evangelización de América Latina.
Al regresar, los dos predicadores emprendieron una gran gira evangelísticas visitando las islas de Barbados, Curazao, Trinidad, pasando luego por Venezuela.
Allí, Penzotti y Milne sufrieron persecución, no solo en la Guaira, una ciudad de la costa, sino en Caracas, capital de la república venezolana. Sin embargo, continuaron visitando Puerto Cabello, Maracaibo, etc., vendiendo Biblias y predicando el evangelio sin intimidarse ante las amenazas de los curas católicos.

De Venezuela pasaron a Colombia. En Barranquilla, Milne enfermó. Penzotti siguió a Panamá y recorrió los 80 kilómetros que separan el Atlántico del Pacífico, distribuyendo la Biblia durante más de dos meses. La gira continuó, primero por el río Magdalena, y luego a lomo de mula hasta Bogotá.
Allí Penzotti predicó todas las noches, durante un mes, en la Iglesia Presbiteriana. Siguieron hacia el sur a lomo de mula, deteniéndose en los pueblos que tocaban, vendiendo Biblias y predicando el evangelio. De Colombia pasaron a Ecuador, luego Perú y Chile, regresando a Montevideo después de 14 meses de ausencia.

3.       EL INCANSABLE DISTRIBUIDOR DE BIBLIAS:
 En 1887, la Sociedad Bíblica Americana nombra a Penzotti su agente en la costa del Pacífico, zona comprendida entre Ecuador, Bolivia, Perú, y Chile. Por tanto, se mudó con su familia a la ciudad del Callao. Al año, los cultos eran sumamente numerosos. Había, además, seis distribuidores de Biblias en la ciudad. En 1890, camino a Arequipa, ocurrió su prisión ya mencionada.
En julio, Penzotti fue a prisión de nuevo, por orden de un juez llamado Porras. Lo metieron en una fría y húmeda celda que pocos resisten sin enfermar y morir.
Algunos días después, en todo Perú, se produjo un movimiento inusitado, dividiéndose la opinión, una en pro y otra en contra del prisionero. Por todas partes aparecían carteles diciendo:
«Muera Penzotti y los impostores protestantes», o «Abajo los curas y los frailes». Penzotti se volvió un personaje popular en todo el país. Porras y los curas comprendieron que el hereje sería absuelto y entonces apelaron a demoras innecesarias para ver si de esa manera Penzotti, en aquel húmedo calabozo, enfermaba y moría.

El pueblo se indignó más con las dilaciones del juicio pendiente. La prensa liberal independiente clamaba por la libertad del misionero metodista. Londres y Washington pidieron informes a sus representantes en Lima, dándoles órdenes terminantes de que auxiliaron a Penzotti en todo cuanto fuese necesario.
Ocho meses después, el 28 de marzo de 1891, el valiente héroe de Dios, fue puesto en libertad. Una muchedumbre enorme fue a recibirlo en la puerta de la cárcel.

4.      INSTITUTO FRANCISCO G. PENZOTTI:
El Instituto Francisco G. Penzotti se fundó en la ciudad de México en 1955. Se llamó así por el ejemplo de este gran siervo de Dios, hombre de gran visión, gran pensador, estudiante de la Biblia, lleno de amor y compasión por las almas y, sobre todo, con un deseo ardiente por llevar la Biblia a todo el pueblo latinoamericano.
Se cuenta que en una gira por Perú, Penzotti llegó a una aldea donde nadie quiso escucharlo. Deseoso de testificar de Cristo, entró en una cantina. Tampoco allí le prestaron atención. Así que dejó una Biblia sobre una mesa. Unos meses más tarde regresó al mismo poblado. Buscó la cantina. Cuál no fue su sorpresa al ver que el lugar se había convertido en un templo evangélico. ¡El cantinero se convirtió al evangelio leyendo aquella Biblia!
La Sociedad Misionera Metodista Norteamericana ordenó al doctor Wood que pasará de Montevideo a Perú a encargarse del trabajo organizado por Penzotti. Este continuó su labor de difundir la Biblia en otros países. La Sociedad Bíblica Americana, comprendiendo la buena labor que durante muchos años venía realizando Penzotti en Sur América, lo nombró, en 1902, agente en México y Centro América. Al fallecer Milne, Penzotti fue designado como agente para toda América del Sur.
Francisco Penzotti en sus distintas giras por Latinoamérica vendió personalmente 125,000 libros y, bajo su dirección, se distribuyeron más de 2’000,000 de Biblias.
Después de muchos años de fructífera labor cristiana, falleció en Buenos Aires el 24 de julio de 1925.

