ESTUDIO
30
GÉNESIS
32–36: RECONCILIACIÓN CON ESAÚ:
Lectura bíblica: Génesis 32:1-32.
Texto Áureo: Génesis 32:24.
Objetivo: Los alumnos aprenderán, lo
desinteresado de la reconciliación entre hermanos.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Estos
capítulos anotan varias experiencias cruciales en la vida de Jacob mientras se
dirigía de la casa de Labán a Bet-el. Nos dan tres cuadros vívidos de este
hombre que nos ilustra el conflicto entre la carne y el Espíritu, la vida vieja
y la nueva.
I. Jacob El Luchador (Gn.32):
Esaú venía y
Jacob estaba a punto de enfrentarse a su pasado olvidado. ¿Le perdonaría Esaú o lucharía contra él?
¿Perdería Jacob todo lo que se las había arreglado
para adquirir?
Qué trágico es
cuando el pasado alcanza a los pecadores. La geografía no podía borrar el
pasado de Jacob, ni veinte años de historia podían cambiarlo. Pero antes de que
Jacob se encontrara con Esaú, tuvo otros tres encuentros:
A. Se Encontró Con
Ángeles De Dios (vv. 1–20).
Vio primero
estos ángeles en Bet-el (cap. 28) y deben haberle recordado a Jacob que Dios
estaba en control. Le llamó al lugar «los dos campamentos» (el suyo y el campamento o
ejército de ángeles), pero falló en cuanto a poner su fe en el Dios que años
antes prometió protegerle.
Los creyentes de
hoy tal vez claman Hebreos 1:14 y Salmo 91:11–13 al andar en la voluntad de
Dios. Es triste, ¡pero Jacob empezó a confiar en sí mismo y en sus estratagemas
de nuevo! Trató de aplacar a Esaú con regalos. Dividió su gente en
dos grupos (v. 7) e ignoró el
ejército protector de ángeles. Entonces, después de dar estos pasos de
confianza carnal, ¡le pidió ayuda a Dios! ¿Se olvidó de cómo Dios le protegió
de Labán? (31:24)
B. Se encontró Con El
Señor (vv. 21–26).
Al encontrarnos
a solas con Dios es cuando las buenas cosas empiezan a ocurrir. Cristo vino
para luchar con Jacob y la lucha duró toda la noche. Téngase presente que Jacob
no luchaba para conseguir una bendición de Dios; más bien se defendía y
rehusaba rendirse. El Señor quería quebrantar a Jacob y traerle al lugar donde
sinceramente podría decir: «No yo, más Cristo» (Gál. 2:20).
Toda la noche
Jacob se defendió y rehusó rendirse ni aun admitió que había pecado. ¡Entonces Dios
debilitó a Jacob y el luchador sólo pudo aferrarse! Ahora, en lugar
de un ardid para conseguir una bendición o regatear una bendición, le pidió a
Dios la bendición… y la recibió.
C. Se Encontró a
Sí Mismo (vv. 27–32).
No nos vemos verdaderamente hasta que
primero veamos al Señor. «¿Cuál es tu nombre?»
(v. 27), fue la pregunta que obligó a Jacob a confesar su propio yo: «Jacob, el
engañador». Una vez que se enfrentó a sí mismo y confesó su pecado,
Jacob pudo ser cambiado. Dios le dio un nuevo nombre: «Israel, príncipe con Dios» o «hombre gobernado
por Dios».
La manera de
tener poder con Dios es que Él nos quebrante. Dios también le dio un nuevo
comienzo y un nuevo poder al empezar a «andar en el Espíritu» y no en la carne. Esto se
ilustró con un nuevo andar, porque Jacob cojeaba. Dios lo quebrantó, pero su
cojera era una señal de poder y no de debilidad. El versículo 31 indica la
aurora de un nuevo día, puesto que el sol salió y Jacob cojeó al ir al
encuentro con Esaú, ¡con la ayuda de Dios!
II. Jacob El Reincidente (Gn.33–34):
Hubiera sido
maravilloso que Jacob viviera a la altura de su nuevo nombre y su nueva
posición con Dios, pero no fue así. El capítulo empieza con «Jacob»
el viejo nombre, no «Israel» el nuevo, y le vemos «alzando sus ojos», andando por
vista, no por fe. Veamos lo que Jacob perdió porque no reclamó sus privilegios
espirituales:
A. Su Cojera (33:3).
Se postró ante
Esaú en lugar de caminar (cojeando) y enfrentarle hombre a hombre. ¡Es siempre
trágico cuando un «príncipe con Dios» se amilana ante un hombre del mundo! Mejor
cojear por fe que postrarse en autoconfianza.
B. Su Poder
(33:1–2,8–11).
Vemos a Jacob
urdiendo estratagemas de nuevo, regateando con el enemigo. ¿No le garantizó
Dios su poder? ¿No le prometió hacerle salir adelante?
C. Su Testimonio (33:12–17).
Jacob mintió a
Esaú acerca de sus rebaños y viajó en dirección opuesta. Los dos nunca más
volvieron a encontrarse hasta que sepultaron a su padre (35:29). Sin duda en
esa reunión Esaú le preguntó a Jacob lo que le ocurrió después que se
separaron.
D. Su Tienda (33:17).
Jacob construyó
una casa y se estableció en sucot.
