sábado, 6 de abril de 2019

Parte I ¿Qué Es Un Ídolo? (Levíticos 26:30).



Parte I
¿Qué Es Un Ídolo?
 (Levíticos 26:30).

«Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominara»
(Lv. 26:30 rva).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Introducción:
Un ídolo es una imagen de culto que es adorado por la deidad, demonio o espíritu que contiene o representa.
En el judaísmo e islamismo, la creación de cualquier imagen que represente a Dios está estrictamente prohibida, bajo la idea de que darle forma manifiesta idolatría.
En el catolicismo, la Comunión anglicana y las Iglesias ortodoxas existe una aceptación de las imágenes y esculturas religiosas tanto de Jesucristo y los santos como de la Virgen María a manera de recordatorio analógicamente de lo que actualmente podría ser una fotografía.
En realidad, la terminología "ídolo", en el cristianismo, hace referencia a otro tipo de imágenes que eran adoradas en sí mismas o incluso a todo aquello que intente tomar el lugar de Jehová (Yahvé), mientras que para las imágenes de Jehová y los santos se utiliza el término de icono, sobre todo en las Iglesias orientales y de imágenes religiosas en el catolicismo.[1]​
Por otra parte, en el neopaganismo, budismo, el hinduismo y el jainismo, las imágenes de deidades son comunes, no obstante muchos seguidores de estos credos argumentan que ellos no adoran el ídolo u objeto material en sí mismo, sino a la entidad espiritual que representa y que el objeto físico, como tal, carece de vida.
Sin embargo, el rendir culto directo a objetos e ídolos es común en algunas religiones como el fetichismo y ciertas formas de animismo y vudú. Es importante destacar que mientras neopaganos e hindúes suelen ser considerados como politeístas (aunque su concepto de deidad puede variar incluyendo concepciones panteístas, henoteístas y animistas) budistas y janinistas no adoran a ningún dios y las imágenes de sus altares son de maestros que alcanzaron la Iluminación y otras deidades de naturaleza espiritual diferente a la de un dios.
Un caso poco usual se presenta en el hinduismo, donde una estatua puede ser tratada como deidad en un acto de devoción y perder su importancia especial inmediatamente después de haber finalizado el ritual de reverencia.
Puede que esto incomode a algunas personas devotas pero queremos ver desde el punto Bíblico que es la Palabra de Dios para que nos saque de dudas algunas cosas que desconocemos de Dios en cuanto a su representación en la tierra…Veamos:

I.       Etimología Según El Hebreo y Griego Bíblico De ídolo:


1.1.   Ídolo En El Antiguo Testamento:
terapîm = (תְּרָפִים, H8655), «ídolo; ídolo doméstico; máscara cultico; símbolo divino». Este vocablo se ha prestado a la lengua hitita-hurrita (tarpish) que en semítico occidental adquiere la forma básica de tarpi. Su significado fundamental es «espíritu» o «demonio». El término figura en hebreo bíblico 15 veces.
Terapîm aparece primero en Génesis 31:19: «Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos [domésticos] de su padre». Las leyes hurritas de este período consideraban que los «ídolos domésticos» eran bienes sujetos a las leyes de herencia. De ahí la gran importancia que tenían en todo sentido para Labán los terapîm (quizás este sea un plural de majestad como ocurre con elohîm, cuando se usa para dioses falsos; comp. 1 R.11:5; 11:33).

En 1 Sam.19:13 leemos que «Mical tomó un ídolo doméstico y lo puso sobre la cama, acomodándose a la cabecera una almohada de cuero de cabra y cubriéndolo con la ropa». De 1 Sam. 19:11 se deduce que los terapîm se encontraban en las habitaciones privadas de David lo cual crea dificultades de interpretación; ¿serían «ídolos domésticos» o, como algunos sugieren, se refiere el término a una máscara que se usaba en el culto a Dios?
Cualquiera de las suposiciones anteriores se ajusta al incidente con Micaías que se narra en Jueces 17-18. Obsérvese Jueces 17:5: «Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos domésticos [terapîm], e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote» (rva).
En Jueces 18:14, parece haber distinción entre los terapîm y los ídolos: «¿Sabéis que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos y una imagen tallada y de fundición (rva).
Los versículos siguientes parecen indicar que las imágenes talladas y de fundición eran el mismo objeto. Jueces 18:17 usa los cuatro términos cuando describe lo que hurtaron los danitas; Jueces 18:20 omite la frase «imagen de fundición» de la lista; y Jueces 18:31 informa que solo se instaló la imagen de talla. Sabemos que el efod era una vestimenta sacerdotal especial.