5.       CRONOLOGÍA DE LA VIDA DE FRANCISCO G. PENZOTTI:
          (GRAN COLPORTOR METODISTA).
Esta página es en homenaje a la vida de un siervo del Señor que dedicó su vida a la difusión de la palabra de Dios en el continente americano. Su testimonio de vida y consagración al ministerio de la distribución de la Biblia y evangelización de nuevos creyentes, nos sirva de ejemplo a todos los creyentes y de manera muy especial a asumir la tarea que el Señor Jesucristo nos ha encargado: “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).

Fechas:                                                Lugares:         
1851:
26 de Setiembre, nacimiento de Francisco G. Penzotti en la ciudad de Chiavenna, Italia.

1864:
Llega a la ciudad de Montevideo, Uruguay, a la edad de trece años.

1870:
Contrae matrimonio con Josefa Joaquina Sagastibelza, nacida en Elduayen, España. La ceremonia religiosa se realizó en la catedral de Montevideo. Tienen ocho hijos: Adela, Francisco, Alberto, Elisa, María Esther, Pablo, Pedro, Daniel.

1875:
En los primeros días del año conoce el Evangelio en Montevideo, Uruguay.
1876:
Enero, se produce su conversión, en el templo metodista de la calle treinta y tres. A su cargo estaba el Rev. Dr. Thomas B. Wood, quien hizo realidad su conversión.

1879:
Marzo, Penzotti es enviado por el Dr. Thomas B. Wood como evangelista a la Colonia Valdense de Uruguay. Algunos valdenses se disgustaron por ser un evangelista metodista.

1883:
Penzotti se dirige a Chile, cruzando los Andes y pasando por la ciudad de Tacna, en la cual permanece un buen tiempo.

1887:
La Sociedad Misionera Metodista nombró a Penzotti como Agente de la Sociedad Bíblica Americana, para actuar como colportor de biblias en la costa del Pacífico.
05 de Diciembre, Penzotti se embarcó, con su familia y el colportor J.B. Arancet, rumbo al Perú. Hizo escala en Arica por seis meses debido a una epidemia de fiebre amarilla.

1888:
Febrero, pierde a su hija menor, de dos años, Elisa. A los siete días nacía su hija María Esther.
Julio, llegan al Callao procedente de Uruguay. Alquila un local y realiza el primer servicio religioso, celebrado con la asistencia de la familia de Penzotti y el matrimonio Noriega (Manuel y Teresa).
Octubre, la asistencia llega a más de cincuenta personas y luego a trescientas. Los ingleses ofrecieron su capilla, que permanecía cerrada por falta de pastor.
Los enemigos de Penzotti amenazaron volar la capilla con dinamita. Los ingleses aterrorizados aconsejaron a Penzotti volver a su anterior local y así lo hizo.
19 de Octubre, entre la labor de colportaje y la tarea pastoral, Penzotti administró su primer bautizo en la persona de una niña.

1889:
Penzotti organiza grupos de estudios, lo que trajo como consecuencia la formación de una congregación metodista en el puerto del Callao, la cual se constituyó el 10 de Enero, siendo la primera iglesia evangélica que se fundó en el Perú, conocida como Iglesia Metodista Episcopal del Callao. Penzotti fue su fundador y primer pastor.
16 de Junio, Penzotti realiza el primer matrimonio en la iglesia.
Agosto, la congregación se trasladó de la calle Teatro a la calle Colón 214, que era una vieja bodega.
El cura Vidal y Urías llegó a ensuciar las puertas del salón con excremento. Puso candado a las puertas, dejando encerrada a la congregación, pero el hermano Manuel Rubio, que había llegado tarde, pudo abrir el candado con una llave.

