Parte I
¿Qué Es Un Ídolo?
«Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares
donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos
inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominara»
(Lv. 26:30 rva).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Un ídolo es una
imagen de culto que es adorado por la deidad, demonio o espíritu que contiene o
representa.
En
el judaísmo e islamismo, la creación de cualquier imagen que represente a Dios
está estrictamente prohibida, bajo la idea de que darle forma manifiesta
idolatría.
En
el catolicismo, la Comunión anglicana y las Iglesias ortodoxas existe una
aceptación de las imágenes y esculturas religiosas tanto de Jesucristo y los
santos como de la Virgen María a manera de recordatorio analógicamente de lo
que actualmente podría ser una fotografía.
En
realidad, la terminología "ídolo", en el cristianismo, hace referencia a
otro tipo de imágenes que eran adoradas en sí mismas o incluso a todo aquello
que intente tomar el lugar de Jehová (Yahvé), mientras que para las imágenes de
Jehová y los santos se utiliza el término de icono, sobre todo en las Iglesias
orientales y de imágenes religiosas en el catolicismo.[1]
Por otra parte, en el neopaganismo,
budismo, el hinduismo y el jainismo, las imágenes de deidades son comunes, no
obstante muchos seguidores de estos credos argumentan que ellos no adoran el
ídolo u objeto material en sí mismo, sino a la entidad espiritual que
representa y que el objeto físico, como tal, carece de vida.
Sin
embargo, el rendir culto directo a objetos e ídolos es común en algunas
religiones como el fetichismo y ciertas formas de animismo y vudú. Es
importante destacar que mientras neopaganos e hindúes suelen ser considerados
como politeístas (aunque su concepto de deidad puede variar
incluyendo concepciones panteístas, henoteístas y animistas) budistas y janinistas no
adoran a ningún dios y las imágenes de sus altares son de maestros que
alcanzaron la Iluminación y otras deidades de naturaleza espiritual diferente a
la de un dios.
Un
caso poco usual se presenta en el hinduismo, donde una estatua puede ser
tratada como deidad en un acto de devoción y perder su importancia especial
inmediatamente después de haber finalizado el ritual de reverencia.
Puede
que esto incomode a algunas personas devotas pero queremos ver desde el punto Bíblico
que es la Palabra
de Dios para que nos saque de dudas algunas cosas que desconocemos
de Dios en cuanto a su representación en la tierra…Veamos:
I. Etimología Según El Hebreo y Griego
Bíblico De ídolo:
1.1. Ídolo En El Antiguo Testamento:
terapîm = (תְּרָפִים, H8655), «ídolo; ídolo doméstico; máscara
cultico; símbolo divino». Este
vocablo se ha prestado a la lengua hitita-hurrita (tarpish) que en semítico
occidental adquiere la forma básica de tarpi. Su significado fundamental es
«espíritu» o «demonio».
El término figura en hebreo bíblico 15 veces.
Terapîm aparece primero en Génesis 31:19: «Pero Labán había
ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos [domésticos]
de su padre». Las leyes hurritas de este
período consideraban que los «ídolos domésticos» eran bienes sujetos a las leyes
de herencia. De ahí la gran importancia que tenían en todo sentido para Labán
los terapîm
(quizás este
sea un plural de majestad como ocurre con elohîm,
cuando se usa para dioses falsos; comp. 1
R.11:5; 11:33).
En 1 Sam.19:13 leemos que «Mical tomó un
ídolo doméstico y lo puso sobre la cama, acomodándose a la cabecera una
almohada de cuero de cabra y cubriéndolo con la ropa». De 1 Sam. 19:11
se deduce que los terapîm se encontraban en las habitaciones
privadas de David lo cual crea dificultades de interpretación; ¿serían
«ídolos domésticos» o,
como algunos sugieren, se refiere el término a una máscara que se usaba en el
culto a Dios?
Cualquiera de las suposiciones
anteriores se ajusta al incidente con Micaías que se narra en Jueces 17-18.
Obsérvese Jueces 17:5: «Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos
domésticos [terapîm], e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote»
(rva).
En Jueces 18:14, parece haber distinción
entre los terapîm
y los ídolos: «¿Sabéis
que en estas casas hay un efod, ídolos domésticos y una imagen tallada y de
fundición?» (rva).