¿Sería, entonces, el terapîm una «máscara cultica» o algún otro símbolo de la presencia divina?
Por tanto, terapîm puede significar un «ídolo», una «máscara cúltica» o tal vez algún símbolo de la presencia divina. De todas maneras el objeto se asoció con el culto pagano y quizás con el culto a Dios.

elîl = (אֱלִיל, H457), «ídolo; dioses; nada; vano». Los 20 casos de este nombre se encuentran principalmente en el código legal de Israel y en los escritos proféticos (sobre todo en Isaías). Existen cognados del vocablo en acádico, siríaco y arábigo.

Este término peyorativo quiere decir «ídolo» o «dios falso». Aparece:
·   Primero, îl en Lv.19:4: «No recurras a los ídolos, ni os hagáis dioses de fundición». En Lv.26:1 se prohíbe que Israel fabrique îlîm: «No os haréis ídolos» (rva). Hay una ironía mordaz en la similitud entre îlîm y el término usual para Dios (îm; com. Salmo 96:5): «Todos los dioses [îm] de los pueblos son ídolos [îlîm], pero Jehová hizo los cielos» (1 Cron.16:26 rva).
·  Segundo, este vocablo puede significar «nada» o «vano». El pasaje anterior podría traducirse: «Porque todos los dioses de los pueblos son nada» (rv). Este es el matiz que claramente se percibe en Job 13:4: «Ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos vosotros médicos nulos». Jeremías anunció a Israel que sus profetas «profetizan visión mentirosa, adivinación vana» (Jr.14:14 rva).

gillûlîm = (גִּלּוּלִים, H1544), «ídolos». De los 48 casos de este vocablo solamente 9 no están en Ezequiel. Este término para «ídolos» es desdeñoso y originalmente puede haber significado «bolitas de estiércol»:
·   «Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominara» (Lv. 26:30 rva).

Este término y otros que significan «ídolo» demuestran el horror y el desprecio que los escritores bíblicos sentían por ellos. En pasajes como Is.66:3 el término para «ídolo»,  significa «extraño, misterioso o maldad».

En Jr.50:38 encontramos el vocablo îm, que significa «susto u horror».

Jeremías  10:3-8:  yare = (יָרִֵא, H3372), «temer, temor reverente, temor».
Porque el Dios Terrible de los pueblos es pura nada. Es un palo cortado en un bosque, labrado con azuela por las manos del maestroy luego adornado con plata y oro,… Sus ídolos son como un espantapájaros en un sandial, que no hablan; y tienen que ser transportados, pues no pueden andar. No les tengan miedo, que no pueden hacer ni el mal ni el bien… ¡No hay como tú, Yavé; tú eres grande, y grande es tu Nombre poderoso!... ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Sí, a ti se te debe temer, porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú…. Todos ellos son bestias y estúpidos, pues sus ídolos demuestran su necedad”.
(Biblia Latinoamericana. Edición Pastoral. Págs. 545).

Reflexión:
Objetos hechos por manos humanas no sirven de ayuda, porque no pueden hacer mal ni bien. Se mantienen inmóviles, no hablan, son llevados, porque no pueden andar. Véanse Salmo 115:4-7, (V.4[*]); 135:15-18.
Salmo 115:4[*]. Constantemente debemos denunciar los ídolos tanto de la gente común como los de hombres que se pretenden libres de todo prejuicio.
Aquí viene una reflexión del  poeta Padre Claudel:
Bendito seas, Dios mío, que me libraste de los ídolos y que hiciste que no adoré sino a ti solo y no a Isis y Osiris, o a la Justicia, el Progreso, la Verdad, la Divinidad, la Humanidad, las Leyes de la naturaleza del Arte o de la Belleza.
Y que no has permitido que existan todas estas cosas, que no son o que son el  vacío dejado por tu ausencia. Sé que no eres Dios de los muertos, sino de los vivos.
¡Señor, te hallé! El que te halla, ya no tolera la muerte”.
En comparación con los ídolos impotentes, Dios es único. No hay (dios) semejante a él. Se trata de alguien que está por encima de las deidades tribales, confinadas a un área geográfica determinada, porque él es Rey de las naciones, Rey de todos. Son necios los que depositan su confianza en un trozo de madera, aun cuando esté bien tallado y vestido espléndidamente. Al discernir quién es el verdadero Dios, la persona más simple que lo adora es más sabia que la más sabia que adora a un ídolo carente de valor. ¿En qué o en quién deposita su confianza? [Fuente: Biblia Latinoamericana, Págs. 948-949. Versión Católica].

Isaías 44:9:  Los que se dedican a tallar estatuas[*] de dioses no son nada[**] por muchos que sean, y esas obras a las que quieren no sirven para nada. Sus partidarios no ven ni entienden nada, pero al fin se decepcionarán”. [Fuente: Biblia Latinoamericana, Págs. 507. Versión Católica].

Ayuda Hermenéutica:
H6459 פֶּסֶל = pésel: de H6458; ídolo:- esculpir, escultura, estatua[*], ídolo, imagen, talla. (Strong)
H1077 בַּל = Bal: de H1086; propiamente falta; por implicación nada; usualmente (adv) no; también no sea que:- no, ninguno, nada[**], tampoco.
H8414 תֹּהוּ = tóju: de una raíz que no se usa que significa dejar desolado; desolación (de superficie), i.e. desierto; figurativamente cosa que no vale; adverbio en vano:- soledad, vacío, vanidad, vano, yermo, asolamiento, asolar, destrucción, menguar.

Isaías 45:16: “Quedarán confundidos y humillados los fabricantes de ídolos, y se irán avergonzados”.
Isaías 45:20: “Reúnanse y vengan, acérquense y traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de madera, y rezan a un dios incapaz de salvar”. [Fuente: Biblia Latinoamericana, Págs. 507. Versión Católica].

Reflexión:
Versículos 9: La insistencia en la impotencia de los ídolos da a entender que la tentación era grande para los israelitas que vivían en Babilonia, cuidad de dioses y de templos, con adivinos, horóscopos y videntes muy expertos. [Fuente: Biblia Latinoamericana, Págs. 507. Versión Católica].

El término îl significa «ídolo» en Lv.19:4 y expresa «nulidad o debilidad». En 1 R.15:13 se usa el vocablo hebreo mipletset, que quiere decir «cosa horrible, causa de temblor». Una raíz que significa hacer o formar una imagen, (homónima de la raíz que significa «tristeza y dolor»), se usa en varios pasajes (comp. 1 Sam.31:9).

1.2.   Ídolo En El Nuevo Testamento:
eidolon = (εἴδωλον, G1497), primariamente un fantasma o semejanza (de eidos = apariencia, lit: aquello que es visto), o una idea, imaginación. Denota en el NT:
(a) Un ídolo, una imagen para representar a un dios falso (Hech.7:41; 1 Cor.12:2; Ap.9:20);
(b) el dios falso adorado en una imagen (Hech.15:20; Rom.2:22; 1 Cor.8:4; 8:7; 10:19; 2 Cor.6:16; 1 Ts.1:9; 1 Jn.5:21).

«El término hebreo correspondiente denota «vanidad» (Jr.14:22; 18:15); «cosa de nada» (Lv.19:4, comp. Ef.4:17). Así, aquello que representaba una deidad para los gentiles, para Pablo era una «vanidad» (Hech.14:15); «nada en el mundo» (1 Cor.8:4; 10:19).
A los ídolos Jeremías los llama «espantapájaros» (rvr77; la traducción de rv y rvr no se ajusta al original), e Isaías (1 Cor.44:9-20, etc.) y Habacuc (1 Cor.2:18).

II.     ¿Qué Se Entiende Por Idolatría?:

En tiempos antiguos la idolatría incluía dos maneras de apartarse de la verdadera religión:
§  La adoración de dioses falsos (ya fuera a través de imágenes u otros medios); y
§  La adoración del Señor por medio de imágenes.

Todas las naciones vecinas del antiguo Israel eran idólatras. Los antiguos semitas de la Mesopotamia adoraban las montañas, los manantiales, los árboles y montones de piedras.
Un ejemplo típico de tales representaciones en madera es el palo sagrado o el árbol ritual de Asera, como el del ídolo del clan de Gedeón que más tarde él destruyera (Jueces 6:25-32).

La religión de los egipcios se centraba mayormente en la veneración del sol y del río Nilo como fuentes de la vida. También tenían un vasto número de animales sagrados: el toro, la vaca, el gato, el mandril, el cocodrilo, etc.

Algunos de sus dioses eran representados con cuerpos humanos y cabezas de animales. Entre los cananeos, la religión tomó una forma bastante grosera. Los dioses principales eran personificaciones de la vida y la fertilidad.
Los dioses eran de un carácter amoral, y su adoración incluía prácticas inmorales, inclusive sacrificios de niños, prostitución y adoración de serpientes. Se adoraban las imágenes humanas y animales de dichos dioses. Cuando los israelitas conquistaron la tierra de Canaán, se les ordenó que destruyeran esos ídolos (Ex.23:24; 34:13; Núm.33:52; Deut.7:5).

El término idolatría no tiene una palabra heb. que sea exactamente equivalente.
Sin embargo, hay un buen número de palabras heb. que son traducidas con el término ídolo. Todas ellas expresan el desdén, la repugnancia y el espanto que la idolatría causaba en los hombres que eran fieles a Dios. Dichos términos son los siguientes:
(1)  Aven, vaciedad, nada; es decir, algo vano, falso y perverso (Isaías 66:3).
(2)  Emah, un objeto de horror o terror, refiriéndose a la fealdad u horridez de los ídolos y al carácter vergonzoso de su adoración (Jeremías 50:38).
(3)  El, el nombre del dios principal de Canaán; usado también como una expresión neutral para referirse a cualquier divinidad (Isaías 57:5).
(4)  Elil, una cosa sin valor, algo sin importancia, con significado parecido a aven (Lv.19:4; 26:1; 1 Cron.16:26).
(5)  Miphletseth, algo espantoso u horrible (1 R.15:12; 2 Cron.15:16).
(6)  Semel, semejanza, parecido (2 Cron.33:7; 33:15).
(7)  Atsabh, un motivo de pesar (1 Sam.31:9; 1 Cron.10:9).
(8)  Etseb, un motivo de pesar (Jeremías 22:28).
(9)  Otseb, un motivo de pesar (Isaías 48:5).
(10)  Tsir, una forma, y por lo mismo, un ídolo (Isaías 45:16). Además de estos términos, hay un buen número de otras palabras que no se traducen por ídolo, pero sí hacen referencia a ello expresando la degradación asociada con la idolatría:
Ø bosheth, cosa vergonzosa, aplicada a Baal y en referencia a la obscenidad de su adoración (Jeremías 11:13; Oseas 9:10);
Ø gillulim, un término de desdén que significa cosas deformadas, inmundas (Sofonías 1:17); y
Ø shikkuts, sucio, refiriéndose especialmente a los ritos obscenos asociados con la idolatría (Ezequiel 37:23; Nahúm 3:6).

