MATRIMONIO Y CELIBATO:
1 CORINTIOS 7:
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Este capítulo analiza los problemas
del matrimonio y del hogar. A
partir de este capítulo Pablo responde las preguntas que los corintios formularon
en la carta que le escribieron (véanse 7:1; 8:1; 12:1; 16:1).
Algunos
críticos liberales modernos acusan a Pablo de ser cruel con las mujeres en su
enseñanza, pero ¡nada más lejos de la verdad! El
ministerio de Pablo hizo más para elevar la posición de las mujeres de lo que
la gente se da cuenta. A dondequiera
que el cristianismo ha ido, ha mejorado la condición de los trabajadores, las
mujeres y los niños.
Pablo
mismo debe haber sido casado, de otra manera no podría haber sido miembro del
sanedrín judío (tal
vez era viudo). Al leer este capítulo tenga presente:
(1) que Corinto era notoria por su inmoralidad y
falta de normas para el hogar;
(2)
que Pablo se refería a problemas locales que tal
vez nosotros no enfrentemos hoy en día;
(3)
que era
un tiempo de persecución para los cristianos (v. 26).
En
este capítulo Pablo analiza los problemas de tres grupos de creyentes.
I.
Los Cristianos Solteros (1 Corintios 7:1–9):
Nótese: el versículo 8: «Digo,
pues, a los solteros y a las viudas». Pablo está aconsejando a los
que estaban sin cónyuges y empieza diciendo que los creyentes no deben creerse
menos espirituales porque estén solteros y que sean especialmente espirituales
porque son casados.
Una versión
traduce el versículo 1: «Es perfectamente apropiado,
honorable, y adecuado moralmente que un hombre viva en estricto celibato[1]»
(WUEST,
en inglés):
· La iglesia católica romana enseña que el celibato es una forma de vida más piadosa que
el matrimonio, pero Pablo enseña lo contrario.
·
El celibato es
honroso, pero también el matrimonio lo es (véase Heb. 13:4).
En el versículo
7 dice que Dios les da diferentes dones a las personas y en cuanto a la relación
matrimonial, y esta idea se asemeja a las enseñanzas del Señor en Mateo 19:10–12.
Tenga
presente que los griegos tenían en poco el cuerpo y que se inclinaban a
separarlo del «alma»
de una manera que la Biblia no enseña. Pablo afirma que Dios le dio la
capacidad de vivir sin matrimonio y que quisiera que todos tuvieran el mismo
dominio propio. Pero no dice que el celibato sea más espiritual que el
matrimonio.
Sin
embargo, hay razones para el matrimonio y la principal es evitar el pecado
sexual. «Mejor
es casarse que estarse quemando» con lujuria dice en el versículo 9. En el versículo 2 Pablo sin duda alguna enseña la monogamia: «Cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio
marido». El esposo y la esposa deben considerarse mutuamente cuando
se trata de los privilegios del matrimonio.
La
falta de consideración puede dar a Satanás una oportunidad de tentar a alguno
de los cónyuges y el resultado puede ser trágico. «Incontinencia» (v. 5) es la
negativa deliberada del lecho matrimonial y no es necesariamente una marca de
espiritualidad. Puede ser causa de conflicto y pecado. Si un cristiano no puede
controlarse, debe casarse.
Por
supuesto, Pablo no sugiere que la única, o principal, razón para el matrimonio es
física; porque un matrimonio edificado sobre vínculos físicos se destruirá en
muy poco tiempo. En este capítulo Pablo analiza el matrimonio como un
privilegio, una bendición de Dios que puede enriquecer la vida de ambos
cónyuges.
II. Cristianos Casados Con Cónyuges Inconversos
(1 Cor.7:10–24):
Los
cristianos han de casarse con otros cristianos (nótese en el v. 39: «casarse [...]
en el Señor», y véase 2 Cor. 6:14–18). Pero
algunos de los corintios fueron salvos después de casados. ¿Qué deberían hacer? ¿Deberían dejar a sus cónyuges inconversos? ¿Deberían negarse al lecho matrimonial? ¿Qué
sucedía si el cónyuge inconverso quería terminar el matrimonio?
El consejo de
Pablo es claro: quédese cómo está y use toda
oportunidad para tratar de ganar al cónyuge perdido. Si el
cónyuge no salvo está dispuesto a vivir con usted, quédese en su casa y dé un buen
testimonio. El cristiano puede ganar al cónyuge inconverso.
Los
hijos de tal matrimonio no son «inmundos» (ilegítimos), como sería el caso de un
judío del AT., que se casaba con un gentil; sus hijos no serían acepto en el
pacto. (El v. 14 no quiere decir que los
hijos nacidos en un hogar cristiano sean salvos; sólo que el cónyuge cristiano
«aparta» para la bendición de Dios a las
personas no salvas de su casa. Dios bendice al perdido por causa del salvo).
