sábado, 1 de febrero de 2020

ESTUDIO 30 GÉNESIS 32–36: RECONCILIACIÓN CON ESAÚ:


ESTUDIO 30

GÉNESIS 32–36: RECONCILIACIÓN CON ESAÚ:

Lectura bíblica: Génesis 32:1-32.
Texto Áureo: Génesis 32:24.
Objetivo: Los alumnos aprenderán, lo desinteresado de la reconciliación entre hermanos.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Estos capítulos anotan varias experiencias cruciales en la vida de Jacob mientras se dirigía de la casa de Labán a Bet-el. Nos dan tres cuadros vívidos de este hombre que nos ilustra el conflicto entre la carne y el Espíritu, la vida vieja y la nueva.

I.       Jacob El Luchador (Gn.32):
Esaú venía y Jacob estaba a punto de enfrentarse a su pasado olvidado. ¿Le perdonaría Esaú o lucharía contra él? ¿Perdería Jacob todo lo que se las había arreglado para adquirir?
Qué trágico es cuando el pasado alcanza a los pecadores. La geografía no podía borrar el pasado de Jacob, ni veinte años de historia podían cambiarlo. Pero antes de que Jacob se encontrara con Esaú, tuvo otros tres encuentros:

A.       Se Encontró Con Ángeles De Dios (vv. 1–20).
Vio primero estos ángeles en Bet-el (cap. 28) y deben haberle recordado a Jacob que Dios estaba en control. Le llamó al lugar «los dos campamentos» (el suyo y el campamento o ejército de ángeles), pero falló en cuanto a poner su fe en el Dios que años antes prometió protegerle.
Los creyentes de hoy tal vez claman Hebreos 1:14 y Salmo 91:11–13 al andar en la voluntad de Dios. Es triste, ¡pero Jacob empezó a confiar en sí mismo y en sus estratagemas de nuevo! Trató de aplacar a Esaú con regalos. Dividió su gente en dos grupos (v. 7) e ignoró el ejército protector de ángeles. Entonces, después de dar estos pasos de confianza carnal, ¡le pidió ayuda a Dios! ¿Se olvidó de cómo Dios le protegió de Labán? (31:24)

B.      Se encontró Con El Señor (vv. 21–26).
Al encontrarnos a solas con Dios es cuando las buenas cosas empiezan a ocurrir. Cristo vino para luchar con Jacob y la lucha duró toda la noche. Téngase presente que Jacob no luchaba para conseguir una bendición de Dios; más bien se defendía y rehusaba rendirse. El Señor quería quebrantar a Jacob y traerle al lugar donde sinceramente podría decir: «No yo, más Cristo» (Gál. 2:20).
Toda la noche Jacob se defendió y rehusó rendirse ni aun admitió que había pecado. ¡Entonces Dios debilitó a Jacob y el luchador sólo pudo aferrarse! Ahora, en lugar de un ardid para conseguir una bendición o regatear una bendición, le pidió a Dios la bendición… y la recibió.

C.      Se Encontró a Sí Mismo (vv. 27–32).
No nos vemos verdaderamente hasta que primero veamos al Señor. «¿Cuál es tu nombre(v. 27), fue la pregunta que obligó a Jacob a confesar su propio yo: «Jacob, el engañador». Una vez que se enfrentó a sí mismo y confesó su pecado, Jacob pudo ser cambiado. Dios le dio un nuevo nombre: «Israel, príncipe con Dios» o «hombre gobernado por Dios».
La manera de tener poder con Dios es que Él nos quebrante. Dios también le dio un nuevo comienzo y un nuevo poder al empezar a «andar en el Espíritu» y no en la carne. Esto se ilustró con un nuevo andar, porque Jacob cojeaba. Dios lo quebrantó, pero su cojera era una señal de poder y no de debilidad. El versículo 31 indica la aurora de un nuevo día, puesto que el sol salió y Jacob cojeó al ir al encuentro con Esaú, ¡con la ayuda de Dios!

II.      Jacob El Reincidente (Gn.33–34):
Hubiera sido maravilloso que Jacob viviera a la altura de su nuevo nombre y su nueva posición con Dios, pero no fue así. El capítulo empieza con «Jacob» el viejo nombre, no «Israel» el nuevo, y le vemos «alzando sus ojos», andando por vista, no por fe. Veamos lo que Jacob perdió porque no reclamó sus privilegios espirituales:

A.      Su Cojera (33:3).
Se postró ante Esaú en lugar de caminar (cojeando) y enfrentarle hombre a hombre. ¡Es siempre trágico cuando un «príncipe con Dios» se amilana ante un hombre del mundo! Mejor cojear por fe que postrarse en autoconfianza.

B.     Su Poder (33:1–2,8–11).
Vemos a Jacob urdiendo estratagemas de nuevo, regateando con el enemigo. ¿No le garantizó Dios su poder? ¿No le prometió hacerle salir adelante?

C.      Su Testimonio (33:12–17).
Jacob mintió a Esaú acerca de sus rebaños y viajó en dirección opuesta. Los dos nunca más volvieron a encontrarse hasta que sepultaron a su padre (35:29). Sin duda en esa reunión Esaú le preguntó a Jacob lo que le ocurrió después que se separaron.