1890:
Enero, Penzotti viaja al sur del país, dejando encargada la congregación a los hermanos. Envió a Arancet e Illescas a Mollendo y él se fue a Arequipa. Los dos colportores escaparon milagrosamente de morir apedreados, mientras que a Penzotti lo llevaron a la cárcel, en la cual permaneció diecinueve días y predicando el Evangelio a los presos. Salió en libertad por orden del Presidente de la República, Don Andrés Avelino Cáceres.
26 de Julio, a las 7.00 A.M., en pleno desayuno, se presentó un oficial con cuatro agentes para llevarlo detenido por el delito de haber violado el Artículo 4° de la Constitución. La acusación la hizo el sacerdote y abogado, José Manuel Castro ante la autoridad judicial, solicitando un año de prisión y su posterior expatriación.
Penzotti fue conducido a la prisión, entre cuatro bayonetas, como un vulgar criminal. Fue encerrado en Casas Matas”, en un calabozo del Castillo Real Felipe.

Penzotti en la cárcel escribió el siguiente himno:
¿Qué me importa del mundo las penas
Y doblada tener la cerviz?
¿Qué me importa que esté entre cadenas,
Si me espera una patria feliz?
Resignado, tranquilo y dichoso
De la aurora me encuentra la luz,
Porque sé que Jesús bondadoso
Por su pueblo ha expirado en la cruz.

Los presos acogieron a Penzotti y él se convirtió en el consuelo para ellos. Su esposa Josefa consiguió que se le permitiera traer a su calabozo una cama y alguna otra comodidad, así como la comida diaria, ya que Penzotti no podía comer el arroz y los porotos medios crudos y mal condimentados, que se servían diariamente a los presos.
El encierro de Penzotti dio lugar a una manifestación del pueblo, tanto a favor como en contra. Los comerciantes utilizaban el apellido Penzotti como señuelo de propaganda para los artículos de su comercio. Hasta los periódicos se interesaron por el asunto Penzotti.
La esposa de Penzotti logró una entrevista con el Ministro de Gracia y Justicia. De la cual el Ministro comentó: "Es Ud. la primera esposa, que yo conozco, capaz de defender a su marido con la valentía con que Ud. lo ha hecho; y por ello la felicito". Y ante la negativa de la señora de Penzotti de acceder a salir del país a cambio de la libertad de su esposo, el ministro exclamó: "¡Pues, Señor! ¡Jamás me vi en un trance igual! ¿Será que estos tercos y audaces protestantes han conseguido resucitar a la mujer espartana? Si no corto por lo sano, hubiera sido capaz de convencerme de que no soy cristiano. Y en verdad, que no le falta razón. ¡Cuán necesitados estamos en el Perú, de mujeres como ésta! Pero el Catolicismo no crea tipos de ese temple".

