lunes, 29 de abril de 2019

LA DESTRUCCIÓN DE LOS AMORREOS: JOSUÉ 10:1-43


LA DESTRUCCIÓN DE LOS AMORREOS:
JOSUÉ 10:1-43

Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

I.   Batalla en Gabaón. Josué 10:1-15. La alianza con Gabaón[1] permitió establecer una cuña muy pronunciada en el camino hacia el sur.

a. La Razón De La Confederación Antiisraelita. Josué 10:1-5.
Esta confederación es una respuesta a la amenazante presencia de los israelitas, ahora en alianza con los gabaonitas. Gabaón era una de las ciudades más importantes de esta zona, en términos militares, y por eso los otros reyes se sintieron seriamente amenazados.
El objetivo de la confederación de estos cinco reyes era castigar al rey de Gabaón por su traición y como medida para contrarrestar el avance de los israelitas. Quien promovió esta unión fue el rey de Jerusalén, Adonisedec (v. 3a; significa “señor de justicia”). Jerusalén se encontraba a sólo 9 km. y medio de Gabaón y era una ciudad preeminente del sur.

Este sería uno de los fortines que más tarde los israelitas alcanzarían con mayor gusto porque allí se establecería la capital del reino de Judá y se convertiría en el centro religioso de la nación.

b. Primera Incursión Con Los Nuevos Aliados. Josué 10:6-8.
Es probable que Josué viera esta unión de los reyes en su contra como un castigo de Jehová por su alianza con Gabaón. Sin embargo, Josué se preparó para el combate con todos los hombres de guerra partiendo desde Gilgal que era la sede del campamento.

La orden de Jehová (v. 8) es típica de las que había dado anteriormente para garantizar el éxito en la toma de Jericó y Hai. En esta ocasión la campaña hacia el sur estará garantizada de nuevo porque Dios mismo es quien entrega en las manos de Josué a los reyes confederados del Sur.

c. La Acción Redentora De Jehová. Josué 10:9-15.
Esta acción redentora se manifiesta nuevamente como una combinación de acciones. Por una parte, están la disciplina y la organización del ejército de Israel, que es el ejército de Jehová. Los de este ejército marcharon casi toda la noche para aprovechar la oscuridad que los podría encubrir y de esta manera impactar a los enemigos con el factor sorpresa.
Por otro lado, está la intervención milagrosa de Jehová que permitió que la huida de los confederados no surtiera efectos positivos y por el contrario, dicha intervención facilitó la entrega en manos de Josué y de su ejército (vv. 10, 11).

Dos hechos merecen destacarse en esta nueva intervención milagrosa: Uno, la granizada que causó más muertos que los que provocó el uso de la espada. Las tormentas de granizo en oriente son espantosas, pues el granizo es tan grande como las nueces y algunas veces como los puños. Su gran tamaño y la violencia con que caen los pedazos los hacen muy dañinos para los seres humanos. El hecho milagroso radica en que dicha granizada afectó solo a los amorreos que huían, mientras que no afectó a los israelitas, quienes eran los perseguidores.
Tal vez en la actualidad se puede notar que es muy común que llueva torrencialmente sobre un sector de la ciudad y en cambio a pocos metros de ese lugar la tierra está completamente seca. No obstante la acción redentora de Jehová permitió que esta granizada afectara precisamente a quienes se necesitaba retener y destruir.

El otro evento milagroso es el que se menciona en el v. 13: “Y el sol se detuvo y la luna se paró”. Este relato forma como un paréntesis que permite una descripción poética de la victoria, que fue ganada por la milagrosa intervención de Jehová.
La cita corresponde a un libro llamado Jaser” (v. 13; ver nota RVA) que contenía relatos épicos sobre los grandes héroes de Israel. Al parecer la cita va desde el v. 12 al 15; contiene la oración de Josué y la intervención milagrosa de Dios. El relato ha sido menospreciado por los científicos, tal vez por una mala comprensión de las palabras que se utilizan en este pasaje.