Sin
embargo, si un cónyuge inconverso rehúsa continuar en el hogar, el creyente no
puede hacer nada sino permitir que se vaya.
«A paz nos llamó Dios». ¿Tiene el cónyuge abandonado el derecho de volver a casarse?
Los
versículos 10–11 indicarían que el
ideal sería procurar la reconciliación, pero el versículo 15 parece enseñar que el abandono en efecto rompe la
relación matrimonial y de este modo le da al cónyuge fiel el derecho a
divorciarse y volverse a casar. Cristo enseñó que la infidelidad rompe el
vínculo matrimonial y es base para que la parte inocente vuelva a casarse.
Tenga
presente que Pablo no está ordenando la separación; está permitiéndose en
ciertos casos. Lo ideal es que el cristiano soporte con paciencia las cargas y
procure ganar al cónyuge perdido. (Véase
en 1 Pedro 3 consejo adicional).
El
hecho de que una persona llegue a ser cristiana no cambia su status en la
sociedad. En los versículos 17–24
Pablo les dice a los corintios que no traten de «deshacer» su situación, sino que se
apeguen a su llamamiento y permitan que Cristo haga los cambios a su manera y
en su tiempo.
III. Padres De Hijas Casaderas (1 Cor.7:25–40):
«No tengo mandamiento del Señor» en el versículo 25 simplemente significa que
Cristo no dio una enseñanza al respecto como la dio sobre el divorcio (así se anotó en el
v. 10, donde Pablo se refiere a la enseñanza del
Señor). Tenga presente que en esos días los padres arreglaban los
matrimonios de sus hijos; hoy es diferente. Pablo presenta varios factores para
que estos padres consideren.
A.
Es Tiempo De Inquietud
(vv. 25–31).
El
matrimonio es un asunto serio y los cristianos estaban enfrentando tiempos
difíciles. Estas pruebas no eran causa para que los casados se divorciaron o
para que los solteros se asustaron al punto de evitar casarse (v. 27); pero había que dar la debida
consideración a la situación a mano.
Tener
una vida cristiana consagrada significa a veces olvidarse incluso de algunas
cosas buenas del mundo.
B.
El Matrimonio Trae Responsabilidades (vv. 32–35).
Una
de las razones por la cual Pablo no se volvió a casar era para dedicarse por
completo al servicio de Cristo. Su llamamiento era tal que no quería obligar a
una esposa y familia a sufrir debido a las exigencias del Señor sobre él.
En
tanto que esta no es la regla común de los siervos cristianos, debemos admirar
a hombres como Pablo, David Brainerd, Robert Murray McCheyne y otros que lo
dieron todo a Cristo de una manera sacrificial. Si estos padres querían que sus
hijas sirvieran a Dios, tendrían que enfrentar el hecho de que el matrimonio
involucra muchas preocupaciones y exigencias.
C.
Cada Caso Es Particular
(vv. 36–38).
Cuando
se trata del matrimonio es casi imposible asentar reglas que encajen a cada
caso. Pablo les advierte que deben estar convencidos de corazón, no meramente
seguir a la mayoría o tratar de aparecer super-espirituales.
D. No Se Apresuren, Porque El Matrimonio Es Para Toda La Vida (vv. 39–40).
El matrimonio no
se puede romper debido a algún capricho. Demasiadas
personas (incluyendo algunos cristianos) tienen la idea de: «Si
nuestro matrimonio no da resultados, siempre podemos divorciarnos».
¡No es así!, dice Pablo.
Cuando usted se casa, asegúrese de que es «en el Señor», o sea, asegúrese de casarse con un
cristiano y que su cónyuge es el que Dios le ha escogido. Qué trágico ver vidas
jóvenes arruinadas por matrimonios precipitados.
____________
Nota:
[1] El estado de ser soltero, particularmente cuando este estado se escoge
deliberadamente. Juan el Bautista, por ejemplo, era soltero, pero Pedro era
casado. Jesús mismo no se casó, pero contribuyó notablemente a las celebraciones
de boda en Caná (Jn.2:1-11). Él se dio cuenta que algunos han renunciado al
matrimonio por causa del reino de los cielos (Mateo 19:12), y en una ocasión
advirtió contra las prioridades equivocadas si el hecho de casarse era un estorbo
positivo al discipulado (Lucas 14:20).
Pablo reconoció los peligros de los lazos terrenales y
enfatizó los principios básicos: Dios tiene una
misión para cada vida y cualquiera que sea nuestra situación, casados o
solteros, la cosa principal es poder ejercitar en su plenitud los dones dados
por Dios (1 Cor.7:7-9; 7:17, 32-38).
Clase Para El Miércoles:
Lea Su Biblia, Lea Su Biblia, Lea Su Biblia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario