domingo, 23 de febrero de 2020

EL ARTE DE EXPONER DEL MAESTRO DE MAESTROS: (Marcos 10:24b-25).


EL ARTE DE EXPONER DEL MAESTRO DE MAESTROS:

“…Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!... Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”. (Marcos 10:24b-25).
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:

Ayuda Pastoral: Hermenéutica.

Introducción:
A Jesús nunca hubiera podido acusársele de ser un maestro aburrido. Una de las razones que hacía de ÉL un pedagogo tan atractivo era que siempre transmitía su mensaje mediante una amplia variedad de formas y técnicas literarias.[1] No podemos hablar con detalle de todas ellas, pero sí queremos proponer algunas directrices para entender el modo en que Jesús utilizó:
·      La hipérbole,
·      La metáfora y el símil,
·      La ironía,
·      Las preguntas retóricas,
·      El paralelismo, y
·      Las parábolas.

1.    La Exageración o Hipérbole:
Como Maestro supremo, Jesús utilizó a menudo la exageración (llamado también hipérbole) para conectar con sus oyentes y hacerles entender sus argumentos. La exageración consiste en extremar una verdad hasta tal punto que su cumplimiento literal sea imposible o totalmente ridículo a fin de llamar la atención de los oyentes.
Afirmaciones como he estado estudiando eternamente para este examen o tengo tanta hambre que me comería un caballo son ejemplos de exageración. En el primer ejemplo, el estudiante no ha estudiado eternamente y en el segundo, la persona en cuestión puede tener hambre, pero no tanta. En ambos casos, no obstante, se nos comunica un mensaje urgente. A continuación, presentamos algunos ejemplos de los Evangelios:

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infiernoY si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. (Mateo 5:29-30).

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14:26). 

“…Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!... Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”. (Marcos 10:24b-25). 

Cuando en los Evangelios encuentres exageraciones, no fuerces una interpretación literal o de lo contrario perderás el verdadero sentido del pasaje. Imagínate las terribles implicaciones de pensar que puedes resolver un problema de lujuria arrancándote el ojo derecho.
Hemos de tomarnos en serio la escritura, pero no siempre hemos de entenderla de manera literal. A través del lenguaje figurado se puede transmitir un significado (con su aplicación correspondiente) tan radical como cualquier verdad expresada de manera literal.
Cuando te encuentres con alguna exageración, hazte la pregunta: “¿qué es lo que se pretende exactamente aquí?”, por ejemplo, en Mateo 5:29-30 Jesús está diciéndoles a sus seguidores que tomen medidas drásticas para evitar el pecado sexual. En Lucas 14:26 lo que dice Jesús es que nuestro amor por ÉL debe ser tan intenso que, en comparación, nuestro afecto natural para con nuestra familia, e incluso hacía nosotros mismos, parecerá aborrecimiento.
En Marcos 10:24b-25 Jesús se sirve de la exageración para señalar lo difícil que será para los ricos entrar en el reino de Dios, más difícil, diríamos nosotros, que meter un autobús escolar por una cerradura.

2.     Metáforas Y Símiles:
Cuando Jesús les dice a sus discípulos:
v Vosotros sois la sal de la tierra(Mt.5:13), o
A los doctores de la ley y a los fariseos:
v Sois como sepulcros blanqueados(Mt.23:27), está utilizando una metáfora y un símil respectivamente.
Ambos vehículos se sirven de comparaciones. En el caso de la metáfora, la comparación está implícita; en el símil se hace explícita-mente utilizando la palabra como o alguna otra con este propósito.

Los Evangelios están llenos de metáforas y símiles:

Ø Sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas(Mt.10:16).

Ø Yo soy el pan de vida (Jn.6:35).

Ø O Jerusalén, Jerusalén,… ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Lc.13:34) Podríamos enumerar muchos otros.

En la Interpretación de las metáforas y los símiles, se trata de localizar el punto que el autor quiere comparar. A los discípulos se les compara con la sal para poner de relieve su responsabilidad de mezclase en la sociedad para poner coto a su decadencia. A los escribas y a los fariseos se les compara con sepulcros blanqueados en el sentido de que su apariencia externa esconde la corrupción espiritual que tiene lugar en su interior. Es fácil de entender.
Cuando encontramos la específica comparación que establece el autor hemos encontrado el significado que se expresa mediante la metáfora o el símil. Puede ser de ayuda tratar de visualizar la figura retórica en cuestión puesto que, por regla general, la imagen visual nos transmite el impacto emocional.
Hemos de tener cuidado de no llevar demasiado lejos los detalles de la comparación. Ya sea implícita en la metáfora o explicita en el símil, la comparación se establece por regla general entre cosas que son distintas (por ejemplo: entre Jesús y el pan, o entre Jesús y una gallina).
Y se comparan para explicar algo. Cuando la comparación se lleva demasiado lejos ésta pierde su sentido esencial y la explicación se desvanece, o peor aún, en su lugar surge mil explicaciones, ninguna de las cuales estaba en la mente del autor.

3.     Ironía Narrativa:
La ironía se fundamenta en el principio del contraste, un contraste entre lo que se espera y lo que, de hecho, sucede. Podríamos decir que se produce un giro inesperado del relato. Por ejemplo, alguien que escucha por primera vez el relato de María y Marta esperaría que Jesús le dijera a María que ayudara a su hermana, sin embargo, como ya sabemos, no es así cómo se desarrolla la situación.
Cuando Marcos 4-5 concluye, el hombre poseído e incontrolable ha recuperado su sano juicio, mientras que los cerdos, que ahora se han convertido en albergue de los demonios (una combinación horrorosa, en especial para los judíos) se precipitan al mar, el mismo mar donde se produjo la tormenta con que se inicia la sección.
Descubrimos ironía en muchos de los relatos de Jesús. Consideremos la siguiente parábola que encontramos en Lucas 12:16-21:

También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?... Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;… y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjatePero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?... Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”.

En el caso de la ironía, la principal meta interpretativa es, en primer lugar, detectarla. Tras descubrir la ironía, hemos de reflexionar respecto al inesperado giro de los acontecimientos. ¿Qué contrastes se presentan? ¿Qué hubiera sucedido si las cosas se hubieran desarrollado tal como se esperaba? ¿Qué pone de relieve al nuevo giro del relato acerca de nuestras expectativas?

4.    Preguntas Retóricas:
A Jesús le encantan las preguntas retóricas, preguntas que, más que esperar una respuesta, pretenden enseñar algo. Ahí van algunos ejemplos:

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?... (Mateo 5:46).

“¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mateo 6:27).

“¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra?... (Lucas 12:51).

Cuando Jesús platea una pregunta retórica, la sensación es que no espera respuesta, sino que más bien está haciendo una importante afirmación de una manera creativa. La mejor forma de acercarse a las preguntas retóricas es convertirlas en afirmaciones. Observemos cómo podemos convertir los ejemplos anteriores en afirmaciones:

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?...”  (Mateo 5:46).

“¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mateo 6:27).

“…¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” (Marcos 4:40)    
¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. (Lucas 12:51).

Al convertir las preguntas retóricas en afirmaciones se pone de manifiesto el sentido esencial que Jesús quiso dar a sus palabras.

5.    El Paralelismo:
El paralelismo poético es una forma de expresión que utilizamos para describir una relación entre dos o más líneas del texto. El uso del paralelismo nos recuerda que hemos de leer juntas las líneas en cuestión como una unidad de pensamiento, sin separarlas nunca. Las líneas van juntas y han de leerse juntas.
Este es un rasgo fundamental de la poesía del Antiguo Testamento, no obstante, en los Evangelios encontramos también varios tipos de paralelismo:

1) Sinónimos: La líneas dicen básicamente lo mismo de un modo ligeramente distinto:

1-Pedid, y se os dará;
2-buscad, y hallaréis;
3-llamad, y se os abrirá. (Mateo 7:7).
 
1-Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado;
2-ni escondido, que no haya de salir a luz. (Marcos 4:22).

2) Contrastivo: la segunda línea se contrasta con la primera:

1-Porque al que tiene, se le dará;
2-y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. (Marcos 4:25).

1-El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas;
2-y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. (Mateo 12:35).

3) De Desarrollo: la segunda línea repite parte de la primera y a continuación el pensamiento de la primera línea se lleva a su clímax:

1-El que a vosotros recibe, a mí me recibe;
2-y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. (Mateo 10:40).

1-Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí;
2-y al que a mí viene, no le echo fuera. (Juan 6:37).

6.     Parábolas:
Una de las técnicas literarias preferidas de Jesús fue la parábola. Probablemente te son muy familiares los relatos del Buen Samaritano, el hijo pródigo, y el Trigo y la Cizaña (algunas de las parábolas más conocidas de Jesús). Una parábola es un relato con dos niveles de significado, en el que ciertos detalles representan algo (por ejemplo, en la parábola del hijo Pródigo, el padre representa a Dios). La dificultad estriba en determinar cuántos y cuáles de estos detalles del relato significan otras cosas.
A lo largo de los siglos algunos exegetas se han tomado mucha libertad con las parábolas atribuyendo algún significado casi a cada detalle de los relatos. Quizá el ejemplo más famoso de esta clase de alegorización es el tratamiento de la parábola del Buen Samaritano que hizo Agustín de Hipona.[2]

 El hombre que desciende a Jericó
                                          Jerusalén
                                                Jericó
                                     Los ladrones
                   El hecho de desnudarle
                      El hecho de golpearle
 El hecho de dejarle medio muerto

                    El sacerdote y el levita

                                  El samaritano
                El vendaje de las heridas
                                              El vino

                                              El asno
                                         La posada
                                      Dos denario
                                      El posadero
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Adán.
La ciudad celestial de la que Adán cayó.
La luna (significa la mortalidad de Adán).
El diablo y sus ángeles.
Despojarlo de su inmortalidad.
Convencerle para que peque.
Vive físicamente, pero está espiritualmente muerto, por tanto está medio muerto.
El sacerdote y ministerio del Antiguo Testamento.
Cristo.
Vendar del pecado.
Exhortación a trabajar con un espíritu ferviente.
El cuerpo de la encarnación de Cristo.
La Iglesia.
La promesa de esta vida y de la vida futura.
El apóstol Pablo.