2.1.    Teológicamente:
Teológicamente hablando, los idólatras consideraban a sus dioses como seres (o fuerzas) espirituales con implicaciones cósmicas, y teóricamente, para ellos un ídolo era el punto focal de adoración.
El Segundo Mandamiento: Ex. 20:4-5: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierraNo te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Parece estar menos preocupado con la incapacidad de representar adecuadamente a Dios y más con las implicaciones de sus esfuerzos.
La religión de la Fértil Medialuna en el período del AT., era primariamente la adoración de  espíritus que controlaban las fuerzas de la naturaleza. Su representación, sea por objetos simbólicos, por ejemplo, las massebah y ’aserah, o por imágenes, implicaba que los espíritus estaban ligados y en una manera controlados por las cosas materiales que ellos gobernaban.
El culto a Jehová, carente de imágenes, anunciaba no solamente que era más grande que la naturaleza, sino también que no pedía ser atado por ella. La mayoría de las palabras hebreas usadas para los símbolos del culto pagano o del cuto degenerado de los israelitas expresan repugnancia o aversión, hecho que no se nota bien en nuestras traducciones, y servían para condenar el culto que estaba tras ellos.
Esta actitud yace tras el uso del NT. Salvo en Hechos 7:41, el énfasis raras veces está, si es que lo hay, en la imagen sino en deidad que simbolizan. Esto permitió a los escritores evitar en gran medida el uso de zeos para referirse a las deidades paganas. Ef.5:5; Col.3:5 no sugieren que algún objeto tangible haya llegado a ser un objeto más deseado que Dios, sino que la creación estaba usurpando el lugar del Creador.

2.2.  Sin Embargo, el Antiguo Testamento, Insiste En Que Los Paganos Adoraban Ídolos y Nada Más (comparar Salmo 115:2-8; Isaías 44:6-20).
El primer caso concreto de idolatría en la Biblia es el relato de Raquel robando los terafim de su padre, los cuales eran imágenes de dioses caseros (Génesis 31:19) usados en Babilonia. Durante su larga estadía en Egipto, los israelitas se contaminaron con los ídolos del lugar (Josue 24:14; Ezequiel 20:7).
Moisés desafió a esos dioses atacando sus símbolos con las plagas en Egipto (Núm.33:4). En el Sinaí, Israel persuadió a Aarón para que les hiciera un becerro de oro, un emblema del poder productivo de la naturaleza con el cual ellos se habían familiarizado en Egipto.
El segundo mandamiento estaba dirigido contra la idolatría (Ex.20:4-5; Deut.5:8-9).
Jueces contiene relatos de apostasías, juicios y arrepentimientos posteriores:
§  El relato concerniente a Micaías (Jueces 17—18) ilustra el hecho de que muchas veces la idolatría se combinaba con las expresiones externas de adoración a Dios;
§  En esto estuvo involucrado Jonatán, un levita y nieto de Moisés, el primero en la línea de sacerdotes que oficiaron en el altar de los ídolos robados todo el tiempo que el tabernáculo permaneció en Silo.

El profeta Samuel persuadió al pueblo para que se arrepintiera de su pecado y renunciara a la idolatría; pero durante el reinado de Salomón, el mismo rey hizo arreglos que afectaron desastrosamente todo el futuro del reino. Las esposas de Salomón trajeron con ellas sus propios dioses paganos y los adoraron abiertamente.
Roboam, el hijo de Salomón por medio de una madre amonita, continuó con los peores aspectos idólatras de su padre (1 R.14:22-24). Jeroboam, el primer rey del reino del norte, causó un grande y permanente cisma en la religión de Israel al construir becerros de oro en Betel y Dan y hacer que su gente adorara ahí en vez de adorar en Jerusalén.
Acab, para complacer a su reina Jezabel, una mujer de origen sidonio, edificó en Samaria un templo y un altar a Baal (1 R.16:31-33), mientras que ella dio muerte a todos los profetas del Señor que pudo encontrar (1 R.18:4-13). La adoración a Baal llegó a identificarse con el reino de Israel, y nunca ningún rey se opuso a ello.

Ezequías restauró el servicio en el templo, pero el cambio sólo fue algo externo (2 Crónicas 28—29; Isaías 29:13). Poco antes de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, Josías hizo el último intento por purificar la adoración, pero no duró (2 Crónicas 34).

Véase Parte II.

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