Algunos comentaristas basados en la etimología de las palabras utilizadas en el hebreo para hablar de la detenciónconcluyen que lo que Josué pidió no era la prolongación del día, sino que se prolongara la oscuridad pues su ataque había comenzado al amanecer y por sorpresa. Los amorreos al advertir ese ataque huyeron pronto, por lo tanto lo que convenía a los israelitas era que el día no aclarara para que la confusión inundara a los amorreos.

La oración de Josué (v. 12c) fue en verdad muy temprano en la mañana si se toma en cuenta la ubicación de la luna en el valle de Ajalón, en el oeste, y del sol sobre Gabaón, un lugar, montañoso, en el este (v. 12). Hay una explicación sugerente, pero respetuosa del sentido del texto en el Nuevo Comentario Bíblico.
Dice que la palabra traducida detente (del verbo heb. damam  H1826) significa literalmentepermaneced silencioso o con frecuencia tiene el sentido de cesaro dejar de hacer (Salm.35:15).
Otro verbo similar en significado es traducido se detuvo (v. 13c; amad  H5975) puede llevar el sentido de cesar”. El significado básico de la palabra traducida ponerse” (v. 13) puede ser venir o ir”. Comúnmente se utiliza para hablar de puesta o caída del sol, cuando se relaciona con este.
Pero el caso es que en esta oportunidad la palabra se usa en forma poética lo cual amplía su sentido. La palabra, usada aquí en un marco poético, puede aplicarse a la luz que llega o a la salida del sol, por lo tanto la frase casi un día entero” podría traducirse como cuando el día fenece”.
De modo que la oración en el v. 13b puede traducirse, según Blair, así: “El sol dejó de brillar en medio del cielo y no se apresuró a venir (así que estaba) como cuando el día fenece”. Con este sentido, la derrota de los amorreos ocurrió en medio de la oscuridad y la tormenta. Quédese claro: de cualquier modo en que se traduzca ese versículo no se excluye la intervención divina o para alargar el día o para alargar la noche.

El v. 14 es una reflexión sobre el evento milagroso en el que Dios actuó. Ese día es inolvidable históricamente hablando no sólo porque Jehová haya actuado milagrosamente sino que se destaca también el hecho que Jehová escuchó la voz de un hombre; porque Jehová combatía por Israel (v. 14c).

Cualquier cosa puede suceder cuando Dios responde en consonancia con su lealtad y fidelidad al pacto hecho con los seres humanos. Su respeto a la palabra de un pacto se mantiene incólume aún en medio de circunstancias adversas.
Es importante recordar, según la reflexión del v.14, que Jehová no respondió a la oración porque esta fuera muy elocuente o poderosa debido a quien la hacía. Respondió porque él combatía por Israel (v. 14d).

En la actualidad se enfatiza con mucha frecuencia el poder de la oración o la necesaria intensidad de la oración. Así casi se sobrevalora el papel del que ora o de la oración misma. Este énfasis puede desviar la mirada de la fe que debe ser colocada en el autor y consumador de la misma (comp. Heb.12:2). Puede provocar una confusión e inseguridad permanente acerca de la fidelidad de Dios y sobre la manifestación de su voluntad.
Cuando el énfasis está colocado sobre la oración o sobre el que hace la oración, el objeto de la fe, es decir, Dios mismo, puede ser malentendido e incluso su nombre puede ser manipulado:
·   Lo primero ocurre porque se espera que sea la oración la que determine la acción de Dios y no su voluntad o su fidelidad.
·  Lo segundo puede ocurrir cuando lo que sucede después de la oración puede ser interpretado al antojo del que ora al mostrarlo como una respuesta evidente a su oración.
Quizá se debería dar más importancia a la manera de confiar en Dios a través de la oración, antes que convertir a estas en táctica o estilo para dar órdenes a Dios sobre lo que deseamos.

El v. 12 advierte que Josué había hablado con Jehová antes de hablar delante de los israelitas. Por lo tanto su acción ante el pueblo no tuvo el objetivo de vanagloriarse a sí mismo sino que era el resultado lógico de una confianza plena en la fidelidad de Dios a su pueblo.

Un aspecto más que vale la pena subrayar es que Jehová respondió así porque él combatía por Israel. Con frecuencia se acostumbra orar a Dios como si este estuviese sentado en un trono, impasible mirando los acontecimientos humanos.
Lo que se deduce de este versículo (v. 14) es que él también combatía, estaba presente y participaba del ardor de la lucha. Dios hacía suya parte de la angustia y el afán que vivían los combatientes de Israel.