Los versículos siguientes parecen
indicar que las imágenes talladas y de fundición eran el mismo objeto. Jueces 18:17
usa los cuatro términos cuando describe lo que hurtaron los danitas; Jueces 18:20
omite la frase «imagen
de fundición» de la lista; y Jueces 18:31 informa que solo se
instaló la imagen de talla. Sabemos que el efod era una vestimenta sacerdotal
especial.
¿Sería,
entonces, el terapîm una «máscara cultica»
o algún
otro símbolo de la presencia divina?
Por tanto, terapîm puede significar un «ídolo»,
una «máscara cúltica»
o tal vez algún símbolo de la presencia divina. De todas maneras el objeto se
asoció con el culto pagano y quizás con el culto a Dios.
elîl
= (אֱלִיל, H457), «ídolo; dioses; nada; vano». Los 20 casos de este
nombre se encuentran principalmente en el código legal de Israel y en los
escritos proféticos (sobre todo en Isaías). Existen cognados del
vocablo en acádico, siríaco y arábigo.
Este término peyorativo quiere decir «ídolo»
o «dios falso».
Aparece:
· Primero,
îl
en Lv.19:4: «No recurras a los ídolos, ni os hagáis dioses de fundición». En Lv.26:1
se prohíbe que Israel fabrique îlîm: «No os haréis
ídolos» (rva). Hay una ironía mordaz en la similitud entre îlîm
y el término usual para Dios (îm; com. Salmo 96:5): «Todos los dioses [îm] de los pueblos son
ídolos [îlîm], pero Jehová hizo los cielos» (1 Cron.16:26 rva).
· Segundo,
este vocablo puede significar «nada» o «vano». El pasaje anterior podría traducirse: «Porque todos los
dioses de los pueblos son nada» (rv). Este es el matiz que
claramente se percibe en Job 13:4: «Ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; sois todos
vosotros médicos nulos». Jeremías anunció a Israel que sus profetas «profetizan visión
mentirosa, adivinación vana» (Jr.14:14 rva).
gillûlîm = (גִּלּוּלִים, H1544), «ídolos».
De los 48 casos de este vocablo solamente 9 no están en Ezequiel. Este término
para «ídolos»
es desdeñoso y originalmente puede haber significado «bolitas de estiércol»:
· «Destruiré vuestros lugares
altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros
cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominara»
(Lv. 26:30 rva).
Este término y otros que significan «ídolo»
demuestran el horror y el desprecio que los escritores bíblicos sentían por
ellos. En pasajes como Is.66:3 el término para «ídolo», significa «extraño, misterioso o maldad».
En Jr.50:38 encontramos el vocablo îm,
que significa «susto
u horror».
Jeremías 10:3-8: yare = (יָרִֵא, H3372), «temer, temor reverente, temor».
“Porque el Dios
Terrible de los pueblos es pura nada. Es un palo cortado en un bosque, labrado
con azuela por las manos del maestro… y luego adornado
con plata y oro,… Sus ídolos son como un
espantapájaros en un sandial, que no hablan; y tienen que ser transportados,
pues no pueden andar. No les tengan miedo, que no pueden hacer ni el mal ni el
bien… ¡No hay como tú, Yavé; tú eres grande, y
grande es tu Nombre poderoso!... ¿Quién no te
temerá, Rey de las naciones? Sí, a ti se te debe
temer, porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos
no hay nadie como tú…. Todos ellos son
bestias y estúpidos, pues sus ídolos demuestran su necedad”.
(Biblia Latinoamericana. Edición
Pastoral. Págs. 545).
Reflexión:
Objetos
hechos por manos humanas no sirven de ayuda, porque no pueden hacer mal ni bien.
Se mantienen inmóviles, no hablan, son llevados, porque no pueden andar. Véanse
Salmo 115:4-7, (V.4[*]); 135:15-18.
Salmo 115:4[*]. Constantemente
debemos denunciar los ídolos tanto de la gente común como los de hombres que se
pretenden libres de todo prejuicio.