Ayuda Hermenéutica:
H5523 סֻכּוֹת = Sukkót:
o סֻכֹּת = Sukkót;
plural
de H5521; cabañas, enramadas; Sukot, nombre de lugar en Egipto y de tres en
Palestina:- Sucot.
(Strong).
E. Su Visión (33:19).
Se mudó de nuevo
y levantó su tienda hacia la ciudad de Siquem, no muy diferente de Lot (13:12).
Perdió la visión de la ciudad de Dios (Heb. 11:13–16).
Ayuda Hermenéutica:
H7928 שֶׁכֶם = Shékem:
por H7926; Shekem, nombre de un heveo y dos israelitas:- Siquem. (Strong).
F. Su Hija
(34).
Como Lot, Jacob
puso a su familia en el lugar de la tentación y, cuando su hija inspeccionó la
ciudad, la violaron. Triste como suena, los hijos de Jacob eran mentirosos como
su padre. Es más, usaron el sagrado rito de la circuncisión para lograr su treta
malvada. Los versículos 30–31 sugieren que Jacob estaba egoístamente más
preocupado por su seguridad y bienestar que por los pecados de su familia.
Ayuda Hermenéutica:
H1783 דִּינָה = Diná:
femenino de H1779; justicia; Dina, hija de Jacob:- Dina. (Strong).
NOTA: Siquem viola a Dina. 34:1-4. Dina es la última hija de Lea.
Jacob queda establecido en Siquem por varios años, de tal manera que ahora sus
hijos son adultos y su hija ya está en edad matrimonial. Las relaciones con los
de Siquem son pacíficas y con deseos de socializar con las jóvenes, Dina va a
la ciudad de Siquem. Allí, Siquem, el hijo del rey de la ciudad, toma a Dina y
la viola.
Pero el joven se
siente ligado a Dina, se enamora de ella y pide al padre que la procure como su
esposa. Desde un punto de vista social, aquí hay un intento de este hombre de
enmendar el error cometido. No es el sentido de culpa moral o religiosa, sino
el enamoramiento que lo motiva a buscar matrimonio. Es interesante notar que en
otro incidente similar, en vez de amor, surge odio hacia la violada (2 Sam.13:12-15).
¿Cuándo empezó todo esto?
Cuando
Jacob no vivió de acuerdo a su nueva posición con Dios. ¿Por qué hoy los cristianos del NT., hacen
tretas, pecan y fallan? Porque no viven de acuerdo a su posición
celestial en Cristo (Ef. 4:1ss).
III. Jacob El Viajero (Gn.35–36):
Nótese: cuán a menudo Jacob «salió»
en estos capítulos (35:5, 16, 21). Dios le había llamado a que volviera «a Bet-el»
(v. 1), de nuevo al lugar de la visión y del voto.
Cuando una
persona reincide (como Jacob),
no hay nada que hacer sino regresar al lugar de la dedicación y renovación de
sus votos. Antes de poder llevar a su gente de nuevo al altar, sin embargo,
Jacob tenía que «limpiar su casa», los dioses ajenos y enterrar las joyas
asociadas con la adoración pagana.
El único lugar para el pecado es la
tumba. Es más, hay cuatro tumbas en este capítulo:
§
La
tumba de los ídolos
(v. 4),
§
La
tumba de Débora
(v. 8),
§
El sepulcro de Raquel (v. 19), y
§
La
tumba de Isaac
(v. 29).
Jacob regresó a Bet-el
y edificó un altar. Dios le encontró en una nueva manera y le recordó su nuevo
nombre, Israel. Dios reafirmó las promesas que le dio a Abraham y a Isaac, y
Jacob respondió levantando un nuevo monumento y ungiéndolo como lo había hecho
años antes. Un creyente que reincide no necesita una nueva experiencia para
arreglar cuentas con Dios. Sólo necesita reafirmar la vieja experiencia de una
nueva manera.
Qué extraño que
Raquel muriera poco después que Jacob fue restaurado a la comunión con Dios.
Las grandes experiencias espirituales no son un seguro contra las aflicciones y
pruebas de la vida.
Y sin duda Jacob
estaba más capacitado para soportar su aflicción ahora que antes de construir
ese altar. Todo lo que Jacob perdió lo recuperó debido a que encontró a Dios en
el altar.
No sólo hay
tristezas en la familia del creyente consagrado, sino también pecados (v. 22).
Rubén nació en medio de grandes expectaciones (29:32) y Jacob dijo años más
tarde que Rubén podría haber logrado mucho (49:3):
v
Pero
Rubén era inconstante; le faltaba carácter piadoso (49:4); y
v
Por
consiguiente, perdió la primogenitura que le pertenecía (1 Cron. 5:1–2)
y tuvo que
dársela a Judá y a José.
v
El pecado jamás trae
bendición; siempre es costoso.
El acto final de este viaje fue que
Jacob y Esaú sepultaron a su padre. Jacob había planeado ver de nuevo a su
madre, pero ella murió antes de que él regresara a su hogar. El capítulo 36 nos
cuenta la historia de Esaú, porque Dios en efecto le hizo una nación poderosa.
Desafortunadamente los edomitas fueron enemigos del pueblo de Dios durante
siglos.
CUESTIONARIO:
¿Cómo
se llamaba la hija de Jacob?
¿Cuál fue, el pecado que cometió Rubén, contra su padre?
¿Por qué fue la
venganza de los hijos de Jacob contra el pueblo?
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