D.      Su Tienda (33:17).
Jacob construyó una casa y se estableció en sucot.

Ayuda Hermenéutica:

H5523 סֻכּוֹת = Sukkót: o סֻכֹּת = Sukkót; plural de H5521; cabañas, enramadas; Sukot, nombre de lugar en Egipto y de tres en Palestina:- Sucot. (Strong).

E.      Su Visión (33:19).
Se mudó de nuevo y levantó su tienda hacia la ciudad de Siquem, no muy diferente de Lot (13:12). Perdió la visión de la ciudad de Dios (Heb. 11:13–16).

Ayuda Hermenéutica:

H7928 שֶׁכֶם = Shékem: por H7926; Shekem, nombre de un heveo y dos israelitas:- Siquem. (Strong).

F.      Su Hija (34).
Como Lot, Jacob puso a su familia en el lugar de la tentación y, cuando su hija inspeccionó la ciudad, la violaron. Triste como suena, los hijos de Jacob eran mentirosos como su padre. Es más, usaron el sagrado rito de la circuncisión para lograr su treta malvada. Los versículos 30–31 sugieren que Jacob estaba egoístamente más preocupado por su seguridad y bienestar que por los pecados de su familia.

Ayuda Hermenéutica:

H1783 דִּינָה = Diná: femenino de H1779; justicia; Dina, hija de Jacob:- Dina. (Strong).

NOTA: Siquem viola a Dina. 34:1-4. Dina es la última hija de Lea. Jacob queda establecido en Siquem por varios años, de tal manera que ahora sus hijos son adultos y su hija ya está en edad matrimonial. Las relaciones con los de Siquem son pacíficas y con deseos de socializar con las jóvenes, Dina va a la ciudad de Siquem. Allí, Siquem, el hijo del rey de la ciudad, toma a Dina y la viola.
Pero el joven se siente ligado a Dina, se enamora de ella y pide al padre que la procure como su esposa. Desde un punto de vista social, aquí hay un intento de este hombre de enmendar el error cometido. No es el sentido de culpa moral o religiosa, sino el enamoramiento que lo motiva a buscar matrimonio. Es interesante notar que en otro incidente similar, en vez de amor, surge odio hacia la violada (2 Sam.13:12-15).

¿Cuándo empezó todo esto? Cuando Jacob no vivió de acuerdo a su nueva posición con Dios. ¿Por qué hoy los cristianos del NT., hacen tretas, pecan y fallan? Porque no viven de acuerdo a su posición celestial en Cristo (Ef. 4:1ss).

III.    Jacob El Viajero (Gn.35–36):

Nótese: cuán a menudo Jacob «salió» en estos capítulos (35:5, 16, 21). Dios le había llamado a que volviera «a Bet-el» (v. 1), de nuevo al lugar de la visión y del voto.

Cuando una persona reincide (como Jacob), no hay nada que hacer sino regresar al lugar de la dedicación y renovación de sus votos. Antes de poder llevar a su gente de nuevo al altar, sin embargo, Jacob tenía que «limpiar su casa», los dioses ajenos y enterrar las joyas asociadas con la adoración pagana.
El único lugar para el pecado es la tumba. Es más, hay cuatro tumbas en este capítulo:
§  La tumba de los ídolos (v. 4),
§  La tumba de Débora (v. 8),
§  El sepulcro de Raquel (v. 19), y
§  La tumba de Isaac (v. 29).

Jacob regresó a Bet-el y edificó un altar. Dios le encontró en una nueva manera y le recordó su nuevo nombre, Israel. Dios reafirmó las promesas que le dio a Abraham y a Isaac, y Jacob respondió levantando un nuevo monumento y ungiéndolo como lo había hecho años antes. Un creyente que reincide no necesita una nueva experiencia para arreglar cuentas con Dios. Sólo necesita reafirmar la vieja experiencia de una nueva manera.
Qué extraño que Raquel muriera poco después que Jacob fue restaurado a la comunión con Dios. Las grandes experiencias espirituales no son un seguro contra las aflicciones y pruebas de la vida.
Y sin duda Jacob estaba más capacitado para soportar su aflicción ahora que antes de construir ese altar. Todo lo que Jacob perdió lo recuperó debido a que encontró a Dios en el altar.
No sólo hay tristezas en la familia del creyente consagrado, sino también pecados (v. 22). Rubén nació en medio de grandes expectaciones (29:32) y Jacob dijo años más tarde que Rubén podría haber logrado mucho (49:3):
v Pero Rubén era inconstante; le faltaba carácter piadoso (49:4); y
v Por consiguiente, perdió la primogenitura que le pertenecía (1 Cron. 5:1–2) y tuvo que dársela a Judá y a José.
v El pecado jamás trae bendición; siempre es costoso.

El acto final de este viaje fue que Jacob y Esaú sepultaron a su padre. Jacob había planeado ver de nuevo a su madre, pero ella murió antes de que él regresara a su hogar. El capítulo 36 nos cuenta la historia de Esaú, porque Dios en efecto le hizo una nación poderosa. Desafortunadamente los edomitas fueron enemigos del pueblo de Dios durante siglos.

CUESTIONARIO:
¿Cómo se llamaba la hija de Jacob?
         ¿Cuál fue, el pecado que cometió Rubén, contra su padre?
¿Por qué fue la venganza de los hijos de Jacob contra el pueblo?




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