Aquí viene una reflexión del poeta Padre Claudel:
“Bendito seas, Dios mío, que me libraste de los ídolos y
que hiciste que no adoré sino a ti solo y no a Isis
y Osiris, o a la Justicia, el Progreso, la Verdad, la Divinidad,
la Humanidad, las Leyes de la naturaleza del Arte o de la Belleza.
Y
que no has permitido que existan todas estas cosas, que no son o que son
el vacío dejado por tu ausencia. Sé que
no eres Dios de los muertos, sino de los vivos.
¡Señor, te hallé!
El que te halla, ya no tolera la muerte”.
En
comparación con los ídolos impotentes, Dios es único. No hay (dios)
semejante a él. Se trata de alguien que está por encima de las deidades
tribales, confinadas a un área geográfica determinada, porque él es Rey de las
naciones, Rey de todos. Son necios los que depositan su confianza en un trozo
de madera, aun cuando esté bien tallado y vestido espléndidamente. Al discernir
quién es el verdadero Dios, la persona más simple que lo adora es más sabia que
la más sabia que adora a un ídolo carente de valor. ¿En
qué o en quién deposita su confianza? [Fuente: Biblia Latinoamericana,
Págs. 948-949. Versión Católica].
Isaías
44:9: “Los que se dedican a tallar estatuas[*] de dioses no son nada[**] por muchos que sean,
y esas obras a las que quieren no sirven para nada. Sus partidarios no ven ni
entienden nada, pero al fin se decepcionarán”. [Fuente: Biblia
Latinoamericana, Págs. 507. Versión Católica].
Ayuda Hermenéutica:
H6459 פֶּסֶל = pésel:
de H6458; ídolo:- esculpir, escultura, estatua[*], ídolo, imagen, talla. (Strong)
H1077 בַּל = Bal:
de H1086; propiamente falta; por implicación nada; usualmente (adv)
no; también no sea que:- no, ninguno, nada[**], tampoco.
H8414 תֹּהוּ = tóju:
de una raíz que no se usa que significa dejar desolado; desolación (de
superficie), i.e. desierto; figurativamente cosa que no vale; adverbio en vano:- soledad,
vacío, vanidad, vano, yermo, asolamiento, asolar, destrucción, menguar.
Isaías
45:16: “Quedarán confundidos y humillados
los fabricantes de ídolos, y se irán avergonzados”.
Isaías
45:20: “Reúnanse y vengan, acérquense y
traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de
madera, y rezan a un dios incapaz de salvar”.
[Fuente:
Biblia Latinoamericana, Págs. 507. Versión Católica].
Reflexión:
Versículos 9: La insistencia
en la impotencia de los ídolos da a entender que la tentación era grande para
los israelitas que vivían en Babilonia, cuidad de dioses y de templos, con
adivinos, horóscopos y videntes muy expertos. [Fuente: Biblia Latinoamericana,
Págs. 507. Versión Católica].
El término îl significa «ídolo»
en Lv.19:4 y expresa «nulidad o debilidad». En 1 R.15:13 se usa el
vocablo hebreo mipletset,
que quiere decir «cosa horrible, causa de temblor». Una raíz que
significa hacer o formar una imagen, (homónima de la raíz que significa
«tristeza y dolor»), se usa en varios pasajes (comp. 1 Sam.31:9).
1.2. Ídolo En El Nuevo Testamento:
eidolon = (εἴδωλον, G1497),
primariamente un fantasma o semejanza (de eidos = apariencia,
lit: aquello que es visto), o una idea, imaginación. Denota en el NT:
(a) Un ídolo, una imagen para representar a un dios falso (Hech.7:41; 1
Cor.12:2; Ap.9:20);
(b) el dios falso
adorado en una imagen (Hech.15:20; Rom.2:22; 1 Cor.8:4; 8:7; 10:19;
2 Cor.6:16; 1 Ts.1:9; 1 Jn.5:21).
«El término hebreo correspondiente denota «vanidad» (Jr.14:22; 18:15); «cosa de nada» (Lv.19:4, comp. Ef.4:17).
Así, aquello que representaba una deidad para los gentiles, para Pablo era una «vanidad»
(Hech.14:15); «nada
en el mundo» (1 Cor.8:4; 10:19).