Es fácil ver la razón por la que este acercamiento plantea muchos problemas. Pocos exegetas (quizás ninguno) estarían exactamente de acuerdo en todos los detalles, y ello generaría una gran variedad de interpretaciones algunas de las cuales contradecirían abiertamente a las otras.
Por otra parte, al ignorar el contexto, los intérpretes podrían ver en casi cualquier parábola un sentido que nada tendría que ver con el que Jesús quiso que entendieran sus primeros oyentes. En su alegorización, Agustín pierde de vista que Jesús pretende hablar del amor al prójimo.
Desde finales del siglo XIX la mayoría de los eruditos del Nuevo Testamento han insistido en el hecho de que cada parábola pretende esencialmente enseñar una sola verdad, que por regla general se menciona al final. Con esto se ha introducido un necesario elemento que corrige la absurda metodología de la libre alegorización utilizada por Agustín y otros.
Sin embargo, cabe preguntarse ¿no es posible que esta regla de una sola verdad restrinja el significado más de lo que pretendía Jesús? Consideremos, por ejemplo, la parábola del Hijo Pródigo. ¿Cuál es la verdad que se presenta? ¿Tiene que ver con el Hijo Rebelde, el hermano resentido, o el padre misericordioso? ¿Estás dispuesto a quedarte únicamente con uno de estos aspectos y afirmar que Jesús no pretendía enseñar nada con los otros dos? Este acercamiento nos parece incompleto. Al final y al cabo, no son muchos los relatos de cualquier índole que pretenden enseñar una sola cosa.

El erudito evangélico Craig Blomberg ha presentado recientemente un acercamiento equilibrado a la Interpretación de las parábolas.[3] Para entender el sentido de las parábolas de Jesús no hemos de alegorizar hasta el detalle más mínimo, pero tampoco podemos limitar su significado a un solo aspecto. Siguiendo a Blomberg, proponemos dos principios para interpretar las parábolas de Jesús:

1) Buscar un sentido principal para cada uno de los principales personajes o grupos de ellos:
La mayoría de las parábolas se encuentran en un solo asunto, quizá en dos, pero por regla general nunca más de tres. La función de los otros detalles es realzar el relato. En la parábola del Hijo Pródigo (Lc.15:11-23), podemos ver que esta directriz interpretativa nos ayuda a identificar tres punto principales, uno por cada personaje principal.

El hijo rebelde
Los pecadores pueden confesar sus pecados y volverse a Dios en arrepentimiento.
El Padre misericordioso
Dios ofrece su perdón a personas que no lo merecen.
El hermano resentido
Aquellos que profesan ser pueblo de Dios no deben sentirse resentidos cuando Dios extiende su Gracia a quienes no la merecen.

Este mismo principio puede aplicarse a la parábola del Buen Samaritano (Lc.10:25-37):

Hombre asaltado por los ladrones
Aun los enemigos (aquí los samaritanos) pueden mostrar amor.
Los líderes judíos religiosos
Ni siquiera los deberes religiosos son una excusa válida para la falta de amor.
El samaritano
Aun un “odioso extranjero” puede servir como modelo de amor.

2) Además, las verdaderas lecciones de la parábola habían de ser entendidas por los primeros oyentes de Jesús:
Si vemos un significado que los receptores de Jesús no hubieran entendido, probablemente nos hemos equivocado. Esta directriz pretende librarnos del error de ver en las parábolas de Jesús cosas que ÉL nunca pretendió enseñar a los receptores de sus palabras.

Concluyó:

Siempre que leemos los Evangelios, hemos de reflexionar respecto a cómo aplicar su mensaje a nuestras vidas. Cuando entendamos verdaderamente la Palabra de Dios, iremos más allá de la mera lectura e Interpretación; permitiendo que las grandes verdades que enseñó Jesús penetren en nuestros corazones y mente y cambien nuestra manera de vivir.
___________
Bibliografía:
[1] Hay una excelente exposición de las distintas formas y técnicas de la enseñanza de Jesús en la obra de Robert H. Stein, The Method and Message of Jesus ‘ Teaching, rev. Ed. (Louisville: Westminster John Knox, 1994), 7-32.
[2] Citado en la obra de Fee y Stuart, How to Read the Bible, 150.
[3] Craig Blomberg, Interpreting the Parables (Downers Grove, III.: InterVarsity Press. 1990).
-     J. Scott Duval.  J. Daniel Hays. Hermenéutica. Entendiendo La Palabra De Dios. Edit. Clie. Págs. 356-363.
-    Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 23//02//2020. IGLESIA  EVANGÉLICA BAUTISTA EL SHADDAI”. Ciudadela de Noé.  Los Cardos Mz.E-Lt.18. III Etapa. Cerca del Hospital Regional II.  Cel. 942-562691-Tumbes.

charlyibsh@hotmail.com

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