La respuesta a la oración no es simplemente algo que hace desde lejos, sin comprender muy bien lo que está pasando. Por el contrario, su respuesta se da en medio de las circunstancias, comprendiendo lo que sucede y aún más, sabiendo lo que conviene porque mira más allá del presente inmediato.

II.     Captura De Cinco Reyes En Maceda. Josué 10:16-28.
El texto del v. 15 parece indicar la culminación de una parte del relato, y a partir del v. 16 se describe la captura de los reyes de la confederación y su posterior sometimiento.

La captura demuestra que los israelitas ya estaban muy cerca de sus enemigos y por ello tal vez los reyes recurrieron al escondite. Pero la ingeniosidad de Josué se hizo manifiesta al capturarlos en la misma cueva mientras seguía a los demás combatientes que alcanzaron a llegar a las ciudades (vv. 18, 19).

Una vez que los combatientes de Israel pusieron los pies sobre el cuello de los reyes como señal de sometimiento y sumisión, los mataron y los colgaron hasta que se puso el día como escarmiento para quien eventualmente los viera. Los combatientes de Israel los sepultaron en el mismo lugar, dejando como huella un bloque de piedras como testimonio de aquella batalla.

Este hecho es comprobado históricamente por los historiadores de Israel, como John Bright (p. 137), quienes afirman que a pesar de la dificultad para armonizar cada uno de los detalles del relato bíblico con los descubrimientos arqueológicos, es cierto que durante el siglo XIII a. de J.C. hubo una irrupción violenta en Canaán que coincide con las batallas que Josué ha librado en el Sur contra estos reyes.

Campaña Del Sur. JOSUÉ 10:29-43:

La victoria en Betjorón fue el inicio de una campaña que pudo haber durado mucho tiempo, pero que dio por resultado general el sometimiento del Sur a los israelitas.

La estrategia de Josué fue la de realizar una serie de rápidos ataques a varias ciudades cananeas que terminaron por someter a sus reyes aunque no significó la ocupación de las ciudades. Los ataques fueron de exterminio y destrucción pero no de ocupación ni de asentamiento inmediato.

Los estudiosos sobre la arqueología advierten que al parecer hubo destrucciones repetidas de algunas ciudades, y por lo tanto conquistas repetidas de las mismas. En parte estas afirmaciones se basan en la incongruencia que se encuentra entre este capítulo de Josué y el cap. 1 de Jueces.
Sin embargo, se ha de recordar que el relato del libro de Josué es por sí mismo un testimonio que tiene una intención más teológica que histórica, sin que por ello este aspecto sea secundario.
Al final del capítulo (vv. 40-43), se define el territorio conquistado según las regiones que lo componen:
·      Montañas,
·      Estepas,
·      Llanos, y
·      Laderas.

Ubicaciones:
Ø Las montañas se refieren a la zona de Judea;
Ø Las estepas al Néguev que eran semiáridas y se prolongaban hasta el desierto en el Sur;
Ø Los llanos o Sefela, al pie de las montañas entre la planicie costera y la región montañosa central; y
Ø Las laderas el territorio que desciende hacia el este en dirección al mar Muerto.

Se menciona que Josué no dejó sobrevivientes (v. 40c; sarid  H8300); pero esto debe ser entendido a la luz del v. 20 que menciona que algunos escaparon hasta las ciudades fortificadas. Al parecer los únicos sobrevivientes fueron estos.

Este ataque es parte del proceso profiláctico que la presencia de Israel dirigido por Jehová hace en Canaán. No sólo es un cuestionamiento del orden social implantado por los reyes sino de las tradiciones religiosas en las cuales estos estaban sustentados. Esto explica la operación tipo rastrillo que practicaron los combatientes de Israel (v. 40c). No debía quedar huella alguna.
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Nota:
[1] H1391 גִּבְעוֹן = Guibón: de lo mismo que H1387; montuoso; Guibón, un lugar en Palestina:- Gabaón. (Strong)



Estudios para el Domingo.

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