A los ídolos Jeremías los llama «espantapájaros»
(rvr77; la traducción de rv y rvr no se ajusta al original), e Isaías (1
Cor.44:9-20, etc.) y Habacuc (1 Cor.2:18).
II. ¿Qué
Se Entiende Por Idolatría?:
En tiempos antiguos la
idolatría incluía dos maneras de apartarse de la verdadera religión:
§ La adoración de dioses falsos (ya fuera a través de
imágenes u otros medios); y
§ La adoración del Señor por medio de imágenes.
Todas las naciones
vecinas del antiguo Israel eran idólatras. Los antiguos semitas de la
Mesopotamia adoraban las montañas, los manantiales, los árboles y montones de
piedras.
Un ejemplo típico de tales
representaciones en madera es el palo sagrado o el árbol ritual de Asera, como
el del ídolo del clan de Gedeón que más tarde él destruyera (Jueces 6:25-32).
La religión de los egipcios se centraba
mayormente en la veneración del sol y del río Nilo como fuentes de la vida.
También tenían un vasto número de animales sagrados: el toro,
la vaca, el gato, el mandril, el cocodrilo,
etc.
Algunos de sus dioses eran representados
con cuerpos humanos y cabezas de animales. Entre los cananeos, la religión tomó
una forma bastante grosera. Los dioses principales eran personificaciones de la
vida y la fertilidad.
Los dioses eran de un carácter amoral, y
su adoración incluía prácticas inmorales, inclusive sacrificios de niños,
prostitución y adoración de serpientes. Se adoraban las imágenes humanas y
animales de dichos dioses. Cuando los israelitas conquistaron la tierra de
Canaán, se les ordenó que destruyeran esos ídolos (Ex.23:24; 34:13; Núm.33:52;
Deut.7:5).
El término idolatría
no tiene una palabra heb. que sea exactamente equivalente.
Sin embargo, hay un buen número de
palabras heb. que son traducidas con el término ídolo. Todas ellas expresan el
desdén, la repugnancia y el espanto que la idolatría causaba en los hombres que
eran fieles a Dios. Dichos términos
son los siguientes:
(1) Aven, vaciedad, nada; es decir, algo vano, falso y perverso
(Isaías 66:3).
(2) Emah, un objeto de
horror o terror, refiriéndose a la fealdad u horridez de los ídolos y al
carácter vergonzoso de su adoración (Jeremías 50:38).
(3) El, el nombre del
dios principal de Canaán; usado
también como una expresión neutral para referirse a cualquier divinidad (Isaías
57:5).
(4) Elil, una cosa sin
valor, algo sin importancia, con significado parecido a aven (Lv.19:4; 26:1; 1 Cron.16:26).
(5) Miphletseth, algo espantoso
u horrible (1 R.15:12; 2 Cron.15:16).
(6) Semel, semejanza,
parecido (2 Cron.33:7; 33:15).
(7) Atsabh, un motivo de
pesar (1 Sam.31:9; 1 Cron.10:9).
(8) Etseb, un motivo de
pesar (Jeremías 22:28).
(9) Otseb, un motivo de
pesar (Isaías 48:5).
(10) Tsir, una forma, y
por lo mismo, un ídolo (Isaías 45:16). Además de estos términos, hay un buen
número de otras palabras que no se traducen por ídolo, pero sí hacen referencia
a ello expresando la degradación asociada con la
idolatría:
Ø bosheth, cosa
vergonzosa, aplicada a Baal y en referencia a la obscenidad de su adoración (Jeremías
11:13; Oseas 9:10);
Ø gillulim, un término de
desdén que significa cosas deformadas, inmundas (Sofonías 1:17); y
Ø shikkuts, sucio,
refiriéndose especialmente a los ritos obscenos asociados con la idolatría
(Ezequiel 37:23; Nahúm 3:6).
2.1. Teológicamente:
Teológicamente hablando, los idólatras
consideraban a sus
dioses como seres (o fuerzas)
espirituales con implicaciones cósmicas, y teóricamente, para ellos un ídolo
era el punto focal de adoración.
El
Segundo Mandamiento:
Ex. 20:4-5: “No
te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni
en las aguas debajo de la tierra… No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”.