Otra acusación es hecha contra Penzotti: "seducción a los presos"; es decir, que intentó regenerarlos; lo que se le achacaba como un crimen.
En la cárcel Penzotti logró convertir a muchos presos, siendo luego miembros de la iglesia, al salir de la cárcel.
La reacción nacional e internacional no se hizo esperar. Los liberales y las logias masónicas clamaron: "Porque el asunto Penzotti se ha convertido en cuestión nacional; puesto que ante el mundo civilizado, ya no es Penzotti, sino la nación peruana, la que está presa bajo la odiosa tiranía clerical" Londres y Washington dieron instrucciones a sus representantes para que enviaran información y auxilien a Penzotti. Los abogados, Dr. José María Vivanco, Dr. José B. Ugarte, y Dr. Alberto Quimper, por encargo de la logia masónica, patrocinaban la defensa de Penzotti.  El apoyo de la Masonería respondía a un movimiento encabezado por ilustres hermanos y dirigentes políticos liberales que tuvo como objetivo promover y lograr la derogación del Art. 4° de la Constitución de 1860 que prohibía la difusión de otra confesión que no fuese la católica.
Un ingeniero norteamericano y cristiano E. E. Olcott, que recorría la región minera del Perú, lo visitó y sacó las fotografías, con un artículo de lo sucedido a los periódicos (New York Herald y otros) de los Estados Unidos de Norteamérica y éste fue publicado.
Un día el hijo de Penzotti llegó a la celda sin la cestita con los alimentos, ya que no había para comer en casa. Él despidió a su hijo pidiéndole que en casa estén en oración, que así también lo estaría él. Penzotti con lágrimas gimió ante el Señor y solicitó su ayuda para dar de comer a su familia.
Mientras tanto los presos al enterarse de la situación del preso amigo, hicieron una colecta y se la dieron. Sin embargo, él no la aceptó de inmediato, pidió que le dieran un plazo de tres horas para recibir la ayuda de Dios, de lo contrario la aceptaría. Al cabo de una hora, llegó su hijo trayendo la correspondencia que acababa de llegar. Entre las cartas encontró una que venía de los Estados Unidos de Norteamérica y en el interior había una letra de cambio con una cantidad respetable. Los presos no podían creer lo que estaban viendo y se retiraron con la cabeza cabizbaja y sin pronunciar palabra alguna.

1891:
28 de Marzo, a las 5.00 P.M. Penzotti salía de la cárcel en compañía de sus abogados en medio de aplausos, vivas y vítores de la multitud. Al día siguiente, Domingo de Ramos, la capilla se llenó de una concurrencia que quería escuchar a su Pastor.
24 de Agosto, llegó el Rev. Dr. Thomas B. Wood para ponerse al frente de la Obra. Penzotti tomó un descanso y se fue a Santiago de Chile, donde tenía en un colegio a sus dos hijas y de allí se marchó a Buenos Aires, Argentina, para el enlace de su hija Adela. De Buenos Aires regresó al Perú para continuar su labor.

1894:
Enero, luego de un tiempo la Sociedad Bíblica Americana solicitó a Penzotti hacer un viaje de exploración a América Central.

1903:
06 de Junio, en la Iglesia Metodista de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica, fue consagrado Penzotti, Diácono y Presbítero de la Iglesia Metodista Episcopal. Regresó al Perú para ver a su familia y luego partió a ocupar su nuevo puesto en América Central.

1906:
La familia Penzotti se reúne con él, dejando definitivamente el país.

1910:
Penzotti visita el Perú en una gira al continente sudamericano.

1925:
24 de Julio,
Penzotti fue llamado a la presencia del Señor, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

BIBLIOGRAFÍA:
o   G.M. Airth, Intrépidos, Librería Editorial Cristiana S.R.L., Argentina.
o   A. Pereira Alves, Semblanzas Evangélicas, Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, EE.UU.
o   La Biblia en las Américas, Sociedades Bíblicas Unidas.

Referencia:
1. Palabra empleada por los protestantes de todo el mundo para designar a los vendedores ambulantes empleados por una Sociedad biblica para ofrecer ejemplares de las Sagradas Escrituras al mayor público posible.

Fuentes de Información:
   Celada, Claudio, Un Apóstol Contemporáneo (La vida de F.G. Penzotti), Editorial “La Aurora”, Buenos Aires, 1945.
   Actas de la Iglesia Metodista del Callao, 1888-1925.


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-Aarón Espinoza. Publicado por LOGOI.
-e-Sword-the. LEDD.
-Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 04//04//2016. 06//04//2016.  06//02//2019. IGLESIA  EVANGÉLICA BAUTISTA EL SHADDAI”. Puyango-Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa.  Cel. 942-562691-Tumbes.

charlyibsh@hotmail.com


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