Parece estar menos preocupado con la incapacidad de representar
adecuadamente a Dios y más con las implicaciones de sus esfuerzos.
La religión de la “Fértil Medialuna” en el período
del AT., era primariamente la adoración de
espíritus que controlaban las fuerzas de la naturaleza. Su
representación, sea por objetos simbólicos, por ejemplo, las massebah
y ’aserah,
o por imágenes, implicaba que los espíritus estaban ligados y en una manera
controlados por las cosas materiales que ellos gobernaban.
El culto a Jehová, carente de imágenes,
anunciaba no solamente que era más grande que la naturaleza, sino también que
no pedía ser atado por ella. La mayoría de las palabras hebreas usadas para los
símbolos del culto pagano o del cuto degenerado de los israelitas expresan
repugnancia o aversión, hecho que no se nota bien en nuestras traducciones, y
servían para condenar el culto que estaba tras ellos.
Esta actitud yace tras el uso del NT.
Salvo en Hechos 7:41, el énfasis raras veces está, si es que lo hay, en la
imagen sino en deidad que simbolizan. Esto permitió a los escritores evitar en
gran medida el uso de zeos para referirse a las deidades
paganas. Ef.5:5; Col.3:5 no sugieren que algún objeto tangible haya llegado a
ser un objeto más deseado que Dios, sino que la creación estaba usurpando el
lugar del Creador.
2.2. Sin Embargo, el Antiguo Testamento, Insiste
En Que Los Paganos Adoraban Ídolos y Nada Más (comparar Salmo 115:2-8; Isaías 44:6-20).
El primer caso concreto de idolatría en
la Biblia es el relato de Raquel robando los terafim de su padre, los cuales
eran imágenes de dioses caseros (Génesis 31:19) usados en Babilonia. Durante su
larga estadía en Egipto, los israelitas se contaminaron con los ídolos del
lugar (Josue 24:14; Ezequiel 20:7).
Moisés desafió a esos dioses atacando
sus símbolos con las plagas en Egipto (Núm.33:4). En el Sinaí, Israel persuadió
a Aarón para que les hiciera un becerro de oro, un emblema del poder productivo
de la naturaleza con el cual ellos se habían familiarizado en Egipto.
El segundo mandamiento estaba dirigido contra la idolatría (Ex.20:4-5;
Deut.5:8-9).
Jueces contiene relatos de apostasías, juicios y arrepentimientos posteriores:
§ El relato
concerniente a Micaías (Jueces 17—18) ilustra el hecho de que muchas veces la idolatría
se combinaba con las expresiones externas de adoración a Dios;
§ En esto estuvo
involucrado Jonatán, un levita y nieto de Moisés, el primero en la línea de
sacerdotes que oficiaron en el altar de los ídolos robados todo el tiempo que el
tabernáculo permaneció en Silo.
El profeta Samuel persuadió al pueblo
para que se arrepintiera de su pecado y renunciara a la idolatría; pero durante
el reinado de Salomón, el mismo rey hizo arreglos que afectaron desastrosamente
todo el futuro del reino. Las esposas de Salomón trajeron con ellas sus propios
dioses paganos
y los adoraron abiertamente.
Roboam, el hijo de Salomón por medio de
una madre amonita, continuó con los peores aspectos idólatras de su padre (1 R.14:22-24).
Jeroboam, el primer rey del reino del norte, causó un grande y permanente cisma
en la religión de Israel al construir becerros de oro en Betel y Dan y hacer
que su gente adorara ahí en vez de adorar en Jerusalén.
Acab, para complacer a su reina Jezabel,
una mujer de origen sidonio, edificó en Samaria un templo y un altar a Baal (1
R.16:31-33), mientras que ella dio muerte a todos los profetas del Señor que
pudo encontrar (1 R.18:4-13). La adoración a Baal llegó a identificarse con el
reino de Israel, y nunca ningún rey se opuso a ello.
Ezequías restauró el servicio en el
templo, pero el cambio sólo fue algo externo (2 Crónicas 28—29; Isaías 29:13).
Poco antes de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, Josías hizo el
último intento por purificar la adoración, pero no duró (2 Crónicas 34).
Véase Parte II.
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